alcornoque


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Sinónimos para alcornoque

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para alcornoque

Ejemplos ?
Ninguna idea sacada de la naturaleza viviente es muy a propósito para contrastar, vémoslo en lo inerte de las líneas y entrelazados, puede cumplir con este objeto y aun ostentar alguna peregrina flor o preciado fruto, los frutos, las pepitas de las leguminosas, a los que se reconocen alguna ventaja en este sentido, pero también un carácter muy rural, y lo que se busca es que lo tengan agreste: la guinda y el moral, el roble y el alcornoque, el laurel y el olivo.
Sucedió, pues, que, estando el aduar alojado en un valle cuatro leguas de Murcia, una noche, por entretenerse, sentados los dos, Andrés al pie de un alcornoque, Clemente al de una encina, cada uno con una guitarra, convidados del silencio de la noche, comenzando Andrés y respondiendo Clemente, cantaron estos versos: ANDRÉS Mira, Clemente, el estrellado velo con que esta noche fría compite con el día, de luces bellas adornando el cielo; y en esta semejanza, si tanto tu divino ingenio alcanza, aquel rostro figura donde asiste el estremo de hermosura.
26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una grande piedra, levantóla allí debajo de un alcornoque que estaba junto al santuario de Jehová.
11 Y vino el ángel de Jehová, y sentóse debajo del alcornoque que está en Ophra, el cual era de Joas Abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para hacerlo esconder de los Madianitas.
Era una zagalona de veintidós a veintitrés años, de buenas carnes y ojinegra, que había venido recomendada por el señor maestrescuela de la catedral de Toledo; porque en el pueblo casi no se encontraba servicio, y además las «chicas» parecían hechas de corteza de alcornoque, y ni tenían idea de cómo se enhebra la aguja.
Cuando el conde consideró que su ahijado sabía ya lo suficiente para enmendarle una receta al mismo Hipócrates, lo volvió a la hacienda con el empleo de médico y boticario, asignándole cuarto fuera del galpón habitado por los demás esclavos, autorizándolo para vestir decentemente y a la moda, y permitiéndole que ocupara asiento en la mesa donde comían el mayordomo o administrador, gallego burdo como un alcornoque, el primer caporal, que era otro ídem fundido en el mismo molde, y el capellán, rechoncho fraile mercedario y con más cerviguillo que un berrendo de Bujama.
18 Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos. 19 Y Saúl y ellos y todos lo de Israel, estaban en el valle del Alcornoque, peleando con los Filisteos.
Desde mozuelo le gustaban mucho las chicas y se le iban los ojos tras ellas, de modo y manera que el padre Rosado, que hacía poco desempeñaba el curato del lugar, notólo y dijo para sí: -Ese pedazo de alcornoque se encalabrina el mejor día con alguna de esas chicas que le traen al retortero, se casa, se llena de chicos, y no teniendo sobre qué caerse muerto, porque la sacristía de aquí no da más que una ración de hambre y otra de necesidad, hay en su casa la de Dios es Cristo.
9 Y el sacerdote respondió: La espada de Goliath el Filisteo, que tú venciste en el valle del Alcornoque, está aquí envuelta en un velo detrás del ephod: si tú quieres tomarla, tómala: porque aquí no hay otra sino esa.
13 Pues aun quedará en ella una décima parte, y volverá, bien que habrá sido asolada: como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la simiente santa.
Encuéntrase en esto atajado en su fuga por el río Amaseno, que desbordado con las deshechas lluvias, cubría de espuma sus dos riberas: Metabo se dispone a cruzarle a nado, pero le detiene el amor de su hija; tiembla por aquella querida carga, y discurriendo qué hacer en tal trance, al cabo se fija en esta resolución: en mitad de la robusta y nudosa lanza de roble curado al fuego que blandía en sus batallas, y llevaba a la sazón con pujante brazo, ató mañoso, a su hija bien rodeada de cortezas de alcornoque silvestre...
Estos blanden dardos arrojadizos al modo de los Teutones, llevan capacetes de corteza de alcornoque, y en sus manos brillan rodelas y espadas de acero.