Fecha: Estudiante: Curso: Materia
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Una obra teatral es una representación escénica, ya que tiene lugar en un escenario, a través de
actores y otros elementos visuales, pero al mismo tiempo la representación se rige por un guion,
esto es, por un texto teatral que es en sí mismo una forma de literatura.
De esta manera, cuando vemos una obra de teatro estamos “viendo” el texto, o sea, una versión
escénica (propuesta por el director de la obra), basada en el texto literario (escrito por el
dramaturgo).
Por ejemplo, la obra teatral de William Shakespeare Hamlet fue escrita en la Inglaterra de 1603,
pero aún hoy en día se representa en los escenarios teatrales. Ello es posible porque el texto
original es interpretado por un director contemporáneo, que decide cómo se hará el montaje
escénico: qué partes del texto se usarán y cuáles no, cómo será el escenario, cómo hablarán
los personajes, etc.
El público que asiste a una obra de teatro generalmente lo hace porque busca entretenerse, como
quien va al cine. Sin embargo, las piezas teatrales generalmente están pensadas no solo como un
pasatiempo (lo cual no tendría nada de malo), sino como un evento que ofrece un mensaje o una
reflexión a los espectadores.
No importa si la pieza teatral es una comedia, una tragedia o algún otro género; si en ella se sufre o
se ríe o se hacen ambas cosas, la obra de teatro busca conmover al público y hacerlo vivir las
situaciones que se dan delante suyo, en vivo y directo, sin la mediación de un narrador.
Al hacerlo, invita a los espectadores a adueñarse de las experiencias de los personajes y a revivir
las propias: cuando vemos a Ofelia sufrir por el desamor de Hamlet, sufrimos con ella y revivimos
esa sensación que seguramente hemos experimentado nosotros mismos.
De igual modo, cuando vemos a Antígona sufrir por el destino del cuerpo de su hermano muerto,
sufrimos con ella y nos cuestionamos si las leyes de la sociedad deben ser siempre tan rígidas
como las que defendía Creonte, el entonces rey de Tebas. Este mensaje se queda con nosotros
luego de que la obra ha culminado y nos permite reflexionar sobre nuestro entorno real e
inmediato.
El relato teatral siempre ocurre de manera inmediata y frente a los ojos de los espectadores,
aunque algunas acciones precisas pueden tener lugar fuera de escena, o sea, ocultas tras
bastidores. En los casos en que el público no puede presenciar lo ocurrido, lo normal es que los
personajes se refieran a ello, sin dirigirse a la audiencia, para que esta última entienda que algo
ocurrió fuera de escena.
Sin embargo, en el teatro no existe un narrador, como en las novelas y los cuentos, de modo que el
público únicamente conoce lo que ocurre en escena y lo que los propios personajes comentan en
sus diálogos y soliloquios (monólogos interiores).
4. Crea un mundo
Fecha: Viernes 1 de septiembre de 2023
Estudiante: González González Juninho
Curso: 2do Informática
Materia: Educación Artistica
Una obra de teatro construye un mundo a través de diversos elementos escénicos.
Una misma obra puede montarse de maneras radicalmente distintas si así se quiere, y ello en gran
medida pasa por el escenario propuesto, o sea, la manera en que se representará la realidad
ficcional contenida en el guion. En estos escenarios interactúan diferentes elementos, como son:
Los actores, que prestan su cuerpo a los personajes para que cobren vida propia, empleando para
ello ropas (vestuario), disfraces, máscaras, maquillaje u otros elementos corporales.
La utilería, esto es, los objetos que sirven para asistir a los actores en el relato, tales como espadas,
platos, vasos, mesas, sillas, etcétera. Estos elementos móviles aparecen y desaparecen de la
escena según se los necesite, y en algunos casos ni siquiera se hallan presentes, sino que son
evocados por los actores mismos y dejados a la imaginación del público.
El decorado, o sea, los elementos decorativos que nos dicen dónde ocurre la acción y que a
menudo cambian si los personajes cambian de ubicación dentro del relato. Para un montaje de
Hamlet, por ejemplo, se puede reproducir los muros de piedra del castillo y las alfombras rojas de
la realeza, o bien se puede dejar todo a la imaginación del público. Estos decorados pueden ser de
distinto tipo:
Permanentes, cuando se hallan en escena durante toda la representación de la obra, ya que no hay
cambios de ubicación importantes.
Simultáneos, cuando se trata de varios decorados permanentes distintos (por ejemplo, varias
locaciones: un jardín, un palacio y la calle del pueblo) entre los que se desplazan los actores
cuando así lo requiere la obra.
Mutables, cuando los decorados cambian conforme a cada escena de la obra, reorganizándose en
lo oscuro o detrás del telón antes de que aparezcan los actores.
Efectos especiales, ya sean luces proyectadas al escenario, música o efectos sonoros (truenos,
lluvia, cantos de pájaros, etc.) que suenan en algún momento determinado de la pieza y sirven
para añadir dramatismo y expresividad a lo mostrado. Estos elementos pueden poseer además un
significado simbólico.
Es el director de la obra quien decide cómo estos elementos conforman una propuesta escénica.
También es posible que el dramaturgo especifique en el texto de la obra cómo algunos de ellos
deben utilizarse.
La estructura de una obra teatral, o sea, las partes que la componen, siempre está determinada
por el guion teatral, pero eso no significa que el director no pueda hacer sus propias propuestas y
alterar la estructura. En todo caso, toda obra teatral se compone de:
Actos, o sea, grandes divisiones narrativas marcadas por una caída y levantamiento del telón (de
haberlo) o algún artificio semejante, ya que a menudo implican un cambio de escenario, el paso
del tiempo o algún otro aspecto importante dentro del relato teatral que requiere de un
reacomodo escénico. Es posible que una obra esté conformada por un único acto, o por muchos.
Escenas, o sea, pequeñas divisiones narrativas dentro de un acto específico, cuyo inicio y final
depende de la entrada y salida de los personajes al escenario. Un acto puede tener tantas escenas
como se desee.
Respecto a la duración de una obra, inicialmente se las planteaba para durar varias horas, cuando
no veladas enteras. En la actualidad, se estila que sean mucho más breves, y su duración oscila
entre una y tres horas, en ocasiones con interludios o descansos en el medio.
6. La “cuarta pared”
La cuarta pared es invisible para los espectadores, pero no para los personajes.
Uno de los principios fundamentales del teatro tiene que ver con la llamada “cuarta pared”, que es
invisible y es a través de la cual observamos la obra. Todo escenario supone una situación y un
lugar representado, del cual podemos ver el piso, el techo y los costados (por donde entran y salen
los actores), pero los personajes, en cambio, no pueden vernos a nosotros.
Es por ello que a menudo miran en nuestra dirección para observar el paisaje, o para hablar
consigo mismos, ya que esa “pared invisible” o “cuarta pared” oculta a la audiencia. Algo similar
ocurre en el cine, en el que rara vez los personajes miran hacia la cámara que los filma.
En algunas obras, sin embargo, se puede “romper” la cuarta pared, haciendo que los personajes se
dirijan a la audiencia, le digan cosas o la incorporen de un modo u otro al escenario. Esto es
Fecha: Viernes 1 de septiembre de 2023
Estudiante: González González Juninho
Curso: 2do Informática
Materia: Educación Artistica
particularmente común en el teatro de calle o en los casos en que el público se halla dentro del
escenario.