Hoy Sufro Pero Algo Está Haciendo Dios - Promo Libro
Hoy Sufro Pero Algo Está Haciendo Dios - Promo Libro
Hoy Sufro Pero Algo Está Haciendo Dios - Promo Libro
Dios
J U A N
D I E G O
L L A N O S
Dios
HOY SUFRO PERO ALGO EST HACIENDO DIOS Edicin en espaol publicada por Juan Diego Llanos - 2013 Bogot, Colombia Primera edicin 2013 2012 por Juan Diego Llanos Fotografa y diseo: Aned Forero Diagramacin: Nrida Ramrez RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EL TEXTO BBLICO SE TOM DE LA VERSIN REINA-VALERA 1960 SOCIEDADES BBLICAS EN AMRICA LATINA; 1988 RENOVADO SOCIEDADES BBLICAS UNIDAS. UTILIZADO CON PERMISO. ISBN: 978-958-46-2153-5 Categora: Vida cristiana/Crecimiento IMPRESO EN COLOMBIA PRINTED IN COLOMBIA
CONTENIDO
Dedicatoria 7 Agradecimientos 9 Introduccin 11
. En qu soy formado
Conociendo en qu me forma Dios
13
15 21 23 25 30
Qu obtendr si me dejo formar? Y si no me dejo formar qu pasa? La formacin de Dios incluso para reyes Un destino pero diferentes caminos
39
41 46 49 52 56 67
3. La cura de mi mal
73
75 78 80
4. El momento de mi exaltacin
Quin y cundo es exaltado? Hay un mejor plan para mi vida
93
95 97 99 103
5. Demostrando mi cambio
Hay bendicin para todos
109
111 115 119 124 127
Formado a prueba de exaltacin Pruebas superadas y sueos cumplidos Se requiere de m una pronta decisin
6. Mi propsito cumplido
El dolor de la formacin La lucha contina
133
135 142 149 154 159 167 169
Mi vida en servicio es un deseo de Dios La lucha termina con mi ltimo suspiro Lista de reproduccin Acerca del autor
Dedicatoria
Para Jesucristo, mi Dios. Centro de mi admiracin, mi gran tesoro, mi amor sobre todo.
Agradecimientos
A mi Seor Jesucristo; pues todo es suyo, y de lo recibido de su mano le doy. A mi familia, en especial a mis padres, hermanos y sobrinos; son un escudo de amor que me rodea, y mi felicidad depende en gran manera de la suya. A mi familia de fe; instrumentos, apoyo y consuelo en mi proceso de formacin cristiana. A mi hermano, el pastor Andrs Llanos, y a mi hermana de fe, Wendy Pinedo; por su tiempo y sus consejos de oro para este libro. A mi sobrino, Juan Jos Fernndez; alegra y amor para mi vida. Fuente de inspiracin para ver que los adultos mucho tenemos de nios. Al gran equipo que Dios me prest para este proyecto: Valentina Ojeda, mi modelo favorita; Aned Forero, fotgrafa y diseadora de sueos; Nrida Ramrez, diseadora y genio de tiempo completo; Daro Melo, apoyo y creatividad constantes; y muchos ms, nunca menos importantes. A Jos, hijo de Jacob, por su gran legado y ejemplo para todos los que hoy sufrimos con esperanza. A todos, gracias por ser parte de este proyecto y de la formacin que Dios me da.
Introduccin
Sentada y pensativa en uno de sus lugares favoritos, el columpio que pende del rbol del jardn de su casa, veo a Juana Valentina mientras recuerdo la escena que precede a sta, en circunstancias totalmente contrarias a la paz y el silencio que ahora veo y escucho. Los ojos encharcados de la pequea miraban hacia su padre, quien con mirada tierna le animaba a confiar; mientras sus odos, aturdidos por su propio llanto, perciban de l palabras, que entonces carecan de todo sentido, que le afirmaban que lo que suceda era para su bien, a pesar de que le doliera y no lo pudiera comprender. Aterrada y adolorida, Juana Valentina lloraba sin entender cmo su propio padre, no slo permita que una extraa mujer vestida de blanco pinchara su brazo con una terrible aguja, sino que tambin ayudaba para que esto sucediera. La mirada de la pequea, entonces, fue para m un espejo en el que se reflej mi rostro cuando sufro; y su dolor e incomprensin frente a su padre, fueron los mismos mos frente a Dios cuando pregunto por las razones que existen para que l, amndome tanto, permita mi sufrimiento. Lo que viva Juana Valentina era parte de un buen propsito de pap y, aunque esto no se vea claramente desde la posicin de ella, s era claro desde la posicin de su padre y desde la ma. Contrario a lo que vea la pequea, yo vea a un buen padre, cuidando el presente y el futuro de su hija, incluso a costa del dolor y la incomprensin de ella, quien no saba que la dolorosa inyeccin de hoy era parte de un maana lleno de salud y bienestar. De la misma manera que el padre de Juana Valentina, a pesar de nuestra incomprensin y a veces de nuestra desconfianza, Dios no deja de obrar con buenos propsitos hacia nosotros, y a l jams le han faltado buenas intenciones y buenos planes para su creacin, a pesar de que muchas de
sus criaturas deciden darle la espalda. Sin embargo, el cumplimiento de los buenos propsitos de Dios requiere una formacin previa de algunas reas de nuestra personalidad, para alinearnos con su voluntad, y esto a su vez significa algo de sufrimiento para nosotros. Dios quiere hacer algo grande con nuestras vidas, y hoy sufrimos un proceso de formacin que l quiere usar para cumplir su propsito si se lo permitimos. Este proceso nos ayudar para bien si nos acogemos a la voluntad de nuestro Creador, y puede ser ms fcil y ms corto si comprendemos de qu se trata y si tomamos las decisiones correctas. Por qu sufrimos? Nos dej Dios? Qu hace Dios mientras sufrimos? Qu debemos hacer nosotros? Cul es la cura para nuestro sufrimiento? Terminar el sufrimiento? Todo saldr bien? Cmo terminar nuestra historia? Bienvenidos al tiempo de las respuestas para aquellas preguntas que hemos hecho acerca del sufrimiento; bienvenidos a una de las historias ms apasionantes del antiguo testamento, la historia de Jos.
13
Me pregunto:
Por qu Dios permite que sufra? De qu sirve sufrir? Por qu a m? Algn atajo para llegar al final del sufrimiento?
14
EN QU SOY FORMADO
omo ya dije en la introduccin, nuestro sufrimiento de hoy se debe a que Dios nos est pasando por un proceso de formacin, para cumplir un buen propsito en nosotros; as que, sin ms prembulos, comencemos por descubrir de qu se trata esto de la formacin.
Conocer aquello que Dios quiere formar en nosotros, es uno de los principales pasos a dar para superar, e incluso acortar, nuestro proceso de formacin, y por tanto nuestro sufrimiento. Muchas veces slo llegamos a saber qu era lo que Dios estaba formando en nosotros cuando el proceso de formacin ha llegado a su final pero, si logramos saberlo de antemano, el tiempo requerido para nuestra formacin puede llegar a ser ms corto. Un camino lleno de bendicin nos espera al permitir la formacin de Dios en nuestras vidas, pero uno lleno de tristeza si nos resistimos a ser formados. La formacin es para todos, y nuestro sufrimiento no se trata de que Dios se haya empeado en hacernos sufrir, sino de que tiene un gran propsito con nosotros.
Cuando tenemos claro el destino nos resulta ms fcil caminar en la direccin correcta.
15
Viendo a Juan Martn, encuentro que todo parece ms fcil a travs de la mirada de los nios, quienes no cuestionan a sus padres acerca de sus capacidades y afirmaciones; simplemente creen en ellos y les entregan toda su confianza. Todo es ms sencillo cuando somos pequeos: pap es nuestro sper hroe, y todos los que nos rodean son nuestros compaeros de juegos y alegras. Sin embargo, cuando crecemos y nos entendemos tan capaces y autosuficientes, todo cambia de sentido, y a nuestro parecer ya nadie es tan digno de confianza e importante como nosotros mismos ni siquiera pap; porque la experiencia, que viene con los aos, nos trae la posibilidad de aprender buenas y necesarias enseanzas, pero tambin otras que no son tan buenas, como la autosuficiencia. El paso del tiempo nos trae la oportunidad de identificar y conocer lo que Dios nos quiere ensear cuando nos pasa por un proceso de formacin, y si la aprovechamos estaremos dando un paso esencial para superar las pruebas que vivimos. Cuando tenemos claro el destino nos resulta ms fcil caminar en la direccin correcta, por lo cual se requiere de toda nuestra diligencia para conocer aquellos aspectos que en nosotros estn defectuosos, y comprender con lujo de detalles qu es lo que Dios quiere poner en lugar de tales defectos. En cuanto a Jos, hijo de Jacob, personaje central de este libro, Dios quera poner en lugar de su orgullo un corazn humilde Cmo! Orgullo en Jos? Aunque algunas personas creen lo contrario, no es extrao pensar que en la vida de Jos hubiera un orgullo por cambiar, y esto se hace ms comprensible al considerar que l era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, como declara santiago 5.17; que el Dios de toda justicia permiti que sufriera muchas experiencias humillantes e injustas desde el punto de vista humano, como la esclavitud y la crcel; y que el Dios que lo dej sufrir, jams carece de un propsito bueno y claro en todo lo que hace y permite. Dios no hubiera permitido todas las humillaciones que
16
EN QU SOY FORMADO
vivi Jos si stas no hubieran sido necesarias y buenas para l de alguna manera, por lo cual es completamente sensato pensar que el hijo de Jacob estaba pasando por un proceso de formacin, que se daba para que recibiera una humildad de la cual careca, y que Dios le dara valindose de situaciones humillantes pues, finalmente, quin necesita ms ser humillado que un orgulloso? y qu mejor antdoto para la falta de humildad, que la humillacin? Ya detallaremos sobre el orgullo de Jos en captulos posteriores, pero continuaremos en este sentido. Comenzaremos por hablar un poco de esa gran virtud que necesitaba el hijo de Jacob en su vida, llamada humildad, que es medida de manera equivocada por algunos con la cantidad de bienes materiales que se poseen, o con la posicin que se tiene en medio de una sociedad. En la medida que avancemos, encontraremos tambin las respuestas que hoy anhelamos nosotros; por lo cual invito a que miremos con paciencia y total atencin la historia de Jos, que nos habla desde un pasado lejano para responder. Para continuar leyendo Hoy sufro pero algo est haciendo Dios, adquirelo ahora en alguno de los siguientes canales: Formato impreso para Colombia: contacto@juandiegollanos.com CLC Colombia Formato Kindle (y pronto impreso) a nivel mundial: Amazon.com Informacin adicional: juandiegollanos.com facebook.com/juandiegollanosescritor twitter.com/LlanosJuanDiego
17