La Experiencia Religiosa 10deg

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LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Criterios
LA EXPERIENCIA RFELIGIOSA

El ser humano es un ser que tiene experiencia del mundo puesto que vive en él y como
tal se relaciona con el entorno. Es decir, la experiencia muestra la capacidad que tiene la
persona de experimentar, en definitiva, de vivir. Sin embargo, el tipo de experiencia
puede ser diferente en función de su objeto propio

Las experiencias que están vinculadas con la divinidad reciben el nombre de experiencia
religiosa en la que el sujeto establece una relación con una realidad espiritual. El éxtasis
religioso puede mostrar una experiencia religiosa. Del mismo modo, la conversión a una
religión en concreto también muestra otra experiencia interior que es íntima e
intransferible.

Se trata de una experiencia muy profunda pero también muy compleja puesto que el ser
humano puede sentirse desbordado por una vivencia que tiene dificultades para expresar
con palabras teniendo en cuenta que el lenguaje es limitado.
La experiencia religiosa es una vivencia íntima de Dios, un acercamiento a la esencia
divina que marca un punto de inflexión en la que vida personal.
Desde un punto de vista más general también puede recibir el nombre de experiencia
religiosa la actitud del ser humano que busca el valor de la trascendencia en su vida.
Una búsqueda de la espiritualidad que parte de la capacidad del ser humano para
hacerse preguntas vinculadas con la vida, la muerte y la existencia de un ser superior.

Una búsqueda de lo verdadero que aporta un sentido concreto a la existencia. Esta


búsqueda está muy vinculada con el silencio ya que muchos espacios de oración y
de culto están contextualizados en un ámbito de silencio para marcar distancia
respecto del ruido del mundo. Este hecho se muestra claramente en la meditación
que permite la introspección y la búsqueda de la verdad.
EL SENTIDO DE LA VIDA DESDE LA EXPERIENCIA DE VIDA
ESPIRITUAL

A lo largo de su vida el ser humano puede utilizar variedad de


criterios orientadores que le sirven de guía en su conducta o
determinan su elección en las situaciones dudosas de la vida
cotidiana.

Pueden distinguirse cinco niveles o tipos de criterio:

El placer como criterio.


Las normas del SuperYo.
La presión social.
Las normas jurídicas o leyes.
Los valores autónomamente aceptados.
El Criterio basado en el placer

Implica la búsqueda de lo agradable y la evitación de lo desagradable,


o sea, la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Es el único
criterio guía en las primeras etapas de la vida, en la infancia, entre las
personas que no han madurado. Sin embargo, hay situaciones en la
vida en que puede ser un buen criterio orientador de la conducta. El
criterio del placer es el que nos orienta, por ejemplo, cuando tratamos
de escoger entre diversiones y pasatiempos o al elegir un tema de
conversación. No puede ser éste el único criterio orientador de la
acción porque el hombre puede guiarse por criterios superiores, pero
esto no significa que siempre hayamos de evitarlo. En situaciones en
los que no están en juego estos valores superiores puede constituir un
criterio válido para la acción.
El Criterio basado en el Super Yo.

La esencia de este criterio consiste en que el sujeto se deja orientar rígidamente por
ciertas normas o valores que ha incorporado a su vida desde la infancia de forma
acrítica e irreflexiva. La incorporación inconsciente de este modelo en las primeras
etapas de la vida hace que dichas normas tengan un carácter autoritario y rígido, de
manera que el sujeto se vea incapaz de hacer excepciones a la imperatividad de la
norma en situaciones dudosas, de ser flexible ante las múltiples situaciones con que
se tropieza en la realidad .El sujeto se ve impelido a cumplir la norma de forma
mecánica sin que él mismo sea consciente de las razones de su obligación.

El Criterio basado en la presión social.

Supone este criterio la absorción de las normas y valores que el medio social le
impone a través de la moda, la propaganda, las opiniones de las mayorías. En
ocasiones la presión social actúa de forma inercial sobre el individuo de forma que
en las conductas guiadas por la fuerza de esta presión está ausente la libertad y la
responsabilidad. Indudablemente cuando actuamos por la fuerza de la presión del
grupo nos sentimos obligados pero se trata de una obligatoriedad externa y no de la
obligatoriedad interior, que es la propiamente moral.
El Criterio Legal .

Consiste en orientar y dirigir la conducta por medio de normas y leyes establecidas


por los poderes del Estado en algún código. En atención a dichas leyes el
individuo está dispuesto a contravenir lo que dicen a sus instintos, su Super Yo y
la presión social. Hay que decir que al hacer esto el sujeto tiene cierta garantía del
valor de su conducta, sin que todavía haya dado el paso a la esfera moral, pues hay
situaciones en las que el derecho y la moral caminan juntas pero existen otras en
las que discurren por vías diferentes. Una ley puede obligar a un ciudadano a
empuñar las armas y su código moral prohibírselo. Y además también a veces las
leyes pueden ser rígidas o inadecuadas para juzgar las situaciones concretas, como
ocurre en los casos de sujeción acrítica o irreflexiva a la letra de la ley, lo que se
denomina el legalismo.
El Criterio Axiológico o moral
Este criterio se basa en los valores internamente percibidos y apreciados como tales
por la persona en base a su propio convencimiento racional. Con este criterio una
persona puede descubrir algunos valores y apreciarlos como tales y en función de los
mismos, puede juzgar su situación y orientar su conducta, aún cuando tenga que ir en
contra de las leyes, la presión social y sus costumbres o instintos. Es el criterio moral
propiamente dicho, en el que sujeto maduro actúa de forma libre y responsable. Son
rasgos centrales del criterio moral los siguientes:
• Autonomía. Según la etimología de la palabra, significa aquello que se rige por sus
propias leyes; en moral suele entenderse por autonomía «el derecho de la persona a
gobernarse según reglas, que no le son impuestas de fuera» y aplicando este sentido a
la autonomía de la conciencia, diremos que consiste en aceptar como única norma de
sus dictámenes las leyes que nacen de la actividad racional del hombre.
• Universabilidad. El que sigue un criterio moral piensa que las normas que valen
para él han de poder valer para todos, han de ser universalizables, está convencido de
que el valor de las normas puede extenderse a todo el género humano.
• Incondicionalidad. Cuando alguien actúa según el criterio moral no busca ningún
otro objetivo distinto del propio cumplimiento, no pretende al cumplir la norma
respetar los dictados de la autoridad o someterse a la presión del grupo. Siente que ha
de cumplir la norma sin más porque esa es su obligación.

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