Miedo a la soledad. Es lo que me decía hoy mi amigo Fa, el brasileño aquel que a principios de año me dijo que también él era gay (bueno, dijo que era bi, pero con el paso del tiempo ha resultado gay del todo). Me contaba que él también está en una relación pero que no está a gusto con el chico, que estaba con él por miedo a quedarse solo. Miedo a la soledad... ¡Pero si es un chaval! Le saco tres o cuatro años. Le dije que se dejara de tonterías y que si no estaba a gusto que rompiera con él. Miedo a la soledad. Otro amigo mío, comentándole mi reciente ruptura, me decía que le iba a decir a una amiga común que me presentara a unos amigos gays de ella. Hace tres días que he roto con el chico este y ya quieren que me lie con otro, como si no se pudiera estar solo, como si hubiera un agujero y ahora fuera necesario un nuevo parche. Bastantes relaciones difíciles y destructivas he visto -empezando por la de mis padres-, como para tener miedo a la soledad. Antes de la última relación, pasé bastante tiempo solo y no lo pasé especialmente mal. Quizá tenga suerte en ese aspecto, o quizá dentro de diez, veinte años vea las cosas de otra manera. Pero mejor solo que mal acompañado. No por ser una frase archiconocida y ampliamente utilizada deja de ser menos cierta. Y si hay que estar con alguien, que sea por amor.
A nivel personal, estoy seguro de haber tomado la decisión correcta. El lunes por la noche, con la tensión del momento y los sentimientos aflorando llegué a pensar que me estaba equivocando. Pero no. Ha sido lo más justo para los dos.
A nivel personal, estoy seguro de haber tomado la decisión correcta. El lunes por la noche, con la tensión del momento y los sentimientos aflorando llegué a pensar que me estaba equivocando. Pero no. Ha sido lo más justo para los dos.