Los Evangelios
Los Evangelios
Los Evangelios
Historicidad y confiabilidad
Cristo
Testimonio no cristiano
Flavio Josefo
Plinio el Joven
Gobernador de Bitinia (pagano, como Pilato), redacta el culto cristiano sobre un tal Cristo, a quien lo adoran como a Dios. Ao 112
Historiador romano (pagano) alude a Cristo y su ejecucin fechada y dictaminada por Poncio Pilato (tal cual lo relatan los Evangelios!). Ao 116
Tcito
Suetonio
Ao 49 Los historiadores ms antiguos de los que ahora nos fiamos para conocer la historia antigua por lo menos le dedican una o cinco lneas a Cristo Jess
Testimonio cristiano
La Didach
Escrito judeocristiano del siglo I. Ofrece las formas del culto cristiano primitivo, as como de las enseanzas y creencias de los primeros cristianos. Obispo (es decir, un sucesor de los Apstoles). Insiste en la divinidad de Jess como en su humanidad. Muri mrtir.
Escritos muy tardamente (siglo II-V), por lo que no pudieron haber sido redactados por quienes dicen (Ev. de Judas, Ev. de Santiago, etc.). Escritos para satisfacer la curiosidad de algunos cristianos. Escrito con contenido gnstico (secta de origen pagano que quera confirmar sus creencias dndole la autoridad de Cristo).
Los primeros en usar este nombre fueron los mismos autores de estos libros, no la Iglesia. (Ej. El Apcrifo de Justan)
No agregan nada nuevo ni los Evangelios cannicos ni mucho menos a la Fe de la Iglesia. No son escondidos por la Iglesia, sino solo rechazados como Revelacin por contener datos que procedan de corrientes paganas, no judas ni mucho menos cristianas.
Los Evangelios me cuentan el testimonio de un testigo directo del hecho: lo que mis ojos vieron, lo que mis odos oyeron (1 Jn 1) Ya Flavio Josefo pensaba que Jess era ms que un hombre porque realiz prodigios sorprendentes. De Cristo nos hablan quienes vivieron con l, quienes le vieron: testigos directos.
Los Evangelios se escriben para una comunidad cristiana que conoca los hechos. Si no dijeran la verdad, aquella generacin cristiana que haba presenciado los hechos los hubieran rechazado. Sin embargo, no existe ni un solo documento antiguo, carta antigua, noticia, etc. que contradiga lo que cuentan los relatos del Evangelio. Son tan conformes a los hechos que los cristianos, copiaron a mano los Evangelios. De modo que de los Evangelios tenemos ms copias que de ningn otro libro del mundo antiguo.
No hay originales de ningn libro antiguo, solo manuscritos (copias) De Virgilio (escritor romano) tenemos solo 3 cdices unciales (manuscritos de escritura antigua). De los Evangelios, 210. De todos los griegos y latinos (Homero, Platn, Aristteles, Cicern, etc.) no tenemos obras completas sino hasta el siglo VIII (700). De los Evangelios conservamos 78 cdices completos antes del siglo VI (500)
Reuniendo citas de escritores cristianos del siglo II (Orgenes, Justino, etc.) podemos reunir 26 mil 487 citas que reconstruyen el Evangelio entero.
Confiabilidad:
Autor
Aristteles
Libro
Lgica
Historia de Roma
Distancia de su original
1400 aos
Tcito
1340 aos
Polivio
1067 aos
Evangelios
100 aos
Si confiamos en los escritos de Aristteles, Tcito, Polivio, etc. que nos narran los hechos que vieron, con mayor razn puedo confiar en la historicidad de los Evangelios.
Un manuscrito de San Marcos que dista 10 aos de su autor Confirman lo que la Iglesia siempre ha dicho: la historicidad de los Evangelios
No hay libro de la antigedad que tenga ni el nmero ni la calidad histrica ni la confiabilidad ni la autenticidad de los Santos Evangelios. Son testimonios histricos.
Conclusin:
Tengo todas las garantas histricas para fiarme de lo que testimonian los Evangelios como escritos histricos (es decir, de quienes vieron a un hombre que deca: Yo soy Dios y lo confirm con sus obras). Los Evangelios han superado el anlisis histrico al que se somete cualquier libro de la antigedad en los que ahora confiamos. Y lo ha superado abismalmente.
No son relatos taquigrficos de Jess (nadie iba siguindolo y apuntando lo que iba diciendo) No son neutros, han sido escritos para creyentes, para sostener y acrecentar la fe de los cristianos y por lo tanto como anuncio de un hecho histrico. Por lo tanto, no se les pida lo que no son
Qu son?
Relatos histricos de los recuerdos (memoria) de los Apstoles y discpulos sobre Jess, hecho (Cristo) que consideran vital para todo hombre (anuncio) Memoria y anuncio
Histrica (Testimonio)
Intencin
3.
Las palabras y obras de Jess (Encuentro) El testimonio de los Apstoles y discpulos, testigos directos de Jess (predicacin oral) La redaccin de los Evangelios (testimonio escrito)
Apstoles y discpulos
Jess Evangelios
El mtodo: la Fe
Aclarado as que NO nos hallamos anta una relacin taquigrfica, un acta, una redaccin movida por la preocupacin de cumplir una funcin de crnica en sentido estricto, para comprender debemos entonces encarar el dato tal como se nos muestra: como memoria y anuncio. pag. 49
Los Evangelios son testimonios de la memoria de los discpulos de un hecho, Jess. Por tanto, debo leerlos as: con los ojos del testigo. Y mirar con los ojos del testigo se llama FE (conocimiento indirecto). El mtodo (mirar con los ojos del testigo (Fe)) lo impone el objeto (testimonio)!
Adems, ya hemos visto que quien niegue lo que cuentan los Evangelios, ms tendra que negar lo que cuenta Tcito sobre Roma, Plinio el joven sobre Roma, y tantos otros historiadores y testigos que nos hablan de lo que vieron en la antigedad y de los que tenemos menos documentacin histrica que de los Evangelios. Y Eso que no hemos visto lo que la arqueologa ha descubierto sobre los Evangelios
Llegados a este punto hay que recordar que no podr producirse ningn contacto si no estamos dispuestos a dejarnos provocar por la totalidad del hecho (pg 50) Es necesario estar dispuestos a que nos provoque la totalidad del hecho (que nos relatan los testigos) pag. 51
Volviendo al mtodo
Cmo aferrar entonces el hecho de Cristo para poder valorar su pretensin (ser verdaderamente Dios hecho hombre)?... Comenzando a recorrer la memoria y el anuncio que hacen de l aquellos que ya han sido cautivados por l?. (pg. 52)
Un requisito de mtodo
Compartir y convivir
De los indicios a la certeza
A) Compartir y convivir
En el Evangelio, quien pudo entender que haba que tener confianza en aquel Hombre, es quien le sigui y comparti su vida, no la masa de gente que lo segua buscando la curacin. (pg. 52)
Esto pasa tambin con nosotros: tendr ms certeza de Cristo, mientras ms viva y comparta con l (Teo II)
La multiplicacin de los signos respecto a su persona conduce a la razonable conclusin de que me puedo fiar de l. En efecto, el hombre es capaz de fiarse porque intuye los motivos adecuados (usa su razn, captando los motivos adecuados, los signos) para creer en otro y para adherirse a lo que afirma. (pag. 53)
Nos dice C. Tresmontant en su libro La inteligencia frente a Dios: Es la inteligencia (del latn intellegere, que significa leer dentro, traspasar las apariencias para captar la esencia o verdad del objeto) lo que Jess constantemente invoca. Y la apremia. El reproche constante en su boca es: No entendis, no tenis inteligencia? An no creis?, aade. La fe a la que insta nada tiene que ver con la credulidad. Esa fe (a la que invoca) es precisamente el acceso de la inteligencia a una verdad (que slo Dios puede obrar as!), el reconocimiento de esta verdad, el s de la inteligencia convencida y no una renuncia a la inteligencia.
Hay que ejercitar la inteligencia para captar el carcter nico de una medida nueva