modulo 2. Prueba isometrica en miembros inferiores

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Módulo 2.

Prueba isométrica en miembros inferiores

Unidad 1

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Lesson 1 of 3

Unidad 1

La fuerza muscular, definida como la capacidad de ejercer fuerza sobre un


objeto externo o una resistencia (Suchomel et al., 2018), es una capacidad o
habilidad motora crítica que contribuye a varios aspectos del rendimiento
motor, como el salto vertical, el sprint y el cambio de dirección (Brady et al.,
2020). La evaluación periódica o elaboración de perfiles (en pretemporada o al
inicio del ciclo de entrenamiento) del rendimiento motor, las capacidades
motoras y la capacidad motriz (figura 1: Continuo del rendimiento) es una
práctica habitual en los entornos de rendimiento para identificar los puntos
fuertes y débiles de los atletas e indicar la prescripción de entrenamiento
individualizado.

Figura 1: Continuo del rendimiento


Fuente: Suchomel et al, 2021, p. 2059.

Motor performance Rendimiento motor

Motor capability Capacidades motoras

Motor capacity Capacidad motriz

More sequential Más secuencial

More simultaneous Más simultáneo

Monitoring and adjusting training intensity Supervisión y ajuste de las consideraciones

considerations relativas a la intensidad del entrenamiento


e.g. sprinting, sport, specific skills, etc, most ej. sprint, deporte, habilidades específicas, etc.,
limited by coordination más limitados por la coordinación

e.g Olympic lifts, full body medicine ball throws, ej. levantamientos olímpicos, lanzamientos de
etc. balones medicinales de cuerpo entero, etc.
e.g various jumps constrained throws (e.g. ej. varios saltos, lanzamientos limitados (ej.
seated toss), etc. lanzamiento sentado), etc.

e.g. dynamic strength such as squat, pull and ej. fuerza dinámica como sentadilla, tracción y
press prensa
Eg. Isometric or isolated strength, least limited Ej. Fuerza isométrica o aislada, menos limitada
by coordination por la coordinación

Increase in monitoring and assessing skill Mayor seguimiento y evaluación de la


acquisition and adaptation (process measures) adquisición y adaptación de habilidades
(mediciones del proceso)
Greater focus on monitoring and assessing Mayor atención a la supervisión y evaluación de

motor capacity (outcome measures). la capacidad motriz (mediciones de resultados).

Tabla 1. Perfil del atleta

Construcción Rendimiento Capacidades Capacidad


Descripción Lo hace durante la Puede hacerlo durante la Puede hacerlo en un
competición competición entorno controlado

Fuente: elaboración propia.

Pruebas de fuerza isométrica


Dentro del continuo del rendimiento, es evidente que la fuerza muscular es
una capacidad motora muy importante que sustenta una serie de
rendimientos y capacidades. Aunque existen diversos tipos de pruebas para
evaluar la fuerza dinámica concéntrica y excéntrica, la fuerza isométrica se
utiliza habitualmente para evaluar la producción de fuerza máxima (Jaric,
2002). Tanto en la práctica como en la literatura científica se emplean
múltiples métodos de evaluación de la fuerza isométrica multiarticular o de
una sola articulación. Las evaluaciones de una sola articulación
(generalmente, la extensión de la rodilla) son comunes en la investigación de
laboratorio, que prioriza condiciones y ángulos articulares altamente
estandarizados y de control (un determinante importante de la producción de
fuerza). Sin embargo, Tillin et al. (2013) recomiendan evaluaciones
multiarticulares en poblaciones de atletas, basadas en las condiciones
neurales y mecánicas específicas asociadas con la capacidad motora y el
rendimiento (por ejemplo, la relación entre el sprint, el salto y la fuerza). Las
dos evaluaciones isométricas multiarticulares más comúnmente empleadas
para examinar la fuerza extensora de las extremidades inferiores son la
tracción isométrica a mitad del muslo (IMTP) y la sentadilla isométrica (ISq), y
serán objeto de discusión en esta sección. Sin embargo, en la práctica, la
sentadilla con cinturón (belt-squat) (Layer et al., 2018), una variante de la
ISq, (descrita en el Curso "Cinética y cinemática de lesiones y rehabilitación",
Módulo 4) y la prensa isométrica de piernas con plataforma de fuerza (Harden
et al., 2018; Martinopoulou et al., 2022), también son alternativas útiles para
evaluar la extensión de las extremidades inferiores, a pesar de que han sido
mucho menos tratadas que la IMTP y la IS en la literatura. Cabe destacar que
en el caso de las personas con problemas lumbares, se observa una carga
espinal significativamente menor y un momento y fuerza máxima de rodilla y
tobillo más elevados en la sentadilla con cinturón frente al ISq (Layer et al.,
2018), y se prevé que la prensa de piernas también reduzca esta carga.
También se ha destacado que la fuerza de agarre puede ser un factor
limitante en el rendimiento del IMTP (Rhodes et al., 2022). Como tal, a pesar
del gran volumen de bibliografía para IMTP e ISq, los profesionales deben
conocer y considerar estas alternativas.
Tanto el IMTP como el IS son evaluaciones isométricas multiarticulares de
cadena cerrada. Estas pruebas se realizan en ángulos articulares específicos,
son medidas muy fiables de la fuerza máxima (Lum, Haff y Barbosa, 2020;
Blazevich et al., 2002) y se realizan en plataformas de fuerza que pueden
utilizarse para evaluar tanto la capacidad de generación de fuerza máxima
como las derivadas fuerza-tiempo, como la tasa de producción en diferentes
épocas.

Figura 2: Pruebas isométricas de extensión de miembros inferiores

Fuente: adaptación propia con base en A, B: Rodríguez Zárate et al., 2018. C: Harden et al., 2018. D: Antflick.

A: Tracción isométrica a mitad del muslo (IMTP) B: Sentadilla isométrica (ISq)


C: Prensa isométrica de piernas D: Sentadilla isométrica con cinturón. A, B y D
suelen realizarse bilateralmente, pero pueden realizarse unilateralmente. C
suele realizarse unilateralmente, pero también puede realizarse
bilateralmente.

El método - Tracción isométrica a mitad del muslo


Para los profesionales que utilizan la prueba para el seguimiento de los
cambios, la fuerza máxima del IMTP es altamente fiable y su ejecución es
sencilla y relativamente rápida. El IMTP también es una alternativa segura en
comparación con las pruebas de 1 repetición máxima (1 RM), que llevan mucho
más tiempo y además plantean ciertos inconvenientes en cuanto a la fatiga y
el riesgo de lesiones durante la evaluación (Beckham et al., 2013; Brady et al.,
2020). Cuando se trabaje con poblaciones jóvenes sin un largo historial de
entrenamiento, el uso del IMTP ofrece una valiosa visión de su capacidad de
fuerza máxima en extensión sin la adquisición de la habilidad necesaria para
expresar la fuerza máxima en una sentadilla 1 RM o en un levantamiento
olímpico, por ejemplo. No obstante, para obtener datos precisos es
fundamental asegurarse de que existe un protocolo estandarizado y
replicable para realizar el IMTP.

Se ha acumulado bibliografía sobre el IMTP a lo largo de 25 años, con una


serie de enfoques metodológicos a tener en cuenta a la hora de aplicar la
prueba. Dos'Santos et al., (2019) proporciona una revisión exhaustiva
relativamente reciente de los protocolos y la interpretación del IMTP con un
enfoque según el cual el IMTP debe realizarse con el atleta posicionado como
lo estaría en la segunda fase de tracción clean, donde produce la mayor
fuerza (Garhammer, 1993; Haff et al., 1997). Específicamente, con un ángulo
óptimo de rodilla de 125-145° y de cadera de 140-150°. Los profesionales
pueden cambiar la altura de la barra para lograr estos ángulos y ajustarlos
para asegurar que el atleta esté en una posición en la que se sienta cómodo.
Como para todas las pruebas utilizadas para supervisar el cambio en un
atleta, es más importante asegurar una estandarización precisa interna que
externa (así que anota estas posiciones finales, incluida la postura, para que
otros practicantes puedan repetir esta disposición en la prueba). Otros
aspectos posturales del protocolo que se deben entrenar son un torso erguido,
una ligera flexión de la rodilla que dé lugar a cierta dorsiflexión, la cintura
escapular retraída y contraída, los hombros por encima o ligeramente por
detrás del plano vertical de la barra, los pies aproximadamente centrados
debajo de la barra separados a la altura de la cadera, las rodillas por debajo y
por delante de la barra, y los muslos en contacto con la barra (cerca del
pliegue inguinal en función de la longitud de las extremidades). Antes del
"tirón" de esfuerzo máximo, el atleta también debe eliminar cualquier "flojera"
(por ejemplo, flexión del codo, elevación/protracción de la cintura escapular)
en el sistema para evitar cualquier cambio en los ángulos articulares durante
el esfuerzo máximo, lo que se conoce como "pretensión".

Figura 3 a.b: Curva "ideal" de fuerza-tiempo en tracción isométrica a mitad


del muslo
Fuente: elaboración propia.

Peak Force Fuerza máxima

Absolute Absoluta

Net Neta

Force (N) Fuerza (N)

Start Inicio

RFD 100 ms RFD 100 ms

Net force Fuerza Neta

Time Tiempo

A (panel izquierdo): Fuerza-tiempo IMTP "ideal" que muestra la fuerza máxima


(absoluta=valor total, neta=total - peso corporal). B (panel derecho): los
primeros 200 ms de la tracción ampliados para mostrar las métricas de fuerza
a y RFD a 100 y 200 ms. Las métricas de fuerza neta se expresan en newtons
(N) - fuerza aplicada entre el inicio de la tracción y el punto de tiempo x, las
métricas de RFD (tasa de desarrollo de fuerza) se expresan en N/s y = cambio
de fuerza/época de tiempo (por ejemplo, 100 o 200 ms). La RFD también puede
expresarse en relación con el peso corporal como N/s/kg. Nótese que el
aspecto general de la curva ISq es similar.

La fiabilidad de cualquier prueba de rendimiento es un indicador esencial de la


consistencia de la prueba. La fiabilidad puede determinarse y expresarse de
varias maneras, dependiendo tanto del Error Estándar de Medición (SEM)
como del rango de habilidad (desviación estándar, SD) de los atletas que
realizan la evaluación (Tighe et al., 2010). Al cuantificar la fiabilidad de las
métricas de fuerza-tiempo utilizando estos indicadores en nuestro grupo de
atletas y en atletas individuales, podemos definir qué variables entre las
recomendadas o citadas en la bibliografía son las más apropiadas para
elaborar informes sistemáticos y cuáles deberían considerarse con precaución.
Una práctica común dentro de las ciencias del deporte es registrar también el
coeficiente de correlación intraclase (ICC), el coeficiente de variación (CV) con
intervalos de confiabilidad calculados al 90% (CI 90%) (Atkinson & Nevill,
1998; Haff et al., 2015; Hopkins, 2000). El ICC ofrece información sobre el grado
de coherencia y concordancia entre dos conjuntos de datos. Sin embargo, un
ICC no detectará ningún error sistemático y, por lo tanto, es posible tener dos
conjuntos de puntuaciones altamente correlacionadas que no sean
replicables. El CV estima el error de medición y es la expresión típica del CV
(Hopkins, 2015).

La evidencia sugiere que de las variables de rendimiento IMTP, la fuerza


máxima es altamente fiable (ICC = 0,89 - 0,99, CV = 1,7-5%) y puede
determinar el cambio detectable más pequeño (~8,5%, Brady et al., 2020) y los
profesionales deberían considerarlo como un estándar en los informes, ya sea
absoluto o relativo. Varios de los primeros estudios también señalaron a las
características de fuerza-tiempo, como la tasa máxima de desarrollo de fuerza
(pRFD), como fiables (ICC > 0,8) (Haff et al., 2005; Kawamori et al., 2006; Stone
et al., 2003; West et al., 2011). Además, Kraska et al. (2009) informaron que la
fuerza a 90 ms y la fuerza a 250 ms eran fiables (ICC ≥ 0,94). Sin embargo,
reportar los ICC sin los CV y, en la mayoría de los casos, sin los CI, hace que
sea difícil evaluar si estos hallazgos son fiables. Beckham et al., (2012) fueron
los primeros en presentar tanto los ICC como los CV de la IMTP y también
establecieron la fiabilidad de la PF (ICC = 0,92 y CV = 5%) y ≤ 4,3% a través de
varios estudios (Beckham et al., 2014; Haff et al., 2015; Thomas et al., 2015). Se
reportó una fiabilidad similar de la PF entre atletas jóvenes, incluidos surfistas
competitivos (ICC = 0,98 y CV = 4,2%) (Secomb et al., 2015) y jugadores de
fútbol jóvenes (ICC=0,98; CV = 4,91%) (Morris et al., 2018). En conjunto, los ICC
y CV de las medidas de RFD de > 10% (un umbral arbitrario para una "buena"
fiabilidad (se notifican CV > 10% a pesar de valores de ICC > 0,8) (Beckham et
al., 2014; Thomas et al., 2015). Haff et al. (2015) registraron una serie de RFD en
varias épocas que cumplían los criterios de un ICC > 0,8 y un CV < 10%,
mientras que el RFD medio estaba fuera de los niveles aceptables de fiabilidad
(ICC = 0,74 y CV > 10%) (Haff et al., 2015). En general, observaron una mejor
fiabilidad en las épocas (por ejemplo, RFD 0-50 ms, 0-250 ms) que en las
medidas de RFD máxima y RFD media con un ICC de 0,90 (Haff et al., 2015).

La investigación sobre la fiabilidad del ISq es limitada en comparación con la


disponible sobre el IMTP. La investigación ha examinado la fiabilidad de las
variables en varios ángulos de la articulación de la rodilla, encontrando
también que la fuerza máxima es la variable más fiable con ICC de ≥ 0,97
(Bazyler et al., 2015; Blazevich et al., 2002; Hart et al., 2012) y r ≥ 0,98 (Cormie
et al., 2007; Nuzzo et al., 2008). Hart et al., (2012) evaluaron la CV y la CCI en
el ISq bilateral y unilateral e informaron de una CCI = 0,97 y una CV = 3,6% de
la fuerza máxima en el ISq bilateral con un ángulo de rodilla de 140° (y
unilateralmente con el mismo ángulo de rodilla (CCI = 0,98 y CV = 3,6%). Sin
embargo, existen pocas investigaciones sobre la fiabilidad de otras variables
como las épocas de RFD, la RFD máxima o las épocas de impulso en el ISq.

La fiabilidad de las variables IMTP e ISq (en particular de RFD) se ve afectada


por las sesiones de familiarización. Drake et al., (2018) sugirieron que se
requiere un mínimo de tres sesiones de familiarización para estabilizar el
efecto de aprendizaje cuando se utilizan estas pruebas. Es importante que los
profesionales lo comprendan cuando empiecen a aplicar estas pruebas.

Figura 4.a.b: Tracción isométrica a mitad de muslo: Ejemplos de problemas y


errores
Fuente: elaboración propia.

A (panel izquierdo): Errores de ejecución observados a menudo durante el


IMTP (que también pueden observarse en el ISq) que pueden afectar a la
detección de inicios y a los cálculos de las épocas de RFD. B (panel derecho) La
consecución progresiva de la fuerza máxima después de alcanzar gran parte
de ella rápidamente es un fenómeno que podría no considerarse un error, pero
que sugiere que el deportista no está cumpliendo completamente la
instrucción de producir la fuerza máxima lo más rápidamente posible.

Protocolo

La forma más eficaz de preparar a un atleta es pedirle que seleccione por sí


mismo la posición de segunda tirada de la limpia. Una vez en posición, ajuste
la altura de la barra para conseguir el ángulo óptimo de rodilla (125-145°) y de
cadera (140-150°). Una vez que tengas los ángulos articulares deseados, toma
nota de la altura de la barra, la posición de los pies y la anchura de agarre.
Esto garantizará que los procedimientos de prueba puedan repetirse la
próxima vez. Los primeros trabajos han demostrado que las diferentes
posiciones de la cadera y la rodilla influyen en el rendimiento del IMTP.
Aunque los autores sugieren aplicar una tensión previa mínima, esto es
importante para evitar cualquier cambio en el ángulo de la articulación
cuando se realiza la prueba máxima. Aunque este conjunto de trabajos no se
ha tenido realmente en cuenta, la necesidad de minimizar la pretensión, pero
asegurándose de que el atleta ha eliminado la "holgura" del sistema, son
igualmente importantes. Los autores sugieren que el trazo de la fuerza en
vivo sea visible (en la pantalla del portátil o del televisor), para garantizar que
no haya desviación del trazo de la fuerza del peso corporal.

El método - Sentadilla isométrica


A l igual que el IMTP, el ISq tiene varios ángulos de articulación reportados en la literatura (90-150°)
(Blazevich et al., 2002; Wilson et al., 1995). A diferencia del IMTP, que se dice que replica la posición de
segunda tracción de la limpia, el ISq se varía más comúnmente según la posición articular más relevante
para la acción de interés o como sugiere Bazyler et al., (2015), el ángulo o ángulos articulares que
corresponden a aquel que en el movimiento dinámico de interés la salida de fuerza es la más alta (ángulo de
rodilla de 120°). Otro ángulo a considerar es la posición en el levantamiento cuando la ventaja mecánica es la

más baja, específicamente, la "región de pegada" en la tarea de sentadilla (ángulo de rodilla de 90° para la
sentadilla de espalda). Por lo tanto, el autor sugiere una evaluación de los ángulos 90-120° dentro del ISq
para evaluar la capacidad de fuerza del atleta lo suficiente como para proporcionar datos significativos que
puedan utilizar los profesionales. Un ángulo de rodilla de 90°-100° es el más utilizado en la investigación
(Bazyler et al., 2015; Blazevich et al., 2002; Cormie et al., 2007; Loturco et al., 2016; Newton et al., 2002;
Young & Bilby, 1993) y, por lo tanto, facilita las comparaciones con los datos publicados, aunque algunos
estudios utilizaron un ángulo de rodilla de 140° (Dumke, Pfaffenroth, McBride, & McCauley, 2010; Nuzzo et al.,
2008).

Análisis de la curva fuerza-tiempo

Estos procedimientos de prueba suelen tener lugar en un bastidor adaptable


que permitirá a los atletas empujar/tirar de la barra inmóvil durante al menos
5 segundos. En la figura 4 se muestra un ejemplo de estantería
personalizable. El análisis y la fiabilidad de la curva fuerza-tiempo requieren
coherencia por parte de los profesionales, tanto para el procedimiento como
para el cálculo de las variables de las pruebas. Una vez que los profesionales
y los deportistas están familiarizados con los procedimientos de las pruebas,
la identificación de los movimientos es esencial para calcular las variables.
Históricamente, los investigadores han utilizado umbrales arbitrarios de 40 N
por encima del peso corporal medio (West, 2011). No obstante, en trabajos
recientes se ha definido el punto de inicio cuando la primera derivada supera
la media más 5 DE de los valores de fuerza específicos del tiempo para obtener
los resultados más precisos y fiables. Este umbral elimina la posible influencia
del ruido (Dos'Santos et al., 2017). La tabla 2 muestra las variables más
comunes calculadas a partir de las curvas fuerza-tiempo. Los profesionales
deben indicar cómo han calculado sus variables para poder replicarlas en caso
necesario (u otros).

Figura 5: Gradilla isométrica personalizable


Fuente: Tecnologías de medición humana. Rendimiento de Vald

Atleta realizando IMTP, con gradilla ajustable que permite realizar ISq y otras
pruebas isométricas.
Tabla 2. Cálculo de variables

Variable Abreviatura Valor Cálculo

Fuerza máxima absoluta PF N PF producida menos el peso corporal del


participante
Fuerza máxima relativa RPF N/kg PF absoluta ÷ masa corporal de los

participantes (kg)

Fuerza máxima AlloPF N/kg0.67 PF absoluta ÷ masa corporal de los


alométrica participantes (kg)0,67

Tasa de desarrollo de la RFD N/s ∆Fuerza/∆Tiempo


fuerza

Tasa máxima de pRFD N/s RFD más alto durante las ventanas de

desarrollo de la fuerza muestreo


Tasa media de desarrollo avgRFD N/s PF alcanzada y tiempo transcurrido entre
de la fuerza el inicio de la tracción (0) y los valores de
PF

Impulso IP N.s avgForce × ∆Tiempo

Índice de explosividad IES N/s Igual que avgRFD


Coeficiente de RC PF/(TPF × BW)
reactividad

S-gradiente SG PF0.5/TPF0.5
A-gradiente AG PF0.5/(TPF – TPF0.5)

Fuerza inicial F30 ms N/s (∆Fuerza/30 ms)

Fuente: elaboración propia.

Valores normativos
¿Hasta qué punto es suficientemente fuerte? Los científicos del deporte siempre
se plantean esta cuestión, y está claro que nunca se es demasiado fuerte. Los
datos normativos ayudan a crear el perfil de un deportista y permiten al
entrenador determinar la dirección y el contenido de sus programas de
entrenamiento (Loturco et al., 2016) y evaluar los efectos del entrenamiento
en el rendimiento (Mangine et al., 2015). Así pues, comprender las normas
atléticas puede ser beneficioso para quienes trabajan en el sector. Aun así, los
profesionales deben ser conscientes de su población (edad de entrenamiento,
nivel de juego, sexo, etc.) a la hora de realizar comparaciones, ya que esto
influirá en la interpretación de los resultados. Por ejemplo, los datos
normativos publicados suelen basarse en medias de grupo y en el rango de
puntuaciones en torno a la media (DE, IC del 95%, Media, etc.). La
comparación de los resultados de las pruebas informará al entrenador de la
puntuación de su atleta en comparación con la media de la población, no
necesariamente con la mejor de esa población.

Además, los resultados deben normalizarse en función de la masa corporal, ya


que la inclusión de la masa corporal inflará los resultados. Los datos
normativos proporcionan un punto de referencia para la interpretación de los
resultados, pero deben utilizarse con precaución. Cuando se utiliza la
bibliografía para comparar, es crucial que el profesional pueda acceder a los
detalles de los protocolos y de cómo se recogieron los datos, teniendo en
cuenta factores como la familiarización, la frecuencia de muestreo de las
plataformas de fuerza, el umbral de detección de inicio y las instrucciones
dadas. A continuación se muestran ejemplos de poblaciones deportivas y
valores normativos para la fuerza máxima (fuerza máxima) y la fuerza
máxima normalizada (fuerza máxima relativa). Curiosamente, algunos
valores normativos para deportes similares presentan una amplia gama de
datos. Por ejemplo, los jugadores de rugby han notificado un intervalo de 1855
a 2100 para los jugadores juveniles y de 2500 a 2900 N para los jugadores
sénior. Anecdóticamente, estos valores parecen bajos, sobre todo desde una
perspectiva absoluta. Por ejemplo, datos no publicados en boxeadores de élite,
han producido valores de fuerza máxima de 3000 N y fuerza máxima relativa
de alrededor de 41 Newtons por kilogramo de masa corporal. Además,
Beckham et al., (2012 y 2013) publicaron valores para levantadores de pesas.
El grupo no de élite del autor produjo una mayor FP (5942 ± 844) frente a los
valores de fuerza máxima publicados de élite (5829 ± 867). Mientras que en
otros deportes, el estatus de juego puede no importar tanto con el IMTP
porque el deporte se basa en diferentes variables de rendimiento, pero la
halterofilia se basa principalmente en la producción de fuerza y, por lo tanto,
se debe tener precaución al interpretar los valores normativos percibidos.

Tabla 3. Valores normativos de fuerza máxima IMTP e ISqT.

Prueba Estudio n Participantes Sexo Masa Fuerza máxima RFD


corporal Absoluto Relativo (N/s)
(kg) (N) (N/kg)

IMTP Haff et al. 8 Levantadores M 95.1 ± 4.4 2,847 ± 29,693 ±


(1997 ) de pesas 256 3,07 0
entrenados

IMTP Stone et al. 11 Lanzadores M&F 101.3 ± 25.3 3,002 ± 29.1 ± 15.000-
(2003) colegiados 933** 9.1** 18.000**
IMTP Stone et al. 20 Ciclistas M&F 7 7.6 ± 13.6 3,591 ± 46.1 ± 12,57 6 ±
(2004). nacionales de 87 5** 7.0** 4,230**
pista

IMTP Stone et al. 16 Levantadores M 83.4 ± 27.0 5,127 ± 54.0 ±


(2005) de pesas de 1,056** 51**
élite F 68.9 ± 18.5 3.510 ± 48.8 ±

587 ** 9.5**
IMTP Haff et al. 6 Levantadores F 82.8 ± 18.9 3.649 ± 43.4 ± 13.997 ±
(2005). de pesas de 824 5.1 4.450
élite
IMTP Kawamori 8 Lanzadores M 85.1 ± 3.3 3.17 8 ± 37.4 ± 22.008
et al. (2006) colegiados 285 3.4 ± 4.27 0

IMTP McGuigan 8 Luchadores M 7 8.0 ± 4.2 2.645 ± 33.9 ± 32.063 ±


et al. (2006) NCAA D3 465** 5.9** 18.834**

IMTP Nuzzo et al. 12 NCAA D1 (AF y M 90.1 ± 14.8 3.144 ± 35.2 ± 3.556 ±
(2008) Atletismo) 7 92* 6.8* 1.026*
IMTP McGuigan y 22 Jugadores de M 107.6 ± 22.9 2.159 ± 13.489 ±
Winchester fútbol 218* 4.041*

(2008) americano D1
IMTP Kraska et 63 Atletas My F 7 2.9 ± 19.6 2.138 ± 12.17 5 ±
al. (2009) colegiados 323* 4.338*
IMTP West et al. 39 Liga M 97.0 ± 8.2 2.529 ± 23.653 ±
(2011) profesional de 398 7.424
rugby

IMTP Leary et al. 12 Golfistas M 7 7. 0 ± 9.8 2.138 ±


(2012) recreativos 323*

IMTP Beckham 14 Levantadores M 109.9 ± 5.829 ± 53.0 ±


et al. (2012) de pesas 20.0 867 * 7.9*

IMTP Beckham 12 Levantadores M 96.0 ± 19.2 5.942 ± 63.9 ±


et al. (2013) de pesas de 844* 14.3*

subélite F 66.6 ± 4.8 3.7 43 ± 56.4 ±


42.4* 4.7 *
IMTP Beckham 106 NCAA D1 MY F 7 6.1 ± 12.7 3.802 ± 50.0 ± 6.544 ±
et al. (2014) atletas 1.053* 13.8* 3.427
IMTP Haff et al. 12 Jugadores de F 68.6 ± 8.2 2.507 ±
(2015) volley 421*
IMTP Thomas et 22 Atletas M 7 8.1 ± 10.8 2.7 09 ± 34.6 ± 10.899 ±
al. (2015) colegiados 587 * 5.3* 4.543

IMTP Thomas, 14 Collegiate M 7 2.8 ± 9.4 2.7 52 ±


Comfort et Soccer y RL 546*
al., (2015)
IMTP Secomb et 30 Surfistas My F 54.8 ± 12.1 1.520 ±
al. (2015) junior de 412*
competición

IMTP Darrall- 67 Jugadores de M— 7 9.4 ± 12.8 2.158 ± 28.1 ±


Jones et al. rugby de la U16 310* 0.3*
(2015) Academia M— 88.3 ± 11.9 2.561 ± 29.9 ±
U18 339* 2.9*
M— 98.3 ± 10.4 3.105 31.4 ±
U21 ±354* 2.8*

IMTP McMahon 15 Atletas M 3.045 ±


et al. (2015) universitarios 497 *
de deportes
de campo
IMTP Wang et al. 15 Unión Colegial M 86.5 ± 14.2 2.945 ±
(2016) de Rugby 618

IMTP Parsonage La M 7 2.1 ± 8.8 2.422 ± 33.6 ±


et al. (2016) competencia 489** 5.1**
sufre F 59.1 ± 5.4 1.644 ± 27.8 ±
252** 3.3**

IMTP Beattie et 6 Ciclista de M 69.1 ± 3.6 34.9 ±


al. (2016) carretera de 6.0*

competición
IMTP Dobbin et 56 Jugadores de M 2,533 ±
al. (2017 ) rugby 243*—
Jugadores
veteranos
1,855 ±
325*
Jóvenes
jugadores
IMTP Dos’Santos 28 Atletas M&F 2.840 ±
et al. (2017 ) colegiados — 67 8
Hip
145°

Hip 2,7 47 ±
17 5° 627 *
IMTP Dos’Santos 12 Futbolistas M 2,230 ±
et al. (2017 ) juveniles 347 *

ISq Young y 18 Estudiante M 7 0,5 1,902 ±


Bilby (1993) universitario 129*

ISq Wilson et 15 Atletas M— 7 8.0 ± 8.0 1.855 ± 14.059 ±


al. (1995) 110° 361 7.87 6

M— 1.989 ± 11.662 ±
150° 361 7.036
ISq Newton et 18 Jóvenes M 88,4 ± 12,3 1,318 ±
al. (2002) sanos 247 *

ISq Cormie et 26 Entrenamiento M 81,6 ± 18,8 2.202 ±


al. (2007 ) recreativo 280

ISq Nuzzo et al. 12 NCAA D1 (AF y M 90,1 ± 14,8 3,522 ± 39.6 ± 6.102 ±
(2008) Atletismo) 635* 4.6* 1.57 9*

ISq Dumke et 12 Corredores M 66,7 ± 3,2 2.37 3 ±


al. (2010) de fondo 362*

ISq Tillin et al. 18 Unión colegial M 92 ± 8 2.934 ±


(2013) de rugby 339
ISq Loturco et 15 Boxeadores M 64.6 ± 12.1 2.601 ±
al. (2016) aficionados (combinado 951
F 1.808 ±
314

Nota. n = número de participantes; * = incluye el peso corporal de los participantes; ** = se desconoce o no está

claro si el cálculo incluye el peso corporal de los participantes; M = hombre; F = mujer.

Fuente: Brady et al., 2020, https:/ / acortar.link/ D2Vvya

Asociaciones con rendimiento dinámico


La importancia de poseer altos niveles de fuerza en la parte inferior del cuerpo
está bien documentada en la literatura científica (Suchomel et al., 2019).
Existen correlaciones de moderadas a muy grandes entre las características
fuerza-tiempo de los miembros inferiores y la fuerza máxima (tanto absoluta
como relativa) con rendimientos dinámicos como la altura de salto (Kraska et
al., 2009; Kawamori et al., 2006; Lum & Joseph, 2020; Comfort et al., 2014),
tiempo y velocidad de sprint (Lum & Joseph, 2019; Comfort et al., 2014, Brady,
et al., 2019; Seitz et al., 2014; Townsend et al., 2019), y prueba temporal de
cambio de dirección (Thomas et al., 2015; Thomas et al., 2017; Thomas et al.,
2016; Spiteri et al., 2014). Mason et al. (2021) informaron de asociaciones entre
las métricas IMTP y las características del movimiento horizontal, incluyendo
la aceleración, la velocidad máxima de la carrera y la prueba de cambio de
dirección 505 en una pequeña muestra (n=11) de jugadores de fútbol de
desarrollo profesional (edad: 20±2 años). La velocidad máxima de carrera se
correlacionó significativamente con la fuerza máxima absoluta IMTP, la fuerza
relativa@150 y @200 ms y la fuerza máxima y (r=0,57, r=0,51, r=0,66 y r=0,76
respectivamente); el tiempo COD se correlacionó con la fuerza relativa@150 y
@ 200 ms y (r=-0,68 y r=-0,60 respectivamente) y la aceleración de 10 m con
la fuerza relativa@200 y la fuerza máxima (r=-0,55 y r=-0,53).

Debido a estas relaciones, es esencial evaluar la fuerza de la parte inferior del


cuerpo de un atleta para controlar la progresión del entrenamiento del atleta
y examinar la eficacia del programa de entrenamiento. Los datos de fuerza-
tiempo recogidos durante estas pruebas están fuertemente correlacionados
con varios marcadores de rendimientos deportivos dinámicos como el salto
(Kraska et al., 2009; Kawamori et al., 2006; Lum & Joseph, 2019; Comfort et al.,
2014), sprints (Lun & Joseph, 2019; Comfort et al., 2014; Townsend et al., 2019;
Kuki et al., 2017), lanzamientos (Stone et al.., 2003), boxeo (Loturco et al.,
2016), balanceo de golf (leary et al., 2012), ciclismo (Stone et al., 2004) y kayak
(Van Someran & Howatson, 2008). Si bien ha habido informes de fuertes
asociaciones, algunos estudios no han demostrado relaciones entre el IMTP y
la altura de salto (Nuzzo et al., 2008). Brady et al., (2019) tampoco mostraron
asociación entre las características de fuerza-tiempo obtenidas a partir del
IMTP y el ISq con el rendimiento de aceleración de la carrera en atletas de
carreras femeninas. Noreste et al., (2017) no demostraron una relación
estadísticamente significativa entre la fuerza IMTP a 100 Ms y el tiempo de
carreras en futbolistas profesionales, mientras que Dos'Santos et al. (2018) no
mostraron asociación entre las características fuerza-tiempo de la altura del
squat jump. De interés, Dos'Santos et al. (2018) sugieren utilizar una cohorte
heterogénea de atletas y no una muestra homogénea. Por último, un acuerdo
de instrucción debe ser claro y coherente con los métodos anteriores.
Dos’Santos et al. (2018) sí sugiere que el uso de la consigna puede haber
impactado en el rendimiento del SJ y la posterior relación con el IMTP.

Por último, aquellos estudios que no han mostrado relación con las tareas
dinámicas, como las carreras y las características de fuerza-tiempo (Noreste et
al., 2017; Brady et al., 2019), pueden ser consecuencia de la contribución de
fuerza relativa que influye en el desplazamiento de todo el cuerpo en
comparación con la producción de fuerza absoluta. Dado que el rendimiento
de la carrera lineal depende de la aceleración de la masa corporal, en lugar de
superar la inercia y la resistencia del aire, la capacidad de producir altos
niveles de fuerza en relación con la masa corporal se han propuesto como
superiores a las medidas de fuerza máxima absoluta. Por lo tanto, la expresión
de la fuerza a 100 ms puede no ser apropiada para la carrera, mientras que los
autores informaron una relación de la fuerza máxima relativa con el
rendimiento de la carrera (Noreste et al., 2017). Del mismo modo, los atletas
utilizados en el estudio de Northeast et al., (2017) se consideraron débiles y,
por lo tanto, se debe tener precaución al interpretar estos hallazgos.

Se ha demostrado que las características de fuerza-tiempo de las pruebas


isométricas van de moderadas a muy fuertemente correlacionadas con los
rendimientos dinámicos de las extremidades superiores e inferiores y el
rendimiento de los movimientos específicos del deporte, lo que indica que las
características de fuerza-tiempo isométricas fueron capaces de proporcionar
información sobre la capacidad de producción de fuerza de un atleta para
realizar los movimientos. Sin embargo, los profesionales deben seguir
midiendo y utilizando protocolos de pruebas específicos, dadas algunas
limitaciones de las pruebas isométricas. El mayor inconveniente es la
imposibilidad de programar sesiones de entrenamiento de fuerza o potencia
basadas en los datos de las pruebas isométricas. Por ejemplo, la fuerza
máxima, tanto del IMTP como del ISq, se relaciona bien con el rendimiento en
sentadilla, pero esto no puede utilizarse para planificar cargas de
entrenamiento con el rendimiento en sentadilla. Blazevich et al. (2002)
informaron de una diferencia del 8,5% respecto a la carga 1RM real cuando se
utilizó la fuerza máxima producida durante el ISq para predecir la carga 1RM.
Hasta la fecha, no se ha informado de ninguna otra mejora en el error
estándar ni del uso de una ecuación de predicción para convertir la fuerza
máxima de cualquiera de las pruebas en una carga de entrenamiento.

Aunque falta la prescripción de la carga de entrenamiento, los datos de


fuerza-tiempo que ofrecen las pruebas isométricas son fructíferas. La captura
de estos datos e información pueden ayudar a controlar, adaptar y modificar
los planes de entrenamiento con los atletas. Por ejemplo, las fuerzas de
reacción del suelo captadas mediante placas de fuerza detectarán cambios en
la fuerza y en las métricas subsiguientes. Aunque no hay ninguna hipótesis
concreta que lo ponga en duda (las placas de fuerza se consideran el patrón
oro para detectar cambios en la GRF), los profesionales deben tener en cuenta
el ruido del sistema (ruido de la señal eléctrica). El ruido típico puede captarse
promediando datos de GRF de muestra (digamos 1 segundo). Esto aproximará
el ruido del sistema, que los profesionales pueden utilizar para detectar
cambios significativos en la fuerza por encima y más allá de lo que la placa
está capturando. Dependiendo del sistema de la placa de fuerza, del entorno
(como el suelo, la carcasa de las placas, los aparejos, etc.) el ruido típico,
capturado a partir de 1000 Hz será normalmente de alrededor de 9-10
Newtons (alrededor de 0,9 kg). Además, una vez que los practicantes han
identificado la variación en el rendimiento del atleta y determinadas métricas
(coeficiente de variación), pueden utilizar ambas informaciones para
determinar un cambio significativo en el practicante sin que el proceso sea
demasiado pesado. La aplicación y el uso de pruebas isométricas en diversas
poblaciones es valiosa, ya que proporciona a los profesionales datos
significativos. Aunque las pruebas tienen sus limitaciones, sus ventajas las
superan.

Estudio de caso individual - Boxeador de élite

El boxeo es un deporte que requiere las capacidades físicas de todos los


componentes comunes de la forma física (fuerza, potencia velocidad, aeróbica
y anaeróbica, etc.), pero no es infrecuente en los boxeadores. Según las reglas
unificadas del boxeo profesional, tres jueces otorgan puntos en función de la
"potencia y cantidad" de los golpes asestados (Comisión, 2005). En
consecuencia, la fuerza y la potencia son factores determinantes del éxito
(Chaabène et al., 2015; Halperin et al., 2016; Hembrough et al., 2016). Los
combates de boxeo se disputan en categorías de peso predefinidas (Comisión,
2005), y los boxeadores suelen intentar competir en una categoría por debajo
de su peso natural para evitar ceder tamaño, fuerza y potencia a un oponente
(Halperin et al., 2016; Morton et al., 2010; Pettersson et al., 2013). Esto pone de
relieve la importancia de controlar la fuerza (y otras métricas). Sin embargo, el
uso tradicional de las pruebas de RM no es apropiado con atletas que están
haciendo peso, y tienen un riesgo potencial de lesión. El IMTP, sin embargo, se
utilizó debido a los beneficios anteriores descritos, pero no sin algunas
limitaciones. Así pues, el estudio del caso siguió al atleta hasta la última
semana de su combate. Los resultados que capturamos incluyen los valores
máximos (absolutos y relativos) y la fuerza en determinados intervalos de
tiempo.

Tabla 4. Datos longitudinales del tiempo de fuerza IMTP en un boxeador de


élite

Semana Fuerza a 150 Fuerza a 250 Fuerza Con Fuerza Peso corporal
ms ms máxima Máxima

1 1130 1485 27 7 0 34 81,4

2 1063 1658 2936 36,5 80,3

3 1185 17 03 3039 38,4 7 9,1

4 1294 1917 3102 39,4 7 8,8

5 1297 1927 3003 38,7 7 7,5

6 1499 207 1 2948 38,7 7 6,2

7 1306 1940 297 2 39,2 7 5,9

Semana de lucha

Fuente: elaboración propia.


Los datos anteriores corresponden a un entrenamiento típico del boxeador,
que ha incluido la pérdida de peso junto con una intervención periodizada de
fuerza y potencia. Aún más interesante es el uso del IMTP para captar la
máxima expresión de fuerza del atleta durante ese periodo. Como se puede
ver, hay un ligero descenso en la expresión de fuerza absoluta, pero la
expresión de fuerza relativa del atleta ha aumentado de la semana 1 a la 7.
Esto es imperativo dada la asociación con la expresión de la fuerza por kg de
masa corporal. Además, no es infrecuente que el boxeador recupere peso
después del pesaje, y algunas pruebas sugieren que el artista marcial mixto
recupera alrededor de ~ 10% de masa corporal (Kirk et al., 2020). Esto es muy
importante, ya que el rendimiento absoluto con un aumento de la masa
mejorará, pero quizás la expresión de la fuerza relativa disminuya. El IMTP
permite el seguimiento y control de estos cambios.

Pruebas de cadena posterior

Las pruebas isométricas de la cadena posterior (IPC) o de los isquiotibiales son,


después del IMTP, una de las evaluaciones isométricas de las extremidades
inferiores más aplicadas en entornos de alto rendimiento. El IPC y otras
pruebas de isquiotibiales/cadena posterior se utilizan con mayor frecuencia
en deportes con carrera o con carreras repetidas de alta velocidad, en los
cuales la distensión de isquiotibiales es la lesión más común. Aunque el grupo
muscular de los isquiotibiales es fundamental para el rendimiento en carrera
de velocidad (Pandy et al., 2021), la mayor parte de la bibliografía relacionada
con la medición de las características neuromusculares de los isquiotibiales
está relacionada con la identificación de factores de riesgo de lesiones
primarias o recurrentes por distensión de isquiotibiales (HSI). Las HSI son una
de las lesiones más comunes en el fútbol profesional y otros deportes de
carrera de velocidad repetida, representando aproximadamente el 12% de
todas las lesiones musculares en el fútbol (Ekstrand et al., 2011). Aunque la
carga de tiempo perdido por lesión puede no ser alta a menos que haya
afectación tendinosa (Taberner et al., 2022), la alta incidencia y la tasa de
recurrencia (Ekstrand et al., 2011) justifican la atención prestada a la lesión.

Las pruebas de IPC pueden realizarse con diversos dispositivos y, para los
profesionales sin acceso a la tecnología de plataformas de fuerza, en la figura
12, al final de esta sección, se muestran medios alternativos para capturar la
fuerza máxima de IPC-hamstring (Wollin et al., 2016; Lahti et al., 2020).
También hay una serie de variantes de pruebas de CIP de plataforma de
fuerza, descritas en la literatura (McCall et al., 2015; Matinlauri et al., 2019;
Goodwin & Bull, 2021) y o evolucionadas e implementadas en la práctica
(figura 6, panel E).

Figura 6: Pruebas isométricas de cadena posterior en plataforma de fuerza


de cadena cerrada en decúbito supino
Fuente: A, B: McCall et al., 2015. C: Matinlauri et al., 2019. D: Goodw in y Bull, 2021. E: archivo propio.

A: 30° y B: 90°. puente C: De pie 90°:20° manos en el pecho. D: puente de cadera bilateral en el suelo con

cinturón de seguridad. E: puente de cadera unilateral en el suelo, la barra cargada se utiliza para evitar la

extensión de la cadera.

Como se ha comentado en el curso "Cinética y cinemática de las lesiones y la


rehabilitación" con referencia a las mediciones de la fuerza durante la
rehabilitación, el "patrón oro" y el medio bien establecido para evaluar la
fuerza del músculo isquiotibial es la dinamometría isocinética. Como se ha
destacado, existen obstáculos para el uso rutinario y frecuente de esta
tecnología, su disponibilidad limitada (debido al coste) y, si está disponible, la
naturaleza relativamente lenta de la evaluación, la hacen poco práctica en
entornos de alto rendimiento y, en particular, de deportes de equipo. La
evaluación nórdica de los músculos isquiotibiales ("Nordbord") es un medio
alternativo para evaluar rápidamente la fuerza y la asimetría dinámica
(excéntrica) de los músculos isquiotibiales/cadena posterior, con pruebas que
demuestran puntos de corte para un riesgo de lesión elevado (Timmins et al.,
2016; Bourne et al., 2015). Mientras que la evaluación isométrica de los
isquiotibiales utilizando un dinamómetro de mano o pruebas manuales ha
sido utilizada durante décadas por los fisioterapeutas en RTS después de una
lesión de isquiotibiales, es relativamente reciente que las pruebas IPC se
hayan reportado en el seguimiento regular de atletas sanos y se hayan
integrado más ampliamente a lo largo de la vía de rehabilitación de
isquiotibiales (Taberner & Cohen, 2018; Taberner et al., 2020; Taberner et al.,
2022) - incluyendo evaluaciones frecuentes y el uso de datos de fuerza
máxima y RFD para informar la progresión durante la rehabilitación. Hasta
donde sabe el autor, Schache et al (2011) describieron por primera vez el uso de
pruebas de CIP como herramienta de control durante la temporada en el
deporte profesional. Esbozaron dos pruebas isométricas supinas unilaterales
posteriores de miembros inferiores de esfuerzo máximo, de 3 segundos de
duración, realizadas a 90˚:90˚ (flexión de rodilla:cadera) (90˚:90˚) o a 30˚
(flexión de rodilla). En este informe de caso, un HSI viene precedido por un
jugador que manifiesta una tendencia anómala de asimetría (en relación con
el equipo) en el rendimiento de IPC, que se estaba controlando rutinariamente
de forma semanal mediante un manguito de presión. Nedelec et al. (2014)
demostraron posteriormente disminuciones significativas de los valores
máximos en ambas posiciones tras fútbol de competición, lo que confirma la
sensibilidad de esta prueba isométrica a la fatiga residual inducida por el
juego del partido. McCall et al. (2015) demostraron por primera vez que las
mismas pruebas se evaluaban utilizando plataformas de fuerza e informaron
de descensos agudos tras el partido en la fuerza máxima en ambas posiciones
en jugadores profesionales y de la fiabilidad interdiaria de la prueba. En
futbolistas de academia, Constantine et al. (2019), examinaron la respuesta
de la CIF a los partidos de competición, demostrando fatiga en las
evaluaciones inmediatamente posteriores al partido y en la evaluación a las
24 horas y recuperación en las 48-72 horas posteriores (figura 7). Matinlauri et
al., 2019 examinaron la fiabilidad de una prueba 90:20 de pie (figura 6, panel
C) en jugadores semiprofesionales, y compararon el perfil de fatiga-
recuperación de la prueba (inmediatamente después, +24h y +48h) tras un
protocolo de fútbol simulado con el de la prueba 90:90 supina.

Figura 7: Valores CIP en futbolistas de academia tras un partido de


competición.
Fuente: Constantine et al.,2019 p. 5.

Los valores son la media de los valores totales (extremidad izquierda y derecha) de la prueba de puente supino

de 90° y 30° en 14 jugadores de la academia. Pre=prueba realizada antes del partido; Post=prueba realizada

después; 24+, 48+ y 7 2+ después del partido, respectivamente. Las barras rojas indican diferencias significativas

entre puntos temporales.

En conjunto, estos estudios, y la experiencia del autor en el fútbol profesional,


confirman la viabilidad de integrar las pruebas de CIP en los microciclos
competitivos sin interrumpir el entrenamiento, ya que suelen ser bien
toleradas entre los jugadores profesionales. La prueba se ha consolidado en
varios equipos de la Premier League inglesa y, por ejemplo, es un elemento
central de la supervisión de la jornada +2 en el Arsenal Football Club
(conferencia del Arsenal SEMS, 2019).

Wollin et al. (2020) describen el control regular de la CIP de los futbolistas


como un modelo de prevención secundaria de las ISH que incluye la repetición
de las pruebas en el mismo día o en días consecutivos si se detectan
anomalías (figura 8).

Figura 8: Hamstring strength testing cycle


Fuente: Wollin et al 2020. p. 1.

Hamstring strength testing Secondary


Ciclo de pruebas de fuerza de los isquiotibiales.
prevention

Alert. Isometric hamstring strength decrease Alerta Disminución de la fuerza isométrica de


los isquiotibiales

Yes
Si

No No

Re-testing (afternoon) Repetición de las pruebas (por la tarde)


Normal Football participation. Primary Participación normal en el fútbol. Prevención
prevention primaria

Strength restoration
Restauración de la fuerza

Rehabilitation. Tertiary prevention Rehabilitación Prevención terciaria

Clinical examination Examen clínico

Injury Lesiones

Subclinical stage
Fase subclínica

Indicated intervention Intervención indicada

Consult coach to discuss load management of


Consultar al entrenador para discutir la gestión
high-speed running, sprinting and explosive
de la carga de las actividades de carrera de alta
acceleration/deceleration activities within the velocidad, corrida y
context of the planned training session, player aceleración/desaceleración explosiva en el
position and workload. contexto de la sesión de entrenamiento

planificada, la posición del jugador y la carga de


trabajo.

En el atleta sano, los IPC se utilizan principalmente en la monitorización de la


respuesta de carga a corto plazo y las tendencias semana a semana, siendo
menos común su uso en la elaboración de perfiles o comparaciones entre
jugadores o grupos. Esto puede deberse en parte al interés tradicional por las
relaciones de par máximo concéntrico o excéntrico isocinético dinámico de los
isquiotibiales o de par máximo (isquiotibiales:cuádriceps) y al uso generalizado
más reciente de la NHE (es decir, Nordbord) con el fin de "perfilar" y clasificar la
fuerza. Esto fue estimulado por la evidencia prospectiva que demuestra que
los niveles más bajos de fuerza máxima de fuerza excéntrica NHE se asociaron
con un riesgo elevado de HSI (Timmins et al., 2016; Bourne et al., 2015), la
estimación de puntos de corte de fuerza NHE adecuados y la facilidad de
implementación de la prueba NHE en relación con las evaluaciones
isocinéticas de isquiotibiales. Además, a pesar de algunas pruebas de que una
menor fuerza isocinética de los isquiotibiales o altos niveles de asimetría de
fuerza entre las extremidades, o pobres relaciones de par máximo de
isquiotibiales:cuádriceps identificadas en el cribado de fuerza de
pretemporada, recientes metaanálisis y estudios prospectivos han
cuestionado el valor predictivo de estas medidas en el riesgo de HSI (Green et
al., 2018).

La base teórica de la importancia de la fuerza isométrica dentro del ciclo de


carrera de velocidad y la relevancia de la fuerza isométrica y el entrenamiento
de la fuerza en la reducción del riesgo de HSI ha sido esbozada por Van Hooren
& Bosch (2017). Sin embargo, hasta donde el autor sabe, con la excepción de
un único estudio que muestra un mayor riesgo de recurrencia de lesiones
asociado con una mayor asimetría de fuerza máxima isométrica determinada
en flexión de rodilla de 15 ° (De Vos et al., 2014) y un reciente estudio
prospectivo de riesgo (Lahti et al.,2022), la investigación que examina la
fuerza isométrica de los isquiotibiales o la cadena posterior en relación con las
asociaciones de HSI se limita a la evidencia retrospectiva (Cohen et al., 2014;
Charlton et al., 2018b; Buhmann et al., 2022). Además, aún no existen pruebas
paralelas a los estudios que demuestran que la integración de ejercicios
excéntricos de fortalecimiento de los isquiotibiales reduce el riesgo de HSI (Van
Dyk et al., 2019; Chebbi et al., 2022). As such, neither cut points for adequate
IPC strength associated with risk nor conclusive associations with HSI have
yet to be established. Sobre esta base, se recomienda que el cribado de la baja
fuerza de los isquiotibiales se realice utilizando la NHE, mientras que las
pruebas IPC permiten una evaluación complementaria de la fuerza relevante
para la respuesta a la carga en atletas sanos y en rehabilitación.

No obstante, los valores de referencia para la fuerza máxima de la CIP y los


datos descriptivos (media y DE), pueden proporcionar puntos de corte
estadísticos para la fuerza baja - el último módulo tendrá esos datos.

Datos retrospectivos
Charlton et al. (2018b) examinaron las asociaciones entre las medidas de
fuerza máxima isométrica isquiotibial con dinamómetro fijo (fuerza máxima,
par máximo, par máximo relativo) y lesiones previas en una muestra de 37
futbolistas masculinos sanos, semiprofesionales de reglas australianas, de los
cuales 10 (27%) tenían antecedentes de HSI. Historial de HSI indica que no
está lesionado, pero que ha sufrido una HSI que le ha hecho perderse partidos
entre una y tres temporadas antes de la prueba. Aquellos con lesiones previas
tenían valores que eran aproximadamente un 10-12% más bajos: fuerza
máxima (-44,8 N, diferencia media 10,3%), par (-22,2 Nm, diferencia media:
-11,1%) y el par normalizado en función de la masa corporal (-0,2 Nm kg-1,
diferencia media -12,5%). El par (fuerza máxima*longitud del brazo de
momento) en relación con la masa corporal, la medida que mejor distinguía a
los lesionados de los no lesionados. Del mismo modo, Cohen et al., (2014),
informaron de asimetrías interlimb significativamente mayores en el puente
de 90° de la plataforma de fuerza en futbolistas de élite sanos que habían
experimentado al menos una HSI en la temporada anterior en comparación
con aquellos jugadores que no lo habían hecho (figura 9).

Figura 9: Asimetría de la fuerza isométrica bilateral máxima en relación con


una lesión previa de isquiotibiales en futbolistas profesionales (n=31)

Fuente: Cohen, Ashw orth, Taberner, Evans y Lew in, 2014.

INJ=Jugadores con lesión en los isquiotibiales en las 2 temporadas anteriores (n=8); N-INJ=Jugadores sin lesión

en los isquiotibiales en las 2 temporadas anteriores (n=23). Los jugadores se sometieron a las pruebas CIP 90 y

30.

*Indica una diferencia significativa en % de asimetría entre INJ y N-INJ P < 0,05. Asimetría significativamente

mayor en INJ frente a N-INJ a 90⁰ (p=0,02, ES=0,83, "grande") pero no a 30⁰ (p=0,24, ES=0,28 "pequeño").
Bilateral asymmetry Asimetría bilateral

Solo un estudio prospectivo ha evaluado la asociación entre el rendimiento en


CPI y el riesgo prospectivo de lesiones en atletas. Este análisis de la asociación
entre el rendimiento en un protocolo de cribado multicomponente de 11 ítems
(Football Hamstring Screening, (Lahti et al., 2020)) de cuatro componentes
(fuerza de la cadena posterior, rendimiento mecánico del sprint, control
lumbopélvico y amplitud de movimiento) y el riesgo de HSI en 95 futbolistas
profesionales. Las diferencias antes de la temporada entre la fuerza máxima
isométrica relativa al peso corporal en las 2 pruebas de fuerza máxima
isométrica unilateral con dinamómetro manual en los 17 jugadores que
sufrieron lesiones durante la temporada y los 78 que no las sufrieron fueron
triviales y no significativas. Las asimetrías de la fuerza máxima isométrica
fueron mayores (tamaño del efecto: 0,32, pequeño) en los que llegaron a
sufrir una lesión 8,1% (IC: 5,4 a 10,8) que los que no lo hicieron 6,4% (IC: 5,3 a
7,5), pero esta diferencia no fue significativa (p=0,22). A pesar de la base
mecanicista de los ítems incluidos en el protocolo de detección, el rendimiento
en ningún ítem aislado diferenció a los jugadores que sufrirían o no una
lesión a lo largo de toda la temporada, mientras que una menor fuerza
horizontal obtenida durante dos sprints máximos de 30 m estimados
utilizando una pistola de radar, se asoció con un aumento significativo del
riesgo de lesión en la primera parte de la temporada. Dada la naturaleza
multifactorial de las lesiones, estos resultados no son inesperados, ya que
puede haber factores de riesgo específicos presentes y causales en un jugador
determinado, mientras que otros factores son pertinentes para otro jugador.
En el contexto de la existencia de varios estudios prospectivos de riesgo que
demuestran el valor predictivo de la NHE, ¿dónde encajan las pruebas de CIP?
En primer lugar, se informa de una escasa concordancia entre el rendimiento
de la NHE y la fuerza máxima de la CIP, por lo que no puede decirse que la CIP
sea un indicador indirecto de la fuerza máxima de la NHE. En 20 futbolistas
profesionales masculinos, Moreno-Pérez et al., 2020 midieron la fuerza
excéntrica máxima NHE medida con un extensómetro, la evaluación con
dinamometría manual de la fuerza isométrica máxima @ 15 flexión de rodilla y
la fuerza isométrica 90:20 de la cadena posterior y observaron asociaciones
pobres entre las pruebas isométricas y excéntricas. Hubo poca concordancia
tanto en los valores absolutos obtenidos en cada extremidad como en las
asimetrías identificadas, destacando por ejemplo: El 30% de los jugadores
tenían asimetrías interlimb NHE >15%, el 25% tenían > 15% en 15 flexión de
rodilla y el 5% en la prueba 90:20. Los datos de Moreno-Pérez et al., 2020
indican que se están caracterizando diferentes cualidades de rendimiento
neuromuscular que no están estrechamente asociadas entre sí y no pueden
utilizarse indistintamente, apoyando el uso de múltiples pruebas de fuerza
durante la rehabilitación de HSI con la inclusión de evaluaciones tanto
isométricas como excéntricas (Taberner et al., 2020).

Figura 10: Concordancia entre las pruebas IPC y NHE en futbolistas


profesionales
Fuente: Moreno-Pérez et al., 2020.

Relación lineal entre los valores de fuerza en isquiotibiales nórdicos y la fuerza isométrica 90:20 de la cadena

posterior). SEE: Error estándar de la estimación. CCC: Coeficiente de correlación de concordancia de Lin.

90:20 posterior chain vs. Nordic hamstring 90:20 cadena posterior vs. isquiotibiales
nórdicos

Dominant leg Pierna dominante

Non dominant leg Pierna no dominante

Sin embargo, muchos consideran que la CIF es menos invasiva y menos


exigente o pesada para el jugador que las evaluaciones IKD y NHE. Como tal,
particularmente, durante los períodos de competición congestionados, que se
asocian con una mayor incidencia de lesiones musculares (Carling et al., 2016;
Bengtsson et al., 2013) la CIP es un medio más aceptable para obtener
frecuentes (semana a semana, por ejemplo) en temporada. La CIP también
puede ser más aceptable en el seguimiento precoz de la musculatura
isquiotibial al inicio de la rehabilitación, (Moreno-Pérez et al., 2020; Taberner
2022) cuando convencionalmente se evitan el ejercicio excéntrico y las
evaluaciones sobre la base de la posibilidad de una carga mecánica excesiva
en el músculo.

Por lo tanto, la CIP proporciona un medio para obtener datos objetivos del
rendimiento neuromuscular e identificar los cambios en la fuerza que pueden
reflejar una mala adaptación y abordar o responder a estos cambios, así como
la posibilidad de captar las posibles interacciones entre la respuesta de un
jugador a las exigencias de un partido individual o partidos acumulados y el
riesgo de HSI y permitir que se realicen ajustes en los programas de
entrenamiento/recuperación durante el mismo día, tal y como señala Wollin
(2020 - figura 7). En cuanto a la integración, es importante que el profesional
también considere la evidencia en torno a los efectos analgésicos del
entrenamiento isométrico, el estímulo para las adaptaciones tendinosas y
musculares y el potencial efecto de preacondicionamiento (Chen et al., 2018;
Barreto et al., 2019) que podrían proporcionar vías para incorporar en las
sesiones de entrenamiento.

Elección de la prueba CIP


Los protocolos IPC de plataforma de fuerza descritos y las evaluaciones
manuales (Lahti et al., 2021) implican diferentes ángulos de articulación de
rodilla y/o cadera. Evaluar en más de un ángulo puede proporcionar una
ganancia de información debido a las alteraciones en el patrón de activación
relativa y las demandas en cada uno con las dos pruebas de 90, 30
Schache/McCall implementadas en algunos entornos (Nedelec et al, 2014;
Arsenal FC SEMS conference, 2019). A continuación se analizan las
comparaciones directas e indirectas de la sensibilidad. Sin embargo, tal como
se propone con respecto a las pruebas de salto, si es factible, un protocolo de
detección/examen periódico/de pretemporada sería más exhaustivo -y, por
tanto, podría incluir más de un ángulo-, mientras que un protocolo que se
aplique con frecuencia durante la temporada como parte de un programa de
control de la respuesta a la carga, especialmente en el entorno profesional, se
esforzaría por utilizar la evaluación de dosis mínima. Aun así, es importante
ser conscientes de que hay equipos en el fútbol de élite que han
implementado de forma rutinaria tanto los 30° como los 90° en el seguimiento
semanal de la jornada +2 (Arsenal FC SEMS conference, 2019). Aunque existe
la posibilidad de obtener información adicional comparando los perfiles en un
punto temporal o las tendencias en el rendimiento en las 2 pruebas, por
razones prácticas puede preferirse una única CIP y puede considerarse
adecuada en función de las consideraciones que se exponen a continuación
en las pruebas relacionadas con la monitorización de la recuperación de la
fatiga. Sin embargo, puede haber salvedades al respecto y, como siempre, el
profesional debe considerar tanto el potencial de obtención de información
mediante la adición de pruebas como el coste en tiempo, y la viabilidad y el
impacto en la aceptación por parte de los deportistas de la repetición de estas
pruebas, o si debe darse prioridad a la obtención de información más
frecuente con una sola prueba. Situaciones en las que se obtiene información
de pruebas adicionales para obtener un perfil más detallado del rendimiento
neuromuscular:

1 Un atleta con HSI recurrentes

2 Durante la rehabilitación o tras el regreso de HSI

3 Durante la rehabilitación o tras el regreso de ACL-R utilizando injerto


de isquiotibiales para tener

4 Un atleta que realiza un acondicionamiento específico para


desarrollar el rendimiento de los isquiotibiales/cadena posterior

La pregunta que se hará el profesional que desee integrar una CIP única será:
¿cuál es la mejor prueba de CIP que se puede utilizar? La respuesta, en
entornos de alto rendimiento, se basará en una combinación de pruebas,
experiencia profesional, razonamiento clínico y consideraciones prácticas.
Teniendo en cuenta las cuestiones clave relacionadas con el rendimiento y/o
las lesiones y las limitaciones prácticas de su contexto, la comprensión de las
diferencias entre las pruebas en los siguientes aspectos ayudará a
fundamentar la decisión de selección de la(s) prueba(s):

la contribución relativa de los músculos de la cadena posterior


implicados
fiabilidad

sensibilidad (a la carga)

También debe considerarse la disponibilidad/utilización de otras herramientas


de evaluación, como la NHE.

Patrones de activación
Las variaciones en el ángulo de la rodilla y la cadera tienen efectos
significativos en los patrones de activación de los músculos de la cadena
posterior (Onishi et al., 2002) y, por lo tanto, en su contribución relativa a la
producción de fuerza en las pruebas de cadena posterior/cuerda isquiotibial.
Nótese que, a diferencia de las evaluaciones dyna fijas y manuales de cadena
abierta, las variantes de prueba IPC de plataforma de fuerza descritas
anteriormente son tareas de cadena cerrada con la extremidad del pie
anclada distalmente. Estas últimas permiten una mayor producción de fuerza
de extensión de cadera y una mayor activación de la cabeza larga del bíceps
femoral en comparación con las tareas de cadena abierta (Bourne et al., 2016)
y en las pruebas de plataforma de fuerza supina (figura 6), el reclutamiento
de isquiotibiales mayor cuando la pierna está en una posición más extendida.
Se ha comparado la activación relativa del bíceps femoral, el glúteo mayor y
otros músculos de la cadena posterior en las pruebas de puente supino (30° y
90°) y en varios ángulos de puente de cadera en el suelo (o "empuje de
cadera") (Goodwin & Bull, 2021). La posición más alargada de los isquiotibiales
en los 30° en comparación con los 90° y en el puente de la cadera en el suelo a
20° en comparación con posiciones de mayor flexión de la rodilla, permiten
una transferencia más eficaz del par de extensión al punto distal de contacto
del pie con la plataforma de fuerza que el glúteo mayor. En un estudio
realizado en 14 hombres activos, Goodwin y Bull (2021) observaron un
aumento progresivo del reclutamiento del bíceps femoral y una disminución
del reclutamiento del glúteo mayor en ángulos de flexión de la cadera de 50°
a 20° en el puente isocadera del suelo, con valores significativamente
inferiores a 20° (figura 11).

Figura 11: Puente isométrico de cadera en el suelo en 4 ángulos diferentes


de la articulación de la cadera

Fuente: adaptación propia de Goodw in y Bull, 2021, p. 6.

EMG EMG
Gluteus Maximus Glúteo mayor

Biceps Femoris Bíceps femoral

Hip angle Ángulo de la cadera

Peak force (N) and Peak torque (Nm) Fuerza máxima (N) y par máximo (Nm)

Fmax Fmax

Tmax Tmax

a. % del EMG máximo (superficie) en el glúteo mayor y el bíceps femoral en 4 posiciones; media de 3 ensayos

en cada ángulo normalizada al valor más alto registrado en todos los ensayos para el músculo considerado.

También se midió la activación del vasto lateral (no mostrada) y no difirió significativamente según el ángulo

articular. Los corchetes indican diferencias significativas post hoc emparejadas. b. Plataforma de fuerza medida:

F máx. = Fuerza vertical máxima; T máx. = Par máximo (Fuerza * momento brazo). Ensayo de puente de cadera

en el suelo mostrado arriba en la figura 6, panel D.

Read et al., (2019) compararon la activación en las pruebas de puente supino


de 30° y 90° (figura 6. Panel A, B) en 10 jugadores masculinos de fútbol
recreativo y encontraron una activación del bíceps femoral significativamente
mayor a 30° (31 ± 9) que a 90° (22 ± 7), lo que representa una gran diferencia
de tamaño del efecto (1,19). La activación medial de los isquiotibiales también
fue un 15% mayor en la posición de 30° (ES: 0,40, "pequeña"), pero esta
diferencia no fue significativa.

Fiabilidad

McCall et al., (2015) reportaron por primera vez valores de fiabilidad para las
pruebas de plataforma de fuerza 90 y 30 puente supino - en 29 futbolistas
profesionales masculinos. Tras dos sesiones de familiarización, se observaron
CV interdiarios de 4,3% y 5,4% en la pierna dominante y no dominante
respectivamente en los 90° y de 6,3% (dominante) y 4,8% (no dominante) en
los 30°. El menor cambio en los valores medios se observó en la pierna
dominante 30°: 1.0 N (90%CI: -6,9 a -9,0) y la mayor en la extremidad no
dominante, también en los 30°: -4.1 N (-9.9 to -1.7) (tabla 5). También se
muestran los valores de ICC y de cambio mínimo detectable (MDC) para las
dos posiciones de prueba. El MDC facilita una estimación de la "diferencia
mínima necesaria para ser considerada como real" para una prueba
determinada y se calcula como el error típico (ET) * 1,96 × √2 (Weir, 2005).

Tabla 5: Fiabilidad interdiaria y características de medición de la fuerza


máxima en pruebas de puente supino de 90° y plataforma de fuerza de 30°
en futbolistas profesionales masculinos (n=29)

CV=coeficiente de variación; ET=error típico de medición; CCI=coeficiente de correlación intraclase;

DM=diferencia mínima. Posiciones de ensayo mostradas en la figura 6 (a.b) anterior.

Fuente: McCall, Nedelec, Carling, Le Gall, Berthoin y Dupont, 2015.

Dominant leg at 90° Pierna dominante a 90º


Non dominant leg at 90° Pierna no dominante a 90º

Dominant leg at 30° Pierna dominante a 30º

Non dominant leg at 30° Pierna no dominante a 30º

Change in mean Variación de la media

Mientras que estos valores indican una fiabilidad buena-alta, Cuthbert et al.,
(2021) informaron de CV mayores entre días e ICC más bajos para las mismas
pruebas en futbolistas femeninas profesionales después de 1 sesión de
familiarización (tabla 6):

Tabla 6: Fiabilidad interdiaria de la fuerza máxima en pruebas de puente


supino de 90° y plataforma de fuerza de 30° en futbolistas profesionales
femeninas (n=23)

Posición de prueba Extremidad CV (%) ICC (95%CI)

30° Izquierda 8,7 0.7 6 (0.29–0.82)

Derecha 6,5 0.86 (0.64–0.94)

90° Izquierda 10,2 0.7 0 (0.27 –0.87 )

Derecha 7,5 0.80 (0.53–0.91)

Fuente: adaptación propia de Cuthbert, 2021.


En relación con la fiabilidad de los 90° y 30° informada por McCall et al., (2015),
también se informó de una menor fiabilidad entre días para los 90°:20°,
evaluados en 24 futbolistas masculinos semiprofesionales después de 2
sesiones de familiarización. El protocolo de manos en el pecho (figura 6, panel
c) mostró CV (IC 95%) de 8,1% (5,3 a 10,9) y 7,3% (4,7 a 9,9) en las
extremidades dominantes y no dominantes, respectivamente. La mayor
variabilidad en el 90°:20° es quizás esperable dado que el atleta está de pie en
lugar de apoyado y tiene más grados de libertad y segmentos corporales que
controlar, en el sentido de que tiene que estabilizarse en el tronco para aplicar
fuerza en las plataformas.

Goodwin & Bull (2021) examinaron la fiabilidad dentro de la sesión y entre


días del puente isométrico de cadera en el suelo a lo largo de 4 días
consecutivos. Los CV combinados (media de 4 posiciones probadas) dentro de
la sesión (a lo largo de 3 ensayos) para la fuerza máxima fueron del 6,2% el
primer día, 4,3 el segundo, 3,6 el tercero y 3,3% el cuarto, lo que indica una
pequeña mejora a lo largo de los días, pero un nivel aceptable de fiabilidad el
primer día. También observaron una baja variabilidad interdiaria de la fuerza
máxima en las pruebas bilaterales, izquierda y derecha, sobre todo después
del día 1; por ejemplo, el cambio en la media de la fuerza máxima de la
extremidad derecha entre el día 1 y el 2 fue de 0,37 (IC 95%: 0,03 a 0,71) -0,05
(-0,37 a 0,27) entre el día 2 y el 3 y 0,00 (-0,26 a 0,26) entre el día 3 y el 4. Se
observaron mejores valores en las pruebas bilaterales y en la extremidad
derecha (que suele ser la dominante); el ICC de la extremidad izquierda fue de
0,60 (0,12 a 0,85) el primer día frente a 0,87 (0,66 a 0,96) en la derecha; el CV
de la extremidad izquierda también se estabilizó una sesión más tarde que en
la derecha.

Basándose en los altos valores de CCI en la evaluación de 2 días, concluyeron


que para la evaluación basada en la clasificación (es decir, la comparación
entre un equipo), los valores máximos pueden utilizarse sin familiarización.
Sin embargo, basándose en el cambio absoluto de la media, los errores típicos
(CV) y los cambios entre los pares de sesiones de prueba, sugirieron que la
familiarización es apropiada si el propósito de la prueba es la detección de un
cambio significativo.

The EMG study of Read et al (2019), comparing the 30° and 90° did not
measure force output, they did however report the reliability of activation
across the muscle groups evaluated. Observaron que, si bien la fiabilidad (CV)
interdiaria de la activación del bíceps femoral era del 13-14%, el reclutamiento
del glúteo mayor presentaba una variabilidad mucho mayor, sobre todo
dentro de un mismo sujeto; el 19% a 90° y el 36% a 30°, lo que representaba
una escasa fiabilidad. Aunque no se midió la fuerza, es lógico que estas
variaciones influyeran en la producción de fuerza. Los autores sugieren que la
variabilidad dentro de un mismo sujeto que observaron se debía en parte a la
interpretación de los atletas de la instrucción de la prueba de "empujar" el
talón dentro de la caja. Algunos atletas interpretan que el empuje enfatiza la
producción de fuerza dominante en la extensión de la cadera e intentarán /
conseguirán levantar las caderas. Como se muestra en la figura 6 (a.b), los
protocolos implican que los profesionales apliquen presión sobre la cadera del
deportista para intentar garantizar que la cadera permanezca en contacto
con el suelo durante la contracción. Otros atletas seguirán la instrucción de
clavar el talón en la caja y con más intención de flexionar la rodilla. Read et al.
sugieren que estos diferentes enfoques de la tarea contribuyen de forma
importante a las grandes variaciones que observaron en las contribuciones de
glúteos y gastrocnemios. Es probable que la activación del gastrocnemio
medial se vea influida por la posición del tobillo, tanto en términos de rotación
como de grado de flexión plantar o dorsiflexión. Estos aspectos del protocolo
deben estar bien normalizados, y la familiarización previa a la prueba
permitirá al profesional identificar a los deportistas que necesitan indicaciones
más precisas o ajustadas. Como se ha señalado con respecto a las pruebas de
salto, desde el punto de vista del control, se da prioridad a la coherencia
dentro de los atletas sobre la coherencia entre atletas.

En general, si bien una fiabilidad aceptable del orden de clasificación sugiere


que el "perfilado" de la fuerza máxima podría aplicarse sin familiarización, a
efectos de seguimiento -detección de cambios significativos- se recomiendan
2-3 sesiones de familiarización antes de definir con seguridad la línea de base
de un deportista. En la práctica, en el contexto del alto rendimiento, la
familiarización puede obtenerse con pruebas semanales repetidas, pero los
valores de las primeras semanas adquiridos no deben considerarse
"verdaderas líneas de base". Dado que el entrenamiento isométrico también
puede ser un componente de los programas de acondicionamiento, los
profesionales también pueden empezar a familiarizar a los deportistas con la
tarea dentro de las sesiones de entrenamiento, sin establecerla como
evaluación. Como parte de la familiarización, el practicante tiene la
oportunidad de evaluar y corregir errores de ejecución; en particular, un
énfasis excesivo en la extensión de la cadera para asegurar un reclutamiento
de flexión adecuado.

IPC-Tasa de desarrollo de la fuerza


Como se ha comentado anteriormente con respecto a las pruebas de
extensión isométrica, además de la fuerza máxima, la RFD también es de
interés en estas evaluaciones. La evaluación de la plataforma de fuerza de la
CIF es un fenómeno novedoso (McCall et al., 2015) en relación con los más de
25 años de bibliografía sobre la IMTP. Con algunas excepciones (Taberner et
al., 2018; Taberner et al.,2020; Taberner et al., 2022; Goodwin & Bull, 2021), los
estudios que incluyen evaluaciones de CIP han informado de la fuerza
máxima pero no de la RFD. Basándose en los datos de otras evaluaciones
isométricas, se espera que la fiabilidad de la RFD sea menor que la de la fuerza
máxima, aunque, por lo que saben los autores, solo hay un informe publicado
sobre la fiabilidad interdiaria de las pruebas de CIP (Goodwin & Bull, 2021). La
medida de RFD examinada en este estudio del puente de cadera en el suelo
fue el par @ 150 ms (derivado de la fuerza @ 150 ms y que equivale a la RFD
@ 150 ms). La fiabilidad dentro de la sesión mejoró del 16% al 13% a lo largo de
los 4 días de prueba, pero siguió siendo sustancialmente superior al 3,3%
observado para la fuerza máxima el día 4. En cuanto a la fiabilidad interdiaria,
los ICC del primer día fueron idénticos a los de la fuerza máxima (0,87), lo que
sugiere que se podría realizar una comparación por grupos, pero a diferencia
de la fuerza máxima, se produjeron aumentos significativos a lo largo de los 4
días en los valores bilaterales y de la extremidad izquierda y aumentos no
significativos en la extremidad derecha. En general, este estudio demostró
que, aunque será necesaria una mayor familiarización, la fuerza@/RFD es
una métrica viable en esta prueba. Es necesario seguir trabajando para
examinar esto en las otras pruebas de la CIP en un entorno de alto
rendimiento con los retos asociados. Según la experiencia de los autores,
dentro de un grupo de atletas, habrá individuos que con poca familiarización
pueden, por ejemplo, producir salidas fiables de RFD en los 90°, mientras que
otros requieren mucho más entrenamiento, o nunca lo hacen. El
entrenamiento y las indicaciones, con énfasis no sólo en una contracción
máxima, sino también en una contracción rápida, son más importantes.
También sugirió que se deberían realizar pruebas separadas para evaluar la
fuerza máxima frente a la RFD - de tal manera que la prueba de RFD se
centraría puramente en la contracción rápida y sería una prueba más corta de
1 segundo (Maffiuletti et al., 2016), mientras que los protocolos actuales de
IPC son de 3 segundos, lo que permite el desarrollo de la fuerza. El calzado, o
la ausencia del mismo, también puede influir en las mediciones de RFD, ya que
el punto de contacto es el talón en estas pruebas, y las variaciones en las
cualidades de compresión del material del calzado influyen en los resultados.

El uso de la RFD/ganancia potencial de información asociada a ella en el


contexto de la monitorización de la respuesta a la carga en atletas sanos se
trata en el módulo 3 de este curso y en el contexto de la rehabilitación en el
módulo 4.

Sensibilidad de la prueba
La cuestión de si uno de los protocolos/posiciones de CIP descritos tiene una
sensibilidad superior a los efectos de un partido de fútbol real o simulado es
interesante desde el punto de vista de la selección de pruebas y se ha
examinado directa e indirectamente en varios estudios. El estudio de McCall
examinó el efecto agudo de los partidos de competición sobre la fuerza
máxima IPC -realizando las pruebas entre 5 y 15 min después del final del
partido- y observó descensos del 11-16% (29 a 50 N) sin diferencias aparentes
en función de la posición. Esta información es importante, ya que fue la
primera en demostrar la capacidad de estas pruebas isométricas con
plataforma de fuerza para detectar la fatiga aguda de la cadena posterior/los
isquiotibiales inducida por el partido, que anteriormente se había estudiado
principalmente mediante pruebas isocinéticas mucho más lentas y de difícil
acceso. Sin embargo, en la práctica en entornos de alto
rendimiento/profesionales es más probable que estas evaluaciones se
realicen el día del partido +1, +2 o +3 para definir la respuesta/recuperación
residual.

Mientras que en jugadores semiprofesionales, Matinlauri et al, 2019


encontraron patrones similares al comparar el perfil de fatiga-recuperación de
los 90°:20° y 90° tras un protocolo de partido simulado de 90 minutos, sí
observaron que a las +48h, los 90°:20° permanecían significativamente por
debajo del valor basal en las extremidades dominantes y no dominantes (P <
0,01, -13,0%) y no dominantes (P < 0,05, -10,4%), mientras que los déficits
eran ligeramente menores y no significativos para los 90° (dominante: -10,1%;
no dominante: -9,1%). Como referencia, sus descensos inmediatos tras el
protocolo fueron muy similares a los registrados por McCall inmediatamente
después de un partido de competición de 90 minutos (16% en las
extremidades dominantes, 13% en las no dominantes, respectivamente).
Aunque utilizaron un manguito de presión en lugar de una plataforma de
fuerza, en jugadores profesionales postcompetición Nedelec et al. (2014)
observaron un mayor tamaño del efecto para la pérdida de fuerza en la
posición de 30˚ que en la de 90° +48 y +72 horas. En jugadores de academias
juveniles, Constantine et al. (2019) informaron que, si bien en general no hubo
una interacción significativa entre el ángulo y el curso temporal de la
recuperación, los déficits (en relación con los valores previos al partido) fueron
mayores en los 30° que en los 90° a +24 (30°: -12,1% 90°: -3,1%) y +48 (30°:
-3,4%, 90°: +3,1%) después de la competición.

Constantine et al. (2019) destacan un patrón interesante observado a través


de los estudios de recuperación de la fatiga del IPC (plataforma de fuerza,
dinamómetro fijo y manguito de presión), fue que en los estudios con
jugadores más jóvenes en gran medida mostraron recuperación a las 48h post
partido o ninguna diferencia significativa frente a los valores prepartido
mientras que los estudios en jugadores senior tienden a mostrar déficits
significativos del 8-10% en este punto temporal. Esta observación debe ser
confirmada en futuros trabajos, pero sugiere que los cambios en la respuesta
a la fatiga/un ritmo de recuperación más lento pueden ser ya evidentes en los
jugadores de entre 20 y 30 años en comparación con los de entre 16 y 18 años.

Dado el énfasis en la salud del bíceps femoral, ya que es el músculo de la


cadena posterior que se lesiona con más frecuencia, una de las
consideraciones clave en la selección de la prueba es la implicación relativa
del bíceps femoral. Es evidente que las evaluaciones de las posiciones más
extendidas (30°, 90°:20°) con respecto a la de 90°, presentan una mayor
activación de este músculo y parecen ser más sensibles a la fatiga inducida
por el partido a las +48h/día de partido + 2. Por otra parte, la 90 es, de estas 3
pruebas, la más sencilla de establecer y aplicar rápidamente y, sobre esta
base, debe seguir considerándose. El autor opina que, en lo que respecta a la
vigilancia, sigue siendo una herramienta práctica. Sin embargo, los puentes
de cadera basados en el suelo, aunque aún no se han evaluado en términos
de respuesta a la carga, también resultan prometedores.

Figura 12: Pruebas isométricas de isquiotibiales con dinamómetro manual y


fijo

Fuente: Wollin, Purdam, Drew, 2016.

Handheld dynamometry assessments of A) knee flexion @ 90 and B) Knee flexion @ 30 (Lahti et al., 2020) C)

Fixed dynamometer
C O NT I NU A R
Lesson 2 of 3

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C O NT I NU A R
Lesson 3 of 3

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