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RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO
ENSAYO LECTURAS N° 1, 2 Y 3
De modo que, nos pasamos gran parte de nuestra vida estudiando quizás sin
comprender las ventajas ofrecidas por las enseñanzas, esto se deba tal vez a la
inmadurez presente en los periodos de la niñez, adolescencia y juventud donde
paradójicamente las responsabilidades de vida son menores y aun así las prioridades
mayormente no están basadas en sacar los estudios de manera oportuna y con un
alto rendimiento académico aprovechando entonces el apoyo recibido por los padres.
Por otro lado, nunca es tarde para retomar los estudios siempre y cuando se
cuente con el factor motivación la cual puede ser intrínseca o extrínseca, pero
cualquiera de esta que lo impulsen le serán necesarias para lograr sus metas
haciendo que el adulto supere temores generados por la idea de fracasar en las
actividades académicas y que esto a su vez influya en el rechazo de sus compañeros,
o por sentirse juzgado por los mas jóvenes por no haber estudiado en el tiempo
correspondiente es decir, en la infancia, adolescencia o juventud. Es por ello que, el
docente debe tomar en cuenta las diversas inseguridades presentes en el adulto quien
tiene expectativas claras en su aprendizaje y si estas no son satisfechas puede
abandonar fácilmente sus aspiraciones académicas por lo que, tratar con tacto al
adulto podría motivarlo al alcance de sus propósitos.
Desde esta perspectiva, es posible asegurar que el adulto tiene muchas
historias y experiencias las cuales le hacen ser un alumno que requiere de un
ambiente de aprendizaje cómodo con contenidos, programas y métodos que varíen
de acuerdo a sus necesidades particulares que, estén basadas en satisfacer sus
conocimientos de acuerdo a sus intereses y necesidades apoyándose en su capacidad
social, psicológica y económica. Entonces, formar personas adultas es un reto para
cualquier docente quien debe lograr sembrar en estos educandos un espíritu de
crecimiento personal tomando en cuenta que trata con personas con sus propias
vivencias, cuyas metas y sueños difieren a las de los adolescentes. En este sentido
Adam (1977) afirma que:
La realidad educativa nos dice que el adulto, como educando, presenta
características peculiares y diferentes a la de los niños en el ejercicio de la
misma actividad, entonces se precisa no solo de una metodología sino
todo un sistema educativo que fundamentado en principios filosóficos,
psicosociales y ergológicos, responda al carácter andragógico del proceso
enseñanza-aprendizaje y de la formación de los adultos
¿Acaso existe una inclusión social en la educación? Porque de ser así ¿Por qué
existe aun tanta descomposición ciudadana? La cual vemos palpamos y sentimos
solamente al salir de nuestras casas, intolerancia, calles atiborradas de basura,
choferes y transeúntes que no respetan las normas y leyes establecidas, irrespeto por
parte de la juventud hacia sus mayores o viceversa, delincuencia entre otros
gravísimos problemas que nos afectan y aunque no lo creamos hemos aprendido a
convivir con todo esto como si fuera otra extensión intangible de nuestro cuerpo.
Por lo tanto, No podemos divorciar la educación del hombre, aunque este sea
maduro o tenga avanzada edad, porque ellos son los engranajes que permiten
prender el motor del aprendizaje. Para nadie es un secreto que nuestro país enfrenta
diversos problemas sociales entre ellos la delincuencia, desempleo, los cuales siempre
han estado paradójicamente presentes en una tierra con grandes reservas petroleras.
Lo cierto es que, Los cambios económicos, políticos y sociales por los que
atraviesa actualmente Venezuela, implican desafíos para la educación como elemento
clave del desarrollo nacional e instrumento para la formación integral del ser humano,
tomando en cuenta los nuevos criterios para las políticas educativas. Se asumen en el
contexto cotidiano los conceptos sobre derechos humanos, la importancia de la ética y
la moral en el ser humano, así como su posterior comportamiento ante la sociedad
para el beneficio común. Simón Bolívar consideraba la necesidad de desarrollar una
personalidad en función de la formación del espíritu y el corazón de los ciudadanos.
Para él, la nación será lo que sean sus principios en educación sabia y virtuosa y a
cada sociedad corresponde un tipo de educación; su ritmo de sabiduría u oscuridad
determinarán si avanza o se hunde.
Dentro de este orden de ideas, Luis Beltrán Prieto Figueroa es otra de las
figuras centrales que nutre el pensamiento educativo. Su tesis del Estado docente,
presentada en la Convención Nacional del Magisterio, en la ciudad de Valencia en
1943, plantea “en un país cualquiera, en una época cualquiera, es inconcebible que
el Estado deje abandonada al capricho de las actividades particulares la orientación
y formación de la conciencia de los ciudadanos”. De tal manera que, Prieto concebía
la educación como un fenómeno colectivo, regido por normas establecidas para un
grupo social, y controladas por el Estado, expresado como una totalidad y es por ello
que este determina los medios para satisfacerla. La educación es una función
eminentemente pública, asignada por el Estado y la colectividad, que busca la
formación del educando en correspondencia con el concepto general de ciudadano, de
acuerdo con los intereses estatales como un ser humano con determinadas
características.
Desde luego no es fácil como educador haber abandonado las aulas sabiendo
que se es el instrumento para eliminar las desigualdades e injusticias sociales que
hoy día se han encumbrado, hoy necesitamos una educación que ponga fin a la
manipulación y a las dadivas, es por eso que se debe ver con optimismo el porvenir
teniendo presente a Simón Rodríguez cuando decía"¡CUIDADO! no sea que por la
manía de imitar servilmente, a las Naciones cultas, venga la América a hacer el Papel
de vieja, en su infancia".
Hernández, R. (2001). Dos tiempos, dos sociedades, dos escuelas. Simón Rodríguez
(siglo XIX) y Bolivarianos (siglo XXI). Revista de Pedagogía. Vol. XXII-Nº
63. Caracas.
http://www.ibe.unesco.org J. Krishnamurti (1895–1986). Extraído el 10 de Agosto
de 2017 a las 11:30 hrs
Morales Gil, E. (2005). Simón Rodríguez y la Educación Popular Republicana. I
Congreso Internacional Robinsoniano. Ministerio de Educación y Deportes.