La homeostasis del hierro en mamíferos se regula principalmente a nivel de la absorción intestinal, ya que no existe un mecanismo de excreción activa. La regulación involucra cuatro mecanismos como la modulación de la absorción por el enterocito, los depósitos de hierro, la EPO e independiente de los niveles de hierro, y la hepcidina, considerada la principal hormona reguladora. Las alteraciones en el metabolismo del hierro pueden deberse a déficit o sobrecarga, causando anemias como la ferropénica o la sider
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La homeostasis del hierro en mamíferos se regula principalmente a nivel de la absorción intestinal, ya que no existe un mecanismo de excreción activa. La regulación involucra cuatro mecanismos como la modulación de la absorción por el enterocito, los depósitos de hierro, la EPO e independiente de los niveles de hierro, y la hepcidina, considerada la principal hormona reguladora. Las alteraciones en el metabolismo del hierro pueden deberse a déficit o sobrecarga, causando anemias como la ferropénica o la sider
La homeostasis del hierro en mamíferos se regula principalmente a nivel de la absorción intestinal, ya que no existe un mecanismo de excreción activa. La regulación involucra cuatro mecanismos como la modulación de la absorción por el enterocito, los depósitos de hierro, la EPO e independiente de los niveles de hierro, y la hepcidina, considerada la principal hormona reguladora. Las alteraciones en el metabolismo del hierro pueden deberse a déficit o sobrecarga, causando anemias como la ferropénica o la sider
La homeostasis del hierro en mamíferos se regula principalmente a nivel de la absorción intestinal, ya que no existe un mecanismo de excreción activa. La regulación involucra cuatro mecanismos como la modulación de la absorción por el enterocito, los depósitos de hierro, la EPO e independiente de los niveles de hierro, y la hepcidina, considerada la principal hormona reguladora. Las alteraciones en el metabolismo del hierro pueden deberse a déficit o sobrecarga, causando anemias como la ferropénica o la sider
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La homeostasis del hierro en mamíferos está
regulada principalmente a nivel de absorción
intestinal, ya que no existe un mecanismo de excreción activa del mismo. El exceso de hierro deriva en daño celular por la formación de radicales libres y produce sobrecarga de hierro; su déficit puede presentar con o sin anemia siendo ésta la deficiencia nutricional más común en el mundo. La regulación de los niveles de hierro, como se mencionó, es muy sutil. Desde hace muchos años se ha planteado que la absorción intestinal juega un factor crítico para el mismo, debido principalmente a que los seres humanos no disponemos de una vía de excreción del hierro. Han sido propuestos cuatro mecanismos reguladores, no totalmente dilucidados, para explicar la homeostasis del hierro. El primero es el bloqueo mucosal, en el cual según la carga del hierro dietético el propio enterocito modula su absorción. Un segundo mecanismo dependiente de los depósitos de hierro, el tercero llevado a cabo por la EPO e independiente de los niveles de hierro, y el cuarto protagonizado por la hepcidina, considerada actualmente como la principal hormona reguladora del metabolismo del hierro, ya que establece el enlace entre los depósitos y la absorción. Además, la hepcidina forma también parte del sistema inmune innato y posee actividad antimicrobiana. Las alteraciones del metabolismo del hierro en el organismo pueden deberse a un déficit de hierro (anemia ferropénica) o a una sobrecarga de hierro (hemocromatosis). El 90% de los casos de disminución de la síntesis de hemoglobina se deben a un déficit de hierro. El 10% restante pueden ser provocadas por un trastorno de alguno de los mecanismos que determinan el equilibrio del hierro: llegada insuficiente de hierro a eritroblastos, trastornos congénitos de la síntesis del grupo hemo (anemias sideroblásticas). La anemia ferropénica se define como el descenso de la concentración de la hemoglobina en sangre secundario a una disminución de la concentración de hierro en el organismo, ya sea por un aporte insuficiente de este elemento, un aumento de su consumo o un exceso de su pérdida. Las causas de anemia ferropénica pueden ser muy diversas. La anemia ferropénica debida a causas fisiológicas (por un aumento de las necesidades o pérdidas repetidas de sangre) afecta de manera especial a las mujeres en edad fértil (por la menstruación) y a los niños en edad de crecimiento. La anemia sideroblástica se debe a una mala utilización de hierro en la síntesis del grupo hemo que, a su vez, puede deberse a causas muy diversas. Aunque existe una forma hereditaria ligada al cromosoma X, la mayoría son adquiridas, secundarias a la ingesta de etanol y diversos fármacos. Se produce una anemia muy leve y un estado de sobrecarga de hierro con acumulación en el interior de la mitocondria, que altera su morfología y función. Las causas de sobrecarga de hierro pueden obedecer a un aumento de la absorción intestinal de hierro, a defectos de su utilización o a su administración inapropiada. Se produce en varones o mujeres menopáusicas y se clasifican en dos grupos: hemocromatosis secundaria (etiología genética) y secundaria (por administración repetida de transfusiones, aumento de la absorción por anemia crónica, ingesta excesiva de hierro, hepatopatía crónica como puede ser la cirrosis, etc. El diagnóstico de la anemia ferropénica exige la confirmación de la disminución del contenido de hierro del organismo. Las magnitudes bioquímicas que tienen interés para diagnosticar una anemia son las siguientes: La concentración de hierro (II + III) en plasma en el hombre es 15-20% más alta que en la mujer, posiblemente por causas hormonales, ya que esta diferencia desaparece en la menopausia. En la mujer se producen también variaciones mensuales debida a la menstruación. En el niño esta magnitud es mayor, pero decrece significativamente con el aumento de la edad. Por otra parte, la concentración de hierro en plasma sigue un ritmo circadiano. Todo ello contribuye a aumentar la variabilidad intra e interindividual de esta magnitud. La concentración de transferrina en plasma aumenta en todos los estados de ferropenia. Sin embargo, si se asocia un síndrome nefrótico,mal nutrición o enfermedades crónicas, en las que disminuye la concentración de transferrina en plasma, se compensan los efectos y resulta difícil de interpretar. Se ha establecido una correlación directa en adultos sanos entre la concentración de ferritina en plasma y la cantidad de hierro disponible almacenado en el cuerpo. Diversos estudios han demostrado que la concentración de ferritina en plasma proporciona una estimación indirecta de las reservas de hierro disponibles en el cuerpo para la síntesis de hemoglobina, tanto en las anemias ferropénicas como en los estados de sobrecarga. La concentración de ferritina en plasma es particularmente útil en el estudio del metabolismo del hierro, en la monitorización de la terapia con hierro, en la estimación de las reservas de hierro en grupos de alto riesgo de anemia ferropénica y en el diagnóstico diferencial de anemia. ACUÑA MORALES MAURY HERNANDEZ ROMERO KAROLAY GOMEZ JAILIINE GENESIS FUENMAYOR NACIEL GERSON OMAR
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