Afrochilenos

Tres son las corrientes que confluyeron para forjar nuestra identidad. Tal proceso fue producto del contacto directo y prolongado de diversos grupos dentro de un mismo espacio geográfico. Las corrientes a las que hacemos referencia son la indígena, la europea y la africana.

Sin embargo, sobre la presencia e influencia de la corriente africana hay versiones encontradas.  Se ha sostenido que nuestro país sólo fue un puente obligado dentro de un proceso mercantil en la trata de esclavos; que los negros en Chile fueron pocos y no contribuyeron a la formación del acervo cultural.

Poco a poco hemos descubierto antecedentes de texto y contexto para aseverar no sólo la presencia negra, sino también su fuerza y persistencia. Relatos históricos, registros demográficos de los siglos XVII y XVIII, recuerdan y dan cuenta de este rico y variado aporte. Abordar todos los tópicos que revelan el influjo negro en Chile es una labor gigantesca y ambiciosa, por eso en esta obra la labor se centra en un solo aspecto, que es determinar la influencia de esta cultura en diversas danzas y cantos de nuestra cultura tradicional.

Este documento testimonia un recorrido vivencial a través de Chile, donde hemos recogido, aprendido y estudiado el legado, muchas veces implícito, que la negritud nos ha entregado. No tiene pretenciones de academia sino de sustento para la puesta en escena del Conjunto de Cantos y Danzas Tradicionales PALOMAR, montaje que complementa nuestro compromiso con esta identidad velada.

“Me niegan pero existo” es un trabajo de investigación y creación artística destinado a resaltar la importancia de nuestra herencia negra. Para entendernos y reconocernos como latinoamericanos, y más aún como chilenos, conocimiento necesarios para la comprensión de nuestros orígenes con una justa valoración.

Autores: Margot Loyola Palacios y Osvaldo Cádiz Valenzuela.
Redactores: Cyntia Maciel Canales y Carlos Liberona
Proyecto FONDART n° 405400
Registro de propiedad intelectual N° 230.094

Esta presentación hace parte del proyecto Postdoctoral Fondecyt “Las ideas sobre la raza y las doctrinas racialistas en la prensa chilena durante la expansión nacional. Copiapó, La Serena, Valparaíso y Santiago entre 1840 y 1940” patrocinado por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
En esta ocasión se analizarán algunos de los textos que conforman las Tradiciones Serenenses, libro compilado y publicado por el periodista, novelista, dramaturgo y tradicionista Manuel Concha en 1883. Los textos habían sido publicados por Concha previamente tanto en diversos periódicos locales de la ciudad de La Serena (Región de Coquimbo, Chile), tales eran El Coquimbano, El Eco Literario del Norte, La Serena y El Cosmopolita; como en algunos periódicos capitalinos de la ciudad de Santiago.
En una lectura a contrapunto, siguiendo a Said, analizaremos dos de las tradiciones de Manuel Concha: “El diablo en La Serena” y “Una emplumada”, donde encontramos en ambos casos a mulatas esclavas protagonistas del conflicto.

El presente ensayo es un esfuerzo por visibilizar nuestra tercera raíz, esa que nos conecta con África y que nos habla tanto de una presencia como una cultura que han sido negadas en este
país llamado Chile. Sin embargo, desde el año 2000 ha emergido con gran fuerza para reclamar su espacio en nuestro pasado, pero, también en nuestro presente y futuro.

Este trabajo se enfoca en indagar sobre la histórica presencia de afrodescendientes en la antigua doctrina de La Ligua, que actualmente es la capital de la provincia de Petorca, ubicada en
la V región de Chile.

A pesar de la negación esta presencia está documentada en el censo realizado durante 1813, el cual incluyó la categorización étnica de las personas entrevistadas y cuyos resultados arrojaron que la provincia de La Ligua estaba habitada por un total de 342 hombres y 401 mujeres afrodescendientes, lo que representa un
10 % de la población total.

Más allá de los números este hecho nos ha llevado a reflexionar sobre quiénes fueron estos integrantes de nuestra sociedad local y en el cómo estos y sus descendientes han estado habitando permanentemente esta zona durante todo el transcurso desde el periodo colonial hasta
nuestro presente.

Este trabajo se ha desarrollado en forma comprometida junto a la comunidad liguana, de donde soy parte. Esto me ha permitido obtener una fotografía de las colecciones personales de una familia liguana que presentan una fenotípica propia de los afrodescendientes, como la piel morena y el cabello rizado. Estos antecedentes nos han transportado al intento de dilucidar sobre
cuándo y cómo se establecieron en la zona y también nos ha llevado a preguntarnos dónde están hoy sus descendientes.

En un ámbito más profundo e íntimo haremos una propuesta de valor para el baile de lanchas, una manifestación folcklórica única de las zonas de Valle Hermoso, Huaquén y Quilimarí, con plena
vigencia y que presenta características coreográficas y musicales que la relacionan indudablemente con el mundo afroamericano.

Por tanto, es importante dilucidar el impacto de
la presencia de las familias de afrodescendientes en la zona. En este sentido, culturalmente hablando, el aporte de las familias afrodescendientes aparece como un flujo poderoso, ya que, en la localidad de Petorca, unos 40 kilómetros hacia la cordillera vivieron las petorquinas, mulatas reconocidas por Pablo Garrido cómo las responsables de masificar el estilo de canto y baile de la cueca de la zona central.

Los negros en la región de Tarapacá (norte de Chile) han sido una presencia negada. Sin embargo su presencia se hizo sentir desde muy temprano en la colonia. Durante la colonia se fueron mestizando e integrándose a la sociedad colonial.  Al recibir  su libertad en 1854 continúan ejerciendo sus labores como ciudadanos peruanos. Después de la guerra del pacífico (1879 -1884)  la administración chilena los asocia con el ser peruanos y los tarapaqueños ocultaron su afrodescendencia en los varios mestizajes. Sin embargo su presencia y aporte  aun se manifiesta en actividades musicales y coreográficas tradicionales como"La Fiesta de Epifanía" popularmente llamada "Pascua de los negros", el "Andalajayaja" canto de faena de la fiesta de la vendimia y la tradicional danza de "El Cachimbo" convertida hoy en día en simbolo de identidad de los habitantes de pueblos y quebradas de la región de Tarapacá (Chile).

El 16 de abril de 2019, el Estado chileno promulgó la ley núm. 21.151, que otorga el reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente. Este logro fue posible por el movimiento social que encabezaron las organizaciones afroariqueñas desde inicios del siglo XXI. En este trabajo se examinan las articulaciones que se producen entre la política, la memoria y la performance del tumbe carnaval, un género de música-danza afroariqueño que, por las posibilidades que ofrece el multiculturalismo, puso en tensión la narrativa que negaba su presencia en el Chile republicano.

Memoria para optar por el título de Antropólogo Social. Se revisa el origen y desarrollo del ritmo Tumbe Carnaval, surgido a partir de una recreación de memoria de los afrodescendientes del norte de Chile. El texto describe el origen del ritmo, su presencia, sonoridad, y ejecución.  En paralelo, se reflexiona en torno a la conformación de una colectividad de afrodescendientes y no afrodescendientes que se vinculan a través de la práctica del "Tumbe".

Esta ponencia presentada en el marco de las "IV Jornadas de Experiencias de la Diversidad" organizadas por el Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural de la Universidad Nacional de Rosario, deriva del trabajo emprendido como parte de la elaboración de mi tesina para optar al grado de Licenciada en Historia, la cual fue presentada en 2009 bajo el título "El lado negro de la historia de Chile: El discurso historiográfico sobre los africanos y afrodescendientes durante el siglo XIX".
En esta presentación se analiza un “discurso público” identificado en Chile, de acuerdo al cual la nación chilena sería eminentemente homogénea en términos de sus características mestizas (español-indígena), entre las cuales la ascendencia africana no tendría cabida. Tomando en cuenta la necesidad de superar variados lugares comunes presentes en la historiografía (especialmente en su versión más masiva adoptada para la formación escolar); se pretende poner en tensión los discursos elaborados por la historiografía chilena en particular y las ciencias sociales en general, en los cuales se manifiesta un frecuente rechazo o negación de la presencia de afrodescendientes en el país y de las relaciones entabladas entre los sujetos de origen africano y el resto de los grupos de la sociedad, sea en el periodo colonial, los inicios de la república o la actualidad.
Contrastando éstos entre sí y, además, proporcionando perspectivas de análisis adicionales desde la historia social y cultural, se busca indentificar quiebres, continuidades, coincidencias y contradicciones con el objetivo final de indagar en cómo esas discursividades operan en la actualidad y dificultan el reconocimiento étnico y las relaciones interétnicas en un contexto de respeto por la diversidad.

Este trabajo tiene por objetivo abordar cómo la conformación del Estado-Nación chileno fue sustentado bajo una perspectiva eurocéntrica de conocimiento que sirvió para legitimar la exclusión del aporte africano a la música y cultura de la nación. Para ello, analizamos la producción histórico-musical de una serie de intelectuales, historiadores y músicos que, desde fines del S. XIX y hasta la década de los ochenta del S. XX, fueron clave al rechazar, minusvalorar o por apropiarse de todo componente extraeuropeo de la cultura chilena. En última instancia defendemos, así como lo está haciendo la nueva musicología y la historiografía actual, una relectura crítica de las narrativas canónicas, que están haciendo “reaparecer” pueblos y manifestaciones culturales multiétnicas hasta entonces silenciadas.

Resumen: Este artículo entrega una visión antropológica general sobre la comunidad "afrochilena" del norte del país, un pueblo que ha sido alterado por múltiples procesos históricos que repercuten en sus formas de habitar el territorio. Primero, y a través de revisiones bibliográficas, se hace un breve repaso al contexto histórico: esclavitud, conformación de los Estados-nación, Guerra del Pacífico y posterior proceso de chilenización hasta principios de los 2000, donde renace el movimiento afrochileno en el valle de Azapa y Arica, Chile. Luego, gracias a la experiencia etnográfica y trabajo en terreno, se reivindican y ponen en valor los roles intelectuales de las mujeres y su adscripción racial en la sociedad, por medio de los di-ferentes papeles que encarnan en pos de la reconstrucción y resistencia de la identidad afrochilena, desde distintos espacios: luchas políticas, traspaso de conocimientos y tradiciones, producciones intelectuales, entre otras. Finalmente, se sostiene la relevancia social, cultural, económica y política 1 El presente artículo encuentra su base en mi tesis de licenciatura de Antropología, UAHC, denominada Mujeres afrodescendientes chilenas, raíces africanas en el Valle de Azapa y Arica (2016).

¿Se acuerdan de Matías Cáceres, el vecino petorquino que compró un negro criollo en 400 pesos al Capitán Velásquez? Resulta que ese mismo año, 1769, Matías también vendió una mulata llamada María del Carmen a Gaspar de Arcaya, que anteriormente había comprado al Alcalde Mayor de Minas y vecino de Petorca Joseph de Sepúlveda. El documento que hoy les presento nos cuenta que María del Carmen se encontraba mal habida en la casa de Matías y que ella le pidió ser vendida, ya que, además padecía una enfermedad sanguínea, es decir, poseía una tacha para ser vendida, pero de todas maneras no impidió que Gaspar la comprase en 350 pesos. Las investigaciones de Rosa Soto, Carolina Gonzalez nos han demostrado que la idea de una esclavitud benigna o menos opresiva que las dinámicas de las plantaciones de America central y el caribe son falsas y que tanto mujeres como hombres, pero por sobre todo las mujeres afrodescendientes eran un constante foco de abuso por parte de sus amos, sus hijos o incluso los peones de las casas. No sabemos el motivo exacto del por que María del Carmen pidió ser vendida a otra persona, pero intuimos que ser mujer y esclava con llevaba una doble carga que era extremadamente pesada. Para su suerte pudo ser vendida, ya que, no era una obligación para Matías el acceder a su petición. 1 Ocho años más tarde, el 11 de enero de 1777, Gaspar de Arcaya a través de un poder simple le entrega a su hermano Francisco de Arcaya, residente en el mineral de La Ligua, la potestad para que pudiese recibir y cobrar a la persona con la que estuviese o la tuviese en su poder a su esclava María del Carmen, ya que, se había enterado según noticias que le han llegado que se encontraba en ese lugar. ¿Qué podemos inferir de esta información? Que María del Carmen se ha fugado desde Petorca hacia La Ligua. 2 No hay que olvidar que en aquel momento desde Petorca hasta Pullally en cada uno de los pueblos existía una población de afrodescendientes libres que rondaba entre el 10 % y 20 %, así que no debió ser muy difícil para María poder camuflarse entre los numeras mulatas y negras del valle. 3 Dos años despues, el 16 de septiembre de 1779, Francisco de Arcaya, el nuevo amo de María se presentó ante el General Don Feliciano Joseph Letelier Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Quillota cediéndole carta de libertad a María a un precio de 290 pesos, valor el cual María canceló en una sola cuota. En este documento también nos informa que fue María quien solicito su carta de libertad, es decir, que fue ella quien autogestiono su libertad, primero fugándose, escapando del dominio de Gaspar, y luego de alguna u otra manera obligando a Francisco a venderle su libertad. 4 Esta fue una de las maneras en que las y los afrodescendientes se integraron como personas libres a la sociedad chilena. Fueron agentes de su propia libertad demandando dentro de sus posibilidades el poder ser vendidos con amas o amos que los tratasen de mejor manera. No hay que olvidar que son numerosos las denuncias por abusos de todo tipo hacia esclavizadas y

Esta ponencia abordará algunos puntos seleccionados de manera personal emanados de la experiencia como colaborador en la actividad de extensión complementaria a la exposición África: Obras de Arte del Museo Etnológico de Berlín, realizada el año 2013 en el Centro Cultural Palacio de la Moneda de la ciudad de Santiago de Chile. A partir de la selección y performance de 6 agrupaciones de danza y música “Afro” de la ciudad de Santiago, resaltan una serie de reflexiones en torno al exotismo, el pensamiento colonialista y la construcción del concepto de lo afro tanto en las agrupaciones participante como en una institución cultural cercana al oficialismo como lo es el Centro Cultural Palacio de la Moneda.

La presencia negroafricana en Chile es un hecho indiscutible de la realidad nacional, que después de décadas de ocultamiento se está re-visibilizando gracias al esfuerzo continuo de activistas como Cristián Báez Lazcano. Mediante los testimonios de los ancianos que hoy se reconocen como afrochilenos, principalmente del Valle de Azapa, este trabajo analiza la construcción del discurso identitario desde un enfoque territorial. Asimismo, presenta un panorama de las distintas maneras en que los chilenos de origen africano reflejan la imagen que tienen de sí mismos y de los demás miembros de la sociedad.
ABSTRACT
The black African presence in Chile is an indisputable fact of the national reality, which after decades of concealment is being re-visibilized thanks to the continuous effort of activists like Cristián Báez Lazcano. Through the testimonies of the elderly who today are recognized as Afro-Chileans, mainly from the Azapa Valley, this paper analyses the construction of the identity discourse from a territorial approach. It also presents an overview of the different ways in which Chileans of African origin reflect the image they have of themselves and of other members of society.