Recensión

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Universidad Mariano Gálvez De Guatemala Facultad

de Ciencias Jurídicas y Sociales


Extensión Central, Modalidad Virtual

Curso: Derecho Mercantil lll Semestre: octavo

Sección: “1”

Catedrático: SELVIN RODRIGO PÉREZ Y PÉREZ

Estudiante: Olin Rosalina Gudiel Grijalva.


Carne: 5013-13-8506
Introducción

El contrato de edición, en países como en Guatemala se entiende que es el


contrato por el cual, el titular del derecho de autor de una obra literaria, científica o
artística, o sus derechohabientes, (herederos, apoderados legales, etc.) concede
en condiciones determinadas, a una persona llamada editor, el derecho de
reproducir su obra y vender los ejemplares, a cambio de una retribución. Sin
embargo, cada país tiene su ley por tanto lo regula de diferente manera como es
el caso del derecho español y colombiano, en el cual se puede identificar que en
dicho articulado existe conflicto normativo, lo que proba que el contrato de edición
no se objetivo y que exista un retraso en cuento a su regulación, tomando en
cuenta las necesidades e intereses sociales actuales.
Recensión

"El contrato de edición. Estudio comparativo del Derecho español y


colombiano"

Según la definición del derecho español, el contrato


de edición es un convenio legal por medio del cual el
autor o sus derechohabientes (herederos,
apoderados legales, etc.) le confieren a un editor el
derecho de reproducir y vender una obra literaria a
cambio de una compensación económica, sin embargo, en Derecho colombiano
no se mención pago económico al autor de una obra se le da más enfoque a que
el editor lo publicara por su cuenta y riesgo, olvidándose del autor por tanto, no
estoy de acuerdo con la definición que la ley colombiana le da al contrato pues la
retribución es una de los factores principales de los cuales debe figurar en la
definición de este contrato, pues tiene carácter mercantil y por consiguiente tiene
un fin lucrativo, no es gratuito.

Es importante remarcar que la Ley colombiana ni la española no se encuentra


todavía ajustada a la era de la información de la sociedad actual que va ligado a
las tecnologías de la información y la comunicación, es decir la edición digital, sino
que más bien están pensando en los modos tradicionales de edición, refiriéndonos
específicamente a la edición en papel. La pregunta es ¿Dónde está regulada la
edición digital? Desde mi punto de vista en este aspecto ambas leyes deben
actualizarse en relación a las tendencias sociales, pues son la base que toman los
ciudadanos de ambos países para poder elaborar sus contratos.

En cuanto a los caracteres del contrato de edición, regulados en la ley española y


colombiana no estoy de acuerdo porque son contradictorios, y por qué se inclinan
a proteger los intereses de una de las partes lo que causa inseguridad jurídica y
contractual, por ejemplo:
1- se dice que es un contrato bilateral, pero solo regula las obligaciones del
editor, no se hace mención de las obligaciones del actor, por tanto, se
entiende como que es un contrato unilateral.
2- Oneroso, porque el autor recibe una contraprestación económica por la
cesión al editor de sus derechos de reproducción y distribución, ¿pero
¿cuáles son los beneficios del editor?
3- La ley española establece que: el contrato de
edición es conmutativo pues ambas partes fijan
un porcentaje de ganancia, esto con el ánimo
de proteger al autor por el éxito que pueda tener
el editor, pero ¿dónde se protege al editor en
caso de que la obra no sea vendida? solo se le responsabiliza al editor
pues según estas dos leyes el editor publica bajo su responsabilidad, por
tanto, en caso de pérdida se sobre entiende que solo el editor responde,
pero en ganancia es contrario sensu.

Es importante tomar en cuenta que cuando ambas leyes no regulan derechos y


responsabilidades concretas y equitativas para las partes provoca conflictos
legales, pues nadie va querer celebrar un contrato donde salga perjudicado.

El contrato de edición es un contrato típico tanto en el Derecho español como en


el Derecho de Colombiano. Dentro de este contrato figuran los siguientes sujetos
según el derecho español: autor (creador de la obra) o sus causahabientes el
sucesor o sucesores de los derechos de una persona) y, por otro, el editor (que
puede ser, a su vez, una persona física o jurídica). Aunado a ello esta ley
española contempla capacidad de obrar del autor que es menores de dieciocho
años y mayores de dieciséis años que vivan de forma independiente con
consentimiento de sus padres o tutores o con autorización de la persona o
institución que los tengan a su cargo, tienen plena capacidad para ceder derechos
de explotación, mientras que la ley colombiana no se encuentra regulada la
capacidad para obrar, por lo que se puede entender que a cualquier edad se
puede asumir la figura jurídica de actor, a lo cual no estoy de acuerdo porque deja
un vacío legal. Según la ley española, el contrato de edición ha de tener por objeto
una obra existente, es decir algo materializado pues en estos país le dan enfoque
a las obras impresas, prohibiendo crear vínculos contractuales en obras futuras,
las cual según la ley que rije el país antes mencionado no son objeto del contrato
de edición regulado en la ley española, en un
sentido parecido, aunque con algunas diferencias,
contrario sensu la Ley de Colombia en la ley sobre
derechos de autor de producción intelectual futuras
establece que: no podrá ser objeto del contrato
regulado por este capítulo, a menos que se trate de
una o de varias obras determinadas, cuyas
características deben quedar perfectamente establecidas en el contrato. Desde mi
punto de vista considero que no se puede celebrar un contrato de edición sobre
alguna cosa u objeto futuro pues sería demasiado riesgoso pactar sobre algo que
no se ha creado, es decir pactar sobre un hecho futuro. Aunado a ello se estaría
sometiendo al autor a estrés y cansancio y aun vinculo jurídico contractual futuro
con el editor de carácter civil, por tanto, estoy de acuerdo con lo regulado por la
ley española.

La ley española se refiere también a la obra por encargo, respecto de la cual se


dice que no puede ser objeto del contrato de edición, es decir, que si se puede
celebrar como un contrato civil. De lo anterior es importante hacer mención, a
diferencia de lo que sucede con los productores fonográficos o audiovisuales, el
editor no resulta titular originario de ningún derecho afín, conexo o vecino sobre la
propia edición en ninguna de las dos legislaciones española y colombiana, salvo
que en el caso español aquélla que pudiera ser individualizada por su composición
tipográfica, presentación y demás características editoriales y la obra que
contuviera no estuviera protegida por las disposiciones del Libro I (art. 129.2 LPI).
Dos son, por tanto, los requisitos que exige la LPI en España para que el editor
resulte titular originario de un derecho afín, conexo o vecino al derecho de autor,
sobre la edición, del mismo modo en que lo son los productores fonográficos o
audiovisuales. El primero es que la edición no contenga una obra protegida. El
segundo, que la edición resulte especial o particular por sus características
formales. Sin embargo, estos dos aspectos no son suficientes para poder celebrar
un contrato de edición equitativo, pues sigue siendo ambiguo y no regula de
manera clara y precisa esta figura jurídica.

Según lo regula por la ley española el objeto del


contrato de edición puede consistir en cualquiera de las
obras siguientes que sean susceptibles de ser
protegidas, es decir, creaciones originales literarias,
artísticas o científicas expresadas por cualquier medio
o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o
que se invente en el futuro. de lo mencionado anteriormente estoy de acuerdo, no
obstante, de los preceptos reguladores del contrato de edición citados
anteriormente, se deduce que están pensados para la obra escrita y en el soporte
papel, lo que provoca contradicción entre un artículo y otro, por ejemplo: Esta ley
contempla que el objeto del contrato de edición es una obra existente, es decir
algo materializado, por tanto, en el derecho español hay contradicciones o
antinomias. El art. 105 de la Ley sobre derechos de autor de Colombia se refiere,
más restrictivamente, al contrato de edición de una obra literaria, artística o
científica. Desde mi punto de vista este articulo estas incompleto pues
actualmente la sociedad ha evolucionado y ha creado diferente contenido, los
cuales deben ser protegidos como, por ejemplo: obras audiovisuales, programas
de ordenador, etc.

Como cualquier contrato, el de edición también contiene unas garantías dirigidas a


proteger al autor, al que se supone en la ley española y colombiana es la parte
más débil del contrato. A lo cual no estoy de acuerdo, porque estos contratos
tienen como objeto actos de comercio y generan derechos y obligaciones a las
partes involucradas, y actualmente se han visto casos en ambos donde el autor
engaña al editor haciéndole creer que lo que le vende es una joya y lo va vender,
cuando la realidad es que al público no le gusta, pero este punto no ha sido objeto
de análisis en esta ley por tanto no es objetiva, sino subjetiva, pues según sus
formalidades debe ser por escrita y especificar si es territorial (no casusa nulidad,
se puede suplir), si es exclusiva la pregunta es ¿Cuál es la razón de ser de esta
exigencia? Pues evidentemente que la cesión exclusiva es una forma de
transmisión de los derechos que resulta más perjudicial para el autor, en el sentido
de que queda desprovisto de la posibilidad de poner la explotación de la obra en
manos de otras personas o de explotarla por sí mismo, otro de los requisitos es la
cantidad de ejemplares que alcanzará la edición o cada una de las que se
convengan, lo cual si causa nulidad en la ley
española, a lo cual no estoy de acuerdo en
virtud que Para el editor, la solución ideal es
un número de ejemplares bajo y un tope
máximo muy alto, que le asegura asumir
pocos costes si la edición fracasa y
aprovecharla al máximo, si tiene éxito. Un
ejemplo de estipulación de cláusula en este sentido, sería el siguiente: “La primera
edición de la OBRA tendrá un máximo de DOS MIL EJEMPLARES (2000) y un
mínimo de QUINIENTOS EJEMPLARES (500)”. En este caso le favorece esta
disposición al editor. contrario sensu, en Colombia la ausencia de tal previsión no
conlleva la nulidad de pleno derecho del contrato, sino la aplicación de la norma
supletoria, el cual no puede ser menor de 3,000.

Otra de las garantías que se regula es la forma de distribución de los ejemplares y


los que se reserven al autor, a la crítica y a la promoción de la obra, la forma de
distribución es una mención cuya omisión no determina ninguna consecuencia en
especial, la remuneración del autor, el plazo para la puesta en circulación de los
ejemplares de la única o primera edición, que no podrá exceder de dos años
contados desde que el autor entregue al editor la obra en condiciones adecuadas
para realizar la reproducción de la misma. Estas son las otras garantías que regula
la ley española y colombiana, estoy de acuerdo, sin embargo, carecen de
articulado objetivo, donde se determine derechos y obligaciones para las partes.
Es importante hacer mención que dentro de las leyes citadas en este escrito
figuran las obligaciones de las partes provoca ineficacia del contrato de edición.
Conclusión.

La ineficacia de las normas jurídicas en España y Colombia en relación al contrato


de edición, en la sociedad actual limitan el desarrollo social, en virtud que se
detiene el desarrollo humano, por tanto, es importante la actualización y
armonización del articulado que contienen cada ley, y sobre todo que sean
elaboradas o ajustados de manera objetiva, para que este contrato mercantil que
actualmente es uno de los más demandados se desarrolle de manera eficaz y
eficiente en ambos países y no adolezca de vicios.

También podría gustarte