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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

BLOQUE 4. La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)



4.1. El reinado de Carlos IV. La Guerra de la Independencia

El reinado de Carlos IV
&
a escribo en
el
examen
El impacto de la Revolución francesa noio
el

&En 1789 la Revolución francesa acaba con unun


las bases del Antiguo Régimen y se instaura en
Francia un nuevo orden basado en la soberanía nacional, una Constitución, y un gobierno
representativo, que rápidamente se irá radicalizando. = Los gobiernos europeos pasan de la
preocupación al temor (pánico de Floridablanca), especialmente a partir de la muerte en la
guillotina del rey Luis XVI en 1793. Esta situación provocará la guerra de la República francesa
contra la mayor parte de los estados europeos (Primera Coalición), de la que formará parte la
España de Carlos IV (1788-1808). ocupan
mu
A pesar de algunos éxitos iniciales del general Ricardos, los ejércitos franceses pronto
ocupan parte del País Vasco y Cataluña. Esta situación y el cambio político que se produce en
en
París en sentido algo más moderado, llevarán en 1795 a la firma de la Paz de Basilea. El joven
primer ministro español, Manuel Godoy, recibirá de su monarca el título de Príncipe de la Paz.
Al año siguiente se reanuda la tradicional alianza hispano francesa. Se firmarán los
Tratados de San Ildefonso (1796 y 1800), por los que España se verá enfrentada con Gran
Bretaña. Los resultados serán adversos, con las derrotas navales en las batallas del Cabo de San
Vicente (1796) y Trafalgar (1805), que suponen la pérdida lo mejor de la flota española, U un
elemento
e clave para la conservación
n del imperio ultramarino.

La conspiración de El Escorial

En 1807, en medio de una aguda crisis económica, tanto Godoy como Carlos IV se
encuentran cada vez más desprestigiados por su supeditación a Napoleón Bonaparte. Esto provoca
un intento de golpe de estado fraguado por algunos personajes de la alta nobleza junto con
Fernando, el Príncipe de Asturias, pero acaba fracasando.

El Tratado de Fontainebleau

Poco después se firma el Tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), en el que se


acuerda la conquista y reparto de Portugal (aliado de Inglaterra). Para ello, se autoriza la entrada
en España de varios ejércitos franceses [texto 1]. Unos se dirigen al país vecino, mientras que
otros ocupan progresivamente diversas plazas estratégicas españolas.

El motín de Aranjuez

Los signos de alarma son tales, que los propios Godoy y Carlos IV preparan en secreto la
marcha de la familia real hacia Andalucía, o incluso América, para librarse de la sumisión total a
Napoleón. Sin embargo, en marzo de 1808 se produce el llamado motín de Aranjuez. Es la
reedición del golpe del año anterior pero ahora triunfa: el rey se ve obligado a destituir a Godoy y
a abdicar en su hijo Fernando [texto 2]. Las siguientes semanas son confusas: alegría popular,
malestar por la prepotencia de las tropas francesas, desconcierto de las autoridades legítimas
repartidas por todo el estado. En cualquier caso, tanto los reyes depuestos como el nuevo rey
buscan el reconocimiento y apoyo de Napoleón, y llamados por éste, acuden en abril a Francia.

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

La Guerra de la Independencia

El levantamiento del 2 de mayo


El 2 de mayo de 1808 los franceses quieren sacar de Madrid a los últimos miembros de la
familia real que permanecen en palacio. De manera espontánea, grupos de madrileños pretenden
impedirlo, por lo que un batallón francés carga contra ellos. La protesta se convierte rápidamente
en un levantamiento desorganizado, al que se suman algunas tropas españolas mandadas por
Daoiz y Velarde. Los franceses logran someterlos y proceden a una dura represión.

Las abdicaciones de Bayona

El 5 de mayo, en Bayona, Napoleón fuerza a Fernando a devolver la corona a su padre, el


cual la cede al emperador, que un mes después la entregará a su hermano José. [Textos 3 y 4]

Las Juntas de Defensa

Las noticias corren rápidamente por toda España y se extiende el rechazo a los franceses. En
muchas zonas en las que las autoridades se muestran indecisas o existe un vacío de poder se
establecen Juntas de Defensa (locales o provinciales) para tratar de organizar el gobierno y la
resistencia contra los franceses. Para restablecer la unidad perdida, en noviembre se creará la
Junta Central Suprema.

Bandos en conflicto y fases de la guerra

Bandos

En junio de 1808 Napoleón cede la corona de España a su hermano José Bonaparte, que
intentará reformar y modernizar el país (Constitución de Bayona) [texto 5]. Logrará el
reconocimiento de un sector de la población que pasarán a ser conocidos como afrancesados,
quienes depositaron sus esperanzas de renovación del país en el nuevo monarca.
Los españoles resistentes se autodenominan patriotas. Entre sus dirigentes abundan los
procedentes de las viejas élites, pero a ellos se les suman otros de las clases bajas que han ascendido
rápidamente en la vida militar. Ideológicamente, su diversidad es enorme: absolutistas, reformistas
ilustrados y liberales.

Fases de la guerra

1. Hasta noviembre de 1808. Se caracterizó por la reacción de la mayor parte de los españoles
ante la invasión. A pesar de la superioridad militar francesa en los campos de batalla, los
españoles resistirán con la implicación de la población civil en la lucha. Algunas ciudades
resisten a ultranza ante el asedio o sitio francés (Zaragoza y Gerona). El hecho más destacado
de esta fase fue la batalla de Bailén, donde un ejército francés dirigido por el general Dupont
fue derrotado por un ejército español improvisado y dirigido por el general Castaños. La
derrota de Bailén tuvo una gran repercusión estratégica y propagandística. Por primera vez
era derrotado un ejército napoleónico en campo abierto.

2. De noviembre de 1808 a enero de 1812. Esta segunda fase viene determinada por la reacción
francesa ante la derrota de la batalla de Bailén. El emperador francés cambió su estrategia
hasta el punto de concentrar sus mayores esfuerzos en la recuperación de la Península Ibérica.

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

Napoleón envió la Grande Armée, un poderoso ejército de 250.000 soldados bien


entrenados. En cuatro semanas su avance se hizo imparable. Después de conquistar Burgos y
Zaragoza, en 1809 José I entraba en Madrid. Sólo Cádiz quedó libre de la ocupación,
defendida por la ayuda inglesa. Lo más decisivo en esta fase fue la guerra de guerrillas, una
táctica defensiva que supuso una pesadilla para ejército francés. Se trataba de pequeñas
partidas locales, compuestas por 30 o 50 personas. Muchos de sus miembros eran artesanos,
labradores, estudiantes, abogados…, aunque sus dirigentes solían pertenecer a las élites cultas
(militares, clérigos). Las guerrillas hostigaban al ejército por sorpresa, destruían sus
instalaciones y asaltaban los convoyes de avituallamiento, sometiendo a los franceses a una
presión y desgaste permanentes.

3. De enero de 1812 a agosto de 1813. En 1812, el curso de la guerra quedó afectado por la
campaña que Napoleón empezó en Rusia y que obligó a retirar a miles de efectivos de la
Península. Desde Portugal el duque de Wellington tomó la iniciativa y derrotó a las tropas
francesas en los campos de Arapiles (Salamanca). Esta victoria marcó un punto de inflexión
en el desarrollo militar de la guerra. José I abandonó Madrid, que fue tomada por Wellington.
El desastre de la Grande Armée en Rusia, donde pereció de frío la mayor parte de los
soldados franceses, decidió también la suerte de Napoleón en la Península Ibérica. Las tropas
francesas iniciaron el repliegue hacia Francia, llegando a las cercanías de Vitoria, donde
sufrieron otra gran derrota. Con la batalla San Marcial se completó el acoso y la derrota del
ejército francés, iniciándose a partir de ahí su persecución a través de tierras francesas. La
guerra peninsular había terminado. El 11 de diciembre de 1813, Napoleón firmaba el Tratado
de Valençay, por el que restituía la Corona de España a Fernando VII.

Consecuencias de la guerra

- Demográficas: pérdida del 5% de la población entre fallecidos, desterrados y exiliados


(España contaba en 1807 con 11 millones de habitantes y se calcula que más de medio millón
pudo fallecer en la guerra).
- Económicas: destrucción de infraestructuras, ciudades, agricultura, industria y patrimonio
cultural.
- Internacionales: el conflicto animó los procesos de independencia de las colonias
americanas.

4.2. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La convocatoria y componentes de las Cortes

La Junta Suprema Central se había mostrado incapaz de dirigir la guerra y decidió


disolverse en enero de 1810, no sin antes iniciar un proceso de convocatoria de Cortes. Mientras
se reunían las Cortes, se mantenía un Consejo de Regencia formado por cinco miembros, que se
encargó de organizar una consulta al país sobre las reformas a realizar por las Cortes. Igualmente,
se aprobó una propuesta que reconocía la “desastrosa gestión del reinado de Carlos IV”, que había
provocado la ruina de España, por lo que se pedían garantías contra el poder absoluto de la
monarquía.
En septiembre de 1810 se abrían las Cortes de Cádiz. A diferencia de las Cortes
tradicionales, divididas en estamentos, las de Cádiz reunieron a todos los diputados o
representantes llegados desde los diversos puntos de España en una única asamblea (Cortes

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

unicamerales). Cádiz es el lugar idóneo ya que se mantiene independiente del dominio francés y
está defendida por la flota británica.
Los diputados que acudieron a Cádiz fueron elegidos por provincias. Los 271
representantes estaban compuestos fundamentalmente por clérigos, nobles y otras profesiones
liberales (funcionarios, comerciantes, abogados, catedráticos, médicos, bachilleres…). Por todo
ello, la composición de las Cortes será mayoritariamente liberal y burguesa.
El 23 de septiembre de 1810 quedaron constituidas las Cortes de Cádiz. Al día siguiente
los asistentes aprobaron su primer decreto, en el que se declararon depositarios de la soberanía
nacional, hecho en sí mismo revolucionario al sustentar la legitimidad de las Cortes en la nación, y
no en el mandato regio. Se entendía el concepto de nación como el conjunto de ciudadanos libres,
residentes tanto en la península como en los territorios ultramarinos, iguales en derecho, sujetos
todos a la misma ley y desprovistos de cualquier forma de privilegios exclusivos de tipo
estamental.

Entre los diputados se configuraron tres grandes corrientes de opinión:


- Los absolutistas, partidarios de la monarquía absoluta y de la máxima soberanía para el
monarca, considerado fuente de poder. Las Cortes debían reducirse a recopilar las leyes
existentes. Fueron denominados como “serviles” por sus adversarios.
- Los jovellanistas, liderados por Jovellanos. Defendían la soberanía compartida entre el rey
y las Cortes.
- Los liberales, partidarios de la aplicación de reformas revolucionarias y de conceder
soberanía sólo a las Cortes. Fueron los que ejercieron mayor influencia en las Cortes
gaditanas, aunque no eran los más numerosos. Destacó Agustín de Argüelles.

La labor de las Cortes de Cádiz entre 1810 y 1813 se centró exclusivamente en el


desmantelamiento del Antiguo Régimen y la elaboración de una Constitución.

La Constitución de 1812

El 19 de marzo de 1812, las Cortes de Cádiz promulgaron la primera constitución liberal


de la historia de España, conocida como La Pepa, por aprobarse el día de la festividad de San José.
Su enorme extensión, 384 artículos, indica la minuciosidad con la que fue redactada. Los diputados
gaditanos tuvieron muy presentes para su elaboración la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano (1789) y la Constitución francesa de 1791.

El sistema político se sustentó en cuatro elementos fundamentales: división de poderes, Cortes


unicamerales, limitación del poder real y un sistema representativo basado en el sufragio universal
masculino indirecto en cuatro grados (parroquia, partido, provincia y Cortes). Las mujeres no
votaban y los electores no elegían directamente a sus diputados a Cortes, sino a unos representantes
(compromisarios) que a su vez se encargaban de elegirlos. La constitución venía a cambiar la forma
de gobierno. El rey ya no es un monarca absoluto sino que gobierna con un parlamento elegido por
el pueblo, por eso la monarquía pasará a ser parlamentaria. La constitución contenía una amplia
declaración de derechos: la libertad de opinión, la igualdad ante la ley, el derecho a la propiedad y
el reconocimiento del estado transoceánico a ambos lados del Atlántico.

La estructura del Estado correspondía a una monarquía limitada, basada en la división de


poderes y no en el derecho divino (absolutismo):
- El poder legislativo estaba compartido, descansaba en las Cortes unicamerales y en el
monarca. Las Cortes representaban la voluntad de la nación, elaboraban las leyes, aprobaban

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

los presupuestos… El mandato de los diputados duraba dos años. El sufragio era universal
masculino (varones mayores de 25 años, si bien había que contar con “casa abierta” para ser
elector y una “renta proporcionada procedente de rentas propias” para ser elegido) e indirecto
(estructurado en tres niveles: la parroquia, el municipio y la provincia. Los ciudadanos
votaban a los compromisarios de la parroquia, estos elegían compromisarios municipales y
los municipales a los provinciales, que designaban a los diputados a Cortes).
- El poder ejecutivo, residía en el monarca, por lo que dirigía el gobierno e intervenía en la
elaboración de las leyes a través de la iniciativa y la sanción, poseyendo veto suspensivo. Las
decisiones del monarca debían ser refrendadas por los ministros.
- El poder judicial era competencia exclusiva de los tribunales.

Otros artículos de la Constitución planteaban la reforma de los impuestos y la Hacienda, la


creación de un ejército nacional, el servicio militar obligatorio, la enseñanza primaria, pública y
obligatoria. Asimismo, el territorio se dividía en provincias, para cuyo gobierno se creaban las
diputaciones provinciales, se establecía la formación de los ayuntamientos con cargos electivos y se
creaba la Milicia nacional. El texto plasmaba también el pacto entre burgueses liberales y absolutistas
al afirmar la confesionalidad católica del Estado. [Texto 7]

La acción legislativa de las Cortes de Cádiz

Abolición del régimen señorial

Además del texto constitucional, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de leyes y decretos
destinados a eliminar el Antiguo Régimen. Así procedieron a la supresión de los señoríos
jurisdiccionales distinguiéndolos de los territoriales, y acabando de esta manera con la servidumbre
feudal [texto 6]. Tras su abolición, los estamentos privilegiados, sobre todo la nobleza, dejaron de
gozar del ejercicio de la administración de justicia, competencia de la nación a través de sus
tribunales de justicia. Igualmente dejaron de percibir una serie de rentas. También se decretó la
eliminación de los mayorazgos y la desamortización de las tierras comunales, con el objetivo de
recaudar capitales para amortizar la deuda pública y hacer frente a los gastos de la guerra.

Abolición de la Inquisición

Una de las medidas mássimbólicas fue la abolición del tribunal de la Inquisición. El 22 de


febrero de 1812 quedó abolida y así se reconocía en el artículo V del capítulo I: El tribunal de la
Inquisición es incompatible con la Constitución.

El impulso de la economía de mercado

La otra prioridad de las Cortes de Cádiz residió en la creación de un mercado nacional basado
en el establecimiento de los principios liberales. Para ello, se tomaron las siguientes medidas:
Para posibilitar la libre transferencia de la propiedad se suprimieron los bienes de manos muertas
y se abrieron cauces para la desamortización de la propiedad eclesiástica, que incluía la perteneciente
a la abolida Inquisición. Se abolieron los gremios, y se dispuso el libre establecimiento de fábricas y
el ejercicio de cualquier industria. Una serie de decretos fijaron la libertad de comercio, sobre todo
en el sector agrario, ya que se acabó con el largo privilegio que la ganadería –a través de la Mesta-
había tenido sobre la agricultura.
Sin embargo, la obra de Cádiz no tuvo una gran incidencia práctica. La situación de guerra
impidió la efectiva aplicación de lo legislado y, al final de la guerra, la vuelta de Fernando VII
frustró la experiencia liberal y condujo al retorno del absolutismo.

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

Importancia y trascendencia de la Constitución de Cádiz

- Es el primer texto constitucional de la historia de España.


- Se convirtió en bandera del liberalismo y como tal fue derogada y repuesta en varias
ocasiones a lo largo del siglo XIX.
- Sirvió de fuente de inspiración a las constituciones de Portugal, Piamonte (Italia) y muchas
de Iberoamérica.

Periodos de vigencia de la Constitución de Cádiz

- De marzo de 1812 a marzo de 1814, momento en el que la derogó Fernando VII.


- De enero de 1820 a noviembre de 1823, durante el Trienio Liberal.
- De agosto de 1836 a junio de 1837, durante la minoría de edad de Isabel II y la regencia de su
madre María Cristina.

4.3. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de


independencia de las colonias americanas.

El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Durante toda la guerra de Independencia Fernando VII permaneció preso en Valençay


(Francia), hasta que el 11 de diciembre de 1813 Napoleón le devolvió el trono de España en virtud
del Tratado de Valençay. [Texto 8]
El regreso de Fernando VII planteó el problema de su integración en el nuevo sistema político
definido en las Cortes de Cádiz. Las Cortes prepararon a Fernando VII un itinerario corto hacia
Madrid, pero este tomó otro camino para manifestar su rebeldía hacia las Cortes y tantear los apoyos
con los que contaba, que comprobó suficientes para retornar al absolutismo. Apoyaban a Fernando
VII una parte importante del Ejército y 69 diputados absolutistas dirigidos por Rosales, que firmaron
el Manifiesto de los persas, de 12 de abril de 1814, en el que se animaba a Fernando VII a ignorar la
labor legislativa de las Cortes de Cádiz y a restablecer el absolutismo y unas Cortes iguales a las del
Antiguo Régimen. [Texto 9]
Las vacilaciones de Fernando VII concluyeron con un golpe de Estado y la firma del Real
Decreto de 4 de mayo de 1814, conocido como Decreto de Valencia, en el que declaró nulos y sin
ningún valor ni efecto la Constitución y los decretos promulgados por las Cortes de Cádiz y reo de
lesa majestad a quien tratase de restablecerlos. Solo confirmó la abolición de los derechos
jurisdiccionales en los señoríos.
Fernando VII inició una campaña de represión de los liberales. Muchos pasaron a la
clandestinidad y formaron sociedades secretas conspirativas o recurrieron a los pronunciamientos
para hacerse con el poder. Otros se exiliaron en Francia o en Inglaterra, país que se convirtió en el
modelo político a seguir.

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823)

Entre 1815 y 1820 los liberales protagonizaron varios pronunciamientos contra el gobierno
de Fernando VII (Juan Díaz Porlier en La Coruña en 1815 [texto 10], el general Luis Lacy en
Cataluña en 1817, etc.) en los que el protagonismo de los militares compensaba la debilidad de la
burguesía. Pero todos ellos fracasaron porque fueron duramente reprimidos.
Sí triunfó el pronunciamiento del comandante Rafael del Riego en Cabezas de San Juan el 1
de enero de 1820 [texto 11], generalizándose la insurrección posteriormente al resto de España.
Riego proclamó la Constitución de 1812 y, el 9 de marzo de 1820, Fernando VII se vio obligado a
jurar la misma.[Texto 12]
Se iniciaba así el Trienio Liberal (1820-1823), durante el cual las nuevas Cortes pusieron en
marcha un sistema de gestión compartida entre las Cortes y la monarquía. No obstante, durante el
Trienio Liberal surgieron dos problemas:
- Fernando VII utilizó el veto suspensivo para boicotear la labor legislativa de las Cortes.
- Los liberales se escindieron en dos grupos: los «moderados» o doceañistas, partidarios de la
participación de la Corona en las labores legislativas, y los «exaltados» o veinteañistas, que
defendían solo el poder ejecutivo del rey.

Hasta 1822 gobernaron los moderados y, a partir de entonces, los exaltados. Ambos
intentaron desarrollar la Constitución de 1812 para acabar definitivamente con el Antiguo Régimen,
y tomaron las siguientes medidas:
- Suprimieron los mayorazgos y se abolió el régimen señorial.
- Se prohibió a la Iglesia la adquisición de bienes inmuebles y se redujo el diezmo.
- Se definieron las bases de una desamortización de tierras eclesiásticas.
- Se abolió la Inquisición y se limitaron las comunidades religiosas.
- Se redactó un Código Penal, que se promulgó en julio de 1823, bajo el período exaltado del
Trienio.

La oposición absolutista se reunió en el verano de 1822 en el grupo conocido como los


realistas, que protagonizaron varios sucesos para restablecer el absolutismo:
- La sublevación de la Guardia Real en julio de 1822, sofocada por la Milicia Nacional.
- La organización de fuerzas guerrilleras en Navarra y Cataluña.
- La creación de la Regencia de Urgel, con sede en La Seo de Urgel, que pretendió actuar como
gobierno legítimo mientras durara la «cautividad» de Fernando VII por parte de los liberales.
El ejército disolvió la Regencia de Urgel.

Fracasadas las sublevaciones, Fernando VII buscó entonces la ayuda de las grandes potencias
absolutistas europeas, forzando la intervención de la Santa Alianza. En abril de 1823 entraron en
España los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés al mando del duque de Angulema. Los
liberales ofrecieron escasa resistencia y marcharon con Fernando VII como «rehén» a Andalucía,
pero en Cádiz fue liberado por el duque de Angulema el 1 de octubre de 1823. Ese mismo día
Fernando VII restauró por segunda vez el absolutismo. [Texto 13]

La Década Ominosa (1823-1833)

Entre 1823 y 1833 España retornó al absolutismo: fue la denominada Década Ominosa (por
la historiografía liberal). Fernando VII, por el decreto de 1 de octubre de 1823, declaró nulos todos
los actos del Trienio Liberal, excepto la abolición de la Inquisición, que fue sustituida por las Juntas
de Fe. Durante estos años se distinguen dos grupos políticos:

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

- Liberales. Opositores naturales al régimen absolutista. Fueron perseguidos y muchos


huyeron a Francia e Inglaterra.
- Absolutistas, entre los que se distinguieron dos facciones:
 Reformistas. Eran absolutistas, pero partidarios de una política reformista para evitar
una revolución y estaban dirigidos por López Ballesteros.
 Apostólicos. Eran absolutistas radicales y querían el restablecimiento del absolutismo
pleno, incluida la Inquisición. Dirigidos por el infante don Carlos, al que querían
hacer rey, se organizaron en Juntas Apostólicas financiadas por la Iglesia. Fueron los
futuros carlistas. En 1826 protagonizaron la revuelta de los Malcontents.

Los últimos años del reinado de Fernando VII están marcados por su enfermedad y el
problema sucesorio. Para que pudiese reinar su hija Isabel, Fernando VII abolió la Ley Sálica, que
impedía reinar a las mujeres y firmó la Pragmática Sanción de 1789 que autorizaba la sucesión
femenina. [Texto 14]
El infante don Carlos María Isidro (hermano del monarca) consideró ilegal esta medida y no
la aceptó, ya que le privaba del derecho a heredar la Corona. Es así como nació el carlismo para
defender los derechos sucesorios de don Carlos. Para que su hija Isabel pudiera reinar y se nombrara
regente a su esposa María Cristina, al final de su reinado Fernando VII optó por un acercamiento a
los liberales. Posteriormente, María Cristina preparó con Cea Bermúdez la transición hacia el
liberalismo moderado y la creación de un partido político que apoyara a la infanta Isabel.

4.4. El proceso de independencia de las colonias americanas. El legado español en


América

Al comenzar el siglo XIX el Imperio español americano lo componían varias entidades


administrativas. El amplio espacio geográfico que iba desde México a la Patagonia estaba dividido
en cuatro virreinatos, dos creados en el siglo XVI –Nueva España (1535) y Perú (1544)- y otros dos
en el siglo XVIII –Nueva Granada (1740) y Río de la Plata (1776).

4.4.1. Causas de la independencia

- La política que siguió España de considerar los territorios americanos como una prolongación de la
metrópoli y no únicamente como un territorio a explotar, transmitiendo a ellos su mentalidad,
instituciones y cultura, por fuerza tenía que conducir a una maduración política que hizo pensar en
la emancipación. Podemos decir que América estaba preparada para autovalerse.

- El vacío de poder creado en España tras la invasión francesa de 1808 y el surgimiento de juntas
populares para llenar este vacío modificó ostensiblemente las relaciones entre España y sus colonias.
La América española se negó a reconocer a José Bonaparte como rey y se declaró fiel a la causa
fernandina. Sin embargo, esta fidelidad no se extiende a la Junta Central constituida en la metrópoli,
y pretenden administrarse por sí mismas durante el cautiverio del rey, para lo que se organizan de
forma similar a las juntas provinciales españolas. Estas juntas serán las encargadas de canalizar la
revolución.

- El descontento de los criollos: éstos eran descendientes directos de españoles y autoclasificados


como blancos; era el sector privilegiado respecto a los otros grupos de la sociedad de los territorios
hispanoamericanos (indios, mestizos, mulatos). Eran ricos, cultos y terratenientes pero eran

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

apartados sistemáticamente de las tareas de gobierno; los altos cargos, reservados para españoles, les
estaban vedados y se tenían que conformar con puestos en la administración local y las milicias
provinciales. Este desprecio creó entre los criollos un sentimiento de injusticia y de resentimiento y
acentuó el antagonismo entre criollos y españoles.

- La influencia de las ideas ilustradas: sin llegar a influir en América tanto como en Europa. Para la
difusión de la ideología librepensadora fue un factor muy influyente la acción de las logias
masónicas.

- Se ha discutido el influjo de la revolución francesa: es cierto que en Hispanoamérica se abrazaron


los conceptos de libertad y los derechos del hombre pero los criollos recelaban de la igualdad.

- La independencia de los Estados Unidos: fue un ejemplo que alentó los movimientos -“fueron los
primeros que nos enseñaron el sendero de la independencia”, afirmó Bolívar- pero su influencia se
dejó ver más a la hora de decidir la estructura política de las nuevas naciones.

- La ayuda de Inglaterra, interesada en el comercio con los territorios de Hispanoamérica.

4.4.2. Fases del proceso de independencia

El proceso de independencia presenta dos etapas: una etapa de gestación entre los años 1808 y 1814,
y una segunda etapa entre 1814 y 1824 en la que se relanza y culmina el movimiento
independentista.

Gestación e inicio del proceso (1808-14)

El movimiento secesionista no presentó un carácter homogéneo. Desde el comienzo se fueron


perfilando cuatro focos revolucionarios distintos, por ideología y localización geográfica:
- Caracas, de carácter republicano radical, donde se sitúan Miranda y Simón Bolívar.
- Lima, centro realista que permanece fiel al virrey Abascal. Se convertirá en el núcleo de la
resistencia española.
- Buenos Aires, donde la idea monárquica tenía cierto arraigo gracias, entre otros, al general San
Martín, y donde el movimiento traspasó las fronteras para influir en Chile y Charcas (Bolivia).
- México, con un desarrollo al margen de los demás. Aquí la revuelta es en su origen de carácter
social y no cuenta con el apoyo criollo.

Caracas y Buenos Aires se convirtieron en los dos extremos de donde partirá la ofensiva contra Perú
en la que se decidirá la lucha en la mitad sur del continente. El foco insurreccional más importante de
América del Sur fue Venezuela. En Caracas, en 1810, se constituyó la Junta Suprema Conservadora
de los derechos de Fernando VII, de claro matiz separatista y de la que formaban parte Simón
Bolívar. En 1811 se reunió el Congreso General en Caracas, cuya primera decisión fue declarar la
independencia de las Provincias Unidas de Venezuela, que fue seguida de la promulgación de una
constitución federal, que se oponía a las tesis mantenidas por Bolívar y Miranda de un régimen
unitario y centralista. Bolívar conquista en tres meses Caracas y gran parte de Venezuela, recibiendo
el título de Libertador (1813). Sin embargo, la población inferior, los llaneros, no estaba identificada
con la revolución y, liderados por Boves, derrotaron a los revolucionarios. Bolívar huyó a Cartagena
de Indias.

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

En Buenos Aires, el proceso revolucionario comienza con la destitución del virrey y la constitución
de una Junta. Dentro del virreinato de Río de la Plata, el general Artigas proclama la independencia
de Uruguay, que se separa así de Argentina. En Paraguay el doctor Francia es nombrado presidente
en 1814.

En México la guerra tendrá en sus orígenes un carácter popular, indigenista y religioso. Será un
párroco de pueblo, Manuel Hidalgo, el que inicie la rebelión en Querétaro en 1810 seguido por
numerosos contingentes de indios en el llamado grito de Dolores. Pero la revuelta no cuenta con el
apoyo criollo e Hidalgo es derrotado cerca de Guadalajara en 1811. El movimiento entonces se
desplaza al sur, encabezado ahora por otro párroco, José María Morelos, quien proclama la
independencia en 1814 en el Congreso de Chipalcingo.
En España fue despertando un sentimiento de comprensión hacia los problemas americanos. Muestra
de ello fue que en las Cortes de Cádiz tuvieron representación los criollos. La vuelta de Fernando VII
cambiará las cosas, pero sólo momentáneamente.

Reacción española, reactivación y culminación del proceso (1814-24)

Cuando Fernando VII regresa a España en 1814 parecía que los respectivos intentos de emancipación
estaban dominados. Se creía, con cierta ingenuidad, que la insurrección se había producido como
lógica reacción contra el régimen liberal pero pronto se vio que tales suposiciones eran erróneas. Por
ello, fue necesario organizar un cuerpo expedicionario de unos diez mil soldados rumbo a América ,
que pareció controlar la situación por un tiempo. Pero pronto se vio que, ante la inmensidad del
territorio, eran unas fuerzas muy exiguas. En 1816, un congreso en Tucumán proclamó la
independencia del Río de la Plata. El Congreso de Tucumán alentó al general San Martín a relanzar
la revolución militarmente. En 1817 vence a los realistas en la batalla de Chacabuco, lo que le
permitió entrar en Santiago y proclamar la independencia de Chile al año siguiente.

Mientras tanto, Bolívar había vuelto a Venezuela y fue proclamado presidente en 1816. Extendió la
lucha a Nueva Granada y tras la victoria en Bocayá (1819) proclamará la independencia del
virreinato en el Congreso de Angostura y decreta su unión a Venezuela, dando lugar a la Gran
Colombia. La victoria de Carabobo (1821) -aprovechando que el segundo cuerpo militar español que
debía embarcar para América no lo hizo por el pronunciamiento del general Riego- confirmará el
éxito independentista en esta zona. Al año siguiente, el propio Bolívar, ayudado por Sucre, vence a
los realistas en Ecuador, que quedará también anexionado a la Gran Colombia que presidía Bolívar.
En Sudamérica, tan sólo quedaba Perú fiel a los españoles. Será Bolívar quien, tras las victorias de la
Pampa de Junín y Ayacucho (1824) liquide la autoridad española en Perú y Sudamérica. Bolívar será
elegido en el Congreso de Lima dictador de Perú. Dentro de este territorio, Bolivia se convertirá en
una nación independiente de Perú.

En Centroamérica, los movimientos independentistas culminaron en 1823 con la conformación de


la República Federal de Centroamérica.

Ya vimos que el proceso independentista en México tenía un desarrollo al margen del resto y así
continuará siendo hasta el final. Aquí los realistas habían derrotado a Morelos y hacia 1819 la
situación parecía controlada, aunque quedaban algunos grupúsculos rebeldes en el sur. Precisamente
para combatir a estos grupos, Agustín Itúrbide, coronel en las filas realistas, va a recibir un
contingente de tropas a su cargo. Pero ante la sorpresa de las autoridades del virreinato, en lugar de
entablar batalla, va a llegar a un acuerdo con los rebeldes por el que se proponía la separación
pacífica de España conocido como el Plan de Iguala. Según éste, se respetaría el integrismo católico,
se decreta la igualdad de todos los habitantes del virreinato y México pasaría a ser una monarquía

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

constitucional. El acuerdo fue aceptado por el virrey y así, sin derramamiento de sangre, México
consigue su independencia en 1821.
El primer propósito de los insurgentes fue ofrecer la corona a un príncipe español pero Itúrbide cedió
a las presiones de sus oficiales y aceptó el trono para sí, adoptando el título de emperador bajo el
nombre de Agustín I. Pero Itúrbide no reunía las condiciones ni el carisma que la situación requería y
este intento de monarquía fracasó, estableciéndose una república tras el Plan de Casa Mata (1823).
Aún Itúrbide intentó recuperar el trono pero fue apresado y fusilado en Tamaulipas en 1824.

4.4.3. Consecuencias de la independencia

- En el plano político, se observa una discordancia entre los esquemas propios de la revolución
liberal bajo los que se iniciaron los movimientos y la realidad política. Después de la independencia,
la toma del poder se hace por militares, que conducirán a las jóvenes naciones a una inestabilidad de
gobierno casi crónica. Como forma de gobierno, de forma generalizada se optó por la república. En
cuanto a la idea de Bolívar de grandes unidades regionales, pronto fue olvidada y la
compartimentación se impuso. Lo más grave es el debilitamiento de las instituciones y el
protagonismo que cobra el ejército en la vida política, convirtiéndose en causa de violencia y
anarquía a través de numerosos golpes de estado y en base del caudillismo.

- En el plano social, no hubo grandes cambios. Continuó existiendo una minoría privilegiada
(criollos) frente a una gran masa que vivía en unas condiciones precarias y no se llegó a desarrollar
una clase media consistente. La esclavitud se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIX,
especialmente en las zonas que había agricultura de plantación

- En la economía se va a producir un estancamiento. Ante la falta de demanda interna por el bajo


nivel adquisitivo de la mayoría de la población la economía se orientó hacia la exportación,
produciendo materias primas para el mercado mundial. Podemos decir que Hispanoamérica pasó de
una dependencia política española a un colonialismo económico inglés y de Estados Unidos.

- Para España, la pérdida de las colonias tuvo efectos negativos en la economía, puesto que sus
arcas dejaron de percibir ingresos procedentes de las aduanas, rentas y tributos coloniales. Además,
se perdió un importante mercado para la exportación de sus productos.

4.4.4. El legado español en América

Ya hemos comentado que España trató en muchos aspectos los territorios que controlaba en América
como una prolongación de la metrópoli. Por ello, consideramos el término colonialismo poco
acertado para referirse a su relación con las tierras de ultramar. Una vez corregidos los abusos de los
encomenderos denunciados por el padre Bartolomé de las Casas con las Nuevas leyes de Indias
(1542), la acción de España en el Nuevo Continente dista de la visión de “saqueo y expolio” con que
quieren identificar algunas tendencias populistas y poco informadas la presencia española. Al
contrario, las aportaciones españolas son numerosas y de enorme relevancia, de igual manera que
sería injusto negar las contribuciones americanas a España y Europa, perdurables en ambos casos
hasta nuestros días.

El control político y administrativo que ejerció España en gran parte del continente americano se
tradujo en un legado social, económico y cultural de gran trascendencia:

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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

- En el plano social, la “colonización” española se caracterizó desde un principio por el mestizaje.


La población española se mezcló con los indígenas americanos (mestizos) y la población esclava
traída de África (mulatos).

- Los españoles aportaron numerosas innovaciones técnicas (rueda, arado, molino, pólvora,
imprenta…), así como nuevas plantas (trigo, vid, olivo, cebada, lentejas, garbanzos, arroz…) y
animales (caballo, vaca, buey, cerdo, oveja, cabra, gallina, perro…).

- Introdujeron el idioma español y la extensión de la enseñanza a todos los niveles, incluida la


creación de universidades (la primera San Marcos en Perú, 1551). Con el paso del tiempo, algunos
de los más grandes escritores en castellano serán hispanoamericanos (Borges, Julio Cortázar, Miguel
ÁngelAsturias, Onetti, Octavio Paz, Vargas Llosa, etc.).

- En el terreno religioso destruyeron sus cultos politeístas que exigían sacrificios humanos e
impusieron el cristianismo. De hecho, actualmente América es el continente con mayor número de
católicos.

- Se produjo una fusión artística entre el arte precolombino y el arte europeo, surgiendo un nuevo
estilo artístico que podríamos denominar colonial, destacando especialmente el arte barroco
hispamoamericano por su gran personalidad.

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