AUTO QUE DESECHA DE PLANO

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En ocho de noviembre de dos mil cuatro, el Secretario,

licenciado JOSÉ MAURICIO NEIRA VILLARREAL da cuenta


al Juez, licenciado JUSTINO GALLEGOS ESCOBAR, con la
demanda de garantías promovida por MIGUEL ÁNGEL
GARCÍA HERNÁNDEZ apoderado legal de PARTIDO
ACCIÓN NACIONAL, registrada con el número de orden
26154; en cumplimiento a lo previsto en el numeral 62 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, aplicado
supletoriamente a la Ley de Amparo, por disposición expresa
de su artículo 2°. CONSTE.

EL SECRETARIO.

Toluca, Estado de México, a ocho de noviembre de dos

mil cuatro.

Vista la demanda de garantías promovida por MIGUEL

ÁNGEL GARCÍA HERNÁNDEZ apoderado legal de PARTIDO

ACCIÓN NACIONAL contra actos del JUEZ PRIMERO CIVIL

DE PRIMERA INSTANCIA DEL DISTRITO JUDICIAL DE

TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO, personalidad que se le

reconoce en términos de la copia certificada del instrumento

notarial diez trescientos dieciocho, de veintisiete de mayo de


dos mil tres, el cual anexó a su libelo de garantías; fórmese

expediente y regístrese en el Libro de Gobierno con el número

1158/2004-VI.

Con fundamento en los artículos 73, fracción XIII, 145 y

148 de la Ley de Amparo, se DESECHA DE PLANO LA

DEMANDA DE GARANTÍAS POR SU MANIFIESTA E

INDUDABLE IMPROCEDENCIA, en atención a lo siguiente.

De conformidad con el artículo 145 de la Ley de Amparo,

es obligatorio examinar el escrito de demanda y aclaratorio y

de encontrarse motivo manifiesto e indudable de

improcedencia se debe desechar de plano.

Lo manifiesto se da cuando el motivo de improcedencia

se advierte en forma patente y absolutamente clara de la

lectura del libelo.


Lo indudable resulta de la certidumbre que se tenga y

plena convicción de que la causa de improcedencia en estudio

es operante en el caso concreto, de tal modo que aun cuando

se admitiera la demanda y se substanciara el procedimiento no

resultara factible formarse una convicción diversa,

independientemente de los elementos que eventualmente

pudieran allegar las partes.

Al caso es aplicable la jurisprudencia publicada con la

clave I.1o.A. J/4, en la página 890, del Tomo VII, mayo de

1998, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

Novena Época, cuyo rubro y texto son:

"DESECHAMIENTO DE LA DEMANDA DE
GARANTÍAS. CAUSA DE IMPROCEDENCIA
MANIFIESTA E INDUDABLE. De conformidad con el
artículo 145 de la Ley de Amparo, el Juez de Distrito
está obligado a examinar el escrito de demanda y si
encontrare motivo manifiesto e indudable de
improcedencia la desechará de plano. Lo manifiesto
se da cuando el motivo de improcedencia se advierte
en forma patente y absolutamente clara de la lectura
del libelo, de los escritos aclaratorios o de ampliación
(cuando los haya) y de los documentos que se
anexen a tales promociones; lo indudable resulta de
que se tenga la certidumbre y plena convicción de
que la causa de improcedencia de que se trate es
operante en el caso concreto, de tal modo que aun
cuando se admitiera la demanda y se sustanciara el
procedimiento no resultara factible formarse una
convicción diversa, independientemente de los
elementos que eventualmente pudieran allegar las
partes."

Es aplicable al caso la jurisprudencia II.1º.J/5,

consultable en la página noventa y cinco, tomo VII, mayo de

mil novecientos noventa y uno, del Semanario Judicial de la

Federación, Octava Época, cuyo rubro y texto son:

“IMPROCEDENCIA, CAUSALES DE. EN EL


JUICIO DE AMPARO. Las causales de
improcedencia del juicio de amparo, por ser de
orden público deben estudiarse previamente, lo
aleguen o no las partes, cualquiera que sea la
instancia”.

La parte quejosa reclama lo siguiente:

1. “La falta de fundamentación y motivación del auto


dictado por el Juez del conocimiento dentro del expediente
385/2004, en la audiencia conciliatoria de fecha veintiocho de
octubre de dos mil cuatro, en virtud de que al precisar los
puntos de controversia y resolver las excepciones procesales
con el fin de depurar el procedimiento; cuando resuelve y emitir
su resolución sobre la EXCEPCIÓN DE INCOMPETENCIA,
hecha valer en nombre de mi representada y en contra de
dicho órgano jurisdiccional, la declaró injustificada y la desechó
sin mas tramite.”

Ahora bien, el artículo 73, fracción XIII de la Ley de

Amparo, señala:

"Artículo. 73. El juicio de amparo es improcedente:

XIII. Contra las resoluciones judiciales o de


tribunales administrativos o del trabajo respecto de los
cuales conceda la ley algún recurso o medio de
defensa, dentro del procedimiento, por virtud del cual
puedan ser modificadas, revocadas o nulificadas, aún
cuando la parte agraviada no lo hubiese hecho valer
oportunamente, salvo que la fracción VII del artículo
107 Constitucional dispone para los terceros extraños.

Se exceptúan de la disposición anterior los casos en


el acto reclamado importe peligro de privación de la
vida, deportación o destierro, o cualquiera de los actos
prohibidos por el artículo 22 de la Constitución".
El precepto en estudio tiene su fundamento en el principio

de definitividad que rige la procedencia del juicio de amparo, el

cual para mayor ilustración se hace alusión a los siguientes

conceptos:

“PRINCIPIO: Del latín principium-i, comienzo,


iniciación, origen. Especialmente, el comienzo de una
obra. La forma principia, corresponde al plural del
sustantivo principium que se refiere a los fundamentos
de una ciencia o de un arte, así tenemos los principia
iuris, los principios fundamentales del derecho. Debe
notarse que el vocablo latino principium (derivado a su
vez de princeps-principis: el que ocupa el primer lugar, el
primer puesto), es un compuesto de primus, lo primero,
el que está más delante [referido en espacio, tiempo,
orden, categoría, etcétera] y el verbo capere, tomar,
coger, asir, (de donde se deriva el sustantivo capturar).

DEFINITIVIDAD: La palabra definitividad, procede


del latín definitivus, limitado, determinado, definido,
circunscrito. A su vez, el citado vocablo se deriva del
verbo definire, delimitar, limitar, circunscribir, este verbo
está formado por la partícula de-, que en este caso
señala un matiz de énfasis o de intensidad, y el verbo
finio, poner límites, poner fin, acabar. El sufijo -dad,
indica cualidad” (Bibliografía: Cornu, Gérard,
Linguistique juridique, Paris, Montchrestien, 1998, 412
pp., y Zamboni, Pietro, La etimología, Madrid, Gredos,
1988, 319 pp.)
De lo antes comentado, se desprende que el principio de

definitividad consiste en que antes de ocurrir al juicio de

garantías, deben agotarse los recursos y medios de defensa

establecidos por la ley común.

Y que, para estar en tales supuestos, bien deben agotarse

los recursos ordinarios o medios de defensa, cuando exista la

posibilidad previa de modificarse o invalidarse; o bien, agotar

todas las etapas procesales en tratándose de actos

emitidos en un procedimiento seguido en forma de juicio.

Esto es comprensible, si se toma en cuenta que, con

ello, se impide la proliferación innecesaria de juicios

constitucionales contra actos de procedimiento, los cuales

sí podrán ser estudiados una vez que se haya emitido la

resolución que ponga fin al procedimiento en cuestión.

Al respecto tiene aplicación la jurisprudencia 1a./J. 3/99,

sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, publicada en la página 13, tomo IX,

enero de 1999, del Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, Novena Época, cuyo rubro y texto es:

“IMPROCEDENCIA. ESTUDIO PREFERENCIAL DE


LAS CAUSALES PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 73
DE LA LEY DE AMPARO. De conformidad con lo
dispuesto en el último párrafo del artículo 73 de la Ley
de Amparo las causales de improcedencia deben ser
examinadas de oficio y debe abordarse en cualquier
instancia en que el juicio se encuentre; de tal manera
que si en la revisión se advierte que existen otras
causas de estudio preferente a la invocada por el Juez
para sobreseer, habrán de analizarse, sin atender
razonamiento alguno expresado por el recurrente. Esto
es así porque si bien el artículo 73 prevé diversas
causas de improcedencia y todas ellas conducen a
decretar el sobreseimiento en el juicio, sin analizar el
fondo del asunto, de entre ellas existen algunas cuyo
orden de importancia amerita que se estudien de forma
preferente. Una de estas causas es la inobservancia al
principio de definitividad que rige en el juicio de
garantías, porque si, efectivamente, no se atendió a ese
principio, la acción en sí misma es improcedente, pues
se entiende que no es éste el momento de ejercitarla; y
la actualización de este motivo conduce al
sobreseimiento total en el juicio. Así, si el Juez de
Distrito para sobreseer atendió a la causal propuesta
por las responsables en el sentido de que se consintió
la ley reclamada y, por su parte, consideró de oficio que
respecto de los restantes actos había dejado de existir
su objeto o materia; pero en revisión se advierte que
existe otra de estudio preferente (inobservancia al
principio de definitividad) que daría lugar al
sobreseimiento total en el juicio y que, por ello,
resultarían inatendibles los agravios que se hubieren
hecho valer, lo procedente es invocar tal motivo de
sobreseimiento y con base en él confirmar la sentencia,
aun cuando por diversos motivos, al sustentado por el
referido Juez de Distrito.”

Así como la jurisprudencia número 451, sustentada por la

Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en

la página 300, Tomo VI, parte Suprema Corte de Justicia de la

Nación, Apéndice del Semanario Judicial de la Federación

1995, cuyo rubro y texto son:

"RECURSOS. SOBRESEIMIENTO POR NO


AGOTARSE PREVIAMENTE AL AMPARO.- El
amparo es improcedente si el acto que se reclama
pudo tener un remedio ante las autoridades del orden
común."

Se establecen en el anterior dispositivo legal, así como

criterios jurisprudenciales, que la parte quejosa, previamente al

ejercicio de la acción constitucional debe agotar los medios

ordinarios de defensa que prevén los preceptos aplicables,


pues de no ser así, el amparo indirecto será improcedente, en

razón de que para acudir al juicio biinstancial como medio

extraordinario de defensa, es necesario agotar, en la vía

ordinaria, los recursos que procedan.

En esa tesitura del contenido del artículo 2.125 del

Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México,

refiere que la resolución que decida sobre las excepciones

procesales, serán apelables sin efectos suspensivo. La que se

dicte sobre la excepción de cosa juzgada será apelable con

efecto suspensivo.

En efecto, el anterior precepto es del siguiente tenor:

“ART. 2.125.- La resolución que decida


sobre las excepciones procesales, será apelable
sin efecto suspensivo. La que se dicte sobre la
excepción de cosa juzgada será apelable con
efecto suspensivo”.
Así las cosas, el quejoso debió haber interpuesto el

RECURSO DE APELACIÓN contra el auto de veintiocho de

octubre de dos mil cuatro, previamente al ejercicio de la acción

de amparo indirecto, en observancia al principio de definitividad

que rige el procedimiento del presente juicio.

En ese orden de ideas, la demanda de garantías no se

encuentra dato alguno que evidencie, que el peticionario de

garantías hubiera interpuesto el recurso de apelación contra

el auto que reclama, circunstancia que pone de manifiesto, que

no agotó tal recurso y, por ende, que no observa el principio de

definitividad que rige el amparo indirecto, en términos del

artículo 107, fracción III, inciso b), Constitucional.

Es claro entonces, que si no se promueve el recurso de

apelación, el amparo será improcedente contra el acto

reclamado, en razón de que como quedó precisado, los medios

ordinarios de defensa están instituidos para que los afectados


los hagan valer conforme al principio de definitividad que rige al

juicio de amparo, de modo tal que si las partes no tuvieran la

carga de agotar defensas, excepciones o recursos ante la

autoridad responsable, el amparo se convertiría en un recurso

ordinario y el Juez de Distrito suplantaría las facultades de

aquella.

En ese orden de ideas, se actualiza la hipótesis de

improcedencia del juicio de garantías prevista en la fracción

XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, en atención a que:

a) El acto reclamado proviene de un tribunal judicial.

b) El Código de Procedimientos Civiles para el Estado de

México, de conformidad con su numeral 2.125 concede la

posibilidad de que dicho acto sea combatido mediante el

recurso de apelación.
c) Tal recurso es susceptible de hacerse valer dentro del

procedimiento en que se emitió el acto que se refuta de

inconstitucional; y,

d) Por virtud de dicho medio de defensa, el acto reclamado

podría ser modificado o revocado.

Es aplicable al caso la jurisprudencia número 48,

publicada en la página 39, Tomo VI, Materia Común del

Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000

cuyo rubro y texto son:

“AMPARO INDIRECTO, RESULTA IMPROCEDENTE


CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE DESECHA LA
EXCEPCIÓN DE FALTA DE COMPETENCIA
(INTERRUPCIÓN Y MODIFICACIÓN EN LA PARTE
RELATIVA, DE LA TESIS JURISPRUDENCIAL
NÚMERO 166, VISIBLE EN LAS PÁGINAS 297 Y
298, SEGUNDA PARTE, DE LA COMPILACIÓN DE
1917 A 1988).- Con fundamento en lo dispuesto por el
artículo 197 de la Ley de Amparo, la Tercera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima
conveniente interrumpir y modificar en la parte relativa,
la jurisprudencia mencionada, para sustentar como
nueva jurisprudencia, que conforme a la regla de
procedencia del juicio de amparo indirecto establecida
en el artículo 107, fracción III, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación
con el artículo 114, fracción IV, de la referida Ley de
Amparo, el juicio constitucional indirecto es
improcedente contra la resolución que desecha la
excepción de incompetencia por declinatoria, porque
no constituye un acto de ejecución irreparable. Los
actos procesales tienen una ejecución de imposible
reparación sólo si sus consecuencias afectan
directamente alguno de los derechos del gobernado
que tutela la Constitución General de la República, por
medio de las garantías individuales, por lo que en ese
caso no pueden repararse las violaciones cometidas a
través del amparo directo, lo que no ocurre tratándose
de las resoluciones que se pronuncien respecto a la
excepción de incompetencia, porque sólo producen
efectos intraprocesales; por tanto, tales resoluciones
por constituir una violación procesal, deben
reclamarse, hasta que se dicte el fallo definitivo, en
caso de que éste sea desfavorable, mediante el juicio
de amparo directo, en los términos de lo dispuesto por
los artículos 107, fracción III, inciso a), de la
Constitución Federal y 158, 159, fracción X y 161, de
la Ley de Amparo.”

Así como la jurisprudencia publicada con el número 573,

página 515, Tomo VI, Materia Común, del Apéndice al

Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, cuyo rubro y

texto son:
“RECURSOS ORDINARIOS. AUNQUE NO TENGAN
EFECTOS SUSPENSIVOS, DEBEN AGOTARSE
PREVIAMENTE AL JUICIO DE GARANTÍAS, SI SE
RECLAMAN ACTOS DE TRIBUNALES JUDICIALES,
ADMINISTRATIVOS O DEL TRABAJO. La
circunstancia de que el medio de defensa ordinario
que tenga por efecto confirmar, revocar o modificar el
acto reclamado no suspenda la ejecución de éste, sólo
es atendible tratándose de amparos en que se
reclamen actos de autoridades distintas de los
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo,
según lo establece el artículo 73, fracción XV, de la
Ley de Amparo. En cambio, la literalidad del artículo
73, fracción XIII, de la invocada ley permite concluir
que tratándose de resoluciones judiciales, o de
tribunales administrativos o del trabajo, basta que
la ley que rige el acto determine la procedencia de
algún recurso o medio de defensa, para que el
afectado deba agotarlo en forma previa al ejercicio
de la acción constitucional; de ahí que no sea
atendible que la interposición del recurso ordinario o
del medio de defensa respectivo suspenda o no la
ejecución del acto reclamado, sino que
invariablemente debe agotarse, para dar
cumplimiento al principio de definitividad que
determina la procedencia del juicio
constitucional.”

Y, la diversa tesis visible en la página 211, tomo XI, marzo

de 1993 del Semanario Judicial de la Federación, cuyo rubro y

texto son:
"AMPARO, ES IMPROCEDENTE, SI CONTRA EL
ACTO RECLAMADO PROCEDE ALGUN RECURSO.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 73, fracción
XIII, de la Ley de Amparo, el juicio de garantías resulta
improcedente si el acto que se reclama podía ser
modificado, revocado o nulificado a través del recurso
de revocación conforme a las prevenciones del Código
de Procedimientos Civiles para el Estado de México".

En ese orden de ideas, en términos de lo previsto en los

artículos 73 fracción XIII de la Ley de Amparo lo procedente es

DESECHAR DE PLANO LA DEMANDA DE GARANTÍAS

promovida por MIGUEL ÁNGEL GARCÍA HERNÁNDEZ

apoderado legal de PARTIDO ACCIÓN NACIONAL.

Finalmente, con apoyo con lo dispuesto en el artículo 305

del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación

supletoria a Ley de Amparo, según su numeral 2º, se tiene como

domicilio para oír y recibir notificaciones el que señala el

promovente en el proemio de su demanda y por autorizados

para los mismos efectos a las personas que indica por así

manifestarlo expresamente.
POR LO EXPUESTO Y FUNDADO SE RESUELVE:

ÚNICO. SE DESECHA DE PLANO, por su manifiesta e

indudable improcedencia la demanda de amparo promovida

por MIGUEL ÁNGEL GARCÍA HERNÁNDEZ apoderado legal

de PARTIDO ACCIÓN NACIONAL, contra actos del JUEZ

PRIMERO CIVIL DE PRIMERA INSTANCIA DEL DISTRITO

JUDICIAL DE TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO.

NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE A LA PARTE


QUEJOSA.

Así lo proveyó y firma, el Juez Segundo de Distrito en

Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el

Estado de México, licenciado JUSTINO GALLEGOS

ESCOBAR, ante el Secretario, licenciado JOSÉ MAURICIO

NEIRA VILLARREAL, que da fe.

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