Muchas de las cosas que van pasando a través de la película resuenan tanto en mi, desde los primeros minutos mi corazoncito se sintió acompañado, entendido y sobre todo no juzgado.
Está película nos recuerda lo importante que es mantener a nuestro niño interior vivo, vamos creciendo y es cuando más debería estar presente. Sin importar si eres hombre o mujer deberíamos poder expresar nuestras emociones, vivirlas y sobre todo llorar sin sentir vergüenza.