El planteamiento femenino que se muestra es absolutamente maravilloso. Desde esa dicotomía amorosa que transcurre desde lo más doloroso a lo más placentero. Siempre fumando en esos momentos donde comienza a ver breves ecos de modernidad y libertad. Pero, el acompañamiento estético es excelso.
Visiones de soledad y penetraciones psicológicas más introspectivas acompañados de una estética de Edwar Hopper o colores y composiciones del incipiente expresionismo abstracto que ayudan a materializar la espiritualidad que mueve a Therese. Desde esa relación que parece confluir en las dos personajes aparentemente en las antípodas…
Maravillosa!!