absolutamente todo ha de escapar de nuestro lado. Como vinimos, nos iremos. Somos mínimos
pedazos de tiempo, sin tiempo, a destiempo. Yo quisiera perdurar.
Antonio Domínguez Hidalgo
Cuenta en efecto el mismo General Iriarte: “Esta noche, poco después de las nueve, y cuando se acabaron de quemar los fuegos de artificio, un grupo considerable de españoles armados, pertenecientes algunos a los Cuerpos de la Guarnición, asaltaron la Plaza, subieron al tablado de la música donde se elevaba la columna transparente de que ya hemos hablado, la hicieron pedazos, rompieron los faroles y cuantos objetos de adorno allí había, enrojaron (¿enlodaron?) la bandera Oriental y arrebataron otra española para pasearla en triunfo por la plaza y por las calles de la ciudad, vociferando el “viva a España” y los muera consiguientes y alusivos al caso.
Cuantos
pedazos de tierra se vendían en el país, sin regatear los compraba Gayoso; en la misma plaza de la Constitución de Vilamorta había adquirido un grupo de tres casas, derribándolas y alzando sobre los solares nuevo y suntuoso edificio.
Emilia Pardo Bazán
En el testero, como a una vara de altura, se levantaba un tabladillo, y sobre él un Nacimiento, el Belén clásico español, con su musgo en las praderías, sus
pedazos de vidrio y de hojalata imitando lagos y riachuelos, sus selvas de rama de romero, sus torres puntiagudas de cartón, sus pastorcicos de barro, sus dromedarios amarillos y sus Magos con manto de bermellón, muy parecidos a reyes de baraja.
Emilia Pardo Bazán
¿Dónde vas si al ocaso Te hieren las campanas Y quiebran tu remanso Las bandadas de coplas Y el gran rumor dorado Que cae sobre los montes Azules sollozando? El aire del invierno Hace tu azul pedazos, Y troncha tus florestas El lamentar callado De alguna fuente fría.
El aspecto de la granja era impresionante: hierba y hojas grisáceas en el suelo, parras cayéndose a pedazos de arcaicas paredes y aleros, y enormes árboles desnudos silueteándose malignamente contra el gris cielo de noviembre.
Montones de esos asquerosos animalejos treparon sobre mi cuerpo tendido e inerme y por más que yo los espantaba, dentro de mi inmovilidad, no lograba ahuyentarlos. Era yo su presa fácil, pero algo los contenía y no lograban carcomer ni los pedazos de ropa que aún me servían de protección.
¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado? En el cofre de plomo, dentro de tu esqueleto, Tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Apenas reconoció el pueblo la liberalidad del difunto, cuando, granjeado con las dádivas que les hacía, determinaron de hacer pedazos a los matadores.
Nada hay tan ilícito como empequeñecer el mundo por medio de nuestras manías y cegueras, disminuir la realidad, suprimir imaginariamente pedazos de lo que es.
En esto, sonaba ya abajo, en la botica, el estrépito de los botes y redomas que los vecinos del Padrón hacían
pedazos, y oíase resonar en la escalera este grito unánime y terrible: - ¡Muera el "afrancesado"!
Pedro Antonio de Alarcón
¡Con las muletas me basta y sobra para romperle la cabeza! -Márchate, Rosa..., y no hagas caso; que éstas son chanzas del señor don Jorge...-expuso Angustias, haciendo
pedazos la carta-.
Pedro Antonio de Alarcón