En 968, el rey croata Mihailo Kresimir devolvió la unidad a las tierras bosnias, empezando un proceso de asimilación de las poblaciones autóctonas neolatinas.
Sus publicaciones incluyen las novelas: Ožiljak (1956, segunda edición revisada en 1999), Lagum (1990), Bezdno (1995) y Nigdina (2000); una novela autobiográfica, Prozraci (2003); dos colecciones de ensayos Savremenici (1968) y Ukletnici (1993); tres colecciones de cuentos Dorćol (1981), Vračar (1994) y Glasovi (1997); la obra Knez Mihailo (1994) y el libro de jugos Žezlo (2001); el libro infantil Knjiga za Marka (1998); y el libro de oraciones Svetilnik (1998).
En Zeta, hoy Montenegro, el Papa coronó al rey Mihailo en 1077, y concedió el título de Archidiócesis a la ciudad de Bar, con lo que los serbios alcanzaban autonomía religiosa.
Tras la retirada de las últimas guarniciones militares otomanas en 1867, el príncipe Mihailo Obrenović trasladó de nuevo la capital de Kragujevac a Belgrado.
El hijo de Mihailo, Constantino Bodin, reclamó el trono en 1080, gobernando hasta su muerte en 1101. Los gobernadores continuaron cambiando, y el país aceptó la protección del Imperio bizantino para mantener a raya a su enemigo, el Primer Imperio búlgaro.
Los serbios de Zahumlje, aliada con Croacia y el príncipe Mihailo, se convirtieron en vasallos de Tomislav un tiempo antes de 926.
El hijo de Mihailo Constantino Bodin llegó a conquistar Bosnia en 1082 e instalado a Esteban, uno de sus cortesanos, como príncipe.
Mihailo Vujić (en serbio cirílico: Михаило Вујић, - Belgrado,) fue un político serbio que fungió como primer ministro del país entre el y el.
Después de la retirada de los últimos garnisones turcos en 1867, el Príncipe Mihailo Obrenović trasladó la capital de Kragujevac a Belgrado.
Además, después del Congreso Nacional Panucraniano (del 17 de marzo al 2 de abril de 1917), fue el Parlamento revolucionario de Ucrania, que dirigió el movimiento nacional y, mediante cuatro proclamas universales, condujo a Ucrania de la autonomía a la independencia antes de que los alemanes la disolviesen al año siguiente. La Rada se formó poco después de la Revolución de Febrero y quedó presidida por el historiador Mihailo Grushevski.
Para 1975 Yovna Jaydokovic, Mihailo Jezevik, Radovan Birovllev y el recordado Dussan Sopic, todos yugoslavos, este último duró varias temporadas en el cuadro rojo y es muy recordado por su entrega en el medio del campo y su extenso bigote.
Después de la circulación de tantas monedas en su territorio, el príncipe Mihailo Obrenović hizo acuñar una moneda nacional serbia.