Desde el capítulo 30 al 57 don Quijote y Sancho son acogidos en su castillo por unos acomodados duques que han leído la primera parte de la novela y saben de qué humor cojean ambos.
Rolling Stone alabó la mitad del disco, mientras que criticó la otra mitad, al igual que The Guardian que dijo: "Las versiones a menudo cojean por la incapacidad del artista de alejarse del original y buscar una nueva perspectiva".
Y con piruetas como de marionetas sus pasos afilados tropezaron; llenaron los oídos con las flautas del Miedo en esa horrible mascarada, y a toda voz cantaron mucho tiempo pues cantaban para despertar los muertos. «¡Oh!», cantaban, «¡ancho es el mundo pero cojean las extremidades aherrojadas!
Y el mismo ángel le tocó o hirió en lo más ancho del muslo, y de esta manera le dejó cojo; así que, un mismo Jacob era el bendito v el cojo: bendito, en los que del mismo pueblo creyeron en Cristo, y cojo, en los fieles que no creyeron; porque lo ancho del muslo es la multitud y multiplicación de su descendencia, y más son los que hay en dicha descendencia, de quienes proféticamente dice la Escritura «que cojean y yerran, separándose de sus caminos y sendas».
Pico-largo sabía de qué pie cojean los hombres, y más cuando tienen el fomes peccati en el cuerpo tan superabundante como su majestad y su excelencia le tenían.