ratón

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Sinónimos para ratón

mouse

Sinónimos

  • (infinitivo) mouse

resaca

Sinónimos

ratón almizclero

Sinónimos

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para ratón

Ejemplos ?
Los cinco gatos se habían marchado un poco antes, pero su desaparición apenas fue notada, ya que en la casa no había ahora ratones y únicamente Mrs.
Las murallas de piedras que cercaban la ciudad y que antes eran un lugar de seguridad y de recreo, ahora lo es solo de ratones con brechas por todas partes.
Ermita.- La ermita de San Valerio se fundó por voto, por una grande plaga de ratones que entonces había en aquel distrito, y destruían las sementeras de maíz.
Esta playa con declive al Sud, está cortada por un zanjón labrado por la corriente de las aguas pluviales en cuyos bordes laterales se muestran innumerables cuevas de ratones y cuyo cauce, recoge en tiempo de lluvia, toda la sangraza seca o reciente del matadero.
Mas él, como viniese a comer y abriese el arca, vio el mal pesar, y sin dubda creyó ser ratones los que el daño habían hecho, porque estaba muy al propio contrahecho de cómo ellos lo suelen hacer.
- Era mucho más agradable estar en mi casa - pensó la pobre Alicia-. Allí, al menos, no me pasaba el tiempo creciendo y disminuyendo de tamaño, y recibiendo órdenes de ratones y conejos.
Otro día fue por el señor mi amo visto el daño así del pan como del agujero que yo había hecho, y comenzó a dar a los diablos los ratones y decir: “¿Qué diremos a esto?
¡Nunca haber sentido ratones en esta casa sino agora!” Y sin dubda debía de decir verdad; porque si casa había de haber en el reino justamente de ellos privilegiada, aquella de razón había de ser, porque no suelen morar donde no hay qué comer.
El mejor remedio que hallo, pues el de hasta aquí no aprovecha, armaré por de dentro a estos ratones malditos.” Luego busco prestada una ratonera, y con cortezas de queso que a los vecinos pedía, contino el gato estaba armado dentro del arca, lo cual era para mi singular auxilio; porque, puesto caso que yo no había menester muchas salsas para comer, todavía me holgaba con las cortezas del queso que de la ratonera sacaba, y sin esto no perdonaba el ratonar del bodigo.
Los cinco gatos se habían marchado un poco antes, pero su desaparición apenas fue notada, ya que en la casa no había ahora ratones y únicamente la señora Gardner sentía cierto afecto por los graciosos felinos.
A cabo de tres días yo torné en mi sentido y vine echado en mis pajas, la cabeza toda emplastada y llena de aceites y ungüentos y, espantado, dije: “¿Que es esto?” Respondióme el cruel sacerdote: “A fe, que los ratones y culebras que me destruían ya los he cazado.” Y miré por mí, y víme tan maltratado que luego sospeché mi mal.
Lo malo es que hacia allá van directo nuestros alumnos como ratones del flautista de Hammelin, sin darse cuenta, nadie se los ha hecho notar, que su destino es un sui-géneris matadero: obedecer las órdenes del consumismo irracional.