Sócrates Si, pues, en proporción que los unos y los otros parecen más grandes o más pequeños que lo que son verdaderamente,
quitas del placer y del dolor lo que no es más que aparente, y que no tiene nada de real; y nunca tendrás el atrevimiento de sostener, que estas apariencias son una cosa real, ni que la porción de placer o de dolor que resulta de ellas es legítima y positiva.
Platón
-Un tiro que te den por charrán que eres, que pa charrán te echó tu madre al mundo, pa charrán y pa quitarme a mí la vía. Pero no, no me la quitas y no me la quitas, no porque tú no quieras, sino porque a mí no me da la repotente gana.
Sin duda; pues te había de querer muchísimo esa mujer que viniera así en tu ayuda; y al tratarse de tu vida, maldito si andaba yo reparando si era o no mujer, hermana o querida. GARCÍA. Gracias, Vigo: un grande peso me quitas del corazón. VIGO.
Al llegar Víctor cerró el volumen de repente, lo escondió bajo el chal, y mirando a Carrasco con dulzura y simpatía, se le cogió del brazo que sujetaba la caña. -Suelta, mujer, que me quitas el tiento -dijo el sabio.
Pues ya no desconfío de darte algún contento, y más cuando me quieres, y yo me lo merezco. Imagínate, hermana, un joven, cuyo cuerpo tiene de alto dos varas, si les quitas un dedo.
Madre, disso Teofilo, de Dios nuestro sennor Por ti me viene esto, bien so ent sabidor:
Quitas de mal iudiçio un alma peccador, Que iazria en infierno con Iudas el traydor.
Gonzalo de Berceo
Y te daré blancas plumas Para que adornes tu frente, Más blancas que las espumas De nuestros mares de Oriente; Y perlas para el cabello, Y baños para el calor, Y collares para el cuello; Para los labios… ¡amor! —¿Qué me valen tus riquezas, —Respondióle la cristiana—, Si me quitas a mi padre, Mis amigos y mis damas?
Si quieres saber vizcaíno, trueca las primeras personas en segundas, con los verbos y cátate vizcaíno, como Juancho, quitas, leguas, buenos andas vizcaíno y de rato en rato su Juangoicoá .
¡Y aún (con vergüenza y hablando con perdón) quitas a los hombres lo que han menester y das a Dios lo que no es para su Divina Majestad!
Sale MITILENE MITILENE: (¡Ay, que borraron mis celos Aparte sangre y lástima!) ¡Traidora, de un golpe quitas dos vidas, un amor y mil sospechas!
El bien de la esperanza solo quedó en el suelo, cuando todos huyeron para el cielo. Si la esperanza quitas, ¿qué le dejas al mundo?
A las voces, según Esopo cuenta, acudió un compasivo Escarabajo; y viendo a la cuitada en tal trabajo, por libertarla de tan cruda muerte, lleno de horror, exclama de esta suerte: «¡Oh reina de las aves escogida! ¿Por qué
quitas la vida a este pobre animal, manso y cobarde?
Félix María Samaniego