Cantata
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Cantata
NDICE
1.Canto fundacional de La Rioja
2.La Maloca
3.Un Santo de madera de naranjo
4.Invocacin a las divinidades diaguitas
5.Las madres aborgenes
6.El reparto del agua
7.El canto popular
8.Oda a los Caudillos
9.Vidala del xodo
10.Vidalita de los creadores
11.Serenata a la Ciudad de los Azahares
12.Chaya Final
LA MALOCA
Los reyes de Espaa Isabel y Fernando, que tutelaron con humana
preocupacin la gesta del descubrimiento y la conquista, impartieron a
sus sbditos una serie de normas llamadas a ajustar su conducta dentro
de las tierras anexadas.
Ambos soberanos, que estaban plenamente orgullosos de las
expediciones peninsulares a tierras del Nuevo Continente, les preocupaba
por sobre todas las cosas, que los indgenas se fueran integrando
paulatinamente a la corona, ms all de las obligaciones que las armas
haban logrado imponerle por la fuerza. Dicho de otra manera, se quera
y se pretenda que los indios de Amrica tuviesen estmulos materiales y
espirituales para identificarse con la hispanidad. La Reina Isabel era la
ms insistente en este alto propsito.
Sin embargo, ac en Amrica, los propios colonizadores se encargaron de
alterar el rumbo de estas posibilidades, y tal gravit en ellos el demonio
de la codicia y la insobornable insinuacin de la riqueza, la cual vena,
tentadoramente, a quebrantar los anhelos ms loables.
PACHAMAMA
EL CANTO POPULAR
Los pueblos que poseen canto propio, son los nicos capaces de sobreponerse al
destino ms adverso.
Desde un principio, La Rioja, por sus mltiples conjuntos de atractivos naturales,
notabiliza el acento de juglares y poetas. Prueba de ello es que, en esta tierra, se
gest uno de los primeros poemas que singularizaron al nuevo continente o
mejor, que aparecieron en tierra nueva como se dice. Nos referimos al Canto de
Famatina, para algunos la primera oda de gracia y de alabanza surgida en este
pas. Su autor fue Mateo Rojas de Oquendo, un ilustre colaborador jurdico y
acompaante insustituible de Ramrez de Velasco.
Las ingentes riquezas de oro y de plata famatinense, que Rojas de Oquendo cree
de tanta o de mayor importancia que los yacimientos de Potos, sirven al poeta
para plasmar la inspiracin de un canto mayor, en donde campea la mejor
inspiracin de esos vates que dieron universalidad y jerarqua a los maestros del
denominado Siglo de Oro. La obra habra sido leda en reuniones y veladas a las
que concurran algunos notables compaeros de la conquista y adquiri cierta
notoriedad por transmisin oral. Como era usual en ese entonces, su autor
remiti una carta a su Majestad el Rey pidindole autorizacin para publicar el
mencionado trabajo, junto a la cual se remita el texto original. Pero parece ser
que ambos envos se extraviaron irremediablemente a raz del naufragio del
barco que los transportaba.
CHAYA FINAL
La primera parte es una breve informacin de la variante
paisajstica de la provincia.
Ella se consolida en la fiel identidad geogrfica. Es como decir, a
travs de la cancin, lo que nuestra provincia posee de
preponderante.
Todo ello ha servido para labrar un canto sencillo pero tambin
logrado a punta de corazn.
Y el final va concretndose en una culminacin equilibrada de
alabanza y elega.
Dirase que esto es as porque desde siempre quedaron muchos
golpes del pasado sacudiendo y conmoviendo el presente.
La narracin cantada se detiene necesariamente en detalles
porque sus connotaciones han dejado heridas que aun siguen
abiertas.
Queda dicho que la riojanidad es para nuestros coterrneos una
larga tragedia.
Pero los riojanos siguen de pie. Porque como dice lo medular del
canto, todava hay espacio para la esperanza.