A este personaje se le atribuye en gran medida la fundación de la ciudad de Santiago de Querétaro, ya que hacia 1531 los conquistadores españoles conminaron a los caciques indígenas de la región para que se rindiesen pacíficamente, ambos bandos decidieron efectuar un combate simbólico el 25 de julio del mismo año, el cual concluyo cuentan las crónicas de la época, debido a que en el cielo apareció una gran cruz luminosa, lo cual atemorizó a los gentiles y los obligó a bajar las armas, con esto poco tiempo después comenzaría la fundación de la ciudad, participando activamente en ello Don Fernando de Tapia.
Por ello, el rey concedió el cargo de Mayordomo mayor a Diego López V de Haro, lo que provocó que el infante Juan abandonase la corte, advirtiendo al rey que no contaría con su ayuda hasta que los alcaides de los castillos de Diego López de Haro rindiesen homenaje a su esposa, María II Díaz de Haro.
Estas naves rara vez debían entrar en combate. Su increíble longitud o su temible armamento, o, simplemente, su forma, bastaban para que bases rebeldes enteras se rindiesen.
Sus hombres capturaron a Boetius MacEgan, el obispo católico de Ross y advirtieron a la guarnición de que lo matarían a menos de que se rindiesen.
Por ello, trataron de hacer que los defensores se rindiesen por hambre con la ayuda de las fragatas de la Marina Nacional francesa, que bloquearon la costa.
Tras este episodio, las tropas sertorianas pusieron cerco al importante oppida carpetano de Contrebia Carbica que resistió cuarenta y cuatro días de asedio. Sertorio consiguió derribar una de sus torres por lo que los habitantes pidieron a sus líderes que rindiesen la ciudad.
Al empezar las Cortes un amplio sector de los procuradores del reino, entre los que se contaban los del arzobispado de Toledo, los del obispado de Cuenca, y los de las ciudades de Segovia y Ávila, se negaron a reconocer al infante Enrique como tutor del rey y estuvieron a punto de abandonar la asamblea, lo que impidió la reina María de Molina, que consiguió que todos los procuradores rindiesen homenaje al rey Fernando IV y que reconociesen por tutor al infante Enrique de Castilla.
En las Cortes de Valladolid de 1295, las primeras celebradas durante el reinado de Fernando IV, la reina María de Molina consiguió que todos los procuradores rindiesen homenaje al rey Fernando IV y que reconociesen por tutor del rey al infante Enrique de Castilla el Senador.
Ante la dificultad de atacarlos en sus refugios, Sertorio colocó montones de fina tierra en sus entradas para llenarlos de polvo aprovechando los fuertes vientos y consiguió que, tras dos días, los caracitanos se rindiesen cegados y ahogados por el aire polvoriento que inundó sus cuevas.
"Habría querido, la decía repetidas veces, verte ligada a un rico propietario, ajeno a los negocios públicos, que pasase la vida entre fieles capataces que le rindiesen cuentas exactas; a un hombre como yo, de quien jamás tu madre tuvo la más leve queja.
Viéndome en este estado, y que ya se me habia dispersado alguna gente, y conociendo igualmente que los enemigos debian hallarse en peor estado por haberles muertos mas de 20 hombres, y haberles tomado igual, ó mayor número entre prisioneros y pasados, determiné intimarles de nuevo que se rindiesen, como lo hice, y en virtud de su contestacion determiné retirarme por contemplar que las municiones que me quedaban, solo me podian servir para verificarlo, trayendome los prisioneros, y las cabalgaduras que les habia quitado, que pasan de 200 animales entre mulas, y caballos.
Inmediatamente que fondeó, entró en su seguimiento la corsaria limeña, y puesta en la boca del Puerto manda su lancha al fondeadero con gente, que inmediatamente cortaron la ancla; entrándose a bordo de ella, a intimándoles se rindiesen, encerraron la gente abajo amenazada con armas avanzándose a tirarle al piloto, un pistoletazo del que escapó llevándole las faldas del chaleco; y el capitán fue conducido prisionero a bordo de la corsaria con sus papeles de pasaporte y registro.