Era el obispo de Auriabella -que poco después falleció y ya estaba bastante enfermo del corazón- un señor bondadoso, lleno de unción y de dulzura, de esos que todo lo gastan en caridades; un verdadero pastor, humilde con dignidad, y alegre y chancero de puro limpia que tenía la conciencia; pero al venir a Illaos bajo la impresión de un hecho tan solemne, se encontraba muy conmovido; traía los ojos humedecidos, la respiración cortada y
fatigosa, y aún parece que le estoy viendo en el momento en que, al divisar la choza de Juan del Aguardiente, saltó aprisa del caballejo que le habíamos proporcionado, se descubrió y se inclinó hasta el suelo ante los padres del confesor de Jesucristo...
Emilia Pardo Bazán
Y algunos minutos después, cuando ya el famoso don Paco, jadeante y cubierto de sudor, veía destacarse a lo lejos el pequeño balcón lleno de flores y enredaderas, donde solía ver luciendo sus gallardías a la hembra de sus pensamientos; cuando ya divisaba cercano el fin de la fatigosa caminata y disponiase a gozar de su triunfo, vio, lleno de asombro y de ira, pasar por su lado, suelta y gallarda, rápida y sonriente y llevando su cántaro al cuadril, a Dolores la Jarampera.
Si llego á dar en la trampa, »Me largo por donde él vá.» Despues de una larga noche De congoja y desazon, Que en lucha consigo mismo El juez criminal pasó Rindióse por fin en brazos De sueño reparador Aunque acosado á las veces Por fatigosa vision.
Con ambas manos asidas de su ventana ambas hojas, inclinada la cabeza para que más prestos oigan sus oídos, fijo, inmoble tras la reza, fatigosa la respiración lanzando por la mal cerrada boca, con los espantados ojos saltándole de las órbitas, como escuálido fantasma que miedo infantil aborta, quedó en su reja Genaro sin voluntad que le acorra, dudando si es pesadilla de sueño que le acongoja.
Vi que, después de breve y cordial discusión con su novia, se levantaba y se dirigía hacia el comedor, donde la gente se agolpaba ya, Martirio se quedó sola. Su respiración parecía algo
fatigosa, y se abanicaba precipitadamente.
Emilia Pardo Bazán
Ya hacía tiempo que luchaban soportando dolorosas fatigas enfrentados unos contra otros a través de violentos combates, los dioses Titanes y los que nacieron de Cronos; aquéllos desde la cima del Otris, los ilustres Titanes, y éstos desde el Olimpo, los dioses dadores de bienes a los que parió Rea de hermosos cabellos acostada con Cronos. Por entonces enfrascados unos con otros en fatigosa lucha, llevaban ya combatiendo en conjunto más de diez años.
Y Joseíto no se hizo repetir la orden, y momentos después trepaba, aferrándose, a los salientes del ruinoso muro, con los tallos de las flores en la boca, de donde momentos después tomábalas Lola murmurando con casi infantil alborozo: -Muchas gracias, y qué rebonitas que son hoy. -¡No han de serlo!, -dijo otra vez al pie de la ventana y con voz fatigosa Joseíto-.
Y sus tostadas mejillas, su mirada melancólica, la voz que del pecho arranca ronquecida y fatigosa, bien a las claras demuestran el dolor que le destroza el corazón, donde hierven sus penas harto recónditas.
El crepúsculo comenzaba a extender sus ligeras alas de vapor sobre las pintorescas orillas del Segre, cuando, después de una
fatigosa jornada, llegamos a Bellver, término de nuestro viaje.
Gustavo Adolfo Bécquer
No es nuestro propósito historiar esa larga y
fatigosa campaña que con la muerte del virrey en la batalla de Iñaquito el 18 de enero de 1546, entregó el país, aunque por poco tiempo, al dominio del muy magnífico Sr.
Ricardo Palma
Y después de lanzar su armónico pregón se detiene Pepa en la esquina de la calle para descansar un punto de la fatigosa caminata. El sol cae esplendoroso sobre la mitad de la calle...
os huancas o indígenas del valle de Huancayo constituían a principios del siglo VI una tribu independiente y belicosa, a la que el inca Pachacutec logró, después de
fatigosa campaña, someter a su imperio, aunque reconociendo por cacique a Oto Apu-Alaya y declarándole el derecho de transmitir título y mando a sus descendientes.
Ricardo Palma