VACUNAS
VACUNAS
VACUNAS
RESPUESTA INMUNE:
VACUNAS
CUESTIONARIO N°1
Aplicaciones de la respuesta inmune: VACUNAS
Los recién nacidos reciben inmunidad pasiva natural a partir de las inmunoglobulinas maternas que atraviesan la placenta
o se encuentran en la leche.
Vacunación pasiva La vacunación pasiva se puede utilizar con los siguientes objetivos:
1. Prevención de la aparición de enfermedad tras una exposición conocida (p. ej., pinchazo con una aguja con sangre
contaminada por el virus de la hepatitis B [VHB]).
4. Inhibición de la acción de las toxinas bacterianas y prevención de las enfermedades que producen (es decir, como
tratamiento).
En la actualidad se dispone de preparados de inmunoglobulinas séricas obtenidas a partir de seres humanos o de animales
seropositivos que se utilizan como profilaxis de diversas enfermedades bacterianas y víricas. La globulina sérica humana se
prepara a partir de mezclas de plasma y contiene el repertorio normal de anticuerpos de un adulto. Sin embargo, también
existen preparaciones especiales de globulinas con un título elevado de anticuerpos contra el virus de la hepatitis B, el
virus de la varicela-zóster.
Has escuchado en los últimos tiempos ejemplos de este tipo de inmunización? Busca otros ejemplos.
Sabes porque es preferible el uso de inmunoglobulinas humanas a las de animales ? Si no, investígalo.
La vacunación activa es la que aparece cuando se estimula la aparición de una respuesta inmunitaria a la exposición a un
inmunógeno, sea la exposición a un agente infeccioso o mediante una exposición forzada a microorganismos o a sus antígenos con
vacunas. En una exposición posterior al agente virulento se activa la aparición de una respuesta inmunitaria secundaria más rápida
y eficaz de protección de la persona expuesta o bien se generan anticuerpos que inhiben su propagación o actuación.
De donde proviene el nombre vacuna ? Búscalo y si encuentras un video puedes compartirlo con todos
Las vacunas clásicas se pueden dividir en dos grupos en función de la aparición de infección en la persona receptora vacunas
atenuadas, (como la del virus de la vacuna bovina) o la ausencia de esta infección (vacunas muertas-inactivadas-de subunidades).
Las vacunas de ácido desoxirribonucleico (ADN) representan un nuevo método de vacunación en el que se inyecta ADN
plasmídico en el músculo o la piel, el cual es captado por las células dendríticas, las células musculares o los macrófagos que
expresan el gen como el inmunógeno de una infección natural.
A fines de 2020 se aprobó el uso de una vacuna de ARN mensajero contra la COVID 19 , un modelo que se viene empleando en
ensayos preclínicos y clínicos desde hace décadas, que esta mostrando que son vacunas seguras, bien toleradas pero sobre las que
aun existe preocupación sobre su inestabilidad y su baja eficiencia para introducirlas en las células y que expresen el antígeno.
Vacunas inactivadas: emplean una gran cantidad de antígeno para conseguir una respuesta humoral protectora que no se
asocie al riesgo de aparición de una infección por el patógeno. Se pueden obtener mediante
Generan respuestas de anticuerpos y respuestas de inmunidad celular limitadas. Estas vacunas se suelen administrar con
un adyuvante, que refuerza su inmunogenicidad al fomentar la captación por las células dendríticas y los macrófagos o
estimularlos. Muchos adyuvantes estimulan a los receptores del tipo toll para que activen a estas células presentadoras de
antígenos. La mayor parte de las vacunas se precipitan sobre alumbre para inducir la liberación lenta del antígeno y su
captación por las DC y los macrófagos. También se usan el MF59 (escualeno microfluidificado en una emulsión de aceite y
agua) y el monofosforil lípido A(MPL).
Se emplean vacunas inactivadas en mayor medida que atenuadas para conferir protección frente a la mayoría de las
bacterias y los virus en los que no es posible llevar a cabo el proceso de atenuación, pueden originar una infección
recurrente o presentan un potencial oncogénico. En general, las vacunas inactivadas son seguras
Se distinguen tres tipos principales de vacunas bacterianas inactivadas: toxoides (toxinas inactivadas), con bacterias
inactivadas (muertas) y con la cápsula o las subunidades de las bacterias.
Existen vacunas víricas inactivadas de los virus de la poliomielitis, la hepatitis A, la gripe y la rabia.
Una vacuna de subunidades consta de los componentes bacterianos o víricos que suscitan una respuesta
inmunitaria protectora. Las estructuras de superficie de las bacterias y las proteínas de fijación de los virus (cápside
o glucoproteínas) provocan la aparición de anticuerpos protectores. Asimismo, las vacunas de subunidades pueden
incluir antígenos de linfocitos T. Es posible aislar el componente inmunógeno de la bacteria, el virus o las células
infectadas por el virus por medio de métodos bioquímicos, aunque también se puede preparar la vacuna por
ingeniería genética mediante la expresión de genes víricos clonados en bacterias o células eucarióticas. Por ejemplo,
en un principio la vacuna de subunidades del VHB se preparó a partir del antígeno de superficie obtenido del suero
de portadores crónicos del virus. En este momento la vacuna frente al VHB se obtiene de una levadura portadora
del gen de HBsAg. El antígeno se purifica, se trata por medio de métodos químicos y se absorbe en alumbre para
poder ser utilizado en la vacuna.
Las vacunas contra H. influenzae B, Neisseria meningitidis, Salmonella typhi y S. pneumoniae (23 cepas) se preparan
a partir de polisacáridos capsulares. No obstante, habitualmente los polisacáridos poseen un escaso poder
inmunógeno (antígenos independientes de linfocitos T). La vacuna antimeningocócica contiene los polisacáridos de
los cuatro principales serotipos de la bacteria (A, C, Y y W-135). La vacuna antineumocócica contiene polisacáridos
procedentes de 23 serotipos. La inmunogenicidad de los polisacáridos se refuerza al combinarlos con un portador
proteico (vacuna conjugada) (p. ej., toxoide diftérico, proteína de membrana externa de N. meningitidis o proteína
de Corynebacterium diphteriae)
Vacunas vivas atenuadas
Las vacunas vivas atenuadas se preparan con microorganismos dotados de una escasa capacidad para provocar
enfermedad (p. ej., microorganismos avirulentos o atenuados). Las vacunas atenuadas son especialmente útiles para
conferir protección frente a las infecciones causadas por virus con envoltura, cuya resolución requiere la
participación de las respuestas inmunitarias de los linfocitos T
La inmunidad así adquirida suele persistir de por vida y, según la vía de administración utilizada, puede incluso
simular la respuesta inmunitaria normal observada tras la exposición al agente infeccioso. Sin embargo, las vacunas
atenuadas presentan los tres problemas enumerados a continuación:
1. El virus vacunal puede resultar aún peligroso en personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas que
carecen de los recursos inmunológicos suficientes para resolver incluso una infección vírica «débil».
Entre las vacunas atenuadas bacterianas figuran la vacuna oral contra la fiebre tifoidea, cepa atenuada de S. typhi;
la vacuna BCG de la tuberculosis, bacilo de CalmetteGuérin (BCG)
Las vacunas de virus atenuados están formadas por cepas menos virulentas (atenuadas) del virus de tipo salvaje,
virus pertenecientes a otras especies con las que comparten determinantes antigénicos (vacuna para la viruela,
rotavirus bovinos) o virus no virulentos obtenidos mediante técnicas de ingeniería genética. Los virus de tipo salvaje
se atenúan al crecer en huevos embrionados o en cultivos celulares a temperaturas no fisiológicas (25-34 o C) y
protegidos de las presiones selectivas de la respuesta inmunitaria del organismo hospedador. En estas condiciones,
se selecciona o permite el crecimiento de cepas víricas (mutantes) portadoras de alguna de las siguientes
características:
1) menor virulencia, puesto que crecen con dificultad a 37 o C (cepas sensibles a la temperatura [p. ej., vacuna del
sarampión] y cepas adaptadas al frío [vacuna de la gripe]);
2) ausencia de replicación correcta en cualquier tipo celular humano (mutantes con rango de hospedador)
En los años cincuenta, Albert Sabin desarrolló la primera vacuna oral contra la poliomielitis (VOP) a partir de virus
atenuados. Se obtiene mediante múltiples pasos de los tres tipos de poliovirus en células de riñón de mono. Cuando
esta vacuna se administra por vía oral, se secreta IgA en el intestino y aparece IgG en el suero, lo que confiere
protección a lo largo de toda la vía de infección normal del virus de tipo salvaje
Por otra parte, se han desarrollado vacunas de virus atenuados contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola (las
cuales se administran de manera conjunta en la llamada «vacuna triple vírica»), así como frente a la varicela-zóster
y, recientemente, contra la gripe
Se están utilizando técnicas de biología molecular con el propósito de desarrollar nuevas vacunas. Se pueden crear
nuevas vacunas atenuadas mediante la introducción por ingeniería genética de mutaciones capaces de inactivar o
producir la eliminación de un gen virulento en lugar de lograr una atenuación aleatoria del virus a través de
múltiples pases por cultivos tisulares. Los genes de agentes infecciosos no susceptibles de atenuación se pueden
introducir en virus seguros (p. ej., virus de la viruela vacuna, poxvirus del canario, adenovirus atenuados) para
generar vacunas de virus híbridos.
Durante la infección, la vacuna de virus híbridos no necesita finalizar un ciclo de replicación, sino tan sólo promover
la expresión del gen insertado con el fin de desencadenar una respuesta inmunitaria a los antígenos. Estos sistemas
vectoriales del virus de la viruela vacuna, el virus del canario y el adenovirus se han utilizado ya en diversas vacunas
híbridas experimentales
Se están desarrollando vacunas de subunidades obtenidas por técnicas de ingeniería genética mediante la
clonación de genes que codifican proteínas inmunógenas en vectores bacterianos y eucarióticos Las principales
dificultades para el desarrollo de este tipo de vacunas son 1) la identificación de la subunidad o del inmunógeno
peptídico adecuados que proporcionarán la respuesta de anticuerpos protectores y la respuesta deseada de
linfocitos T, y 2) lograr presentar el antígeno en su conformación correcta. Una vez identificado, es posible aislar,
clonar y expresar el gen en bacterias o levaduras para poder así producir grandes cantidades de estas proteínas
Las vacunas de ADN pueden resultar ventajosas en la vacunación contra agentes infecciosos que
requieren la participación de las respuestas humoral y de los linfocitos T, pero que no se pueden
incluir en vacunas vivas atenuadas. Este método se basa en la clonación del gen de una proteína
que provoca respuestas protectoras en un plásmido que permita la expresión de la misma en
células eucarióticas. Se inyecta el ADN desnudo en el músculo o la piel del receptor de la vacuna,
tras lo cual las células captan el ADN y se expresa el gen clonado para producir la proteína y
presentarla al sistema inmunitario
Las vacunas elaboradas con ARN mensajero presentan dudas por su novedad, pero también
oportunidades tremendamente interesantes.
La vacuna para COVID19 se administra por vía intramuscular, donde las nanopartículas lipídicas
se fusionan con la membrana de las células musculares y liberan las cadenas de ARNm en el
citoplasma. Estas son reconocidas por los ribosomas y por toda la maquinaria enzimática de la
célula y sintetizan la proteína S del virus. Es como si a la célula se le hubiera dado el libro de
instrucciones (ARNm) para que ella misma sintetizara la proteína del virus.
Brevemente hemos descripto que son las vacunas y los tipos disponibles. Ahora tu debes releer
los objetivos de la inmunización y explicar que es la inmunidad de rebaño y en que consiste un
calendario de vacunación. A medida que vayamos estudiando los microorganismos veremos si
existen o no vacunas para las enfermedades que provocan.