El Estudio de La Conciencia: Estado Actual

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EL ESTUDIO DE LA

CONCIENCIA: ESTADO
ACTUAL
RESUMEN
Tener conciencia, es la experiencia más familiar y directa que
tenemos los humanos, pero es también un misterio que
concierne a los psiquiatras, los biólogos y los filósofos.
La conciencia tiene su asiento en el cerebro y es abordable en
términos de la actividad global de grandes conjuntos de neuronas
interactuantes.
El concepto de “estados alterados de conciencia” se refiere a
fenómenos en los límites de la normalidad, como los que se
generan en la meditación trascendental, el trance y el éxtasis y
en las experiencias de “revelación”, o de “posesión”, la hipnosis y
la disociación.
En la clínica psicopatológica y neurológica, son
también notables las alteraciones de la
autoconciencia que frecuentemente acompañan
a diversos trastornos mentales y algunas veces
constituyen su esencia.
INTRODUCCION
Esta conferencia es parte del ciclo que lleva por título “El retorno de
la conciencia”. Este título se justifica porque en los últimos años, un
número creciente de biólogos, neurocientíficos, psicólogos y filósofos,
han tomado de nueva cuenta el estudio de la conciencia como un
problema central. Que el estudio de la conciencia está en auge, lo
atestiguan más de una docena de libros importantes y centenares de
artículos publicados en los últimos años, que se ocupan del tema
desde distintos puntos de vista. Hoy en día, también los filósofos
tienen algo que decir acerca de la conciencia, pero es prudente
advertir que los filósofos actuales contemplan a la conciencia, como
parte y no aparte de la naturaleza.
Hoy en día, el dualismo interaccionista de Descartes,
tiene pocos partidarios entre quienes abordan a la
conciencia con los métodos de la ciencia.
El modelo naturalista, derivado del anterior, que propone que la
conciencia depende de un locus cerebral único donde se reúne la
información en términos espaciales y temporales, conocido como el
“Teatro Cartesiano”, se derrumbó también porque después de más
de un siglo de búsqueda, no se ha encontrado ese lugar de reunión.
La posición predominante es que la conciencia es una “propiedad
emergente” del cerebro en su totalidad. Para la mayoría de los
científicos, la conciencia, incluyendo sus atributos más sorprendentes,
es abordable en términos de la actividad global de grandes
conjuntos de neuronas interactuantes y se asume que
sus mecanismos neurales son susceptibles de ser aclarados.
VARIEDADES DE
EXPERIENCIA
CONSCIENTE
El concepto de “estados alterados de conciencia” se refiere
a fenómenos en los límites de la normalidad, como los que
se generan en la meditación trascendental, el trance y el
éxtasis y en las experiencias de “revelación”, o de
“posesión”, la hipnosis y la disociación.

Podemos decir que una persona tiene un estado alterado de


conciencia cuando experimenta un cambio cualitativo en su
experiencia.
Me limitaré ahora a algunos ejemplos:
En el misticismo, los sujetos intentan experimentar “la conciencia en sí
misma,” eliminando tanto el “ruido” interno como externo. Las técnicas
que usan consisten en reducir la actividad mental mediante alguna
forma de meditación o contemplación.
Esta experiencia, es conciencia pura,
conciencia abierta, sin contenidos, ni intenciones.
Es el trastorno disociativo que llamamos “personalidad
múltiple”, en el que la unidad de la conciencia aparentemente
se fragmenta entre distintas constelaciones de pensamientos,
sentimientos y conductas cada una presidida por un Yo que
ignora a los otros.
Menciono otro trastorno de la conciencia que afecta la experiencia
normal de ser agente de nuestra vida mental; el “robo del pensamiento”
y su contrapartida, “la inserción del pensamiento”; ambos se dan en
la esquizofrenia. La persona afectada tiene la convicción de que sus
pensamientos no son los propios, sino que están siendo sustraídos o
introducidos en su mente por un poder extraño.
En la epilepsia se dan alteraciones de la conciencia
que son tan extrañas que se prestan a ser interpretadas
como expresiones extranaturales. Dostoievski, cuya
experiencia personal con la enfermedad es conocida,
describió en sus novelas numerosos personajes epilépticos
e hizo referencia varias veces a sus propias
crisis, que iban precedidas de un momento de éxtasis.

“Durante algunos instantes, me siento invadido de un sentimiento


de felicidad inimaginable y del que una persona sana no puede
tener idea. Descubro entonces en mí y en el mundo una armonía.
Esta sensación es tan intensa, tan eufórica, que daría 10
años de mi vida, por no decir la vida entera, a cambio de unos
segundos como ésos”.
El príncipe Michkin, personaje central de “El Idiota” sufría crisis
en las que había un momento en que “el crepúsculo de su alma se iluminaba de
repente, su cerebro se inflamaba y todas sus fuerzas vitales entraban en
evolución”. Su instinto de vida y su conciencia de sí mismo se complicaban en
esos momentos, breves como un relámpago. “Una luz inefable iluminaba su
espíritu y su corazón.” Todas sus inquietudes, todas sus dudas se disipaban
repentinamente para dar paso a una armonía serena, a la alegría, a la esperanza.
Algo parecido ocurre a Smerdiakov en “Los Hermanos Karamazov”.
Es enorme la riqueza experiencial que se debe a la disfunción del lóbulo
temporal, cuyo papel esencial en la integración sensorio-motriz, la afectividad,
la memoria y el mantenimiento de la vigilancia y de la conciencia es ahora
conocido.
En ciertos casos no se trata de una omnibulación más o menos profunda que
deja un recuerdo confuso, sino de una evolución completa de la conciencia
con amnesia de todo el episodio y conservación de una actividad automática
más o menos compleja y más o menos adaptada.
Conocer mejor el sustrato neural de estas variedades de experiencia
normales y patológicas, puede contribuir al mejor conocimiento de la
conciencia y de nuestra convicción de ser los agentes de nuestros
pensamientos y acciones. De hecho, una gran parte de la psicopatología se
expresa por alteraciones de la conciencia.
LA EVOLUCIÓN DE
LA CONCIENCIA
En los últimos 150 años, la ciencia ha comprobado la evolución
de las especies, incluyendo la especie humana. Centenares de
investigaciones paleontológicas han permitido reconstruir el
pasado filogenético del hombre y lo continúan reconstruyendo.

¿Podría la conciencia escapar al


proceso evolutivo?
No es de pensarse que así sea, porque la conciencia es
una capacidad adaptativa que en algún grado no es
propiedad exclusiva del hombre. Estudiar las etapas
evolutivas que conducen al cerebro y a la conciencia
humana, usando evidencia fósil, tiene un lugar en el
estudio de la conciencia.
En los mamíferos, los sistemas neurales evolucionaron para responder con
eficacia a la creciente complejidad de los ingresos sensoriales. Se estima que
hace 200 millones de años hizo su aparición la corteza cerebral primitiva y con ello
hizo posible cierto grado de conciencia de las experiencias globales del mundo
circundante. Algún grado de conciencia confiere una ventaja evolutiva a los
mamíferos sobre los reptiles, carentes de neocorteza. El proceso culmina en el
Homo sapiens con los niveles más elevados de conciencia; la autoconciencia que
como hemos apuntado es la capacidad única de los humanos de reflexionar sobre
los contenidos de su conciencia.
En su libro “The Origins of Consciousness in the Breakdown of the Bicameral
Mind” (11), J. Jaynes contempla algunos pasos en la evolución de la conciencia.
Según Jaynes hubo una fase (identificada por el periodo de las leyendas
homéricas) en la que la experiencia de alucinaciones era modal. En esta fase,
crítica para el desarrollo de la estructura social, Jaynes sugiere que
particularmente en los momentos de tomar decisiones, los individuos
experimentaban la influencia de “voces de los dioses”, como alucinaciones
auditivas imperativas.
La voluntad, la planeación, la iniciativa están organizadas sin conciencia
propia y después son comunicadas verbalmente al individuo
en su lenguaje familiar, algunas veces con un aura visual de una figura de
autoridad o sólo una voz que había que obedecer.
Más tarde, con el desarrollo creciente del lenguaje y la escritura, el
individuo fue capaz de prescindir de esta experiencia y, como una parte
integral de la evolución de la conciencia, distinguir y reflexionar con
autonomía.
Jaynes propone que la mente bicameral es una etapa de
la mentalidad que precedió al advenimiento
de la “verdadera” conciencia y acompañó a un tipo
de función cerebral más simétrica. El desarrollo de la
asimetría y de la estructura del lenguaje cada vez más
compleja es para Jaynes la clave de la evolución de la
conciencia durante un periodo corto, los últimos 5000
años.
¿TIENEN
CONCIENCIA LOS
ANIMALES?
Surge la pregunta de si la actividad cerebral humana
difiere cualitativamente de la actividad cerebral de
los animales superiores más cercanos al hombre como
son los primates. Ellos no pueden decirnos si están
conscientes, ni podemos indagar sobre sus experiencias subjetivas.
Carruthers (1) propone que los animales no tienen
experiencias conscientes. Sin embargo, su criterio radical se debe a una
visión antropocéntrica de la conciencia. Si dejamos a un lado las
características exclusivamente humanas de la conciencia, es aparente
que los animales superiores tienen conciencia aunque no tengan la
capacidad de razonar acerca de su
propia experiencia
CONTRIBUCIONES DE
LA PSICOLOGÍA AL
ESTUDIO DE LA
CONCIENCIA
En la década de 1920, William James, el padre de la psicología en
Norteamérica, abordó el estudio de la conciencia con un enfoque
naturalista; describió magistralmente sus propiedades y propuso
que la conciencia no es una cosa, sino un proceso y
metafóricamente le comparó con la corriente de un río: “la corriente
de la conciencia”. Las observaciones y los conceptos de James
acerca de la conciencia conservan interés para los teóricos y los
investigadores experimentales.
La psicología abandonó el conductismo radical y los psicólogos
cognitivistas rescataron a la conciencia y la pusieron
de nuevo en el centro de sus indagaciones. La psicología cognitiva
experimental se da en varias formas,
pero todas ellas comparten el interés central en estudiar las
estructuras y los procesos mentales, que vinculan a los estímulos
ambientales con las respuestas
de los organismos
Un experimento clásico puso al descubierto la disociación
en el tiempo entre el cerebro y los fenómenos
conscientes. Dos puntos coloreados son sucesivamente
iluminados y lo que ve el observador es el movimiento de
un solo punto entre las dos posiciones
y un cambio de color que ocurre a mitad del
camino. Lo anterior significa que la percepción del
color ha cambiado antes de que se perciba el segundo
punto.
CONTRIBUCIONES DE
LA FILOSOFÍA
Dennett opina que el tema de la conciencia
puede reducirse a un conjunto de problemas
que son manejables a nivel neural y sólo resta conocer
los detalles. Dennett sigue la línea de su mentor
en la Universidad de Oxford, Gilbert Ryle, quien en
1949, publicó un libro que hizo época, “El Concepto
de la Mente”, en el cual califica a la idea de “un
fantasma en la máquina”, como un residuo del pensamiento
precientífico.
En la actualidad, una nueva teoría es inimaginable, sólo en el
sentido de que nadie podía haber imaginado la relatividad o la
mecánica cuántica antes de que fueran inventadas.
David Chalmers propone que en el estudio de la conciencia hay
“problemas fáciles” y “otros difíciles”.
Los problemas fáciles, no son más desafiantes que la mayoría
de los problemas de la psicología y de la biología, en tanto que
los problemas difíciles son
un misterio. Un problema fácil es:
¿cómo puede el cerebro integrar la información que procede de
fuentes diferentes y usar esta información para dirigir la
conducta?
Esto tiene que ver con mecanismos objetivos del sistema
cognitivo y eventualmente será resuelto por los neurobiólogos.
Chalmers propone que las experiencias conscientes
tienen “un carácter extra”, una calidad especial o
cualia y advierte que le es fácil entender porqué la
gente se ve impulsada a las especulaciones espiritualistas.
Después de todo, dice, las experiencias subjetivas,
son las que dan significado a la vida. El problema
difícil sigue siendo, escribe Chalmers, explicar
cómo es que los datos que recogen los sentidos, se
vuelven parte de la conciencia.
Es notorio que la experiencia
subjetiva emerge de un proceso físico, pero
no tenemos idea de cómo o por qué.
Los trabajos recientes sobre la conciencia en las
neurociencias y en la psicología experimental permiten
pensar que el misterio se empieza a aclarar. Sin
embargo, como señala Chalmers, casi todo el trabajo
que se hace actualmente sobre la conciencia aborda
los problemas fáciles y no el problema difícil, que
persiste.
APORTACIONES DE
LA
NEUROBIOLOGÍA
El conocimiento de lo que en el pasado fue “terra incógnita” de la
biología, la corteza cerebral humahumana, avanza en las dos últimas
décadas a una velocidad vertiginosa.
Los investigadores cuentan con instrumentos poderosos:
los microelectrodos que permiten explorar lo que ocurre en el interior de
neuronas individuales, la electroencefalografía refinada, la resonancia
magnética, la tomografía por emisión de positrones y la
magnetoencefalografía, que permiten explorar en forma muy puntual la
estructura y la función de los sistemas neurales.
Con éstas técnicas, se han abordado con éxito aspectos de la mente
como la atención, la percepción, la memoria, el aprendizaje y también el
más elusivo de todos los fenómenos de la naturaleza: la conciencia.
Antonio Damasio, del Departamento de Neurología
de la Universidad de Iowa, es el autor del libro
“Descartes’ Error” (1994) y también de un libro
más reciente “The Feeling of What Happens” (1999). Damasio ha mapeado con
admirable minuciosidad
en centenares de pacientes con daño cerebral,
las localizaciones en el cerebro de las funciones mentales y sus alteraciones.

Una teoría de la conciencia, debe mostrar


cómo es que adquirimos el sentimiento de
un Yo propio que se construye de momento
a momento sobre la base de una imagen de
nuestro cuerpo, nuestra autobiografía.
“Es como el arcoiris, la reflexión de la luz sobre las gotas de agua,
que puede percibirse pero no puede tocarse ni medirse”.
Las oscilaciones que se generan en las neuronas del tálamo y lo
ligan con todas las regiones de la corteza cerebral, explican que
nuestras imágenes conscientes estén integradas.
Sus estudios muestran que en algunos síntomas psiquiátricos y
neurológicos hay una pérdida de la sincronía en este sistema.
Su teoría es que las oscilaciones tálamo-corticales constituyen
la base funcional del fenómeno mediante el cual el
individuo es capaz de tener una experiencia consciente
unificada de sus percepciones del mundo exterior,
no obstante que el cerebro las codifica en sitios distintos y a
tiempos distintos.
¿PUEDEN PENSAR
LAS MÁQUINAS?
En 1950, Alan Turing, el gran científico británico
de la computación, publicó en la revista “Mind” un
trabajo en el que planteó la cuestión ¿pueden pensar
las máquinas? y propuso lo que hoy se conoce como
la prueba de Turing, que por cierto ninguna máquina
ha pasado con éxito en forma consistente.

Los científicos de la computación nos asombran con las habilidades


de sus máquinas que realizan millones de operaciones por
segundo, y que llevan a cabo procesos que el cerebro humano es
incapaz de realizar. Sin embargo, Christof Koch del Instituto de
Tecnología de California, nos recuerda que “cualquier organismo se
maneja muy bien en su ambiente, no con un pensamiento lógico,
sino sintiéndolo, oliéndolo, viéndolo y moviéndose a su alrededor”.
Hoy en día, se construyen computadoras mucho
más poderosas, que se inspiran en las funciones
que lleva a cabo una neurona y muchas neuronas
conectadas en paralelo.

En comparación con las computadoras modernas,


el cerebro está limitado para formar con rapidez
coaliciones neuronales porque las neuronas actúan
muy lentamente. El cerebro compensa esta relativa
lentitud en parte usando simultáneamente muchas
neuronas conectadas en paralelo y arreglando el
sistema de manera jerárquica.
No hay duda que hoy se diseñan máquinas
que llevan a cabo algunas de las funciones
que hace una neurona, muchas neuronas, un
cerebro y muchas funciones más.
CONCLUSIONES
Si la conciencia está sujeta a las leyes que gobiernan otras funciones del
organismo podría ser explicada por actividades del cerebro que
todavía no han sido descubiertas. Mi punto de vista, es que la neurobiología
con sus técnicas finas, habrá de revelar en el futuro, la base neural de la
conciencia, y reducir “la brecha explicativa”. Estamos sólo al
principio de resolver el misterio de la conciencia.
Para terminar diré que algunos piensan que los avances
en el conocimiento que conduce a la naturalización
del hombre, ponen en tela de juicio la validez
de nuestro sentimiento íntimo de autodeterminación
y les resulta cuesta arriba reconocer que nuestro
Yo y nuestra mente radican en una intrincada red
neural y ésta a su vez depende de las moléculas de
DNA.

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