La morbosidad que me da la rosca católica es increíble. Me fascina el hecho que se encierren y hagan todo ese ritual que me parece fantástico.
Exquisita en fotografía y actores. La monja gritándoles, divina. Me dio paja cada vez que nombraban lo de los gays y etc, una vez ok, dos veces ya entendimos, tres veces... Más allá de eso la trama buenísima, todo este quilimbo -en el buen sentido- siento que es algo que Francisco dejaría. Lloré cuando…