La tradición de la "quiebra del chorote" en los Andes tachirenses involucraba a las mujeres guardando cuarentena de 40 días después del parto. Durante este tiempo, las mujeres se preparaban con comidas nutritivas y no salían de casa para evitar "mal aires". Al final de los 40 días, las mujeres habían recuperado su fuerza y salud.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
28 vistas6 páginas
La tradición de la "quiebra del chorote" en los Andes tachirenses involucraba a las mujeres guardando cuarentena de 40 días después del parto. Durante este tiempo, las mujeres se preparaban con comidas nutritivas y no salían de casa para evitar "mal aires". Al final de los 40 días, las mujeres habían recuperado su fuerza y salud.
Descripción original:
Cuentos tipicos venezolanos como la llorona, el silbon, etc.
La tradición de la "quiebra del chorote" en los Andes tachirenses involucraba a las mujeres guardando cuarentena de 40 días después del parto. Durante este tiempo, las mujeres se preparaban con comidas nutritivas y no salían de casa para evitar "mal aires". Al final de los 40 días, las mujeres habían recuperado su fuerza y salud.
La tradición de la "quiebra del chorote" en los Andes tachirenses involucraba a las mujeres guardando cuarentena de 40 días después del parto. Durante este tiempo, las mujeres se preparaban con comidas nutritivas y no salían de casa para evitar "mal aires". Al final de los 40 días, las mujeres habían recuperado su fuerza y salud.
Descargue como PPTX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pptx, pdf o txt
Está en la página 1de 6
Cuenta la leyenda, que la Sayona, es el fantasma de una
joven mujer que fue condenada a vagar eternamente y
para siempre. Su maldición fue lanzada por su propia Madre cuando ésta la mataba ahorcándola, pero sin antes, haber asesinado a sus hijos y Marido que los quemaron vivos.
Este espíritu, persigue siempre a los hombres infieles o a
los mujeriegos. Ella se presenta como una bella prostituta que les pide que la acompañen. Cuando el incauto acepta y se va con la "Sayona", ella al poco rato se convierte en una un ser horrendo que luego los persigue hasta matarlos del susto o con un infarto.
Si su victima está dentro de un auto, ella hace que tenga
un accidente o que caigan a un barranco provocando su muerte.
Se dice que antes que estas personas mueran como se
menciona arriba, se les ven acompañados de una bella mujer, pero después, la mujer desaparece misteriosamente. Cuenta la leyenda, que hace mucho existía un Joven muy consentido por sus padres y que era muy malcriado. Cada vez que pedía de comer, de inmediato se lo daban.
Un día, este Chico quería comer Venado, y su Padre fue a
cazarlo pero tardó mucho en regresar. El Muchacho lo esperaba ansioso, pero cuando vio a su Padre no traer nada, se enfureció tanto que lo asesinó, luego le abrió sus entrañas y se las comió. Cuando su Madre supo del crimen de su Hijo, lo maldijo, luego soltaron a los perros para atacarlo. Cuando estuvo muy herido, en las heridas de este, le untaron Chile (ají picante) como castigo mortífero y para que se vaya para siempre. Tras todo esto, nunca lo volvieron a ver.
Se dice que este Joven, se convirtió en el Silbón, un espíritu
que anda silbando y cargando un saco que, dentro de este, están los huesos de su Padre que asesinó. Este ser, le teme al Chile y a los Perros, los mismos que ocasionaron su deceso. Cuenta la leyenda, que en Honduras habita el Gritón, y que al igual que en Brasil, es una criatura que jamás ha sido vista, pero cuyos espeluznantes aullidos, rompen el silencio nocturno en las selvas y montañas del país.
En la región de Trujillo y en el valle de Sula,
varios Campesinos afirmaron haber oído los gritos desgarradores del "Gritón". Uno de ellos cuenta:
"Conozco todos los animales de estos montes, y
nunca he escuchado nada igual a este grito tan espeluznante." Cuenta la historia de la Llorona que, hace mucho vivía una Mujer junto a sus tres hijos, ellos vivían bien y eran felices, hasta que en una noche de invierno, ocurrió algo terrible. El padre de los niños, regresó después de muchos años de haberlos abandonado.
Ellos habían vivido muy feliz sin él sin este
mal hombre, siempre paraba gritando y en borracheras, sin olvidar que siempre los castigaba sin sentido, así como también se metía con la Madre. La Mujer siempre rezaba para que este hombre no regrese, pero lastimosamente regresó. Cuando llegó este hombre, de una patada tiró la puerta y gritó por qué no lo habían recibido. Los niños muy espantados se escondieron. La Madre se enfrentó a su Esposo con tal de defender a sus hijos pero lamentablemente, ella fue golpeada y se desmayó por varias horas. Cuando ella despertó, lo primero que hizo fue buscar a sus hijos, pero al buscarlos por toda la casa, no los encontró ni a su Esposo. Muy desesperada, salió fuera de la casa y corrió bajo la tormenta llorando y gritando el nombre de sus hijos por varios días, meses, años, pero nunca los encontró. Pescadores ribereños sustentan la creencia de que en el Orinoco hay Sirenas. En la desembocadura del río Caris en el Orinoco, cerca de Soledad, existe una de esas sirenas conocida como la Carona y en el Alto Orinoco son las toninas que se transforman en Sirenas para seducir a los navegantes . A los pescadores que les caen en gracia, La Carona los obsequia con una buena pesca y los que no, los espanta con borbollones y batiéndoles la curiara. Un pescador de apellido Tortoledo murió del susto que le dio La Carona cuando lanzó su canoa desde el Orinoco hasta la garganta del Caris. Vicente Reyes, quien vive en La Encaramada, contó haber mejorado su suerte con la Carona al descubrir que a esta nereida del Orinoco le gustaba el Anís, licor muy dulce. De manera que cada vez que iba de pesca le rociaba su traguito. Entonces la pesca de lau-lau y morocoto se le daba de maravilla. En el Alto Orinoco creen que en las profundidades de ríos y lagunas de la región del Amazonas existen ciudades encantadas que los autóctonos distinguen con el nombre de Temendagui, perteneciente al reino de Máwari y que cuando un pescador llega a los lugares de pesca y no puede apartar de su mente a la mujer amada, lo más probable es que una tonina se transfigure en ella, lo seduzca y lo lleve hasta la ciudad encantada. Entre las antiguas tradiciones, al menos en los andes tachirenses, figura la llamada quiebra del chorote al cumplir las mujeres (la cuarentena) los 40 días de haber dado a luz. Esa tradición se realizaba muy a menudo en La Grita y sus campos, especialmente en La Quebrada de San José, Sabana Grande, Pueblo Hondo, Caricuena, Agua Caliente, Mogotes, Santo Domingo y Llano de Los Zambranos, entre otros. La mayoría de las mujeres se cuidaban mucho durante su embarazo. Pocas veces iban al médico, a menos que, vivieran en alguna ciudad con servicios de hospital público. Los días previos al nacimiento del nuevo heredero o heredera, era de “carreras”. Buscando la ropa del niño y las mejores gallinas para alimentarse en esos 40 días con suculentos almuerzos. Buscaban la comadrona de mayor fama y lógicamente preparar los “míaos” que consistía en aguardiente mezclado con esencias, ramas y panela quemada color caramelo. De allí surge el dicho popular: «Cuándo nos tomamos los miaos» o «Cuando nos invitas a los míaos». Los preparativos comenzaban por lo menos cuatro meses antes poniendo a engordar un cochino y a criar las gallinas. A lo largo de la cuarentena la parturienta se iba comiendo una pica tierra hervida, en caldo cuajado con leche, eneldo, papas enteras. Al final de esos 40 días las mujeres estaban vitales, rellenitas o con la libido alto. En todo ese tiempo, las damas no salían ni a la puerta de la casa, porque “podían coger un mal aire”. Igual, el niño.
TESIS-IDEAS POLITICAS RELEVANTES DE LOS LIDERES Y PENSADORES MAS CONNOTADOS DE LA AMERICA LATINA Y DEL CARIBE DESDE LOS INICIOS DE LAS HEGEMONÍAS HASTA NUESTROS DIAS