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Diccionario conceptual Xavier Zubiri
Citas de Xavier Zubiri con comentarios
(Comp.) Justo Fernández López www.hispanoteca.eu
SER SUSTANTIVO
Ver: Ser – ente - realidad / Ser e intelección / Ser no es algo entendido
/ Ser y sentido / Ser y actualidad / Ser y ente / Ser y Ereignis / Ser y estar / Ser y haber / Ser y Logos / Ser y nada / Ser y tiempo / Ser y sustantivación / Ser y realidad / Heidegger / Realidad y ser / Predicación / Frase nominal y predicación / Entificación de la realidad
«Aunque Zubiri siga aquí la terminología clásica, para él no hay propiamente
ser sustantivo sino ser de la sustantividad, ser de lo sustantivo, ser de la realidad. No hay un ser que es real sino una realidad que es.» [Nota de los editores: Zubiri, Xavier: Estructura dinámica de la realidad. Madrid: Alianza Editorial, 1989, p. 26] ● «El ser no es la realidad, pero presupone la realidad. Carece por completo de sustantividad. Es la actualidad en la respectividad de lo real en el mundo en el cual esa realidad es actual. La actualidad en el mundo, que es lo que constituye el ser, es por ello siempre “ser de la realidad”. Pero “ser de la realidad” es una expresión equívoca; sobre ella ha jugado, con la genialidad que le caracteriza, Heidegger: no se trata aquí, como él pretende, de que el Ser sea precisamente la vía de acceso a la realidad, por lo menos para el hombre; al revés, el ser es de la realidad precisamente porque está apoyado en ella.» [Zubiri, Xavier: Cinco lecciones de filosofía: con un nuevo curso inédito (1898-1983). Madrid: Alianza Editorial, 2009, p. 297] ● «El ser de lo afirmado está en el ser de lo sustantivo en cuanto tal. El ser de lo sustantivo “en cuanto tal”, es la forma radical de ser. Esto no significa que la realidad consiste en ser esse reale, sino que el ser de lo sustantivo “en cuanto tal” es la forma radical del ser en la actualidad intelectiva. Tampoco significa que la afirmación recaiga formalmente sobre el ser de lo sustantivo: la afirmación recae formalmente sobre la realidad. Sólo porque en esta realidad actual está oblicuamente expreso su ser de lo sustantivo, al juzgar sobre lo real co-expresamos su ser de lo afirmado.»
[Zubiri, Xavier: Inteligencia sentiente / Inteligencia y logos. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 297] ● «El Yo no es la realidad sustantiva del hombre, pero es aquél acto ulterior en que esta realidad sustantiva se reafirma y constituye eso que llamamos ser. El Yo no es mi realidad sustantiva, pero es mi ser sustantivo (1).» (1) Se trata de la distinción que Zubiri había establecido en Sobre la esencia, pp. 403-412, 434-435. Posteriormente Zubiri precisará que ser sustantivo «sería una denominación inexacta, porque no se trata de que el ser sea lo sustantivo, ni de que la sustantividad sea el ser sino que la sustantividad de lo real ‘es’. No es un ser sustantivo sino el ser de lo sustantivo. Es la forma radical del ‘ser’, no porque la realidad sustantiva sea un modo de ser, sino porque el ser de lo sustantivo es el ser de lo más radical de una cosa real, es el ser de su propia sustantividad. Si a veces hablo de ser sustantivo entiéndase siempre que me refiero al ser de lo sustantivo» (Inteligencia y logos, p. 352); cf. también Inteligencia sentiente. Inteligencia y realidad, p. 222 y El hombre y Dios, p. 54). [Zubiri, Xavier: El problema filosófico de la historia de las religiones. Madrid: Alianza Editorial, 1993, 33 n. 1] ● «Como toda actualidad es “posterior” a actuidad, resulta que “ser” es algo posterior a la realidad. Dicho en otros términos, el ser como actualidad es ulterior a lo real: es la ulterioridad del ser. Esta ulterioridad tiene una estructura formal propia: es la temporeidad. Ciertamente no toda ulterioridad es tempórea; pero la ulterioridad de que aquí estamos hablando, la ulterioridad del ser, es tempórea. La temporeidad no es una estructura fundada en la ulterioridad, ni es la ulterioridad algo fundado en la temporeidad. Sino que se trata de que la estructura misma de esta ulterioridad es formalmente temporeidad. Dicho en otros términos, el carácter esencial de la ulterioridad del ser es temporeidad. Lo real “es”. Esta actualidad consiste en primer término en que la cosa “ya-es” en el mundo; y en segundo término en que la cosa “aún-es” en el mundo. Por tanto, “ser” es siempre “ya-es-aún”: he aquí la temporeidad. No se trata de tres fases de un transcurso cronológico, sino de tres facies estructurales de la ulterioridad misma del ser. La unidad intrínseca de estas tres facies es lo que expresa el gerundio “estar siendo”. Etimológicamente es un participio de presente: es el estar presente actualmente en el mundo. Su expresión adverbial es el “mientras”. Ser es siempre y sólo ser “mientras”. Con ello quedan eliminados dos equívocos que quiero enunciar explícitamente. Un equívoco consistiría en pensar que ulterioridad es posterioridad cronológica. Y esto es falso, porque ulterioridad no es posterioridad cronológica, sino posterioridad puramente formal; esto es, mera temporeidad. Y la temporeidad no tiene la estructura de tres fases,
sino la unidad modal de tres facies. El otro equívoco consistiría en pensar que por su ulterioridad, el ser sería accidental a lo real, algo adventicio a la realidad. Pero esto es absurdo, porque ser es la actualidad en el mundo, y esta actualidad compete “de suyo” a lo real. Ulterioridad significa entonces simplemente que realidad no es formalmente ser, pero que, sin embargo, realidad es “de suyo” ulteriormente ser. La ulterioridad pertenece a lo real “de suyo”. La mundanidad, en efecto, es una dimensión constitutiva, transcendental, de la impresión de realidad; y por serlo la actualidad en el mundo no es adventicia a la realidad. Esta actualidad la tiene, más aún la tiene que tener, lo real “de suyo”: “es” porque es “real”. Si se quiere, realidad no es ser; pero la realidad “realmente es”. Es lo que expreso diciendo que la realidad no es esse reale, pero es realitas in essendo. Como lo real es sustantividad, resulta que es la sustantividad lo que tiene ser: ser es el ser de la sustantividad. No se trata de lo que usualmente se ha llamado “ser sustantivo”. No hay ser sustantivo porque el ser mismo carece de toda sustantividad; sólo tiene sustantividad lo real. No hay, pues, “ser sustantivo”, sino tan sólo “ser de lo sustantivo”: es la sustantividad in essendo, siendo. El “siendo” de la realidad es justo el ser de la sustantividad. Esta ulterioridad del ser es esencial. Por ello es por lo que realidad no es un modo de ser. Todo lo contrario: ser es la actualidad ulterior de lo real. Ser es algo fundado en la realidad, en la actuidad de lo real. Y este estar fundado es justo la ulterioridad. [...] Es toda la diferencia y toda la unidad entre realidad y ser: todo lo real es inexorablemente “es”, pero “es” por ser ya “real”. [...] Ser no es algo entendido, sino que es algo sentido. He aquí lo esencial.» [Zubiri, Xavier: Inteligencia sentiente / Inteligencia y realidad. Madrid: Alianza Editorial, 1980 / 1991, p. 220-222] ● «Toda verdad es actualidad intelectiva de lo real en cuanto intelectiva. Ahora bien, esta actualidad revista dos formas: la verdad de la aprehensión primordial de realidad y la verdad de la afirmación. Estas dos formas son unitariamente las dos formas de apertura de la intelección a la cosa real. La filosofía usual no lo ha entendido así. Ha pensado que aquello a lo que está firmemente abierta la intelección es el ser. Esta conceptuación está determinada por un análisis tan sólo de la verdad dual. Se centra toda la intelección en la afirmación, y además se identifica la afirmación con la afirmación predicativa “A es B”; toda otra posible forma de intelección sería una predicación larvada. Ver este color blanco como real sería un modo larvado de afirmar que este color “es” blanco. Este juicio predicativo ha sido el hilo conductor del análisis usual de la intelección. Pienso, sin embargo, que esta conceptuación no es viable. Ante todo, porque el propio juicio no sólo en su forma predicativa sino el juicio en tanto que afirmación, no recae
sobre el “es” designado como ser copulativo sino sólo sobre lo “real”. La verdad de la afirmación no es primaria y formalmente verdad de lo que “es” sino de lo “real”. Pero además, es que hay una intelección de la realidad no afirmativa, que a pesar de su irrefragable originalidad y prioridad la filosofía actual para por alto: es la aprehensión primordial de realidad. Y la aprehensión primordial de realidad no es un modo larvado de intelección afirmativa. Primeramente, porque esta aprehensión primordial no es afirmación, y además porque esta aprehensión no recae sobre el ser. Su término formal no es el ser sustantivo; el llamado ser sustantivo no es el término formal de la aprehensión primordial; su término es lo real en y por sí mismo. Por esto la verdad de la aprehensión primordial de realidad no es verdad acerca del ser sustantivo sino acerca de la realidad sustantiva. Realidad, pues, no es ser, y la verdad acerca de la realidad no es verdad acerca del ser. Sin embargo, a pesar de que el ser no esté incluido formal y primariamente en la intelección de lo real, tiene una interna articulación con lo real en la estructura de toda intelección. Por tanto, si queremos analizar la índole de la verdad, hemos de proceder por pasos contados. Hemos de ver ante todo que la afirmación, y por tanto su verdad, no son afirmación y verdad de ser sino de realidad. Hemos de ver después que la intelección primaria, esto es, la aprehensión primordial de lo real no aprehende el ser sustantivo sino la realidad. Su verdad es lo que he llamado verdad real. Pero como el ser, a pesar de no constituir el término formal de la intelección puede estar incluido de alguna manera en toda intelección, hemos de determinar la estructura positiva de la verdad en cuanto tal según la interna articulación de sus dos momentos de realidad y de ser. Así pues, se nos plantean tres cuestiones. A) La afirmación como afirmación de realidad. Es el problema “verdad y ser copulativo”. B) La aprehensión primordial como intelección de realidad. Es el problema “verdad y ser sustantivo”. C) Estructura interna de la verdad de la intelección en sus dos momentos de realidad y de ser. Es en toda su generalidad el problema “verdad, realidad, ser”.» [Zubiri, X.: Inteligencia y logos. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 337- 338] ● «Aquello de que se juzga es lo real aprehendido en aprehensión primordial de realidad. Es la forma primaria y radical de intelección, anterior por tanto a todo posible juicio, y que recae sobre lo real en y por sí mismo. Por tanto, su verdad no es verdad ni de conformidad ni de adecuación como en el juicio, sino que es pura y simplemente verdad real. Lo que nos preguntamos ahora es si esta aprehensión y su verdad real recaen formalmente sobre la cosa en cuanto tiene ser. Como la cosa real es sustantiva, la cuestión
enunciada es idéntica a la de preguntar si lo que es término de aprehensión primordial y de su verdad real es la cosa como ser sustantivo. Fue la idea de toda la filosofía a partir de Parménides: la afirmación enunciaría lo que es lo real como ser sustantivo. Pero esto me parece insostenible. La intelección primaria y radical aprehende simplemente lo real en y por sí mismo como realidad. El llamado ser sustantivo está ciertamente en esta intelección, pero sólo como un momento fundado en la formalidad de realidad. Pensar que realidad sea un modo más de ser sustantivo es una ingente entificación de la realidad.» [Zubiri, X.: Inteligencia y logos. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 347- 348] ● «La filosofía clásica ha identificado el ser sustantivo con la realidad misma, sería el esse reale. Es lo que he llamado entificación de la realidad. Por otra parte, ha identificado lo que aquí llamamos ser de lo afirmado con el ser de la predicación, con el “es” copulativo. Es lo que he llamado logificación de la intelección. Esto es falso. El ser de lo sustantivo no es la realidad sustantiva, sino el ser de la sustantividad real; el ser es “de” lo real, pero no es lo real mismo. Por tanto, sustantividad real y ser de lo sustantivo no se identifican. Por otra parte, el ser de lo afirmado no es formalmente idéntico al “es” copulativo, porque no toda afirmación es predicativa. Pero partiendo de estas dos identificaciones, es decir, partiendo de la entificación de la realidad y de la logificación de la intelección, que han corrido a lo largo de la historia de la filosofía, algunas grandes filosofías han conceptuado que la unidad de las dos formas de ser es a su vez una unidad de identidad. Es la identidad de la entificación de la realidad y de logificación de la intelección. Es la tercera y más radical identificación en estas filosofías: a la identidad del ser de lo sustantivo con la realidad, y a la identidad del ser de lo afirmado con el ser copulativo, las filosofías en cuestión añaden la identidad de estas dos identidades: sería la identidad entre el ser de lo sustantivo y el ser de lo copulativo. Esta identidad formal completa constituiría la unidad del “ser”. Tanto el ser sustantivo como el ser copulativo son seres idénticamente. “Ser” constituiría entonces el dominio de la identidad. Y ésta ha sido una conceptuación de enormes consecuencias, porque al conceptuar idénticamente el ser de lo sustantivo y la realidad sustantiva, por un lado, y, por otro, al conceptuar idénticamente el ser de lo afirmado y el ser copulativo, la identidad de ambas formas de ser resulta decisiva para la conceptuación de la intelección misma y para la realidad. Ciertamente, esta identidad no es necesaria, pero convengamos en que es muy difícil de evitar dentro del cauce de la entificación de la realidad y de la logificación de la intelección.» [Zubiri, Xavier: Inteligencia sentiente / Inteligencia y logos. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 378-379]