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Capítulo segundo

Las potencias revisionistas y el Sur Global


José Pardo de Santayana

Resumen
En 1996, Moscú y Pekín crearon una asociación estratégica que
con el tiempo ha conseguido su objetivo de oponerse a un orden
internacional unipolar de inspiración occidental, presidido por
Washington.
En esta creciente pugna entre las potencias revisionistas y las
occidentales por la gobernanza mundial, el grupo de países, ahora
conocido como Sur Global, tiene la última palabra. De momento,
China y Rusia están consiguiendo que la actitud del nuevo sur sea
favorable a sus designios estratégicos.
Para revertir la situación, Occidente tiene que cambiar su men-
talidad y su forma de interactuar con el mundo en desarrollo,
esforzarse en entender sus preocupaciones, incorporar al Sur
Global en la gobernanza mundial en pie de igualdad y renunciar
a imponerle unos valores, los occidentales, que dichas naciones
interpretan como una forma de dominio.
La ejemplaridad es la vía más eficaz para influir positivamente en
el mundo. Desgraciadamente, las naciones occidentales, some-
tidas a una intensa polarización interna, no están en su mejor
momento.

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José Pardo de Santayana

Palabras clave

Orden internacional, Potencias revisionistas, Occidente, Sur


Global, China, Rusia, Estados Unidos, Rivalidad internacional.

The Revisionist Powers and the Global South

Abstract

In 1996, Moscow and Beijing established a strategic partners-


hip that over time has achieved its goal of opposing a Western-
inspired unipolar international order presided over by Washington.
In this growing struggle between the revisionist and Western
powers to shape global governance, the group of countries now
known as the Global South has the last word. For the moment,
China and Russia are taking advantage of the attitude of the new
South’s stance to advance their strategic agendas.
In order to reverse the situation, the West must change its men-
tality and its way of dealing with the developing world, it has to
make an effort to understand their concerns, it has to incorpo-
rate the Global South into world governance on an equal footing
and renounce imposing Western values on it, which these nations
interpret as a form of domination.
Leading by example is the most effective way to positively
influence the world. Unfortunately, the Western nations, which
are subject to intense internal polarization, are not at their best.
Keywords
International order, Revisionist powers, The West, Global South,
China, Russia, United States, International rivalry.

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

«El “Sur Global” engloba países con intereses e ideologías tan


variados que puede que el término ya no sea una herramienta
útil. Sin embargo, si el mundo occidental espera contrarrestar
la creciente agresividad de Rusia y China, reconstruir relaciones
sólidas con estos países es más importante que nunca1» (Raja
Mohan).

1. Introducción

Cuando Henry Kissinger acaba de fallecer, dejando un gran vacío,


no podemos dejar de recordar el designio estratégico que, una
vez superada la Guerra Fría, propuso en relación con Rusia y
China. Es razonable pensar que, de haber sido tenido en cuenta,
la situación internacional sería hoy francamente mejor.
Desde su permanente preocupación por el equilibrio de poder,
pensaba que el peor de los mundos posibles sería aquel en que
Pekín y Moscú se pudieran llegar a entender —que es donde
estamos. Para evitarlo, Washington debía mantener una relación
mejor con ambas capitales que la que estas mantuvieran entre
sí. Dicho planteamiento estratégico no debía ser difícil de llevar
a buen término dada la profunda desconfianza y la latente hos-
tilidad entre ambos vecinos. Esto suponía aceptar a estos viejos
imperios, entonces todavía en una posición relativamente débil,
en el concierto de las potencias, con la ventaja de que su animad-
versión recíproca convertiría a Estados Unidos en el gran árbitro.
Por otra parte, si no se les incorporaba con un papel relevante en
el orden internacional —uno bastante imperfecto, sin duda— se
propondrían derribarlo —como, de hecho, ha ocurrido.
Hasta 2017 —fecha en que la Estrategia Nacional de Seguridad
(ENS) de los Estados Unidos reconoció la rivalidad entre las gran-
des potencias como su preocupación primordial— en las capitales
occidentales dominó el optimismo y se pensaba que el mundo
marchaba inexorablemente hacia una globalización liberal y
democratizante, grosso modo el Fin de la Historia de Fukuyama.
La evolución interna de China, desde 2014 la primera potencia
comercial del mundo, era la clave de dicha visión de futuro.

1 Mohan, R. (2023). «Engaging With the Global South». Foreign Plicy. Global Reboot
podcast, 8 de diciembre. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://foreignpolicy.
com/podcasts/global-reboot/engaging-with-the-global-south/?_cldee=RfbeFKs-
DB-ue1sGuWFITVDH55SZNpwcG1XY6AtxdGTX0g1SNgmOILou93BGb2sRs&re-
cipientid=contact-cb22263faf9de911a97d000d3a233b72-ab243536184f4a07
b3c370adfb860803&esid=b4a842c5-329f-ee11-be37-6045bd8c5364

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José Pardo de Santayana

«Durante décadas, la opinión generalizada en Estados Unidos


fue que era únicamente una cuestión de tiempo que China
se volviera más liberal, primero económica y luego políti-
camente. No pudimos haber estado más equivocados, un
error de cálculo que constituye el mayor fracaso de la política
exterior estadounidense desde la década de 1930»2.
Sin embargo, ya en 1996 Pekín y Moscú habían firmado una aso-
ciación estratégica cuya finalidad era oponerse al orden interna-
cional unipolar entonces vigente. Esta entente estratégica, a la
que no se prestó la suficiente atención, ha terminado alcanzando
su objetivo.
El orden internacional bastante benigno vigente desde el final
de la Guerra Fría, basado en el multilateralismo y presidido por
los Estados Unidos, ha dado paso a un bronco sistema multi-
polar caracterizado por la creciente rivalidad entre las grandes
potencias y en el que ya se maneja el escenario de un posible
serio encontronazo3. Por otra parte, el equilibrio de poder y la
base tecnológica de la guerra están cambiando tan rápidamente
y en tantos aspectos que los países carecen de cualquier principio
establecido sobre el que fundamentar el orden4.
«No es necesario explicar que el mundo actual está fragmen-
tado. La disputa entre las grandes potencias ha vuelto con
fuerza y el orden multilateral global es incapaz de propor-
cionar un marco eficaz para la gobernanza. Con una guerra
en pleno apogeo en Europa y la posibilidad de que se pro-
duzcan múltiples crisis en el Indo-Pacífico, la cooperación
entre los actores globales clave sigue siendo un bien escaso.
En el pasado, se podría haber supuesto que las cuestiones
económicas serían clave para forjar la cooperación global.
Hoy, esa no es una posibilidad real. En cambio, la militari-
zación de casi todos los aspectos de la relación interestatal
está creando desafíos que la mayoría de los Estados está
luchando por afrontar»5.

2 O’Brien, R. C. (2020). «How China Threatens American Democracy. Beijing’s


Ideological Agenda Has Gone Global». Foreign Affairs, 21 de octubre.
3 Mitchell. A. Wess. (2023). «America Is a Heartbeat Away From a War It Could Lose».

Foreign Policy, 16 de noviembre. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://foreignpolicy.


com/2023/11/16/us-russia-china-gaza-ukraine-world-war-defense-security-strategy/
4 Kissinger, H. (2023). «Henry Kissinger explains how to avoid world war three». The

Economist, 17 de mayo.
5 Pant, H. V. (2023). «Global Governance in Today’s World: Bringing ‘Global South’ to

the Centre». ISPI Annual Trends Report, diciembre.

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

Frente a la amenaza de que Pekín, respaldada por Moscú, pueda


configurar un sistema internacional a su medida, el presidente
Biden, en su ENS de octubre de 2022, ha hecho una llamada a
una gran cruzada democrática en contraposición a las potencias
autocráticas.
«Nos encontramos en medio de una competición estratégica
para configurar el futuro del orden internacional [...] Estados
Unidos liderará con nuestros valores, y trabajaremos codo
con codo con nuestros aliados y socios y con todos aquellos
que compartan nuestros intereses. [...] Los autócratas están
haciendo horas extras para socavar la democracia y exportar
un modelo de gobierno marcado por la represión en el inte-
rior y la coerción en el exterior»6.
De ese modo, la confrontación entre Estados Unidos y las poten-
cias revisionistas, fundamentalmente China, es mucho más que
una rivalidad entre dos Estados poderosos, es una competición
entre dos jerarquías rivales. A medida que ambos bloques se
enfrentan, también compiten por la lealtad de los países de todo
el mundo, lo que aumenta el número de posibles puntos de fric-
ción y la probabilidad de que los países que deseen permanecer
fuera de la competición se vean arrastrados a ella7.
Esto convierte a lo que hoy conocemos como el Sur Global en
el teatro de operaciones —junto con los dominios tecnológico y
cognitivo— de la gran disputa geoestratégica por la configuración
del futuro sistema internacional.
La reacción de buena parte de los países de este nuevo sur, tanto
frente a la invasión rusa en Ucrania como frente al salvaje ataque
de Hamás a Israel ha disgustado e, incluso, sorprendido a las
potencias occidentales.
«En Washington y en las capitales europeas prevaleció la
esperanza utópica de que se pudiera torpedear una alianza
chino-rusa y convencer a terceros países como India y otros
—principalmente del hemisferio sur— para que se posiciona-
ran, principalmente, contra Rusia. Se proclamó una alianza

6 The White House. (2022). National Securuty Strategy. [Consulta: 2024]. Disponible
en: https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/11/8-November-Combi-
ned-PDF-for-Upload.pdf
7 Colgan, J. D. y Miller, N. L. (2022). «The Rewards of Rivalry. U.S.-Chinese

Competition Can Spur Climate Progress». Foreign Affairs, 1 de noviembre. [Consulta:


2024]. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/united-states/rewards-rivalry
-us-china-competition-can-spur-climate-progress#author-info

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José Pardo de Santayana

victoriosa de democracias “buenas” contra autocracias


“malas”. El G7 se revitalizó para liderar esta cruzada»8.
En estos momentos decisivos, las potencias revisionistas están
encontrando la sinergia de gran parte de los países de este
Sur Global que empiezan a acariciar unos niveles de desarrollo
similares a los de los países más avanzados, que consideran
que han alcanzado la plena mayoría de edad y que desean
sacudirse la tutela de las potencias occidentales. Estas nacio-
nes, al no alinearse con Estados Unidos y sus aliados, crean
un contexto estratégico favorable a los designios estratégi-
cos de China y de Rusia, que desean debilitar la influencia de
Occidente sobre el resto del mundo para limitar en todo lo
posible los efectos de las sanciones y presiones a las que están
sometidas.
Pekín y Moscú llevan años cultivando y profundizando sus rela-
ciones con los países en desarrollo: la primera, principalmente,
por medio de la Nueva Ruta de la Seda; la segunda, con su
comercio energético y armamentístico y su activa diplomacia;
ambas con enfoques pragmáticos y de interés mutuo, des-
preocupándose de las consideraciones internas de los países,
mientras no desaprovechan ninguna ocasión para explotar los
resentimientos de aquellos países hacia las antiguas potencias
colonialistas.
Todo esto ocurre en una encrucijada histórica, en la que los acu-
ciantes asuntos globales requieren un renovado esfuerzo de coo-
peración, ámbito donde el Sur Global también tiene la última
palabra.
Este capítulo defiende que, hasta el momento, la República
Popular China y la Federación Rusa están ganando la batalla de
influencia y se están beneficiando de la falta de sensibilidad de las
potencias occidentales en su relación con los países del mundo
en desarrollo. Al proponer Washington una cruzada de valores,
percibidos como occidentales y no como propios, y al pretender
que los demás se acomoden a un orden internacional en cuya
conformación apenas han participado, los países del Sur Global
se sienten tratados con un paternalismo que desestima su aspi-
ración legítima de ser tratados de igual a igual.

8 Liechtenstein, M. (2023). Príncipe de. «Making the free world prevail». GIS com-
ment, 13 de noviembre. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.gisreportson-
line.com/r/free-world-prevail/

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

2. Asociación estratégica chino-rusa

Pekín y Moscú son las capitales de dos viejos imperios, someti-


dos a una enconada rivalidad histórica que tiene su origen en la
vecindad de ambos y, muy en concreto, en la expansión territo-
rial del ruso a costa del chino. En los tratados de Aigún (1858) y
Pekín (1860), forzados por el imperio zarista cuando la dinastía
Qing se encontraba en serios apuros durante la Segunda Guerra
del Opio, Rusia adquirió cuantiosos territorios en la región del río
Amur (figura 1) y en Asia Central. Posteriormente, cuando Mao
intentó recuperar Mongolia —como hizo con el Tíbet y Sinkiang—,
la Unión Soviética fue el garante de la independencia de dicho
territorio.

Figura 1. Territorios ganados por Rusia a costa de China en los tratados de


Aigún y Pekín. Fuente: elaboración propia

La revolución comunista en China supuso un momento álgido del


entendimiento entre ambas potencias. No obstante, después de
la sintonía entre Mao y Stalin, la relación chino-soviética se fue
deteriorando rápidamente, llegando en 1969 a un breve enfren-
tamiento fronterizo armado. Este grave desencuentro fue apro-
vechado por Nixon para el acercamiento a Pekín. Así, el deshielo
entre las dos potencias comunistas no comenzó hasta principios
de los ochenta y las relaciones no se normalizaron hasta mayo de
1989, manteniéndose, no obstante, una arraigada desconfianza.
Superada la Guerra Fría, el nuevo escenario estratégico con
Washington en una posición hegemónica muy consolidada, la

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José Pardo de Santayana

tercera crisis del estrecho de Taiwán (julio de 1995-marzo de


1996) y el cambio de rumbo que supuso en Moscú la doctrina
Primakov propiciaron que, en abril de 1996, China y Rusia esta-
blecieran una «asociación estratégica», a la que los líderes chinos
y rusos ahora se refieren como una «asociación estratégica inte-
gral de coordinación».
El objetivo de la asociación estratégica era oponerse tanto al
orden internacional unipolar presidido por Washington como a
toda injerencia en asuntos internos. Si el rechazo de un orden
unipolar respondía a la lógica geopolítica tradicional, ambos
Estados interpretaban la injerencia en asuntos internos como una
amenaza a su integridad territorial y a la legitimidad de los res-
pectivos regímenes políticos.
Superando las diferencias y haciendo de la necesidad virtud, su
firme voluntad de llegar a jugar como pares de Estados Unidos en
la primera división de la geopolítica global y los sucesivos desen-
cuentros de Pekín y Moscú con Washington permitieron un acer-
camiento por etapas que fue sentando las bases de una relación
cada vez más estrecha.
La crisis de Crimea y Donbás de 2014 hizo que esta entente
estratégica adquiriera un carácter de primer orden, alcanzando
cotas de colaboración hasta entonces poco previsibles. Pekín,
que, en 2013, había lanzado su proyecto de la Nueva Ruta de la
Seda, ya no disimulaba su ambición y necesitaba a Rusia para
evitar un cerco de Estados que se opusiera a su ascenso a la
primacía mundial. El Kremlin, en franca oposición a Washington
y sus aliados, necesitaba un socio fuerte para resistir las presio-
nes occidentales y diversificar sus vínculos estratégicos, econó-
micos y diplomáticos. A partir de entonces, ambas potencias se
sintieron suficientemente respaldadas para retar abiertamente el
orden internacional vigente.
Los vínculos bilaterales entre ambos países han adquirido, ade-
más, un carácter muy personalizado gracias al buen entendi-
miento de sus presidentes, Vladímir Putin y Xi Jinping, que se
implican directamente en la resolución de problemas financieros
y comerciales de amplio calado e interés mutuo9. Ambos man-
datarios comparten la interpretación histórica del destino de sus

9 Stronski, P.y Hg, Nicole. (2018). «Cooperation and Competition. Russia and
China in Central Asia, the Russian Far East and the Arctic». Carnegie Endowment for
International Peace, febrero.

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

naciones, la visión realista de las relaciones internacionales y una


estrategia a corto y medio plazo de intereses compartidos.
No obstante, en el Kremlin no se perdió la esperanza de que Rusia
pudiera aprovechar la emergencia de China para que Washington
buscara el acercamiento de Moscú para equilibrar a Pekín y cons-
tituirse así en el contrapeso clave del juego de poder global. Esto
permitiría a la Federación Rusa formar parte del club de los grandes.
En Estados Unidos había voces que compartían dicho enfoque.
«Varios comentaristas, entre ellos Doug Bandow del Cato
Institute y Edward Luttwak del Center for Strategic and
International Studies, sugirieron que el presidente Trump
debería hacer todo lo posible para mejorar las relaciones con
Rusia un paso más allá y tratar de conseguir la ayuda de
Moscú para equilibrar a una China en ascenso. Trump ve a
China y el extremismo islamista como los dos principales
desafíos para la seguridad de los Estados Unidos y a Rusia
como un socio potencial para combatir a ambos»10.
No obstante, dicho presidente encontró una enorme resisten-
cia en el «establishment», se vio forzado a cambiar el enfoque
y en su ESN de diciembre de 2017 presentó la rivalidad entre
las grandes potencias como la principal prioridad estratégica de
Washington, desplazando al terrorismo yihadista.
La consiguiente guerra arancelaria contra China, iniciada en
2018, llevó a un fortalecimiento aún mayor de los lazos chino-ru-
sos. Las tensiones entre Washington y Pekín comenzaron a esca-
lar pasando de una guerra comercial y tecnológica a inicios de la
Administración Trump a una con ribetes ideológicos y militares
bajo el presidente Biden11.
«Los lazos entre China y Rusia crecieron en prácticamente todas
las dimensiones de su relación, desde el ámbito diplomático hasta
el de defensa y desde el económico hasta el informativo […]
Quizás el aspecto más preocupante y menos entendido de la aso-
ciación chino-rusa sea la sinergia que generan sus acciones»12.

10 Stokes, J. (2017). «Russia and China’s Enduring Alliance: A Reverse “Nixon


Strategy” Won’t Work for Trump». Foreign Affairs, 22 de febrero.
11 Heine, Jorge. (2023). «El no alineamiento activo. Los desafíos del Sur Global».

Vanguardia dossier, n.º 89. Octubre/diciembre.


12 Kendall-Taylor, A. y Shullman, D. (2021). «Navigating the Deepening Russia-China

Partnership». CNAS, enero. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.cnas.org/


publications/reports/navigating-the-deepening-russia-china-partnership

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José Pardo de Santayana

Los ejercicios militares conjuntos adquirieron una nueva dimen-


sión. En septiembre de 2018, China participó con fuerzas terres-
tres en el ejercicio Vostok, en territorio de la Federación Rusa.
Pekín trabajaba con Moscú para llenar los vacíos en sus capaci-
dades militares y acelerar su innovación tecnológica. Rusia pro-
porcionaba a China sistemas de armas avanzados que mejoraban
sus capacidades de defensa aérea, antibuques y submarinas.
Ambas potencias se han alineado igualmente en sus esfuerzos
para debilitar la cohesión entre los aliados y socios de Estados
Unidos y diluir la influencia de Washington con países e institucio-
nes internacionales y rechazan frontalmente la universalidad de
los valores occidentales. Defienden el derecho de cada sociedad
a vivir conforme a sus propios referentes culturales e interpretan
el intento de Occidente de expandir la democracia y los valores
liberales como un instrumento de dominación.
De igual modo, se esfuerzan y colaboran para reducir la cen-
tralidad de los Estados Unidos en el sistema económico global.
Un aspecto importante es la desdolarización de sus economías.
Esta había surgido como una prioridad para Rusia en 2014 en
respuesta a la imposición de sanciones occidentales tras la ane-
xión de Crimea. Moscú encontró entonces el apoyo de Pekín para
dicho propósito. La desdolarización comenzó a ganar también
valor para China en 2018, tras el inicio de la guerra comercial con
Estados Unidos, lo que dio paso a un acuerdo en 2019 para reem-
plazar el dólar con monedas nacionales en las liquidaciones inter-
nacionales entre ellos. Mientras que el 80 % de las exportaciones
totales de Rusia estaban denominadas en dólares estadouniden-
ses en 2013, solo un poco más de la mitad de sus exportaciones
totales se liquidaban en dólares antes del inicio de la guerra13. La
mayor parte de la disminución fue absorbida por su comercio con
China. Este objetivo no ha dejado de profundizarse.
La guerra de Ucrania, poco antes de cuyo inicio los presiden-
tes Xi Jinping y Putin proclamaron «una amistad sin límites», ha
supuesto un nuevo hito. A pesar de que China mantenga una
cierta distancia con Rusia en relación con dicha contienda armada
para no verse contaminada por ella y para evitar más sancio-
nes, las potencias revisionistas mantienen intacto el objetivo de
trabajar juntos para configurar un sistema internacional donde

13 Bhusari, M. y Nikoladze, M. (2022). «Russia and China: Partners in Dedollarization».


Atlántic Council, 18 de febrero. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.atlantic-
council.org/blogs/econographics/russia-and-china-partners-in-dedollarization/

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

Estados Unidos y sus aliados no puedan amenazar sus respecti-


vas aspiraciones nacionales, evitando entre ellas fricciones en los
múltiples asuntos sensibles.
China ha ampliado significativamente su comercio con Rusia, de
la que importa el 19 % de su petróleo y el 25 % de su carbón,
dando cobertura a sectores antes atendidos por los países euro-
peos, como el del automóvil —que ha quintuplicado sus ventas.
De este modo, en los primeros ocho meses de 2023, las impor-
taciones chinas crecieron un 63 %. Pekín mantiene además con
Moscú una importante asociación industrial de defensa, importa
cantidades sustanciales de armas del país y facilita su comercio
de microchips.
Ciertamente, a China le ha disgustado el aventurismo ruso en
Ucrania que ha reforzado los lazos estratégicos dentro del bloque
occidental, ha perjudicado su crecimiento económico —aunque
también se haya visto favorecida por los precios rebajados en las
importaciones de petróleo ruso— y ha introducido un factor de
incertidumbre que incomoda a Pekín. Sin embargo, no le interesa
que Rusia quede debilitada y le da el respaldo necesario para
sobreponerse a los avatares de la contienda bélica. En ningún
caso, permitirá que quede sometida a la voluntad de las poten-
cias occidentales. Si viera peligrar tal eventualidad, es razonable
pensar que dará un serio respaldo a la Rusia de Putin. Por ello, es
previsible que mientras siga enfrentada a Estados Unidos en la
lucha por la hegemonía global, la República Popular China man-
tendrá sus estrechos lazos con la Federación Rusa.
El mayor reto —todavía difícil de evaluar— es de naturaleza tec-
nológica. ¿Cómo adaptarán ambas potencias dicha entente en un
futuro, ya nada lejano, donde los desarrollos de la inteligencia
artificial, la tecnología cuántica, la automatización y la robótica
están llamados a trastocar los resortes del poder?
Ni que decir tiene que el conflicto abierto en Oriente Medio entre
Hamás e Israel, al haber despertado nuevas simpatías hacia la
causa palestina y producido rechazo hacia la reacción de Israel,
aliado incondicional de Washington, debilita el liderazgo de
Estados Unidos y favorece los designios estratégicos chino-rusos.
En su asociación estratégica, China lleva el liderazgo y Rusia es
el socio de respaldo, si bien Pekín se esfuerza en no desairar a
Moscú, reconociendo su rango de gran potencia. No obstante,
la Federación Rusa, gracias a su tamaño, su posición geográfica
bicontinental, sus abundantes recursos naturales, su inmenso

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José Pardo de Santayana

arsenal nuclear y su determinación para apostar alto, conserva


un peso y una autonomía nada desdeñables.
De ese modo, ambas potencias revisionistas, que cierran filas
desde un enfoque pragmático con otros Estados rebeldes para
una contienda que se prevé larga y enconada, han reforzado
aún más su gran entente y se proponen debilitar el control de
Washington y sus aliados sobre la gobernanza global, haciendo
lo posible para mantener al Sur Global —que supone más de la
mitad de la población mundial— separado de la influencia occi-
dental. En la actual dinámica, la resistencia pasiva del mundo en
desarrollo hace que las presiones que las potencias occidentales
ejercen sobre Pekín y Moscú pierden gran parte de su efecto.

3. La entente estratégica se ensancha

Un aspecto especialmente preocupante es el progresivo entendi-


miento estratégico entre las dos grandes potencias revisionistas
y los Estados rebeldes de Irán y Corea del Norte, así como, en
menor medida, Myanmar, Venezuela o Mali. Puede que no tengan
mucho en común más allá del gran enemigo común estadouni-
dense y de su intensa hostilidad hacia todo lo que significa el
orden internacional de inspiración occidental. Individualmente,
ninguno de ellos es especialmente poderoso. Sin embargo, el
estrechamiento de esta relación relaja el aislamiento internacio-
nal al que se ven sometidos, reduce el efecto de las sanciones,
tiene un efecto positivo en sus economías y les permite adoptar un
perfil internacional más asertivo. En particular, está permitiendo
la emergencia de una red que refuerza a todos ellos, creando un
ecosistema de Defensa que favorece la trasferencia de capacida-
des, conocimiento y de tecnologías de doble uso. China y Rusia
podrían incluso adoptar una división (tácita o abierta) del trabajo
a la hora de decidir qué Estado ayuda a qué socio más débil.
En cualquier caso, ya está apareciendo una cierta sinergia y
Teherán no trasmitiría tanta determinación en la actual crisis
de Oriente Medio si no se sintiera respaldado por las potencias
revisionistas.
La relación entre Rusia e Irán se estrechó significativamente a
raíz de la guerra de Siria y el interés común por la supervivencia
del régimen de Al Asad, lo que se tradujo en una intensificación
de las relaciones comerciales y en el ámbito de Defensa. En la
guerra de Ucrania hemos visto la importancia que han adquirido

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

los drones iraníes con la contrapartida del apoyo de Moscú a los


programas de misiles de Teherán. Una cooperación más pro-
funda podría dar lugar no solo al apoyo material mutuo en el
ámbito militar, sino también en el del conocimiento. Los funcio-
narios iraníes, por ejemplo, quieren aprender de sus homólogos
rusos sobre ciberinteligencia e inteligencia artificial, mientras que
Moscú espera obtener el asesoramiento de Teherán sobre evasión
de sanciones y adaptación de bienes civiles para uso militar14.
Irán juega también un papel importante en la conectividad de
Rusia con el océano Índico y especialmente con la India a través
del Corredor de Transporte Norte-Sur (figura 2).

Figura 2. Corredor de Transporte Norte Sur. Fuente: Getty Images

La relación energética con China, que importa gas y petróleo ira-


níes, ha ayudado significativamente a la economía de dicho país.
En 2021, ambos Estados firmaron el tratado de asociación estra-
tégica para veinticinco años. Pekín ha identificado a Irán como
un encaminamiento alternativo para su Nueva Ruta de la Seda.
De ese modo, China está haciendo importantes inversiones en
el país, financiando la construcción del metro de Teherán, pre-
sas y factorías, así como el sector minero. En 2022, el volumen
de negocios entre ambos países excedió los 20 000 millones de
dólares. En marzo de 2023, la mediación china en la reanudación
de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí —rotas

14 Notte, H. (2023). «Russia’s Axis of the Sanctioned. Moscow Is Bringing Washington’s


Enemies Together». Foreign Affairs, 6 de octubre.

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José Pardo de Santayana

en 2016— marcó un hito en el papel que Pekín quiere jugar en


Oriente Medio.
La relación trilateral entre China, Rusia e Irán se puso de mani-
fiesto con la oposición de Pekín y Moscú a que en el Consejo
de Seguridad de la ONU se discutiera sobre la represión de
las protestas iraníes en 2018 y, posteriormente, con repetidas
maniobras navales combinadas en el océano Índico, con las que
pretenden enviar un mensaje de resistencia a las presiones occi-
dentales. Todos ellos apoyan a sus contrapartes en la oposición a
la presencia norteamericana en sus respectivas áreas de influen-
cia. El rechazo a los valores occidentales, que se presentan como
decadentes e inmorales, da unidad de discurso, a pesar de las
profundas diferencias de los tres países en dicho ámbito.
En relación con Corea del Norte, Moscú le está comprando pro-
yectiles de artillería y cohetes. A cambio, Putin podría dar a
Pyongyang elementos que necesita para sus programas de saté-
lites y de submarinos15. Además del apoyo tecnológico militar,
ambos países también tienen planes para lanzar proyectos con-
juntos en los campos del turismo, la construcción y la agricultura.
El acercamiento a Putin tiene especial valor para el líder norco-
reano, dado su gran aislamiento internacional y su fría relación
con Pekín, que no aprueba su actitud crecientemente asertiva
en los ámbitos nuclear y del desarrollo de misiles. En cualquier
futura negociación de Estados Unidos y sus aliados con Corea del
Norte, Rusia reivindicará su capacidad de influencia.
La importancia estratégica de Myanmar para China se deriva del
corredor económico que atraviesa dicho país y le da acceso al
golfo de Bengala y al océano Índico. A Pekín le preocupa la ines-
tabilidad en Myanmar, porque podría poner en peligro sus inver-
siones y brindar a Estados Unidos la oportunidad de afianzarse
mediante su apoyo a los grupos armados opositores. A diferencia
de regímenes militares anteriores, China no respalda totalmente
a la actual Junta, sino que aboga por unas elecciones inminentes
y la posterior transición a un Gobierno civil, lo que está provo-
cando malestar entre los dirigentes del país vecino.
Aunque China es la mayor fuente de comercio e inversión de
Myanmar, Rusia es el socio preferido de la Junta. Las relacio-
nes entre ambos se han reforzado considerablemente desde que

15 Notte, H. (2023). «Russia and the Global South with Hanna Notte». Russian
Roulette, CSIS Podcasts, 2 de noviembre. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://
www.csis.org/podcasts/russian-roulette/russia-and-global-south-hanna-notte

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Las potencias revisionistas y el Sur Global

Moscú reconociera la toma del poder por el Tatmadaw el 1 de


febrero de 2021, que a cambio respaldó la invasión de Ucrania
por el Kremlin el 24 de febrero de 2022. Rusia es ahora la mayor
fuente de ayuda militar de Myanmar. Por su parte, Myanmar es el
único país del Sudeste Asiático que transfiere suministros milita-
res a las fuerzas armadas rusas para su uso en las zonas ocupa-
das de Ucrania. La Junta busca además la cooperación con Moscú
para resolver la crisis energética del país16.
Otros países como Venezuela o Mali están en la agenda ruso-
china porque, como en los casos anteriores, son irritantes para
las potencias occidentales y tienen incidencia en los equilibrios
de poder. El Kremlin siempre guarda la carta de ahondar en su
desestabilización y poner así de relieve que hay que contar con
él. Para España se trata de países que se encuentran en regiones
prioritarias.

4. El Sur Global

Carl Preston Oglesby, un activista político estadounidense, acuñó


el término de Sur Global en 1969. Desde entonces, se ha uti-
lizado ampliamente en el ámbito académico y de las ONG. Se
refiere a los países de África, Iberoamérica, Oriente Medio y Asia
en vías de desarrollo que han sufrido una historia interconectada
de colonialismo y neocolonialismo. Se trata de un grupo de países
heterogéneo con intereses en muchos casos divergentes17.
En los últimos años este término está adquiriendo un protago-
nismo muy especial, particularmente desde la negativa de la
mayoría de estos países a sumarse a las sanciones contra Rusia,
derivadas de su invasión de Ucrania.
En la actualidad, no tiene sentido que a China, uno de los dos
grandes polos de poder mundial, se le siga considerando parte
de este amplio espacio geopolítico, aunque la inercia todavía le
siga situando allí y ella misma siga declarando su pertenencia a
los países en desarrollo. Para Pekín es más retórica política que
verdadero sentimiento de pertenencia.

16 Storey, I. (2023). «Myanmar-Russia Relations Since the Coup: An Ever Tighter


Embrace». ISEAS Perspective, 21 de noviembre. [Consulta: 2024]. Disponible en:
https://www.iseas.edu.sg/articles-commentaries/iseas-perspective/2023-92-myan-
mar-russia-relations-since-the-coup-an-ever-tighter-embrace-by-ian-storey/
17 Rodriguez, A. (2023). «El orden post-occidental». Vanguardia dossier, n.º 89,

octubre/diciembre.

105
José Pardo de Santayana

«El Sur Global no existe como una agrupación coherente y


organizada, sino como un hecho geopolítico. […] Está empe-
zando a limitar las acciones de las grandes potencias y a pro-
vocar que respondan al menos a algunas de sus demandas.
[…] Su afán por “alcanzar” a los Estados ricos es un impe-
rativo común y, en todo caso, urgente. Su deseo tanto de
autonomía estratégica como de una cuota mucho mayor de
poder político en el sistema internacional es fuerte y no hace
sino aumentar, especialmente entre las potencias medias,
como Brasil, Indonesia y Sudáfrica»18.
En sus últimos años, Brzezinski explicaba la importancia de lo
que llamaba The global political awakening: el hecho de que, del
mismo modo que la Revolución Francesa hizo a la totalidad de
la sociedad francesa consciente de su protagonismo político, «la
revolución de la globalización ha hecho que, por primera vez en
la historia, la mayor parte de la humanidad esté políticamente
activada, sea políticamente consciente y esté políticamente
interconectada»19.
De ese modo, las naciones del Sur Global (figura 3) han tomado
conciencia de que son sujetos —y no solo objetos, como en el
pasado reciente— del sistema internacional. La mayoría de dichos
países conservan, además, arraigados resentimientos frente

Figura 3. Mapa del Sur global. Fuente: elaboración propia

18 Shidore, S. (2023). «The Return of the Global South: Realism, Not Moralism, Drives
a New Critique of Western Power». Foreign Affairs, 31 de agosto.
19 Brzezinski, Z. Conferencia (2010). «Geostrategic Challenges Facing the United

States» pronunciada en la Universidad Brigham Young, el 12 de enero. [Consulta:


2024]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=MKWZB_kEwUo

106
Las potencias revisionistas y el Sur Global

a Occidente, heredados de la época imperialista y colonialista,


sentimiento fomentado e intensificado por la influencia de una
interpretación marxista que muchas de sus élites han asimilado
precisamente en las universidades occidentales.
Esto se ha traducido en una divergencia notable a la hora de
interpretar los graves sucesos de los tiempos convulsos que está
viviendo el mundo.
Un primer desencuentro entre el nuevo sur y las potencias occi-
dentales se produjo como consecuencia del insolidario manejo de
la pandemia del coronavirus y la negativa inicial tanto de Estados
Unidos como de Europa a cooperar con el resto del mundo en
materia de vacunas.
Con la creciente rivalidad entre las potencias, los Estados en
desarrollo rechazan la actitud de Estados Unidos y sus aliados,
cuyo orden internacional basado en reglas consideran incapaz de
resolver los desafíos globales clave, como el calentamiento global
y el desarrollo sostenible, y otros peligros para la subsistencia de
la humanidad, como la proliferación nuclear, pero en defensa del
cual las grandes potencias viven obsesionadas con su lucha por la
primacía sin importarles las consecuencias que de ello se derivan
para el resto del mundo20.
Muchos países del Sur Global consideran además que ese orden
internacional de posguerra se les impuso en momentos de debi-
lidad, cuando acaban de acceder a la independencia y que el
sistema favorece a las grandes potencias occidentales. Además,
generan gran desconfianza tanto el poder del dólar como el uso
excesivo de embargos, sanciones financieras y económicas a los
países rivales, haciendo la vista gorda cuando se trata de aliados.
El universalismo de los valores proclamado por Estados Unidos y
sus aliados europeos es interpretado en el Sur Global como una
forma de supremacismo moral que pretende prolongar la tutela
de las antiguas metrópolis, les dicta lo que deben hacer y cómo
deben pensar, poniendo, de paso, el dedo en la llaga de muchas
de sus propias contradicciones —lo que a aquellas naciones les
resulta humillante.
«En términos institucionales, la negativa a reformar el
Consejo de Seguridad de la ONU y a terminar con anoma-
lías como la exclusión de la India (el país más poblado del

20 Heine, J. Op. cit.

107
José Pardo de Santayana

planeta) del P-5 de miembros permanentes y el manteni-


miento en el mismo del Reino Unido, una potencia declinante
se mire como se mire, ha llevado a cuestionar la legitimidad
de las estructuras de la ONU. Lo mismo vale para las reglas
no escritas de que el presidente del Banco Mundial sea un
estadounidense y el director general del FMI un europeo. […]
En lo que este orden sí ha cambiado es en su insólito rene-
gar del libre comercio y de la globalización, ambos antiguos
pilares del mismo»21.
Hay también un claro rechazo al esfuerzo del G7 y de los países
de la OTAN para transformar una guerra europea en una global,
siendo que hay y ha habido muchas guerras en otras partes del
mundo y no se ha actuado de la misma manera. El caso del
genocidio de Ruanda resulta especialmente paradigmático. Por
otra parte, «la mayoría de los países del Sur Global no ven nin-
gún beneficio en entrar en la lucha entre las llamadas naciones
«democráticas» y «autoritarias» 22, lo que se puso de manifiesto
en la reunión en Hiroshima del G7, en la que se intentó conven-
cer al Sur Global de que se uniera a Occidente para confrontar a
Rusia y contener a China.

5. El punto de vista chino

El gigante asiático está en el proceso de convertirse en una poten-


cia global con una influencia reconocida tanto a nivel económico
como político y estratégico. Aspira, al menos, a convertirse en
la potencia dominante en Asia, desplazando de allí a Estados
Unidos. Pekín ha llegado a la conclusión de que Washington hará
cualquier cosa para evitar su ascenso23. La desconfianza reina
en las capitales de ambos rivales, constituyéndose en el mayor
obstáculo para el necesario entendimiento en muchos asuntos
capitales.
Para alcanzar su objetivo de «rejuvenecimiento nacional», Pekín
necesita contar con un espacio económico vital estable y áreas
de influencia estratégica que le aseguren la satisfacción de sus
necesidades, principalmente materias primas y alimentos. Así,

21 Ibidem.
22 Liechtenstein, M. (Príncipe de). (2023). «The West still misunderstands the Global
South». GIS, 25 de mayo. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.gisreportson-
line.com/r/g7-global-south/
23 Kissinger, Henry. Op. cit.

108
Las potencias revisionistas y el Sur Global

el fortalecimiento de la República Popular China en las últimas


décadas ha discurrido en paralelo a una potenciación de las rela-
ciones con los países del Sur Global. «Según Dongwu Securities,
en lo que va de año (septiembre de 2023), por primera vez,
China exportó más a países en desarrollo que a Estados Unidos,
la Unión Europea y Japón juntos»24.
Pekín ha dedicado amplios recursos diplomáticos y financieros
para cortejar a los gobiernos del Sur Global para que apoyen sus
objetivos e ideas, desde la fastuosa Iniciativa de la Nueva Ruta
de la Seda de construcción de infraestructuras hasta la creación
de las «iniciativas globales»: Global Development Initiative-GDI
(2021), Global Security Initiative-GSI (2022) y Global Civilization
Initiative-GCI (2023).
La creciente influencia de China se ve respaldada por su papel
económico cada vez más importante. El mayor socio comercial
del país es la ASEAN, con un intercambio de bienes de 975 000
millones de dólares en 2022. En 2001, apenas el 4 % del comer-
cio de mercancías del África subsahariana se realizaba con China;
en 2020, ese porcentaje había superado el 25 %. Una proporción
cada vez mayor de la inversión extranjera directa china tam-
bién está fluyendo hacia el mundo en desarrollo: en 2017, menos
de una cuarta parte de la inversión extranjera directa de China
se dirigió a países afiliados a la BRI y, en 2022, esa proporción
aumentó hasta el 60 %25.
Todo ello viene envuelto en un mensaje: China no hará las cosas
horribles que Occidente os hizo. Pekín, con una actitud más prag-
mática, empática y flexible, ha sabido aprovechar las quejas y
preocupaciones legítimas de los líderes del Sur Global para pre-
sentar a China como defensora y socia frente a lo que caracteri-
zan como un Occidente indiferente que solo pretende mantener
su dominio político y económico.
De ese modo, la Administración de Xi Jinping está intentando
redefinir los asuntos mundiales como una especie de guerra de
clases global: las economías ricas y avanzadas contra el mundo
pobre y en desarrollo, afirmando que «la principal contradicción
en el mundo actual no es en absoluto la llamada “democracia

24 «Brics+: China crea su G7 alternativo». Informe Semanal de Política Exterior, n.º


1335, 4 de septiembre de 2023.
25 Schuman, M. (2023). «Why China won’t win the Global South». Atlantic Council,

16 de octubre. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.atlanticcouncil.org/


in-depth-research-reports/report/why-china-wont-win-the-global-south/

109
José Pardo de Santayana

contra autocracia” protagonizada por un puñado de países, sino


una lucha entre el desarrollo y la contención del desarrollo, y
entre la justicia global y la política de poder»26.
Esta combinación de mensajes eficaces, persistencia diplomá-
tica y peso económico real está dando sus frutos. Los diplomá-
ticos chinos han logrado recabar el apoyo del Sur Global en la
ONU para defender su visión de los derechos humanos frente a
las críticas de las principales democracias y para impulsar sus
programas económicos e ideas políticas dentro del sistema. La
influencia de Pekín está creciendo en regiones del mundo en las
que hasta ahora había desempeñado un papel secundario, sobre
todo en Oriente Medio. Durante la visita oficial a China en abril
de 2023, Lula da Silva, presidente de Brasil, afirmó, para gran
satisfacción de los anfitriones, que los países en desarrollo del
mundo deberían utilizar sus propias monedas en el comercio en
lugar del dólar estadounidense. Mientras tanto, el banco central
de China ha sido una importante fuente de fondos de emergencia
para Argentina para evitar el impago de los préstamos del Fondo
Monetario Internacional27.
No obstante, el eslogan de «ganar-ganar» no oculta la dificultad
de establecer una relación que permita agregar valor a las capa-
cidades productivas de aquellas economías para no consolidar
la especialización primario-exportadora que en gran medida ha
caracterizado el auge de los intercambios en los últimos lustros28.
La nueva y desequilibrada relación entre China y el Sur Global
también está generando tensiones y desconfianza y le están sur-
giendo rivales a medida que otras potencias emergentes, muy en
particular la India, tratan de hacerse oír en el mundo en desarro-
llo y en la comunidad internacional en general.

6. Los BRICS y el G-20

Pekín desea que el grupo BRICS sea el catalizador de su vín-


culo con el Sur Global y ansía convertir esta organización en una
alternativa estratégica, financiera y económica al G-7, con una
propuesta de gobernanza basada en la multipolaridad.

26 Ibidem.
27 Ibidem.
28 Ríos, X. (2023). «China y el Sur Global. De Mao a Xi Jinping». Vanguardia dossier,

n.º 89, octubre/diciembre.

110
Las potencias revisionistas y el Sur Global

El peso de los BRICS no ha dejado de crecer y, en términos de


PPA, ya superan al G-7 (31,5 % frente a 30,7 %). Entre 2021
y 2022, su contribución al crecimiento mundial fue del 32,2 %
frente a un 25,6 % del G-729. La XV cumbre de los BRICS cele-
brada en agosto de 2023 en Johannesburgo ha supuesto un
importante impulso a la organización. Aunque la consolidación
de sus resultados está todavía por ver, tiene el potencial de ace-
lerar la transición a un mundo multipolar mediante la expansión
del grupo y la forja de una nueva arquitectura financiera que no
dependa del dólar estadounidense.
Al optar por no acatar las sanciones económicas y financieras
impuestas por Occidente, los BRICS han sido un bálsamo para
Moscú. Mientras que el comercio entre Rusia y el G7 ha caído
más de un 36 % desde 2014 bajo el peso de las sanciones eco-
nómicas y financieras, el comercio entre este país y las demás
naciones BRICS se ha disparado, aumentando más de un 121 %
en el mismo periodo30.
Reforzado por su éxito en los frentes económico y geopolítico, el
grupo BRICS ha incorporado seis nuevos países y es visto, cada
vez más, por un número creciente de países del Sur Global como
un atractivo agente del multilateralismo.
Otra alternativa al G-7 es el G-20. Con el beneficio de una mayor
inclusividad, pero con el inconveniente de una menor cohesión,
dicha organización, bajo el liderazgo de Nueva Delhi, también ha
acentuado su exigencia de una reforma integral del declinante
orden multilateral, amplificando la voz del mundo en desarrollo y
proponiendo que la agenda de gobernanza global se centre en las
aspiraciones y preocupaciones del Sur Global.
«2023 fue también el año de la presidencia india del G20 y
el año en que, por primera vez en la historia del grupo, la
troika del G20 —es decir, la anterior presidenta, Indonesia;
la actual, India; y la futura, Brasil— estaba formada por paí-
ses en desarrollo. Con Sudáfrica, que sucederá a Brasil en
2025, las economías emergentes liderarán el G20 durante
cuatro años consecutivos»31.

29 Ibidem.
30 Fofack, H. (2023). «Piece by piece, the BRICS really are building a multipolar world». Atlantic
Council, 23 de agosto. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.atlanticcouncil.org/
blogs/new-atlanticist/piece-by-piece-the-brics-really-are-building-a-multipolar-world/
31 El Aynaoui, K. y Magri, P. (2023). «Foreword». ISPI Annual Trends Report,

diciembre.

111
José Pardo de Santayana

Las potencias revisionistas, aunque Pekín muestre reticencias


frente a la ambición de liderazgo indio, ven con satisfacción cómo
las alternativas de gobernanza postoccidental se van abriendo
camino.

7. El Sur Global da oxígeno a la Rusia de Putin

La invasión rusa de Ucrania ha empañado la reputación de la


Federación Rusa en Europa y Estados Unidos, suscitando dudas
sobre la competencia de su régimen. Pero la guerra no ha aislado
a Rusia del mundo. Incluso después de un revés tras otro en el
campo de batalla, Putin prosigue con determinación su esfuerzo
bélico. Gracias a un gasto en Defensa del 6 % del PIB y a su
poderoso sector militar industrial, se siente capaz de sostener
una guerra prolongada, haciendo todo lo que puede para desgas-
tar la voluntad de lucha ucraniana en pos de un orden internacio-
nal que, tal y como lo interpreta, devuelva a Rusia el lugar que le
corresponde en el mundo32.
En el momento de escribir estas líneas, parece que el conflicto
armado se alarga, está degenerando en una guerra de des-
gaste y, por primera vez, desde el inicio de la guerra, las tor-
nas han cambiado y es Ucrania la que está en una posición más
comprometida.
«El Kremlin ve el mundo actual en términos de una compe-
tición global por el poder y la influencia. Por un lado, está el
mundo occidental liderado por Washington, que insiste en la
adhesión global a su orden basado en normas derivado de
los valores y prácticas occidentales, que presumiblemente
son ideales no codificados en tratados jurídicamente vin-
culantes. En el otro lado, está el resto del mundo, que se
adhiere a valores “más tradicionales”, que quiere regirse por
el derecho internacional (definido únicamente por tratados
y otros acuerdos jurídicamente vinculantes y dirigidos por
las Naciones Unidas) y que rechaza el mundo unipolar que
Estados Unidos pretende preservar»33.

32 Kimmage, M. y Notte, H. (2023). «How Russia Globalized the War in Ukraine.


The Kremlin’s Pressure-Point Strategy to Undermine the West». Foreign Affairs, 1 de
septiembre.
33 Ashby, A. y Glanz, M. (2023). «What You Need to Know About Russia’s New Foreign

Policy Concept: Moscow is betting on the emergence of a new, multipolar order, shorn of U.S.
leadership».UnitedStatesInstituteofPeace,10demayo.Disponibleen:https://www.usip.org/
publications/2023/05/what-you-need-know-about-russias-new-foreign-policy-concept

112
Las potencias revisionistas y el Sur Global

El liderazgo ruso considera una derrota como una amenaza exis-


tencial, busca una estrategia que le permita, de momento, sobre-
vivir al mal paso que supuso la invasión de Ucrania y, a más largo
plazo, encontrar un reacomodo de Rusia en el sistema interna-
cional sin renunciar a su condición de gran potencia, objetivo
irrenunciable de la nación.
Gracias al chantaje nuclear, el Kremlin está consiguiendo alargar
la guerra sin que Washington y sus aliados se atrevan a elevar
demasiado la apuesta y aportar a Ucrania toda la ayuda necesa-
ria para expulsar a las tropas rusas del territorio del país vecino.
La preferencia del Kremlin es alcanzar una solución negociada
que incluya la finlandización de Ucrania. Para ello, considera que
el tiempo juega a su favor y no pierde la esperanza de quebrantar
la voluntad de lucha de Kiev, mientras intenta dividir a los aliados
occidentales.
Para conseguir su objetivo, Moscú considera el trilema esfuerzo
militar-capacidad económica-apoyo popular: el esfuerzo militar
para ganar la guerra no debe poner en peligro ni la capacidad
económica, sin la cual no puede sostener la estrategia a largo
plazo, ni el apoyo esencial del pueblo ruso, sin el cual el país
corre el peligro de una crisis interna de consecuencias imprede-
cibles. Al mismo tiempo, redirige sus flujos comerciales, tecno-
lógicos y financieros fuera del bloque occidental. Esto supone un
esfuerzo enorme, teniendo en cuenta que, antes de la guerra,
dos tercios de las exportaciones rusas iban dirigidas a Europa y
que las potencias europeas eran también su principal fuente tec-
nológica y financiera.
El apoyo popular es el centro de gravedad del designio estratégico
del Kremlin. Hasta el momento, la mayoría de los rusos apoya a
Putin y el esfuerzo bélico. Según los últimos sondeos del Centro
Levada, el índice de aprobación del presidente ruso Vladimir Putin
subió tres puntos porcentuales en noviembre, hasta el 85 %.
La dimensión cognitiva resulta determinante. El relato omnipre-
sente brota de una fusión entre nacionalismo, militarismo y tradi-
cionalismo ortodoxo que ahonda en el proverbial victimismo ruso.
La narrativa sobre la guerra se basa en la idea de que fue Rusia
la que se vio amenazada por Estados Unidos y sus aliados, y en
respuesta inició una «lucha de liberación nacional». El argumen-
tario complementario defiende que Rusia está luchando por un
«mundo multipolar más justo», es un «estado-civilización» espe-
cial con su propio sistema de valores y con el derecho histórico

113
José Pardo de Santayana

—ganado en las dos grandes guerras patrióticas en las que salvó


a Europa— a ser una gran potencia.
La estrategia económica rusa se ha visto favorecida tanto por las
acertadas medidas —iniciadas tras la crisis de 2014— de los tec-
nócratas para construir la «fortaleza macroeconómica Rusa» como
por la evolución favorable de los precios de los hidrocarburos. El año
2023 no resultó tan ventajoso desde el punto de vista de los pre-
cios energéticos, pero, al disponer todavía del fondo de reserva, el
Gobierno ruso ha podido sostener el gasto sin incurrir en un endeu-
damiento significativo. De ese modo, el PIB de Rusia ha recupe-
rado los niveles de antes de la guerra. De momento, a pesar de los
nuevos retos, incluidos algunos formidables para el futuro a más
largo plazo, como la masiva salida de capital y la falta de acceso a
las tecnologías más avanzadas, las previsiones del FMI de enero de
2024 sitúan el crecimiento de la economía rusa en 2024 en 2,6 %.
La estrategia del Kremlin una vez acabada la guerra, así como
también si esta se alarga, tiene un componente económico-tecno-
lógico esencial. Únicamente si es capaz de mantener una econo-
mía suficientemente robusta, la Federación Rusa podrá mantener
la paz interior, sostener su impulso militar en Ucrania y mantener
su condición de gran potencia más allá de la contienda bélica.
El Sur Global es, pues, la clave para que la Rusia de Putin sobre-
viva a la tormenta geoestratégica en la que está inmersa. Permite
que Moscú esté tejiendo una red alternativa de vínculos comer-
ciales, tecnológicos y diplomáticos que impide su aislamiento
internacional y su estrangulamiento económico. Así, da oxígeno
a la economía rusa, ayuda al Kremlin a esquivar las sanciones, le
reconoce un papel relevante en la gobernanza global y le permite
adquirir los recursos que necesita para sostener la guerra.
El Concepto de Política Exterior del Gobierno ruso de marzo de
202334 explicita esta necesidad y destaca la importancia de la
relación con China, India, Turquía e Irán, en contraposición a
Europa y EE. UU., centradas principalmente en energía, exporta-
ción de armamento, comercio de productos básicos, cooperación
en materia de seguridad y educación.
«Rusia sigue teniendo una influencia internacional significa-
tiva. Moscú mantiene contratos de defensa estables con la

34 «Concepto de Política Exterior de la Federación Rusa». PIA, 4 de abril de 2023.


[Consulta: 2024]. Disponible en: https://noticiaspia.com/concepto-de-politica-exterior
-de-la-federacion-rusa/

114
Las potencias revisionistas y el Sur Global

mayoría de sus clientes tradicionales, como India y Vietnam,


que dependen de Rusia para el mantenimiento de sus sis-
temas. El Kremlin ha tenido que trasladar la mayor parte
de sus soldados y material a Ucrania, pero sigue teniendo
bases aéreas y navales permanentes en Siria, lo que da al
país acceso directo al Mediterráneo y le permite hostigar a
las fuerzas estadounidenses en Oriente Próximo. La empresa
paramilitar Wagner, dirigida por Moscú, controla varias bases
en Libia, que le sirven de centro logístico para sus activida-
des en el Sahel»35.
La Federación Rusa considera central la batalla del relato dirigida
a distanciar a los países en desarrollo del bloque occidental. Se
utiliza una interpretación de raíz marxista que pone de relieve
la desigualdad del sistema internacional liberal, los legados del
colonialismo y del imperialismo que impiden que los países del
Sur Global sean tratados en pie de igualdad y que contribuyen
a promover los intereses de unas potencias occidentales que no
quieren renunciar a su posición de privilegio. También se afirma
que estas dinámicas tienen repercusiones negativas para que los
países puedan comprometerse y cooperar para abordar los acu-
ciantes problemas mundiales que suponen amenazas existencia-
les para la humanidad, como el cambio climático, las pandemias
y las guerras entre grandes potencias.

8. El futuro no está escrito

No obstante, todo lo dicho anteriormente, la multitud de vínculos


e intereses compartidos, esenciales para mantener la actividad
vital de las potencias de uno y otro signo, modera la intensi-
dad de la competición y abre una cierta esperanza a contener el
enfrentamiento.
«Corresponde a los dos países (Estados Unidos y China)
decidir si se enzarzan en una guerra fría; sus supuestos y
percepciones conformarán, a su vez, la realidad de la rela-
ción. Bien gestionada, esta podría fomentar la estabilidad
mundial. Mal gestionada, podría sumir al mundo en algo
mucho peor que la Guerra Fría»36.

35 Notte, H. (2023). «Russia’s Axis of the Sanctioned. Moscow Is Bringing Washington’s


Enemies Together». Foreign Affairs, 6 de octubre.
36 Jisi, W. (2023). «America and China Are Not Yet in a Cold War. But They Must Not

Wind Up in Something Even Wors». Foreign Affairs, 23 de noviembre.

115
José Pardo de Santayana

La reciente reunión entre los presidentes chino y norteamericano


en San Francisco abrió una cierta puerta a la esperanza; podría
cambiar la tendencia de rivalidad creciente entre ambas grandes
potencias, que se inició en 2017, y establecer los cauces de diá-
logo necesarios para al menos prevenir una catástrofe y abordar
algunos de los grandes retos globales.
Dado que las potencias occidentales han vivido varias décadas
confiadas en su capacidad de influencia y en el potencial de
seducción de su modelo de sociedad —incluido su propio sistema
de valores— sobre el resto del mundo y, sin embargo, se está
comprobando que el Sur Global ha tomado un derrotero diver-
gente, se necesita un cambio de actitud y mentalidad para no
ceder a las potencias revisionistas un espacio que es determi-
nante para la gobernanza futura del mundo.
Elevar las disputas al ámbito de los valores únicamente las hace más
enconadas y difíciles de resolver. Ninguna potencia está libre de per-
seguir en alguna medida sus intereses de espaldas a los principios
que proclama. Hay, pues, que empezar por conocer los puntos de
vista de los países en desarrollo, por reconocer su derecho a vivir
conforme a sus propias convicciones —aunque no se compartan—,
por saber que el liderazgo internacional no se puede imponer, por
asumir que las sociedades occidentales no deben apelar a su excep-
cionalismo para constituirse en referencia universal y por aceptar
que, si se cree en unos valores o modelo de sociedad determinados,
es la ejemplaridad la vía más eficaz para promoverlos. No va a ser
nada fácil: en la actualidad, con sus sociedades muy polarizadas,
Occidente, que ya no posee el monopolio de la excelencia, tampoco
disfruta de la fascinación que en otro tiempo irradiaba.
El capítulo escrito por el embajador Raimundo Robledo dedicado
al caso particular de África, prioritario para España, aborda las
especificidades de este continente, del que depende, en gran
medida, el devenir de nuestra patria y de Europa.
En cualquier caso, para que un orden sea internacional tiene que
ser precisamente eso, internacional, lo que supone que partici-
pen en él los diversos actores que lo configuran, siendo el Sur
Global con toda su heterogeneidad una parte sustantiva.

9. Conclusión

El mundo vive un momento decisivo de inflexión histórica que


está produciendo grandes fricciones y en el que las potencias

116
Las potencias revisionistas y el Sur Global

revisionistas China y Rusia, en estrecha asociación estratégica,


se enfrentan a las occidentales, lideradas por Estados Unidos, por
la configuración del futuro sistema internacional.
El apoyo de los países en desarrollo —conocidos ahora como Sur
Global— será decisivo para decidir quién gana y quién pierde en
esta creciente y cada vez más intensa competición por la gober-
nanza mundial, el papel de las instituciones internacionales, las
normas y principios de la diplomacia, los métodos de comercio y
finanzas y la forma del propio orden mundial.
La República Popular China necesita al Sur Global para recuperar
la centralidad de la gobernanza mundial; Rusia, para salir del mal
paso en que incurrió al invadir Ucrania y para defender su rango
de gran potencia, tanto si la guerra se alarga como cuando esta
llegue a su fin.
Desde 2013-2014, Moscú y Pekín apostaron seriamente por
estrechar sus relaciones con el nuevo sur. Sin embargo, en las
capitales occidentales se ha tardado en comprender la natura-
leza del cambio que se estaba produciendo y en reconocer que
las naciones en desarrollo aspiran a sacudirse la tutela de las
antiguas metrópolis para alcanzar un papel de igualdad en la
gobernanza global y defender mejor sus intereses. Todo ello, sin
haber superado estas los resentimientos de la era colonialista,
que China y Rusia están potenciando.
Esta situación solamente se podrá revertir con un cambio de acti-
tud por parte de Washington y sus aliados más estrechos que
ponga el énfasis en comprender al Sur Global, en asumir sus
preocupaciones y en reconocer su derecho a participar en pie
de igualdad para la configuración del sistema internacional. Para
ello, las naciones occidentales deben también despojarse de la
arrogancia moral y del narcisismo que les lleva a mirar al mundo
a través de un espejo. Lo más eficaz para influir en el resto del
mundo es preocuparse de que las propias sociedades occidenta-
les sean lugares atractivos para vivir en justicia y libertad, porque
en ellos se protege mejor la dignidad humana.

117

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