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¿A quién sirve la escuela?

2006, Horizontes Educacionales

Toda acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica en tanto que imposición, por un poder arbitrario, de una arbitrariedad cultural. Pierre Bourdieu. RESUMEN Este ensayo tiene como propósito reflexionar en torno a la escuela como el espacio privilegiado, de las sociedades democráticas para que, a través de la práctica educativa, se convierta en un instrumento eficaz para el desarrollo, en igualdad de condiciones, de los niños que serán los ciudadanos del mañana. Siguiendo las ideas de Bourdieu, la interrogante ¿a quién sirve la escuela? cuestiona el sistema educativo chileno como un instrumento oculto de dominación que desarrolla una violencia simbólica, desde la cultura particular de la clase que ostenta el poder, legitimando las desigualdades sociales.

Retomando nuevamente la pregunta inicial

¿A quién sirve la escuela? Es posible sostener que muchas de las reflexiones de Bourdieu tienen hoy plena vigencia; a pesar de la caída del muro de Berlín, de las utopías, del hedonismo, de la ética indolora de los nuevos tiempos democráticos, de la muerte de Dios, "de la presencia lateral de la religión, al margen del pensamiento y de la vida" como sostiene Victoria Camps (1996,11) y de una sociedad posmoralista, entendida por Lipovetsky (1998,13) como "una sociedad que repudia la retórica del deber austero, integral, maniqueo y, paralelamente, corona los derechos individuales a la autonomía, al deseo, a la felicidad. Sociedad desvalijada en su trasfondo de pérdidas maximalistas y que sólo otorga crédito a las normas indoloras de la vida ética. Por eso no existe ninguna contradicción entre el nuevo período de éxito de la temática ética y la lógica posmoralista, ética elegida que no ordena ningún sacrificio mayor, ningún arrancarse de sí mismo. No hay recomposición del deber heroico, solo reconciliación del corazón y de la fiesta, de la virtud y el interés, de los imperativos del futuro y de la calidad de vida del presente. Lejos de oponerse frontalmente a la cultura individualista posmoralista, el efecto ético es una de sus manifestaciones ejemplares".

Bajo el imperio de la ética, es que debemos -entonces-interrogarnos si verdaderamente la escuela hoy es una institución neutra, al servicio del saber universal y racional, dispuesta a permitir la promoción individual de todos, respetando sus diferencias o es la encargada de reproducir los privilegios culturales de la clase que posee el poder en todos los órdenes: económicos, políticos y sociales.