Entrev Rosset

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Entrevistas DILOGO CON CLMENT ROSSET

FREDDY TLLEZ UNIVERSIT POPULAIRE, LAUSANNE

Introduccin Creo que le por primera vez a Clment Rosset atrado por uno de sus ttulos, por lo general concisos y atractivos. No s cul de ellos fue, por lo dems. Poco importa. Lo cierto fue que me impact. Recuerdo tambin que alguna vez, antes, haba posedo su L 'anti~nature, sin haber llegado nunca a leerlo. En esa poca escriba mi tesis de doctorado en flosofa que gira en tomo a dos autores opuestos a la esencia de lo que Clment Rosset defende en ese libro: Marx y Reich. Despus las cosas de la vida me llevaron a deshacerme de l, siempre virgen, slo hojeado, y una vez concluida mi tesis. De ese primer libro tenido, a ese otro ledo, hay una distancia llena de tiempo y de ideas que evolucionan. Creo que los libros que nos impactan son los que buscamos en secreto sin conocerlos, que intuimos, por as decirlo. Y por eso impactan, porque nos dan las palabras que buscbamos, desconocidas igualmente, pero presentidas en profundidad en el cierto maremagnum que conlleva toda evolucin, todo cambio de mscara. Mucho ms tiempo pas, entre tanto, hasta el da en que las mismas cosas de la vidame llevaron a proponerle a una universidad colombiana la traduccin de uno de sus otros ttulos enigmticos. La forc majeure, y que yo reduje a Nietzsche y Cioran, los dos autores que trata en el mismo y a los cuales adeudo, junto con Rosset, el cambio benfico de mscara, o su afanzamiento al menos, y eso espero. De ah a esta corta entrevista que aqu introduzco, es fcil verlo, no hay sino un paso. Paso alegre y gratifcante, debo confesarlo, aunque dejo al lector la imaginacin de los posibles motivos que lo caracterizan. Por desgracia, esta entrevista se basa en un simple cuestionario, y no en una charla directa cara a cara. Los kilmetros que separan la ciudad donde vivo de la ciudad donde Rosset trabaja, aunque relativamente pocos, no dejan, no obstante, de ser un obstculo. Digo "por desgracia", no slo por el placer que tendra en conocerlo personalmente, sino ante todo porque una hoja escrita, y esto ya lo saban Scrates y Platn, excluye la curiosidad interrogativa de la voz y la mirada.

' Entrevista realizada en relacin con mifraduccinde su libro Laforc majeure (1983), consagrado en gran parte a Nietzsche y Cioran, y presentado a una editorial colombiana para su publicacin.

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Esta no podr reemplazar jams la presencia viva, ncleo confuso donde toda metafsica se esconde, si le creemos a Heidegger y a Derrida. Releyendo sus respuestas, no puedo impedirme el continuar preguntndole. En vano. Quizs el lector comparta conmigo, en algn momento de la entrevista, esa curiosidad insatisfecha. Por ejemplo en la ltima respuesta, "inconclusa", por no dar lugar a la enumeracin que permite. Me refero a la lista virtual de "escritores y artistas de este siglo" que Rosset confiesa admirar, sin mencionarlos. Pero lo que ms me intriga, si puedo expresarme as, es el "y curiosamente" de la quinta respuesta, la relativa a lo vlido o lo perimido en la obra de Nietzsche. Cunto no dara por poder "picarlo" en persona ante ese "misterio". Que se me permita aqu adelantar, en toda impunidad, una tesis. Slo Rosset mismo podr decirme un da si me equivoco. Slo en uno o dos lugares de su largo ensayo sobre Nietzsche, Rosset expresa de manera mitigada su cierta desconfianza ante los temas que en esa respuesta rechaza por primera vez en forma expresa, y si mi ignorancia no me juega una mala partida. Es factible afirmar en su apreciacin de dichofilsofouna evolucin, entonces, y que ira "curiosamente" en el mismo sentido de las crticas dirigidas por algunos de los autores del libro referido en el cuestionario {Pourquo nous ne sommes pas nietzschens)! Me apresuro a agregar: no en el sentido "cristiano y moralizante" con el cual Comte-Sponville sella su propia lectura del filsofo. Aado que el rechazo de los temas caractersticos de la "gran poltica" nietzscheana puede hacerse desde varias perspectivas posibles. Entre ellas la de Rosset. Pero, y cul es sta? Esa es al menos la gran cuestin que ampliara la respuesta con la cual l nos obliga a contentarnos en esta entrevista. No quiero decir que no sepamos, sus lectores, cul es ese enfoque definitorio de su posicin "nietzscheana". Estoy sencillamente preguntndome en voz alta si el rechazo explcito de esa "gran poltica" y sus temas relativos no dara sobre una mayor claridad, sobre un cierto giro eventual de dicho enfoque. Algo as como un anexo por escribir a ese gran ensayo, y que no invalidara por fuerza su propia perspectiva, claro est, sino que la ampliara simplemente. Un anexo, a secas. Soy consciente de que le estoy pidiendo a Rosset escribir otro libro, hoy, sobre Nietzsche. Es lo que l mismo me responde, sin rodeos, en la quinta pregunta. Por qu no? me digo. Al fin y al cabo eso permitira afinar, resituar, profundizar y corroborar, pero en este nuevo presente, la formidable fuerza de su enfoque consignado en La forc majeure de 1983, y que apuntala o nutre, vayase a saber, su posicin filosfica a lo largo de todos esto aos consagrados a combatir las diversas formas de la ilusin razonada de los hombres, nosotros, seres imperfectos... Habr odos finos que me escuchen? Por ltimo, una palabra de historiador. Esta entrevista fue realizada entre Lausana y Niza en el mes de mayo de 1994, elaboracin del cuestionario y respuestas incluidas. La traduzco y la concluyo ahora, en este soleado junio.

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Freddy Tllez: De su propia vida se saben en general dos o tres cosas: nacido en Normadla, profesor de filosofa en Niza, autor de ms de una docena de libros (entre los cuales algunos ya inencontrables en libreras), y eso es todo. Podra agregar algo ms a ese corto curriculum? Clment Rosset: Para qu? Esas informaciones me parecen ampliamente suficientes. En cuanto a los libros "ya inencontrables en librera" de que Usted habla, no veo sino la Lettre sur les chimpanzs que Gallimard est decidido a reeditar, creo, y un libro del cual no deseo la reimpresin por estimarlo demasiado mediocre {Le monde et ses remedes). F. T.: Cmo ve Usted hoy, con la distancia que da el tiempo, su segundo libro de juventud, Lettres sur les chimpanzs (1965), un poco enigmtico por su irona "swiftana " dirigida contra cierto humanismo, muy a la moda en esa poca, supongo? C. R.: La Lettre sur les chimpanzs estaba dirigido, en efecto, contra un catecismo humanista "bien-pensante", del cual Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir eran entonces los principales predicadores, y que era retomado en coro por el conjunto de la inteligencia parisina. Confieso encontrarlo aun hoy bastante divertido {cocasse) y, sobre todo, siempre de actualidad. F. T.: Usted ha consagrado a Schopenhauer tres libros Cul es el lugar que dicho filsofo ocupa an en su pensamiento? Y cmo se conjuga con su admiracin por Nietzsche? C. R.: Por supuesto que Schopenhauer me parece hoy ms lejano que hace treinta aos. Pero regreso a l con frecuencia, con ocasin de un libro o de un curso en la universidad. Lo slido y original que l posee contina impresionndome, incluso si no estoy de acuerdo con algunas de sus tesis de fondo (el pesimismo, el renunciamiento a la vida). Por otro lado, no veo por qu la validacin de un pensador como Nietzsche debera implicar la descalificacin de Schopenhauer. No existen sino pocos desacuerdos mdamentales entre ambos. Llegado el caso, por mi lado, le doy ms bien razn a Nietzsche. F. T.: Se considera Usted hoy un "nietzscheano", once aos despus de su libro La forc majeure, dedicado en gran parte a l? (O treinta y cuatro aos despus de La philosophie tragique, y s est Usted de acuerdo en incluir tambin este primer libro bajo esa denominacin). C. R.: Qu signifca ser nietzscheano? Gran cuestin. Usted conoce esa aria

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de Offenbach en Les Brgands: "hay gente que se dice espaola y no lo son". Lo mismo podra decirse de la mayora de nuestros nietzscheanos de hoy. Lo cierto es que he aprendido siempre mucho leyendo aNietzsche, ms, quiz, que con la lectura de cualquier otro filsofo. F. T.: A 150 aos de distancia del nacimiento de Nietzsche qu considera Usted todava vigente o perimido en su filosofa? C. R.: Necesitara cien pginas para responder a esa pregunta. Prefiero decirle en una palabra que nada me parece perimido en Nietzsche, salvo, tal vez, y curiosamente, los temas architrillados desde hace ms de treinta aos: el superhombre, la voluntad de poder, el eterno retomo y tambin todo lo referente a sus visiones de "gran poltica". F. T.: Andr Comte-Sponville^ le critica a Usted una cierta visin unilateral, al dejar de lado "La Voluntad de poder, la casi totalidad del Zarathustra y el contenido propiamente inmoral o nmoralista de Ms all del bien y del mal, o La genealoga de la moral" (50), en su interpretacin del filsofo alemn. Lo cual le permite a dicho autor mostrar un Nietzsche racista y peligrosamente cercano al nazismo. Qu piensa Usted de eso? C. R.: Usted mismo responde a esta cuestin en su siguiente pregunta, cuando caracteriza de lectura "cristiana" y moral de Nietzsche los propsitos de dicho autor. De ah las reticencias de Comte-Sponville y de sus compaeros en ese libro que Usted cita, y que no puedan encontrar satisfaccin en un pensamiento que, sin ser en absoluto racista o nazi, como lo sugieren, no deja por el contrario de conculcar los valores y principios a los cuales ellos adhieren. F. T.: La lectura de Nietzsche hecha por Andr Comte-Sponville es una lectura critana, basada en la denuncia de lo inhumano y lo inmoral por lo humano y lo moral. De ah su preferencia por Spinoza ante Nietzsche y, sobre todo, del Diario de una vctima del nazismo, de Etty Hillesu, por el cual "cambiara sin vacilar", segn sus propios trminos, "toa La Voluntad de poder. El anticristo y Ecce Homo " (89). Esa posicin recuerda, sin que Comte-Sponville sea consciente o lo afirme, los anlisis de Rene Girard (sin olvidar que este ltimo nunca cae en una crtica negatvista o destructora de la obra de Nietzsche, como s ocurre con aquel). Estara Usted de acuerdo con mi formulacin?
^ La brute, le sophiste y I 'esthte: I 'art au service de I 'illusion. En: V.V., Pourquoi nous ne sommes pas nietszchens, Grasset, Paris 1991.

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C. R.: Totalmente. F. T.: En Le Rel. Traite de l'idiotie (Minuit, 1977) le critica Usted a los "hegelianos modernos (de Mallarm a Lacan, pasando por Georges Bataille y Jacques Derrida) " (55) el diferir sin cesar el sentido (y por lo tanto la presencia y lo real) en un ms all y un porvenir eterno, al igual que un "ilusionista lleva a sus espectadores a ver un objeto ausente por simple poder de sugestin " (54). Pero al definir lo real como lo que "no aparece nunca sino ms all" (124) no cree Usted que as se difiere de nuevo y sin cesar lo real? C. R.: Existe la diferencia, entre ambas citas mencionadas, que en la primera yo critico la doctrina (o ms bien, las numerosas formas de doctrina) de un ''ser-en otra parte", mientras que la segunda designa solamente un ''apareceren otra parte" (y un aparecer ms tarde) de un real cuyo ser no reside sin embargo en el aqu y ahora, solamente en el aqu y ahora. En otros trminos: no soy yo quien propone diferir de nuevo y sin cesar lo real, sino su "representacin", siempre retardataria (un poco al igual de la felicidad, de la cual alguien dijo que se la reconoce por el ruido que hace al irse). Su representacin solamente, no su goce, el cual o es inmediato, o no es. F. T.: Cree Usted que estamos viviendo hoy una poca de desfascinacin escptica saludable con la crisis de los grandes finalsmos utpicos y de los universales tranquilizantes que representaba el hegelo-marxismo? Ve Usted en ello signos positivos para el trabajo filosfico? C. R.: No. Soy bastante pesimista al respecto. Pienso que la humanidad en su conjunto est apegada de manera congnita a los diferentes modelos de la ilusin y de la utopa, cualquiera que puedan ser sus formas o su contenido. Ocurre, sin duda, que de tanto en tanto algunos grandes fnalismos utpicos se derrumban, pero no es sino para pronto renacer bajo otras formas, a veces peores. Es verdad que hoy trastabilla todo lo que se encuentra en relacin con lo que Usted llama el "hegelo-marxismo", pero slo Dios sabe qu nueva forma de alucinacin colectiva vendr maana a reemplazar, en el espritu de los hombres, el lugar que deja vacante su retroceso. Y estara tentado de agregar: atencin! Para resumir en una palabra lo que intento expresar aqu, le propondra una formulacin un poco lapidaria y enigmtica, es cierto, pero que posee la ventaja de traducir exactamente lo que pienso de la condicin humana de acuerdo con Lucrecio y Pascal: el hombre no est an "preparado" para lo real, y no lo estar nunca, sin duda.

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F. T.: En Le principe de cruaut (Minuit, 1988) define Usted la filosofia por su virtud negativa para eliminar "ideas dudosas, ilusiones y delirios ", antes que por su poder de enunciar certidumbres y verdades positivas. Qu filsofo o corriente filosfica actual le parece ajustarse mejor a dicha definicin? E, independientemente de sta hay algn filsofo o tendencia filosfica contempornea en Francia o en el extranjero que le llame la atencin? C. R.: Esa es una pregunta-trampa. Usted debe saber sin duda que no me siento cercano a ningn filsofo actual, ni a ninguna corriente flosfca contempornea. Remontando el curso del tiempo, el primer flsofo con el cual me encuentro en simpata intelectual es Henri Bergson. Por el contrario, podra citarle muchos escritores y artistas de este siglo que admiro sin reservas y de los cuales me siento intelectualmente, con razn o sin ella, bastante prximo.

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