Por una excepción, que se comprende bien, tía Cimiana suele llevar obra de aguja y tijera, según se encuentre de atareada. Los hombres no llevan nada, o, cuando más, un taco de madera para una llavija, o un haz de mimbres retorcidos para peales.
¿ Qué hacéis, doña María? ¡ Guarde más ceremonia con mi taco, o por vida del rey que se lo saco! -De veros, el contento, replicó la taimada, me hace tener tan fuerte movimiento.
Pero noto que voy metiéndome en el peligroso campo de la política, y hago punto, no sea que me eche a disparatar como la mayoría de los hombres públicos de mi tierra, que no pueden dar en bola cuando están con
taco en mano.
Ricardo Palma
si pensara no pisaría así... arrastra los pies... si sospechara no tocaría el suelo con el
taco... acompañaría el cuerpo en la actitud...
Roberto Arlt
El bufete entró como
taco en escopeta, haciendo más allá la pared a fuerza de rascarle el yeso con las esquinas; la cama de matrimonio tuvo que quedarse en la sala porque fue imposible meterla en la alcoba; el hermano de mi amigo, que es tan alto como toda la casa, se levantó un chichón, en vez de levantar la cabeza, con el techo, que estaba hombre en medio con el piso.
Mariano José de Larra
Un manojo de pasto seco sirvió de
taco, y con la colocación del fulminante, que Petaca efectuó si dificultad, quedó el fusil listo para lanzar su mortífera descarga.
Baldomero Lillo
No sabíamos que decirnos. Aquel pegaba con el
taco en la palanca de cambios y decía: ¡Che que tiempo perro!... Y llovía de tal manera que ya no se veían los árboles ni el alambrado de los Martínez que corría rozando el arroyo...
Alfredo Mario Ferreiro
Mi primer impulso fue el de partirle la cabeza con un taco de billar; pero el segundo fue el de abstenerme de tal designio, ya que el hombre se encontraba entre la taquera y yo.
Muchas batallas se ganan por un
taco redondo echado a tiempo; y para quitarte escrúpulos, te empeño palabra de hacerte canónigo del coro de Lima el día en que te oiga echar en público un...
Ricardo Palma
Añádanse a estas perfecciones brevísimo pie, torneada pantorrilla, cintura estrecha, aire de
taco y sandunguero, de esos que hacen estremecer hasta a los muertos del campo santo.
Ricardo Palma
Cuando lo atravesaba para ir al salón, Emma vio alrededor de la mesa a unos hombres de aspecto grave, apoyado el mentón sobre altas corbatas, todos ellos con condecoraciones, y sonriendo en silencio al empujar el taco de billar.
Después de santiguarse, y en chanclas y envuelto en el capote, se dirigió al jardinillo; y el corazón le dio tan gran vuelco que casi se le escapa por la boca junto con el
taco redondo que lanzó.
Ricardo Palma