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Política aleatoria

Reformulación de una lectura de Louis Althusser

Política aleatoria1 José Francisco Barrón Tovar Primera parte: lo que quiero perpetuar esta generosa multiplicidad, esta superabundancia misma que tuvo, nos obliga a no generalizar, a no simplificar, a no detener el camino que inició, a no dar por concluida una trayectoria, a no sacar ventaja, a no hacer borrón y cuenta nueva, a no saldar cuentas, pero sobre todo a no calcular, a no apropiarse o reapropiarse, aunque fuera en esa forma paradójica de reapropiación manipuladora o calculadora que se llama rechazo, a no apropiarse de aquello que fue inapropiable y que debe seguir siéndolo J. Derrida. “Louis Althusser” Lo que hemos podido leer en Althusser, lo que sus textos han hecho en nosotros...2 Combates por matices, lluvia, un policía que nos llama, un individuo indeterminado que toma el tren en marcha… Althusser no me deja en paz… Althusser me preocupa... Para evadir ese gran problema entre hablar de más o de mantener respetuoso silencio ante quien no está de cuerpo presente, para evitar caer en la trampa de desear salvarlo, apropiármelo, sacar ventaja de su obra o ajusticiar su vida, he decidido hablar de la mía. Me niego aquí a hacer un discurso epidíctico. ¿Para qué hablar una vez más de su vida3? Ni vituperar ni alabar a Althusser. Voy a hablar de mi experiencia de Althusser, no decirlo, decir lo que he experimentado en el encuentro con su nombre y sus textos. Decir mi experiencia de lectura de sus textos. ¿Qué otra cosa podría hacer? ¿Cómo hablar del acontecimiento de una vida sino con el de otra, con la mía, hablar de nuestros Una versión menor de este texto fue leída en el Coloquio/Homenaje El porvenir es largo: a 50 años de la publicación de Para leer El Capital organizado por el Colegio de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y realizado los días 14 y 15 de abril de 2015. De allí el estilo del texto: para ser leído. 1 2 Historizar no sólo en el sentido que lo hacen Cesáreo Morales en "El althusserianismo en México". Dialéctica 14-15 (1983-1984), o Alberto Híjar en “Althusser en Morelia”. Por esto! 2012. en línea: http:// www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=166594 (revisado: 26 de mayo de 2015), o incluso Hugo Enrique Sáez Arreceygor en “La tesis de filosofía del sub Marcos: una lectura de Althusser”. Pacarina del Sur. Año 3, núm. 12, julio-septiembre, 2012. ISSN: 2007-2309, en línea: http:// www.pacarinadelsur.com/home/alma-matinal/472-la-tesis-de-filosofia-del-sub-marcos-una-lectura-dealthusser (revisado: 26 de Mayo de 2015). 3 Ejemplos paradigmáticos del tipo de discursos que se hacen sobre su vida son: 1) Ernesto Castro, “Olvidar a Althusser: ¿qué fue de los filósofos homicidas y esquizofrénicos?”, en línea: http:// www.culturamas.es/blog/2013/09/23/olvidar-a-althusser-que-fue-de-los-filosofos-homicidas-yesquizofrenicos/ (revisado: 26 de mayo de 2015), y 2) Guillermo Rendueles Olmedo, Egolatría, en línea: http://www.rebelion.org/docs/20107.pdf (revisado: 26 de mayo de 2015). encuentros? Pero dar también un poco de mi biografía a leer no es que sea más fácil: ¿cómo escribir mi experiencia de Althusser? El problema parece alterarse. Lo interesante es que, al menos, podría defender las letras que tratan de describir mi experiencia. Me niego a tratar el materialismo dialéctico o la práctica teórica. Me arriesgaré a escribir públicamente de mi experiencia. Me será arduo exponerla aquí. Fallaré al decirla adecuadamente. Quisiera mencionar lo que me gusta y lo que quisiera seguir estudiando en y de Althusser, en y de los textos que llevan su firma. No podré tratarlo adecuadamente. Pues, ¿cómo decir lo que nunca puede ser evidencia4 de nada? Y es que no quiero probar nada o convencer a nadie de algo. Eso me parece preferible a ser injusto con el pensador. Desarticular el poder de convencimiento del lenguaje antes que ser injusto. Me gustaría pensar que éste es un gesto de agradecimiento por lo que me ha dado a leer, a pensar. He de confesar que mi formación filosófica -si es que se me permite usar aún esa palabra con carga metafísica- tiene a Althusser como una de sus figuras obsesionantes. Afirmo que he aprendido a leer en y de Althusser. En sus textos he aprendido a cuidar las palabras al leer y decir, a cuidar qué y cómo leo un texto. Una experiencia de la lectura. Y de la lectura filosófico-política. Recuerdo que cuando leí el prefacio a Para leer el Capital, “De El Capital a la filosofía de Marx”, encontré la distinción “mito religioso de la lectura”/ lectura sintomática.5 Mi ejercicio filosófico tuvo que alterarse. De pronto yo ya hacía imitatio philosophica. Althusser, sus textos, han sido para mi una escuela de lectura -y de escritura político-filosófica. Puedo afirmar que Althusser ha sido mi maestro de primeras letras (problema de la escuela, del maestro, de la educación, de los alumnos). Cuidar la lectura, la escritura, como condición del pensar y luchar, eso he creído que he aprendido 4 Cf. mi texto “Del individuo o de la producción aleatoria. Notas de investigación sobre el pensamiento de Louis Althusser”, en Revista Theoria, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, Núm. 24, Diciembre 2011, pp. 55-71. Louis Althusser y Étienne Balibar, Para leer el capital. Trad. de Marta Harnecker. México, Siglo XXI, 1974, pp. 22 y 38 5 en sus textos. Palabras -o conceptos, sinceramente ya no sé como llamarles- como sobredeterminación, práctica teórica, aparato, interpelación, reproducción, ideología, entre otras, de pronto y desde hace más de 16 años en el Seminario Alteridades y Exclusiones 6con la Dra. Ana María Martínez de la Escalera se me convirtieron en máquinas conceptuales. En el trabajo colectivo, sus palabras se me impusieron como, armas, máquinas de pelea. Por otra parte, desde mi primer clase como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras he retomado los textos de Althusser. Sus apuntes sobre “Ideología y aparatos ideológicos de Estado”7 me han permitido, lo confieso, estructurar mis clases de Enseñanza de la filosofía y Temas contemporáneos de filosofía en México, y me han permitido plantear un pequeño proyecto de investigación sobre una "Genealogía de las tecnologías de transmisión de lo filosófico en México”. Lo que quisiera sostener es que hay una marca althusseriana en mi ejercicio conceptual. Pero, ¿cómo ha acontecido esto? ¿Qué he leído allí? ¿Cómo mi experiencia puede tener esa marca? ¿Qué he leído en “Ideología y aparatos ideológicos de Estado”? La manera en que funcionan a nivel del cuerpo, a nivel de la sensibilidad y en las prácticas más cotidianas, ciertos sistemas de dominación-explotación sobredeterminados. Y manteniendo esa lectura, ese problema de la lectura es que gustaría imaginar que perpetúo una herencia. Lo cierto es que la mayor parte del tiempo parece que perpetuó un problema. Me gustaría seguir campando en esas posiciones.8 Pero, ¿qué he leído de Althusser? ¿Qué he podido leer en sus textos? Althusser pertenece a ese grupo de pensadores preocupados en criticar las condiciones y el ejercicio de su propia producción conceptual. Althusser no podría elaborar teoría sin un 6 Puede conocerse algo de la historia del Seminario Alteridad y exclusiones en este sitio web: http:// ae.filos.unam.mx/ Louis Althusser, “Ideología y aparatos ideológicos de Estado”, en La filosofía como arma de la revolución. Trad. de Oscar del Barco, Enrique Ramón y Oscar Molina. México, Siglo XXI, 1974. 7 Etiénne Balibar,“Carta a Adolfo Sánchez Vázquez”, en Gabriel Vargas Lozano (ed.). En torno a la obra de Adolfo Sánchez Vázquez (Filosofía, Ética, Estética y Política). México, Facultad de Filosofía y Letras-UNAM, 1995, p. 507. 8 cuidado enfermizo por cuestionar el proceso y las condiciones de su enunciación. De allí las estrategias de pensamiento que he podido asir en sus textos y que desearía mantener para discutir y pensar: • hay que pensar los mecanismos cotidianos e invisibles de sometimiento y explotación. Pero esos mecanismos se encontrarían sobredeterminados por el azar; • todo concepto debe construirse como autocrítica. Ningún concepto puede concebirse y ejercerse como una evidencia estable, siempre como un problema;9 • el carácter producido e histórico, político, de toda individuación; • la problemática articulación del ejercicio del pensamiento con otros discursos y prácticas. Por ejemplo, la relación del ejercicio académico de la filosofía y la militancia política; • la eficacia del pensamiento o su carácter de intervención -qué puede y que no puede el ejercicio filosófico del pensamiento; • la interrogante por el mecanismo de la práctica militante -formulado de otra manera: ¿qué es una práctica política?; • el carácter de lucha del discurso filosófico, la inmanencia de funcionamiento de todo dispositivo histórico-político. Los efectos discursivos son políticos, efectos que no pueden preverse; • el carácter material y práctico del discurso. La teoría produce…; • el pensamiento como destrucción de evidencias. Lo que produce el ejercicio del pensamiento es vacío;10 y • el ejercicio productivo del pensamiento pone sus condiciones de ejercicio. Étienne Balibar. “¡Sigue Callado, Althusser!”, en Cuadernos Políticos, número 57, México, Era, mayoagosto de 1989, pp. 70-83. 9 Cf. Louis Althusser, Para un materialismo aleatorio. Trad. de Pedro Fernández Liria, Luis Alegre Zahonero y Guadalupe González Diéguez. Madrid, Arena Libros, 2002. 10 Estas son las maneras de pensar que no deseo renunciar en mi ejercicio del pensamiento filosófico-político. Estrategias de pensamiento que me gustaría reproducir. La necesidad del pensamiento en la lucha política. Y es por ello que siempre se me antoja hacer una genealogía de la reacción afectiva que Althusser produjo en la militancia y la academia filosófica. Siempre que lo leo y releo me salta una pregunta: ¿cómo un autor puede despertar tanta animadversión? ¿Cómo es posible que a su escritura se le endilgan tantos efectos políticos e históricos? Muerte de la izquierda, caso psicológico, no práctica.11 ¿Acaso su pensamiento es tan poderoso? Es que hay que ser sinceros. Althusser es uno de los filósofos que más lecturas incomprensibles ha sufrido. Así, y en relación con esas reacciones, es que siempre se me antoja hacer la genealogía de los efectos producidos por los textos de Althusser en Latinoamérica. Lo que hemos querido leer en Althusser, lo que sus textos nos han hecho... Segunda parte: lo que quiero estudiar “Sobre todo […] instruirse cada vez más en todas las cuestiones teóricas, desembarazarse cada vez más de la influencia de la fraseología tradicional, propia de la vieja concepción del mundo, y tener siempre presente que el socialismo, desde que se ha hecho ciencia, exige que se le trate como tal, es decir, que se le estudie.” Vladímir Ilich Lenin. ¿Qué hacer? Combates por matices, lluvia, un policía que nos llama, un individuo indeterminado que se baja intempestivamente del tren en marcha, clinamen, encuentros… Cierto Althusser no me deja en paz… Un Althusser me ocupa... Si captamos lo que afirma Lenin, ¿estudiar qué? ¿Cómo evaluar para cada situación de lucha política aquello que habría que estudiarse? ¿Cómo distinguir la ciencia de la vieja concepción del mundo? A mi por lo que gustaría pelear sería por ese valor aleatorio 11 Un ejemplo de este tipo de textos lo podemos encontrar en León Rozitchner, “La tragedia del althusserianismo teórico”, en Néstor Kohan. El Capital: Historia y método. La Habana, Ciencias Sociales, 2003, en línea: http://amauta.lahaine.org/?p=1846 (revisado: 26 de mayo de 2015). que Althusser postuló necesario para pensar lo político en varios de sus últimos trabajos. Discutir si se trata de un materialismo epicúreo o democríteo, o inventado, me parece irrelevante. Pensar lo aleatorio y tener en cuenta lo aleatorio en lo político. Si esas imbricaciones no estuvieran en los textos de Althusser, me gustaría poder leerlas allí. Otra forma de pensar lo histórico. Una forma de pensar lo lo histórico sin recurrir a las fórmulas metafísicas del tiempo. Se trataría de mi intervención... Afirma Althusser en una entrevista que le otorgó a Fernanda Navarro: “lo culminante del materialismo es el materialismo aleatorio, requerido para pensar la apertura del mundo hacia el acontecimiento, la imaginación inaudita y también hacia toda práctica viva, incluyendo la política”.12 Pero, ¿cómo hacer conceptos aleatorios adecuados a un acontecimiento político? ¿Qué implica ejercer una imaginación inaudita para toda práctica? Es que me gustaría pensar que el materialismo aleatorio se trata de la puesta en funcionamiento de una labor especulativa que intenta, cito al Althusser de “La soledad de Maquiavelo”: pensar lo nuevo en ausencia de todas las condiciones.13 Practicar lo nuevo en política, ¿cómo se hace?, ¿cómo se dice?, ¿debe pensarse primero? Y si el ejercicio de la práctica teórica implica afirmar, ¿qué significa afirmar el azar?, ¿qué o quién podría hacerlo?, ¿qué efectos políticos se generarían? Y hay que aclarar azar no concebido en términos probabilísticos. Me gustaría suponer que pensar la contingencia de la coyuntura implicaría una práctica política aleatoria. Y que el materialismo aleatorio se trataría de una “teoría del cuerpo”.14 Pero del cuerpo entendido como encuentro contingente de elementos singulares: fuerzas, individuos, piedras, animales, etcétera. Así escribe Althusser que “Para que un ser sea (un cuerpo, un animal, un hombre, un Estado o un Príncipe) es 12 Louis Althusser. Filosofía y marxismo. Entrevista por Fernanda Navarro. México, Siglo XXI, 1988, p. 37. 13 Cf. Louis Althusser. La soledad de Maquiavelo, Barcelona, Akal, 2008. 14 L. Althusser y É. Balibar. Op. cit., p. 72. necesario que un encuentro haya tenido lugar”.15 Un cuerpo se reduce al “concurso de la condiciones materiales que lo imponen”,16 a un “concurso imprevisible, increíblemente complejo y paradójico pero necesario en su contingencia“.17 El carácter de azaroso exige pensar que “Nunca un encuentro llevado a cabo y que no sea breve sino duradero podrá garantizar que mañana aún durará, en vez de deshacerse. Igual habría podido no tener lugar, puede no seguir teniendo lugar [...]. La historia no es más que la revocación permanente del hecho consumado [...], sin que se sepa, ni de antemano ni nunca, dónde ni cómo se producirá el acontecimiento de su revocación. Simplemente llegará un día”18 La contingencia se vuelve la revocación continua de toda evidencia, o mejor, su reformulación azarosa continuada. Lo que determina en última instancia toda práctica es siempre el azar. Así, un cuerpo debería ser concebido como constelación aleatoria cuya operación es multiplicar los aparatos y los mecanismos productores de hábitos aleatorios. Pero, ¿eso por qué sería político? ¿Eso por qué sería marxista? Lo que quiero leer en Althusser, lo que sus textos harán de mi... 15 L. Althusser, Para un materialismo aleatorio, p. 59. 16 Louis Althusser, Elementos de autocrítica. Trad. de Miguel Barroso. Barcelona, Laia, 1975, p. 66. 17 Ibid., p. 20. 18 L. Althusser, Para un materialismo aleatorio, p. 39.