quite

(redireccionado de quites)
También se encuentra en: Sinónimos.

quite

1. s. m. Movimiento que se hace para evitar un golpe o un ataque, en especial el hecho en esgrima.
2. TAUROMAQUIA Suerte o movimiento ejecutado por un torero, generalmente con el capote, para librar a otro de la acometida del toro.
3. Acción de quitar o estorbar.
4. estar o andar al quite Estar preparado y atento para defender o ayudar a una persona.
5. ir al quite Acudir en defensa o ayuda de una persona fue al quite, pero llegó tarde.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

quite

 
m. Acción de quitar o estorbar.
Movimiento defensivo con que se detiene o evita el ofensivo.
Estar al quite o a los quites.fig. Estar preparado para acudir en defensa de alguno.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

quite

nombre masculino
parada
En esgrima.

salir al quite locución defender sacar la cara dar la cara
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

quite:

quiebrofinta,
Traducciones

quite

remover

quite

删除

quite

刪除

quite

Fjerne

quite

제거

quite

SM
1. (= acción) → removal
2. (= movimiento) (gen) → dodge, sidestep (Esgrima) → parry (Taur) → distracting manoeuvre o (EEUU) maneuver
estar al quiteto be always ready to help o be at hand
hacer el quite a algn (Cono Sur) → to avoid sb
esto no tiene quitethere's no help for it
3. (LAm) (Dep) → tackle
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Yo se la cogí; medité un momento; conocí que estaba en el caso de hablar formalmente, y le dije con todas las veras de mi alma: - Parrón, tarde que temprano, ya me quites la vida, ya me la dejes..., ¡morirás ahorcado!
Estállame trueno; imprégname átomo, penétrame natura los prodigios de tu orquesta, pero no me niegues los claros de mis noches ni las sombras de mis días... No me quites mi afán de semilla ni de labrador...
Ni tú, aunque seas valiente, le quites la moza, sino déjasela, puesto que se la dieron en recompensa los magnánimos aqueos, ni tú, Pelida, quieras altercar de igual a igual con el rey, pues jamás obtuvo honra como la suya ningún otro soberano que usara cetro y a quien Zeus diera gloria.
Si el gran Brahma es tan piadoso contigo como tú con esta ave (y creo que será lo menos que Brahma pueda hacer), volverá a pegar a tus huesos la carne que desprendió mi cuchillo. -Chatria -gimió el destrozado príncipe-, no me quites la paloma.
42 Y daré por respuesta á mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado. 43 Y no quites de mi boca en nigún tiempo la palabra de verdad; Porque á tu juicio espero.
-No, Abel, no, no digo eso -y tomó Joaquín tono de quejumbrosa súplica, diciéndole-: Vete, vete de aquí, vete a vivir a otra parte, déjame con él..., no me lo quites...
Con modorra se oye... Sí, me alegro. Juana mía. No me quites la única esperanza. Mientras más pronto se acabe este infierno... No, ¡perdón!
10 Y después que David hubo contado el pueblo, punzóle su corazón; y dijo David á Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, ruégote que quites el pecado de tu siervo, porque yo he obrado muy neciamente.
Estaba un día sentado junto a su caña en la ribera, con la vista dirigida hacia su límpida agua, cuando de repente vio hundirse el anzuelo y bajar hasta lo más profundo y al sacarle tenía en la punta un barbo muy grande, el cual le dijo: -Te suplico que no me quites la vida; no soy un barbo verdadero, soy un príncipe encantado; ¿de qué te serviría matarme si no puedo serte de mucho regalo?
Y sobre to que ahora me atrevo a decírtelo: me parece a mí que a Pepa no le llamas tú ya der to como antes; que a tu Pepa no le sabrá mal del to que tú le quites el grillete, y que si tú hoy te apartas de su calor, no harás más que madrugar más que ella.
Y a solas hablaba con Dios Alvargonzález diciendo: «Dios, mi señor, que colmaste las tierras que labran mis manos, a quien debo pan en mi mesa, mujer en mi lecho y por quien crecieron robustos los hijos que engendré, por quien mis majadas rebosan de blancas merinas y se cargan de fruto los árboles de mi huerto y tienen miel las colmenas de mi abejar; sabe, Dios mío, que sé cuanto me has dado, antes que me lo quites.» Se fue quedando dormido mientras así rezaba; porque la sombra de las ramas y el agua que brotaba la piedra, parecían decirle: Duerme y descansa.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.