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Inmunidad: Es el proceso por medio del cual el individuo se expone

deliberadamente a un antígeno por primera vez, con el fin de inducir a una


respuesta protectora contra una enfermedad determinada y quedar inmune.
Esta puede ser natural (de especie, racial o genética) o adquirida la que a su
vez puede ser activa o pasiva

La inmunidad natural , de especie, racial o genética, es aquella en que la


persona no es susceptible a ciertas enfermedades.

Inmunidad activa: Es la estimulación del sistema inmunológico que produce


un antígeno específico humoral (anticuerpos) e inmunidad celular. Se presenta
después del contacto con agentes nocivos o extraños para el organismo como,
por ejemplo, después de padecer una enfermedad natural; aquellas personas
que se han recuperado de una infección generalmente desarrollan inmunidad
para el resto de su vida para tal enfermedad, aunque esto dependerá de la
enfermedad que se contrae (la difteria no deja inmunidad vitalicia). La
vacunación con organismos vivos, muertos o fracciones de los mismos, es una
manera de generar este tipo de inmunidad.
La protección que confiere la inmunidad activa puede ser de meses, años e
incluso de toda la vida. La persistencia de la protección a largo plazo se conoce
como “memoria inmunológica”. Por la forma en la que se adquiere la inmunidad
activa se clasifica en natural y artificial.
• Inmunidad activa natural, se genera por la estimulación directa del sistema
inmune del individuo ante la presencia de una enfermedad.
• Inmunidad activa artificial, se genera por la sensibilización del sistema inmune
con microorganismos atenuados e inactivados o fracciones de los mismos,
mejor conocidos como vacunas.

Inmunidad pasiva: La transferencia de inmunidad temporal mediante la


administración de anticuerpos preformados en otros organismos, se la conoce
como inmunización pasiva artificial. La inmunidad pasiva se puede adquirir en
forma natural o artificial.

•Inmunidad pasiva natural: durante el embarazo, la madre, a través de la


placenta transporta IgG al producto de la gestación; al nacimiento, le provee de
IgA secretora, a través del calostro de la leche materna • Inmunidad pasiva
artificial: es la transferencia de anticuerpos formados en un individuo a otro de
la misma o diferente especie. Un ejemplo clásico de esta forma de adquirir
inmunidad es cuando a un individuo se le administra antitoxina o
inmunoglobulina específica contra hepatitis B. La duración de la inmunidad
pasiva artificial es en promedio de tres meses.
Inmunidad celular: Se adquiere por sensibilización de linfocitos T
Inmunidad humoral: Se basa en la reacción de los linfocitos B
Inmunidad de grupo: Cuando en una población la mayoría de los individuos son
inmunes a enfermedades como el sarampión, la difteria, la tos ferina o la
poliomielitis, se interrumpe la cadena de transmisión. Los pocos individuos que
no son inmunes, difícilmente entrarán en contacto con algún caso de la
enfermedad y por lo tanto, no la contraerán. El concepto se refiere a la
resistencia de un grupo de población, a la diseminación de un agente
infeccioso, basado en la inmunidad de una proporción de individuos del grupo.
Este concepto también se reconoce como “inmunidad de rebaño”.
Inmunidad humoral activa: Puede adquirirse por mecanismos naturales como
consecuencia de una infección, con manifestaciones clínicas o sin ellas, o en
forma artificial por inoculación del propio agente muerto, modificado o en forma
variante, o de fracciones o productos de tal agente. Suele durar años.

Vacunas:
Las vacunas son substancias elaboradas a base de distintos componentes:

1) Antígeno, es decir, los gérmenes, bacterias o virus causantes de


enfermedades o sus productos (toxinas), excepto las elaboradas por ingeniería
genética, las cuales son desarrolladas con procedimientos especiales para que
pierdan su poder de enfermar pero que conserven su capacidad de producir
una repuesta inmunológica.
2) Excipiente o el líquido en que están suspendidas (excepto las vacunas
liofilizadas, en las cuales se dispone del diluyente por separado)
3) Preservantes, estabilizadores y antibióticos
4) Adyuvantes.
Las vacunas pueden ser clasificadas de diversas formas, una de la más
utilizada es:
Vacunas de organismos vivos atenuados.
Las vacunas vivas consisten en preparaciones de microorganismos que
pueden replicar “in vivo” en el huésped de forma similar al microorganismo
nativo, originando una infección inaparente o con síntomas mínimos,
provocando con ello una respuesta inmune, celular y humoral, similar aunque
algo inferior a la provocada por la infección natural.
La atenuación del microorganismo, mediante pases sucesivos en diferentes
huéspedes animales o medios de cultivo, es lo que garantiza la eliminación de
la capacidad de inducir enfermedad; pero su gran inmunogenicidad provoca
generalmente protección a largo plazo y con un mínimo de dosis (las dosis de
refuerzo se administran en las vacunas vivas para evitar el riesgo de fallo en la
primera dosis, no para reactivar la respuesta inmune, como ocurre con las
vacunas inactivadas).
La excepción la constituye la vacuna anti poliomielítica oral trivalente tipo
Sabin, de la que es necesario administrar varias dosis, para evitar los
fenómenos de interferencia que pueden producirse con otros virus existentes
en el tracto digestivo y los propios virus vacunales.

Algunas características de estas vacunas son:


 Son derivadas directamente del agente que causa la enfermedad, virus o
bacteria. Estos virus o bacterias son atenuados, es decir debilitados en el
laboratorio generalmente por cultivos repetidos
 La respuesta del sistema inmune es semejante a la de la enfermedad natural
ya que el sistema inmune no puede diferenciar entre una infección por una
vacuna atenuada y una producida por el virus o bacteria “salvaje” o de la calle.
 Para producir una respuesta inmune, las vacunas vivas deben replicarse en
la persona vacunada. Cuando estas vacunas replican generalmente no causan
enfermedad tal como lo haría la enfermedad natural. Cuando en algunos casos
se produce enfermedad, esta es generalmente leve y se refiere como un
evento supuestamente atribuible a la vacunación o inmunización (ESAVI)
 Son generalmente efectivas con una sola dosis salvo cuando se administran
por vía oral (OPV), o cuando se quiere dar una dosis adicional.
 La inmunidad que generan estas vacunas puede ser interferida por
anticuerpos circulantes de cualquier fuente (transfusiones, transplacentarios) y
en estos casos no hay respuesta a la vacuna (falla de la vacuna).
Hepatitis B
 Estas vacunas son frágiles y se pueden dañar o destruir con la luz o el calor.

Vacunas de microorganismos muertos o inactivados

Las vacunas muertas o inactivadas se componen de microorganismos


inactivados, térmica o químicamente, o bien se trata de fracciones o
subunidades de los mismos, incapaces de reproducirse, y por ello incapaces de
producir la enfermedad en el huésped o de transmitirse a otro sujeto.
Son vacunas generalmente bien toleradas, menos reactógenas que las
vacunas vivas, muy seguras y de más fácil fabricación. Desde el punto de vista
inmunológico son menos inmunógenas que las vacunas vivas, precisando
adyuvantes, la administración de varias dosis para la primo vacunación y
posteriormente varias dosis de refuerzo para que la protección obtenida sea a
largo plazo.

Algunas características de estas vacunas son:


 Estas vacunas son producidas por el crecimiento de la bacteria o del virus en
un medio de cultivo, y se inactivan con calor o con productos químicos
(generalmente formalina). En el caso de vacunas inactivas que derivan de una
fracción, el organismo es tratado para purificar solamente ese componente.
 Estas vacunas no son vivas, por lo tanto no pueden replicar y tampoco
pueden causar enfermedad, aun en personas inmunocomprometidas.
 La respuesta de la vacuna no se afecta con la presencia de anticuerpos
circulantes.
 Estas vacunas pueden ser administradas aun con anticuerpos presentes en
sangre por pasaje
transplacentarios o por la administración de sangre o derivados.
 Generalmente requieren múltiples dosis, en general la primera dosis no
genera inmunidad, es decir no produce anticuerpos protectores, solamente
“pone en alerta” al sistema inmune y la protección se desarrolla recién después
de la segunda o tercera dosis.
 La respuesta inmune no se parece tanto a la infección natural como la de las
vacunas vivas atenuadas, el tipo de respuesta es humoral y no mediada por
células. Estos anticuerpos disminuyen en el tiempo y muchas veces es
necesario dar dosis de refuerzo.

Vacunas combinadas
Son vacunas combinadas las presentaciones consistentes en una única unidad
de administración simple, conteniendo más de un componente antigénico. Es
una formulación estudiada para que no se presenten incompatibilidades o
inestabilidades físicas ni biológicas entre sus componentes inmunizantes.
Generalmente, la combinación de los distintos principios antigénicos se realiza
en el momento de la fabricación de la vacuna, pero también, cuando se ha
estudiado en ensayos clínicos adecuados, se podrían mezclar en el momento
de la administración. Se administran de una sola vez, y en el mismo sitio
anatómico. En determinadas ocasiones constan de un vial conteniendo un
liofilizado de algunos de los antígenos que se disuelve o reconstituye de forma
extemporánea con el disolvente que llevan los restantes antígenos.
Las vacunas combinadas tienen el propósito de prevenir múltiples
enfermedades o una enfermedad causada por diferentes tipos del mismo
organismo. Un ejemplo de una vacuna combinada es la triple viral que previene
el sarampión, la parotiditis y la rubeola.

Vacunas elaboradas por ingeniería genética


Los antígenos constituyentes de una vacuna también se pueden obtener por
medio de ingeniería genética, para ello se aísla material genético que unido a
un vector resulta en un recombinante que una vez inoculado es inmunogènico.
A los productos obtenidos por este método algunas veces se les denomina
vacunas recombinantes.
Actualmente hay dos vacunas obtenidas por ingeniería genética: la vacuna
contra la hepatitis B que se obtiene mediante la inserción de un plásmido que
contiene el gen S del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg)
en el hongo Saccaromycescereviceae, el cual se encarga de producir el
antígeno de superficie del virus mencionado; y la vacuna viva de Salmonella
typhi (Ty21a) que contiene bacterias vivas modificadas genéticamente (en la
síntesis del lipopolisacárido); esta modificación evita que dicha bacteria cause
la enfermedad.

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