Rougier Resumen de Manu

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Resumen hipergalactico de Rougier: hecho por los grandes Manuel “el oso hormiguero” Perez y

Franco “la mantis religiosa” Cagnoli.

INTRODUCCION.

El autor plantea si la economía durante el peronismo es novedad o ruptura, si fue el fin de un


modelo agroexportador de los años ‘30 o parte de un proceso de crecimiento industrial que no
concurriría hasta muchos años después. La idea que predomina es la de ruptura, momento donde
industria y derechos sociales de trabajadores se vuelven ejes centrales de un proceso económico y
social conducido por el estado. Se deja atrás un sistema basado en la exportación de la producción
primaria.

Desde una visión clásica, la economía del primer peronismo buscaba la mejora del nivel de vida de
los trabajadores y para ello se centró en el aumento salarial y las transferencias de ingresos del
sector agropecuario al industrial. Esto implico mayor intervención estatal en las actividades
económicas y sociales, que no es solo ampliación de innovaciones de los 30 sino que involucra
también rupturas. Luego de unos años de bonanza que permitieron el éxito de esta política
aparece una segunda etapa que implica reversión de las medidas económicas iniciales en todos los
planos y particularmente en la redistribución del ingreso.

Rougier sostiene que no hubo una directriz económica uniforme entre 1946-55, ni una estrategia
de desarrollo de largo plazo, de modo que el peronismo no se identifica al industrialismo ni al
estatismo. Lo que predomino fue:

1 La distribución del ingreso en favor de los trabajadores

2- El sostenimiento del empleo

EL PROGRAMA ECONOMICO Y LAS PRIMERAS LUCES DEL BIENESTAR, 1946-1948.


Los primeros años de economía peronista no tenían un cuerpo teórico como guía y
sustento de las medidas económicas a implementar, y muchas fueron resultado de
decisiones como respuesta a coyunturas previas y otras que se fueron presentando.
El “sistema social peronista”, tomaba la idea de que el capitalismo multiplicaba la riqueza,
pero distribuía injustamente entre empresarios y trabajadores, por ello el estado debía
mediar para que el crecimiento económico se lograra con la mayor armonía posible. Sin
embargo, no era un proyecto estatista. Jugaban aquí un rol clave los sindicatos
organizados que daban control de un movimiento obrero considerado anárquico y
dañino del tejido social. Por esto se impulsó la ley de asociaciones profesionales que en
1945 reconoce a los sindicatos como asociaciones de derecho público y la instrumentación
de negociaciones colectivas para dirimir conflictos salariales.
La economía y política económica se encontraban subordinadas a la lógica política que
pretendía evitar la lucha de clases, promoviendo la justicia social mediante la
intervención del estado. La búsqueda de armonía social condicionaba y soportaba las
posturas económicas, imponiendo reservas al capital nacional y extranjero y buscando
controlar la conflictividad de los trabadores.
Una serie de condiciones no estimulaban un regreso a la economía agroexportadora.
Algunas locales, como la inadecuada distribución del ingreso, la exposición de la economía
a condiciones climáticas, etc. Otras, para el autor más relevantes, eran internacionales,
como la posguerra de la SGM (segunda guerra mundial).
Por la SGM las actividades manufactureras tuvieron una importante expansión que
produjo saldos positivos, sin embargo, esto se debía más a la imposibilidad de importar
que a la capacidad de exportar. Empezó a haber serias dificultades en la colocación de
granos y carnes en la inmediata posguerra por lo que era necesario probar nuevos
caminos. En resumen, Europa estaba comprando menos por su reconstrucción, sus pagos
eran escasos y encima en monedas inconvertibles; EE. UU (la nueva potencia) no quería
comprar nuestros productos. Todo esto preocupó a los industriales y hubo un fuerte
compromiso e interés de la UIA (Unión industrial Argentina) en continuar las industrias
existentes e impulsar las básicas (metalúrgicas, etc.)
Herramientas:
 La política de ingresos fue un instrumento usado para mantener una producción y
consumo crecientes y evitar la crisis de posguerra. Se orientó desde el capital hacia
el trabajo y de lo agropecuario hacia las actividades urbanas, de forma directa e
indirecta. Incremento salarial, establecimiento de salarios mínimos, vacaciones
pagas, sistema de jubilaciones y pensiones, de salud, de vivienda, etc. Los
incrementos de salario superaron la tasa de inflación que conllevo a una notable
mejora en la calidad de vida.
 Con la modificación de precios se acentuó el poder de compra de los salarios. El
control del precio de divisas abarataba insumos agropecuarios y disminuía precios
de importaciones necesarias. Esta transferencia de ingresos de lo rural a urbano
era posible por la buena situación internacional.
 A partir del 46 se impulsó una amplia reforma financiera para inducir un rápido
desarrollo industrial a través de la disponibilidad del crédito y del acceso en
mejores condiciones a insumos y bienes de capital que el sector manufacturero
demandaba. Se manifiesta con la creación del BCIA (Banco de crédito industrial
argentino). Otra creación importante fue el IAPI (Instituto argentino para la
promoción del intercambio). A esta se le sumarian el IMAR e IMIM.
El IAPI tenía derecho de manejar la casi totalidad de exportaciones e importaciones del
país. Así el gobierno compraba a un precio fijo a los productores y revendía a los precios
internacionales, en ese momento muy altos. Con este mecanismo el gobierno generaba
alta ganancia que se redistribuía a favor de las actividades industriales. También el IAPI
fue muy importante en la transferencia de ingresos hacia las actividades urbanas al
controlar los precios de los productos agropecuarios.
El Estado termino controlando todo el sistema crediticio, y podía usarlo para lo que
considerara más adecuado sin ninguna restricción.

El primer plan quinquenal (PQ). Delineado para el periodo 1947-51, el plan tenia
objetivos tan ambiciosos como vagos, relacionados a la transformación de la estructura
económica y social (mejora el nivel de vida de la población, obras para salud, educación y
de vivienda) y la “independencia económica” (rescate de deuda externa, nacionalización
de servicios públicos). En líneas generales la idea era estimular el conjunto de la actividad
manufacturera para así sostener el pleno empleo y la calidad de vida de la población,
metas fundamentales.
La “nacionalización” quizás se trataba más de “argentinización” que de control estatal, y
se buscaba favorecer a los capitalistas locales. El autor ve el proceso de nacionalización
como continuidad y acentuación de la expansión estatal de los años 30. Sin embargo, un
fuerte impulso de la nacionalización provino de la decisión de inversores extranjeros de
retirarse de empresas que venían controlando. Por ejemplo, los ferrocarriles requerían
una recapitalización masiva, ya que tenían equipos deficientes y obsoletos. Luego de la
guerra el problema ferroviario se vinculó con el dilema de las libras esterlinas, que se
habían acumulado, pero eran inconvertibles y estaban devaluadas. Esto desemboco a la
larga en la compra y nacionalización de los ferrocarriles.
De maneras similares el estado adquirió viejas embarcaciones, en el espacio aéreo se
crearon las líneas aéreas del estado, se formaron empresas mixtas en compañías de
telefonía, etc. Hay que resaltar que el avance estatal en el área de servicios difícilmente
era parte de una estrategia integrada y coherente de nacionalización.
Evidentemente nacionalización no garantizaba “independencia económica”, porque
Argentina no poseía capital para reorganizar e invertir en estas industrias. Sin embargo,
se podían manejar las tarifas de algunos servicios públicos y sirvió para mejorar los
salarios de los trabajadores y aumentar la cantidad de puestos de trabajo.
El PQ incluía un conjunto de obras públicas como escuelas, hospitales, represas, puentes,
caminos, centrales electicas y demás. Sin embargo, muchas industrias sufrieron la
descapitalización de los años de guerra y su expansión se demoró durante la etapa inicial
del gobierno peronista. Este fuerte aumento del gasto público debió financiarse con
ingresos corrientes del estado, también fuertemente incrementados hasta 1948. Para este
aumento de ingresos públicos se reformaron e impusieron nuevos impuestos sobre
salarios y seguridad social, réditos, utilidades y ganancias de capital. También una gran
fuente de ingresos fue el sistema previsional (jubilaciones) que implico un amplio número
de aportantes sin los correlativos beneficiarios. También cabe decir que pese a los
recursos empleados la notable expansión de gastos en los primeros años provoco un
constante y creciente déficit fiscal.
Las políticas de ingresos, crediticias y cambiarias son las más trascendentes para explicar
el desempeño manufacturero en los primeros años del gobierno peronista. El BCIA fue
autorizado a conceder préstamos al conjunto de empresas industriales, mineras y de
transportes, también a sociedades mixtas y al IAPI. El crédito se canalizo con escasa
especialización y respondiendo a la demanda, las ramas con mayor proporción de
préstamos fueron la textil, la de alimentos y bebidas. A su vez las grandes empresas
fueron las principales beneficiarias. Se repartieron muchísimos créditos.
Otro importante instrumento fue la política cambiaria. Al BCRA le correspondía fijar el tipo
de cambio y distribuir las divisas entre los importadores, la prioridad era el abastecimiento
de industria y transportes, para evitar la importación de artículos superfluos. También
debían recapitalizar la economía luego de la escasez de maquinarias y equipo provocada
por la guerra, y favorecer el desarrollo de industrias existentes. Siguiendo estas medidas
el estado también extendió su presencia empresaria hacia proyectos estratégico-militares.
Sobre el agro. Esto que mencionamos también impacto el agro, pero en general el
peronismo no represento una verdadera ruptura legislativa sino una fuerte continuidad
con las políticas de los 30 y la SGM.

LA ECONOMIA PERONISTA EN LA CERRAZON, 1949-1952.


El autor plantea 3 factores que van a cambiar el rumbo de la política económica peronista.
Al cual él le da más importancia es a la crisis del comercio exterior.
1- Crisis del comercio exterior. La reconstrucción europea se acercaba a los niveles de
producción previos a la guerra y EE. UU comenzó a tener importantes excedentes
exportables, desplazando a Argentina de algunos de sus mercados tradicionales. Hubo un
descenso de los volúmenes exportados. La crisis fue también consecuencia de la fuerte
expansión de las importaciones (para el crecimiento industrial), que los productos de
exportación no podían compensar y generaban una deuda en dólares. Todo esto provoca
una balanza comercial desfavorable y una pérdida de reservas. Para resolver esto se
devaluó la moneda nacional, se alentó a productores rurales y se deprimió el salario real y
el consumo.
2- La inflación. Diversas causas produjeron la inflación, la que el autor destaca es el gran
aumento de créditos ya señalado, siempre mayor a los depósitos; esto implicaba mayor
dinero circulante siempre propenso a desatar el proceso inflacionario. Aparte para las
autoridades económicas las expansiones monetarias si estaban bien dirigidas generaban
mayor aumento en el nivel de actividad económica que en los precios. No se preocupaban
demasiado por la inflación si la emisión de dinero que la generaba estaba bien dirigida.
3- La crisis de la bolsa. Los vaivenes del sector externo y el proceso inflacionario
generaron gran incertidumbre y provocaron un derrumbe de los precios de las acciones. El
gobierno debió comprar empresas, y llevo adelante una serie de incentivos para que se
vuelva a invertir en el país, ninguno de los cuales tuvo gran resultado. Descapitalización
general a través de la bolsa.
Lo mencionado implicó un cambio de rumbo en las políticas económicas, donde se buscó
una mejora de la colocación de productos agrarios en el mercado internacional. Este fue el
llamado Plan de Estabilización o Plan de Emergencia de 1952, donde se hablaba de una
“vuelta al campo” en contraste con la política inicial de expansión monetaria, fiscal y
salarial. El objetivo era resolver el estrangulamiento externo y el incremento sostenido de
los precios.

Se redujo el gasto público en enorme medida, se incrementaron distintos impuestos y los


salarios fueron congelados por dos años, gran cambio respecto de la generosa política de
los primeros años. Desde el mismo gobierno surge una consigna económica que hacía
hincapié en el aumento de la producción, austeridad en el consumo y fomento del
ahorro.

LA RECUPERACION ECONOMICA ENTRE 1953-55.


El plan de austeridad del 52 fue efectivo a corto plazo y los precios bajaron drásticamente
a partir del 53, donde se recupera también el signo positivo de la balanza comercial.
Superada la peor parte de la crisis se plantearon lineamientos a largo plazo y se buscó
impulsar las exportaciones tradicionales. Ahora la política crediticia se orientaría a
promover actividades agropecuarias y no el sector industrial. También la política
económica promovió inversiones de capital extranjero y se impulsó el desarrollo de
industria de base y pesadas para no depender tanto del sector externo. Se buscaba no
acrecentar exportaciones sino reducir importaciones.
El segundo PQ se retrasó hasta 1953 y tenía propósitos muy diferentes al primero, dada la
crisis del sector externo y el estancamiento de la producción agropecuaria e industrial. Se
buscó resolver la crisis estructural del sector externo de manera compatible con la política
de redistribución de ingresos y la justicia social, lo que implico mover el foco de la
industria a lo agrícola-ganadero. El estado cambio su papel enormemente, no busco más
competir con el sector privado, sino que incluso se buscaba privatizar las empresas
estatales. Se produjo un retiro de la participación del estado en el sector industrial. Esto
también se hacía para recuperar la inversión e iniciativa privada en el nuevo contexto
económico.
El autor menciona distintos cambios en empresas como Fiat, Mercedes Benz, Káiser, etc.
Debe destacarse también que hubo varias tentativas del gobierno para acercarse al Fondo
Monetario Internacional (FMI), aunque solo luego de la caída de Perón se vincularía la
economía argentina decididamente con organismos financieros internacionales.
También el Estado comenzó a no intervenir en los convenios de tipo salarial entre
trabajadores y empresarios, si bien siempre continuo con su preocupación por mantener
el orden social. Era claro que el gobierno no asistiría más al movimiento obrero
organizado como en los años iniciales, lo que fortalecía a los empresarios a la vez que
delegaba en ellos la contención de las demandas sindicales.
En resumen, la economía tuvo un desempeño positivo entre 1953-55, recuperándose de la
caída del periodo de crisis del sector externo, pero sin alcanzar los niveles de la etapa
inicial. Se sostuvo un nuevo nivel de equilibrio con un crecimiento menor y con inflación y
salarios reales también menores a los de la primera etapa; pero con mayor sustentabilidad
en el largo plazo.

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