batea


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batea

1. s. f. NÁUTICA Embarcación pequeña, de figura de cajón, que se usa en los puertos y arsenales.
2. Bandeja, semejante al azafate, de madera pintada.
3. Recipiente plano y con bordes que se usa para presentar, servir o trasladar una cosa. bandeja
4. Vagón descubierto de poca altura.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

batea

 
f. Bandeja o azafate de madera pintada, o con pajas sentadas sobre la madera.
Bandeja.
Vagón descubierto, con los bordes muy bajos.
(Amér.) Artesa para lavar.

Batea

 
Mun. de la prov. española de Tarragona; 1 970 h.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

batea

(ba'tea)
sustantivo femenino
1. bandeja de madera pintada una batea con frutas
2. recipiente plano con bordes para servir cosas Presentó el pavo en una batea de metal.
3. náutica embarcación con forma de cajón Las bateas se usan en puertos y arsenales.
4. estructura de madera para la cría de mejillones La batea se coloca en el fondo del mar.
5. recipiente para el lavado de minerales La batea tiene forma cúbica.
6. recipiente para lavar Puso a remojar la ropa en la batea.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

batea

nombre femenino
1 bandeja fuente (recipiente)
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

batea:

dornajocajón, artesa, vagón, azafate, bandeja, contenedor,
Traducciones

batea

punt, tray

batea

パン

batea

batea

SF
1. (= bandeja) → tray
2. (LAm) (= artesa para lavar) → washing trough
3. (Min) → washing pan
4. (Ferro) → flat car, low waggon
5. (Náut) → flat-bottomed boat, punt
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Ese mismo día se hizo a batea, y viérais a la rolliza campesina, con las sayas anudadas a guisa de bragas, zambullida hasta el muslo, garridamente repechada, haciéndole bailar a la batea la danza del oro con la siniestra mano, mientras que con la diestra iba chorreando el agua sobre la fina arena, donde asomaban los ruedos oscuros de la jagua.
Y, tirando corredor adentro, se coló al cuartucho. Debajo de la cama pendiente de unos rejos, oscilaba la batea. Envuelto en pingajos de colores verdosos y alterados, dormía el angelito.
El trabajo era tan fácil que podía ejecutarlo un viejo o una vieja, estando sentado, por triste que fuera. Lo único que tenían que hacer era ir echando el mineral de una batea y luego echarse a dormir.
Sueña con cierta chinita, con la cual está medio apalabrado, desde la otra tarde, que entre dos retortijones a una camisa que estaba lavando en la batea, ella le dijo con una sonrisa: «Pregúntelo a mamita.» No preguntó él nada a mamita; y queda pensando que muy bien podría la moza contestarle ella misma.
Canchadores pedimos se nos aumente por batea a 6,50 que antes ganabamos $5.00 Arroyadores pedimos se nos aumente a tres peso veinte que antes ganabamos dos pesos sesenta jornaleros pedimos se nos aumente el 20% a favor de nuestro jornal.
Regaba afrecho al pie del naranjo; ponía en el reguero una batea recostada sobre un palito; de éste amarraba una larga cabuya cuyo extremo cogía, yendo a esconderse tras una mata de caña a esperar que bajara el "pinche" a comer...
Al acabar de molerse, arreciaban los golpes de los mazos, que entonces caían en la plancha de hierro. Despertaba el indio, volvía a echar más metal de una batea y tornaba a dormirse.
Bien pensaba Bacalao, el día siguiente, que al volver de repuntar la majada, no la encontraría más en la casa, y no dejó de quedar algo sorprendido, pero de ningún modo disgustado, al verla parada debajo de un sauce, delante de una batea y lavándole los trapos, lo mismo que si hubiera sido la dueña de casa.
No pudo resistir el abuelo a la fuerza de la sangre, ni menos al empuje de un orgullo repentino que le borbotó en las entrañas. Sacó de la batea la criatura, que al despertar y ver aquella cara tan fea y tan extraña, puso el grito en el cielo.
En la cumbre de un picacho se yergue, cual si fuera la apoteósis de nuestra democracia, una negra gigantesca de cera con tamaña batea de buñuelos en la cabeza.
Bajaba el pobre, y no bien había picoteado, cuando Frutos tiraba, y ¡zas!... ¡Debajo de la batea el pajarito para mí! Cogía un palo de escoba, un recorte de pañete y unas hilachas; y, cose por aquí, rellena por allá, me hacía unos caballos de ojo blanco y larga crin, con todo y riendas, que ni para las envidias de los otros muchachos.
Pudo, entonces, más su alarma que su miedo, y pegándose a la pared atisbó ansiosa. La batea hallábase de plano en el centro de la habitación, con uno de sus cabezales hacia la ventana abierta.