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Doleris, quien lIeg6 a reunir mas de 1.000 ha en propiedad, las mantendrfa desocupadas
por 14anos hasta despues de la incorporaci6n del area al sistema integral de riego en 1921,
fecha en que decidi6 arrendar los distintos lotes ubicados en las proximidades de la Esta-
ci6n Ferri. Posteriormente, en 1927, los mismos fueron fraccionados y rematados, siendo
adquiridos por antiguos vecinos de la zona que trabajaron como contratistas 0 medieros en
otras propiedades para cubrir los gastos iniciales'o.
Desde el punta de vista productivo es evidente que en los casos mencionados se
observan dos realidades distintas: el manifiesto desarrollo de la Cooperativa de Irrigaci6n
Colonia Roca, sostenido por empresarios capitalistas, y el mantenimiento improductivo de
las restantes tierras "colonizadas" con caracter especulativo. Sin embargo, la concentraci6n
de la propiedad fue un elemento comun a la casi totalidad de la superficie que abarcaba la
Colonia Roca y recien se modific6 durante la decada de 1920a medida que las distintas
areas quedaron integradas a la red nacional de irrigaci6n.
La s61aexcepci6n la constituy6 la denominada Colonia Rusa, propiciada directa-
mente por el Estado Nacional (Decreto 2517/1906), que comenz6 a constituirse en el ana
1906. Setrat6 en este caso de colonos independientes de la colectividad judia de Rusia, que
en un numero aproximado de 20 familias accedieron a la propiedad de alrededor de 1.000
ha parceladas en fracciones de 50 ha, ubicadas en la parte Este de la Colonia Roca. EI pro-
p6sito inicial de radicar 200 famifias de esa nacionalidad se verla final mente frustrado por
la acci6n oficial de retardar la efectiva entrega en posesi6n de los lotes y modificar las con-
diciones de poblamiento que exigian una mayor disponibilidad de capital segun el Decre-
to del ana 1907, ya mencionado. Sin embargo, a pesar de las durfsimas condiciones de vi-
da, las escasasfamilias asentadas lograron sus titulos de propiedad en los anos 1910/11, po-
niendo sus chacras en producci6n mediante fa utilizaci6n del sistema de riego de la Coop.
Ltda. de Irrigaci6n Colonia Roca hasta que en 1921 se habilit6 la red fiscal de riego".
EI proceso de subdivisi6n de la tierra tanto al Este como al Oeste de la Colonia Ro-
ca, se produciria en epocas distintas en directa relaci6n con el desarrollo de obras de irriga-
ci6n de origen particular y/o estatal. En el area de la Confluencia de los rios Limay y Neu-
quen -Oeste de la Colonia Roca- las tierras originalmente en manos de grandes propieta-
rios comenzaron a subdividirse a principios de siglo, valorizadas por la lIegada del ferroca-
rril y el consiguiente corte del aislamiento. De estas, aquellas ubicadas en la margen iz-
quierda del rio Neuquen, en el valle inferior del mismo -entre la actual comuna de Contral-
mirante Cordero y la Confluencia-, habian side inicialmente concedidas en el ana 1883 a la
Soc. Vitivinicola Sanjuanina, integrada por el Ing. Hilari6n Furque y los hermanos Ventura
y Alejandro Capella, entre otros -todos ellos con experiencia de trabajo en tierras bajo rie-
go en su provincia natal-. Dicha concesi6n caduc6 tres anos despues por dificultades tecni-
cas y econ6micas enfrentadas por los adquirentes para su efectiva puesta en producci6n.
De esta superficie, 10.000 ha fueron adquiridas al Estado Nacional por el entonces Cnel.
Manuel Fernandez Oro -participante en la expedici6n de 1879- en jurisdicci6n de las actua-
les comunas de Cipolletti y Fernandez Oro. Otras 3.000 ha pasaron a manos del Gral. Enri-
que Godoy -en el area de la actual comuna de Cinco Saltos- y posteriormente constituye-
ron la Colonia" La Picasa" ".
Previa contrucci6n de un nuevo canal de riego en el ano 1902, Fernandez Oro sub-
dividi6 y vendi6 parte de las tierras de su propiedad en parcelas de importantes dimensio-
nes constituyendo la Colonia Lucinda. Dichas parcelas fueron adquiridas por destacados
comerciantes y terratenientes ya radicados en la zona, como Luis J . Casteras, los senores
Gonzalez Larrosa, German Da Ponte Ribeiro, Marcial y Miguel Munoz, Enrique Albistur y
otros
13
Esta colonia, servida ya por el ferrocarril y solucionado el problema del riego, seria
una de las primeras en iniciar los cultivos intensivos en el Valle. En 1911, al pasar las obras
particulares de riego a la administraci6n nacional, se empadronaron 3.161 ha de las cuales
estaban cultivadas alrededor de 2.500 en manos de 28 propietarios 0 regantes. En 1920 la
superficie cultivada se increment6 a 4.306 ha divididas entre alrededor de 90 regantes
14
Ello esta indicando un proceso de progresiva subdivisi6n que guarda directa relaci6n con el
desarrollo de la fruticultura regional.
Las tierras del Gral. Enrique Godoy, por su parte, sedan vendidas a L1ames Massini,
permaneciendo incultas hasta el ana 1910 en que fueron adquiridas por la Compania de
Tierras del Sud S.A.-subsidiaria de la empresa ferroviaria hom6nima-, en coincidencia con la
habilitaci6n del canal hasta el futuro dique sobre el rio Neuquen y el inicio de la construc-
cion del mismo. Esta Compania, cuyo Presidente fue J ose Percy Clarke, habia comprado las
mismas a $ 30 la hectarea, comenzando la enajenaci6n de las primeras chacras de la deno-
minada Colonia "La Picasa" en el ano 1913 al precio uniforme de $ 600 la ha pagadero
en 5cuotas anuales del 10% y una final, al terminar el quinto ano, del 50%. En 1921, la ca-
si totalidad de estas tierras habia sido vendida en pequenas fracciones de 2 a 50 ha a inmi-
grantes espanoles e italianos -en su mayoria trabajadores de las obras de irigaci6n y ferro-
13 Ministerio de Obras Publicas (en adelante M.O.P.), Direccion General de Irrigaci6n
(D.G.I.), Intendencia de Riego del Rio Negro Superior, Memoria ana 1919/20.
viarias-, que en conjunto constituyeron 150 familias que cultivaron una superficie superior
alas 2.000 ha".
Un proceso distinto sigui6 la conformacion de colonias en la margen derecha del
mismo rio Neuquen, donde las tierras aun fiscales fueron reservadas por el Poder Ejecutivo
Nacional hasta su valorizacion por efecto de la construcci6n del dique en 1910. Finalmen-
te, en el ana 1922, se cre6 la lIamada Colonia Sayhueque (Centenario) por iniciativa de
tecnicos y obreros empleados en las obras de construccion del dique. EI significativo frac-
cionamiento de esta area no redund6, sin embargo, en una ocupacion y puesta en produc-
cion efectiva hasta varios anos despues'6.
Por su parte, las tierras ubicadas en la margen izquierda del rio Limay, en su valle
inferior, se mantuvieron incultas y en gran parte desocupadas desde su distribuci6n origi-
nal (Remate de 1885) hasta comienzos de siglo, cuando la lIegada del ferrocarril a la esta-
ci6n Neuquen (1902) y el traslado de la capital del Territorio a ese mismo punta (1904) pro-
vocaron su acelerada valorizaci6n
H
Aprovechando tales circunstancias, Casimiro G6mez, in-
fluyente comerciante porteno y adquirente original, compr6 importantes superficies a
Francisco Villabrille y Ramon L6pez Lecube a partir del mismo ana de 1904. Estas tierras,
conjuntamente con las de Valentina Duclout darfan lugar, a partir de 1915, a la conforma-
ci6n de las Colonias Nueva Espana y Valentina, respectivamente. Posteriormente, en
1919, se cre6 la Colonia Bouquet Roldan. Cada una de ellas abarcaba entre 500 y 700 ha
distribuidas entre alrededor de 60 colonos, 10 cual evidencia un fraccionamiento importan-
te de las tierras donde por muchos arios prevalecerfan los cultivos horticolas para consumo
local, as! como un precario sistema de riego por elevaci6n mecanica que agravaba las difi-
cultades de los colonos. EI area comprendida por estas colonias seria conocida como "Cha-
cras Neuquen".
AI este de la Colonia Roca, por su parte, el proceso de subdivisi6n de la tierra se
inici6 recien sobre fines de la decada de 1920, como producto de la habilitaci6n del ultimo
tramo del canal principal del sistema integrado de riego en el ana 1928. Estos campos, ale-
danos alas actuales comunas de Godoy, Villa Regina y Chichinales, habian sido concedidos
par el gobierno nacional, en su gran mayoria, al ex Mtro. de Agricultura Manuel Marcos
Zorrilla, antes de 1900, abarcando una superficie superior alas 17.000ha de valle, de un to-
tal de 36.000ha que se Ie habian adjudicado en el Territorio de Rio Negro.
La primera subdivisi6n de estas tierras se produjo en 1924cuando la Compania Ita-
10Argentina de Colonizaci6n (ClAC) compr6 5.000ha con el prop6sito de poblarlas con co-
lonos procedentes de Italia, en la denominada Colonia Villa Regina. Este proyecto colo-
nizador estaba auspiciado por la embajada italiana en la Argentina, los Bancos de Italia y
Rio de la Plata, el Banco Frances e Italiano para la America del Sud y cinco companias na-
vieras italianas radicadas en Buenos Aires'. La ClAC inici6 inmediatamente un importante
fraccionamiento en lotes de 10a 15ha, entregando las chacras progresivamente a los co-
lonos desde 1925, facilitandoles creditos mensuales para atender las primeras necesidades.
Las chacras se entregaban alambradas, con canales y casa regia menta ria de mamposteria y
barro, mejoras que se incluian en el precio total de venta que oscilaba entre $1.000y $1.200
la ha. EI pago de la tierra se hizo mediante prestamos de colonizaci6n otorgados por el
Banco Hipotecario Nacional, que los colonos debian pagar a la Compania en porcentajes
anuales hasta la cancelaci6n definitiva al cabo de cinco anos. Un relevamiento de estas co-
lonias en el ana 1928informaba de las dificultades presentadas ala mayoria de los colonos
para afrontar el pago de la deuda, amortizaci6n e intereses, logrando s610prosperar en es-
tos primeros anos aquellos que habian contado con algun capital inicial
19
.
Otras 5.000 ha de los "campos de Zorrilla" -alrededor de la actual comuna de
Godoy-, fueron adquiridas por el medico espanol Avelino Gutierrez en 1920y su yerno, el
matematico J ulio Rey Pastor, en 1930. Ambos propietarios, radicados en Buenos Aires, las
explotarian parcialmente por administraci6n procediendo a subdividirlas y venderlas en
epocas muy posteriores. Las tierras que abarcan el extremo oriental del Valle hasta Chichi-
nales eran tambien de propiedad de la Suc. Zorrilla, Gutierrez, Rey Pastor y Suc. Cayetano
Rodriguez. Todas ellas permanecieron indivisas en grandes explotaciones dedicadas al cul-
tivo extensivo de alfalfa hasta alrededor de la decada de 1950'.
19Cfr. Goti, A., 1928.
20 Cfr. Vapnarsky, c., 1983: 177.
36
De 10expuesto anteriormente se desprende que la aparicion del agente econ6mi-
co que nos ocupa estuvo directamente ligada al proceso de subdivisi6n de las grandes pro-
piedades, proceso que se concreto, segun vimos, en distintas etapas en las diferentes areas
del Alto Valle. Esasi como, en el transcurso de la decada de 1910, las colonias ubicadas ha-
cia el Oeste del mismo, particularmente las denominadas Lucinda, La Picasa y zona Chacras
Neuquen, constituirian 105 primeros ejemplos de fraccionamiento en parcelas menores -es-
pecialmente las dos ultimas- definiendo la mas temprana aparici6n de pequenos producto-
res propietarios. Identico proceso seobservaria sobre fines de la decada de 1920 hacia el Es-
te de la misma regi6n productiva, centrado casi exclusivamente en las areas de Allen, Ge-
neral Roca y Colonia Villa Regina, yen directa relaci6n con su incorporaci6n al sistema in-
tegral de riego.
La importante presencia de explotaciones entre 1 y 10 ha es ya observable en las
areas mencionadas hacia 1927, segun demuestran 105 Cuadros N 1 Y 2. Cabe acotar que
el criterio de divisi6n en zonas utilizado en 105 mismos corresponde al aplicado por la In-
tendencia de Riego del Rio Negro Superior en sus registros estadfsticos. Dichas zonas equi-
valen a distritos de riego y abarcan respectivamente las areas de Cinco Saltos (zona I), Ci-
polletti y Fernandez Oro (zona II), Allen y General Roca (zona III), Cervantes e Ingeniero
Huergo (zonas IV a VII) y Godoy a Chichinales (zonas VIII a XVIII). Surge claro del capitulo
anterior que las zonas I, II Y III estarian reflejando mayoritariamente el peso del temprano
parcelamiento de las colonias La Picasa, Lucinda y las areas de Allen y General Roca, respec-
tivamente. La zona VIII a XVIII refleja, por su parte, la incidencia mayoritaria del parcela-
miento de la Colonia Villa Regina.
De este modo, en el Cuadro N 1 puede observarse como las explotaciones de 1 a
10 ha constitufan el 37% del total de explotaciones en la zona I, el 38% en la Zona II yel
42% en la zona III. En esta ultima, sin embargo, las explotaciones de 50 a 100 ha represen-
taban el 18% del total y en la zona IV a VII el 35%, 10cual estaria indicando que en estas
areas las explotaciones de mayor tamano tenfan hacia 1927 una importante incidencia. Ello
puede vincularse directamente, como luego veremos, a 105 cultivos dominantes en las mis-
mas. Por ultimo, la zona de Chacras Neuquen reflejaba asimismo una importante participa-
ci6n de las explotaciones de 1 a 10 ha (48%). Llama la atenci6n en este caso la incidencia
de las explotaciones menores de 1 ha (27%), 10 que podemos inferir refleja la ya mencio-
nada condici6n de horticultores de sus primeros colonos. Informaci6n correspondiente al
ana 1928 -inmediatamente despues de la incorporaci6n del area al sistema de riego- nos
permite apreciar en el Cuadra N 2 la evoluci6n del fraccionamiento ya mencionado para
el caso de la zona VIII a XVIII, siendo necesario tener presente que las unidades de explota-
ci6n menores correspondfan casi exclusivamente a la Colonia Villa Regina, en tanto que las
superficies mayores se localizaban en el resto del area en la que aun predominaban hacia
esa fecha, como se vera, los cultivos extensivos. Asf, las explotaciones entre 1 y 10 ha con-
centraban el 21% del total en tanto que las de 50 a 100 ha constitufan el 49% y las supe-
riores a 100 ha el 8%.
Podemos concluir de las cifras analizadas que ya en las decadas de 1910 y 1920 la
superficie promedio de los establecimientos era menor en el extremo Oeste del valle y au-
mentaba progresivamente hacia el Este, indicando modalidades diferenciadas de uso de los
recursos en funci6n de cultivos preferenciales, 10 que podra observarse en el apartado si-
guiente.
En el Cuadra N 3 mostramos, para los anos 1946/47 -fin de la etapa en estudio-
el estado de situaci6n con referencia a la superficie de las explotaciones en las distintas zo-
nas. En el observamos que la tendencia anteriormente senalada se mantiene con referen-
cia a la supervivencia de las explotaciones de mayor superficie-entre 50 y 100 ha- en las zo-
nas III, IV a VII y VIII a XVIII; en tanto que se refleja un incremento importante de la subdi-
visi6n en pequenas explotaciones -1 a 10 ha- en el Oeste del valle (66% zona I; 53% zona
II; 51% zona III y 51% zona Chacras Neuquen) que se ha extendido, aunque en menor pro-
porci6n, al resto del area (30% zona IV a VII y 35% zona VIII a XVIII). N6tese asimismo el
generalizado aumento de las chacras de 1 a 5 ha, que aparecen como las mas representa-
tivas dentro del estrato de 1 a 10 ha, 10 cual permite inferir la rentabilidad de estas explo-
taciones en el transcurso de la etapa. Esevidente que, con la evoluci6n operada en la acti-
vidad fruticola hacia estos anos, el agricultor propietario de pequenas parcelas se habia
afianzado como sujeto social y agente econ6mico preponderante en todo el Alto Valle. Re-
sulta significativo que las cifras anteriores sean aproximadas a las que se registran en cen-
sos mas actuales -como el de 1974 senalado oportunamente en fa introducci6n- con 10cual
se demuestra que fa estructura parcelaria se defini6 en la etapa que nos ocupa.
La necesidad de obtener rapidos ingresos que permitieran afrontar los gastos ini-
ciales de producci6n lIev6 a los primeros colonos, siguiendo el ejemplo de las grandes pro-
piedades establecidas en el valle, a practicar mayoritariamente el cultivo de alfalfa y, en me-
nor escala, otros cultivos anuales como cereales y leguminosas. La plantaci6n de alfalfa, aun
en las colonias mas fraccionadas, aparecia como ventajosa en funci6n del corto cicio pro-
ductivo, los seguros resultados de la explotaci6n, su resistencia a los cambios climaticos, la
facil colocaci6n en los mercados (demanda para pasturas locales y en la zona sur de la Pcia.
de Bs.As., exportaci6n de semillas a EE.UU, etc.) y los buenos precios obtenidos, siendo ade-
mas necesario su cultivo inicial para nitrogenar la tierra. La relativa disponibilidad de capi-
tal derivada de esa actividad fue destinada a una incipiente plantaci6n de vilias y frutales
que rodeaban la vivienda familiar con destine al consumo propio, todavia sin criterio co-
mercial". Es as! como, hacia fines de la decada de 1910, no se habian logrado cultivos in-
tensivos en areas bajo riego siendo aun escasa la subdivisi6n de la tierra y la inversi6n de
capital. La presencia de cultivos mixtos era, segun las fuentes de los alios 1919-20, predo-
minante aun en las areas mas subdivididas como en la Colonia La Picasa que registraba 665
ha destinadas a la producci6n de pasta y semilla de alfalfa, 99 ha avid y 14 ha a fruta-
les, siendo asimismo importante el cultivo de legumbres y hortalizas -387 ha-
22
Concluida la primera etapa de las obras de irrigaci6n -dique sobre el rlO Neuquen
en 1916- comenz6 a producirse, sobre inicios de la decada de 1920, el cambio productivo
que diez alios mas tarde haria de la fruticultura el cultivo por excelencia en el Alto Valle.
Un rol preponderante en ello cumpli6 la empresa del Ferrocarril Sud que financi6 poco mas
del 50% del costa inicial de las obras de dique y construy6, por contrato con el gobierno
nacional, la red de canales y desagues que completarfan el sistema integral de riego alios
mas tarde. A cambio de ello, la empresa recibi6 titulos nacionales denominados "bonos de
irrigaci6n" que devengarfan un interes anual del 5% y serfan cubiertos por el gobierno me-
diante el cobro de un canon de riego a los beneficiarios
H
,
Simultaneamente la empresa britanica encargo en 1918 al Ing. Agronomo J ose
Barcia Trelles la instalacion y direccion de una Estacion Experimental en el area de Cinco Sal-
tos. Esta chacra se destine al ensayo de cuttivos, con la especial mision de incrementar fa
produccion en el Valle para intensificar el transporte. Importantes genetistas y fitopatolo-
gos como el Ing. Enrique Rowland Amos y J aime Mc Donald trabajaron en esta Estacion,
que importaba y reproducfa en sus viveros variedades elegidas de frutales injertados para
su venta a plazos con precios de fomento a los fruticultores, a la vez que sus tecnicos suge-
dan, en publicaciones de acceso gratuito al productor, la conveniencia economica de traba-
jar la tierra en pequenas fracciones de hasta 10ha para permitir el cultivo intensive de las
mismas en explotaciones familia res, dando preferencia at frutal. De esta manera plantea-
ban la reduccion en los costos de explotacion al prescindirse de la contratacion de mana de
obra asalariada". Resulta evidente el interes demostrado en la reconversion productiva re-
gional y el rol adjudicado en ella alas pequenas explotaciones, 10cual se explica en funci6n
de la planificacion conjunta de la actividad por parte de los capitales britanicos, como lue-
go severa en el tratamiento de los actores sociales.
Las fuentes analizadas coinciden en senalar hacia mediados de la decada de 1920
un rapido desalojo de la alfalfa por los vinedos y frutales. Si bien el cultivo de la primera
aparece estabte en esos anos (1923/24: 142.000tn y 1926/27: 138.000tn) cabe acotar que
ello se debe a la incorporacion de nuevas areas bajo riego 10que supone un sembrado ne-
cesario con alfalfa para preparacion del suelo. Hacia 1930la producci6n de alfalfa disminu-
yo en una cantidad superior alas 30.000tn respecto al ana anterior, baja que se repiti6 pa-
ra 1931cuando se despach6 por ferrocarril s610 el 40% del total producido a causa de los
bajos precios y las dificultades de venta". De las cantidades que quedaron en la zona, la
parte no consumida se destin6 a semilla por su mejor conservaci6n, surgiendo dos plantas
de molienda en Ing. Huergo que exportaban su producci6n a EE.UU. con destino a la ela-
boraci6n de alimentos para aves, las que dejaron de funcionar definitivamente hacia fines
de la decada.
Paralelamente a este proceso, sefueron intensificando las plantaciones de vinedos
y frutales en los campos mas fraccionados como La Picasa y la zona colonizada por la CIAC
en Villa Regina, donde predominaban 105 pequenos propietarios con trabajo familiar, deri-
vando en un incremento del valor de fa tierra en comparaci6n con las areas donde perdu-
raban importantes extensiones en las que subsistia el cultivo de alfalfa". Por otra parte, la
relaci6n entre toneladas producidas y rendimiento en precio de la producci6n de alfalfa y
frutas muestra ya una diferencia sustancial a favor de estas ultimas".
Las siguientes cifras abonan 10 sostenido respecto a la evoluci6n de la superficie
plantada con frutales y vinedos, indicando para el ana agricola 1923/24 la presencia de 456
ha y 1.850 ha para cada cultivo, las que aumentaron hacia 1926/27 a 1.431 ha y 3.255 ha
'
,
respectivamente. Ello refleja en tres anos un incremento para vinedos del 80% y para fru-
tales del 310%, porcentajes que continuaron aumentando ana a ano. Tal evoluci6n se co-
rrobora en el incremento de la participaci6n de estos productos en el total de cargas des-
pachadas por ferrocarril observable a partir de los anos 1926/27, fechas altamente repre-
sentativas respecto al cambio produetivo que nos ocupa por cuanto implican la duplicaci6n
del volumen de frutas despachado respeeto al ana 1923/24 01er Cuadro N 4). A partir de
esa fecha, y abonando tambien la definici6n del perfil produetivo regional hacia 1930, las
cargas consignadas como "frutas y legumbres" -de las cuales las primeras eran sin duda las
mas significativas- muestran una clara tendencia ascendente que en 1931 represent6 el
11%del total, alcanzando una participaci6n del 40% en 1940 y superando en el transcur-
so de esa decada el 60%". N6tese, en el mismo Cuadro N 4, que las toneladas de pasta
en fardo transportadas por ferrocarril aumentaron en cifras absolutas hasta el ana 1928,
comenzando luego una progresiva e importante disminuci6n hasta hacerse irrelevantes a
comienzos de la decada de 1940. Esto ultimo atribuible a 105 bajos precios de la alfalfa en-
fardada, a la disminuci6n de la demanda en funci6n del desarrollo del transporte automo-
26 En el ana 1927, el valor de la ha en superficie regable en las zonas I y II (Lucinda y Pi-
casa) era de $1.040, en tanto que en la zona III (Allen a General Roca) era de $790, yen la
zona IV a VII (Cervantes a Ing. Huergo) de $810 (M.O.P., D.G.I., Memoria anual 1926/27).
27 Datos de 192610 confirman cuando senalan para 18.379 tn de alfalfa un precio total
de $404.338 y para 2.032 tn de frutas, $538.640 (Ibidem).
29 EI inicio del uso de camiones como medio de transporte permite suponer la amplia-
ci6n de esas cifras, aunque en terminos poco significativos dada la precariedad y reducida
capacidad de 105 mismos, que no constituyeron una competencia seria al transporte ferro-
viario hasta despues de la etapa en estudio.
tor y del abandono de la caballada como forma de tracci6n, y al cierre del mercado de
EE.UU. para la producci6n de semilla. A partir de los anos 1930 la mayor cantidad de alfal-
fa enfardada fue aportada por la zona de riego nuevo (al Este de la Colonia Roca), segun
se desprende del analisis pormenorizado de las cargas despachadas por ferrocarril en cada
una de las estaciones
J
o. Este es otro dato estadfstico que corrobora 10 sostenido respecto a
que hay una relaci6n directa entre la liegada del riego a esa zona en 1928, el tardio frac-
cionamiento de las tierras en funci6n de ello y su mas lenta incorporaci6n al cultivo inten-
sivo.
Podemos concluir, en resumen, que la reconversion productiva en el Alto Valle fue
un proceso lento y gradual que se inicio en las areas mas fraccionadas ocupadas por peque-
nos productores propietarios a 10 largo de la decada de 1920, definiendose como cicio ba-
sicamente fruticola alrededor de los anos 1930, habiendo cumplido en ello un rol funda-
mental el capital britanico en su busqueda de un cultivo intensivo que volviese mas redi-
tuable el transporte. Paralelamente, se habrfa ido produciendo el agotamiento del cicio de
la alfalfa. Sin embargo, la superficie destinada a este ultimo cultivo siguio siendo represen-
tativa en la totalidad del valle hasta finales de la decada de 1940, segun puede observarse
en el Cuadro N 5. Ello se explica en funcion de la senalada supervivencia de propiedades
de significativas extensiones en la zona Este del mismo que permanecieron indivisas hasta
esos anos.
La vina por su parte tuvo, desde el inicio del cambio productivo aludido una signi-
ficativa incidencia -atribuible entre otras causas a su inferior cicio productivo (3 anos) con
respecto a peras y manzanas- que puede extenderse hasta mediados de la decada de 1930,
periodo durante el cual supero incluso en superficie cultivada a los frutales, siendo esta una
caracter[stica comun a todas las areas tempranamente fraccionadas. La disminucion de fa
superficie cultivada, observable a partir de 1935 (Ver Cuadro N 5), puede atribuirse, se-
gun fuentes consultadas, a la presi6n impositiva ejercida por el Estado Nacional sobre el vi-
no elaborado y al accionar de la J unta Reguladora de Vinos, a 10cual aparentemente se su-
mo una importante oposici6n de los bodegueros cuyanos". En el mismo Cuadro puede ob-
30 La misma informacion contenida en el Cuadro N 4 se relevo para cada una de las
estaciones ferroviarias del Alto Valle, informacion que no se incluye en el presente trabajo
por razones de espacio.
31 Estetema, mencionado en las fuentes primarias consultadas, no ha podido ser a la
fecha suficientemente analizado a los fines de su corroboraci6n. Sin embargo, fa importan-
servarse como 105 frutales -peras y manzanas- presentan un crecimiento gradual y sosteni-
do a 10largo de la etapa que nos ocupa. Un proceso similar en la evolucion de 105 distintos
cultivos se evidencia en el area denominada Chacras Neuquen, siendo en este caso muy re-
presentativa la superficie cultivada con hortalizas.
Habiendo descripto anteriormente el proceso de subdivision de la tierra que dio
origen al surgimiento de las pequenas explotaciones agricolas en el Alto Valle y su localiza-
cion espacial, asf como el cambio productivo que hizo de la fruticultura la actividad princi-
pal en la region, cabe ahora definir del conjunto de actores sociales vinculados al subsiste-
ma frutfcola, aquellos que en su primera etapa se constituyeron en los mas relevantes. Ello
implica considerar basicamente al pequeno productor propietario como actor mas genera-
lizado y, en forma global, aiDs agentes vinculados al proceso de elaboracion -empaque e
industria- y al proceso de comercializacion y transporte. Estos ultimos en funci6n de su re-
laci6n con el anterior y las consecuentes posibilidades de acumulacion del mismo.
Aunque definidos 105 productores primarios mas generalizados como pequenos,
sobre la base de la reducida superficie de sus explotaciones -1a 10ha- y el predominio del
trabajo familiar, cabe acotar que por tratarse de un cultivo intensive esas condiciones eran
consideradas 6ptimas en la epoca para el maximo rendimiento y rentabilidad de la unidad
productiva. EI capital inicial con que el agente que nos ocupa encar6 los cidos productivos
fue reducido, debiendo recurrir en los primeros anos, segun vimos, a la plantaci6n de cul-
tivos mixtos (alfalfa-vid-frutales> ademas de hortalizas y legumbres para el consumo fami-
liar, tratando de obtener rapidos beneficios que Ie permitiesen cubrir la inversion inicial.
Cabe recordar, por otra parte, que este productor accedi6 asu explotaci6n median-
te la compra a particulares y/o companfas de colonizaci6n en momentos en que ya las tie-
rras del valle se habfan valorizado notablemente por efecto de las obras de riego y la lIe-
gada del ferrocarril. Los primeros propietarios, adjudicatarios como vimos de grandes ex-
tensiones adquiridas al Estado a precios preferenciales en virtud de las leyes de coloniza-
cion vigentes -$2,50 la ha-, subdividieron y vendieron sus tierras a precios sensiblemente
mayores. Se pueden mencionar, como ejemplos, el precio uniforme de $600 la ha exigido
par la Compania de Tierras del Ferrocarril Sud a los colonos de "La Picasa" sobre mediados
de la decada de 1910, asi como el precio promedio de $1.200 fa ha que abonaron los colo-
nos de la CIAC en Villa Regina en 1925. Informes del ano 1928 daban cuenta del excesivo
aumento operado en el valor de las tierras del valle cuando por ef excelente rendimiento
de las mismas s610podia justificarse un precio promedio de $600 la ha
32
Estas apreciacio-
nes seyen ampliamente confirmadas si comparamos con los precios a que se ofrecian cam-
pos a la venta en la Pcia. de Buenos Aires en publicaciones de esa fecha. Los mismos oscila-
ban entre $100 y $300 la ha en los Partidos de Las Flores, Tres Arroyos y Ayacucho
33
Los resultados alcanzados en el ejemplo hist6rico son importantes por cuanto, mas
alia de proporcionar un dato simulado de la tasa de ganancia que podia obtener una pe-
quena explotaci6n en un ano determinado -aunque significativo dentro de una etapa-,
y permitir su comparaci6n con otros anos y periodos, hacen factible la comprobaci6n cuan-
titativa del significativo rol desempenado por las explotaciones familiares en las posibilida-
des de acumulaci6n del conjunto de la actividad y en sus propias condiciones de acumula-
ci6n, bajo una determinada estrategia productiva. AI mismo tiempo, constituyen un punta
de partida para ahondar en las causas de la aguda crisis que desde hace algunos anos afec-
ta a la actividad fruticolta del Alto Valle del rio Negro, con especial incidencia en las posi-
bilidades de acumulaci6n del pequeno productor propietario.
58Cfr. caracterizaci6n y matriz correspondiente al Agente III de la tipologfa de produc-
tores marginales en Gerardo de long, Luis Tiscornia y afros, 1994.
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CUADRO N1: Tamano de las unidades de explotacion agricola sobre propiedades
empadronadas al 31/12/1927
TAMANO ZONA I ZONA II ZONA III
ZONA TOTAL RIO ZONA CHACRAS
DE LAS
IV a VII NEGRO SUPER.
NEUQUEN
UNIDADES (Ha)
N
%
N
0/0
N
%
N
%
N
%
N
0/0
MENOS DE 1 3 2 1 1 6 1 75 19 85 7 84 27
1 A 10 62 37 38 38 230 42 62 15 392 32 149 48
10 A 20 69 42 20 20 82 15 30 7 201 16 49 16
20 A 30 18 11 13 13 45 8 28 7 104 9 17 6
30 A 40 4 2 5 5 32 6 20 5 61 5 1 0
40 A 50 2 1 2 2 46 9 34 8 84 7 3 1
50 A 100 -- -- 8 8 101 18 144 35 253 21 -- --
MAS DE 100 8 5 13 13 5 1 16 4 42 3 5 2
TOTAL DE
166 100 100 100 547 100 409 100 1. 222 100 300 100
LOTES
Nota: Los datos referidos a la Zona Chacras Neuquen se consignan por separado por cuanto el organis-
mo especifico no incluye a la misma dentro de los totales del Rio Negro Superior.
Fuente: Elaboraci6n propia sabre datos M.O.P., D.G.I., Intendencia de Riego del Rio Negro Superior, Gral.
Roca (R.N.). Memoria Anual 1928.
CUADRON2: Tamano de las unidades de explotacion agricola sobre propiedades
empadronadas Zona VIII aXVIII, aI31/12/1928.
TAMANO
ZONA
DE LAS
VIII a XVIII
UNIDADES (Ha)
N
0/0
1 A 10
46 21
10 A 20
33 15
20 A 50 16 7
50 A 100 110 49
MAS DE 100 17 8
TOTAL DE
222 100
LOTEs
Nota: Los datos referidos a esta zona no se incluyen en el Cuadra N 1 par
cuanto recien se incorpora at sistema integral de riego en 1928.
CUADRO N 3: Tamano de las unidades de explotacion agricola sobre propiedades
empadronadas al3111211947
TAMANO ZONA I ZONA II ZONA III
ZONA ZONA TOTAL RIO
DE LAS
IV a VII VIII a XVIII NEGROSUPER,
UNIDADES(Ha) N % N % N
%
N % N
%
N
%
MENOS DE 1 51 11 133 16 83 6 10 2 8 1 285 8
1 A 5 195 40 231 29 405 30 67 16 63 10 960 26
5 A 20 121 25 216 26 277 21 60 14 154 25 828 22
10 A 20 90 19 187 22 303 23 75 18 264 43 919 25
20 A 30 18 4 43 5 108 8 87 21 43 7 299 8
30 A 50 4 1 18 2 82 6 72 17 33 5 209 6
50 A 100 1 0 6 1 71 5 52 12 47 8 177 5
MAS DE 100 3 0 5 0 5 1 1 0 8 1 22 0
TOTAL DE
482 100 839 100 1. 334 100 424 100 620 100 3. 699 100
LOTES
TAMANO ZONA CHACRAS NEUQUEN
DE LAS
UNIDADES (Ha) N %
MENOS DE 1 112 19
1 A 5 167 29
5 A 10 133 23
10 A 20 127 22
20 A 30 28 5
30 A 50 6 2
50 A 100 5 1
MAS DE 100
5 1
TOTAL DE
583 100
LOTE5
Nota: Para el organismo empadronador "Rio Negro Superior" incluye el area comprendida entre Contral-
mirante Cordero y Chichinales (Zonas I a XVIII). Ello obliga a consignar por separado los datos correspondientes a
Chacras Neuquen",
Fuente: Elaboraci6n propia sobre datos de la Secreta ria de Industria y Comercio, Dcci6n. Gral. de Agua y Energia Elec-
trica, Intendencia de Riego del Rio Negro Superior, Gral. Roca (R.N.), Memoria Anua11947.
CUADRO N 4: frafico despachado por las Estaciones del Ferrocarril del sud en el
area del Alto Valle. Arios agricolas 1920/21 a 1946/47 (En toneladas y porcentajes)
ANOS
TOTAL CARGA TOTAL PASTO EN %SOBRE EL TOTAL FRUTAS %SOBRE EL
DESPACHADA FARDOS CHICOS TOTAL CARGAS Y LEGUMBRES TOTAL CARGAS
1920/21 68.657 44.350 65
1.066
1
1921/22 74.907 52.363 70 1.749
2
1922/23 92.239 68.056 74 1.096
1
1923/24 78.771 54.387 69
1.436
2
1924/25 100.957 67.644 67 ------
--
1925/26 95.141
61.227 64 2.727 3
1926/27 94.421 55.108 58 3.821 4
1927/28 138.171 96.125 70 3.082 2
1928/29 150.229 104.863 70 4.061 3
1929/30 129.067 71.495
55 6.169 5
1930/31 101.572 41.999 41
6.315
6
1931/32 99.209 35.138 35 11.455 11
1932/33 105.212 30.818 29 14.646 14
1933/34 141.651 43.299 30 16.109 11
1934/35 148.904 34.897 23
29.516 20
1935/36 160.875 50.736 31 40.766 25
1936/37 197.520 55.933 28 65.693 33
1937/38 219.262 69.000 31 70.119 32
1938/39 203.786 39.923 19 86.789 42
1939/40 176.653
22.253 13 65.411 37
1940/41 213.471 12.278 6 84.920 40
1941/42 200.209 5.635 3 50.815 25
1942/43 232.717 20.950 9 97.473 42
1943/44 178.791 19.677 11 106.135 59
1944/45 205.489 18.494 9 125.635 61
1945/46 275.896 18.652 7 155.022 58
1946/47 236.737
19.330
9 142.090 63
Fuente: Elaboraci6n propia sobre datos de la Secretaria de Industria y Comercio, Direcci6n General de
Agua y Energia Electrica, Intendencia de Riego del RioNegro Superior, Memorias anuales aiios agricolas 1920/21 a
1946/47.
CUADRO N" S: Porcentajes de superficies cultivadas en hectareas segun cultivos
mas representativos en Rio Negro Superior y Chacras Neuquen, entre los anos
1927 y 1946.
RIO NEGRO SUPERIOR (%)
ANOS ALFALFA VINA FRUTALES
CEREALESY
HORTAUZAS
1927 76 12 6 6
1928 71 15 8 6
1929 64 15 10 11
1930 58 17 12 12
1931 53 19 14 14
1932 52 20 17 11
1933 48 20 18 14
1934 --
-- -- --
1935 51 19 20 10
1936 -- -- -- --
1937 -- -- -- --
1938 47 16 21 16
1939 53 16 22 9
1940 -- -- -- --
1941 -- -- -- --
1942 -- -- --
-
1943 -- -- -- --
1944 -- -- -
--
1945 46 13 19 12
1946 43 13 21 13
ZONA CHACRAS NEUQUEN (%)
ANOS ALFALFA VINA FRUTALES
CEREALESY
HORTALIZAI
1927 69 13 3 15
1928 64 14 10 12
1929 59 9 8 24
1930 41 17 12 30
1931 34 15 17 34
1932 42 17 14 27
1933 44 17 15 24
1934 45 19 16 20
1935 48 16 20 16
1936 54 13 20 13
1937 57 11 19 13
1938 62 9 19 10
1939 64 7 7 12
1940 56 9 19 16
1941 49 9 16 26
1942 50 8 20 22
1943 50 9 22 19
1944 57 9 20 14
1945 51 11 26 12
1946 50 10 26 14
Nota: AI igual que en los cuadros anteriores y por las mismas razones seiialadas, se consignan por separa-
do los datos referidos a la Zona de Chacras Neuquen. Para los arios en blanco no se obtuvo informaci6n.
Fuente: Elaboraci6n propia sobre datos de explotaci6n extraidos de las Memorias Anuales de la Intenden-
cia de Riego del Rio Negro Superior, entre los arios 1927 y 1946.
Colonias de regadio en el valle superior del rio Negro
y valles inferiores de los rios Limay y Neuquen
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