La temperatura de entrada a la turbina (TIT), que es un parámetro particular en la eficiencia de un motor de turbina de gas, depende de la capacidad de temperatura de primera etapa alabes de alta presión.
Posteriormente se sustituyeron por alabes huecos refrigeradas del mismo material, mejorando así la temperatura de entrada a la turbina de gas a 850 ° C (serie Jumo-004E).
Desde 1944 el motor Jumo-004 usaba alabes enfriados del acero menos escaso Cromadur. En 1942 el Reino Unido creó la superaleación Nimonic-80, la primera de una serie de alta temperatura de precipitación aleaciones de endurecimiento de la base de níquel-cromo.
En este caso el eje esencialmente tiene alabes unidos al eje y el fluido es forzado por estos paralelos al eje principal de la bomba.
Los alabes de las modernas turbinas de jet, se hacen generalmente de aleaciones de Stellite, debido a sus puntos de fusión muy elevados y enorme resistencia a temperaturas altas.
A través de los alabes que actúan una contra el otro se impulsa el agua, para generar para un avance suficiente incluso a un número relativamente bajo de revoluciones.
Pues él habla conmigo de esta suerte: «Pon freno al gran dolor que en ti despierta, que por seguir antojos se pierde el cielo al que tu alma aspira, donde ella vive, aunque parezca muerta, y ya de sus despojos no cura y solo ya por ti suspira; y fama que respira en mil partes por obra aún de tu lengua, ruega que no halle mengua; su nombre antes será mejor que alabes, si te fueron ayer sus ojos suaves.» Huye apacible y verde, no vayas donde haya risa o canto, canción mía, sino llanto: no te conviene hallar cosa que alegra, viuda, desconsolada, en prenda negra.
6 No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de los grandes: 7 Porque mejor es que se te diga, Sube acá, Que no que seas humillado delante del príncipe Que miraron tus ojos.
¡Que sea posible, Escipión, que alabes y encarezcas el haber prohibido a los poetas romanos la licencia de que no puedan notar con ignominia a ningún ciudadano romano, viendo que ellos no han perdonado a ninguno de vuestros dioses!
Salicio El curso acostumbrado del ingenio, aunque le falte el genio que lo mueva, con la fuga que lleva corre un poco, y aunque éste está ora loco, no por eso ha de dar al travieso su sentido, en todo habiendo sido cual tú sabes. Nemoroso No más, no me le
alabes, que por cierto como de velle muerto estoy llorando.
Garcilaso de la Vega
Respondió el paciente divino Odiseo: — ¡Tidida! No me
alabes en demasía ni me vituperes, puesto que hablas a los argivos de cosas que les son conocidas.
Homero
Hablemos, pues, conforme al uso y a la costumbre, porque no es razón que hablemos de otro modo, y digamos antes de la muerte primero que suceda la muerte, como lo dice la Sagrada Escritura: «Antes de la muerte no alabes a ningún hombre.» Digamos también cuando sucediere: después de la muerte de fulano o de zutano sucedió esto o aquello; digamos también del tiempo presente como pudiéramos, así como cuando decimos: muriendo fulano hizo testamento, y muriendo dejó esto y aquello a fulano y a zutano, aunque esto en ninguna manera lo pudo hacer nadie sino viviendo, y lo hizo antes de la muerte, y no en la muerte.
ingrato mundo, tú no sabes con cuán profundas penas y crüeles, y desengaños e infortunios graves compra el noble poeta sus laureles: para que tú le admires y le alabes su labio apura del dolor las hieles, y las que te deleitan dulces notas, pedazos son de sus entrañas rotas.
Si bien, los alabes son tres y son grandes, seria suficiente para hacerlo común a la puesta de tierra en toda una región hasta que la energía llega a las viviendas.
Además de otro dispositivo a parte que actúa como conductor de tierra llevada a los alabes para que se transporte a través del agua.