¿Cuál Es La Ortografía Que Más Favorece A Nuestra Raza. (1927)
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'Cul_ es la Ortograffa que
mas favorece a nuestra raza?
Miguel Luls ftmuntegui Reyes
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CURL ES Lri ORTOGRRflR QUE
MRS FAVORECE 1\ NUESTRA RftZR?
IMPRENTA UNIVERSITARIA
Estado, 63 - Santiago
1927
P>.L\NCO DE L;l,
B1BLl01ECA LU\S ; ANGE.L ARANGO
CAT
PRLOGO
. Al en tregar a la prensa este folleto) lleg6 a mis manos
el nmero correspondiente al 16 de Julio prximo pasado
"ele la importante revista que se publica en Bogot con el
nombre de Mundo al Da, en donde se tributa un just-
simo homenaje a la fecunda labor literaria de don Andrs
Bello i se me dispensa el inmerecido honor de aplaudir
tambin la ma, considerndome como discpulo del"prn-
cipe de las letras hispanoamericanas.
Como el artculo a que me refiero lleva la firma de uno
de los escritores colombianos de mas galana i bien cor-
tada pluma, no resisto al deseo de reproducirlo aqu, a
"guisa de pr6logo i como testimonio fehaciente de que la
ortografa patrocinada hasta ayer por la Universidad de
"Chile, no es un "obstculo para que se lean i aprecien en
..todas partes las obras que se imprimen en moldes tan in..
justamente vilipendiados.
He aqu el susodicho trabajo:
UN CHILENO ILUSTRE: AMUNTEGUI REYES.-La limpie.
za de la espresi6n i la propiedad en el decir ,ras...
gos heredados de Bello, son el distintivo de los escrito..
res chilenos de hoi.-'l.21Jundo al Da, (Bogot, 16 de
Julio-1927). .
. En el desarrollo de la cultura jeneral de Chile, don
Andrs Bello, el venezolano ilustre, fu indudablemente
elemento primordial i uno de los mas eficaces e impor-
tantes factores.
--- 6 -
El gran educador lleg a Santiago despus de larga
permanencia en Londres, en 1829, cuando tras el rudo
sacudrnento de la guerra emancipadora, apenas empe-
zaba a modelarse la fisonoma espiritual de aquel pas,
altivo, circunspecto i jeneroso.
La tarea docente del insigne humanista tuvo trascen.. -
dentales proyecciones. Huella de garra leonina dej,
con efecto, la poderosa intelijencia del maestro, en la c-
tedra, en el periodismo, en la Cancillera. En tan cornple-
[as i multiplicadas faenas no se di tregua ni reposo. Ela-
bor6 el Cdigo Civil, organiz la Universidad i enderez
por el camino del xito la marcha de los asuntos esterio-
res, sin que semejante cmulo de quehaceres abstrusos
le empeciese para discurrir desde las columnas de El Arau...
cano, de 1830 a 1853, sobre temas artsticos, cientficos,
ticos, histricos, polticos i filo16jicos. En ese lapso pu-
blic sus Principios de Derecho de Jentes, la Gram-
tica de la Lengua Castellana, un tratado de Cosmogra-
fa, Anlisis. Ideol6jica de los Tiempos de la Conj uga-
cin, Ortoloja i Mtrica, La Filosofa del Entendi-
mento , cuantiosas traducciones, varios estudios de
crtica literaria i social, amn de su admirable silva a-la
agricultura de la zona trrida, canto inspirado, que es
joya maravillosa i enhiesta cumbre de la poesa conti-
. nental.
No poda pasar inadvertida, ni ser pagada con ingra-
titud o con desvo la obra civilizadora de Bello, en un
pueblo que se ha sealado siempre por su nunca desmen-
tida hospitalidad i por su tradicional hidalgua. En Chile
encontr segunda patria el benemrito emigrado. Chile
loadopt6 por hijo, dulcific en su alma las amarguras del
exilio; le brind6 una curul senatorial i le confi, por lti-
. mo, la mas grave, la mas ardua, la mas delicada de las
misiones: la de nutrir el cerebro i plasmar el espritu de
su brillante juventud. La prolfica semilla arrojada por
Bello en el surco de la mentalidad chilena no ha muerto
todava: sigue fructificando al travs de las jeneraciones
en esa plyade de excelentes escritores que son gala i
-7-
orgullo de las letras nacionales. La estatua que del es..
clarecido hablista se levanta hoi en una de las plazas de
Santiago, le est diciendo al mundo, con la voz elocuente
del granito, que Chile es regazo carioso, amplio hogar
- americano i campo propicio para todos. los esfuerzos,
para todas las iniciativas, para todas las capacidades i
para todas las enerjas.
Personaje de tan subidos quilates como don .Andrs
Bello, por fuerza deba provocar resistencias, recelos i
emulaciones, e ineluctablemente haba de granjearse
.. ardorosos j tenaces opugnadores. Se singulariz entre
ellos don Jos Miguel Infante, quien no supo mantenerse,
en el fragor de la polmica, dentro de los linderos del co-
medimiento i la equidad., Pero es necesario reconocer que
al eximio lingista lo combatieron, mas que las jentes del
terruo, plumas forasteras. El espaol Jos Joaqun de
'Mora lo atac con inslita acerba. 1 el arjentino Domin...
go Faustino Sarmiento, que iba a ser aos mas tarde, en
la presidencia de la Repblica del Plata, un formidable
propulsor del progreso, escribi contra el caraqueo es..
tas palabras desconcertantes:
... Si la le del ostracismo estuviese en uso en nues...
tra democracia, habramos pedido en tiempo el destierro
de un gran literato que vive entre nosotros-don Andrs
Bello-sin otro' motivo que serlo demasiado i haber pro- _
fundizado mas 'all de lo que nuestra naciente literatura
exije, los arcanos del idioma i haber hecho gustar a nues-
tra juventud del estudio de las esterioridades del pensa-
miento, i de las formas en que se desenvuelve nuestra
lengua, con menoscabo de las ideas i de la verdadera
ilustracin. En Europa estara en su puesto: aqu es un.
anacronismo perjudicial ... 'b
Sin embargo, Chile no se apart un momento de la
senda que el sabio le trazara. Para comprender la in-
fluencia de aquel patriarca de las letras, en la tierra de
: Portales, es preciso que oigamos a don Francisco Vargas
Fontecilla, decano de la Facultad de Humanidades de la.
Universidad de Santiago, quien con nobleza digna del
-8-
mayor encomio i con gallarda que le enaltece, se espres
, de la siguiente manera en un discurso majstral:
.. Ningn chileno podr hablar su lengua con corree-
cin, sin haber recibido i meditado las lecciones del
maestro. Ningn poeta podr dar forma a las creaciones
de su fantasa, sin conocer las reglas que l dej estableci-
das. Ningn. majistrado, ningn jurisconsulto podr
ejercer sus graves funciones, sin pensar en el sabio Bello;
sinleer i meditar la palabra que dej escrita en el cuerpo
principal de nuestras leyes. Ningn estadista podr des-
conocer' la tradicin de sensatez i de circunspeccin que
dej impresa en la poltica de nuestro gobierno ...
Nadie se atrever a controvertir, sin cometer pecado
d injusticia, el valor de la enorme obra cultural de Bello
en la Repblica surea. Pero es preciso que no echemos en
olvido circunstancias determinadas: una cosa es la edu-
cacin i el carcter es otra. Mas an: el carcter es ante..
rior a "la educaci6n. De suerte, pues, que los jrmenes que
a l le toc6 desarrollar, existan ya en potencia en aquella
"nacin. Correspondile a Bello el trabajo laudable de ha-
cerlos f ructi ficar.
El literato prestantsimo recomend siempre, con parti- .
cular empeo, amor a las disciplinas gramaticales i res- .
peto reverencial a los cnones i preceptos del idioma. Con
tal fin comenz a publicar, desde su arribo a la ciudad del
Mapocho, una serie de artculos intitulados Adverten-
cias sobre el uso de la lengua castellana, los que agavi-
llados luego en volumen fueron para los chilenos 10 que
para nosotros las Apuntaciones Crticas, de don Rufino
Cuervo: norma i cdigo del bien hablar. 1 que Bello no
predic en el desierto, ni ar "en el mar, ni edific en el va-
co, lo demuestra el propio juicio del purista en 1859:
+: Se echa de ver un progreso notable en los lti-
mos aos, en cuanto al nmero, a la sustancia i a la forma
de los escritos literarios. En la historia i la biografa, han
seguido ejercitndose plumas. vigorosas, que han dado
inters i esplendor a los anales patrios. Crece el nmero
de jvenes escritores Que se sealan por un estilo CQ-
.'
-- - 9
rrecto, fluido, 'rico de imjenes i a veces elocuente ... "
La limpieza de la espresin i la propiedad en el decir,
. son hoi 'los rasgos que distinguen a los escritores i poetas
chilenos. Fecundo ha sido all, por ende, el ejemplo del
egrejio polgrafo venezolano.
Uno de. los mas fieles seguidores de las enseanzas,
reglas i doctrinas de don Andrs Bello, es en Chile don Mi-
,. guel Lus Amuntegui Reyes, personalidad de alto relie-
ve, as en el mundo de la literatura como en el escenario
social. .
Miembro de una procera familia de intelectuales que
le dieron ayer i le dan a la hora presente honra i gloria a
la. tierra de Arauco-r-pedagogos, polticos, fillogos, his-
toriadores-el seor Amuntegui Reyes ha dedicado al
cultivo del arte i al dinamismo de las ideas sus estraordina-
.rias facultades i su talento solerte i perspicaz.
Hombre de estensos i slidos conocimientos, de acen-
drado gusto, de refinada sensibilidad, sus obras son
merecedoras de loa, no solo por el aderezo de la forma,
sino tambin por la agudeza del anlisis i por la fuerza
de la investigacin.
Atrado irresistiblemente por los estudios lingsticos,
a ellos se entreg en cuerpo i nima don Miguel Lus Amu...
ntegui Reyes, desde sus aos moceriles. Limpiar, fijar
dar esplendor al castellano; segn el lema de la Real Aca-
demia Espaola, tal es el objetivo de sus actividades i
desvelos. <: En la puerta de la Iglesia, Ortografa Razo-
nada, Mis Pasatiempos, Borrones Gramaticales,
Observaciones a un Diccionario, libros de amena i
provechosa lectura, fruto de paciente i benfica labor,
estn ah para probarnos hasta qu punto ha contribuido
el hablista santiaguino a enmendar errores, correjir
abusos i estirpar corruptelas de diccin, comunes a todos
los pueblos de "la Amrica del Sur.
<No se crea, sin embargo, que el seor Arnuntegui Re-
yes es un vulgar gramaticn, aferrado a la rutina, intran-
sijente i supersticioso. No. Es un cerebro hospitalario,
-- -. 1O ._,--
abierto al aire i a la luz, refractario por entero al formu-
lismo i a la incomprensi6n. Celoso, como Bello, de los
fueros del lenguaje, acepta tambin, como Bello, la intro-
duccin de vocablos flamantes i admite que el impulso
del progreso i las imposiciones de la vida contempornea
requieren cada da nuevos signos para espresar nuevos
pensamientos. Justamente en sus Observaciones a un
Diccionario, el seor Arnuntegui Reyes rebate con 50-.
bra de razn las teoras de don Camilo Ortzar, quien. a
semejanza de Baralt, en su fobia del neolojismo, lleva
la rijidez a los estremos de la mas inaudita exajeracin,
Pasmosa erudicin revela el seor Amuntegui Reyes
en la obra arriba mencionada. Para hallar el ejemplo
oportuno que patentice la improcedencia del reparo de
Ortzar, el publicista chileno ha esplorado como un buzo
el fondo de la antigua i moderna Ji teratura castellana. Yo
no vacilo en afirmar' que comparto, casi sin escepcin,
sus puntos de vista. Pero tengo la pena de separarme de
I mi noble amigo, cuando tras un escrupuloso trasiego de
lecturas se apoya en escritores sospechosos i cita agui-
sa de autoridades irrefutables en achaques gramaticales
a Enrique G6mez Carrillo, Po Baroja o Vicente Blasco
Ibez, noveladores galiparlistas que descoyuntan la
sintaxis, estropean el rjimen i trastruecan el significado
de las palabras, sin reato de conciencia.
El libro del seor Amuntegui Reyes, a que me he re-
ferido mui a la lijera, es un libro magno, que ensea i
que deleita. En mi sentir, l debiera estar sobre la mesa
de cuantos aspiren a conocer los secretos del idioma.
Ha dicho don Rufino Cuervo:
... Despus de quienes trabajan por conservar la uni-
dad de creencias relijiosas, nadie hace tnto por el herma-
namiento de las naciones hispanoamericanas, como los fo-
mentadores de aquellos estudios que tienden a conservar l.a
pureza de su idioma, destruyendo las barreras que las di-
ferencias dialcticas oponen al comercio de las ideas ... .
Don Miguel Lus AmunteguiReyes es, en este sentido,
f-.
1-,
.~
....
-,
-,
-.
uno de los mas dilijentes obreros de la confraternidad con-
tinental.
LUIS TRIGUEROS.
Ocioso me parece advertir que este seudnimo corres-
ponde al nombre del conocido i bien reputado literato
don Ricardo Snchez Ramrez,
;.
~ -
...-"
EL MOVIMIENTO LITERARIO
POR ~ : f E R EMETH
Parntesis sobre la Reforma Ortogrfica: Carta del seor
don lvfiguel Lus" Amuntegui Reyes
(Crnica Bibliogrfica de El Mercurio del 21 de Mayo
de 1923)
La"crnica publicada en estas columnas el lunes 7 del
corriente ha dado ocasin para que el eminente acad-
mico seor don Miguel Lus Amuntegui nos dirija la si-
guiente carta:
Seor don Omer Emeth.-Presente.-Distinguido ami-
go de mi mayor aprecio: En su ltima crnica bibliogr-
fica he visto que se ha vuelto a poner sobre el tapete la
reforma ortogrfica i que, con tal motivo, se ha dirijido
".una circular a algunos distinguidos pedagogos, periodis...
tas i fillogos solicitando su parecer a este respecto.
No conozco las contestaciones dadas por estos ilustra-
dos caballeros; pero por lo que Ud. dice, barrunto que
todas ellas han sido adversas" a la resolucin adoptada
por la Universidad tocante a esta materia.
Como la principal razn que siempre se aduce para
combatir las innovaciones amparadas en Chile, es' la
necesidad de conservar la unidad del idioma, quiero agre-
gar, por mi parte, algunas palabras a las atinadas obser-
vaciones de Ud.
\
-;
-- 14 ._--
Es mu frecuente el error de creer que todos tos escrito-
res espaoles obedecen ciegamente a una misma pauta
en 10 que concierne a la escritura.
Mientras tanto, si los setenta volmenes de la biblio-
teca de escritores espaoles, de Rivadeneira, reprodu-
cen las principales obras de los mas grandes injenios penin-
sulares, respetando solo en parte la ortografa de los auto-
res i procurando cierta uniformidad, sta se debe nica-
men te al editor i no a dichos autores.
Puedo aseverar que en todo tiempo ha habido discre-
pancias notables en lo que toca a ortografa.
Cualquiera que rejistre las obras contenidas en la Nue-
va Biblioteca de autores espaoles, que empez a publi-
carse no hace muchos aos bajo la direccin de don Mar-
celino Menndez i Pelayo, podr cerciorarse de que ah
.se reproducen los trabajos con la ortografa propia de cada
autor i que sta es siempre diversa de las dems.
,Para los que en Chile sostienen con tanto denuedo la
actual ortografa acadmica, debe ser un crimen que se'
estampen esas obras en forma tan perjudicial para la
unidad ,del idioma i, sin embargo, la Academia i mucha
jente sensata piensan de otro 'modo en Espaa.
Ahora bien, una respetable autoridad me ha de servir
para 'comprobar cul era la anarqua ortogrfica que
reinaba en el siglo de oro de la Literatura Espaola, i que
continu imperando siglos despus.
Dejo la palabra al docto fillogo, el padre Esteban de'
Terreros i Panda, que en el Pr6logo de su Diccionario
se espresa as: Si hubiera entre nosotros uso constante
en la escritura universalmente- admitido, .no haba ,pleito,.
i estbamos ya del otro lado, como quin
podr fijar este' uso?-No me parece esto mas fcil mien-,
tras no se zanjen otros principios, que el que fijen las
damas las modas; 1os- qumicos el mercurio; los hombres
el capricho; i los ambiciosos, que se miran como felices,
la rueda de la fortuna. Cada provincia, cada lugar y aun
cada maestro de escuela tiene su estilo sus pautas de
muchos aos de antigedad, de las cuales no es dable ni
15
separarlos, ni persuadirlos Que convengan entre s; cada
cual est credo de que su mtodo es el mejor; si acaso
no hai muchos, como recelo, que apenas saben discernir
entre 10 bien o mal escrito, ni qu es ortografa tampoco.
De estas escuelas salen despus los jvenes i se estienden
por las Universidades, por la Corte, por las secretaras i
. oficinas, por el comercio i por todo el mundo, i cada cual
lleva aquella particular escritura que aprendi en la es-
cuela; si ya no la desfigura mas, como suele acontecer;
i hai en esto tantas libertades que es increble, i que da
vergenza ver en la nacin letras excelentes sin otra con-
formidad que la hermosura de los caracteres.
No hace tres das que recib una carta de un escritor
pblico, capacsimo i de excelente nota, conocido por tal
en toda Espaa i aun f uera, i hablando de la ortografa
me dice as.-Yo en materia de ortografa no soi deli-
. cado, adopto sin reparo toda aquella que no me parece
estravagante, i en fe de eso mui de propsito la varo en
mis escritos, siempre que"me da la gana, escribiendo una
misma palabra de diferente manera, tal vez sin salir del
mismo rengln.
Hasta aqu este sabio, que ciertamente lo es en el die..
tamen de todos; pero hganme favor de concordar el uso.
constante con l. Esto mismo se ve en la prctica de casi
todos los tribunales; no pocos de los que imprimen sue-
len dejar su escritura a la libre voluntad del impresor.
Subamos un poco mas, pues el mal est tan envejecido,
que se cuenta ya por siglos no interrumpidos.
q;. Casi todas nuestras escri turas anti guas impresas ma-
nuscritas se encuentran con la misma variedad; pero esto
.no es 10 peor, pues no es ciertamente maravilla que en
los tiempos de los Alfonsos, Henrquez Juanes i aun algu-
nos Fernandos, hubiera diversidad en la escritura, pues
. haba tanta en el idioma i estaba como en mantillas, mal
formado i hecho un solo embrin en lenguaje.
(La maravilla es que sentado ya ste i an subido a una
perfeccin asombrosa, se halle una inmensa variedad en
los escritores mas cultos de doscientos o de casi doscientos
--- 16 -
aos a esta parte; en un Garcilaso de la Vega, en un Lope
de Vega Carpio, en un Quevedo, en un Mariana, en un
Rivadeneira i en los dos Frai Luses de Granada i de
Len; en cada uno se ve en mucha parte ir por su ca-
mino diverso la escritura sin unirse en punto alguno de
cuantos se pueden controvertir; como para "no detener-
nos en. una cosa notoria le podr ver quien quisiere, pues
las que cito son obras que andan en las manos de todo el
mundo, con que uso constante hasta ahora no le hallo,
ni parece fcil de hallar.
Se dir que hoi da se nota mayor uniformidad en la
escritura dada a los moldes, i esto es efectivo por obra i
gracia, no de los autores, sino de los impresores que corri-
jen a medias los gazapos de aqullos i que imponen la or-
tografa a que estn acostumbrados, haciendo creer de
este modo que todos la aceptamos de buen grado.
. Si los que hablan a nombre. de la unidad del idioma
pensaran un poco en que las reformas amparadas por
nuestra Universidad tienden precisamente a facilitar la
escritura, veran que ste es el medio mas' eficaz de llegar
a la uniformidad que se desea, i que no podr alcanzarse
mientras .existan escollos tan insuperables como el que
presenta el uso de la g i de la j. .
Discurriendo cierto da sobre este mismo tema. en la
Academia Chilena, nuestro malogrado colega i amigo
don Manuel Antonio Romn sostena que no era tan di
ffcil llegar a manejar bien las espresadas letras.
Pedle entonces que me escribiera en un papel la voz
i al hacerlo puso g donde deba aparecer i, i
Viceversa.
Pues bien, si se equivocaba de tal suerte un fillogo tan
ilustre como el seor Romn, que pas gran parte de su
vida sobre el Diccionario, qu esperanza de acierto po-
dramos tener los que no poseemos la misma preparacin?
Sla reforma ortogrfica que se plante en tiempo de
Bello no logr arraigar entre nosotros, no se debe segura-
mente a que ella fuese digna 'de anatema, sino a que no
-17-
es posible andar-tan de prisa i pretender realizar de so-
petn tantas i tan trascendentales innovaciones. -
. Comprendindolo as la Universidad de Chile, ha redu-
cido por ahora sus aspiraciones en este punto a mui limi-
radas reformas que cuentan con el beneplcito de la Aca-
demia Espaola, segn lo he comprobado en un opsculo
. que publiqu hace poco.
Cuanto al temor de que las obras de los autores chile-
nos no se entiendan ni se lean i hasta se desprecien en Es-
paa por el hecho solo de no ajustarse estrictamente a
la ortografa acadmica, puedo afirmar que es infundado
i aun absurdo.
'Creo que el lector mas torpe e intonso no podr trope-
zar ni dejar de entender al leer la frase 30i jeneral estran-
[ero, en que se encuentran reunidas todas las vociferadas
. innovaciones de la Universidad en materia ortogrfica.
Recientemente la docta Corporacin encargada. de
velar por la pureza- de nuestro idioma, ha publicado en
varias entregas de su Boletn, que es su peridico oficial,
un estenso trabajo mo, impreso con la ortografa que para
algunos de nuestros compatriotas es un estigma que des-
prestijia i anonada una produccin literaria.
Parece que la Academia no pensara del mismo modo,
pues si as fuera, no me habra dispensado el alto honor
de prohijar mi obra en forma tan benvola.
Puedo agregar todava, como dato ilustrativo, que la
Real Academia Espaola, al imprimir ese estudio en su
o Boletn, respetando mi ortografa, no solo ha atestiguado
su buena voluntad, sino" que me ha enviado algunos cen-
tenares de pesetas por mi colaboracin.
Disculpe, excelente amigo, si he distrado su atencin
con esta larga carta, que seguramente carece de la sa-
o brasa amenidad de sus interesantes crnicas literarias;
- pero no he podido resistir a la tentacin de alentarlo para
que no desmaye en la defensa de la reforma universitaria,
tan injustamente vilipendiada por sus impugnadores.
Crame siempre su afectsimo amigo i S. S.- MIGUEL
Lus AMUNTEGUI REYES.>
- 18-
Solo me queda dar al seor don Miguel Lus Amunte..
gui, en mi nombre i en el de mis lectores, las mas sinceras
gracias por la mu autorizada lecci6n con que se ha ser-
vido favorecernos.
OMER EMETH.
MANTENGAMOS LA REFORMA
ORTOGRFICA
Aunque nos parezca inverosmil, se ha dicho reciente..
mente que el actual Ministro de Instruccin Pblica,
- don Alcibades Roldn, hombre discreto, ilustrado,
progresivo, est empeado en tomar medidas para con-
trariar la atinada reforma ortogrfica sostenida desde
tantos aos por nuestra Universidad.
Verdaderamente que sera vergonzoso echar ahora pie
atrs en esta campaa en que nos han trazado el buen
camino maestros tan eminentes como Bello, Vargas Fon-
teciIla, Amuntegui, Barros Arana, Letelier i tantos otros
que -supieron vincular sus gloriosos nombres a nuestra
cultura intelectual, .
Para intentar _una innovaci6n en esta materia, sera
menester ignorar-lo que se piensa a este propsito en las
naciones mas adelantadas.
Una voz, por cierto mas autorizada que la ma, va a po-
nernos de resalto las tendencias que en estos ltimos
tiempos se han manifestado en pro de la simplificacin
ortogrfica.
Don Miguel de Unamuno, uno de los mas notables
pedagogos espaoles. que durante largos aos desempe
el cargo de Rector de la clebre i secular Vniversidad de
Salamanca, ha publicado una serie de volmenes con el
ttulo de Ensayos, que contienen una pequea parte de
su labor literaria.
Pues bien, en el tomo segundo de esta obra, impreso
- 20-
en Madrid en 1916, aparece un artculo rotulado Acerca
de la reforma ortogrfica, que merece ser ledo con aten-
ci6n.
Despus de un breve comentario a un pasaje del Di...
logo de las lenguas de Valds, el seor Unamuno dice qu
las espresadas observaciones pueden servir de introduc-
ci6n a sus notas sobre reforma ortogrfica, de las cuales
entresaco las siguientes lneas, ya que no me sera posible
trascribirlas ntegras:
Cuestin es sta (dice el seor Unamunojque empieza
a.ajitarse con cierto empeo en los pases de lengua cas-
tellana, respondiendo a una campaa iniciada en Francia,
donde es el problema de mayor importancia que aqu, da-
do que la lengua hablada i la escrita francesas diverjen
entre s mucho mas que las respectivas castellanas. .
Los mas doctos lingstas i pedagogos franceses se
han pronunciado en favor de la reforma ortogrfica, en
direcci6n al fonetismo. Hace algn tiempo recibi la
Academia Francesa una peticin suseri ta por mas de
10,000 firmas de profesores de enseanza primaria, se-
cundaria i facultativa, en demanda de la apetecida re-
forma; i recientemente ha publicado un boletn profesio-
. nal otra peticin anloga, dirijida al Ministro de Instruc-
cin Pblica, peticin que firman un gran nmero de pro..
fesores facultativos i de eminentes lingstas. Existen
sociedades dedicadas a promover i fomentar la ajitaci6n
reformista en ortografa, habiendo aceptado la Acade-
mia Francesa, en parte, las demandas de tal opini6n. To-
. do esto, como deca, se comprende mejor en Francia que
aqu.
En Alemania, ha ya algn tiempo, en 1879, que se
introdujeron reformas ortogrficas en sentido onetistico,
asimilando las palabras de orijen latino, en su ortografa,
a las jenuinamente jerrnnicas . . . .
Entre los pueblos de la lengua espaola, es en los ame-
ricanos donde hai mas afn por la reforma ortogrfica,
i entre los americanos, en los chilenos. Puede verse,
en prueba de ello, el folleto Negrafos Contemporneos.
-- 21 --
-Tentativa bibliogrfica, presentada al Congreso cient-
fico .chileno de 1894 por don Carlos Cabezn (o Karlos
Kabeen, que es como l se firma).
Como la cuestin ha empezado a tratarse en revistas
espaolas, i de ~ I l a ha dado c u e n ~ a el! esta misma el se-
or Baquero, discurriendo con tino 1 sensatez sobre el
punto voi, por mi parte, a echar mi cuarto a espadas>
Habla en seguida el distinguido pedagogo de los parti-
dos opuestos que se disputan la palma en esta controver..
.
Sla. ..
El primero esel de los que luchan por la adopcin del
sistema fontico, en que cada sonido se representa por
un solo signo, no valiendo cada signo mas que para
un sonido solo, al paso que el segundo es el de los que
aspiran a resucitar la etimoloja, procurando perpetuar
signos o sonidos muertos.
Despus de disertar con erudicin sobre estas dos ten-
dencias, don Miguel de Unamuno sintetiza la cuesti6n
en estos trminos:
<Hai en esto de la ortografa, como en todo, los revolu-
cionarios i los evolucionarios o posibilistas, i entre los
. primeros los hai fonetistas i etirnolojistas, o sea progre..
sistas i retrgrados. Quieren los unos entrar a tajo i
mandoble en la ortografa tradicional, no dejando hache
ni- uv con hueso sano, revolviendo todas las ces, qus,
ges i jotas, habidas i por haber. Otros, retrgrados ab-
solutistas, quieren volvernos hacia atrs i resucitar sig-
nos de sonidos muertos, meras cscaras sin almendras,
para colgrselos, cual flamantes arreos, a nuestras actua-
les voces, ya que sea imposible hacrnosla pronunciar a
la antigua, vstanse a ella por lo rnenos.>
Es evidente que entre estos revolucionarios el seor
Unarnuno simpatiza mas con los que l llama progresis-
tas, i no con los que tilda de retrgrados absolutistas, i
para ello se funda en el siguiente razonamiento pedag6..
..
JICO:
Los inconvenientes de todos jneros que surjen de la
escisin entre la l.enguahablada i la escrita, son mucho
- 22-
mas i que los que nos figuramos, no siendo el
menor de ellos la prdida de tiempo i de atencin que el
aprender ortografa artificial hoi causa a los nios. Al
daino proverbio de que el saber no ocupa lugar, hai
que oponer esta coleta: pero el aprender ocupa tiernpo.
Al combatir a los etirnolojistas con gran acopio de ra-
zones, escribe el seor Unamuno:
No hai que darle vuel tas a la cosa: tena Bello razn
sobrada al decir que conservar letras intiles por amor a
las etimolojas, le pareca lo mismo que conservar escom-
bros' en un edificio para que stos nos hagan recordar al
antiguo. .
Con mui buen criterio, el seor Unamuno rechaza, no
solo las ridculas pretensiones de los etimoloj istas, sino
tambin las innovaciones de los fonetistas, que pretenden
imponer su sistema de golpe i porrazo.
Entre las escuelas radicales, (agrega el distinguido
.fillogo) , la de los revolucionarios fonetistas i la de los
revolucionarios etimolojistas, tenemos la de los posibilis-
tas o evolucionarios, la de los que, sin violentar la marcha
natural de las cosas, procuran acelerarla, o mas bien qui...
tarle estorbos del carnino.
1 pocas lneas despus contina en estos trminos:
Como ejemplo de sano posibilismo en reformas orto...
grficas, mencionar la del meritsirno don Andrs Bello,
espritu circunspecto, aplomado, i poco amigo de brusque-
dades, que escriba i latina siempre que sta fuera vocal
(i, hai; oil, -i jota en todo sonid o de ge spera (ljica,
jeoloJa) I relegando la g para las slabas ga, gue, gui, go,
gu. Ntese que esta modesta reforma, sin romper aso-
ciaci6n alguna, i manteniendo los sonidos actuales de la
jota i de la ge, introduce un orden en aquella de
'escribir mujer o muger, extranjero o extrangero, 1 reduciendo
la ge a no mas uso que el de .su s0!1ido s,:ave, el
olvido de que sonara como Jota, 1 la calda, consiguien-
te a tal olvido, de la u de gue, gui, naturalsima cada cuan-
do ya no se emplee la ge con sonido de jota. En esta pe-
.'
- 23-
queez de escribir Bello, jeolojia [qu curso de posibilis-
mo!
- La palabra convincente, ilustrada i prestijiosa del co-
nocido i reputado educacionista espaol, viene a paten..
tizar una vez mas 10 que siempre he aseverado respecto
. a que nuestra reforma ortogrfica no es para Chile un
sambenito de desprecio i de oprobio, sino un timbre de
honor i de buen sentido.
Si .somos los primeros en Amrica en asociarnos a los
anhelos sustentados por miles de pedagogos franceses,
alemanes i muchos espaoles, no debemos amedrentarnos
de marchar a la vanguardia en una empresa que tiende
a facilitar el aprendizaje de nuestra lengua, haciendo
mas sencilla su escritura.
Lo bochornoso sera que, desentendindonos del cla-
mor de los espritus mas cultos de las principales nacio-
nes europeas, en donde se exije con afn la reforma or-
togrfica en el mismo sentido que la nuestra, renuncia-
ramos nosotros amantener lo poco que hemos. hecho,
en pro de tan sensata aspiracin.
Salvemos nuestra reforma. que tarde o temprano, ten-
dr que ser universalmente aceptada.
I
CARTA ABIERTA AL
SEOR MINISTRO DE INSTRUCCIN PBLICA DON AQUILES
VERGARA VICUA.
Santiago.
Apreciado seor Ministro: aunque todava me cuesta
creerlo, se ha anunciado en la prensa que ese Ministerio
desea. celebrar el da de la raza con la imposicin de la
ortografa acadmica en todos los establecimientos de
instruccin pblica, i como con semejante determinacin se
vendra a hacer un flaco servicio a esta raza que se trata
de favorecer i a dar un paso hacia atrs en la senda pro-
gresiva que- Chile ha seguido a este respecto, he querido
llamar la atencin de Ud. a este particular.
Como me asiste el temor de que algn interesado en
beneficiarse con esta resolucin haya podido influir en
. el nimo de Ud. para inducirlo a aceptarla, en medio de las
mltiples preocupaciones que necesariamente han de aco..
sar a los hombres de Gobierno, en las arduas tareas en que
estn empeados actualmente. he querido prevenir a
Ud., en quien veo al descendiente de un esclarecido ciu..
dadano, cantor de las glorias de Chile i servidor infatiga-
ble de toda causa que significara adelanto i progreso.
'No repetir aqu los conocidos e irrefutables argumen-
tos que tuvo presente nuestra Universidad para simpli-
ficarla ortografa, adoptando algunas de las reformas mas
viables i sustanciales de las propuestas por el-insigne maes-
-2 -
tro Bello i tantos otros fillogos eminentes, i me limitar
a manifestar que estas tan ponderadas innovaciones no
son mal vistas ni en Espaa ni en Amrica, i que, lejos
de constituir un estigma de oprobio para Chile, significan
un timbre de gloria para nosotros, que nos hemos 'puesto
as a la cabeza de un movimiento progresivo i pedag-
..
jico.
A fin de esponer mis ideas con la debida claridad, con-
viene no olvidar que las diverjencias entre la ortografa
acadmica i la patrocinada por la Universidad de Chile
se reducen a tres puntos:
l. La Universidad pretende desterrar la x antes de
consonante, en . conformidad a la pronunciacin corriente."
i uniforme en todas partes, escribiendo, por tanto, es...
truo, pretesto, esponer, en vez de extrao, pretexto, ex-
poner.
La Academia ensea que debemos conservar la x antes
de consonante cuando la etimoloja as lo exija i aunque
la pronunciacin diga otra cosa.
.11. La Universidad Quiere que la g represente siempre
el sonido suave que tiene en gala, goma, guerra, i que se
reserve a la j el sonido fuerte, escribiendo jeneral, jefe,
jitano.
. La Academia dispone que la g debe emplearse con el
sonido de j antes de e o de i, siempre que as lo pida la
etimoloj (a.
111. Para la Universidad, la vocal i debe representarse
siempre por esta letra.
_La Academia, desde hace muchos aos nos repite en su
Gramtica que la y usurpa el sonido de la vocal contra
.toda razn ortogrfica. .
Estas, i no mas, son las diferencias que existen entre las
dos ortografas, i que han logrado despertar la atencin del
Seor Ministro de Instruccin Pblica, en medio de los
gravsimos problemas que penden. de la consideracin1 del
Gobierno. '
Para, que parezca mas raro an el fervor con que el Se-
or Ministro se. ha inmiscudo en este asunto, en que, a
- 27-
su juicio hai un inters de raza, debo hacer presente que
la disconformidad que hai en esta materia entre la Uni-
versidad de Chile ila Real Academia Espaola, es mas
aparente que real, como voi a comprobarlo.
Tocante al primer punto, cualquiera puede observar
que la docta Corporacin jams ha manifestado repug-
nancia para que la escritura de las palabras se vaya amol-
o dando a la pronunciacin, i as vemos que hoi acepta que
se escriba misto, oscuro, sustancia, stimo, neumtico, en
lugar de mixto, obscura, substancia, sptimo, pneumtico,
Si nuestra raza estuviera interesada en conservar letras
que no se pronuncian, seguramente que la Academia no es-
tara tan bien dispuesta para acatar estos cambios fon.. o
tieos exijidos por el uso.
. La Universidad. en este punto, no hace otra cosa que
abrir el camino a la Real Academia Espaola, para que
sta contine amoldando los vocablos a la pronunciacin
_corriente.
Con referencia al segundo punto, la Academia ha sido
.todava mas esplcita en la aceptacin de la reforma uni-
versitaria, 'segn los siguientes comprobantes que tengo
a la mano. r
En el Pr6logo que desde 1815 vino repitindose en va-
rias ediciones de la Ortografa, la Academia deca, entre
otras cosas que omi to en obsequio a la brevedad:
La Academia, persuadida de que cada sonido debe
tener un solo signo que te represen/e, i que 110 debe haber
signo que no corresponda a un sonido o crticulocin par-
ticular, ha reducido la x al sonido suave que tiene en las
voces examen, excncin, excitar, i que tuvo en su orijen
cuando la tomamos de los latinos, i conserva an en algu-
nas de nuestras provincias setentrionales: i ha trasladado
a laj i a la g, en sus casos respectivos las voces en que la x
sonaba con la fuerza i aspereza gutural, que provino de los
rabes; evitando por este medio en las escrituras el signo
- circunflejo o caperucha, que se colocaba en la vocal que
segua a la, x suave para distinguirla en ambas pronun-
ciaciones. Finalmente ha dado a la Y griega el uso de
- 28-
consonante, llamndola as, i a la i latina el de vocal, con
algunas escepciones, por ahora; con lo cual se ha asignado
a cada una de estas letras el uso que le es propio i peculiar
para no confundirlas en la escritura .
.<Ni han faltado escritores que han pretendido dar a la
g en todos los casos i combinaciones lapronunciacin
menos spera que ya tiene con la a, o, u, remitiendo a la
j toda la gutural fuerte; con lo cual se evitara el uso de
la u que se elide sin pronunciarse despus de la g i siguien-
do otra vocal, como en guerra, gua, i la nota llamada
crema, o los dos puntos que se ponen sobre a u. cuando esta
letra ha de pronunciarse, corno en agero, vergenza, i
otras. Pero la Academia, pesando las ventajas e inconve-
nientes de una reforma de tanta trascendencia, ha pre-
ferido dejar que el uso de los doctos abra camino para auto-
rizarla con "acierto i mayor oportunidad,
Reforzando lo que aqu se dice, la docta Corporacin
agrega en el Prlogo de la 5. R edicin del Diccionario:
Aunque la Academia ha manifestado en su ortografa
'el deseo' que tiene de que el sonido spero i gutural se
circunscriba esclusivamente a la j, todava 10 conserva
la g en algunas corobinaciones>
A mayor abundamiento, este mismo sabio Cuerpo,
a cuyo cargo est encomendado el mejoramiento de
nuestra lengua, deca en el Prlogo de la 8.a edicin del
Diccionario: .
En lo que se echarn de ver algunas, aunque no mu-
chas innovaciones, es en la parte ortogrfica, pues aten-
diendo al deseo i conveniencia jeneral de simplificar en lo
posible la- escritura de la lengua patria, ha credo oportuno
la Academia sustitur la j a la g fuerte en gran nmero de.
voces que hasta aqu se haban escrito con la segunda de
estas 'consonantes. Mas, procediendo con el pulso i la
circunspeccin que acostumbra, se ha limitado, por re-
gla jeneral, a escribir con j las palabras en cuya etirnoloja
no se halla la g, conservando en las dems esta letra' por
respeto a su orijen i a la antigua posesin que la autoriza.
. Tal vez algunos aos mas sern sujicientes a lejitimar el
..
29
uso contrario; i entonces la Academia, como fiel observa..
dora del rumbo seguido por los buenos escritores, hallar
quiz mas fundados motivos para descartar la g fuerte de
todas las voces castellanas, empleando esclusivamente
esta letra en aquellas slabas en que se pronuncie con sua..
_ vidad, como gracia i golilla
Despus de estas declaraciones hechas ex cthedra, 'P0 -
. dr alguien sostener que la Real Academia Espaola
-impugna esta reforma?
. Tengo la satisfaccin de creer que el Seor Ministro
ha de opinar como yo al responder a esta pregunta, i que,
por tanto, no es tan pecaminosa i estrafalaria la aspira-
cin de la Universidad de Chile en este caso.
- Llego, por fin, al tercer punto relativo al empleo de la
y como vocal, uso que la Academia condena categrica..
mente en su Gramtica, llamando a dicha letra, en este
caso, usurpadora, que se roantiene con tra toda razn or-
togrfica.
Conocidos estos antecedentes, podr pensar el seor
Ministro que la reforma universitaria ha de merecer la
reprobacin de la Real Academia Espaola?
.. Estoi cierto de que toda persona de buen criterio, en-
tre las cuales cuento al Seor Ministro, juzgar, por el
contrario, que estas innovaciones satisfacen los ideales
. acadmicos, i han de obtener favorable acojida en todas
partes.
Si la Real Academia Espaola mirara con ojeriza estas
modificaciones ortogrficas, que siempre he sostenido en
. mis escritos, de seguro que no me habra llamado espon-
tneamente a su seno, adonde llegu apadrinado por don
Juan Valera, don Gaspar Nez de Arce, i don Manuel
del Palacio, i con voto unnime de ese alto Senado de la
lengua.
Posteriormente, i hasta el mes de junio del presente
ao, ha estado reproduciendo en el Boletn, su 6rgano ofi-
cial, una de mis ltimas obras.
. . Mas an, cuando publiqu, no hace mucho, mi Orto-
grafa Razonada, en que sostena estas mismas reformas.
- 30-
envi un ejemplar a don Ramn Menndez Pidal quien
me contest la siguiente carta: '
Sr. O.
14 de Febrero de 19Z7.
Miguel Lus Amuntegui Reyes
. Mi distinguido amigo: He tenido el gusto de recibir
el ejemplar de su Ortografa Razonada) amablemente
dedicado. Es un trabajo prctico i til, para las escuelas,
por el que le felicito, agradecindole al mismo tiempo su
amable obsequio.
Con .este motivo me es grato reiterarme suyo atto.
amigo 1 S. s.
q. e. s. m.
R. MENNDEZ P1DAL:t
. Es indudable que el eminente Director de la Real Aca..
demia Espaola no me habra felicitado por este trabajo,
i no me habra dicho que lo consideraba prctico i til
para las escuelas, si hubiera estimado que lo que ah se
enseaba era una aberracin digna de censura i contra-
rio a los intereses de la raza.
Otro acadmico, don Francisco Rodrguez Marn, ilus-
tre comentador del Quijote i erudito investigador de los
cantares del pueblo, contest al envo de mi Ortografa
remitindome su reciente i notable obra intitulada Ms
de 21,000 Refranes Castellanos, con la siguiente dedica-
toria: A don Miguel Lus Arnuntegui Reyes, hablista
admirable, con cordial RODRGUEZ
MARfN
Aunque siempre he aborrecido el bombo i la sonaja,
he querido exhibir estos testimonios a fin de desarraigar
~ 3 1 -
el error de los que se figuran que la Academia condena sin
piedad a los que tratamos de mejorar la ortografa.
Corno frecuentemente se ha insistido en suponer que
fuera de Chile no se leen los libros impresos con la ortogra-
Ha que- defiendo i que siempre he empleado en los mos,
se me perdonar que cite aqu algunos comprobantes
que acrediten 10 contrario.
No hablar de autores tan notables como Bello, Lasta-
rria, los hermanos Arnunteguis, Barros Arana, Vicua
Mackenna, Sotomayor Valds, i tantos otros cuyas obras
son conocidas i jeneralmente aplaudidas en todas partes,
.a pesar de su lugarea ortograa, i me referir solo a un
humilde aficionado a las .letras, mas apreciado como es-
critor fuera de su patria, Que dentro de ella, no obstante
el uso de la abominable ortografa.
Con fundada razn, temera herir 'Ia modestia de este
.autor dando su nombre; de modo que me contentar
con decir que, a mas de elocuentes pruebas de estimacin
que ha recibido de la Real Academia Espaola, f u ele-
jido Miembro Honorario de la American Associaiion of
Teachers of Spanish, en Norte Amrica, i poco despus
nombrado Miembro Correspondiente de la Real Academia
Hispanoamericana de Ciencias i Artes de Cdiz.
Los admiradores de don Ramn Menndez Pidal, de-
seosos de tributar un merecido homenaje al sabio maestro,
que hoi preside la Real Academia Espaola, acordaron
publicar una. obra en que deban colaborar los mas repu-
tados escritores del mundo entero, i para tal efecto, soli-
citaron el concurso de stos.
Aunque parezca mu raro, entre los que fueron honra...
dos con ese ltamamient, figur el chileno a que he hecho
referencia, quien envi un trabajo que mereci colocacin
preferente en el primero de los tres voluminosos tomos de
. que consta la obra, en que aparecen artculos escritos
en todas las principales lenguas.
. Por cierto que en este caso nadie pens6 que este chileno
desacreditaba a su Patria con una ortografa vilipendiada
que lastimaba los intereses de la raza.
--- 32 -
No est de mas decir que el referido trabajo se imprimi
ah con esta repudiada ortografa, que, segn algunos,
hace ilegible todo lo que con ella se escribe.
Conviene saber tambin que entre los ciento treinta
i tantos colaboradores de esa obra monumental, el mo..
desto escritor chileno es el nico autor de Sud-Amrica
que figura ah.
El seor Ministro, sintindose quizs poco firme en
la resolucin que ha tomado para imponer la ortografa
acadmica, ha querido robustecer su determinacin, fun-
dndola en las razones que voi a analizar someramente,
aunque lo antes espuesto "en esta Carta bastara para
darlas por refutadas de antemano. .
He aqu las razones en que se apoya el seor Minis-
tro:
1.n La ortografa nacional fontica es todava un
ideal, pues en Espaa, desde Nebrija, que deca que cada
letra deba tener un sonido distinto i cada sonido deba
representarse con una' sola letra, se viene procurando un
acercamiento al Ionetismo, sin" alcanzarlo hasta ahora .
. El hecho deque la reforma universitaria sea un ideal,
esto es, un prototipo, modelo o ejemplar de perfeccin- ,'
sera motivo, suficiente para merecer la mas favorable aco-
jida. .
Nadie puede poner en duda el hecho de que es un ideal
el que todos los hombres seamos buenos, honraclosi tra-
bajadores, i aunque esto se considerara una utopa, no se
podra inferir de aqu que debamos condenar una medida
que. tendiera, de algn modo, a preparar la realizacin de
este anhelo.
La segunda raz6n alegada por el Seor Ministro est
concebida en estos trminos:
No es un pequeo grupo de hombres entre los setenta
millones que hablan Castellano el llamado a patrocinar
esta clase de reforma, que siempre tiene resistencias, sino
alguna Corporacin respetable (la Academia en este caso)
que sea escuchada i obedecida por todos, por lo cual
han fracasado en Chile las propuestas a la Facultad de
- 33-
-Hurnanidades, como asimismo las al Consejo de Instruc-
cin Pblica.
Para contestar a este argumento, me bastar remitir..
me a lo que antes he dicho, en donde se ver que ya la
Academia ha dado su opinin favorable a este respecto i
que-solo "espera el pronunciamiento del uso en forma mas
- decisiva, lo que est mui lejos de importar una condena-
ci6n. .
Por otra parte, es indudable que el Seor Ministro
sufre un evidente error al establecer que somos mui pocos
los que aspiramos a la simplificacin de la ortografa,
pues esto vendra a contradecir la conocida lei econmica
llamada del esfuerzo mnimo, segn la cual todos anhela..
mos realizar el mayor beneficio con el menor sacrificio
posible.
Consulte el Seor Ministro al sinnmero de personas
que diariamente torturan el majn para determinar si
en una palabra ha de escribirse s o x antes de consonante
o si la etimoloja pide j o g en un vocablo, i sabr si ellos
recibiran o no con agrado, la reforma universitaria.
Interrogue el seor Ministro a los millares de alumnos
que da a da son castigados con malas notas, por ignorar
el uso acadmico de la g i de la i, o de la x antes de con..
sonante, i ver si ellos se complacen o no con la susodicha
reforma.
Para que el Seor Ministro vea que la Universidad de
. Chile no anda tan sola en esta campaa, voi a proporcio-
narle algunos comprobantes.
El conocido pedagogo espaol don Miguel de Unamu-
no, que durante largos aos desempe el cargo de Rec-
tor de la Universidad de Salamanca, en un artculo inti-
tulado Acerca de la reforma de la Ortografa castellana,
inserto en el tomo segundo de sus Ensayos, despus de
hablar de las opuestas tendencias que hai en esta materia,
agrega:
Entre las dos escuelas radicales, la de los revoluciona-
rios fonetistas, i la de los revolucionarios etimolojistas,
tenemos la de los posibilistas o evolucionaras, la de los
- 34-
que sin violentar la marcha natural de las cosas, procu-
ran acelerarla, o mas bien quitarle estorbos del camino ..
. " ejemplo
grficas, mencionar .la del meritsimo don Andrs Bello,
espritu circunspecto, aplomado i poco amigo de brus-
. quedades, que escriba i latina siempre que esta fuera
vocal (i, hai, voi) i jota en todo sonido de ge spera (ljica,
jeoloja) , relegando la g para las slabas ga, gue, gUt", go,
gu. Ntese que esta modesta reforma, sin romper aso-
ciacin alguna, manteniendo los sonidos actuales de la
jota i de la ge, introduce un orden en aquella anarqua de
escribir mujer o 1nuger, extranjero o extrangero, i redu-
-ciendo la ge a no mas uso que el de su sonido suave, pre-
- para el olvido de que sonara como j, i la cada, consiguiente
a tal olvido, de la u de gue, gui, naturalsima cada cuando
ya no se emplee la ge con sonido de jota. En esta pequeez
de escribir Bello jeolojia [qu curso de posibilisrno!
A los estrernistas adictos' el fonetismo pertenece, sin
duda, el autor de un libro publicado en Madrid, no hace
mucho, con la siguiente portada:
Mamarrachos Acadmicos, o sea la Academia de la
Lengua juzgada por don Marcelino Menndez Pelayo.
Carta indita (?) de este eminente crtico a don Ale-
jandro Pida} i Mon. Publicada i comentada por U. 1.
<Prlogo de don 1. Cejador.
Esta' obra, atribuda con mucho fundamento al mismo
don Julio Cejador, tiene el grave pecado de ser escrita
con reprensible saa i de pretender la realizacin de re-
formas ortogrficas tan exajeradas, que llegan a ser ina-
ceptables. .
Pero entre las observaciones que ah se formulan, hai
algunas incontestables por estar fundadas en hechos evi-
dentes, como son las siguientes, que entresaco como mues-
tras.
La slaba ex es contraria a nuestra fontica. Fjese el
lector i ver como todo el mundo dice testo, testual, pre-
testo, estrao, estranjero, cuando habla naturalmente i
- 35 -",
sin afectacin. 1 los mismos no hablan de
. otro' modo cuando se olvidan de que lo son. (Pjina. 29).
Es grito universal de todos los buenos fillogos, desde
Mateo Alemn, pasando por Bello, hasta nuestro inmor-
tal Polgrafo: la g para los sonidos suaves, la j para los
". "duros. As: ga, gue, gui, gO, gu, deben escribirse ga, ge,
gi, go, gu, Por tanto, [enio, jeneral, colejio, trajedia, r",
jenio, Miget, etc.
. Si parece feo, no tardar en parecer bonito. (Pjina
35).
<Es necesario que al lanzar a la publicidad estas p..
jinas prevenga yo a los amigos i partidarios de nuestras
ideas de la suerte que vamos a correr.
Comienzo por darles una buena noticia: Los parti-
dorios de las ideas espuestas en este libro, somos leji6n.
El autor ha podido comprobarlo bien en esta inten-
tona preliminar.
Por los infinitos testimonios recibidos desde el Cant-
brico hasta el Mediterrneo, i desde la California hasta
la Patagonia, he visto que el pblico en jeneral est con
nosotros, (Pjina. 65).
Es por dems sensible la inquina que en este trabajo
se manifiesta contra la Academia, a quien se considera
como nica culpable de no realizar reformas que se im-
ponen.
Hemos visto ya 'que la docta corporacin ha patroci-
nado algunas de las principales innovaciones, i que su
nico pecado consiste en 110 hacer uso de su autoridad
para llevar' a efecto lo que hace tanto tiempo reclaman
los fillogos, los pedagogos i el buen sentido, con perdn
del seor Ministro.
Recientemente, en la popular i conocida Revista A B e
que se publica en Madrid, el redactor de la seccin
Literatura Espaola en el Estranjero, dando cuenta de
mi Ortografa Razonada, deca: .
Miguel Lus Amuntegui Reyes, publicista chileno,
gran autoridad en materias filoljicas, acaba de publicar
un interesante folleto titulado Ortografa Razonada. El
- 36-
autor se muestra bastante desacorde con los preceptos
ortogrficos establecidos por nuestra Real Academia,
proponiendo muchas reformas e innovaciones que en el
prlogo justifica, por haber en ellas un alto inters peda-
gjico, ya que se trata de facilitar la escritura de nues-
tra lengua i de hacer desaparecer poco a poco las anorna-
Has de nuestro alfabeto. La mayora de las ideas de Amu-
ntegui son ljicas i atinadas; mas tardarn en imponer-
se, por tener que luchar contra el uso i la rutina.> .
J. M. DE A.
Estas iniciales corresponden al notable cr tieo i nove-
lista don Jos Mara de Acosta.
1 no se crea que solo de Espaa llegan opiniones favo-
rables a estas reformas, pues tambin en ... Amrica se
piensa del mismo modo, i para comprobarlo citar, entre
otros, el parecer del reputado fillogo arjentino don] uan
Bautista Selva, que en la revista quincenal de educacin
intitulada La Obra, publicada en Buenos Aires, escribi
el siguiente artculo:
ORTOGRAFA Ri\ZNADA
DE MIGUEL L.
En un opsculo, que solo cuenta 64 pjinas, acaba de
aparecer un nuevo testo de Ortografa escrito por el emi-
nente gramtico chileno don Miguel Lus Amuntegui
Reyes. El libro es pequeo en tamao, pero grande, mui
amplio, por suinformacin. Contiene todos los precep-
tos i todas las reglas mas tiles que pueden darse para
escribir con correccin.
Ha tenido el buen cuidado, Arnuntegui Reyes, de
salvar muchos de los defectos i aun dislates de la Real
Academia, verbigracia, aquel que indica que aun llevar
acento ortogrfico cuando va despus del verbo, regla
que, enunciada en tal forma, resulta muchas veces ina-
...
- 37-
plicable, desde que el adverbio no solo modifica al verbo.
Deslinda con claridad i precisin los casos en que debe
marcarse el acento para indicar que no forman diptongo
vocales concurrentes.
_" Anticipndose en una evolucin que ser trada in-
dudablemente por un futuro mas o menos remoto, adop-
ta, este autor, decididamente, la forma ortogrfica que
preconiz el gran Bello, que aplic Sarmiento i que han
seguido ~ poniendo en prctica los mas eminentes escri-
tores chilenos . muchos otros americanos.
"Je, ji en todos los casos i el uso de la i en sustitucin
de la y, cuando esta letra tiene sonido de vocal, es re...
forma realmente til i que ha de imponerse espontnea-
mente con el andar de los tiempos, si es que antes no
se decide la Academia a resolver el cambio, ya que ten..
"dra poder i autoridad para imponerlo.
La nueva produccin del fecundo e ilustrado fillogo
chileno merece ser recomendada.
'" Ha sido editada en Santiago de Chile por la Imprenta
Uni versi taria.
J. B. S.
Si el Seor" Ministro juzga partidarios de la ortografa
acadmica a todos los que, mal de su grado, se ven obli-
gados a someterse a la imposicin de unos cuantos im-
presores, tendra que contarme a m mismo entre aquellos
fanticos de la rutina, ya que publico esta carta sin sorne...
terme a las condenadas innovaciones universitarias. (1)
El 3. o de Jos fundamentos alegados por el Seor Minis-
tro dice: .
Las iniciativas de Sarmiento i Bello en materia de re..
formas ortogrficas, laudables en su tiempo, no estn jus..
tificadas en esta poca, pues la Academia es una institu..
'---
. (1) El autor crey que la presente carta iba a publicarse en algn
diario o revista de los que se imprimen con ortograffa acadmica; pe...
ro como no encontr facilidades para hacerlo, resolvi insertarla en
este f oleto, .,
- 38-
ci6n progresista i liberal, por lo que ha introducido modi-
ficaciones en su sistema ortogrfico, las que lo han sim-
plificado manifiestamente. .
Por mi parte, me limitar a contestar, en este punto,
que si la Academia ha aceptado ya algunas de las reformas
propuestas por Bello i Sarmiento, esto mismo permite
presumir Que ha de con tin uar admitiendo otras, acerca
de las que ha manifestado ya opinin favorable, segn
10 he comprobado antes. '
Recurdese que hace solo mui pocos aos la Real Aca-
demia 'Espaola reform su Gramtica inspirndose en la
. que don Andrs Bello haba publicado en Chile casi un
siglo antes.
.' El eminente fillogo que hoi preside esta docta Corpo-
racin, nos permite esperar que ella ha de ir con paso mas
rpido por la senda del progreso.
La 4. a razn del Seor Ministro dice as:
El espritu mismo de la reforma de don Andrs Bello
no aparece contrariado con la adopcin de la ortografa
acadmica, pues el mismo Bello deseaba que se proce-
diera con lentitud, introducindose las reformas en pocas
sucesivas, a medida que las precedentemente estableci-
das fuesen aceptadas por el uso de los pueblos america-
nos.
Pienso, como el Seor Ministro, que estas modificacio-
nes ortogrficas, no deben hacerse en forma radical i
violenta, por buenas que sean, sino paulatinamente, i as
lo ha hecho la Universidad, que solo ha limitado la re-
forma a. los tres puntos antedichos, acerca de los cuales,
la Academia ha prestado ya favorable acojida, como he
tenido oportunidad de hacerlo ver. .
Buena es la lentitud en tales casos; pero hagamos algo
siquiera i no intentemos retroceder en el camino andado,
para realizar una reforma que nos hace honor i cuya con-
veniencia nadie se atrevera anegar. '
Pensemos que la Academia espera, hace mas de un si-
glo, que el uso se pronuncie sobre estas mismas innova-
ciones, que ella ha recomendado de una manera mur es-
- 39-
plcita i que, con mucho gusto, se prestara a sancionar.
El 5. o argumento del Seor Ministro est concebido
en esta forma:
Los partidarios del sistema fontico no pueden ver
en la Academia, dado su espritu progresista i de liberali-
dad, un obstculo a sus ideales, ya que los tres principios
.; fundamentales que la guan en sus reformas: pronuncia-
cin, -etimoloja i uso, dos (el primero i el tercero) son
garanta de avance hacia la ortografa nacional>
El mismo fundamento, Seor Ministro, viene a com-
probar todas mis aseveraciones, sobre que la Academia
no puede ser hostil a la reforma universitaria basada en
el fonetismo. ..
PO'f otra 'parte. el sabio Cuerpo encargado del mejora...
miento de nuestro idioma, no puede ignorar que la eti-
moloja va en derrota, a medida que lo exija la pronun-
ciacin i que lo requiera el justo anhelo de facilitar la
escritura.
Adems; si la tendencia hcia el fonetismo data de si..
glos, por qu empearse en contrariarla?
. La 6. a razn ministerial reza:
La objecin de que la ortografa espaola supone
conocer el orijen de las palabras, no es exacta en toda
su amplitud, pues, sin desconocer la gran ventaja que
tienen los estudios etirnoljicos, creo que la ortografa se
aprende principalmente por la prctica. Adems, si fue-
ra as, para saber escribir tendramos que conocer los
distintos idiomas que han contribuido i siguen contribu-
yendo a la formacin del castellano; una serie de palabras
no guardan conformidad ortogrfica con las voces de
-donde provienen, i en mil casos se ignora la procedencia
de los vocablos>
Como se ve, el seor Ministro no se atreve a negar, sino
a medias, el hecho de que la ortografa acadmica no re..
quiera conocimientos etimoljicos que no pueden exi-
jirse en estos tiempos, en que el estudio de las lenguas
sabias ha cedido su lugar al de los idiomas vivos, que hoi
se consideran de mayor utilidad.
- 40-
Tan ciertas son las dificultades con que se tropieza para
amoldar las palabras a la etimoloja, que la misma Aca-
demia, en las diversas ediciones de su Diccionario; se ma-
nifiesta vacilante respecto a la grafa de algunas voces
que-figuran a veces con g o con x, i otras conj o con.s.
1 esto ha ocurrido con palabras usuales como mujer,
que, durante muchos aos, apareci en el Diccionario es-
crita con g en vez de la i. que ahora tiene.
En la- Gramtica de la Real Academia Espaola se dan
prolijas reglas sobre el uso de la g i de la i. i se consigna
una larga lista de voces de dudosa ortografa, entre las
cuales abundan las que tienen s o x antes de consonante
i aqullas en que aparece una g i unaj antes de e o de i,
l'odo"esto se podra evitar con la adopcin de la Orto-
grafa Universitaria, que el seor Ministro quiere rele-.....--
gar al olvido por favorecer a la raza. .
. La sptima razn apuntada' por el seor Ministro en
forma cortante dice as: .'
<.;. Ninguno de los sistemas ortogrficos chilenos cuen-
tan con la ayuda de un Diccionario, valioso elemento de
consulta que coloca al de la Academia en manifiestas
condiciones de superioridad sobre aqullos
Sin duda que este habra sido el argumento Aquiles
del seor Ministro, si fuera efectivo que el empleo de la
ortografa universitaria requiriera el manejo de un diccio-
nano especial, que, por ahora , no existe: pero no es as.
Por el contrario, para escribir acadmicamente, es in-
dispensable poseer la ltima edici6n del Diccionario ofi-
. cial, puesto que ya hemos dicho que siempre se producen
cambios en la grafa de las voces de una edicin a otra.
. Hai que advertir que este Diccionario cuesta al rede-
dor de ochenta pesos.
Mientras tanto, para dar cumplimiento a la reforma uni-
versitaria, no se requiere diccionario alguno i sta es pre-
cisamente unas de las grandes ventajas que ella presenta.
Se concibe que el que quiera ajustarse a la escritura
acadmica tenga que recurrir a undiccionario para.saber
si se ha de escribir expresar o espresar; extender o estender;
- 41-
jenjibre, gengibre, genjibre, o jengibre; genealoga, [enealo-
jia, genealoja o [enealogia, etc.: pero el que adopta en
este punto la consabida reforma universitaria, no tendr
Que consultar vocabulario alguno, pues, siempre sabe
que estas voces han de escribirse, espresar, estender, jen-
}ibr.e;. jenealoja, etc..
La octava raz6n del Seor Ministro viene formulada
de este modo: .:
La casi totalidad de los libros de enseanza actual-
mente en uso, las obras que los nios consultan, los dia-
rios i revistas que leen, emplean la ortografa de la Aca-
demia, de modo que no es posible seguir enseando a
escribir conforme a una ortografa i a leer otra.>
Contra este argumnto puedo oponer las siguientes ob-
.
servaciones:
a) Que son muchos los libros de enseanza i los de
consulta que estn impresos con la ortografa universi-
taria.
b) Que nada importara, por lo menos respecto a los
testas de enseanza, el que estuvieran con una u otra or-
tografa, desde que estos libros se renuevan constante-
mente, siendo, por tanto, fcil trasformar su ortografa.
e) Que hai muchas otras obras de mayor entidad i de
consulta' diaria. escri tas en la ortograffa universi taria.
. En este caso se encuentran toda nuestra mas impor-
tante Iejislaci6n i otras publicaciones oficiales, tales como
el Boletn de Leyes, las Memorias Ministeriales, los Ana..
les de la Universidad, etc., i las obras de nuestros princi-
"pales hombres de letras. r
d) Que con semejante criterio llegaramos hasta pro-
hibir la lectura de obras escritas en otro' idioma Que no
fuera el castellano; para evitar que los alumnos aprendie-
ran ortografas defectuosas que pudieran perturbarlos.
Ensese en buena hora la ortografa acadmica; pero
. no se coarte la libertad del estudiante para preferir la
universitaria, si le place. .
. No beneficiemos a la raza con un presente griego, que
va a servirle de mortificacin. ,
- 42-
#
Por .otra parte, el seor Ministro sabe que a los alum-
nos de castellano se les obliga a leer trozos de las obras
de Gonza.lo de Berceo, del Arcipreste de Hita, del Poe-
ma del Cid, etc., escritas con una ortografa mui diversa
de la rnoderna, i a nadie se le ocurre pensar que con
tales ejercicios los estudiantes van a salir escribiendo
en la forma en que 10 hicieron los antiguos.
Por qu entonces prohibir como cosa nefanda la ense-
anza de una ortografa de la cual no podemos despren-
dernos sin renunciar al pasarlo? .
1 ya que el seor Ministro ha tocado el punto relativo
a testos de enseanza, dir de paso que cualquiera que sea
la ortografa que en ellos se gaste, nunca producir tan
perniciosos resultados como los que ocasionan las inco-
rrecciones de lenguaje que abundan en dichos libros.
Esos viciosos modos de decir, que el alumno tiene que
leer i releer, i hasta aprenderse de memoria, han de que-
darse incrustados enJa meote para-ser divulgados mas
tarde en el hogar, en los peridicos, en el parlamento i en
los libros.
Sin embargo, esto no llama la atencin- ni del seor Mi-
nistro, ni de nadie, a pesar de que ese veneno que se-in-
filtra as, no puede compararse con los inocentes defec-
tos ~ q u e puede producir un pequeo cambio ortogrfico.
El noveno fundamento en que se apoya el seor Mi ..
nistro dice:
Por las pequeas diferencias que existen entre la or-
tografa de la Academia i la del Consejo (j, g, y, x), que no
es otra cosa que restos de reformas mas radicales, que, no
tienen el mrito de ser ni etimoljcas ni fonticas, conviene
emplear el sistema ortogrfico usado en todo el mundo
escepto en Chile, i solo por un pequeo grupo de perso-
nas. .
El mismo hecho de qu estas diferencias sean tan pe..
queas, como lo afirma el seor Ministro, est manifes-
tando que ellas no pueden servir de pretesto para tanto
alboroto, ni pueden constitur un gravamen molesto, de
cuyo peso haya que aliviar a toda una raza, escojiendo,
.'
- 43
a este efecto, una fecha memorable para eterno recuerdo
de las jeneraciones venideras.
Por otra parte, ya he comprobado que no es tan escaso
el nmero de los que aspiramos a la consabida reforma.
Llego, por fin, al dcimo i ltimo fundamento de la re...
. solucin ministerial, el cual se formula as:
Por ltimo, si la instruccin pretende preparar para
la vida, los nios que se educan en los colejios del Estado,
"saliendo de las aulas, tienen que abandonar la ortografa
que se les ha enseado i aprender la acadmica, lo que
significa que se pierde tiempo en el aprendizaje de mate..
das que no van a tener, por lo menos, en toda su ampli-
tud, la aplicacin prctica para la cual se dieron a cono..
cer. .
Con este especioso argumento se pretende hacer creer
que es mucho el tiempo que se gasta en el aprendizaje de
las reformas ortogrficas patrocinadas por la Universi..
dad de Chile, i el seor Ministro se olvida que acaba de
decir que ellas constituyen una pequea diferencia com-
parada con la ortografa acadmica, diferencia que puede
ensearse en una leccin de pocos min utos.
Es. cierto que el aprendizaje de la ortografa acadmica
.es, en parte, mas engorroso i difcil, i d aqu proviene que
deseemos evitar su uso, lo cual no quiere decir que no se
aprenda, de modo que no es posible inferir de aqu que el
estudiante no salga preparado para seguir la ortografa
que mas le convenga.
Si para obtener un empleo se le exije a un individuo el
. manejo de la ortografa acadmica, a que no est acos-
tumbrado, no creo que fuera ste motivo suficiente para
desistir del empeo, pues la condicin no es tan imposible
de cumplir teniendo voluntad para ello.
Pensar de otro modo sera ahogarse en una gota de
. agua_
Por lo dems, el patrn o jefe que pretenda que sus
empleados deban sujetarse a escribir a la ltima moda
acadmica, ha de tener un diccionario en que se puedan
consultar las dudas.
- 44-
Perdone el seor Ministro la desmesurada estensin de
esta carta, que no ha tenido otro objeto que demostrarle
que el referido decreto ortogrfico est basado en errores
1 no en razones.
No puede mirarse como beneficioso i debe estimarse
como contrario a la pedagoja i a la opinin de mucha
jente docta i aun a la de la Real Academia Espaola.
Estas conclusiones, cuya evidencia creo haber demos-
trado, me permiten esperar que el seor Ministro ha de
dejar sin efecto el decreto sobre que he discurrido.
Con gran jbilo acaba de recibirse por cable en todos
los mbitos del mundo, la noticia de que una seora fran-
cesa, madama Siman, ha ideado un sistema de aprender
a escribir rpidamente. .
No es posible que en Chile se crea que, aumentando las
dificultades en la escritura, se beneficia a la raza.
MIGUEL Lus REYES.
Santiago, Julio 2 de 1927.
---------------------------- - -
.'
POSDATA
Con posterioridad a la fecha en que esta
.. me he impuesto de un artculo en que el brillante peno...
dista don Joaqun Edwards Bello, en La Nacin del S .
, de julio ltimo, sale a la defensa de don Andrs Bello,
diciendo entre otras cosas, lo siguiente:
Lo curiosoes que el grande hombre inici la reforma
gramatical, a pesar de su acatamiento ciego al viejo tron-
covi esa audacsima reforma es tan importante, que asom-
bra Menndez Pelayo: i no hai avance o reforma del
habla hispana en la actualidad, que no se cia estricta-
mente a las enseanzas de Bello. Mientras aqu nos
alejamos del maestro, en Espaa, en Inglaterra, en Esta-
dos Unidos, se le acercan.
. <Su nombre es uno de los pocos que aparecen grabados
en el frontispicio del palacio de la Academia en Madrid.
Cuando Mjico rehus a darle su nombre a un colejio,
por influencia de escritores chilenos, el gran historiador
i socilogo mejicano, amigo mo, Carlos Pereira, escribi
un ensayo interesantsimo sobre el maestro, en el impor-
tante diario El Universal, de Mjico.
Recuerda que Bello dijo: ( No tengo la presuncin de
escribir para los castellanos. Mis lecciones se dirijen a
mis hermanos, los habitantes de Hispano-Amrica. Juz-
go indispensable la conservacin de la lengua de nuestros
padres en posible pureza, corno un medio providencial de
comunicacin i un vinculo de fraternidad entre las varias
naciones de orijen "espaol, derramadas sobre los dos con-
tinentes.
A pesar de su modestia, dice Pereira, el fillogo del
Nuevo Mundo di6 lecciones en materia de lenguaje a
la Espaa europea.
Para que se vea si es o no efectiva la ojeriza que, se-
gn algunos, existe en Espaa contra el reformador de
- 46-
nuestra 0rt.ografa! lase la siguiente' noticia que el cable
ha. trasmitido recientemente, i que El Diario Ilustrado
de Santiago public6 de este modo:
HOMENAJE A ANDRS BELLO
Madrid 10.-Se ha presentado al Ayuntamiento la
proposicin de que a la calle Madrid se' le d el nombre del
escritor venezolano Andrs' Bello, quien, segn dice la
proposicin, salv la integridad del idioma espaol.>
Como los precedentes datos corroboran mis anteriores
asertos i manifiestan que la figura del insigne gramtico
se ajiganta mas i mas en el mundo civilizado, no he que..
rido dejar de exhibirlos en mi alegato, a fin de que logren
hacer alguna fuerza en pro de mi justificado intento.
Finalmente, complceme dejar testimonio de que el se-
or Ministro de Instrucci6n Pblica, movido quiz por
algunas protestas que se han levantado contra el famoso
decreto ortogrfico con que se cree beneficiar a la raza,
" acaba de espedir otra resolucin, esta vez mui acertada,
con que se quiere honrar la memoria de don 'Andrs Bello,
estableciendo, al efecto, una fiesta del libro que deber
celebrarse anualmente el 29 de agosto, aniversario del
nacimiento del ilustre caraqueo, a quien tanto deben, no
solo Chile, sino tambin todos los pueblos que han usu-
fructuado sus enseanzas.
Sin embargo, como me agrada espresar mis opiniones
con entera franqueza.debo confesar que al imponerme del
ltimo decreto en que se quiere desagraviar a don Andrs
Bello,' despus de haber echado por tierra parte de, su
obra, que haba logrado mantenerse cerca de un siglo, me
ha hecho recordar el caso de aquellos nios a quienes se
pretende contentar con un terr6n de azcar despus de
negarles lo que ambicionan.
M. L. A. R.
NDICE
Pgs.
Prlogo. . . . . . __ . - . . . . .. __ . . . . . . - - . . . . .. S
. El movimiento literario. Carta de don Miguel Lus
Amuntegui Reyes- - _-. - _ 13
Mantengamos la reforma ortogrfica 19
Carta abierta al seor Ministro de Instruccin Pbli-
ca don Aquiles Vergara Vicua 2S
: ,
.... !,.... "
'0,
e- -
lR REFORMA ORTOGRRFICA
, .
ante nuestros poderes pblicos,
ante la Real 1\cademia Espaola
, i ante 'el buen sentido : : : : :
POR
'MIGUEL LUIS PtMUNTEGUI REVES,
Individuo correspondinte de la Real Academia Espaftola
LlBRERfA I C:ASJ\ EDITOR'''L "/t\lrteRVtI
"9 RHU"'''D'' "5-SRrml\'O-CRSIUJ\ 1419
1918,
DE REPU5i JeA
t lH5 '- A,r.l(j! 1_ ARANG\..')
, . ' 'CA .
~ t 1 \ REFORM1\ ORTOGRRFIC1\
.....
<,
e-
lJ\ REFORMA ORTOGRFICA
.antenuestros poderes pblicos..
ante la Real Rcademia Espaola
l 'ante el buen sentido : : : : :
POR
MIGUEL "LUIS RMUNRTE<iUI REVES,
"
Jndivlduo correspondiente de la Real IJcademia Espaftola
LlBRERrA I C:ASR EDITORIAL ttMlrtERVI'''
39 "HU"'''D'' 4'-S"IfTll\GO-C1\SllLR 1419
1918
''J ANrn De l A o crn WIIC
.u-: .L ., ... [""'"
filftUOTEC\ 1UfS . I'tJ(,f!
.
Iz.lTRODUCCIN
Cediendo a instancias de algunas personas p r o ~
gresivas que anhelan el mejoramiento de la orto-
grafa espaola i aguijoneado, al propio tiempo, por
la misma desidia de otros partidarios de la reforma
que con tranquilidad musulmana aguardan que
aqulla se realice, sin exijirJes el menor esfuerzo,
me he decidido a reunir en el presente folleto, algu-
nos artculos que sobre esta materia he dado a luz
en diversos peridicos de esta capital.
Estas disertaciones bastarn para poner de resal-
to el increble aunque intil afn con que unos cuan-
tos han pretendido sofocar en Chile las innovacio-
nes que han sido sostenidas a este respecto durante
tan largos aos por nuestros ms esclarecidos hu-
manistas.
-8-
Ora promoviendo captulos en el. seno de nuestra
Universidad, ora golpeando las puertas del Congre-
so, ora suscitando conflictos ante los Tribunales de
Justicia, ora recurriendo al Gobierno, los antirrefor-
mistas han hecho una ruda campaa para el logro
de sus propsitos; pero todo ha sido en vano,
'han tenido que. estrellarse contra el buen sentido. .
Cuntase que durante la Presidencia de. don Ra-
mnBarros Luco, alguien se present a este distin-
guido mandatario solicitando que se impusiera como
ortografa oficial la de la Real Academia Espaola,
. el eminente repblica, con su habitual ;discre-
cin, ar-tes de pronunciarse sobre el particular, pre-
gunt: . ._
-Con qu ortografa imprimieron sus obras
Bello, Lastarria, los Amunteguis; Barros Ara.
na. etc.]: ..
C.<?OlO su interlocutor respondiera que los meucio-
nadas escritores se haban apartado en este punto
. de las reglas acadmicas, el seor, Barros Luco
,
agrego:
Entiendo. que todos -estos caballeros fueron
miembros correspondientes de la H.. eal Academia
Espaola, i es de -presumir que s sta los nombr
fu porque no estimaba tan pecaminosas las modifi..
caciones que ellos trataban de introducir en la orto-.
grafa.
-. Esta sensata observacin fu suficiente para de-
jar por entonces frustrada la tentativa que hoi se
-9-
ha vuelto a renovar i que espero no ha de tener me-
o ,.
Jor exito.
- .
El Gobierno no ha de olvidar el conocido aforis-
mo latino que pregona que Caesar non supra gram-
maticos, que es .corno si dijramos que los poderes
pblicos no .pueden imponer su voluntad en asun-
tos de lenguaje.
*
* *
Habra dado remate a esta Introduccin, si no me
hubiera asaltado el temor de que mis anteriores pa-
labras pudieran interpretarse, aunque fuera pasaje-
ramente, en el sentido de que slo en Chile cuenta
.con fervorosos adeptos la reforma ortogrfica.
. -
" S rnui bien que en los artculos que he coleccio-
do en este opsculo, se comprueba qu el clebre
Nebrija tuvo i tiene an en Espaa numerosos dis..
cpulos que en este punto no se han apartado mu-
cho -de su maestro; pero para corroborarlo, voi a
citar todava nuevos testimonios.
Toda persona que conozca la .. historia poltica i
literaria de la Espada moderna, sabe que don Eduar..
do Chao figu-r con lucimiento en uno i otro campo,
en donde dej huellas luminosas de su talento i de
sus ideas avanzadas.
Si como republicano fracas junto con el rjirnen
que con tanto entusiasmo sostuv 0, como hombre
de ciencia i de letras ru siempre reputado en la
Pennsula, aun despus de su muerte, acaecida en
188
7.
- 10-
Entre sus numerosas obras figura la continuacin
de la famosa Historia Jtne1'al de Espaa, escrita'
por el Padre Mariana.
Pues bien, bajo la direccin de don Eduardo
Chao i con la colaboracin de eminentes sabios i li-
te.ratos espaoles, se public en Madrid, en 1853
. un notable Diccionario enciclopedico dI la lengtt es..
pao/a encabezado por un Prlogo. en que el seor
Chao manifiesta de este modo sus aspiraciones en
materia ortogrfica:
cNosotros hubiramos querido poder adoptar una
reforma jeneral, propuesta en nuestros das, i a la
cual caminamos sin duda) que hara nuestro idioma
. ~ l ms sencillo i ljico de todos los europeos en esta
parte. Hubiramos querido que no tuviese el alfa-
beto ms signos .que sonidos tiene la lengua, i que
cada signo representase esclusivamente un sonido
constante. As la h desaparecera de nuestra escri-
tura, ya que su significacin ha quedado slo en al-
gunas partes como un provincialismo censurable, i la
o, cuyo valor se ha perdido tambin casi enteramen-
te, sera sustituida por la b; la e i la q tendran' un
carcter nico sonando aquella en ce, ci como en
ca, ca, en; i quedando, por consiguiente, abolida la
q en los dos casos de que, qtti, en que hoi se usa;
de la misma manera que la g sonara suave eag, gi,
corno en ga,go, g-u, sin necesidad de interponer la U;la
8 i la f sedan las que reemplazasen a dichas .letras en
los casos en que se escribe actualmente ce, ci i Kt,gi
la eh i la 11, que pueden considerarse corno sonidos
- 11-
propios, deberan ser representadas por nuevas le-
tras simples o por una vrgula unida a alguna de las
letras actuales. a la manera que en la ; i )0 mismo
debera hacerse para diferenciar el sonido fuerte de
la 'Y, sin necesidad de escribirla doble; en cuanto a la
i i lay, gozando este sonido de la doble naturaleza .
de vocal i consonante, sera quiz ms conveniente
emplear una sola de ellas para ambos casos, que re-
servar una para cada oficio; i respecto a la ~ , men-
tras el uso no la restinga, sustituyndola por la s,
como parece ser su tendencia, tambin sera prefe-
rible conservarla para espresat' el matiz particular
. .
de su pronunciacin, en v e ~ de descomponerla en
cs,porque esta combinacin no siempre la represen..
ta con exactitud.
~ Esta reforma simplificara muchsimo nuestra or..
tografa, sin producir el inconveniente que se le atri-
buye por algunos de confundir en lo escrito cosas
mui distintas, por ejemplo uasto i basto, COIDO no se
confunden hoi esos mismos vocablos en la lengua
~
habladas ni se toman en la escrita hacha de cortar
por hacha de arder, uino, verbo. por vino. lquido,
las palabras no son nunca piedras sueltas, sino
miembros articulares, cuya ambigedad destruyen
Jos dems miembros a que se enlazan o la situacin
de los interlocutores.
Aunque el seor Chao no se atrevi a plantear
desde luego en su Diccionario sino algunas de las
innovacioues Que sostena no vacil en propalar las
dems desde tan elevada tribuna.
-- .12 -
Rejistrando la Biblioteca histrica ti" /a Filolojia
Castellana compuesta. por el Conde de la Viaza,
en la parte concerniente a la Ortografia , tropeza..
rnos repetidas veces con distinguidos .innovadores
que se han empeado en difundir reformas aun ms
.atrevidas que la sustentada por don Eduardo Chao.
Si' se examinan los diversos sistemas ideados a
este respecto, se ver que el patrocinado por nues-
tra Universidad .se queda por dem-s corto, i no me-
rece las recriminaciones i embestidas de que es ob-
jeto. . .
Destronar a la usurpadora y del ofici ocle vocal,
dar siempre a la g un solo sonido i reemplaza r en
.- ciertos. casos la x por la s para suavizar la pronun-
.elacin, no son medidas que puedan infundir pavor -
a nadie ni menos levantar escollos para entorpecer
la lectura.
LA ORTOGRAFA
ANTE EL CONGRESO
Cuatro de los ms distinguidos miembros del Se-
nado, Jos seores don Carlos Aldunate Solar, don
Manuel Salinas, don Eliodoro Yez i don Francisco
Valds-Vergara, acaban de presentar a esa Corpora-
cin el siguiente proyecto de lei:
ARTCULO NICO
"cAd6ptase ~ o r n o ortografa oficial del Estado de
Chile la ortografa de la RealAcademia Espaola.s
No obstante el merecido prestijio de que gozan
los proponentes de esta mocin de la buena acoji-
da que ella ha logrado en algunos importantes r
". ganas de Ia prensa no he podido resistir al deseo
- 14-
de formular algunas observaciones diametralmente
, opuestas al referido proyecto.
Desde luego me asalta la duda de que esta cues-
tin merezca o no el honor de ser discutida por el
Congreso i de ser resuelta por una lei. .
, Me inclino a creer que la solucin de e s t ~ proble-
ma debi encomendarse a la Facultad de Hurnani-
dades i alConsejo de Instruccin Pblica, que son
los llamados por nuestras leyes i nuestras prcticas
constantes para debatir i determinar asuntos anlo-
gos al de que trato, i aun otros de mucho mayor en-
tidad, como 10 son, verbi-gracia, una multitud de
los que se relacionan con los planes de estudio de
la enseanza superior o secundaria.
Si ho el Congreso se inmiscue en determinar si
una palabra ha de escribirse con h o sin h
t
con g o .
con j, maana retrocederemos a los tiempos en que.
en la Madre Patria se lejislaba acerca de las prendas
de vestir que deban llevar las mujeres. i sobre el
peinado que deban hacerse los varones.
Ridculos i grotescos son los comentarios a que
justamente se prestan disposiciones de esta clase,
que las ms de las veces no pueden ser eficazmente
cumplidas, . producindose de este modo el descr-
dito de la autoridad que ha pretendido imponerlas.
El conocido escritor i jurisconsulto don Gaspar
Melchor de Jovellanos, emitiendo un voto acerca de
una consulta que se haca a la Junta de Comercio i
Moneda, sobre permitir la introduccin i el uso de'
muselinas en Espaa, dice entre otras cosas:
- 15-
Que ninguno de los medios imajinados hasta
aqu; ni aun de los que ocurran a su idea, bastara
a conseguir el destierro de las muselinas. Que en
este punto era preciso haberse a las manos con las
mujeres; esto es, con la clase ms apegada a sus
usos, ms caprichosa, ms mal avenida i difcil de
ser gobernada. Que todos los estimulas que mueven
al hombre al cumplimiento de las leyes, la razn, el
inters, el crdito, el temor de las penas, eran de
ningn ~ o m e n t o para las mujeres, especialmente en
las cortes i grandes poblaciones, donde la enorme
distincin de las clases autoriza todos los caprichos,
i donde segn el dictamen de un clebre poltico,
no permitindoles su flaqueza ser orgullosas, i obli-
.gndoles su condicin a ser vanas, hacen que el lujo
viva i reine siempre en ellas.
Que de esto ofreca una prueba irrefragable el
mismo espediente, de cuya resolucin se trataba.
Que la contravencin de las leyes puestas en l, era
de las ms escandalosas que poda ofrecer la histo-
ria, pues ni las repetidas prohibiciones, ni la grave-
dad. de las penas, ni las condescendencias del Go-
bierno, ni .las ventajas ofrecidas en el uso de otros
jneros haban bastado para desterrar el de las mu-
selinas. Que todo se haba despreciado, todo haba
sido intil i todo haba demostrado con un ejemplo
tristsimo, que los remedios adoptados hasta aqu
eran insuficientes para la curacin de un mal oriji-
nado de la opinin i del capricho, siempre ms p o ~
-16-
APNDICE
A fin de no dejar duda alguna de la injusticia
con que se vilipendia esta cacareada reforma uni-
versitaria, me ha parecido conveniente trascribir
aqu con puntos i comas el acuerdo tomado a este
propsito por el Consejo de Instruccin Pblica en
la sesin celebrada el 3 de Agosto de 19 14.
Esta resolucin tan decantada i al mismo tiempo
tan modesta i prudente, dice a la letra:
El Consejo de Instruccin Pblica recomienda
a los profesores de los establecimientos de segunda
enseanza que en sus clases adopten la ortografa
de la Real Academia Espaola, con las siguientes
modificaciones: r
l. a Escrbanse con j i no con g las slabas fe, ji.
2.
a
. La y slo tendr valor de consonante, i siem-
- 9
6-
pre el sonido vocal se representar por medio de
la i.
3.
a
Despus de una vocal j antes de una conso-
nante, convirtase la antigua .;t" latina en s, salvo en
los vocablos exceder, excedente, excntrico, exceso, ex-
cidro, e.xctpiente, excitar, i sus derivados, i en los la.
tinismos como ex-profeso, ex-voto) extra,
Despus de recorrer las observaciones que he
formulado en los diversos artculos que contiene
este opsculo, la lectura de las inofensivas, parcas'
i atinadas innovaciones sostenidas por la Universi-
dad de Chile servir para corroborar todo lo que
he dicho en favor de la reforma.
- - ~ . - -
NDICE
INTRODUCCIN .. o o o ..
La Ortografa ante el Cong-reso .
La Ortografia ante el Congreso. (Rplica) .
Carta abierta............... . .
La Ortografa Racional ante la Excma. Corte Su-
prema ... o., ...
Las Reformas Ortogrficas ante la Real Academia Es-
paola o 0 00 _ o 0
La Cuestin Ortogrfica ante el Gobierno... o. o o o ..
Refutacin de los fundamentos de una nota .
Apndice o o '
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1926
ORTOGRRMR RAZONADA
RAZONADA
POR
MIGUEL LuS REYES
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Santiago de Chile
IMPRENTJ\ UNIVERSlmRIR
ESTI\DO, 65
1926
BANCO DE I.A
BIBLIOTECA LUIS - /.RANGO
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Es propiedad del autor.
Inscripcin N.o 540
P R 6 LO G O.
Siempre que se trata de introducir alguna reforma
ortogrfica, por sensata i atinada que sea, no falta quien
se oponga en nombre de una decantada uniformidad
que debemos cautelar.
Ordinariamente se reconoce la conveniencia de tales
innovaciones; pero se agrega que no pueden aceptarse
. hasta que la Real Academia Espaola las autorice.
Entre tanto, la docta Corporacin que, en reiteradas
ocasiones ha manifestado una opinin favorable sobre
este particular, estima que nada puede hacerse mientras
el uso no se pronuncie de un modo uniforme.
Con tiquismiquis de esta especie, solo se ha conseguido
impedir el mejoramiento paulatino i racional de nuestra
ortografa, olvidando que en la solucin favorable de
este asunto, hai un alto inters pedagjico, ya que se
trata de facilitar la escritura de nuestra lengua i de hacer
desaparecer poco a poco las anomalas de nuestro alfa-
beto.
Si se cotejan los preceptos ortogrficos consignados
en este opsculo con los establecidos por la Real Aca-
demia Espaola, en su Gramtica, observaremos, sin
.duda, algunas discrepancias perfectamente esp1icables.
Animado del deseo de allanar las dificultades a que me
he referido, no he vacilado en aceptar ciertas reformas
que la misma docta Corporacin ha recomendado en otras
ocasiones i que no han sido sancionadas hasta ahora,
a pesar de sus reconocidas ventajas, por aguardar que
-6-
el uso se manifieste de un modo invariable acerca de
ellas.
Como la realizacin de este anhelo sera una verdadera
utopa, si no furamos abriendo camino a estas innova-
ciones amparadas por la pedagoja moderna i por toda
persona de buen criterio, he credo conveniente presen-
tar aqu, en forma sencilla i razonada, los preceptos
que nos han de servir de pauta en la escritura.
En materia de acentuacin, he seguido jencralmente
a la Real Academia Espaola, completando algunas de
sus reglas, para evitar malas pronunciaciones en casos
dudosos.
Mientras mas- fcil i razonable sea la escritura, mas
"pronto negaremos a la uniformidad a Q9c todos aspira-
mos. '
Inducido por este mismo anhelo, al formular los pre-
ceptos ortogrficos, no siempre he respetado la etimo-
leja, pues he credo que no era posible exijir , ni aun
a los maestros, conocimientos lingsticos completamente
ajenos a la mayora de los que escriben nuestro idioma.
Por otra 'parte, como son muchos (i cada da van siendo
mas numerosos) Ios casos en que la escritura se aparta
"de la forma orijinaria, no debe arredrarnos esta con-
sideracin, i es de esperar que no se contrare de un
modo violento la natural tendencia que acabo de indicar.
PenSelTIOS que el olvido de unas cuantas ctimolojas,
que" muchas veces son dudosas, importa el alivio de mi-
llones de personas que diariamente se mortifican por
averiguar si una palabra debe escribirse con" g o con i.
con x o con s.
El reputado gramtico arjentino don Juan B. Selva,
tratando del uso <.le estas dos ltimas letras, en su Guia
.del buen decir, Buenos Aires, 1925, despus de llamar la
atencin hacia el error en que incurre don Francisco J.
Orellana al 'escribir con s palabras que debieran tener x
por su etimoloja, agrega a 180s pjinas 298 i. siguientes:
1 ya puede irse colijiendo lo fcil i frecuente que e ~ ~ l
caer en el error de comenzar por es voces que deben uu-
-7-
ciarse por la slaba ex, i viceversa. i 1 qu muchas tachas
pueden' ponerse a los que caen en tales dislates, si la
Academia, i con ella cuanto lxico anda por ah, adole-
cen en este punto de notorias incongruencias!... As, por
ejemplo, si estrujar proviene del latn extra-succare, corno
. quieren algunos, o nos llega de extorculare, como indica
Cabrera i consiente Monlau, o se deriva realtncnte del
latn extrusum (supino de extrudere) como dice la Aca-
demia, por qu se escribe con s i no con x? . . Una de dos:
o se ha de convenir con Barcia que esta voz nos viene
del latn siringere (apretar), por intermedio del italiano
struggere, o se ha de reconccer que ha debido ser escrita
con x, i de igual manera sus derivados estrujadura, es-
irujamiento y estrujn. 1 lo mismo me toca afirmar res-
pecto a escaparate, que para Monlau proviene del fla-
menco schapraeye (armario), para Larramendi, del vas-
cuence escaparatea, y para la .Academia, del latn ex i
aparatas: i con respecto a estruendo, que para la Acade-
mia viene de ex i tonitru (trueno), mientras est escrito
en forma que mas se aviene a las etimolojas dadas por
Covarrubias i Cabrera (del latn strepitus, estrpito) o
por Barcia (del latn siruens, el que amontona). 1 bien
se deja ver que los seores acadmicos no andan con pie
.seguro en esta parte desde que escarnecer, proveniente
del latn excornificare (desgarrar, atormentar), segn se
anota en la duodcima edicin del Lxico, resulta en la
dcimotercia derivado de escarnir, i esta voz del italiano
schernire, tal como lo indica Monlau: i escarza, trmino
de veterinaria, que en la duodcima est como del latn
excoriare (quitar la piel, desollar), orijnase, segn la
dcimotercia del latn scarijicatio (descarnadura, inci-
sin), lo que da mejor color a la ortografa adoptada.
La Academia, que hasta la duodcima edicin de su
lxico escribi escandecer (del latn excandescere: de ex i
candescere, enrojecerse o encenderse) i escandescencia
(del latn excandescenciai, ha pasado, al imprimir la d-
cimotercia edicin, sin aviso ni advertencia alguna, estas
_ .. 8 -_.
voces a la columna de Jos exc, que siempre debi 'corres-
ponderles; donde an tes moraban estos andariegos vo-
cablos. ni rastro qued; de manera que hoi debemos es-
cribir excandecencia, excandecente, excandecer, aunque con
s estn i con ella tengan que seguir en los diccionarios de
Monlau, Barcia, Salv, Dornnguez i otros eruditos lexi-
cgrafos, que seguramente adoptaron tal ortografa solo
por no discrepar con la autori taria Corporacin. 'Toro i
Gnlcz, en su Nuevo Diccionario Enciclopdico (1904),
trae las dos ortografas. .
1 ya que la Academia no tuvo miramiento alguno al
dar este paso, por qu no procede de igual manera con
las muchas otras voces que estn en la mismsima con-
dicin ctirnoljica de excandecer? .
Tmese cuenta de las siguientes: escampe (de ex i
campo), escapar (del latn ex, fuera, i captare, cojer), es-
cardar (de ex i cardo), escarmenar (de ex i carminare,
cardar), escarzar (del latn excastrare, despus excarstare,
Monlau), escorchar (del bajo latn excorticare; de ex,
privacin, i cortex corticis, corteza), espantar (del latn
expaocns, expauentis, participio activo de expauere, es-
pantar_se), espurrir (del latn exporrigerey, esquisar (del
latn exquisitum, supino de exquirere, investigar cuida-
dosamente), estirar (de ex i lirar), estorcer (de ex i torcer),
estorbar (de exturbare, ex i turbare, turbar), i estremecer
(del latn extremiscere; de ex i tremiscere, incoativo de
iremere, ternblar).
Acaba de llegar a mis manos un folleto publicado
en Buenos Aires, con el ttulo de Las Etimolojias de Gau-
cho, en .. que su autor, el distinguido fillogo don Arturo
Costa Alvarez, comienza su disertacin con estas pala-
bras:
Veinticinco son las ctimolojas propuestas hasta
hoi para esplicar el orijen del vocablo gaucho. ..
1 lo peor es que no es raro encontrar tales diverjencias
entre los que se dedican a etimolojizar.
Son innumerables los trabajos que se han publicado
en todo tempo para rebatir las etimolojas dadas por la
-- 9-
Real Academia Espaola en su Diccionario, i no son
pocos los casos en que este docto Cuerpo ha ~ a n : b i a d o
de parecer a este respecto; lo cual nos est indicando
en forma elocuente que esta materia no est al alcance
de personas a quienes no es posible exijir la cultura filo-
ljica de los seores acadmicos.
Sin desconocer la utilidad del estudio del latn, del
griego antig-uo i aun del rabe, que tambin suministr
muchos vocablos al castellano, hai que convenir en que
las tendencias modernas nos llevan a dar la preferencia
al aprendizaje del ingls, del francs, del alemn i del
italiano, idiomas que son actualmente hablados en gran..
des e importantes naciones, con las cuales vivimos en
ntimo consorcio intelectual, mercantil i poltico,
Olvidando estos atccedentes, un puado de gram-
ticos pretenden imponernos la adopcin de reglas orto-
grficas basadas en conocimientos etirnoljicos, que
ordinariamente no poseen ni los mismos maestros encar-
gados de ensearlas.
As don Salvador Padilla, en su Gramtica histrica
de la lengua casteikma, refirindose al uso de la g i de la
i. escribe:
Algunos gramticos COIno Bello i otros americanos,
para evitar esta confusin i ki anarquia que siem-pre Ita
sido su efecto, rompieron con la tradicin etimotojica i
usaron constante-mente la j. No podemos aplaudir tal
costumbre que desnaturalizara, llevada a su pleno
desenvolvimiento ljico, la historia de nuestro idiorna.
Sin embargo, el mismo catedrtico director del Ins-
tituto de Orense reconoce, a rengln seguido, que es
mu difcil sentar reglas jenerales sobre la recta escri-
tura de la g i la j antes de e, i,
Ahora bien, si se acepta que la confusin de estas
dos letras produce siempre anarqua en la escritura i
que es mui difcil sentar reglas sobre el acertado uso
de la g i "de la j, antes de e o de i, C6ITIO se ponen incon-
venientes para realizar la sencilla reforma que tiende
a allanar estas dificultades?
- 10 -.
La misma Academia, con mui buen acuerdo, mani-
fest la conveniencia de. realizar esta innovacin. en el
Prlogo de la octava edicin del Diccionario, publicado
en 1837, en "donde se lee a la letra:
En lo que se echarn de ver algunas, aunque no mu-
chas innovaciones, es en la parte ortogrfica, pues aten-
diendo al deseo conveniencia [enero; de simplificar en lo
posible la escritura de la lengua. patria, ha credo oportuno
la Academia sustituir la j a la g fuerte en gran nmero
de voces que hasta aqu se haban escrito. con la segunda
de estas consonantes. Mas procediendo con el pulso i
la circunspeccin que acostumbra, se ha limitado por
regla jeneral a escribir con j las palabras en cuya etirno-
leja no se halla la g, conservando en las dems esta letra
por respeto a su orijen i a la antigua posesin queJa
autoriza. Tal vez algunos aos mas sern suficientes a
lejitimar el uso contrario i entonces la Academia, como
fiel observadora del rumbo seguido por los buenos es-
critores, hallar quiz mas fundados motivos para des-
cartar la g fuerte de todas las voces castellanas, emplean-
do . esclusivamente esta letra en las slabas en que se
pronuncia con suavidad, como gracia i golilla.
Las anteriores palabras, dichas ex ctedra por el docto
Cuerpo encargado de velar por la pureza de nuestro
idioma, no necesitan comentarios,
El respeto a la etimoloja no debe ser un obstculo
insuperable para el mejoramiento de la escritura, i as
seha reconocido en todas las pocas, desde Nebrija hasta
ahora.
Un distinguido fillogo espaol que, desde hace largos
aos desempea ctedras de enseanza superior del cas-
tellano en Berln, don Pedro de Mujica, escriba en su
Maraa del Diccionario de la Academia, Madrid, 1897,
lo que copio a continuacin:
Czar, en el diccionario de la Academia, es un desa-
'tino: eso pueden admitir los franceses rusfilos, que es-
criben czar i tsar, Hoi pronunciamos n01JlO por gnomo,
neumtico por pneumtico, i vamos poco a poco deste-
- 11 --
'rrando consonantes intiles, solo defendidas por unos
contados (no clebres, muchos de ellos) seores partida-
rios de la escritura etimoljica: como si al pblico le
importara un comino el orijen de las palabras.> (P-
jina 71.)
Bueno que algunos escri tares que saben poco de
gramtica i poqusimo de diccionario tengan el prurito
de decir obscuro, subscripcin i Septiembre, por pedantear,
nada ms; -pero entre autores de talla como los hai en
la Academia, es infantil la mana de resucitar en muchos
vocablos letras que desaparecieron de ellos hace ya si-
glos. A nadie se le ocurre pronunciar conoscer, crescer,
merescer, resuscitar. Precisamente en esto se parecen
a los ignorantes los hablistas pretcnsiosos: en poner
dificultades donde no las hai.> (Pjina .11 S.)
Me complazco en dejar aqu testimonio de que la
Real Academia Espaola, aunque sea con demasiada
lentitud, ha ido eliminando algunas de estas letras in-
tiles, i as hoi acepta que se escriba zar, neumtico, oscuro,
suscripcin, setienzbre,' conocer, crecer, merecer, resucitar,
trasportar, etc., etc.
No es menester ser profeta para asegurar que ha de
llegar tambin el da en la que la docta Corporacin auto-
rice que se escriba nomo, nemotecnia, siclogo, etc.
Pero, a m~ s de la etirnoloja, se yergue otro ceudo
fetiche, que se nos presenta como enemigo de toda modi-
ficacin ortogrfica, por fundada i conveniente que sea.
Constantemente omos repetir en variedad de tonos
que debemos respetar la uniformidad ortogrfica. i que
sta se opone a toda innovacin.
Desde luego, puedo asegurar que es inexacto que
haya existido alguna vez esta cacareada uniformidad.
Por cierto que a nadie se le ocurrir pensar que existi
uniformidad en los tiempos de formacin de la lengua
castellana.
No la hubo en la poca anteclsica ni en el siglo de oro
de la literatura espaola, i de ello da fechaciente testi-
monio el clebre jesuita, don Esteban de Terreros i
_o 12 - --o
Pando, que pudo consultar las ediciones prncipes de
los mas reputados autores i que, en el Prlogo de su D1'C-
cionario, escriba en 1786:
Si hubiera entre nosotros uso constante en la escri-
tura universalmente admitido, no haba pleito, i est-
bamos ya del otro lado, corno dicen. Pero quin podr
fijar este lISO? No me parece esto ms fcil mientras no
se zanjen otros principios, que el que fijen las damas
las modas, los qumicos el mercurio, los hombres el
capricho i los ambiciosos, que se miran como felices,
la rueda de la fortuna. Cada provincia, cada lugar, i
aun cada maestro de escuela tiene su estilo i sus pautas
de muchos aos de antigedad) de las cuales no es dable
ni separarlos, ni persuadidos que convengan entre s:
cada cual est credo de que su mtodo es el mejor;
si acaso no hai muchos, como recelo, que apenas saben
discernir en tre lo bien o mal escri to, ni qu es Ortografa
tampoco. De estas escuelas salen despus los jvenes
i se estienden por las universidades, por la corte, por
las secretadas i oficinas, por el comercio i por todo el
mundo: i cada cual lleva aquella particular escritura
que aprendi en la escuela; si ya no la desfigura mas,
como suele acontecer: i hai en esto tanta libertad, que
es increble, i que da vergenza ver en la nacin let-ras
excelentes sin otra conformidad que la hermosura de
los caracteres. No ha tres das que recib una carta de
un escritor pblico, capacsimo i de excelente nota,
conocido por tal en toda Espaa i aun fuera, i hablando
de la Ortografa me deca as: Yo en materia de orto-
grafa no soi delicado, adopto sin reparo toda aquella
que no me parece estravagante, i en fe de eso mui de
propsito la varo en mis escritos siempre que me da
la gana, escribiendo una misma palabra _de diferente
manera, tal vez sin salir del mismo rengln. Hasta
aqu este sabio, que ciertamente lo es en el dictamen
de todos; pero hganmc favor de concordar el uso cons-
tante con l. Esto mismo se ve en la prctica ele casi ro-
dos los tribunales; i no pocos de los que imprimen
- 13--
suelen dejar su escritura a la libre voluntad del impresor.
Subamos un poco mas, pues el mal est tan envejecido
que se cuenta ya por siglos no interrumpidos. Casi todas
nuestras. escrituras antiguas, impresas i manuscritas,
se encuentran con la misma variedad; pero esto no
es 10 peor, pues no es ciertamente maravilla que en los
tiempos de los Alfonsos, Henriques, Juanes i aun algu-
nos Fernandos hubiera diversidad en la escritura, pues
haba tanta en el idioma i estaba como en mantillas, mal
formado i hecho un solo embrin el lenguaje. La mara-
villa es que sentado ste i aun subido a una perfeccin
asombrosa, se halle una inmensa variedad en los escri-
tores mas cultos de doscientos o de casi doscientos aos
. a esta parte: en un Garcilaso de la Vega, en un Lope
de Vega Carpio, en un Quevedo, en un Mariana, en un
Rivadeneira i en los dos Frai Luses de Granada i de
Len: en cada uno se ve en mucha parte ir por SU camino
diverso la . escritura, sin unirse en punto alguno de
cuantos se pueden controvertir, como, para no dete-
nernos en una cosa notoria, le podr ver quien quisiere,
pues las que cito son obras que andan en las manos de
todo el Inundo: con que uso constante hasta ahora no le
hal'o, ni .parece fcil de hallar. (pgina 20.)
1 no se diga que esta uniformidad se ha ido produ-
ciendo, desde que la Real Academia Espaola empez
a publicar su Diccionario, porque esta misma sabia Cor..
poracin ha ido introduciendo importantes reformas
ortogrficas en las ediciones sucesivas de este lxico.
Son numerossimas las voces cuya grafa sufre altera-
cin en el vocabulario oficial, al pasar de una edicin
a otra.
Para muestra, agregar a los ya citados, otro ejemplo
de uso mui corriente, como lo es el nombre mujer que,
en el Diccionario de Autoridades, publicado en tre los
aos 1726 i 1739J apareci escri t con g i que conserv
esta grafa en las ediciones posteriores, durante un largo
siglo, hasta que en 1837 cambi la g por la j.
Es mu probable que esta variacin se recibiera en..
-14-
tonces con protestas, pues quiz debi de pensarse que
las redondeadas formas de la g eran preferibles para
representar a la mitad mas bella del jnero humano.
No son mas fundadas las razones que a veces se alegan
en estas controversias.
En un trabajo que luego ver la luz pblica, acredito
tambin la poca uniformidad de la escritura, i, entre
otros comprobantes, cito el caso de la voz zigzag, que
aparece escrita por buenos autores en estas siete formas
diferentes; ziszs, zis-zs; ziczac; zig, zag; zig-zag zgzag,
. .
1 zsgszags.
Cuanto . la puntuacin i al empleo de los signos orto-
grficos, la anarqua est aun mas a la vista, i estoi
cierto de .que si reuniramos a todos .los miembros de
la Real Academia Espaola i les dictramos la conocida.
eleja A las ruinas de Itlica, de Rodrigo Caro, no habra
dos, entre esos distinguidos representantes de la cul-
tura intelectual, que escribieran de un modo completa-
mente uniforme. .
En la esposicin de las diferentes prcticas ortogr- .
ficas mencionadas en este opsculo, podr verse la com-
probacin de lo que asevero a este respecto.
Por ltimo, no me cansar de repetir que el mejor
medio de llegar a la uniformidad que con razn se ape-
tece, es la simplificacin de la escritura en forma razo-
nada, i a esto tiende el trabajo que hoi me complazco
en ofrecer a las personas que verdaderamente se inte-
resan por el mejoramiento de nuestra lengua i por faci-
litar su uso i su divulgacin.
ORTOGRRFff\ RRZONRDfI.
DE LAS LETRAS EN JENERAL.
Las palabras constan de uno o mas sonidos elemen-
tales, . que se representan por. letras, cuyo conjunto se
denomina alfabeto.
. El alfabeto propiamente castellano tiene 28 letras,
que son: a, b, e, eh, d, e, f, g, h, i, j, J, 11, m, n, , 0, p,
q, r, rr, s, t, u, v, x, y, z.
A stas pueden agregarse la k i la w, que se emplean
a veces en palabras tomadas de idiomas estranjeros,
como kilogramo y kiosco, que hoi se escriben mas co-
mnmente quilogramo, quiosco, o como Wshington,
Wgner, etc.
Estas letras, que no son castellanas, tienden a desa-
parecer en la escritura, i en cuanto al uso de la w, con-
viene tener presente que en las palabras inglesas se pro-
nuncia como u, y en las alemanas, como v.
Divdense las letras en vocales i consonantes.
Vocales son: a, e, i, 0, U; consonantes, todas las de-
ms.
No es recomendable la prctica de emplear la y en
vez de la i, como lo hacen algunos, contra toda razn
ortogrfica.
YAYSCULAS 1 MINSCULAS.
Las letras pueden tener doble forma, una llamada
mayscula, i otra, minscula.
-16 -
Se usa l letra inicial mayscula, entre otros casos,
en los siguientes:
1) En la palabra que comienza un escrito o sigue a
un punto.
2) En los nombres propios i apellidos.
3} En los nombres comunes, cuando estn en lugar
de nombres propios, como el Presidente, el Jeneral, ~ l
Ministro o en los ttulos de obras, instituciones, cuerpos
o establecimientos, como La Araucana, el Ministerio de la
Guerra, el Rejimiento de Cazadores, la Escuela Militar,
la Unicersidad de ehite.
4) En Jos tratamientos, como lvIi Comandante, Su Se-
ora.
S) En las abreviaturas de uso mas corriente, como
Ud. .(usted), S. A. i S. S. (su atento i seguro servidor),
S. J. L. (seor juez letrado).
Los rtulos o inscripciones suelen escribirse ntegros
con letras maysculas, i otro tanto ocurre en las por-
tadas de los libros, con el ttulo de la obra, el nombre
del .autor i el pie de imprenta, i en la numeracin ro-
mana;
En Jos dems casos, se ernplean las minsculas.
Para los nombres de los meses i de los das se prefie-
ren hoi stas l timas. .
~ 1 uchos acostumbran escribir la. primera palabra de
cada verso con mayscula, aunque es preferible que,
aun en este punto, se sigan las reglas jenerales, .
uSO DE VARIAS LETRAS.
B i V.-Como es corriente en todas partes confundir
la pronunciacin de estas letras, se hace necesario dar
algunas reglas para su empleo en la escritura.
Se usa b:
1) Ante!? de consonante: brazo, blusa, obvio, abnegacin,
absoluto, obtener, etc.
2) Al fin de diccin: Job, club, Jacob,
-- 17 ---
3) En los verb?s terminados en. bi.r, "c,?nlo escribir,
recibir; con escepcin de hervir, sennr 1 tmnr,
4) En los verbos ~ r , deb,er, caber, habe?" saber, sorber
i sus derivados. En los dems verbos de Igual termina-
cin se emplea la v, corno en atreverse, llover, mover, sol-
ver, ver, volver i sus derivados.
5) En los copretritos terminados en aba e iba, como
amaba, ambamos, iba, ibamos.
6) Despus de m: ambulancia, embarcar, combatir,
etc.
7) En las palabras que comienzan por las slabas bu,
bu" o bus, como bufn, burgus, busto, etc.
8) .En las voces terminadas en bundo, bunda, como
moribundo, nauseabundo, vagabunda, furibunda, etc,
Se usa v:
1} Despus de la slaba ad, como en advertencia, ad-
versario, adoeuimiento.
. .. 2) En los -nombres terminados en auo, C01110 centavo,
octavo, clavo; menos en cabo, conchabo, nabo j rabo.
. 3) En los nombres terminados en iuo o en ioa, como
'archioo, motivo, activo, pasivo, invectiva, decisivo1 decisiva.
Esceptanse arribo, escriba i recibo.
4) Despus de n: inventart convertir, envidia, etc.
5) En los pretritos terminados en uve i las formas que
de ellos se derivan, como anduve, tuvimos, tuviese, andu-
viere, estuviramos, etc. Esceptanse las formas del verbo
haberJ como hube, hubiramos, hubiereis.
-
e, s i Z.- En Chifc, como en algunas otras repblicas
hispanoamericanas, i aun en ciertas rejiones de Espaa,
suele confundirse la pronunciacin de la e, antes de e
o de i, con la de s i la de la z.
Conviene, por tanto, dar algunas reglas sobre el uso
de estas letras.
La e tiene dos sonidos, uno fuerte, delante de las voca-
les a, o, u, i de consonante, i al fin de diccin, como se ve
en caracol, cuna, fractura, clavo, crimen, vivac, etc., i otro
2
-18-
suave, antes de e o de i, como en Csar, Cicern, ciudad,
etc.
Solo en este l timo caso puede confundirse con la s,
para lo cual conviene tener presentes estas reglas.
ei S.-Se escriben con e:
1) Los nombres terminados en cio, cia, cie, como gracia,
Grecia, ocio, pericia, argucia, constancia, prudencia, pro-
vincia, jarcia, Murcia, calcio, lacio, necio, perjuicio,
Escocia, rucio, rancio, Florencia, Poncio, Maguncia, es-
pecie, superficie, planicie, etc. .
Esceptanse de esta regla: Asia, Rusia, Polinesia,
Prusia, jimnasia, iglesia, magnesia, fucsia, adefesio, con-
troversia, antonomasia, amnesia, hiperestesia, anestesia an-
sia, Persia, i algunos nombres propios de personas, como
A mbrosio, Dionisia, Fresia, Irortensia, A nastasio, etc.
2) Los verbos terminados en cer, o en cir, como hacer,
cocer (con fuego), vencer, producir, uncir, zurcir, perecer,
decir, etc.: menos asir, coser (con aguja), toser i ser.
3) Los sustantivos terminados en acin, como creacin
oracin, nacin, racin, etc. Esceptansc pasi6n, compa-
sin; i persuasin.
4)" Las terminaciones diminutivas. cito, cilla, cico,
ecito, ecillo, ecico, ececito, ececillo i ececico, segn se ve
en hombrecito, mujercilla, resplandorcico, florecita, pa-
necillo, sonecico, piececito, etc. - .
. 5) Los sustantivos terminados en cin, precedida de
e o de p, como accin, inspeccin, restriccin, coccin,
reduccin, capcin, concepcin, conscripcin, opcin, irrup-
cin, etc, En jeneral, la e no va seguida de s, salvo en
fucsia.
Cuando la consonante que precede a la terminaci6n
antedicha es la l o la r, se escribe sin con s, como se ve
en inversin, conversi6n, eepulsin, uersin, convulsin,
impulsin, torsin, cscursin; etc. Esceptanse absorcin
i propor cin:
Para fijar la ortografa de los sustantivos de esta
terminacin, pueden servir, adems, las 'reglas siguientes:
-- 19 -
a) Los que tengan un nombre cognado e!1 lo o. tor,
se escribirn con e, como se ve en distincin
mocin (titotor), cancin (canto, cantor), audicin (auditor),
defuncin (difunto), invencin (invento, inventor), etc.
b) Los que tengan un nombre cognado en so o en SOY,
se escribirn con s, como se ve en confesi6n (confeso,
confesor), propensin (propenso), profesi6n (profeso, pro-
fesor), estensin (estenso, estensor), etc.
S i Z.-Para el acertado empleo de estas letras, con-
viene tener presentes las tendencias siguientes:
.. Se escriben con z:
1) Los adjetivos agudos terminados en az, como audaz,
rapaz, veraz, etc.
2) Los sustantivos abstractos terminados en es o en
eza, como altivez, niez, redondez, grandeza, riqueza, be-
lleza, pereza, alteza, etc.
3) Los sustantivos iadjetivos agudos terminados en
iz o en OZ, como cicatriz, feliz, voz, atroz, Esceptanse
Lus, Pars, ans, gris, lis, pas, tris, Dios, dos, nos, os,
vos (pronombre), pos, "tos.
4) Los nombres agudos terminados en UZ, cor la cruz,
andaluz, arcabuz, luz, etc. Esceptanse Jess, obs, pata-
ts, pus i sus.
5) Los sustantivos terminados en ansa, 'como danza,."
ordenanza, venganza, etc. Esceptasc gansa.
6) Los sustantivos terminados en azo o en aza, cuando
son aumentativos o denotan golpe o indican mala cali-
dad de una cosa, como hombronazo, pernaza, caonazo,
hachazo, melaza vinaza,
7) Los sustantivos terminados en azgo, cuando deno-
tan cargo, prerrogativa o parentesco, como almirantazgo,
mayorazgo, padrinazgo, etc.
8) Terminan "en z los apellidos llamados patronmicos,
que en su orijen sirvieron para significar la calidad de
h.ijo de la persona designada por el nombre propio primi-
tivo, como Aiuarez, de Alvaro; Daz, de Diego; Ibez o
-- 20-
Yez, de Ibn o Juan; 'Musioz, de Mtcnio; Pelez o
Pez, de Pelayo; Rodrguez o Ruie, de Rodrigo o Ru;
Velzquez, de Velazco; A ninez, de A nt6n; etc.
9) Se escriben asimismo con z:
a) Los diminutivos terminados en ezno ezna, como
. ,
obezno, tnborezna, etc.
b) Los verbos terminados en izar, como autorizar
izar, aterrizar, analizar, etc. Esceptanse alisar, avi:
sar, comisar, decomisar, [risar, guisar, im-provisar, pi_
sar, precisar, revisar, sisar 1 tnsar,
e) Los derivados en izo, iza, cuando significan Ocupa-
cin o tendencia a alguna cualidad, como caballerizo,
porquerizo, nodriza, cobrizo, asustadizo, enfermiea, etc.
d) Los diminutivos terminados en zuelo, zuela, como
autorzueto, niujerzueia, portezuelo, portezuela, etc.
10) Los verbos irregulares terminados en acer, ecer,
ocer i ucir se escriben con z antes de la e en la primera
persona de singular del presente de indicativo i en todo
el presente de subjuntivo, como se ve en nazco, crezcas,
conozcamos, traduzcan, etc,
Esceptanse hacer i <cocer, que forman hago, 'haga,
cuezo, cueza.
En estas dos ltimas formas verbales, puede observarse
que, para conservar el sonido de la e suave, ha! que
escribir z en vez de e, segn se ve tambin en mecer,
mezo; hacer, haz, etc.: lo que ocurre asimismo, en sentido
inverso, en aquellas formas verbales en que la z del
infinitivo se transforma en e, antes de e o de i, como en
abrazar, abrac; empezar, empec, etc.
Esto luismo se observa en las palabras que tienen
afinidad con otras en que aparecen la z o la c, como
cazar, caceria; alabanza, alabancioso; avance, avanzada;
enlace, enlazamiento; belleza, embellecer; etc., i en los
plurales de los nombres terminados en z, como se ve
en paz, paces)' jeliz, felices; atroz, atroces; luz, luces; etc.
Son mui pocas las palabras castellanas en que aun se
conserva la z antes de e o de i, como en zendavesta, zig-
zag, zipizape, i zis, zas!
21 -
Hai algunas otras que, segn la Real Academia Es-
paola, pueden escribirse con z o con c; como cedilla
o zedilla, celands o zelands, cenit o zenit, cela o zeta,
cinc o zinc i otras menos conocidas.
Se escriben con s:
1) Los nombres nacionales term.nados en s, esa, como
cordobs, inglesa, francs, portuguesa, etc.
2) Los nombres terminados en esco, esca, como bur-
lesco, chinesco, fresco, gresca, pesca, etc.
3) Los adi tivos terminados en oso, osa, como gracioso,
frondoso, vi so,: hermosa, etc.
4) Los su t mtivos terminados. en sor, sora, como
censor, profes ,prfYtJisor, antecesora, etc. Esceptanse
azor, dulzor, cozor.
5) Los sustantivos terminados en ismo, como chile-
nismo, [anatismo, anarquismo, abismo, bautismo, etc.
6) Los superlativos terminados en isimo, isima, como
grandsimo, altisima, riquisimo, hermosisima, etc.
7) Las palabras en que este sonido precede a la letra
t, como esta, listo, pista, costo, pasto, susto, etc.
8; Los nombres terminados en esa que denotan cargos o
ttulos nobiliarios propios de mujer, como abadesa, al-
caldesa, princesa, duquesa, marquesa, etc.
9) Los nombres terminados en ersa, erso, como perver-
so, persa, adverso, diversa, terso, etc. Esceptanse al..
muerzo, fuerza, esfuerzo i refuerzo.
LO) Las terminaciones de los verbos, como se ve en
am-as, am-semos, tem-isteis, tem-isemos. No son es-
cepciones las formas haz (del verbo haceri i diz del (ver-
bo decir), pues en ambos casos, la z reemplaza a la e
de la raz.
11) Las terminaciones usadas en la formacin del plu-
ral de los nombres.
e i Q.-EI sonido de la k se representa en castellano
por la e fuerte, en los casos ya indicados, i por la com-
binacin qu, antes de e o de i, como se ve en aquel, aqu,
- 22-
quiosco, quepis, frac, [raques, vivac, vivaquear, trocar, true-
que, trastrocar, trastrueque, etc.
Como se ve por los ejemplos precedentes, en los deri-
vados, compuestos i plurales, se cambia la e fuerte por
qu, para conservar el sonido, del mismo modo que he-
mos visto que se trasforma en z la e suave i viceversa.
G i J.-A pesar de que la Real Academia Espaola,
en diversas ocasiones ha manifestado el deseo de que
se d siempre a la g un mismo sonido, contina hoi pa-
.. trocinando el uso de esta letra en vez de la j, en ciertos
casos, escribiendo, verbigracia: general, gente, religin,
colegio; etc., en vez de jeneral, [ente, relijin, colejio, etc.
Como la razn que se da para mantener esta confu-
sin perjudicial de letras es que el uso no se ha pronun-
ciado todava de un modo uniforme, en el sentido de
representar siempre el sonido de j nica i esclusivarnente
por esta letra, conviene persistir en tal reforma, que viene
a eliminar una gran dificultad en la escritura.
Dejemos, pues, a la g el sonido suave que tiene en
galn, guerra, grupo, gorra, guante, guiso, etc., i repre-
sentemos siempre por j el sonido que esta letra tiene
en las voces jefe, jendarmc, jeografia, hijiene, lejislador,
jarro, ojo, juicio, etc.
Esta misma confusin innecesaria ha obligado , como
se ha visto en los ejemplos anteriores, a escribir una.
u muda entre la g i las vocales e, i, para-indicar que debe
darse a dicha consonante el sonido suave.
En los casos en que esta u debe pronunciarse, se acos-
tumbra poner sobre ella dos puntos, como se ve en
agero, argir, vergenza, etc.
H.-Esta letra, llamada con razn muda, por su falta
de sonido, se usa en la escritura en algunos casos, entre
los cuales pueden anotarse los siguientes:
1) En las interjecciones jah!l jeh!, toh.', en donde los
signos esclamativos por s solos podran indicar la ento-
23
nacin de la voz necesaria en tales casos, escribiendo
simplemente ial , tel , [o]
2) Antes de los diptongos ia, ie, ua, ue, ui, cuando
stos empiezan o constituyen slaba, como en hiato,
hierba, deshielo, huaco, Talcahuano, hueso, ahuecar, hur-
fano, huincha, huilln, etc. -
Cuando se trata de los diptongos ia, ie, la pronunciacin
se hace dando a la i un sonido semejante al de la y, i
en el caso de los diptongos ua, ue, ui, hai cierta tendencia
a pronunciarlos hacindolos preceder de un sonido pare-
cido al de la g; todo lo cual se opera, no por efecto de
la h, sino porque as lo pide el diptongo, aunque vaya
escrito sin esta letra intil,
Tan cierto es este hecho, que son ya muchas las pala-
bras en que va predominando la escritura correspon-
diente al verdadero sonido, como se ve, en yerba yedra,
guaco, guasca, gilln, etc., que, segn la Academia, tam-
bin pueden escribirse con h.
El Diccionario oficial solo aut oriza las formas guacho
guano, guaso, gemul, etc.
3) Por razones et.imoljicas se conserva la h en algunas
palabras castellanas, como una reminiscencia del orijen
de stas.
Tal sucede en los casos siguientes:
a) En las palabras que comienzan por hect, helio, hept,
herb, huir, hip i horno, corno hectrea, hectlitro, hectgralno,
heliotropo, hetigramo, helioscopio, heptgono, heptaslabo,
heptarqua, herbvoro, heruario, bidrojeno, hidr-ulico, hi-
drofobia, hpico, hipocresa, hipertrofia, hipoteca, hipnotis-
mo, homojnco, homlogo, homeopatia, etc. Esceptanse
ipecacuana i omoplato.
b) En las voces en que. al pasar del latn al castellano,
la f se ha convertido en h, hecho que fcilmente puede
colejirse por otras palabras afines en que se conserva
la letra de orijen, como se ve en hijo (filial), hacer (sa-
_tsfacer), hilo, ifilamento), horma (fornza) , hambre (fanl-
lico) , humo (fUl1zar) , hervir (ferviente), habla (fbula),
hondo (fonda) 1 hormiga (formalna) , etc.
- 24-
Por ltimo, conviene advertir que son muchos los
vocablos en que, a pesar de la etimoloja, va desapare-
ciendo esta letra intil, como sucede en arpa, armonio,
acera, arpa, arriero, Elena, Enrique, desollar, prender,
comprensin, Ester, Judit, Espaa, ahora (hac hora), etc.
1 i Y . ~ L a Real Academia Espaola, no solo se ha
. manifestado propicia a que el sonido vocal se represente
siempre por la i, empleando la y nicamente como con-
sonante, sino que constantemente ha dicho en su Gra-
mtica que esta consonante usurpa contra toda razn
ortogrfica el sonido de la vocal.
Debemos, pues, cooperar a que se reforme esta ano..
malla, usando siempre la i para representar la vocal i
la y, para la consonante.
As, escribiremos Pedro i Juan, convoi, lei, mui, soi,
etc.
Es digno de notarse que cuando la i inacentuada se
.encuentra entre dos vocales, se convierte en la canso...
nante Yt como ocurre en la conjugacin de algunos ver-
bos i en la formacin de ciertos plurales, como se ve en
oy6 (de or), cay (de caer), huyese (de huir), leyera (de
leer), bueyes (de buei), leyes (de lei), convoyes (de conuoi),
etc..
j1;1 i N.-Como pueden confundirse en la pronuncia..
cin los sonidos de estas letras, cuando preceden a otra
consonante! conviene tener presentes estas reglas:
1) Antes de b i de p, se escribe siempre m, como se _
ve en combatir, cambio, campamento, siempre, etc.
2) Antes de v, se escribe siempre n, como se v en
conuoi, convencin, tranva, invadir, envidiar, etc.
R i rr.-Para el acertado uso de estas letras, ha que
tener presente que el sonido de la rr se representa con
el signo r en principio de diccin i despus de las con-
sonantes t, ti i s, como se ve en reina, rico., alrededor,
honradez, israelita, etc. .
En los dems casos, el sonido fuerte se representar
-- 25 ~
por 11', como se ve en contrarrestar, virrei, carro, subrra-
yar, subrrogar, etc.
X . ~ E s t a letra, cuyo uso ha ido restrinjindose mu-
cho en castellano, tiene hoi solo el sonido doble de es
o de gs, i se emplea nicamente en los siguientes casos:
1) Entre vocales, como en examen, eximir, lxico, etc.
Para este efecto, la interpolacin de una lt no se toma
en cuenta, como sucede en exhalar, exhibir, exhortar, etc.
2) En las palabras exceder, excelencia, excntrico, exci-
dio, excipiente, excitar i sus afines.
3) En la preposici6n latina ex, que se antepone a
algunos nombres de dignidades o cargos, para indicar
que la persona de quien se habla ya no los tiene, o que
forma parte de locuciones latinas usadas en castellano,
casos en que ordinariamente se pronuncia, como se ve
en ex comandaete, ex presidente, ex ctedra, ex abrupto,
ex profeso, ex voto, i en la espresin latina extra.
4) Al final de algunos nombres, como Ayax, b6rax
1
carcax, dux, Fiix, fnix, blux, onix, etc.
,
CONSONANTES INUTILES.
A pesar de que la Academia ha ido suprimiendo en
la escritura algunas consonantes intiles que no se pro-
nunciaban, como sucede en neumtico, seudnimo, zar,
sustantivo, setiembre, etc., que antes se escriban pneum-
tico, pseudnimo, czar, substantivo. septiembre, etc., que-
dan an otras paslabras en que es de esperar que la docta
Corporacin contine procediendo con el mismo criterio.
Siguiendo, pues, esta tendencia, considero conveniente
que se eliminen todas las consonantes que se encuentran
en el mismo caso que las anteriormente suprimidas, i
que se escriban nomo, nosticismo, nemotecnia, sc6logo, s-
quico, en vez de gnomo, gnosticismo, mnemotecnia, psic6-
logo, psiquico, etc.
- 26-
COMPUESTOS 1 DERIVADOS.
Sin perjuicio de las escepciones indicadas antes, se
puede establecer como regla jeneral que, en las palabras
compuestas i en las derivadas, se conserva la ortografa
de las simples i de las primitivas, como se ve en rehacer
(de hacer), convivir (de vivir), actividad (de activo), agra-
ciado (de gracia), negociacin (de negocio), justipreciar
(de precio), hermosura (de hermoso], preciosidad, (de
precioso), renazco (de nazco), remeso (de mezo), excentri..
cidad (de excntrico), inservible (de servir), recibo (de
recibir), etc.
ACENTO ORTOGRFICO..
El acento se divide en pros6dico i ortogrfico.
Acento. prosdico es la entonacin esforzada con que
pronunciamos una slaba, i ortogrfico, el signo con Que
conviene representar en ciertos casos este mayor esfuerzo.
Aqu solo se va a tratar de ste ltimo que, en jene-
ral, debe usarse nicamente cuando la acentuacin de
un vocablo no corresponda a la que de ordinario tienen
las. palabras castellanas.
. l ~ s t a s , como se sabe, pueden ser agudas, graves, esdr...
julas o sobresdrjulas, segn lleven su acento respecti-
vamente en la ltima, penltima, antepenltima slaba
o en una anterior: pap, rbol, lmpara, pngasemele.
Basta nombrar los objetos que vemos a nuestro rede-
dor o conjugar cualquier verbo, para convercernos de
que la mayor parte de las voces castellanas terminadas
en vocal tienen la acentuacin llamada grave..
La espresada tendencia nos indicar, pues, en estos
casos, la pronunciacin correcta de estas palabras, sin
necesidad de pintarles acento, i as escribiremos: tintero,
alameda, Chile, Espaa, teniente, amaba, cantaste, etc.
Por el contrario, ser menester sealar el acento en
los vocablos que contraren dicha tendencia, esto es,
siempre que sean agudos, esdrjulos o sobresdrjulos,
- 27-
como se ve en sof, hablar, benju, convi, ejrcito,
repblica, djomelo, dariamostelo, etc.
Sin embargo, hai casos en que la pronunciacin de
una palabra terminada en vocal podra dar lugar a du-
das, que conviene evitar por medio del acento ortogr-
fico, como sucede en las voces en que en la ltima o en
la penltima slaba hai un diptongo formado por dos vo-
cales dbiles, como en fluido, descuido, ruido, vida,
mui, fu, Rui, etc.
En casos como stos, la necesidad del acento orto-
grfico nace de que las palabras de que se trata pueden
pronunciarse de dos maneras diferentes, de tal modo que
ha parecido conveniente evi tar esta dificultad, sealando
el acen to cuando recae en la segunda vocal.
Otro tanto ocurre en las dicciones graves terminadas
en dos vocales, la primera dbil i la segunda llena, i en
aqullas en que la" penltima slaba es una vocal dbil
acentuada, precedida de una llena.
Si no se diera una regla a este respecto, no sabramos, por
ejemplo, si pronunciar anso o anso, seria o sera, disen-
teria o disentera, desuirtuo o desvirto, promiscuo o pro-
misco, neumona o neumonia, penitenciaria o peniten-
ciaria, odo u ido, paraso o pariso, etc.
Para remover esta duda, conviene, pues, pintar el
acento siempre que recaiga en la vocal dbil de que se
ha hablado, escribiendo en consecuencia: ansio, seria
(adjetivo), sera (verbo), disentera, desvirto, promiscuo,
neu11'z, on-a, penitenciaria (adjetivo), penitenciara (sus-
tantivo), odo, para-so, etc.
Si esclumos los vocablos cuya desinencia es n o s,
que por 10 general son graves, reconoceremos que la
mayora de los que terminan en cualquier otra conso-
nante tienen acentuacin aguda.
Para comprobar esta tendencia, bastar fijar la aten-
cin en estos numerosos grupos, que cito por va de ejern-
plo:
a) Los infinitivos de los verbos, que siempre son pala-
bras agudas terminadas en ar, er o ir.
~ 28-
b) Los sutantivos en or, como auditor, lector, inspector,
etc.
e) Los sustantivos en d, como ciudad, merced; ardid,
v-irtud, etc.
d) Los nombres en 1, como jeneral, coronel, caraca l
perejil, azul, perjudicial, etc.
e) Los nombres en z, como audaz, vejez, barniz, feroz,
arcabuz, etc.
7 Ahora bien, como el acento 'ortogrfico seala las
escepeiones, debemos estamparlo en aquellas voces que
no sigan esta tendencia, i as escribiremos: carcter, cn-
dor, crcel, mstil, lpiz, lvarez, Prez, etc.
No obstante lo dicho, hai casos en Que, para salvar
dudas, se hace necesario pintar el acento en voces agu-
das terminadas en consonante que no sea n ni s, como
sucede cuando inmediatamente antes de la letra final
concurren dos vocales, de las cuales la segunda es una
dbil acentuada.
As, si no se escribieran con acento ortogrfico las
dicciones atad, Abigal, Ral, lad, etc., nos espon-
dramos a pronunciar atud, A bigil, Rul, lud, etc.
Cuanto a las dicciones terminadas en n o en s, su acen..
tuacin es jeneralmente grave, como que entre ellas se
cuentan numerosas formas verbales, como amas, amamos,
temieron, salgas, sabremos, i casi todos los plurales de los
nombres: cabos, sarjentos, capitanes, fusiles, etc.
Segn esto, la escepcin que debemos marcar con acento
ortogrfico en las voces terminadas en n o en s, son las
palabras agudas, esdrjulas i sobresdrjulas, como se
ve en amis, temers, subiramos, pngasemeles, comps,
capitn, rjimen, pais, Can, etc.
As como al tratar de las palabras terminadas en vocal,
vimos que haba casos en que se haca necesario pintar
el acento, del mismo modo ocurre en las voces terminadas
en n o en s, que, por analoja, deben someterse a las
mismas reglas, para remover las dudas que puedan
presentarse en la pronunciacin.
En consecuencia, se escribirn con acento ortogrfico:
- 29-
allas, renen, remos, corras, bales, atades, decais,
Lus, etc. que tambin podran pronunciarse: ulls,
runen, rimos, crrias, bules, atudes, dciais, Lis, etc.
Dado que el acento ortogrfico tiene jencralrnente
por objeto indicar la slaba en que debe recaer la mayor
entonacin de la voz, parecera natural que en las pala-
bras monoslabas no hubiera' necesidad de este signo,
i en efecto, as ocurre de ordinario, corno puede verse
en Dios, pie, ven, lo, las, soi, lei, voi, Iruei, son, sol, sal,
dio, fue, etc.
Sin embargo, se accstumbra pintar el acento en algu..
nos monoslabos acentuados, que tienen un homnimo
tono, i as escribiremos "t (pronombre) i mi (posesivo),
t (arbusto o bebida) i te (pronombre) 1 l (pronombre) i
el (artculo), d (verbo) i de (preposicin), s (verbo) i
se (pronombre), t (pronombre personal) i tu (posesivo),
v (imperativo de ver i de ir) i ve (indicativo del verbo
ver), s (adverbio afirmativo i pronombre reflejo) i si
(adverbio condicional).
, El adverbio aun, cuando va antes de la palabra que
califica, es monoslabo i, por tanto, no lleva acento orto-
grfico, que nicamente se pondr cuando dicho adver..
bio va despus de la cspresin calificada: aun se ve el
humo; hermosa an,
El acento que algunos acostumbran pintar a los ad-
verbios solo i mas, no tiene razn de ser, desde que estas
palabras no se pronuncian con mayor esfuerzo que los
homnimos de los cuales se pretende diferenciarlas.
Igual cosa ocurre con el acento de otros vocablos,
que se trata de justificar como medio de distinguir ho-
mnimos, como entre (preposici6n) i entre (verbo), para
(preposicin) i para (verbo), son (sustantivo) i son (ver...
ha), etc.
A causa de la mayor acen tuacn prosdica que reci-
ben en el discurso, se escriben con acento ortogrfico:
a) Los demostrativos ste, se i aqul, en todas sus for-
mas. siempre que estn en lugar de un nombre: quiero
- 30-
sta (manzana), pienso en se (libro), me gustaron aqu-
llos (disfraces), etc.
b) Las palabras cul, cyo, cmo, cun, cundo, cunto,
dnde, ad6nde, qu, quin, en sus diferentes formas, cuando:
son interrogativos o esclamatorios: Cul libro quieres?
Qu desgracia? Quines murieron? Cuntas calamidades!
Adnde vas? Pregunta cmo est. Deseo saber qu tienes,
~ t c .
I .. as palabras compuestas se miraran como simples
para los efectos del acento ortogrfico, i en consecuencia,
sealaremos este acento en voces como vaivn, dijome,
contrarrplica, dimelo, etc., i no lo pintaremos en corra-
uedile, pidiome, tendraslo, seniime, etc.
Sin embargo, los adjetivos que entran en la compo-
sicin de los adverbios terminados en mente conservan
su acento ortogrfico, corno se ve en rpidamente, d-
cilmente, [riamente, cortsmente, etc.
Tambin mantiene su acento ortogrfico el adjetivo
dcimo, aunque figure como primer elemento de una pa-
labra compuesta = dcimostimo, dcimoctaua, dcimocuar-
to, etc.
Convendr pintar el acen to ortogrfico siempre que
en una voz se altere la posicin del prosdico, sea en la
formacin del plural, como sucede en caracires; craires,
sea cuando, por licencia potica, se dice, por ejemplo, m..
po por impo, cand, por cndor, oceno, por ocano, etc.
Resumiendo las anteriores reglas, podemos establecer
que se acentan : : _
1) Las palabras agudas de mas de una slaba que
terminan en vocal o en alguna de las consonan tes .n o s:
sof, convi, jardn, arriis, etc. "
2) Las palabras graves que terminan en una conso-
nante que no. sea n ni s, como fcil, cncer, Lpez, l ~
bum, nix, etc. .
3) Todas las palabras esdrjulas i sobresdrjulas,
como se ve en amonaco, quilmetro, zoe, djomelo, di-
riamostelo. tngasemele, etc.
4) Las palabras en que; a causa del acento prosdico,
- 31-
se pronuncian separadamente vocales concurrentes que
podran formar una sola silaba, como sucede en maz,
lad, decais, impo, avalo, odo, ro, saco, etc.
5) Las palabras en que el diptongo formado por dos
vocales dbiles lleva acentuada la ltima, como fu, Ru,
ruido, vida, ruina, etc.
6) Ciertos monoslabos que conviene diferenciar de
sus homnimos, como l, t, mi (pronombres, persona..
les), etc.
7) Algunas palabras, cuando reciben una acentuacin
mayor en la frase, como an. (cuando se pospone a la
espresin que califica), qu, quin, cul, etc. (en las inte-
rrogaciones o esclamaciones), ste, se, aqul, etc. (cuando
vienen en lugar de un nombre).
Las 'palabras compuestas deben considerarse jeneral-
mente como simples, para la aplicacin de estas reglas,
salvo el caso de los adverbios terminados en mente i
de aquellos compuestos que empiezan por la voz dcimo,
en que ambos elementos componentes conservan su
. acentuacin prosdica i ortogrfica, como se ve en f-
cilmente, tmidamente, cortsmente, dcimostimo, dcimo-
.quinto, etc..
Convendr indicar en la escritura toda alteracin que
se efecte en el acento prosdco de una palabra, sea por
licencia potica, sea en la formaci6n del plural.
SIGNOS DE PUNTUACIN.
La necesidad de espresar por escrito el pensamiento
c?n la mayor claridad posible, exije el empleo de ciertos
Signos de puntuacin, que en castellano, son los siguien-
tes: coma (,), punto i coma (;), dos puntos (:), punto
final (.), puntos suspensivos ( ), signos de interrogacin
( .. ?), signos de esclamacin ( 1), parntesis ( ), di-
resis o crema (" '), comillas (( .. ), guin (-), raya (--) ,
dos rayas (=, {f), raya vertical (l).
DE LA COMA.
La coma, que sirve para indicar una pausa corta, se
emplea en los casos siguientes:
1) Para separar elementos anlogos no ligados por
conjuncin i no subdivididos..
. . . ; i va arrastrando luenga falda
verde, azul, carmes, purprea, gualda,
de gasa, de tis, de terciopelo..
(BELLO.)
Se me atreve la fregona,
me calumnia la tendera,
me roba la lavandera,
me cuida DIal la patrona.
(BRE'TN DE LOS HERREROS.)
Acude, corre, cuela,
traspasa el al ta sierra, ocupa el llano,
no perdones la espuela,
no des paz a la mano,
menea fulminando el hierro insano.
(FRAI Luis DE LEN.)
Si hai mas de dos elementos unidos por conjuncin,
el uso es vario.
Todo se hunde en la sombra: el monte, el valle,
i la iglesia, i la choza, i la alquera.
... a .. ... ... ... ...... .. ... .. .. .. .. .. ~ .. .. lo
El hombre, tras la cuita i la faena,
quiere descanso i oracin i paz.
No hai que echar tantas plantas;
pues ni anda como el Gamo,
ni vuela como el Sacre,
(BELLO.)
33 -
ni nada como el Barbo:
i as tenga sabido
que lo importante i raro
no es .entender de todo,
sino ser diestro en' algo.
(IRIARTE.)
...... : ... : caprichosa
forma que cada instante
de color, de sernblante,
i de tocados, i de ropas muda:
ora triste, ora alegre, ora sauda;
ya plida, 'ya rubia, ya morena.
(BELLO.)
Si solo hai dos elementos ligados por conjuncin i
no subdivididos, no se pondr entre ellos puntuaci6n,
salvo que se trate de dos proposiciones de alguna estcn-
sin o que la conjuncin sea adversativa, pues en estos
casos se acostumbra poner coma.
Si la conjuncin adversativa jiga dos proposiciones,
se pondr punto i coma.
El Agu ila i el Len
gran conferencia tuvieron.
(IRIARTE.)
Daba sustento a un pajarillo un da
Lucinda, i por los hierros del portillo
fuselc de la jaula el pajarillo
al libre viento en que vivir sola.
(LOPE DE VEGA.)
No quiero vino, sino agua.
.... -Salgo en el instante;
pero por Dios! ni una palabra, os ruego,
3
(IRIARTE.)
- 34-
ni una palabra a nadie ...
.. .. .. . .. .. ... ... .. . .. . . .. .. .. . .. .. . .. .. . .. .. . .. .. .. .. . ..
Iba a salir; mas por desgracia es tarde.
(BELLO.)
2) Antes i despus de un vocativo que va en Inedia
de una clusula, despus del que va al principio i antes
del que va al fin.
Por qu con falsa risa
me prcguntis, amigos,
el nmero de lustros que cumpl?
(MORATN.)
. Dulce patria, recibe los votos
con que Chile en tus aras jur...
(LILLO.)
V a rezar, hija ma.
(BELLO.)
3) Para separar frases esplicativas,
La luna, satlite de la tierra, no brilla con luz pro..
.
pta.
Trabajando un Gusano su capullo,
la Araa, que teja a toda prisa, .
de esta suerte le habl6 con falsa risa
mui propia de su orgullo..
4) Para separar palabras o frases intercaladas i otras
que, sin estarlo, no tienen una conexin mu estrecha
con el resto de la oracin.
Un gallo, presumido
de luchador valiente,
i un pollo algo c. ecido,
-35 -
no s por. qu accidente,
tuvieron sus palabras, de manera
que armaron una brava pelotera.
(IRIARTE.)
Muchos .censuran, s, Lector benigno;
. pero a fe que hai bastante diferencia
de un Censor til a un Censor maligno.
(IRIARTE.)
.Adi6s!-EI ciclo de peligro os guarde;
dice Isabel, del joven apiadada.
.... , ~ " I ..
Hija, dice -el anciano, qu sentiste,
qu te asust, que. tales voces diste?
.. ....... ..... ... .. ... .. .. .. .. .. .. , .. .. .. .. .. .. .. .. .. I .. .. .. .. .. "
Seor, dice el patn, que era ladino,
yo no 'he visto moverse ni una rarna.
(BELLO.)
. En el festn, mancebas i patricios
procuran olvidar la angustia sorda
que, entre la podredumbre de los vicios,
del" corazn de Roma se desborda.
(ALCOVER.)
La pulga, dando un brinco mui lijera,
respondi con grandsimo desuello.
(IRIARTE.)
Saliendo del colmenar,
dijo al Cuclillo la ... Abeja,
(IRIARTE.)
. El- fidedigno Padre Valdecebro,
que en discurrir historias de animales
se calent el celebro,
pintndolos con pelos i seales; ... .
(IRIARTE.)
- 35-
5) Para separar proposiciones introducidas por adver-
bios relativos.
All en tiempos de entonces,
i en tierras mui remotas,
cuando hablaban los Brutos
su cierta jerigonza,
not el sabio Elefan te
que entre ellos era moda
incurrir en abusos
dignos de gran reforma.
(IRIARTE.)
. Harta de paja i cebada,
una Mula de alquiler
sala de la posada,
. ,
1 tanto ernpezo a correr,
que apenas el Caminante
la poda detener.
(IRIARTE.)
Donde falta la libertad, todo alta.>
(BELLO.)
. Cual len que descuartiza
descuidada presa hambriento,
tal, encrespado se eriza,
tal ruje el fiero elemento,
que te reduce a ceniza.
(BELLO.)
6) Para sealar la elipsis del verbo que se acaba de
espresar.
Todo tiende a su fin: a la luz pura
del sol, la planta; el cervatillo atado,
a la libre montaa; el desterrado,
-. ..
- 37-
aleara suelo que 10 vio nacer;
i la abejilla, en el frondoso valle,
de" los nuevos tomillos, al aroma;
i la oracin1 en alas de paloma,
a la morada del Supremo Ser.
(BELLO.)
7) Siempre que lo exija la claridad de la frase.
En la frase al que juegue con este bastn le pego, el
sentido cambia segn se ponga una coma en juegue o
en bastn; i sera dudoso en caso de no poner puntuacin
alguna.
8) La necesidad de la respiracin exije a veces el uso
de la coma, verbigracia, para separar el atributo de un
sujeto de. larga estensin.
El deseo de escribir con mayor rapidez i la necesidad
de encerrar en" poco espacio muchas noticias, fueron
causa de" abreviar ciertos vocablos que pudieran adivi-
narse Icilmente.> tGramtica de la Real Academia Es...
paola.)
DEL PUNTO I COMA.
Indica una pausa un poco mayor que la coma, i
se emplea:
1) Para separar elementos anlogos de un mismo
perodo, subdivididos por medio de comas.
Ta'n presto por el cuello i las espaldas
derrama en ondas de oro la melena;
tan presto en trenzas de bano cojida,
ad6rnala de joyas i guirnaldas;
i tan presto iqu horror! encanecida
la lleva; o sin piedad la troncha i tala,
i de prestados rizos hace gala.
(BELLO.)
- 38-
V a rezar, hija ma. 1 ante todo,
ruega a Dios por tu madre: por aquella
que te dio el ser, i la mitad mas bella
de su existencia ha vinculado en l;
que en su seno hosped tu joven alma,
de una llama celeste desprendida;
i haciendo dos porciones de la vida,
torn el acbar i te dio la miel.
(BELLO.)
Aquella faz pursima i hermosa
que formaron en hora afortunada
la nieve en competencia con la rosa;
aquella casta frente, urna sagrada
. de virtud y de amor; aquellos ojos
claros corno la luz de la al borada ;
aquel seno jentil; aquellos rojos
lahios, que con pdica sonrisa
templaban el rigor de mis enojos; _.
aquella voz que trmula, indecisa,
llegaba a m, como lejano canto
de la noche, en las alas de la brisa;
todo al comps de mi abundoso llanto,
pas ante m como fugaz ceoteIla,
i aun pienso en aquel da con espanto.
(NEZ DE ARCE.)
2) Antes de las conjunciones adversativas i de las
espresiones adverbiales conjuntivas, que estn entre
d os oraciones.
Veamos, dijo el Anciano;
aunque s que mas valdr
- 39 --
de mis uvas, solo un grano.
... +. .. ..... . .. . oto.. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ...
Que un tordo. en aqueste engao
caiga, no. lo dificulto;
pero es mucho lTIaS estrao
. que hombre tenido por culto
aprecie por el tamao
los libros i por el bulto.
(IRIARTE.)
La mxima es trillada;
mas repetirse debe.
(IRIARTE.)
- Conviene remover las dificultades que se presentan
en la. escritura de una lengua; de modo que debernos
patrocinar las reformas que tiendan a este objeto.>
La ortografa mas sencilla es la que se aprende mas
fcilmentc; por tanto conviene simplificarla en 10 po-
sible.> ..
Las reformas' violentas encuentran siempre muchos
opositores; luego es preferible llevarlas al cabo poco
a poco.
3) Para separar las oraciones de un perodo, aunque
no estn subdivididas.
El cielo se nubla;
el aire $C llena
de sombras que asustan;
el vi ent retie;
los montes retumban.
(BELLO.)
4) Para separar en la oracin modificativos que no
tienen estrecha conexin gramatical con ella.
- 40-
El enemigo estaba a las puertas de la ciudad; lo que
produjo grande alarma en la poblacin.
DE LOS DOS PUKTOS.
Este signo indica una pausa semejante a la del pun-
to i coma, i se emplea:
,
1) Entre la enunciacin de un concepto jeneral i los
pormenores que la siguen o preceden.
Todo se hunde en la sombra: el monte, el valle,
i la iglesia, i la choza, i la alquera.
(BELLO.)
No hai verde seto de tupida zarza
do a su amador la trtola no arrulle,
ni umbro bosquecillo que no esparza
perfume grato, si ajitado bulle;
navega ufano el nade; la garza
cndida en el estero se zabulle:
todo semeja que a gozar incita,
i que de amor i de placer palp tao
2) Cuando se anuncia una enumeracin:
Gustosos en estrerno,
i abriendo tanta boca,
. ,
sus consejos oran
muchos de aquella tropa:
el Cordero inocente,
la siempre fiel Paloma,
el leal Perdiguero,
la Abeja artificiosa,
el Caballo obediente,
la Hormiga afanadora,
(BELLO.)
- 41-
el hbil j ilguerillo,
la simple Mariposa.
1 al fin la capilla junta
se presen ta en el estrado
compuesta de los siguientes
diestrsimos Operarios:
los ti ples eran dos Gri llos ;
Rana i Cigarra, contraltos;
dos Tbanos, los tenores;
el Cerdo i el Burro, bajos.
(IRIARTE.)
(IRIARTE.)
3) No obstante lo dicho al tratar de la coma, se acos-
turnbra poner dos puntos despus de los vocativos con
que se comienzan los discursos, las cartas i las presen-
taciones o comunicaciones que se dirijen a las autorida-
des.
En "estos casos, se' empieza ordinariamente con roa..
yscula la palabra que sigue a los dos puntos, bien que
no es, rara la prctica contraria:
Mui seor mo: Tengo el agrado de enviarle...
Seor Rector de la Universidad: N. N., empleado
en la Secretara de esta Universidad, solicita...
Seor Ministro de Instruccin Pblica: N. N., rector
del Liceo X., cumple con el deber de comunicarle...
1 sin mas antecedente
sobre el estrao pedido,
el de Tetun sorprendido
ley del tenor siguiente:
Amigo: para personas
de toda mi estimacin,
mndame sin dilacin
trescientas i euatro rnonas.>
(HARTZENBUSCH.)
-42-
4) Antes de una cita hecha en estilo directo.
Dios dijo: Sea la luz, i la luz fue.
A un ciego le deca un linajudo:
Todos mis ascendientes hroes ueron.
1 respondiole el ciego: No lo dudo;
yo sin vista nac: mis padres vieron.
(HARTZENBUSCH.)
5) Para separar dos pensamientos opuestos.
Yo, si pico a un enfermo, le doi vida:
t, picando al mas sano, le das muerte.
(IRIARTE.)
Los otros corren: l se queda, i junta
la dbil puertecilla del, tugurio.
(BELLO.)
6) Para separar dos proposiciones, de las cuales la
segunda es consecuencia o esplicaci6n de la primera.
El diablo no pudo hacer
perdiese Dios la paciencia:
inmediata consecuencia,
el diablo no era mujer.
Amigos de hoi, a mi cuenta,
como los melones son:
para hallar un buen meln,
es fuerza probar cincuenta.
DEL PUNTO FINAL.
(MORENO.)
(CRESPO.)
El punto final denota la pausa mayor i se coloca al
- 43-
terminar un perodo o una oracin que no tiene conexin
gramatical con la que le sigue.
Este punto se denomina aparte, cuando la clusula
que" sigue debe empezar en otro rengln, separndose
un pequeo espacio del marjen izquierdo, lo que se llama
- ,
sangrra,
" Cuando- despus del punto no hai mutacin de lnea,
se le da- el nombre de punto seguido.
Aunque no puede darse una regla absoluta sobre el
uso del punto aparte i del seguido, es indudable que el
primero se emplea con mas frecuencia i contribuye a
presentaro las ideas con mas claridad.
DE" LOS PUNTOS SUSPENSIVOS
Se emplean en los siguientes 'casos:
. 1) Cuando se .corta intencionalmente el hilo de la
oracin, dejando entrever el pensamiento que queda en
suspenso.
- Ruega" despus por m. Mas que tu madre
. lo necesito yo...
(BELLO.)
No vuelvas a hacer esto, porque... ya t sabes.
2) Cuando, en un dilogo, uno de los interlocutores
interrumpe al que est hablando.
Quisiera hablarte,
le dice, es un favor de poca monta;
i ... -Ya sabes que est mi bolsa pronta
para servirte, respondi Agapito.
Negocio concludo; no hables de eso.
No es lo que t imajinas; es... -Rcpito
que es cosa hecha, peso sobre peso.>
(BELLO.)
-44-
Elena.- + .. ..
Miguel me dir de fijo
la verdad...
Blanca.-(Asustada.) Pero repara
que ese paso...
Elena.-(Decidida.) Estoi resuelta.
Blanca.-Pues la prueba es arriesgada...
Elena.-No discuto: ser todo
cuanto te diere la gana;
pero a las once le espero.
(NEZ DE ARCE.)
J
3) En el estilo truncado, como cuando la pasin o el
sentimiento hacen hablar a un personaje con palabras
en trecortadas i al parecer incoherentes.
Mariana. ilamsl
Desde aquella noche... aquella...
la noche de nuestras bodas...
(Con triste irona.)
EL.. que a un castillo me lleva...
que despus desaparece...
(Como evocando recuerdos.)
que me vende a Torrenegra...
[qu infamia!. .. basta por Dios!
(ECHEGARAI.)
4) Cuando se interrumpe artificiosamente el pensa-
miento, para continuarlo de un modo inesperado.
No dudes, hermosa Elvira,
que eres mi bien, mi tesoro,
que te idolatro i adoro;
... porque es la pura mentira.
Ah! lo que estoi padeciendo
- 45-
no puede ser ponderado,
pues, de puro enamorado,
paso las noches... durmiendo.
1 'si tu mirar me avisa
que te ofende mi ternura,
tanto mi dolor me apura
que me echo a morir de...
.
risa.
(BELLO.)
. Don]os Mara de Pereda public6 una novela, con el
nombre de El buei suelto.. . , en que el distinguido escri-
tor deja inconcluso el conocido adajio, porque compren-
di que el que leyera su obra iba a tener la sorpresa
de saber que ese proverbio era a veces errado.
S) Para espresar cierto temor o vacilacin.
Por qu no he de volver a verla?-me deca yo;-
qu pierdo por volver a seguirla? .. Podra ser que no
vivieran all y hubieran entrado casualmente... Mas'
a.qu haban de haber entrado? .. Pero quin sabe? ..
(VALBUENA.)
6) Cuando, al copiar una cita, se ponen solo las pala-
bras pertinentes, la omisin de las otras se seala por
puntos suspensivos.
Aqu naci aquel rayo de la guerra,
. . .. .. .. .. . .... . . . . .. . . . . . . , . .. . . . . . . . . . . ..
ante quien muda se postr la tierra...
(CARO.)
DE LOS SIGNOS -I>E INTERROGACIN 1 DE ESCLAMACIN.
\ Para sealar en la escritura la especial entonacin
que se da a la voz, al hacer una pregunta, debe colocarse
- 46-
sta en tre los signos .. ?, el primero de los cuales se
denomina interrogativo inicial, i el segundo, final. '
A orillas de un estanque
diciendo es taba un Pato:
A qu animal dio el cielo
los dones que me ha dado?
(IRIARTE.)
I dejas, Pastor santo,
tu grei en este valle hondo, escuro,
con soledad i llanta,
i t, rompiendo el puro
aire, ta vas al inmortal seguro?
(FRAI Lus DE LEN.)
1 con toda esta bulla qu hai de nuevo?
. (IRIARTE.)
Los placeres i dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
qu son sino corredores,
i la muerte es la celada
en que caemos?
(JORJE MANRIQUE.)
-\las a vender la burra, o a cambiarlaj-e-le dijo
'uno de los de Riego al bueno de don Anjel,
-'Yo? a lo que primero me salga: lo mismo me da
a cuestas que al hombro,
-Sabis lo que os digo?-aadi6 Melchordirijindose
a todos sus compaeros ;-que no os metis a tratar
con los jitanos.
-Por qu ?-le replic su convecino.
(VALBUENA.)
Como se ve en los ejemplos precedentes, solo 10 que
-47 -
corresponde a la pregunta debe encerrarse entre los
signos interrogativos i -stos se emplean an en casos
en, que la interrogacin es un mero artificio de retrica,
como sucede en el pasaje de Jorje Manrique.
Se usa el signo interrogativo final, encerrado entre
parntesis, despus de una palabra o frase cuya exac-
titud se pone .en duda.
Matusaln vivi 969 aos (P).
Sansn mat dos mil (?) filisteos con una quijada
de asno.
Una violenta emocin o un sentimiento profundo
- nos mueven a veces a modificar el tono de la voz, para
que nuestras espresiones reflejen con mas exactitud lo
que pasa. en nuestro interior, i en estos casos encerramos
entre signos admirativos la palabra o frase de que 110S
servimos para estas manifestaciones.
Los signos admirativos ... ! se denominan tambin
inicial y final, y estn sujetos a reglas anlogas a las que
$e acaban de indicar respecto al uso de los interrogantes,
como se ver por los ejemplos siguientes.
-I-fija!-grit, i el reprimido llanto
de mis ojos brotaba en largo ro;
ella puso en' mi frente sculo santo,
i esclarn cariosa:-Padre mo!>
Desecha tu afliccin; tus duelos calma.
Toma' estas flores; te darn consuelo.
i Para ti, para ti, padre del alma,
las he cojido en el jardn del cielo!
(TEnDRo LLORENTE.)
Para i yeme, oh sol! yo te saludo'
i esttico ante ti me atrevo a hablarte.
(ESPRONCEDA.)
La colocacin de dos o tres signos admirativos al final
(IRIARTE.)
- 48-
de una esclarnacin, significa Que nuestra admiracin
es mas intensa.
Esp6sito infeliz!'! [Hurfano infame]!'
(DUQUE DE RIVAS.)
Cuando el signo admirativo, encerrado entre parn-
tesis, se coloca despus de una palabra o frase, quiere
decir que esta espresin causa asombro.
Aunque cita (la Academia) los diminutivos callandico
i callandito, no callando, de Imenea:
B. No hai nadie.
1. Habla callando O).
....................... , ~ I . ~ a .
Caracolear es hacer caracoles (!) el caballo; i dcese
de otras cosas (Diccionario de 1884).
(PEDRO DE l\1UJICA.)
Si la interrogacin o la esclamacin son indirectas,
. no llevarn los signos de que aqu se trata.
T bien sabes
, -
con que mana
robo i guardo
mil alhajas.
y a saben ustedes c6n10 est.>
(TAMAYO 1 BAUS.)
'Salvo los puntos suspensivos, ninguno de los dems
signos de puntuacin de que hemos hablado hasta ahora
se pondr despus de uno admirativo o de uno interro-
gativo.
Qu sucede? I Virjinia? .. jEl rostro ocultas]. ..
(Separndole las manos del rostro.)
(TAMAYO 1 BAUS.)
- 49-
Cmo! Llorando ests?-Por qu? .. No acierto]. ..
Vamos; dilo.
Que si esta mi cabeza desdichada
pudiera oh capitn! satisfacerte,
tendiera el cuello a que con esa espada
remataras aqu mi triste suerte>
(ERCILLA.)
Ntese que en el ejemplo precedente, tomado de la
edici6n de la Academia, no aparece la coma que exije
el vocativo antes de la esclarnacin, aunque en otros
casos anlogos la docta Corporacin pone la puntuacin
correspondiente, como puede verse en el siguiente pa-
.
saje.
Entra con un rumor i furia estraa,
gritando: Cierra! cierra! Espaa! Espaa!
(ERCILLA.)
Solo en la Gramtica de la Academia he visto poner
coma o punto i coma despus de un signo interrogativo
o de esclamacin, como se ve en estos ejemplos.
~ D 6 n d e has estadoj ; qu has hecho en tantos das?;
cmo no te pusiste en camino, as que recibiste mi carta?
[Cunto engao}; [cunta perfidia]: [qu imprudcncia!
Digo yo que no tengas raz6n?, contest BIas a
Diego. j A las armas], gri taron todos>
Aunque en los ejemplos anteriormente copiados se
ha visto que, tanto en las interrogaciones' como en las
esclamaciones, se acostumbra poner el signo inicial i el
final, no faltan escritores que solo empleen este ltimo.
Estaba el Cerdo presente,
i dijo: Bravo! bien va!
(IRIARTE.)
4
- 50-
Oh! dijo el Borrico:
Qu bien s tocar!
(IRIARTE.)
Kesbet.
.Alohar.
Kesbet.
.. ~ ~ . - - Ramses,
Ameni.
Ramses.
Ameni,
Ramses.
Qu. dices?
Lo que Ameni
me asegur.
No me engaas?
(ECHEGARAJ. )
1 quines sois vosotros?
Los ministros
somos de la verdad!
Quin os la muestra?
1 a ti la luz del sol?
Mis propios ojos!
(ECHEGARAI.)
Hai quienes suprimen el signo inicial solo en las inte-
rrogaciones i esclamaciones precedidas inmediatamente
de otras, como puede observarse en estos ejemplos.
Qu? Podencos dices?
(IRIARTE.)
Estbamos apenas alojados
en el tendido JIano a la marina,
cuando se oy gritar por todos lados:
Arma! arma! enfrena! enfrena! ana! atna!-
(ERcrLLA.)
Con todo, la prctica digna de recomendarse, ya que
es la mas jeneral, es la de emplear siempre ambos signos.
A veces una misma palabra o frase participa del doble
carcter de interrogacin i de admiracin, i para indicar
esta idea en la escritura nos valemos de ambos signos,
-- 51 -
colocando un interrogante inicial i un admirativo final
o viceversa.
Qu mal, doctor, la arrebat a la vida!
. (CAMPDAMOR.)
As con Satans Julio habl un da:
-Quieres comprarme el almal-e-Vale poco.
-Tan solo por un beso la dara.
-Antiguo pecador, te has vuelto loco!
-"La compras?-No.-Por qu?-Porque ya es ma.
. " . (CAMPOAMOR.)
Eso s, pual-bram el monstruo. POS qu te pen-
sabas?.. (PEREDA.) .
<-i 1 eso te pasma?.. i1 por eso te sofocas, inocente
de Dios? (PEREDA.)
" Qu se me ha de perder a m en tu casa sino es
la sal, con solo mirar haza ella! (PEREDA.)
DEL PARNTESIS.
El parntesis consta de dos signos: uno inicial i otro
final, que pueden ser curvos (... ) o rectangulares [ ...].
Se emplean los primeros para encerrar toda indica-
cin u observacin que corta. el hilo del discurso i que
no tiene vnculo gramatical con el resto de la oracin.
El fidedigno Padre Valdecebro, .
que en discurrir historias de animales
se calent el celebro,
pintndolos con pelos i seales;
que en estilo encumbrado i elocuente,
del Unicornio cuenta maravillas,
i el Ave Fnix cree a pie juntillas,
(no tengo bien presente
BANCO DE LA
81BUOTECt. J Urs - RANGO
CA'!:A[()Gb.CION
- 52-
si es el libro octavo u en el nono)
refiere el caso de un famoso mono.
(IRIARTE.)
Para pasar el tiempo congregada
una tertulia de Animales varios,
(que tambin entre brutos hai tertulias)
mil especies en ella se tocaron.
(IRIARTE.)
Por entre unas matas,
seguido de Perros,
(no dir corra)
volaba un Conejo.
(IRIARTE.)
Corno se ve en los anteriores ejemplos, don Toms de
Iriarte pone la puntuacin correspondiente antes del
parntesis, a pesar de que lo mas jeneral es colocarla
despus.
Para abreviar (que no es esta la historia de doa
Engracia, sino la de Zurita), la dama consigui que el
filosofastro le sacrificara, como ella dijo, una hora
cada da para ensear latn al muchacho.> (LEOPOLDO
ALAS.)
<Pero la acusaci6n de Ud. viene tan razonada (i Ud.
. perdone que se lo diga) es tan hbilmente sofstica,
que me fuerza a desvanecerla con razones. (VALERA.)
<Gramtica es el arte de hablar i escribir correctamente.
Prop6nese, por tanto, ensear a conocer el valor i oficio
de las palabras, el modo de formar con ellas oraciones
i el de pronunciarlas o escribirlas; i se divide en cuatro
partes, Barnaclas A nalojia, Sintaxis, Prosodia Orto-
grafa, las cuales corresponden a los cuatro indicados
fines de conocer (Analoja) , ordenar (Sintaxis), pronunciar
(Prosodia) i escribir correctamente (Ortografa). (Real
Academia Espaola.)
-- 53-
Astolfo llega, i dice en tono airado
(confirmando Gradase el finjimiento):
Qu es de ti, Carlomagno desastradci'>
(BELLO.)
.No! No es discupable desbordamiento del jenio
emplear constantemente para lograr efectos (que por
supuesto no se logran) el pueril i gastado recurso de que
los personajes oigan i presencien tras de la cortina lo
que en .la escena pasa; no es rasgo de jenio que se des-
maye una madre (simplemente por saber que llega su
hijo) con el objeto de que se le caiga una carta que ha
de recojer otro personaje, para que haya un efecto esc-
nico;' ni disponer una tormenta para que don Carlos
lea a la luz de los relmpagos (como si no hubiera en su
casa bujas ni fsforos) una carta que arranca de sus
manos el viento; ni tener (sin plausible esplicacin) la
escena a oscuras durante largo tiempo, para preparar
una situacin; ni obligar al espectador a que admita
que al arrojar un hombre sobre una mesa una copa de
oro, es fuerza que se hiera con ella, i la llene de sangre,
para lograr despus un efecto de mal gusto, fundado
en base tan deleznable i falsa.> (REVILLA.)
Obsrvese que en este ltimo ejemplo no aparece
puntuacin ni antes ni despus de los parntesis.
En los ejemplos anteriores, la palabra o frase que se
encierra dentro del parntesis, por interrumpir el hilo
de la oracin, empieza con letra minscula, i sta es la
regla que ordinariamente se sigue, salvo el caso en que el
. parntesis contenga una espresin de sentido completo
e independiente de la oracin, como puede verse en el
siguiente pasaje, tomado del Arte de hablar en prosa i
verso, de don Jos G6mez Herrnosilla, edicin anotada
por don P. Martnez Lpez (Pars, 1850):
Una frente que es un claro cielo, en cuya altura
resplandece el sol sobre la nieve, sin duda para decir,
que siendo la frente blanca, el cabello era rubio; un nudo
dado en el cabello, en cuyo nudo el sutil amor qued
- 54-
enredado para hacer lazos i maraas de ello (la gramtica
exija de l), i atar el pensamiento al mas delgado (Qu
quiere decir esto? quin es el mas delgado?); unos a ~ o s
de vello, armados de cien flechas i mas, unos labios que
son rieles con que el placer re por sus orillas;unos caire-
les de dientes, en cada uno de los cuales hai un milln
de maravillas; unos ojos verdes (Qu hermosos seranl),
cuyas luces bellas son mil soles (No era malo, si cada uno
de ellos era un sol; pero mil? quin podra resistir tanta-
luz i tanto calor?), porque mil estrellas son poco; dos
mejillas que son dos mayos de azucenas i claveles en
un verano; i lo dems que he omi tido por evi tar proli-
jidad; es esto, no digo, describir poticamente, pero
ni siquiera hablar como racional?
La frase contenida en el primer parntesis aparece
con minscula, quizs por errata, puesto que se encuen-
tra en el mismo caso que las otras espresiones anlogas
de este trozo.
Tambin se usan los parntesis curvos para encerrar
las acotaciones que se hagan necesarias para la repre-
sentaci6n de un drama, i otras anotaciones que se juz-
guen convenientes.
Ascensin.-He interrumpido la conversacin? Me
dolera.
1sabel.- (Acercndose a Ascensi6n i dndole la
rnano.) Querida Ascensin!
Ascensine- (Le da la mano i dice despus para s
como sorprendida por el estremo de
cario.) Qu cariosa! (Isabel da
despus la mano a Pedro, el cual,
dejando suelta a Ascensin, que iba
de su brazo, se aparta con Isabel.
Entortees Ascenci6n comprende que
se ha acercado por Pedro i dice.)
Ah! (A Jaime que se habr acercado .
a ella.) He interrumpido? (Seal de
negaci6n en jaime.) Lo s. Usted
Jaime>--
~ . 55
me inspira confianza absoluta para
decrselo. He percibido un [chist! pro-
longado. i Chist! (Marcndolo mucho
imitando un chasquido.) El chirrido
del ascua cuando cae en agua fra.
( C o ~ intimidad sincera.) Ha descrito
usted su entrada..
(SELLS.)
Algunos autores dramticos acostumbran poner entre
parntesis curvos los apartes; pero otros, con mejor
acuerdo, solo ponen entre parntesis la palabra aparte,
para indicar que la cspresin que sigue debe recitarse
de ese modo.
A la pjina 195 de la Gramtica de la Real Academia
Espaola, edicin de 1917, vienen las siguientes citas;
Las lgrimas i barbas de estas seora las tengo cla-
vadas en el corazn (Quijote, 11, 41). Todo esto se le
renov a don Quijote en la soltura de sus puntos (Qui-
jote, 11, 4 4 ) ~ La esperiencia le ha ido enseando tambin
al hombre que cuando ayuda a sus semejantes suelen
ellos ayudarle igualmente (Cnovas del Castillo, Obras,
I, l70).
A pesar de que la docta Corporacin no pone aqu
signo de puntuacin antes del parntesis ni al terminar
la palabra o frase que ste encierra, la prctica contraria
es de bastante uso i la misma Academia, la sigue en su
Diccionario, en donde, despus de cada una de las pala-
bras que define pone punto, al cual sigue frecuentemente
un parntesis, cuyo signo final va precedido de punto,
como puede verse en este artculo:
Silueta. (Del francs silhouette, de Silhouette, que
se hizo clebre en 1754, como Inspector del Tesoro, i
del cual tomaron nombre muchas modas de su tiernpo.)
f. Dibujo sacado siguiendo los contornos de la sombra
de un objeto. 'j)
Don Pedro Felipe Monlau sigue esta ltima prctica,
_o 5 --
como se ve en el ejemplo que tomo de la pjina 30 de
sus Elementos de Literatura, Madrid, 1883:
Seres abstractos.-Se describen enumerando sus
causas. sus efectos, sus propiedades, etc.
Ejemplos: La gloria es una brillante i mu estendida
fama que el hombre adquiere por haber hecho muchos i
grandes servicios o a los particulares, o a su patria, o
a todo el jnero humano. (CICERN.) Aqu se han
enumerado las causas.>
Sin embargo, son muchos los que siguen la prctica
indicada en la Gramtica de la Academia, como puede
verse en el siguiente pasaje, que trascribo de las pjinas
126 i siguiente de la obra intitulada Gua del buen decir,
de don Juan Bautista Selva:
Tmese ejemplo en estos versos, ya que es fcil cole-
j ir el significado respectivo:
~ y aun yo) con ser lo que soi,
no compitiera contigo
(L. DE VEGA. Si no vieran las mujerest);
No compite en frescor con las manzanas>
(C. GUIDO 1 SPANO. Poesas griegas, Rufinoi;
Desnudo lleva el cortador acero,
que vengar le compete la cada
(VILLAVICIOSA. La Mosquea, canto 5.);
No son tales pensamientos
los que mostrar me compete
(HARTZENBUSCH. La lei de la raza),
A veces se prefiere poner en forma de nota las indi-
caciones, principalmente cuando son largas, i entonces
- 57-
. se seala la anotacin con un nmero, una letra, o un
.. asterisco, que pueden ponerse entre parntesis curvos.
Tambin se emplea el parntesis curvo final para
separar la letra o el nmero de los diferentes miembros
de una enumeracin, como puede verse, verbigracia, a
las pjinas 16 i 17 de este opsculo.
Los parntesis rectangulares se emplean para indicar,
en la copia de documentos o inscripciones, lo que se su-
pone falta en el orijinal, como se. ve en el siguiente pa-
saje, tomado de la pjina 426 de La leyenda de los infan-
. tes de Lara, de don Ram6n Menndez Pidal:
. En cmara con [las] dueas mesurado [en el fabIar],
davades les vuestras donas mui de [buena] voluntad>
DE LA DIRESIS O CREMA
Se usa este signo (.. ) sobre la u que se encuentra entre
la consonante g i las vocales e o i, cuando queremos que
dicha u suene, corno en vergenza) argir; agero, lin-
gstica, etc.
Nos valemos tambin del mismo signo, cuando la
medida del verso exije la disolucin de un diptongo,
que comienza por una vocal dbil, sobre la cual se pone
la crema.
Qu descansada vida
la del que huye el mundanal rido, ... !
(FRAI Lus DE LEN.)
Aqu de Cipn la vencedora
colonia f u :...
(RODRIGO CARO.)
DE LAS COMILLAS.
Se emplean las comillas (<< .. ) para encerrar las citas
que se' hacen en estilo directo, segn se ha visto en el
curso de este mismo opsculo.
- 58 -_o
Si el testo citado comprende varios prrafos, las comi-
llas se colocan al principio de cada uno de stos i al final
del ltimo. '
Cuando la cita es en verso, algunos juzgan innecesario
el uso de las comillas, desde que la misma forma m-
trica indica el comienzo i el trmino de la cita.
Suelen ponerse tambin entre comillas las palabras
o frases sobre las cuales se quiere llamar especialmente
la atencin,
Para producir este mismo efecto, pueden subrrayarse
dichas espresiones en lo manuscrito i escribirse con cur-
siva o versalita, en lo impreso.
En ciertas enumeraciones, las comillas finales, colo-
cadas debajo de una o mas palabras, nos evitan la re-
produccin de stas.
DEL GU1N.
El guin (-) sirve para dividir una palabra que no
pueda escribirse entera al final de un rengln o cuando
se quieren separar sus partes constitutivas, para sila-
bearla o para otro efecto. .
Cuando se divide una palabra al final de un rengln,
el corte debe hacerse dejando a uno i otro lado slabas
completas, a fin de que no se altere la correcta pronun-
ciacin del vocablo. As las palabras nosotros, desamparo,
subrrogar, sobrino, perspicacia, sublime, sublunar, pueden
cortarse en cualquiera de las partes indicadas a conti-
nuacin por los guiones: no-so-tros, de-sam-pa-ra, sub-
rro-gar, so-bri-no, pers-pi-ca-cia, su-bli-me, sub-lu-nar,
De todas suertes, convendr evitar que quede una
sola letra al fin o al principio de rengln.
En medio de rengln, pueden presentarse casos en
que sea necesario dividir una palabra sin tatuar en cuenta
sus slabas, como cuando se separa la raz de la termina-
cin en las voces derivadas o los elementos componentes
de un vocablo: part-a, des-amparo, vos-otros, in-hbil,
chiqu-illo, flor-ecita, etc.
Tambin se emplea con frecuencia el guin entre las
- S9-
palabras yustapuestas, i as don Manuel Bretn de los
Herreros escribi una obra, cuya portada reza: La
Desvergenza, poema joco-serio; doa Emilia Pardo Ba-
zn tiene una coleccin de novelitas, rotuladas Cuentos
sacro-profanos, i don Emilio Cotarelo i Mori ha publi-
. cado una novela con el ttulo de El hijo del Conde-
Duque.
"DE LA RAYA.
Este signo ( ~ ) , que solo se diferencia del guin por
su mayor tamao.. se usa en los dilogos, para indicar
el cambio de interlocutor, como se ver en el ejemplo
siguiente:
<Contole punto por punto todo 10 ocurrido con don
Alonso, dejando a su amigo suspenso i mudo largo tiempo.
Al fin, dijo:"
-Es, en verdad, caso fuerte i a poco mas desesperado.
No os queda mas asidero que la resistencia de doa
Isabel. "
-Que ceder en cuanto su padre la esponga el valor
i alcance de su compromiso.
-Aun os 'queda otro recurso.
<.<- Cul puede ser?
-Matar a vuestro rival.
-.Cierto; pero. no por eso perdera menos a doa
Isabel.
-Quin sabe? De todos modos yo no me ausentara
en estas circunstancias tan solemnes para vos i para
vuestra dama. Supongo que la veris antes de partiros.
-Esta misma noche.
-Entonces confiad en ella todava.
-Agradezco vuestra voluntad, pero no tengo la
misma confianza. (COTARELO.)
Algunos se valen tambin de la raya, para encerrar
palabras o frases intercaladas, que mas comnmente
se ponen entre comas o entre parntesis.
Este signo se emplea asimismo para reemplazar una pa..
labra o frase que acaba de cspresarse i cuya repet icin se
- 60 -,-
quiere evitar, como cuando, queriendo indicar los diver-
sos rejmenes de un verbo, decimos, verbigracia:
Darse a estudiar-contra la pared-de cachetes-
por vencido. (Real Academia Espaola.)
No veo inconveniente para que en este caso pudiera
ponerse tambin, en vez de la raya, una simple coma,
que vendra a separar elementos anlogos. .
DE LAS DOS RAYAS.
Este signo (=), usado en copias o en escritos oriji-
nales, indica que lo que va a continuacin debe ponerse
en rengln aparte.
Con dos rayas verticales (11) suelen separarse, en
los diccionarios, las diversas acepciones de un mismo
vocablo.
En los tratados de mtrica se emplea a veces una
sola raya vertical C) para separar las clusulas rtmiticas
o los hemistiquios de un verso, o para indicar el paraje
en que debe hacerse un hiato.
Tomo de la Ortoloja i Mtrica de don Andrs Bello,
los siguientes ejemplos:
De sus h I jos la t6r I pe avutr I da
el pes l do VDlr I conoc 1 a:...
Husped eternoldel abril florido; ...
Es sulamo un caballero
de mucho valor i bro.
,
OTROS SIGNOS ORTOGRAFICOS.
Apstrojo.
Desde antiguo se ha empleado el apstrofo ('), para
indicar la supresin de una vocal inicial o final, prctica
61
que. se ha continuado en la trascripci6n literal de testes
antiguos i en la reproduccin del lenguaje popular,
como se ve .en estos ejemplos:
Aqu s' compieza la Gesta de Mio Cid el de Bivar,
Poblado ha Mio Cid el puerto de Alucant.
Dexando a Zaragoza e a las tierra d'ac,
e dexando -a Huesca e las tierras de Montalvan,
contra la mar salada compez de guerrear.
A Oriente exe e) so), e torns'a esa part' .
. (El poema del Cid, edicin de don ANDRS BELLO.)
Al umbral de tu puerta
J' he preguntado:
-Mientras yo h'estado ausente,
quin ha reinado?
M'ha respondido
qu'en ausencia i presencia
'yo solo he sido.
(Cantos populares espaoles, reunidos por don FRAN-
CISCO RODRGUEZ MARiN.)
DEL ACENTO CIRCUNFLEJO.
Este signo (A) se emple antiguamente para marcar
la slaba. acentuada i tambin para indicar que la eh
- deba pronunciarse como k i que la x deba tener el valor
actual. As se escriban monarcbia, conex, exmen,
A pesar de que el Diccionario acadmico asevera que
en nuestra lengua no tiene ya uso alguno este signo, lo
vemos empleado para indicar la contraccin de ciertos
vocablos en el lenguaje popular, segn aparece en los
siguientes ejemplos:
Bendita la mare
- 62
que tic que dia,
compaerita.e-erosita i mosqueta
por la madrug!
(Cantos populares espaoles, reunidos por don FRAN..
CISCO RODRGUEZ MARiN.)
Con ese m de mir
i ese semblante risueo
bal'ust mas pesetitas
qu'estreyitas tiene'r siete.
(IBIDEM.)
. Aun hai otros signos como los de prrafo (), caldern
( ~ ) t asterisco (*), llave o corchete ({), manecilla CBEr),
flecha (-"), pleca ( ), etc., de uso mas res-
trinjido i cuya intelijencia no ofrece mayores dificul ..
tades.
NDICE
PRLOGO .- . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
DE LAS LETRAS EN JENERAL. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 14
MAY-SCULAS I MINSCULAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
USO DE VARIAS LETRAS.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
BiV............................................. 16
C,SiZ 17
e i S. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 18
SiZ ~ 19
e i Q. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
G i J . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
.H. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
1 iY. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
M iN. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
R i rr. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
X.. . . . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. . . . .. . . .. . . . . 2S
CONSONANTES INTILES.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
COMPUESTOS 1 DERIVADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
ACENTO ORTOGRFICO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
SIGNOS DE PUNTUACIN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
De la Coma..... ',' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Del Punto i Coma. . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
De los dos Puntos. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Del PuntoFinal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
De los Puntos Suspensivos. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . 43
De los Signos de Interrogaci6n i de Esclamaci6n. . . 45
Del Parntesis. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
De la Diresis o Crema. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
De las Comillas. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Del Guin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
De la Raya. '.' " '. . . . . . 59
De las dos Rayas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
OTROS SIGNOS ORTOGRFICOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Apstrofo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Del Acento Circunflejo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61