Que Clase de Terreno Eres

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¿QUÉ CLASE DE

TERRENO ERES?

Lucas 8:4-15
 
La Parábola, es uno de los métodos de oratoria para ilustrar
una verdad moral o religiosa mediante una comparación
extraída de la vida corriente.

El Sembrador: Es el que siembra la semilla. O el que


siembra la Palabra de Dios

“El Sembrador es el que siembra la Palabra de Dios” Mr. 4:14

La Semilla: Es la Palabra de Dios.

Los terrenos: son el corazón de la persona


“La lección de esta parábola: la
respuesta de una persona a la
Palabra de Dios depende de la
condición del corazón de esa
persona. Además, el fruto es la
única evidencia de que alguien ha
escuchado la Palabra
correctamente”.
El que oye junto
al camino – La
Respuesta
Frívola

“El sembrador salió


a sembrar su
semilla; y mientras
sembraba, una
parte cayó junto al
camino, y fue
hollada, y las aves
del cielo la
comieron” Lc 8:4
“Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y
quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven”. Lc 8:12

¿Cómo el diablo arrebata la Palabra de Dios de un corazón?


1. El diablo utiliza el engaño. Él “es mentiroso, y padre de mentira”
(Juan 8.44).
2. Se transforma a sí mismo para parecer ángel de luz y ministro de
justicia. Confunde a la gente mediante falsos maestros que vienen
en nombre de Cristo.
3. También utiliza el temor a lo que puedan pensar los demás.
4. El orgullo, la obstinación, el prejuicio o las diversas concupiscencias.
5. Apela al amor del corazón caído por los placeres del pecado porque
sabe que la gente ama “más las tinieblas que la luz, porque sus
obras son malas” (Juan 3.19), y él se aprovecha de esto.
El que oye
superficialment
e

“Otra parte
cayó sobre la
piedra; y
nacida, se secó,
porque no tenía
humedad”. Lc
8:6
“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído,
reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen
raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la
prueba se apartan” Lc 8.13
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos”.

“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal


que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del
principio”.

“Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y


sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis
oído” Col 1.23.
“Salieron de nosotros, pero no eran
de nosotros; porque si hubiesen
sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero
salieron para que se manifestase
que no todos son de nosotros” 1 Juan
2.19
El que cayó entre
espinos – Respuesta
Secular
 
“Otra parte cayó entre
espinos, y los espinos
que nacieron
juntamente con ella, la
ahogaron”. Lc. 8:7

La palabra griega para


“espinos” es akantha
“La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero
yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los
placeres de la vida, y no llevan fruto” Lc 8.14

“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y


lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden
a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de
todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores”. 1 Tim 6:9-10  

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del


mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que
quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios”. Stgo 4:4
El oyente fructífero

“Y otra parte cayó en buena tierra,


y nació y llevó fruto a ciento por
uno. Hablando estas cosas, decía a
gran voz: El que tiene oídos para
oír, oiga”. Lc 8:8

“Mas la que cayó en buena tierra,


éstos son los que con corazón
bueno y recto retienen la palabra
oída, y dan fruto con
perseverancia”. (Lucas 8.15). 
CONCLUSIÓN:
 
1. Es deber de cada persona tener un corazón preparado, listo para
“recibid con mansedumbre la palabra implantada” (Santiago 1.21)

2. Cuandosembramos el evangelio o enseñamos la Palabra de Dios a


nuestros vecinos y seres queridos, los resultados siempre varían
de acuerdo con la condición de los corazones de nuestros oyentes.

3. Eléxito o el fracaso no depende de nuestra habilidad como


sembradores. Algunas de las semillas que dispersamos caerán en
terreno duro, poco profundo o con espinos.

4. Perono hay nada malo con la semilla. Si usted es fiel a la tarea,


algunas de las semillas que esparza encontrarán buena tierra y el
resultado será abundante fruto.

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