Con musculatura desarrollada. Articulación tibio-tarsiana (Corvejón): Fuerte, estable, sin desviaciones, ni hacia afuera ni hacia adentro.
El pecho desciende más abajo de los codos. Cola: de mediana a larga, pero no debe llegar más abajo de la articulación tibio-tarsiana.
Muy musculoso y poderoso. Rodilla. rectangulada. Articulación tibio-tarsiana. Bien definida y colocada abajo cerca del suelo. Pies.
Costillas: Ligeramente arqueadas. Cola: En reposo la lleva recta o colgando doblándola ligeramente; alcanza hasta la articulación tibio-tarsiana.
Cola: Moderadamente larga, la última vértebra debe llegar por lo menos a la articulación tibio-tarsiana; de implantación baja, bien provista de pelo, termina formando una curva hacia arriba, lo cual completa la gracia de la silueta y la armonía de las proporciones del perro.
Su longitud alcanza alrededor de 2,5/10 de la altura a la cruz. La articulación tibio tarsiana forma un ángulo de 140 a 145°. Metatarso: Es robusto, delgado y de forma casi cilíndrica; está perfectamente aplomado y su longitud alcanza cerca de 1/4 de la altura a la cruz.
Línea inferior: Vientre retraído bien hacia la parte posterior, formando una línea curva moderada con la porción inferior del tórax. Alcanza hasta la articulación tibio-tarsiana.
A partir de aquí el relato se bifurca: por un lado, historia de Luciana y su estancia en Éfeso; por otro, Apolonio en Tarso, la presencia de Estrangilo, el abandono de Tarsiana y su marcha a Egipto.
El relato continúa bifurcado: a) Tarsiana y su intento de asesinato, el rapto que sufre a manos de los piratas y los sucesos de Mitilene; b) Apolonio retorna a Tarso, la falsa muerte de Tarsiana, el naufragio en su travesía a Mitilene y el encuentro que allí se produce.
Las narraciones de Luciana y Tarsiana son resueltas mediante una anagnórisis parcial de Tarsiana y Apolonio. Marcha a Éfeso de los dos personajes.
Entre los varios elementos exógenos que incorpora la historia, se deben contar como importantes lo procedentes del folclore: el tema del incesto, el de la belleza sin par de las princesas y las adivinanzas o enigmas (once, nada menos: el de Antioco, el que Luciana escribe para mostrar su amor hacia Apolonio de la estrofa 223 y los nueve que Tarsiana propone a su padre de las coplas 505 a 523).
Como discípulo realiza una investigación sobre los ligamentos de la articulación tibio-tarsiana y astrágalo-calcanea posterior (tobillo) y luego de un concienzudo estudio de la misma, llega a la conclusión de haber encontrado un ligamento nunca antes mencionado en los libros de anatomía, el ligamento peroneo-astrágalo-calcáneo y lo bautiza como ligamento Rouvière.