Antología de La Poesía Uruguaya Contemporánea, Tomo 1
Antología de La Poesía Uruguaya Contemporánea, Tomo 1
Antología de La Poesía Uruguaya Contemporánea, Tomo 1
373
ANTOLOGIA DE LA
POESIA URUGUAYA
CONTEMPORANEA
TOMO I
Universidad
de
la
Repblica
DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES
Departamento de Publicaciones
Universidad de la Repblica
Letras Nacionales
Montevideo -
Uruguay -
1966
Propsitos
J. - Es ms fdcil ser un gran poeta que un gran lector de poesa.
Esto que parece mentira, es verdad -paco pblica y grande verdadpor Lo menos desde los tiempos de Montaigne: (,. ,) "es ms fcil. hacerla que conocerla''- deca. Ya en su tiempo, el nmero de poetas
superaba el de los jueces- e intrpretes del_ verso. Pero cmo debemos
pensar para que dicha sentencia nos resulte segura? Es el mismo .scior
de Montaigne quien nos -la explica: "Una medida baja, se puede juzgar
por los preceptos y por arte; mas la buena, la Suprema, la divina,- est
por encima de las reglas r de la razn". Qu quiere decimos_Montaigne
cuando nos habla de una medida baja? La medida, la "meSure" es, en
mtrica, la cantidad de slabas exigida por el 'ritmo. Y por extensin,
todo W que cabe en la tcnica, en los preceptos y en los procedimientos,.
cuando stos pueden pasar de un poeta a otro, sirviendo entoncf!s como
unidad de medida. "Juzgar por arte" significa, para Montaigne, etimolgicamente, juzgar por tcnica.
Nada -menos que Ruben Dara se ha enam0rado de estas viejas frases. Nos-las presenta en "Dilucidaciones". Y las re-citamos para que d
lector se ayude, y nos ayude- abdicando su reconocida beligetanda tan
sin necesidad puesta de manifiesto en cualquier punto y hora, cuando
de estas gestas de pluma se trata.
2. - Una frase de C.olerdige, muchas veces citada, define la fe potica como una ''tregua voluntaria r momentnea de la incredulidad". Si
no hay desde el comienzo una confianza del lectot en
autor, no- hay
comunicacin potica posible. Se trata de una confianza que una mismo
se digna conceder, y que concede no de manera lisa y llana, ente1iza ~~
globdl, sino por momentos, con intermitencias, dentro de las cuales el
espritu se reasume a fin-de enfrentarse-al autor y juzgarlo.
ez
alma coadyuvante quiere ser excitadora de ms amplias lecturas, nuestras presentaciones intentan orientar en las dificultades, por el mismo
camino donde hemos credo encon,trar nuestras personales vas de acceso.
5. - Con procedimiento andlogo al seguido- por Arturo Segio Vica
en la "Antologa del Cuento Uruguayo Contemporneo" y de Carlos
Real de Aza en la "Antologa del Ensayo Uruguayo Contemporneo"
encerrare117/Js los lmites de la nuestra dentro de, ms o menos, las mismas fechas: desde la generacin que apareciendo por 1915 tiende a
separarse de la poesa del "900" h'asta la que da seales de madurez
en 1945, o unos aos ms tarde.
6. - No aparecen en esta antologa los que, iniciados en dl verso,
lograron ms cumplidamente su vocacin en otros gnercs. Por ejemplo:
Morosoli, Juan Mario Magallanes, Emique Amorim, Francisco Espinola,
Montiel Ballesteros.
7. - Tampoco aparecen los que no han perseverado en la produccin potica cuando, ms que una segura calidad, lo publicado revelaba
e'l ensayo, el tanteo, la promesa.
8. - Asimismo -excepto un so'lo caso- son excluidos los autores
qUe no han recogido sus poemas en libro.
9. - L.a tendencia a una mayor difusin de nuestra poesa que
la Universidad de la Repblica procura mediante esie libro, mal se
vera secundada si hubiram'Js espigado en ella con el criterio de las
minoras. Cuando en ciertos casos la incorporacin de la poesa hermtica
se ha hecho ineludible, nuestra tendencia de fondo ha buscado los
ejemp'los capaces de ser aprobados por Lo que llamaramos un lector
"medio", sensible al verso, culto, y de varios gustos. En realidad, naso~
tras mismos no_ somos ms que ese lector.
10. - No nos rige un criterio polmico. No hemos despreciado
la estimativa critica ya ms o menos estabilizada sobre cada autor. Pero
s nos hemos apoyado sobre ella, hemos tambin revisado todo segn
nuestras fuerzas.
11. - Nuestra atencin se ha fijado sobre los p.?emas y rw sobre
las "poticas",
12, - No siempre es un reconocimiento de ms alta calidad, el
nmero de composiciones con que representamos a cada autor. Hay
potas fcilmente antologizables, y 'los har difusos, con puntera r yerro
alternos, o de larga trayectoda y cambios formales r temticos. Exigan,
por ello, una ejemph'ficaci.n ms abundante.
13. - Las veces que nos fue posible consultamos a los autores r
les pedimos una seleccin de sus p.<Jemas para esta antologa. La hemos
tenido en cuenta slo en la medida en que ampliaba o. se acordaba con
la nuestra. Obvio es declarar entonces nuestra total responsabilidad.
14. -Como se ver, nuestra antologa consta de dos partes: antologa de poetas r antologa de poemas, Los motivos que nos llevaron a esta
divisin son explicad.os en nuestras palabras de presentacin a esta parte
final.
Del Pasao
Horas Negras
Ve aquellas paredes
De adobe, sin techo,
Que al lao de un ombudo
Lucen all a lo lejos?
Las vida? Pues sepa
Que aquello ju un tiempo
Nidito de amores
De este gaucho viejo.
Pasaron !los aos
Surcndome el cuero
Como a tierra e chacra
El .arao de acero.
Sobre mi cabeza
Ms de trinta inviernos
Dejaron en hebras
La escarcha e sus hielos
Y aquellas paredes
Cuasi sin cimientos,
Ni horcn, ni cumbrera,
Ni 1narcos, ni techo,
Entuavia empacadas
Se rin del pampero . ..
Ansinita e firmes
Y como ellas negros,
Tambin del olvido
Se rin mis recuerdos/
Prendida en la nuc.a
La mata e su pelo
Como un manojito
De flores de ceibo;
Cido hasta las corvas
Y encrespo el resto
Como crin de potro
Que alborota el viento./
Redamando gracia
Por todito el cuerpo
Que tena la blanda
Suavid del tiento,
Cuando me miraron
Sus ojazos negros
-Por los que an de luto
Se visten mis sueosCre que por mi espalda
Suba un hormiguero,
Y que tuito el aire
Se me iba del pecho . ..
Por qu jue conmigo
Tan ingrato el cielo
Cuando con un rayo
pod/a haberme muerto./ ...
Horas que volaron,
Dichas que murieron,
Amor del que agatas
Qued otro recuerdo
Que el galope 'loco
De un caballo overo
Y el grito e venganza
Que auyaban mis celos;
Aquellas paredes
Tuito eso sintieron
Al cer de una tarde
Que olvidar no puedo.
EElas y la virgen
Que est arriba el cerro
Vieron a mi china
Cuando iba juyendo
Enancad.a a un indio
De vincha y culero
Que de su cario
De juro era dueo . ..
Tambin yo la vide
Y, de rabia- ciego,
Tanti la cintura,
Me ajust el sombrero,
Corr ande pastaba
Mi caballo overo,
Lo enfren volando,
Salt en l en pelos,
Le apret los lomos
Con muslos de acero,
Y sali aquel pingo
Bebiendo los vientos
Como si en sus carnes
Se hincasen mis celos. . .
Sintindome cerca,
Larg el indio al suelo
La prienda robada,
De juro creyendo
Que pa mi venganza
Me bastaba aquello,
Y que ms liviano
Su flete azulejo
Sacara ventajas
A mi pobre overo,
Que corriendo siempre,
Corriendo, corriendo
Como si en sus carnes
Mordiesen mis celos,
Diba ya tan cerca
Del indio matrero,
Que viendo era al udo
Regatiar el cuero,
Pronto pa peliarme
Se di contra el suelo.
Y ah, noms, toparon
Mi fierro y su fierro,
Y ah, nomds el taita,
Mas zonzo o ms lerdo,
Se lig un "barbijo",
que andaba sin dueo,
Y afloj los brazos
12
Y se vino al suelo.
Y o al mirarlo cido,
Y vinddlo muerto,
Pa que no se juese
M ani su azulejo,
Y po'el alma el indio
Rec un padrenuestro
A esa hora en que el mundo
Se queda en silencio,
-cY eya?- De rodiy,as,
Pdlida. de miedo,
Junta las manitos
Como un gesto e ruego,
Cuando cerca suyo
Sofren mi overo,
Y echando pie a tierra
La cac del pelo,
Di un grito tan hondo
Que an lo estoy oyendo . ..
T eres la sola
(fragmento)
De muy adentro
Dicen los que cruzan
Po' al lo de tu choza
Cuando en la ventana, pensativa y triste,
Los brazos apoyas,
Cosas de viejo
Qu diris!
Clavel del aire que alegras
El mojinete del rancho,
Trbol de olor que perfumas
El tarro ande,escuendo el naco;,.,
Calandria que me despiertas
Dende el omb con tu c.anto..;: .. ...
Insomnio
1
Es de noche; pasa
Rezongando el viento
Oue duebla los sauces
Cuasi contra el suelo.
En el fondo escuro
De mi rancho viejo
Tho sobre el catre
De lecho de tientos,
Aguito las horas
Que han de trerme el sueo,
Y las horas pasan
.Y ni yo me duermo,
Ni duerme en la costa
Del baao el tero,
Que ocasiones grita
No s qu lamento
Que el chaj repite
Dende ay muy 'leios . ..
. ............................ '
[/
17
Se me ju el santo al cielo . ..
De juro una zoncera; en qu otra cosa
........................... ' ..
De fro y de miedo . ..
Tuito es hielo ajuera,
Tuito es fro adentro,
Y las horas pasan,
Y yo no me duermo;
y, pa piar, en lo hondo
De mi pensamiento
Briyan encendidos
Dos ojos matreros
Que persigo al udo
Pa quedarme en eyos . ..
Son los ojos brujos
Que olvidar no .puedo,
Porque ya pa swmpre
Si entre el hoy
el ayer la diferencia
Ju no ms que de tiempo!
Lamentos
(fragmento)
Robronme el sueo
El amor recompenso,
Dura lo que dura un lirio,
Tristezas
19
Al udo
No vengs a contar,;.e que ha envejecido~
y que ya no es ni sombra de lo que ha szdo;
Porque como hace rnucho que no la veo_,
Tal co~ era hace aares la ve e.l deseo.
,
'a en aue
emvezaron
nuestros
desvzos,
d
l
eneez
.
.
,
d
D
S6lo han ido al galope los mios mws;
fueron los d'eya al trote como la luna
Po' entre e.l' agua mansita de la laguna.
Pa que el ,aro del .tiempo n~ la tocara,
Bajo el filo e su re a puse mz, cm a,
y los surcos que en eya labro el acer.o
Le dirn ura r siempre lo que la qul~ro.
es vie"a no me entnstece,
e to e aue
Esecun
.
,_
''d
1
Que en el fondo' d recuerdo nm. e enveJece.
21
Aos y penas han suavizado la huraez y agresividad de carcter de este solitario. La muerte le arrebat
a su nico hijo en plena juventud. Y es tal vez la
pobreza quien le impide estar con sus dos nietecitos
en Francia.
El pblico ha casi enteramente desconocido su obra
que ha tenido sin embargo admiradores de calidad: V a~
Ferreira, y su hennana Mar.a Eugenia, Emilio Oribe,
Paco Espinela, Gil Salguero, etc.
Con "Todos los Cantos" se ha dado comienzo a Ja
publicacin oficial de sus versos. Integran ese volumell
los siguientes libros: (de 1898 a 1912) Cantos Augurales, Cantos del Nuevo Mundo, A Flor de Alma, Cantos
del otro Yo, Cantos del Penitente. Un segundo volumen
a publicarse, incluir: (desde 1912) El Vino de la Sombra, Hacia el gran Silencio, y sus tres libros inditos:
Trois petit tours, Vesperales y Aquella Santa Luca,
con la obra potica posterior a 1952-.
V asseur ha evolucionado, con los aos, desde la paesa social a otra ms intimista. Ms que el amor, el
misterio csmico ha sido la fuente de sus mejores versos. Como pensador transit asimismo desde el cientificismo hacia un intuicionismo teosfico. De su larga
actividad de traductor, a Vasseur le place -segn N.
Fusca Sansone- su versin de Wal VVhitman. Quiso
con ella "airear la atmsfera literaria hispanoamericana, tan recargada de emanaciones gallinceas".
22
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Pts!
Y o tenia una ''villa"
y la perd
Pts! me la estafaron
as. . .
No era la casa
donde nac
all en la antigua Cntaras
esquina Sarand
Era en Santa Luca
en quienes vivo
st
en m;
a gritos: Mam! Mam! Mam!
entonces repet.
Pero Ella enmudecida,
ay! ya no estaba a!l.
ardi. ..
en que part;
y la perd.
Pts! Me la estafaron
as. ..
Muerta en ella, 1ni madre
yace cerca de all;
de la ltima ventana
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25
Oh serenatas de la adolescencia,
desierto floreci en m.
La Plata' Juan Carlos, Ricardo, Delia,
Alberto, Adolfo, Manrique, El Rabb
Pero fu en La Plata donde com en su mesa,
donde su amigo fu.
Szi amigo! Ms de una vez me dijo, en clera
ez
horrendo trance
la inconmovible Hur . ..
Dieu! Quelle chute d'un Angel
Et c'est tout.' Pour ca on vit?
r la
r el
contra m:
cr~
cr.
r el
28
r la perd
Pts! Me la estafaron
asz.
As retorno
Volver de algunos sueoE
por pozos de conciencias sumergidas
de hundidos archipilagos,
buscarido, con su antorchf},
entre floras y faunas de Otros reinos,
las huellas o el tesoro de una nave,
r ensimisma;
Anochecer de Abril
En la Torre Nocturna
de la muerte
se detenga a escuchar el corazn.
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33
, ~n nu~stra concie;ncia pblica es, por s-qpuesto, el pohbc~ qmen .se . ha Impuesto sobre el poeta. Y por su
a?m1rable dif?mdad de ciudadano, por la lealtad, limPI~ez Y coraJe: de sus testimonios ha logrado ser -si
no de todos 9-uerido- por lo menos, de todos respetado.
Obras: BaJo tu Ventana (1900); De lo ms hondo
(1902); El Eterno Cantar (1907); Los Himnos (1916)
Poemas Montevidean~s (1923); Bichitos de Luz (19525)
La Epopeya de la Cmdad (1927); La Cancin Humana (1933); La Elega Unnime (1942); Sonetos Mos
(1957); Los Caballos (1960).
actual
Con el cabello corto, con algo de muchacho
en la desenvoltura de sus gestos audaces,
cOn un mirar impvido y un rostro vivaracho,
35
Fmina inactual
El punto aquel
Cantenws con modestia esa cosita humilde
36;
La muerte humilde
Y o he visto que la muerte
ms ttrica r sombra
es en la casa de los pobres
que en las moradas ricas.
La enfermedad en medio
de la miseria abra
un abismo de sombra
en el abismo de la noche misma.
Un enfermo, si es pobre,
es dos veces enfermo con sus cuitas,
pues la pobreza aade en su organismo
enfermedad a la miseria fsica.
En una casa pobre
la enfermedad es l.astimera y misera
como un dolor. desamparado, humilde,
que nos conmueve ms porque no- grita.
La muerte en esa casa se nos muestra
tremendamente lbrega y sencilla:
un atad de- pino, un par de cirios,
en una alcoba estrecha, hmeda y fria.
De ahi sale. entre pocos
casi como a escondidas.
Avergonzada de no 'llevar flores
sobre el modesto carro, en 'la partida.
Y la despiden lgrimas calladas,
desgarradoramente tmidas.
38
La visita
Hoy estuve aguardando a mis amigos
en la penumbra de un rincn de casa,
a la hora en que acostumbran a traerme
el regalo de sol de su presencia
y a tenderme cordial puente flotante
de gestos y palabras
por donde llegan hasta m los ecos
de regiones del mundo que se tornan
para mi cada dia ms lejanas.
No vinieron los vivos, que son pocos
y ya les cuesta demorarse en plticas.
Mas comenzaron a llegar aqullos
que se han ido de la tierra y vagan
por los espacios ntimos en dnde
arde mi corazn como una brasa
que se defiende del avance lento
pero continuo de la sombra helada,
sop'lo de muerte que la misma vida
nos arroja al pasar, inquieta r spera.
Uno a uno llegaron silenciosos
clavndome en los oos sus miradas
que han adquirido suavidad de .estrellas
y luz de eternidad en el mzsterw
hacia donde volvironse sus p'lantas.
Conforme iban llegando, en torno mio
con aire de tristeza se sentaban
formando un semicirculo de sombras
en un abrazo tembloroso de alas
'!
El flete de la partida
El relincho
Vino rodando en el silencio oscuro
de la noche invernal desde muy lejos.
De restregarse en la distancia arda
hasta trocarse en rfaga de fuego.
Lo vi venir el bosque entre las sombras
y se puso a temblar de rabia y miedo.
Mas l sigui su viaje de centella
y se perdi en la infinidad del cielo,
donde encontrar el sol de la maana
para colgarse de su ardiente cuello
y retornar con l hacia los campos
que en la alta noche resonar lo vieron.
El relincho volva a su caballo
que 1lo estaba aguardando en su potrero.
(Los Caballos)
Y a esta a mi puerta el ca~allo
ensillado que me espera.
No ignoro que est impaciente
sacudiendo la cabeza
y pegando con los cascos
go'lpes de aldaba en la acera.
Dentro de poco saldr
a cogerlo de la rienda
y a montarlo de un impulso
afirmado en la estribera
y me alejar en silencio'
para siempre y sin tristeza
al galope del caballo
que esta aguardando a mi puerta.
El asomarse de su alma
(Los Caballos)
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Elega filial
Padre:
Por encima del tiempo y de la vida,
beso tus manos frtiles
que ltwantaron nuestra casa
y encendieron en eNa
sobre la mesa convivial eje de la familiala lmpara de. los recogimientos.
Beso tu frente devastada
de tanto pensar en nosotros
que se cubri de surcos
r por .nosotros.
Djame reclinar en tu pecho
la cabeza ,afiebrada
y pedirte perdn.
Perdn mil veces
en szilencio,
en muda congoja,
que t sin duda oyes
desde la eternidad,
Porque los muertos oyen
las palabras que no decimos
las voces qqe parten de nuestro corazn
sin llegar hasta la garganta.
Djame pedirte perdn
por todo el mal
que slo supe darte
en cambio de tanto bien.
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Aromo
Hay un aromo nacido
En la grieta de una piedra;
Figura que 'la rompi
Pa salir de adentro de ella!
Est en un alto pelaoN o tiene, ni un yuyo cercavindolo solo y florido,
Tuito el monte lo envida!
Lo miran a la distancia
Arbdles y enriedaderas
Dicindose, con rencor:
'(Pa uno solo, cunta tierra!"
Uno mesmo, como alarde
V e su copa amarillenta,
Que pa lucirla mejor
Solo y en alto la muestra! . ..
En oro le ofrece al Sdl
Pagar la luz que le empriesta,
Y como tiene dems,
Pu1aos por el suelo sie;nbra!. , ,
Sal, plata r alegra,
Tuito al Aromo le suebra! . ..
Asegn ven los dems
Dende el lugar que lo oservan . . .!
Pero, hay que dir y fijarse
Cmo lo estruja la piedra;
Fijarse, que es un martirio
La vida que le envidean!
H.n ese rajn el rbol
Naci por su mala estrella
Y en vez de morirse triste,
Hace flores de sus penas! ...
48
El rancho voltiao
L' agua sola, no poda:
En su ayuda, vino el vientoNo era de piedra mi rancho,-
'
49
En un da tan lindo
Distrado
prudencia;
50
51
............................................
Hay algunos pastitos, medio aman'llos;
por causa de las rices, que estn sin juerza!
Del pisarlo, morderlos, s'n darles alce . ..
Del escarbar los bichos, haciendo cuevas . . .
A lo mejor, se secan, por sobra de aos . . .
AmariNean, tuitas las cosas vieias! . ..
Es un da, pa que uno monte a caballo
y se olvide que hay algo ms, en la tierra,
que uno mesmo, r las cosas que va mirando
y el aire que lo hincha, cuando se dentra,
como si uno cargase, por avaricia,
tuita la vida suelta, que al paso encuentra! . ..
Precaviendo miserias en ese viaje
que al parirnos comienza! . ..
Uno siempre carcula, que ha'e ser muy largo
porque de cada loma que se repecha,
siempre se ve la senda, que baia y sube
y van al mismo rumbo, tzdtas las gellas! . ..
Se cortan 'las de algunos que se quedaron,
r al echarse, movieron, algo, la tierra;
uno sigue mirando, siempre adelante . ..
Naides, viene de gelta! . ..
. . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . ' .................. .
52
. ..................................... .
53
.. '.
. .
e on
. ' ' ..
''
'
.... .
En antes, ju domador;
A hura, voy con la carreta . . .
c~almosamente,
Silbando
Silbando cantan los pjaros
Y o canto ansirta, tambin;
Serenid
Difcil de valorar
La juerza que no se ostenta;
Ms poder que los baguales,
Tienen con poca apariencia,
Ese palenque de palma
Que, cuando es p'lanta, se duebla;
Un udo que no se corre;
Sobeo que no revienta.
Ms juerza que el ventarrn,
El ave que va serena
Y contra el viento adelanta
Con sus dos alas abiertas.
Y va, como si tal cosa . ..
Suavito. . . se balancea;
Que ni precisa las alas
Parece, al verla tan quieta! . ..
El perro
~zo
amenaza;
El no le hace ni fiestas,
Y lo deja pasar como sin verlo;
Pero muy fijo dende atrs lo oserva.
Y sigue dispacito, a la distancia
Porque nos vida arrugas en las cejas
O la neblina del mirar confuso
Que hay en las vistas del que sufre o piensa.
Y dende lejos, siempre
Vencido se le entrega,
Y se deja abrazar sin resistirse,
58
En su ley
Se apret el corazn de la viejita
Cuando, al mirar con ms fijeza, el camno,
vida aquel hombre que avanzaba solo,
con direccin d/ rancho.
Y se pint en sus ojos
l' ansia que sienten los que esperan algo,
y por su juerza'e volunt, se quedan
al parecer, tranquilos, sosegaos;
...........................................
Al tranco
Es muy linda la vida
cuando de maso sin pensar, la vemos/
El mundo en esa ed no' tiene orillas
porque se tiende la mimda lejos! . ..
1
66
..............................
Parece que el vivir no fese nada;
.r como vamos sin sentir esferzo,
nos repriesenta que la vida pasa
de mientras Uno~ la contempla, quieto: ..
Templaos por la ilusin, vamos ansina,
a tranco' e corazn. . . de poncho vuelto/ . ..
como si fuese un viento lo dlegra,
y pura risa el chicotear los flecos!.
............................. ....... .
,.,-
Se inici ~n Minas con "Madreselvas", libro de versos que, agregndose a otros de Morosoli y V aleriano
Magri dio lugar a un volumen con este hermoso titulo: "Bajo la misma Sombra", DespUs de su muerte se
publicaron sus "Leyendas MinuanaS'; que prolog su
amigo Juan Jos Morosoli. Alli se menciona a Cuadri
en sus das de vagacampo, pescador, o simplemente,
hombie que est bien en el campo. Y agrega que el
autor llevaba en s: infinito, Planta y ave, esos tres
elementos -dice-- uque son los grandes lricos del
cmnpo".
Qu libro simptico! es este, .uEl Agregao", de Gui-
70
71
el Inbierno ya dentr . ..
Y qu te bi!ii'cantar yo,
si tu sos la Primabera!
Un consejo, y crmel:
Mirte, china, al espejo,
el ritrato que te d
de tu boquita de miel,
que tiene en lugar de piel
semiya e'burucuy.
72
tu lmpara se le apague!
Ser deba/de que bague
por 'la grandura del suelo!
Nunca mds tendr consuelo,
dispus de perder la c.alma!
Y ha de yebar en el alma
el luto que hay en tu pelo!
Geno, gurisa; ya planto
mi sotret' arrosinao.
No s si te habr gustao,
pero, m' hija, 'ms no aguanto.
Dios te conserb~ez encanto
conque ti ha faborecido.
Dispus de habert'escrebido
qued triste, r:omo en ruegos,
no dicen tampoco
los aos que tengo ...
Qu bi' estar ms maso!
Ahi' st mi ca bayo!
Clabao el cotejo! . ..
Y a de taloniarlo
me teni' hast' al pelo,
y hase nuebe meses
1[0
ech'en un potrero!
Y arranc a un galope
Hablando solo
Mientras hirbe l' agua
Don Andrs me dijo
que mi haya ms gordo,
y que hura paresco
que juera ms mosol . ..
Desirme'sas cosas!
me tomo,
sismando. , . - sismando . ..
Yo pens. lo mesmo
del pobre cobayo! . ..
Y dzspus. . . Lo pucha!
Que cotejo esato! .
Los dos, igualito,
76
en el fardn de la bida!
China!. , . La caldera
r'ast resongando;
apurte, m'hija,
y empes el amargo.
-Baya! Por fin, biejo,
te bas alegrando,
que has pasao el da
conw matreriando.
Ahura ests contento?
-Fucha! No bi' estarlo!
Don Andrs me dijo
qu'estor remosando! ...
ujero:
treinta :Y cuatro! y no rnats!
-Treinta y cinco! .que .son ms/
--Ya me ca . .. s el aguacero!
-Ahura es al udo la queja:
tienen chico; d cuao;
qu'ste b'a ser ms ramiao
te hosicaron en el brete.
-Pucha, pardo querendn!
Dar testas con treinta y siete!
r. . .
pa'l "confite".
-Descbrals, compaero,
-Geno: quiero! beintitrs.
-Que lo belen . ... al ingls!
Treinta y dos! mate, aparsero.
Sin mato algn cordero . . .!
-Disparen, que los machuco,
79
De la manguera bieja
le queda en el corazn
com'una espina de .tunal
es desirs Enamorao.f
'
es p berlo ms mejor!
A tuito le da esplendor
r. en tuito pone un arruyo;
Sz nos da l.a prenda un yuyo,
perfume de flor esala,
y ningn palasio iguala
al disgrasiao rancho suyo!
Su r.ancho!. . . Cuando alcansamos
a coronar una loma,
Santos Garrido.
so-
81
y al dejarla la yebamos
metida en el corazn!
Y mientras bamos rumbiando
entre la sombr' aquietante,
sus ojos ban siempre a'elante . ..
galo piando!. . . galo piando! . . .,
Sus palabras ban sonando
adentro de 'los odos;
hasta que alegres ladridos
nos bienen a dispertar,
estando cuasi al topar
con otros ranchos queridos . ..
Y andamos remoliniando
con el apero y el pingo,
pensando que hasta el domingo
trajimos conque ir pasando.
Con eso noms, soando,
la bida no nos aplasta,
y el alma en gloria s' embasta,
qu'el amor tien' esto e' geno:
Aunque nunca se be yeno,
con caulquier cosa le basta!
Si esto es ser sonso, canejo!
Ah'malhaya quin pudiera
bolber otra bez, siquiera,
a sonso dispus de biejo!
Y o de mis crensias no sejo.
Y al mirar p' l tiempo ido,
goso un ricuerdo querido
hiendo, como, a media rienda,
diba p'l rancho e' la prenda
el biejo
SANTOS GARRIDO.
83
cas de ideas".
Su estilo es- 'hmnico, litrg-ico". En :cuanto a las
~-el!g~~~:~ 1 ~~a;:~~a:toc~:0lj0~~~rencli_
como poesa,
84
85
La joven de la fruta
En las maanas giles y el alto medioda,
desde los grandes rboles de sombra r los frutales
recogidos de fuerza r endulzados de pomas,
por los campos de trigos 'la miel del mundo traes.
Virgen de todo hombre, gajo de gracia, ebria
en la salud del aire de los bosques r prados,
como la espiga, esbelta, como el racimo, curva,
toda de la esperanza conias por los campos.
Toda de la esperanza. . . toda de 'la esperanza . . .!
Luz de sol, luz de estrellas, luz de juegos y sangre,
resplandeciente y gil como una pura ola
de mar bajo los vientos. . . t misma no lo sabes! . ..
Toda de 1la esperanza, toda de la esperanza,
corras por los campos r abrazabas los rboles!
Quince aos de vida, quince aos de savia,
quince aos de risas, de alegras, de fuego,
de saludable aroma en carnes sonrosadas,
quince aos de vir~en, y_ verte as, corriendo!
T, que subes los hijos desde tu vientre oscuro,
Creo en ti padre Sol, creo en ti, madre Tierra!
r los dos, que abrazndose, dieron la vida al mundo.
l, que mezcla sus Namas a los antiguos limos,
De toda muda esencia y divinos prodigios,
con los hondos licores terrestres y celestes,
con los maternos nctares y los paternos zumos,
'lo mejor de dos astros en tu cuerpo se enciende.
Si
el
tu
tu
86
Si
el
la
1la
XIII
Tras el mpetu ebrio con que mi vida clama
alterna una abandonada melancola.
Urge el incendio, el huracn va, vuela el da,
0 caen los vientos, pesan las horas, muere la llama:
XIV
Me llevarn un da sin que yo sienta nada .
adentro de una caja sin luz. Un agujero
en la Tierra. Al instante, me habrn bajado. Cero.
La carne tenebrosamente acabada.
88
Llii
XVII
XXXIX
Setiembre 9 de 1957.
95
96
97
El Rancho
98
99
Ni altivo ni
Ignorante a
Adornan su
Un nido de
El Indio
Vena
No se sabe de dnde.
Usaba vincha como el venteveo,
Y penacho como el cardenal.
Si no saba de patrias sabia de querencias.
Lo encontr el espaol establecido;
Pescador en los ros, cazador en los bosques,
Seor de la comarca,
Por un pleito de caza con la tribu vecina
Blanda su coraje afilado en el viento;
Como los troncos de la flora indgena
Era duro por fuera y era duro por dentro;
Su nica dulzura jemblaba en su lenguaje,
Como en las ramas de la flora india
Tiemblan las pitangas.
Vadeaba los arroyos en canoas;
Entraba a las querencias de las fietas,
O ambulaba durante varias lunas
En una aspiracin horizontal
--Curtido de intemperie,
Rojo de sdl o hmedo de tormentasEn los das rayados de chicharras
O en las noches tubianas de relmpagos.
La conquista espaola enderez sus rumbos:
Y l(ls" tribus que erraban por rutas diferentes
Se ataron en un haz, alrededor de un jefe,
101
100
El Buey
Es pesado; es tardo; y hasta cuando anda suelto
Parece que llevara algo de arrastro.
Camina torpemente,
Como si siempre fuera uncido a 'la carreta;
Como si le estorbara
El pedazo de sexo que le falta.
Camina torpemente pero jam's tropieza,
Y entre sus cuernos en forma de cuna
Parece que al andar acunara al Progreso.
Su pelo, negro o blanco, es opaco y es sucio;
En cualquier estacin tiene pelo de invierlzo.
102
Los Montoneros
Al trote violento de sus redomones,
Sobre el trueno de los cascos,
Iban por los campos de la patria
Los montoneros gauchos.
Iban
Mal emparejados por una disciplina
Que mantenan a medias los Clarinazos
Dados en las puntas de cada jornada.
Al trote violento de sus redomones
Sobre el trueno de los cascos
Llevando de golilla una nube de polvo a la espalda
Iban por los campos de la patria los montoneros gauchos.
Los ojos abiertos a todos los soles;
Los odos atentos a todos los ruidos;
Las vidas alertas a todos los peligros,
Iban por 'los campos
Los montineros gauchos,
Y el at,ardecer los vesta de punta en blanco
103
Al anochecer,
sola detenerlos un clarinazo;
Entonces se llenaba la tarde de humo y de guitarras;
Como en un contrapunto con el cielo
Los fogones estrellaban los campos;
Las verdes colinas lunancas
Abrian sus flores de cardo
Para el amanecer de los montoneros gauchos;
Y cuando el nuevo da les lavaba la cara,
Reanudaban la marcha llevando de golilla
Una nube de polvo a la espdlda.
("Intemperie")
Tubianito colorado,
Y a ests acostado en tierra;
El gaucho que te monta/>a
sali Hpisando 1la oreja";
Mas poco le vali6 ser
a parador" en la pelea,
Porque pronto entr a la muerte
sin palabra y sin cabeza."
(de Romancero del Sur)
El mate dulce
(fragmento)
(fragmento)
Rodaron hacia la muerte
junto, como boleadoras . ..
Los tres hermanos V aliente,
los tres a la misma hora.
..........................
Timba
Abajo, la carpeta;
arriba, la luz;
en derredor, las caras
color verde luz.
Una mesa de juego verde y redonda
es como una 'laguna;
y una carta en el medio es como una sirena.
El banquero tiene la vida en las manos
y los jugadores la vida en los ojos;
y los ojos atados por un hilo incoloro
a la carta esperada que ha de saltar del mazo
cual si fuera la tapa de un cofrecillo de oro.
Las manos del que talla son manos de mujer;
con una oprime el mazo y con la otra tira;
no hay un entredicho, w hay una disputa,
todos estn solos con sus emociones;
1
Za mano del banquero es como una batuta
dirigiendo una orquesta de corazones.
Una voz dice: Hjuego'', r otra: "un peso ms";
-"ah viene".
-"Est en la boca".
-"Es un cuatro".
-"Es un as".
Y los cuerpos vidos se van inclinando
como si la ranura por donde entra la coima,
como una boca bruja los fuera succionando.
Alguien que est a mi lado. -con palabra dolida
y usando amargos modosme dice algo vulgar, ms o menos as:
'lo mismo que en la vida
la suerte es una hembra que pinta para todos
menos para m.i.
106
porque la esperanza
siempre marcha adelante de la desesperanza.
y esperando, esperando, me despeinan 1/as horas;
la luz ya est en los vidrios hiriendo mi pupila;
cuando no se ha dormido
el sol pesa en los hombros igual que una moc,hila.
El Clarn
Viejo clarn de las revoluciones;
cuando dabas tu toque de carga
eras un espoln hincndose en las alnzas.
l/.ejo clarn, tu historia no es muy santa;
cuando dabas tu toque de muerte en la pelea,
a unos les corras fuego por 1las arterias
y a otros les pasabas fro por la garganta.
La Taba
al galope y dl trote
musical de su potro,
te lucia en la diestra un rnoreno;
1
Y despus de la lucha
cuando dabas al viento tu toque sonoro
enchufado en los labios desteidos del negro,
parecas una flor de oro
en un tronco de bano.
(Poemas Nativos)
La Flecha
Esta flecha aborigen a m me gusta tanto
porque es trmino y flor de varias cosas bellas;
est hecha con un poco de rbol,
con un poco de pjaro,
110
111
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113
Aptitud constante
Morir todas las veces que nos sea posible . ..
Hasta agotar tus tonos~ claridad desenvuelta!
Y. madurar como la fruta, hacia una mu()rte[J
Entre esmaltes lejanos, sobre viejos matices.
Acrquense mis das. . . Sus riberas seretzas
Pulirn bordes rudos y guerreros perfiles
Como endulza al guijarro de las. playas inmensas
El eterno cantor de las conchas marinas!
Y porque voy perdiendo todo el rudo contorno,
Oh muerte, y ya comprer;do a mi estrella f'nsima
El color de mi sangre es tapiz de los ojos;
Costumbre de esperarte;. sta profunda herida.
Y no sdlto del lecho con la misma viveza
Del que salta del b,arco a la orilla, de pronto;.
Y no saco a travs de la vaga pereza,
_,
Los cuernos delicados, caracol de la noche . . .
Morir todas las veces que nos sea posible . . .
Hasta agotar tus tonos, dlaridad desenvuelta!
Hasta hacer de la muerte, .una aptitud constante
Y llevarla lo mismo que el hbito tranquilo.
Viejo racimo
Clara noche, te dbblan . ..
Toda la rama inmensa,
Fatalismo
A mi hermano Amrica
perdido en un pensamiento de Anel . ..
Est la primavera desnuda en un naranjo . .:
Cant(.l el tumulto difano y enredado de un ~~~.
y en la figura efmera de un humo momentaneo
Pone un pqrro luntico, su fantasma cautwo . . .
Veo caer el flanco deleznable de, un md~no . . .
Los Bienaventurados
(Bastante claro).
(En medio, una tarima; sobre ella, una mesa).
JUEZ. - (Entra; trae un crucifijo en una mano y un
libro en la otra; se sienta; coloca el crucifijo a su derecha;
y el libro a su izquierda).
PABW.TOMAS.JUAN. - (Han seguido al juez; se ponen de frente a
l; Pablo en el centro).
JUEZ. - Sabis por qu estis aqu?
PABW.- No.
TOMAS. - Si lo preguntis es porque lo sabis.
JUAN. - Queris que contestemo., lo que ya sabis,
preguntando.
JUEZ. - Pablo; te acusan de haber robado un pan.
TOMAS. - Niega, Pablo, niega ...
PABLO.- No. Porque negar sera negar que no puedo
confesar; que no he robado.
JUAN.- Vas a afirmar, entonces?
PABLO. -No. Porque afirmar sera que puedo confesar, no que he robado. Y no puedo negar ni afirmar. Negar
y afirmar
es lo mismo; negar
r afirmar
negando o afirmando.
JUEZ. - Queris que no haya ninguna posibl'lidad?
PABW.- De negar y de afirmar, s; de confesar, no.
JUAN. - La posibilidad es la misma, en negar y en
afirmar.
117
116
_
TOMAS. - Y porque nunca le habran credo, le hubieran exigido, todos los das la misma prueba: "Si eres hijo
de Dios, d, que estas piedras se conviertan en pan".
PABLO. - se le hubiera dado por trabajo lo que es la
oracin.
JUAN. - S, pero era hambre de cuarenta das r cuarenta noches; r no era hambre de pan. Ayun esa hambre.
Era el hambriento de fe.
TOMAS. - Si hubiera sido solamente hambre, con entregar el hambre; con venderse l, todos los das, bastaba.
Pero, era ayuno de toda palabra traidora; l no poda entregar al hambriento de fe; l no poda venderse, y, recibir eY
salario de los traidores.
PABLO. - El hombre no vive de hambre muerta. El
horrtbre vive del hambriento eterno, no mata el ayuno profundo de ser libre.
JUEZ. - Qu buscis? Lo resurreccin?
PABLO. - S. La resurreccin de la vida; nuestro nacimiento mismo; el creador y la creacin, la fe que no necesita ninguna prueba de que el hombre es el azahar r no la
1
rosa.
o nzscara de su esperanza.
JUEZ. -Somos de carne y hueso.
JUAN. - El cuerpo no es de carne y hueso. La carne,
s, es del hueso, y, en el hueso, se encarna y deSencarna la
vida para la muerte. El cuerpo, todo d1, es su entraa de luz.
JUEZ. - Do modo, Pablo que t no confiesas habado
un pan.
122
123
que vivida, desenvolvindose a travs de un tacto finsimo de los sentidos, sin casi experiencia del mundo
-excepto un tanto vagamente, el de la mujer. Su
gran atencin parece, ni respirar, para ser fiel a su
ritmo interior. Que el externo sufra algn tropiezo,
que se deslice alguna abstraccin ms o menos adven"
ticia, son cosas que_, ~l poeta no parecen preocupa~le.
Pero el poema sale de un adentro tan certero que Ca"
saravilla resulta ~dentro de nuestra :Poesa- una de
las voces ms v;erdaderamente misteriosas. Obras: Cele,bracin de la Primavera (1912); Los Puntos de Apo"
yo (1919-); Las Fuerzas Eternas (1920); Las Formas
Desnudas (1930).
124
125
Octubre!
Celebracin de la Primavera
Estacin, flores, riscisl; _c'Quz'n
Limpia Luz!. . . todo el. ao te
que la fiesta celeste soaba!. . .
abrir al sol divino los cristales,
sU ! gozo. interpreta? . ..
esper mi alma inquieta,
que quera
un dial
Como viste la rama; visteS t la iluSin _
tu libre
az
Al Vino
Luna
Esta luna del barrio bajo -luna nu/Jladarne hace pensar en las cosas que se han perdido!
Dicha de lo Pequeo
loca ...
Me hubiera entregado a muerte a su boca
a sus ojos ...
[esparcido . ..
128
acortadas
129
Separacin
(Moriase mi Padre; se iba!
Y yo exploraba
sus ya lejanos ojos . ..
Ms hondo: no se ve,
no se siente! Soraba la verdad. Se juntaba
a la sombra, y mi alma se nublaba, sin fe.
Sus das eran tantos, que lo cUbrieron de aos.
Su vida? era 'hi vida :__:. con sus ingratitudes
y con sus benos dngeleS!
. . . Acaso algunos daos
le hicimos con el ruido de nuestras inquietudes
Poco sabremos, nada . ..
Terminaba, caa
a lo hondo: Yo deseaba ver algo', ms . .. no vz.
Descenda al silencio? A lo alto suba? . ..
En este suelo el roble se acaba. Y todo calla;
y las fuerzas se van perdida la bataNa.
Cmo quedar, si en este lugar es todo asi. .. ?
(Las Fuerzas Eternas)
Ruego
Seor, aprtame de los dbiles tesoros!
Dame los fuertes, tuyos!, tus tesoros!
los que no se abren con llave de oro . ..
N o estos tan pobres!'
que como sombras en nuestras manos tiemblan,
y ofrecen una forma tan efmera
como el lloro y el gozo de los dizs . ..
N o los que miro, vanos, me concedas;
no los que --envuelven un deleite- vano
sino los que no miro todava,
que resplandecen con belleza eterna
en tu amor solitario y soberano
de inextinguible Esfera!;
Los de tu dulce Ocano lejano!
130
_ _
..
horas!
Secreto de Atardecer
Raro fondo de nube y. terciopelo.
Estoy solo El amor? perdido anhelo . ..
Una delicia muerta -Lacio duelo
vago- las cosas tapa con un velo.
Los rboles adorno son del cielo
Estas cosas; ay! mira el desconsuelo.
.
(Alfar N' 86)
131
Grandeza de Dios
Dios produce a la perfeccin
los santos dentro de la 1glesia.
Ms del otro lado
tal como nacen tambin
las florecillas
hacia la otra ladera lejana y
propicia
de la monta'ft,
produce otras marapillas
inesperadas;
Sonata
133
Julio
J. Casal (1889-1954)
134
135
:
!
Luz de domingo
perdida geografa de mi infancia.
Tienes
no s que aire de inocencia antigua
r el mismo
color de la memoria de mi madre.
El hombre del farol tenda un oro
de margaritas en 'la plaza.
Te caa en el hombro
la sombra de una acacia.
La noche iba distante
encendiendo ventanas.
Sin levantar los ojos, una estrella
sola, entre nubes, miro.
Y se nos va /la vida,
y an ests en mi sueo
luz celeste, lejana de domingo.
(Distante A lamo)
137
Disfraz
Viejo Reloj
No te olvido reloj de la casa pa,terna.
Tus agujas de aCero nfarchaban: .Zlitas, fras.
Friso de golondrinas adornaban tu tierna
madera, en tlri penumbra de iantos 1argo~- dias.
Tu pndulo dorado, de$de su cara eterna
nos miraba dallado. Remotas ho.rai mias.
r ~o qu~mar,
vivr en ;.o
(Distante Alama)
(Distante A lamo)
138
Lluvia Perdida,
Juncas emocionados de la orilla,
van recogiendo
. el verd13 atarder;ido de las flautas.
En la escondida nube
el viento abre ventanas.
msticas colinas,
La Hiedra
(Cuaderno de Otoo)
Ruego
Ni t me esperars. Ni yo he de ir.
Ests en lo escondido
de tu hiedra de cielo, tan lejano,
que hasta tu rostro
no podr la muerte
alzarme en su marea.
140
A una Rosa
Yo te levantar sobie lo$' prados
cuando la alondra estab,a sz'tlenciosa.
142
143
;r
144
10
145
El Guitarrero Correntino
(Para el criollo francs hl'les
Superv'dlle, gran poeta)
Mi padre tena
Una pulpera
Con un enrejado sobre el nwstrador.
Un da
Dleg un correntino, hondo de color,
Con una dulzura sombra
Con un botnico temblor.
Salud con palabra mojada,
Y como apagada,
Y se acod en el mostrador.
Pidi una copa chica de caa brasilera,
Y con una tristeza artera,
Se puso a mirar al pulsador
Que en la guitarra entera
Cruza/Ja los dedos, plido de amor.
-Yo tambin toco un poquito-,
Dijo, con una voz de hombra humilde.
Despacito.
Y le pasaron 'la guitarra
Con ansiedad cordial y misteriosa.
Su mano idlica la agarra,
Y el encordado
----Sortilegiado-Roza.
II
T pasabas de Corrientes,
La Provincia tenaz del artigu'smo
Y del martirio federal;
Y traas un gran sonambulismo
De matrero de selva, de forma triste del desierto,
Con tu color de rbol y pastizal.
Y all, en lo ms perdido
De mi espritu oscuro y escondido,
Iniciabas mi vida tan pequea
Con una msica de agua y de 'lea
De pjaro y de fiera, y un encantado ruido
De la Naturale:m hecha sonido.
III
El Guardapuente
Los Potros
Y van saltando los potros, foscos, trmulos, crinudos
Desplegando su energa en relinchos estridentes.
'
Hay un vaivn epilptico en sus. ojazos desnudos
Y la amenazJ,a siniestra del desgarrn en suS die~tes.
Ah, los potros de ancas duras y corvejones nervudos
Impetuosos, pn:m 'tivos, de lomos resplandecientes
'
Donde el ~aucho -g_il y audaz- entre gritos y 'saludos,
Hace un angula de auste con sus piernas resistentes!
Los potros a~ren en r;t la curva de los impulsos,
Arrebatan mzs potenczas y hacen tremobar mis pulsos,
En un afn de banderas, de martillos, y de lazos.
Son la fuerza --rauda y toda- y por eso me seducen
Cuando siento el tamboreo de sus cascos que relucen '
En un tropel aturdido de mordiscos y pechazos.
(Alas Nuevas)
1
150
El Lazo (fragmento)
Y o siento el entusiasmo de los lazos abiertos
Que hacen fiestas de zumbas en el aire;
Un entusiasnw pronto, seguro, desplegado,
Y bien trenzado
Que salta hacia las COS1(1S con afn de enlazar las.
Nadie sabe lo sano que es un lazo en un brazo:
Es un impulso suelto que se distiende y baila,
Y se enardece, y alza, y se agita, y estira,
Y se 'lanza con jbilo a la presin final.
Es una danza al aire, el torbellino en alas,
El juego que prolonga y agiliza los ojos;
151
La Higuera (fragmento)
La lastim Jess como una rproba
Con su palabra extraamente crespa.
se alzara trmulo
vacas,
Diluciones
2) El Tiempo puro, dentro del hombre
No lleva tiempo,
Esconde ausente duracin
De tal acecho sentimental,
Que al roce mgico de la memoria
O de la msica,
Se li.ace presente y esencial.
1O) Hoy he visto las rosas de pze:
Ejrcito de caras vigilantes.
Francamente no s
Cmo cantar las armas elegantes.
Caras de seda? ~N, ojos fragantes.
17) Si no llevas adentro poesla
r::De qu sirve escribir?
El verso, coJno el dEa,
Con claridad interna ha de venir.
Preprate, si s-ientes alegra
Que busca en t salir;
Provoca la armona
Que ha de venir .con ella, -y resistir.
(Aire Fiel)
Yamand Rodrguez
(1391-1957)
Gan toda sU gran fama- popular en Buenos Aires.
Y este xito lo convirti en populachero muchas veces. Fue conocido sobre todo por sus obras de teatro.
Y -hasta los circos -entre los aos 20 y 30- difundan su _poema dramtico "1810". Tanto en su labor
teatral como en sus poesas gauchescas explot todo
aquello que poda halagar al pblico fcil: la sent~
mentalidad, el coraje gaucho, la tradicin, la raza, y
situaciones melodramticas. Fue gran amigo del efectismo.
Pero vayamos por partes. No era un cualquiera. Te
na verdaderas facultades para ser un sentimental,
para expresar -la emocin pica, y tena sagacidad e
inspiracin para los efectos. Y si se quiere ver esto
en su culminacin es necesario abandonar al hotnbre
de teatro y al poeta. Es en sus cuentos donde Yamand- Rodrguez resulta admirable. Tnto que se leyeron
y, actualmente, qu poca gente, al parecer, los recuerda.
Es que ha pesado mucho el Y amand del teatro y de
la radio.
Como poeta se inicia, poco desps de los veinte
aos, bajo un magisterio dudossimo: el de Elas Regules. Quiz el discpulo super ~o por lo menos, emparej- al maestro, ya desde su primer libro. En
cualquiera de los dos casos, el fruto que result fue
deleznable. Retrica pura; aunque Regules que prolog
''Aires 'de Campo" afirmaba exactamente lo contrario.
Reconoca en Yamand "el alma del hornero" y "una
sonrisa regalada al bosque". Pero all se hablaba de
''patriticas a.eas", "landas desiertas", "Tirteos rurales",
''inspirado estro"; poda percibirse alguna que otra cursilonada lleta como la que padece un viejo paisano lla~
mado por los otros "el novio -d'ela guitarra"; y abo~
155
156
157
El Remate
Fcilta el aire y sobran moscas
este domingo de Enero.
El sol fre Zas chicharras. , .
duerme un matungo azulejo . .
Algunos pollos con rganas
estn de picos abiertos.
En los charquitos de sombras
hay unas guaclws bebiendo.
Por los caminos calientes
pasa la siesta en su lerdo.
As pierde en la bajada,
lo que gan en el repecho:
una a una las ovejas;
pilcha por pilcha, el apero . ..
Toparon en Arbolito,
Los Muniz con los Saravias:
de un lado divisas rojas,
el pingo se le abalanza
se acerdan a defenderlo
y el ms ladina le dice
entre tembln y risueo:
160
'
mientras el esdapu"tario
late que es una campana
161
en un milagro de espw!las
al moro le nacen alas,
y all va, como un arc,angel
rubio, Chiqu;to Saravia!
Dicen que slo hubo dos
tan golosos por las cargas:
Juan Lavdle en la Argentina
y Don Quijote en la Mancha.
Detrs van treinta lanceros
en un vuelo de rodajas
a ver quien prueba primero
la muerte con gusto a lanza.
Se rompe enfrente un relmpago:
todo el "quinto" desenvaina
r se viene en pelotones
contra el puiado de lanzas.
Y 1os treinta de Chiquito,
como la carne es barata,
la van hundiendo y hundiendo
en CU(lirocientas espadas ...
La Cifra
El gaucho tranque para dlcanzar la carreta,
galop para alcanzar la novia,
slo corri par,a alcanzar la Patria . ..
Entr en pelea sobre un potro rampante.
Llevaba adelante su media luna,
colmiNo de acero junto al cogulo del bandern,
y a la espalda, la guitarra, con la boca abierta,
164
Toque de Oracin
(letra de tango)
166
I (bis)
I
Entre los adoquines de la calzada
se asoman los yuyitos a-respirar;
hay en un balcn alto ropa colgada
que el viento tan chismoso suele enredar.
Rodeada de una nube de chiquilines
pasa la banda 'lisa del batalln,
y el garabato en bronce de los clarines,
como todas las tardes, .foca a oracin.
Y en e1 crepsculo embrujado
vuelve a ser nio el corazn,
para el desfile del pa.sado
presta su banda el batalln.
Vuelven sus ojos nuev.amente,
torna en azul la evocacin,
y en la nostalgia del presente
se escucha el toque de oracin.
II
Don Batistn en camiseta
va con su pipa y, tras de l
cambia guiadas su pebeta
(Recitado)
167
ms prox1mo de Don Antonio Machado y de Mancique. El mismo dice que aquella rueda fue precursora
del movimiento moderno en el Uruguay, Y si basta
recordar los hombres de aquel grupo_ para no desmentirlo, nosotros creemos francamente que Abell logr
de manera inolvidable ser el que era, mostrando ms
coincidencia que influencia de Machado.
168
Y peregrinando con madura audacia en estos estados, Abell se ha sentado, finalmente, a la puerta de
su desolacin. Estamos convencidos que era un hombre
a-quien la vida se le ha ido haciendo profundamente
as; y era capaz de juzgar la desesperacin, por estar encima de ella, como aspaviento vano y femenino.
"Ni sonre ni atrae" ~deca de l E. Rodrguez Fa~
bregat,
Por no creer en la resonancia que su vida poda tener en otro ser, y por un abuso en querer hallar certidumbres de s mismo -tan radicales que nadie las
halla en ningn lado------ este hombre termin por suprimir toda vida de relacin, incluso la de sus camaradas bohemios, y se dej seducir por la presencia de
la muerte, ya confinndola en su casa, ya sentndose
en la orilla para verla venir sobre el mar de Malv:n.
Toda su ob1a ha quedado contenida en unos 90 poemas, breves en su gran mayora. Tienen ellos -segn
bien lo ha observado Vitureira- un aire de otra po-
169
A la Muerte
Apgame los ojos,
vierte olvido en mi boca.
En el <>ire del cielo ya no tiran
las cometas de sueo que el deseo re1nonta
Para qu el sol me enva
el lujo de la aurora,
y en el pao luctuoso de la noche,
titilan las estrellas,
si yo perd la clave de las cosas?
Coge mi mano y 'llvame
a la frigente sombra.
Con raudo beso lbfame por siempre
de la humana memoria.
r:O eres tan slo Una mentira ms
que mi deseo forja,
un espejismo de reposo eterno
para engaar la ingnita congoja?
Whisky
Mago rubio, lrktgo rubio,
nctq,r del encantamiento,
cuando azota los cristales
el Nanto fro del cielo.
Cmo desatan tus manos
la cadena del destino,
taumaturgo de los sueos
sumidero del olvido!
Borras este mundo triste,
y es fiesta la soledad:
Los sueos que ;kz no sueo
otra vez vuelvo a soar.
170
171
El Hermano
Uno por uno, todos se fueron alejando,
y en la pampa desnuda se borraron sus huellas.
A la fiesta del mundo volvieron todos cuando
les pasm la distancia que enfria las estrellas.
Y a no existe el apoyo de un bculo fraterno
ba'o la rutilante campana sideral;
ni el collar de tus brazos, humanamente tierno,
sobre la infinitud de la p.ampa glacial!
Corazn desolado que buscas el abismo,
al azar sdlamente de impenetrable cuil!a,
r sin agarraderos resbalas en ti mismo,
con la oscura nostalgia de .algo grande y lejano:
en la escalofriante vorgine infinita
eres tu propio husped, eres tu propio hermano.
Promesa
Para qu dej daer,
no s qu mano invisible,
en la tierra de mi cuerpo
semillas de lo imposible?
Esta sementera ma
acaso florecer
ccuando yo sea en la tumb.a
semilla del ms all?
Momento
Pa'arito que das en mi ventana
el canto principal de la ma.ana:
Si de floridos rbdles viniste
en aromado r luminoso viaje,
por qu tu canto matinal es triste?
En tu trino hay tan honda lejana
que ah pareces memorial mensaje
de la difunta primavera mia.
Desolacin
Cuando lleg la enfermera
con la medicina intil
ella dijo dulcemente: '
Para qu?
Cuando encendieron los cirios
en torno de su cadVer,
l murmur sordamente:
Para qu?
172
173
En la Taberna
Tabernero, tabtirnero
qu Mro 1l,icor es ste'
'
que szn apurarlo nunca
lo estoy apurando siempre?
La Arquilla
Vino de mis abuelos esta mquilla, historiada
con turbias caracteres en una lengua oscura.
Al nacer me la dieron sin 'la llave, cerraibz.
Mis manos no han podido forzar la cerradura.
Y me paso horas 1nuertas, .qbierta la mirada,
queriendo descubrir, en audaz conietura,
el misterio que encierra esta arquilla de/ada
como esfinge en la arena del nima insegura.
Mgicamente va conmigo da y noche.
De su poder oculto soy clido fantoche,
en el fantasmagrico paseo de la tierra;
Cuando se apaguen todos mis an~ores hunuaws,
desconociendo an el mistefio que encierra,
al irme de este mundo la llevar en las manos.
Llamamiento
Desde una remotsima regin,
dormida soledad de estticos olvidos,
tu voz me llega tur/Jadoramente,
campana de una angustia inmemorial,
y aprieto bien mi corazn con fuerte
cerradura y penetro en la ciudad
y me hago multitud para olvidarte.
174
Posdanza
Por qu te quedas ah
con el antifaz de raso
si el sln- est vado '
si ya todos se march~ron?
Entre los festivos muros
en un silencio de fin '
slo fulgen los adornos
y mi cabellera gris.
Por qu sola en el saln
d~ mi vida te has quedado
Esperanza
En ancha via pone amor la casa
por donde en fuga, con igual d;stino
a caBallo del tiempo todo pasa.
'
d~smonte un viajero en
el camino,
Pompa
En Sayago
La Puerta
a Crisanto Aguirre
Rumiaba pensamientos en la queda
a Cipriano S. Vitureira
y amortajados difuntos
En Alta mar
a Pascual Mrquez Guichn
Bajo celestes auras, peregrino
Posfuga
r en
.
veste negra el alma va a tentarse,
l2
177
Lontananza
Infortunio
Tentacin
En un saln de luz amortecida
me encuentro en soledad,
a la ventura.
y se va la sedosa vestidura.
.
con el murmu llo que la vzda vzerte,
sin dejar el silencio de la muerte.
1
178
Andanza
Cabalgando por un yermo
de mis relJlotos estados,
pertinaz fragmento vi
de un ensueo abandonado.
Estaba perdido all
con la ptina del tiempo,
como pilastra cada
en la ternuna del trbdl.
179
El Reino
Flecha que mi amor enva,
doquiera caiga, la encuentro
en retnota lejana
clavada en mi propio centro.
Buscando forasteras
y allendes para el amor,
sombras del alma vea
en la soledad mayor.
Las momias de los dividas
salen de los hipogeos,
como carbones yacidos
que abrasaran los deseos.
Hay un cinturn de espejos
cindome en lontananza,
porque est mirando lejos
la recndita esperanza.
Cuando apenas sorprend
algn fantasma soado,
en aquel fantasma vi
un recuerdo enmascarado.
Profundamente halageos,
mismo por fugacidad,
bajo el sol todos los sueos
invaden la soledad.
Flecha que mi amor enva,
doquiera caiga, la encuentro
en remota 'lejana
clavada en mi propio centro.
(Poesas Completas)
180
181
saje -tan de espinillos- le queda algo de griego. Platnicas ideas circulan dentro de l como blancas nubes. El Nous de Plotino deja caer sobre una ;;ualquiera de nuestras rosas su luz de diamante. Esto no
es slo bello sino bue:ho y sano. Que la rfaga nia
de un rio sostenga un temblor de milenios. Y son tantas las alusiones y tnto el encantamiento del poeta delente de los mrmoles helnicos que uno -de verdadcuando no los ve, los presiente; hasta creer que ya
haban sido puestos, y luego, quitados, por lo menos
en algunos de nuestros paisajes,
Si el poeta hubiera insistido ms en lo regional o en
el color local, habra desaparecido la equivalente atmsfera universal que propone.
Se reprocha a Oribe. (Mario Benedetti, ltimamente)
hacer de su$ poemas planteas intelectuales, a veces eruditos,_ frecuentemente oscuros y, sobre todo, de una
frialdad indeclinable. Poemas que son glosas de verdades celebres. Y _en :segundo lugr,. "cuando_ el verso
anda slo y en libertad suele padecer una ispacin
prosaica".
0
poem~
182
183
III
Quin?
I
IV
El canto que te escucha cuando vienes
a situarte en mi dlma antigua y sola.
Quin lo escribe en el lino de mis sienes?
Quin lo azula en el 'ala o en la ola?
No s. Pero en la noche en que existimos
rumor eterno y vago se levanta.
La vida? Es slo un cntico que omos
como en sueos. T sabes Quin lo canta?
(La Lmpara que Anda)
La Luz Defendida
V
Oh hermosa joven,
que hablas con la estrella
de la tarde!
Tu frente
luz derrama como un ro.
En tu cuerpo est la llama
que el astro aquel te infunde.
185
Arde ms bella
y firme que en el cielo. O ya es centella
Ms all
del crculo y la muralla,
andan flecheros.
[)esde la tierra,
los infatigables
heraldos 'llaman.
Es que es el Otoo.
Las granadas
y las hojas
y las cigarras,
emprenden el retorno hacia los surcos.
_.Si en m,
con alma y sangre,
he de tenerte,
s fiel al astro aquel que va a volcarse
con su luz,
todo en ti,
contra tu muerte!
Llamado Incesante
Oh Tierra infinita!
Oh Tierra prometida!
Hacia all me deslizar,
como los frutos del granado,
. [)esde la tierra,
heraldos llaman.
Se endurecen
y secan luego,
y amarillean como la rodilla del penitente.
186
en la abierta sien?
No s nada.
[)esde lo. tierra
herdldos llaman.
1
Vanidad de lo Variable
El sol
pronto perecer ahogado por las sombras,
en una fuente de resplandores.
Un destino,
ms all del capricho
r la gloria de las criaturas,
en.Saya en cada anochecer,
la operacin grandiosa,
que dlgn da habr de realizarse
en nuestra muerte.
Es el toro
que ahora ultimarn las esclavas,
hundindolo
en las aguas.
Naturalmente
se desvanece su concreta piel de oro,
mientras la sangre no cesa de correr
por los ltimos rios
de la tierra.
Y o me abismo en una som.bra
que se acrecienta,
mientras un invisible puo
estrecha cosa con cosa,
alma con piedra,
nieve con fuego,
toro con muerte.
:r amenaza
ser sustancia.
Frutas insignes!
La mejor de ellas
se abri. Ena redonda,
bien moldeada,
la granada,
urna maciza de estrellas . ..
Rasgu las frutas
y adentro V
diamante en grutas,
nas no rub.
Adentro v
comp.artimentos
con ca-rfias divinas,
celdas muy llenas . ..
Slo las hay en las minas,
en los molinos y las c.olmena~"'
Aposentos
de azca; ~ , cristal,
y anuncwcwn segura
de arrecifes de coral
en miniatura.
1
La fruta mansa
por el viento herida,
cay como una gran esperanza
fallida.
190
Y para siempre/
Cortada,
por invisibles hoces,
la granada,
fu el destino de una Driada
castigada
por los dioses.
l gual que un vzeo, cuando
ve a su hijo muerto,
el rbol,
se qued llorando
frente al desierto.
Guard para m
el fruto rasgado a mis pies.
-Yo puedo verme ias
hoy, maana, o. despus . ..
Bsala, ahora,
Poeta, y llora!
Y en seguida de eso,
bajo tu beso,
por la oculta simiente
abovedada,
vers q,u pura, ii~rna, saliente
como una frente
malognada
de adolescente
an, la granada/
(La Colina del Pjaro Rojo)
191
de los nos
a Fernn Silva V ald3
Piedras que armstra el rio
y vienen con Zas aguas transparentes
de las sierras del trpico, entre msicas
de torrentes.
Rodando,
rodando, rodando r cantando,
por las laderas,
. al rio van bajando.
Tras larga esclavitud,
hijas del padre sol, gotas del fuego,
dormidas en la tierra miles de aos,
son despertadas luego.
El agua os ha entregado
la libertad, la danza r la alegria,
r os lleva por daminos
maravillosos a la luz del dia.
Corriendo, corriendo, corriendo
de la sierra a los 'llanos,
os detenis apenas
para hablar con la flor de los pantanos.
Piedrecillas redondas
cual los ojos del buey, que os vino a ver
lleno de asombros,
cuando baj a beber.
13
193
Arenales inmensos,
olvidadas!
Porque de ancho el ro
es amargo, y muy hondo;
piedras, sois pobres formas,
que rodis hacia el fondo.
el ro patriarcal
se viste con vosotras
prisioneras estis,
como ojos muy abiertos,
a quin interrogis?
manto sacerdotal.
Leonardo De Vinci
Los Desconocidos
Caminar, c.aminar
por los muelles dormidos de los puertos.
Y ver obscuros hom,bres,
acurrudados cmno canes viejos,
tomando el sol en la amplitud marina.
Oscuros hombres,
que nunca vimos ni sofamos ver.
emninar' caminar
por los dormidos muelles
r ver .acurrucadas'
interiores
I
Ao mil cuatrocientos noventa~ ms o 1nenos.
Florencia. Media noche. Callaron los serenos
nocturnos y se fueron los ltimos soldados.
Alguien llega a /,a trgia plaza de 'los ahorcados.
El terrestre demiurgo se arriesga en la aventura
y aprieta con el puo la ilustre empuadura
de su espada, y camina con paso firme y lento,
mientras su cabellera ondula bajo el viento.
Agitando la capa de terciopelo oscuro
el caminante sigue con ademn seguro.
De pronto, nota un cuerpo que de la horca oScila,
saca un pual de oro y con mano intranquila
hiere la cuerda mismo donde el nUdo se cierra,
y cogiendo el cadver lo arrastra por 'la tierra
hasta un portal.
Entonces el hurtador nocturno
contempla su tesoro con gesto taciturno.
JI
Ahoga un grito
de asombro en cada instante . .. Dibuja y deja escrito:
-"Oh cuervo humano! un libro de infa belleza . .
Y en el purpreo holocausto
pude ver el misterio.
Enceguecan cndores
en crculos inmensos.
Pude or con zozobra
su gigante aleteo.
De los Andes bajbanlos
y 'los lanzaban ciegos
al .azul, al gran ter . ..
Los recogan muertos.
v un grupo de ind'os
con tres cndores ciegos.
al sol un aletazo,
al infinito un beso.
Y a mis pies los relmpagos
de plumones deshechos.
Testas de lunas rotas
con alas de tres metros
Mocetones verdugos
los cndores trayendo;
les quemaban los ojos
con encendidos hierros.'
Daban muerte a sus pjaros,
de dioses mens.ajeros.
Y todo bajo el humo
Sonetos Sacros
II
Quin aqui me arroj? Qu extrao instante
me salv de quedarme entre los muertos?
Qu cuentan estos orbes r conciertos
que bajan del monstruoso tiempo errante?
No sabr por qu soy? Vivo en constante
afn por ver con ojos bien abiertos,
qu tiempo he de existir. A qu desiertos
me he de ir con mi muerte por delante?
El entrar r el salir en este mundo
en donde estoy qu riesgo ms profundo!
Qu vago inicio fue mi alumbram~ento?
De l poco s; ms cumplo en admitirlo.
Mi muerte? Integra ellogos de otro cuento.
Quin me diera, oh mi Dios, poder orlo!
de indecisos incendios
r un
fondo de montaa,
r tras de enceguecerlos,
'los arrojan al mbito
de huracanados vientos,
III
r se quedan
mirndolos
precipitarse al suelo
como si fueran !dolos,
Esperanzas e Imperios?
Si as ha de ser siempre,
Dios se ha olvidado de ellos.
Los indios, con las aves
sobre el hombro se fueron.
Ms fuerte que en los cndores
la tiniebla era en ellos.
Pas noches enteras
pensando este misterio.
(La Esfera del Canto)
200
./.
202
203
Tu voz
Tu voz no es triste y seria. Tu voz es .la frescura
de ese aire que viene del puerto al madrugar;
tu voz sabe a colegio, huele a fruta madura
r es la cris&dera nerviosa de un juglar.
Porque ha/;ilas, r yo siento que es como un agua pura
donde divinarnente me vuelvo a refrescar
de todos los dolores que cuesta esa aventura
de querer vivir slo para el cielo r el mar.
Por eso hoy vibro todo de tu infancia, y te veo
-oh, sensacin azul de la hora del recreo!( ... pasaba por all la Madrecdirectora ... )
ya brincando a la cuerda con tu risa sin fin
o cuando eras dlguna feroz locomotora
de un tren de colegialas que iba por el jardn.
Secreto
Y a no te busco afuera con infantil turismo
para sentir tu vida romntic mejor
como los monjes v!ejos me encierro entre m mismo
r all tiemblo a tu cara, r all te hago el amor.
Y estoy como un avaro feliz de su egosmo
palpitando a mis vagas sortijas con ardor.
Y o como Pascal tengo dentro de m un abismo
pero donde hasta el .llanto tiene su resplandor.
Por eso es que las gentes que saben que te quiero
ya dicen que se ha roto mi espada de guerrero
por esta vida sola que me miran lledar,
r no saben que mientras ellos hablan conmigo
t me llenas los ojos r todo lo que digo .
como se llena al viento una vdla en el mar
204
205
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
Zuray Zurita no me oyes llorar?
A la mar me fui con vela de colores . ..
De la tierra estaba sucio de luchar . ..
Tercos sueos cazadores
Zuray Zurita
no me oyes llorar_?
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
Y o he visto en alms y en pechos
a un alacrn perforar .. ,
Y o he visto hogares deshechos
y a payasos de colores que a la luna de los techos
daban un brinco estelar.
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
Y o tenia una !alegria,
con el arpa de la ,aurora me pona a caminar . ..
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
Me ha manchado la amargura
aos arduos y asesinos me han enseado 'a olvidar . ..
Luna azul de mi sombreros la locura,
y mi capa de andarins todas las olas del mar.
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
Zuray Zurita
no me oyes llorar?
206
207
Serenata
Cabrita., . . pino . ..
Plida como una vidalita se me acerc:
Sombrero negro. . . roio camino
Qu tristes cosas le ofrec yo!
Ma.lvn,
Retama. . . alta margarita . . .
De dnde vino su luz fatal ... ?
A y! ay! ay!
Terutero de cristal
Que saltaba slo en una pobre pata ya coiita!
209
Guitarra fina,
Callada y sola taza de plata;
La serpentiria. . . la serpentina . ..
Que a m me mata . ..
H ando c.amino
210
Nocturno N9 3
Heme aqu en la gran noche de la pampa, perdido
bajo el grandioso y loco rbol estremecido
de las estrellas, dndoles a las sombras mi paso
con un azul y helado corazn de payaso.
Heme aqu extraamente perdido y desolado
sin comprender mi 'alma, con un terror callado
frente a la profundsima noche desconocida,
viendo que slo absurda y atroz me fu la vida
que ni s por qu he amado, ni he sufrido ni espero
an .algo de las cosas como un aventurero. '
St1lenciosa.
Nocturno N9 8
Dolorida en la luna se va la carretera.
M e voy a sentir ms hoy tu 'alma all;
dolorido en la luna que me mira y espera
y da su solitaria paloma mensajera
que va como acordndose de ti.
Miro las sdledades misteriosas del cielo
y nada es ms profundo que tu amor;
bailarn de amargura, zapateador de hielo,
t eres, oh, Sirio, dulce violinista del c:'elo!
lo que me ha comprendido aqu mejor.
211
Palpitante y jubiloso
como el grito que se lanza de repente a un 'aviador
todo as claro y nervioso,
yo te canto, oh jugador maravilloso!
que hoy has puesto el pecho mio como un trmulo tambor.
A gil,
fino,
alado,
elctrico,
repentino,
delicado,
fulminante,
yo te vi en la tarde dlmpica jugar.
Mi 'filma estaba- oscura y torpe de un secreto sollozante,
pero cuando rasg el pito emocionante
y te v correr. . . saltar . ..
Y fu el hurra! y la explosin de camisetas
tras el loco volatn de la pelota,
y las oes y las zetas,
del primer fugaz encaje
de 'la aguja de colores de tu cuerpo en el paisaje,
otro nuevo corazn de proa ardiente,
cada vez menos despacio
se me puso a dar mil vueltas en el pecho de repente.
Y te v Gradin,
bronce vivo de la mltiple actitud,
213
z 'gzagueante espedachn
del golkeaper cazador
de ese pjaro violento
que le silba la pelota por el vieJ,to
y se va, regresa, y cruza con su elctrico temblor.
Flecha, vbora, campana, banderola!
Gradin, bala azul y verde! Gradin, globo que se val
Billarista de esa sbita y vibrante carambdla
que se rompe en las cabezas y se enfila ms all . ..
y discbolo volante,
pasas uno ...
dos ...
tres . . . cuatro . . .
siete jugadores . . .
La pelota hierve en ruido seco y sordo de metraNa,
se revuelca una epilepsia de colores
y ya ests frente .a la valla
con el pecho .. , el alm'a ... el pie ...
y es el tiro que en 'la tarde azul estalla
como un clido balazo que se lleva la pelota hasta la red.
Palomares! Palomares!
de los clidos .aplausos populares . ..
Gradn, trompo, mbolo, msica, bistur, tirabuzn/
(Y o v tres mujeres de esas con caderas como altares
palpitar estremecidas de emocin!)
Gradin! rbale al relmpago de tu cuerpo incandescente
que hoy me ha roto en mi.l cometas de una loca elevacin,
otra azul velocidad para mi frente
y otra mecha de colores que me vuele el corazn.
T que cuando vas llevando la pelota
nadie cree que as juegas;
todos creen que p.atinas,
y en tu baile vas haciendo lneas griegas
que te siguen dando vueltas con sus vagas serpentinas.
Pez acrbata que al impetu del ataque ms violento
se escabulle, arquea, flota,
214
no lo ve nadie un momento,
pero como un submarino sale all con la pelot'a . .. 1
Y es entonces cuando suena la tribuna como el mar:
todos grtanle: Gradin!, Gradin!, Gradn!
Y en el ronco oleaje negro que se quiere desbordar,
saltan pechos, vuelan brazos y hasta el fin
todos se Hacen los coheteros
de una salva luminosa de sombreros
que se v.an hasta la luna a gritarle all: Gradn! Gradin!
Gradn!
Polirrtmico Dinmico de la
Motocicleta
Sesgada en el viento la clida quNla del perfil tajante
y suelto el espritu al da como una cometa
yo todas las tardes me lanzo al tumulto de las avenidas
sobre un trepidante c.aballo de hierro
mi motocicleta!
Zumban los pedales, palpita la llanta
y en la traquearteria febril del motor
yo siento que hay algo
que es como mi ardiente garganta
con mi explosionante secreto interior.
Y corro . . . corro . . . corro ...
Estocada de mi ruido que atraviesa la ciudad
y ensarto avenidas. . . suspiro una rambla . ..
esquina
el motor,
cual si fuera el nervioso corazn de un amigo
que se quema en un terco secreto de amor!
Los ojos se roban la vida a pedazos!
Luces, hombres, rboles, una estrella ... el mar,
y ya slo siento
un deseo loco de ser como el viento
que slo parece que quiere pasar.
Curva suave,
X pattica, , , embestida
repentino embrague seco. , . vuelta sbita. . . explosin!
Fu la muerte? Fu la vida?
El motor sufre y trepida
r otra vez me empapa el viento con su vino el corazn.
Camaradas! Camaradas!
dnme una camiseta
de violentas pintas verdes y oros como resplandores
para hundirme a pualadas
216
de motocicleta
por el campo estremecido de esta tarde de colores
En el fulminante
caballo que suena su sangre encendida
para abrir todas las tardes de la vida
un romntico momento de prtida.
Partir. . . llegar. . . llegar. . . partir . ..
Correr .. .
volar .. .
morir .. .
soar .. .
partir . . . partir. . . partir . ..
El Capitn Slukin
Por qu te has apoderado de mi alma, Capitn
mientras miro estos barcos de vela que se van
y en el puerto estoy solo con mi cabeza ardiente,
junto a las altas proas visionarias
y dichosas,y fraternizo con los hombres agudos y callados
de la descarga terca y amorosa
y .amo ver la llegada de esas lanchas de carbn
que vienen como dulces madres embarazadas
y esas maderas de rboles de Amrica
r las harapientas msicas
del acorden?
Por qu hoy te has apoderado de mi alma, Capitn?
Y de golpe en mis sueos tan grande te he sentido
y he amado
tu vida de salvaje y delicado
hroe desconocido
del mar ...
217
pasin,
~a
220
221
sierto intelectual en el que tuvo que moverse. "Por siete bocas le cant a Rivera -este pueblo tan mo y tan
ingrato------, que por ingrato tanto ms lo quiero." Uno
de sus poemas, "Muchacho de tierra adentro" expresa
patticamente la situacin de un poeta jove'n en el
"hostil pueblo nativo". Qu hace un poeta -es para
preguntarse con angustia~ ms aUn si es joven en la
temperatura lrica bajo cero .que no ocultan, sino ostentan, nuestros pueblos y cmdades del lntexior? No
encontrar otra manera de mantenerse que la que proviene de la sola fuerza de su juventud.
Y la valiosa obra de Agustn R. Bisio se resinti al
fin, en ese aislamiento. Estamos seguros que l no 'hubiera permitido la publicacin de muchos poemas que
aparecieron en su obra pstuma. Inexplicablemente sta
lleva por ttulo el mismo de la primera.
'
Quiz, por respeto, sus piadosos admiradores no se
animaron a titular por su cuenta, pero hacen caer al
lector flamante en el peligro de confundir una obra
estimable, el primer "Brindis Agreste", con la segunda
de muchos menos valor, e idntico ttulo.
'
En la revista "Frontera" (1936), escriba Carlos Zum
Felde: "Bisio es tallista extraordinario, :intelecto cultivado y alma de primitivo; creador de un gnero de
poesa: la poesa fronteriza: fronterizos los temas, las
222
223
Benceduras
Palabras de ritual (')
Con agua da fonte
e rama do monte,
pra que non crescas
nem emelecas,
te corto a cola
e a cabeca."
Asin se bence el cabrero (2 )
en l' hora del sol dentrar:
moje un ramo de romero,
en agua de manantidl;
haga tres cruces seguidas
sobre granazn o heridas
y ... ya'st!
Si al cabo del tercer da
non yegase a mejorar,
se cura con "sempata"
escribiendo sobre el mal
y a l'inversa: "Ave Mara"
pos, si non cura, aliva,
y ... ya'st!
Si el cabrero es de ciempis,
araa o marandur, (a)
si agarr'una lapicera
gelta de punta al revs;
con esa parte trasera
mojad'en leche d'higuera,
dispus,
1
224
225
con fe y pasensia, se va
cerrando n'un redondel,
lo mesmo que n.'n corral,
la traza qu' e.l aizmal
ha dejao sobre la piel,
y ... ya'st!
La Sanda
En las siestas de Febrero
cosa es de todos los das
que se harten de sandias
los hijos del chacarero.
Protegindose del viento
y el sol contra la manguera
bajo de una vieja higuera
suelen- formar campamento.
Mientras lo parte a su antojo
el mayor, cuchi.llo en mano,
va pasando a cada hermano
tajadas del fruto rojo.
Con cierta uncin e in~padencia
todos miran el trabajo
y, despus del primer tajo,
se admira la concurrencia,
pues es una tentacin,
de tan roja la sandia . ..
"No es como la'el otro da
"'que tena el 1nedio pintn".
227
(>)
]\] iie
Mae Bemvinda
229
228
230
Piedra Mora
Mesmo como piedra-mora
rodando n'el cuest' abajo
a tumbos por la caada,
y a gorpes, Sab' hasta cundo,
asn me trujo la vida,
me redondando los cantos;
y, ya'stoy, cuasi redondo,
cuasi parao en el bajo!
231
(1)
(2)
232
233
234
233
Trptico
El Agua Enamorada
Sauce, 1nirate en m. Me vondr quieta
Para servir de espejo a tu ;amaje.
Sauce, (no tienes sed? r::Te gustia el traje
Que el sdl me ha puesto? Qu ansiedad secreta
Olvido
Las ret~mas solares se agachan sobre el cerco
Y arroan al camino sus ptalos desnudos
Danzarn con los vientos las hojuelas de ~ro
Y ha de hallarlas Oa:nsadas el silencio del mundo.
236
Presentimiento
Se ha engalanado el invierno
Con una tarde domda.
Agosto de brisa tibia.
Nochecita ya enlunada.
Florecieron los canteros
De los junquillos violentos;
FJl perfume da a la noche
Un aire de encanta.miento.
Est mi calle tan sola
Que parece de romance.
V a a pasar .algo esta noche.
Algo misterioso y grande.
cAndar cerca la muerte
O !ia de llegar el amor?
Nochedta enlucerada,
Protege a mi corazn!
(Dualismo)
23.7
Divino Amor
Siempre
(Ftagmento)
Qu gustosa esta paz p.ara mi alma
Y el amn de Fray Luis entre mi casa.
El dislocado mundo se me encalma.
Piei.a de cacera el lobo pasa
Y no acecha al querube que me ensalma
En celestial misin que me traspasa.
Y es un feliz amor de alegora
El que me da la miel de cada .da.
(Azor)
Reconquista
Pax
Esta ardua criatura
Que ahora soy, cmo fue flor y gacela,
Toda hecha de raso y mansedumbre
En la fuente y la lumbre
Donde el ojo de Dios est de vela!
Ahora la mano que sostiene el libro
De horas no provoca ms el beso,
Dama Guiomar: tu sabes lo que es eso,
Y cuanto duele que se rompa el lirio.
239
Y la otra ms lejos
Viaje al mundo sonriente de la fbula
Rizos al viento, relicario de oro,
Un cisne y una IJarca.
(Perdida)
(Perdida)
Encuentro
La Ultima Muerte
Olor de manzanillas curativas.
Se me acab 'la muerte
Que cultiv hasta ahora
La muerte de romance o de leyenda,
Trnsito de cinema en alba y sombra.
Deslumbramiento de pelcula.
Curiosi~ad gustosa.
240
241
Ro~a
de los Vientos)
Quietud
Calle sombreada de sauces
Y azul de jacarand.
Todas los ruidos del mundo
En ella se dormirn.
Y el sueo ser azul como
Los Pinos
Y o digo pinos! y siento
Que se me aclara el alma.
Y o digo pinos! y en mis odos
Rumorea la selva.
Y o digo pinos! y por mis labios pasa
La frescura de las fuentes salvajes.
Pinos, pinos, pinos! Y con los ojos cerrados,
V ea 'la hilacha verde de los ramajes profundos,
Que recortan el sol en obleas desigll;ales
Y lo arrojan, como puados de lenteuelas.
A los caminos que bordean.
Y o digo pinos! y me veo morena,
Quinceabrilea.
Bajo uno que era amplio como una casa,
Donde una tarde alguien puso en mi boca,
243
La sed
Tu beso fue en mis labios
De un dulzor refrescante.
Sensacin de agua viva y moras negras
Me dio tu boca amante.
Cansada me acost sobre los pastos
Con tu brazo tendido, por 'llpoyo.
Y me cay tu beso entre 'los labios,
Como un fruto maduro de la selva
O un lavado guijarro del arroyo.
Tengo sed otra vez, amado mo.
Dame tu beso fresco tal como una
piedrezuela del ro!
(Raz Salvaje)
El Sendero Nuevo
Este sendero verde tan poco hollado,
Este sendero verde qu bien me hace!
Es un sendero nii'o, nuevo y risueo,
Sin la historia doliente de tantos rastros.
244
La Calle "Asilo"
Este barrio mio solitario y blando
De pasto y silencio . ..
Por sus cgatro lados se desliza el ruido.
Ms no lo penetra.
Es como un iejecito sordo y melanclico.
Algo somnoliento.
Que con las manucas sobre las rodillas
Se ha quedado quieto
i\llirando hac'a arriba.
Y poquito a poco me ha ido contagiando
Su melancolia.
(Raz Salvaje)
245
El Vendedor de Naranjas
Mucliachuelo de brazos cetrinos
Que vas con tu cesta.
Rebosando naranjas pulidas
De un caliente color ambarino;
Muchachuelo que fuiste a las chacras
Y a los rboles amplios trepaste
Como yo me trepaba cuando era
U na libre chicuela salvaje;
V en ac muchachue'lo; yo anso
Que me vuelques tu cesta en la falda.
Pide el precio ms alto que quieras.
Ah, qu bueno el olor a naranjas!
A mi pueblo distante y tnanquilo,
Naranjales t,an prtetos rodean,
Que en Agosto semeja de oro
Y en Diciembre de azahares blanquea.
La Hora
Tmame ahora que an es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la niano.
La Tarde
He bebido del chorro cndido de la fuente.
Traigo los labios fresco~ y la cara mojada.
Mi boca hoy tiene toda la estupenda dulzura
De ur'.a rosa jugosa, nueva y recin cortada.
Implacable
Y te di el olor
De todas mis dalias y nardos en flor.
Y te di el tesoro
De las hondas minas de mis sueos de oro.
Y te di la miel.
Del panal moreno que finge mi piel.
Y todo te di!
Y como una fuente generosa y viva pana tu alma fu.
Y t, dios de piedra
Entre cuyas manos ni la yedra medra;
Y t, dios de hierro
Ante cuyas plantas vel como un perro.
248
Camino de la Cita
Es alegre el camino bajo 'las ramas
Flexibles y doradas de las retamas,
De tal modo floridas que es el sendero,
Para los verdes prados, un pebetero.
Las glotonas abejas viven de fiesta
Bajo la joya viva de la floresta.
Qu buen mago en el valle puli el tesoro
De estas tan opulentas retamas de oro?
Traigo las trenzas llenas de las fragantes
Lluvias de Zas corolas. Cuando mi amante
Pose en ellas los labios, llevar en ellos
El perfume la retama, de mis cabellos,
Como un dlma aromosa, radiante y loca,
Que el sabor de la cita pondr en su boca.
(Las Lenguas de Diamante)
249
!
f
250
251
252
253
r un
Opera
El violn,
Luna muerta en el jardn.
- El corazn y el iazmn.
Y el terciopelo sin fin
para el vidln.
Mi suspiro:
- Te miro desde lo hondo.
Desde mi sangre te miro.
Ah, Tenor de mi suspiro!
Oantar de aire r de carne.
El aire se agarra al aire;
Y yo me agarro a mi carne,
con este dolor de ausencia
que se me sale de madre,
por la carne,
por el aire.
255
Violoncelo y violoncelo.
Piaros a ras de tierra.
Lgrimas 'O ,ras de cielo.
Magnolia de mi pauelo.
Secreto de mi consuelo.
Qu verdad tan verdadera
la tuya de tierra y cielo,
violoncelo!
Espuma
Ligerito me voy,
que espwr!a soy . ..
toda me doy.
Ni para ti.
Ni para m.
La noche ardiente del rub.
Que l y que ella.
Que ella y que l.
Estrella
y laurel.
256
17
257
Ebria, la danza
de Amor, muri.
En Id esperanza
cquin se durmi?
Ni t.
Ni yo.
r un hombrecito dentro.
Y o estaba en el infierno
cuando te fuiste,
Y andaba triste, triste . ..
Todo vino a deshora.
dnde. la guardo?
.
Vino lenta la Muerte.
De rJejos vino.
Llen de olvidos blancos
el mal camino.
(T ests jugando al Angel
con tu asesino)
Todo a deshora .. .
Y qu hago, Max, ahora
con tu locomotora?
258
259
Oficio de Tinieblas
(a Patrice de 'la Tour Du Pin)
Subiendo el ro inmvil de mi profunda sangre detenida,
un toro, enorme y triste, de be'lfo azul y testa anochecida,
rompe el tiempo de mis venas, enderezando a muerte. el
[ pensamwnto.
El alma en duenneve/Ja clava en los duros cielos su amapola
y en tanto un mar sin peces trasiega madreperl0; y cara_cola,
entrega el sueo oscuro sus lentos bueyes de cenzza al vzento
Por qu anchura de olvidos 'avanza esta presencia desvelada,
labrando a hierro y sombras en la terrible prpu_ra cansada?
cQu busca entre mis sangres este trer_:z.en~o toro szn. memorza?
261
260
"Columbarium"
Cu~rpo
11
Alma
Cenizas
Mirabile dictu."
1
Cuerpo
A la llama! A la llama!
Cuerpo a golpes de sombra.
Al gozo de la llama,
perftl, fecha, palabra,
y cifra y hueso y lgrima!
Distancias ilimantadas.
Lejanas vencidas,
fijando en permanencias
tu quietud fugitiva.
Qu fina incandescencia!
cQu alta espada flamgera
rompe en claros futuros
tus porcelanas gneas?
Cariia pavorosa.
Pavorosa ternura.
Alma
Complicidd.d del ala,
del .trino y de la rosa.
Vertical a la estrella
lo ascendente, la alondra.
Cmo sube en la tarde
tu pura nieve, alma!
. . .. Acoddos al aire
d:.ez ngeles perfectos.
111
Cenizas
Qu quieto el pensamiento!
Qu escol1Jiiido el vocablo!
Qu vacacin romntica
de la frente y del labio!
263
suspiroso,
la sombra de un colibr.
Qu bien, qu bien que me muera,
si muero lejos de ti!
(Camposecreto)
:r :rla
Canto de Amor
Carlos Rodriguez Pintos levanta las
veinte Octavas Reales de este Canto de
Amor en homenaje a la cridtura ms
clara :r de ms altas transparencias que
'le ha sido dado hallar sobre la tierra.
en Montevideo, 1944
A SIMONE MI MUJER, MI DULCE
LUNA DE FRANCIA.
"Ni tengo ya otro oficio,
que ya slo en amar es mi ejercicio.''
Juan de /;a Cruz
Por escuchar mi levantado canto
abre su noche azu.l mi sangre antigua.
Y.a el nio '(lquel que fui, su oscuro llanto
en silenciosas fueiztes apacigua.
Consume en sed futura su quebranto
.
el que he de. alzar un dia sombra exigua.
Despierto, el Tiempo hiere mi costado
por escuchar mi canto levantado.
Sobre un cristal de fatigada bruma
ensaya el sueo su presencia leve.
Un trigo de cadveres rezuma
del encendido pecho al labio breve.
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268
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273
tares- una escrupUlosa produccin de poesa innecesaria. Nosotros no somos quienes para imputar ese cargo
a de Castro, que ha trabajado tanto.
Creemos que -al margen de los perfectos- l ha
preferido la vida como es, la amistad; con un poco de
.l?cura, .Y algo ms d.e vino en ella, As, sencillamente,
SI no siempre en artista, en artesano, del mismo modo
que por las tardes, se entrega a sus trabajos de encuadernacin en cuero.
Por eso, cuando algunos de sus ntimos, como por
ejemplo Artigas Milans Martnez escribe que "Meridin" ubica a su autor "entre los mejores poetas del
habla espaola", (Alfar N 9 87), de Castro no lo dudis, ve perfectamente claro al nubfero am'igo y brindo una vez ms, aunque sea solo, para que no se extinga la fraternidad sobre la tierra.
Obras: Estancias Espirituales (1919); Lmpara
(1938); Meridin (1946); Retorno (1951); Hernandarias (1946); Antologa (1953); Pastoral Melanclica
(1954); Festival y Transfiguracin de Helena (1957)
Laurel Sangriento (1961); El Nuevo Encantador (1961):
Metafsica del Vino (1963).
'
274
275
Novela
Temprana mi orfandad!. . . Cunta ternura,
guard mddroso en contenido cauce,
por donde vuelca signos de amargura,
el pendn melanclico del sauce.
Tuve a la vida por madrastra y era
nilez r adolescencia desvalida;
corazn sin refug.'o en primavera,
y alma creciendo suave y aterid!a
Apoteosis Ganadera
Sobre un gregario trote 'de potrancas,
rasg el primer relincho la llanura;
relmpago de potros que inaugura,
el pber terciopelo de las ancas.
De berrendo testuz e.l cuerno de oro,
remarca el horizonte y prepondera,
mug:endo sus nostalgias de pradera
en su quietud monumental, el toro.
Por verde campo y
en rtmico galope y
va la tropilla de los
como crdena nube
desgrelada sierra,
ademanes
alazanes,
a ras de tierra.
Labor
Y o he devastado mrs campos
oh muerte/ sabiendo de antemano
cudl es fa obra que ms te place.
Cuando vengas,
no encontrars montaas
que derribar, ni zarza fiera
en mis caminos
ni sierpe escondida entre las breas.
Porque to'do lo habr allanado
y slo me bastar esperarte.
(Lmpara)
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de esta esperanza ma
que ya no espera nada.
Todo te forma puente y tu no vienes.
Todo canta tu nombre y no respondes.
Accin de Gracias
A Sulam:ta y Stella
Maris en Mara Eugenia
Otro dia termina en 'la paz del hogar
Hemos gustado el pan, hemos partido el vzno,
el a/re del lucero todava divino
r un timo horizonte, detenido, de mar.
Nos une el tibio cono de la luz familiar
y mucho ms la rosa o tal vez el espino;
canto que est en vosotras y yo slo adivino
en sonrisas, m_. radas, tiempo de recordar.
No me debis fatigas, si perdonis la ausencia
en que a veces os dejo, desterrado en el cielo;
si vuelvo a la ternura, vaso de mi consuelo,
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Mi Casa
Campo
a Jorge Luis Borges
Yo Quera un Corazn
Y o quera un coilazn
que fuera sin emocin
Y o quera un corazn
exclusivamente mio.
Que no tuviera ms placer
ni ms amor, ni ms dolor
que un fruto en esto.
(La Casa Iluminada)
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el vzeo se derrumb.
El puente viejo se ha hundido,
haciendo el nuevo ya estn:
Amor por el 'puente nuevo
has .de venirme a buscar.
La vieja madera cruje,
la msica de la sierra
convierte en polvo de olvido
'las huellas de tantos pasos . ..
Pasa el ro por debajo,
cantando las horas va,
(cunto tiempo, viejo ro,
cunto tiempo rodars?
Ya no ser de mmdera
de hierro y piedra ser.
Amor, en el puente nuevo
nos tenemos que encontrar!
(Msica y Acero)
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Un Grupo
Un hombre tosco y fuerte lleva una carretilla
y, sobre ella, un balde. Cruje, jadea y marcha la
rueda giradora. . . Quin sabe a dnde va por la
desierta caNe.
Lo sigo con los ojos . ..
La calle es larga, larga
y; all donde termino, l se ha transfigurado, lo mismo que la rueda y
lo m 'smo que e'l balde:
El es un ngel; brilla.
La rueqa, un viejo smbolo.
El balde, un vaso trmulo, con quin sabe qu
ofrenda, an no florecida . ..
Desbordando la Forma
En un rincn de la noche,
acurrucados en casa
estn
la sombra, el olvido.
y tres plantas.
. .. Les llega un folgar de 'luna
que es sollozo y que es recuerdo . ..
... Les mece un soplo lejano,
dulce y triste,
su'ave y trmulo . ..
. .. Susurra un canto,
oh, qu dulce! . ..
Lo Inaudito
En aqulla dulce t-arde que se inclinaba suavemente entre azulados bardes; que se inclinaba extraq
amente . .. ay!, casi tristemente . .. (e era la tarde o
yo que me inclinaba entre sus ondas? . .. )
yo quise saber algo sin poder explicarme qu cosa
nw asombraba -ni qu tena yo que preguntar~
incl'nada al abismo.
Un niito andrajoso, descalzo, que pas por 1ni
lado, fue quien me lo explic, pero tan vagamente
conw un nuevo misterio.
Llevaba una botella, con vino, bajo el brazo, para su padre.
Al pasar me n2ir, me mir sonriendo . ..
298
El Cometa Halley
'
El Bichito de luz
Un
Queta,
tus ngeles volaron . ..
y no s con qu ritmos, con qu danzas,
con qu giros celestes te llevaron . ..
ni dnde ests.
V a buscando el camino . ..
Como mi Sombra .. .
Como mi A</ma! . . .
L. P. B.
300
El Misterio de la Hortensia
eQuin me mira?
Dios mio,
a travs de los- ptalos sonrosados o lilas
de la Hortensia?
Siempre,
siempre que esta dulce flor
aparece a mis ojos,
hay un estremecimiento en mi Alma
y hasta mi corazn,
tiembla suavemente por un recuerdo que desconoce.
(" . )
... Pero qu dulce misterio . ..
Y qu acontecimiento tan celeste y tan serio
para mi alma,
mi Dios! ...
301
Msica de Otoo
El tristsimo grito del benteveo
pinch la tarde
y, suave1nente . ..
se perdi en quien sabe qu onda compasiva
del aire.
El viento
se escondi entre los rboles.
Hubo una lluvia de hojas secas cayendo despacito . ..
como nieve amarilla . ..
como nieve ...
De pronto,
el viento tuvo un revoloteo trgico
en el frenes de una extrma danza . ..
. . . a cuya msica . ..
obedecieron los cabc!llos de polvo idel camino, que
despertando de su sueo sin forma . ..
se levantaron
-"alados y enloquecidas- y corrieron . ..
volaron hac:a un "all" misteriOso! . ..
Las hojas de los rboles ya no cayeron
como antes
en lluvia plcida,
si no que, torturados de pronto por la terrible msica
del viento,
ellas tambin danzaron furiosamente . ..
confusamente . ..
al comps de1l tremendo ritmo .
. . . . . . . . . . . . . . . ' ...... - ......... ' ...... .
Temblando,
yo me mir las manos
para convencerme de que estaban todaVa
302
303
(1901-1959)
He aqu un aviso de "La Cruz del Sur" en 1927:
Radiador
Diferencial
Carburador
Rueda de auxilio
5 -
Caja de herramientas
20
305
un vaco sino hacerlo, -su empresa consista en loca.lizar dicha cavidad dentro de tanto crneo artstico y
poltico reputado en su poca- su exploracin fue
de una ojeada general y precisiones mnimas. Por ejemplo, es evidentemente de su pluma aunque no est
firmado, un breve. artculo de "Cartel" N<? 1 encabez-ado por el estudioso ttulos 1'J ornadas del Ateneo".
Y en su comienzo dice: "No debemos dejar correr por
ms tiempo esa odiosa mana de achacar al Ateneo
(costado norte de la plaza _Lib0rt.ad, partida) una inutilidad perfecta o poco menos".
"No ha faltado el lenguaraz que ha dicho a todos
los vientos que el edificio del Ateneo slo sirve para
_que -cuatro viejos locos vayan a leer los diarios despus de comer, y para que corran pencas las cucarachas- en sus ztanos" _ ( ... ) . Como se ve, sus indivi'dualizaciones no -van -ms all de las del lugar.
. Se ha dicho que Alfredo Mario Ferreiro era un sentimental. Y. lo era, en verdad. Y bien a la manera rioplatense, con una proclividad al desaliento, al tedio y
a la amargura. (Vase nuestra seleccin).
Creemos que,' ms que nadie, l necesitaba de su
humorismo, para darse nimo, verse libre del peso de
lo cotidiano, y flotar :un poco, con una ocurrencia o un
golpe de ingenio, en la ilusin de que el mundo es
mS nu-estro, si tenemos _la fuerza suficiente para poner
Un poco patas arriba todas las cosas.
Obreys: -"El Hombre que se comi un Autobs" (1927);
"Se --n~ega no dar la Mano" (1930).
Poda de Arboles
Qu grotesco aquel hombre
disfrazado de pjaro!
Pero a m no me engaa.
Lo vi_ e~ta maana
al salir de casa,
trepado en las ramas
de los arbolitos
de mi calle. EstalJa
poda que te poda.
Serrucho y tijeras.
Pobrecitas ramas.!
eaan
derrumbadas'
y el sol las velaba
con su amarillenta
luz de candelabro.
:ao6
307
Yo Digo lo mo
Yo digo lo mo
y poco me importa
que otros digan lo de ellos.
El Puente
El puente es un atleta:
de un vigoroso salto
cruza el arroyo manso
con el camino a cuestas.
Dos rboles pacficos
cuchichean la hazaa;
entre. tanto, las traviesas
marg.aTitas ren d8 la p~oeza.
(El hombre que se comi un autobs)
311
da una esencia sutilisima -para nosotros ms perfume que msica- y nos parece entonces gran poesa.
312
313
314
315
Ya no se Quiebra el da
1
Y a no se quiebra el da
Ahora que mis manos son firmes
Como tus caminos,
Y claro como la luna sobre el mar
Mi destino ...
-Entero y perfecto como un fruto
El da ...
Y no 'lo acorta tu ansiedad de siega
Ni lo alarga mi llanto . ..
El pasa sobre el secreto del tiempo
Cantando ...
~Agil
(Libro de la Soledad)
(Los Cielos)
Llegar tu silencio!
Ya mi odo
N o se indlina a los das ni a las noches
Y a la ltima esperanza se me borra en tu cielo . ..
Llegar tu silencio!
Mi alma sabe que un dra
T hars suave mi sueo . ..
(Libro de la Soledad)
316
El Alba te Anuncia
IX
El alba te anuncia
Con su niebla gris de seda . ..
La noche te anuncia
A fa hora en que tu sueo me espera . ..
Y o s que no te vas nunca
Y que nunca llegas . ..
(Los Cielos)
317
XIII
Huyes de mis manos,
Forma del vaso sencillo y seguro:
-Pero desde el sueo te canto
, como si t tambin fueras sueo!
Las Nubes
No he de perderme oh Nubes! desde el paso de nubes
hasta el roco brillante, el mar o la l'lovizna!
Mis ojos siguen la cadencia extraa
de nubes sobre el cielo;
el temblor en la hierba,
las llanuras serenas y las grVndes montaas
del Mar . .. La niebla fina . ..
Toda la sinfona luminosa del agua
que en las violentas lluvias
de los trpicos canta;
y all arriba
su alta fuente ceida!
Dialoga este gran paso de majestuosas nubes
con las sombras viajeras
IIl
Los Libros
1
Antes que se apacige el medioda,
antes que el ,pie se acerque
al suelo en que despiertan
tulipanes sombros,
qu~ero cantar los !libros!
Qu ramaje recndito
1necido en ancha sombra
de silencio o de cantos!
y la tarde .concierta
sobre ceidas pginas
-mano y olvido, flor entre las floresla luz jams herida
de sus eternas lmparas tranquilas!
(Concierto de Amor)
En el Ultimo da de la Esperanza
En el ltimo da de 1/a esperanza . . .
en la lttma maana del cielo . . .
yo estar extraamente tranquila
sin que golpee mis sienes, vivaz,
el miedo ...
Se habr dormido ya esta angustia
que hace que mis mejillas palidezcan . ..
Llegar con una paz triste
como la del campo crepuscular
o 'la del mar sin fiesta de barcas
y sin tormenta.
Llegar con una paz triste . ..
el corazn ancho como la puerta del cielo!
(Cancin de Esther de Cceres)
Y es un jardn tr.anquilo
llamndome!
-Las pginas, flores serenas
por donde el viento no pasa;
en un rincn ceidas castamente/
Y es un gran lago vivo
por ojos de mil seres navegando
llamndome!
-Espejo que la Muerte
con su tiempo sin luces no ha empa.ado . ..
ni quiebra en dura grieta
ni- Vence en sue1os vagos!
320
321
21
Pasa el Viento
Vida muerta, ~Mw:;rte viva
-crece la voz con el vientoViene de la Muerte el viento?
Cristo muerto, Cristo vivo,
mar y 'ramaje en tormento. , .
Viene de la Muerte el viento?
Rincn de cantos, la noche . . .
Muere el dia, vive el dia . . .
La Muerte y. 'la Y ida encie;1den
la misma luz en la noche
y la apaga el mismo viento.
Mar y ramaje en tormento ...
0Viene de la Muerte el viento?
Rincn de sueos, la noche . ..
-El, va cruzando desiertos.
Viene de la Vida el sueo?
Viene de la Muerte el sueo?El pasa por el desierto;
vive y muere- y es Su canto
ltz eternidad del desierto.
Duda de~ Amor en tormento ...
-Viene de la Muerte el viento?
Mar sosegado y .tormento,
rincn de carztos~_ el sueo . ..
Llega tu sueo en el viento,
Muerte y. Vida, flor de vida
nica flor del desierto!
Mi amor te busca; arde el, viento,
arde el bosque, 'arde el desierto,
arden todos los tormentos . ..
Mar inmortal y desierto
.
nico mar y desierto
, s.ueo de la- vidi~ suePo:
c:Viene cOn tu sueo el viento?
(Cruz y Extasis de 'la Pasin)
322
Canto Desierto
Soy yo quien levanta este puente vivo y firme
entre tu alma r mi alma.
Soy yo la que levanta este aire :de los sueos
con mi Canto.
Soy yo quien puede contemplar nuestras imgenes,
tomarlas amorosamente en manos puras
darlas al gran desierto.
-oh vaso y embriaguez, en vuelco sbito!~
Soy yo, s; la que puede crear este sueo y este canto
y el fuego solitario . ..
Soy, yo, s: pero a veces nos contemplo en la lejlana imagen
a travs de las lgrimas,
y ya est sola mi cara cubiert,a por dos manos vacas.,
y ya est sola mi alma!
(Espejo sin Muerte)
1
325
326
327
Ya me Duermo
Este zapato tiene sueo
este zapato viejo
que hace un ao era cabra
con pezuas y cuernos.
(Duerme, zapato,
duerme zapato, abierto,
que conoce las calles
tan bien como mis nervios!)
Este abrigo tiene sueo,
este abrigo negro
que hace un tiempo fu cabra
de los Pirineos.
(Duerme, abrigo,
duerme abrigo viejo,
lacio y doblado
sauce de cementerio!)
Este guante tiene sueo,
'
este guante seco
que hace tiempo fu cabra
retozando en el viento.
(Duerme, guante,
duerme, guante desp.arejo,
muleta sin pierna,
vanidad sin cuello . .. )
Cuntos vientos furiosos
cuntos soles hambrientos
cuntos riscos pe!Jados,
cuntos valles ednicos
rizaron esta lana,
mordieron este pelo,
subieron estas patas,
'llamaron a estos muertos!
328
329
En la Cocina Ahumada
Quin no conozca el duende
de la cocina ahumada,
no sabe de los Grandes Lagos
ni de los barcos de dos proas.
330.
Calles
Mi calle es calle de muertos
como es la tuya, seor
que p.asas lucio y tranquilo
bajo el sol.
Mi calle es calle de muertos
como todas caNes son.
Y o tuve abuelo gallego;
compostelno; toz~tdo,
despacioso, refranero,
altivo y rudo.
332
y de amor.
Son muerto, y estn en m:
como ellos soy!
fJe;~dem:~6,f;~7~~toche,
333
El Hombre
El hombre pas tres veces!
Playa medrosa en la noche;
sombra en la arena volcada
como mare,a sin voces.
(La nav'aia del pampero
rasura barbas de cobre).
La voz del mar est en fa;
y la voz de la tormenta
tiene el color del azufre
dll, entre las nubes negras.
El hombre pas tres veces
cerca de las rotas verdes!
El hombre rubio y /iarbado
encogido baio el viento
como un perro bajo el ltigo.
334
La cabeza al revs . ..
Cae /.a hoja ,del diario como lengua rgida
que nada tenga ya que decir,
El diario se ha ahorrcado en la cucerda del tiempo
pero est muerto y vivo como un fakir.
Y an as muerto, an as dl revs
habla cuando ro quiero. y me pongo a leer;
conflictos, gureras, notas. . . Slo un surco sembrado:
naci un nio, ayer . ...
La cabeza al revs ..
A travs de los ojos sin alma
yo saco una antigua historia con m1: red.
A travs de los ojos sin alma
de la cabeza en el papel.
(Dos)
La Cabeza al Revs
Un vago olvido de s mismo
baila desnudo, en el filo
de un solo gatuno.
lo dems no s.
336
22
No traa,
ms que la noche y el da.
Nada ms.
Mascarn de Proa
El hombre que ah te puso, cabeza de. madera,
te coloc6 las alas blancas de su quimera.
El quiso que trajeras, en tus ojos convexos,
(ojos par.a cilgn cuerpo sin mcula de sexos)
algn nuevo paisaje que estaba ms all.
Mas
tus crenchas siempre quietas,
ni sacudieron vientos, ni despeinaron grises
alas de albatros:
a tus odos sordos
no alcanz6 la sirena de los mares de Ulises.
A tus dos labios quietos,
(nunca ms que dos labios que pudieron ser cuatro!)
no se allz6 el vaso lleno de vino de los puertos.
Tu cuerpo estaba muerto, como tus ojos muertos!
Muerto, cado cerca de c!laras linfas
que, en cariciosas horas lamieron tus races
en un prado de Grecia.
Tu cuerpo est c.ado y era de estirpe recia!
Fue colonia de nidos; fue sombra de los mayos
propicia a los desmayos
lbricos de las ninfas.
Arbol que estaba anclado, pero que vio caminos
ab:ertos en la escala dorada de los trinos.
Arbol que estaba anclado, pero que anduvo lejos
con las alas de oro de sus hojas de Octubre.
Para
siempre eran nuevos los crepsculos viejos;
nuevos, como la ubre
eterna, que resuma la leche de los cielos
ez
Ahora,
,ah est la cabeza avanzando en la proa
entrando y enzergiendo de las amargas olas.
Parece que av'anzara. Y en verdad est quieta.
Los hombres de la nave la mantienen sujeta
r si anda la cabeza es que quieren los remos.
Habemos
as almas como t, mascarn de la proa.
Alrnas que fuimos rbo'l: hojas, sombras y trinos.
Nos hacharon las manos que labran los destinos
nos at,aron a un barco, sordas, ciegas y mudas. , ~
El barco anda en las aguas ms dulces o ms rudas.
Nosotros no sabemos.
Parece que avanzamos . ..
Y es que avanzan los remos!
(Viejo Reloj de Cuco)
Campo
Hay un charco entre los pastos
como un ojo abandonado
al que tie el cielo gris
de una tristeza de ocaso.
Pastos sucios, pastos altos
que van a lamer los troncos
de aquella hilera de lamos.
1
U na llovizna comienza
un leif-motiv sobre el charco
Parece que de la tierra
fuera 1nanando cansancio
y la llovizna viniera
de muy lejos, de otros aos
de alguna tarde distante,
cuando er,an chicos los !iZamos.
341
Y en el camino! distante
se va rwnbo hacia el ocaso,
un hombre con un silb:do
largo . ..
Campo.
(Viejo Reloj de Cuco)
Nocturno de la Moza
Estaba la linda moza . .
La 1noza estaba sentada
frente al tranquilo silencio
de casi la madrugada.
El mo estaba en Acuario.
Noche de San Bonifacio.
--"Qu tiempo! Qu lindo tiempo
-suspir'ab,a la muchachapara vestirme de fiesta
para z:rme lejos, de casal
342
Santa Luca
luntano
qunta malincuni.a . ..
Temblando esconde la moza
toda la ropa de seda.
Temlilando apaga la luz;
temblando se acuesta a tientas!
La mujer desmelenada
se fue abandonando al viento!
La madre abra su libro
de magia negra, tan viejo
El viento la sacuda
r la llev mar adentro
(espiga de la canalla)
r la dej en otro puerto.
Todos rozaron su oro
Los espejos
fueron mostrando el desierto:
344
(Dos)
345
346
Juana de Ibarbouru y Amrica Castro, que le han prOlogado libros encuentran no se sabe bien qu influjo de
Oriente en esta poesa. Para nosotros -vaguedad por vaguedad~ resultara ,ms prxima_ una influencia germnica, por va Heine o Bcquer; en tono, en ritmo, en aire
vago, Mas la- verdad del-caso es que Sarah Bollo no p'resenta, a nuestlo ver, ninguna influencia claramente reconocible.
Enfrente de las poetisas carnales ella ha elegido el
mundo de l'espiritualidacl; J~ ele este mundo, las fronteras
en que son gustados, en estado de misterio punzante y
furtivo, esos sentimientos de los que ya hemos hablado:
la esperanza, el anhelo ensoativo, la soledad,
Podemos rechazar esta poesa por considerarla, en exceso, vaga; pero si. somos capaces de gustarla nos daremos cuenta que esa vaguedad es su elemento esencial;
aqul que le confiere una eficacia sugeridora comparable a un dejo o a una atmsfera. Sirva de ejemplo la
"Balada de l Lucirnaga". Con lo que hemos dicho
tenemos miedo de haber inducido al lector que no conoce esta obra, a la idea de hallarse frente a una poesia
"suave". Es precisamente lo ardiente y lo intenso que,
declar'ado o balbuceante, est presente aqu. Cuando
Sarah Bollo canta a la muerte de su padre en "Ciprs
de Prpura", a la muerte de su madre en "Espirituales", o bien a la de una nia, Luca Fischeri o a la
de un joven marino, Jorge Bidegain cado en cumplimiento del deber en la tragedia del "Banco Ingls",
logra versos de un patetismo profundo que son a la
vez, __ ejemplos de plenitud y sntesis.
'
Po1' aciertos de esta naturaleza es, a nueStro ver, la
manera usitda en sus ltimOs libros la que ms le
conviene: la esbufa breve en un-poema no muy largo.
A nuestro requerimiento, nos ha enviado- .el siguiente pensamiento como divisa de su labor potica: "La
Poesa es la expresin esttica y reveladora del mundo visible e invisible, al travs del espritu y del uni.
verso".
La seleccin que nos envi<irn a nuestro ruego para
esta Antologa, slo coincide en dos o ttes casos con la
que seguidamente presentumos.
.Obrus: Dilogos de las Luces Perdidas (1927); Los
Nocturnos del Fuego (1931); Las Voces Ancladas
(1 933); Regreso ( 1934); Baladas del Corazn Cercano
(1935); Ciprs de Pqmra (1944);' Ariel prisionero Ariel libertado ( 1948); Antologa Potica (194<8); Espirtuales (1963); Tierra y Cielo (1964); Diana Transfigurada (1964).
347
Elega de la Hiedra
Nocturno de la Soledad
Holocausto
Con las manos 'alzadas te invoco.
Te doy
la ceniza de mi hora deshecha;
el rojo fruto de mi trabajo de hoy;
el suave mrmol de la flor perfecta;
el puente del rayo de luz que nos une;
la 'llama azul de mi oscuro dolor;
mis cabellos de oro;
mi juventud.
Todo te lo doy
por un solo momento de dicha,
por sonrer
sin que Jne miren tus pensativos ojos,
desde la noche de mi 'alma errante,
oh, mi desconocido Dios/
(Los Nocturnos del Fuego)
348
Soledad, soledad'
,
.
Y o {r la piedrezuela del recuerdo di rzo de la vzda.
Y o tambin tir
los follajes claros de los sueos
antes que las gacelas del otoo los arrebataran.
SOledad, soledad ...
Mi dolor ya no era mo;
como un astro,
derram su abrasada cabellera de oro y sombra
sobre el mundo
donde cada ser cultiva su viedo
de desesperanza.
Mi dolor ya no era mo.
E1~a de todos los que aman.
En la noche solitaria y honda
yo lo recog.
Hoy lo miro
reclinado sobre mi hombro,
l mi hermano hasta la muerte.
Y 'o, su hermana.
Soledad, soledad!
Y o tir la piedrezuela del recuerdo 'al ro de la vida.
Mi do!Jor ya no era mio.
Ahora nunca, nunca ms se perder.
(Los Nocturnos del Fuego)
Elega de la Hiedra
Nocturno de la Soledad
Holocausto
Con las manos alzadas te invoco.
Te doy
la ceniza de mi hora deshecha;
el rojo fruto de mi trabajo de hoy;
el suave mrmol de la flor perfecta;
el puente del rayo de luz que nos une;
la .'llama azul de mi oscuro dolor;
mis cabellos de oro;
mi juventud.
Todo te lo doy
por un solo momento de dicha,
por sonrer
sin que me miren tus pensativos ojos,
desde la noche de mi 'alma errante,
oh, mi desconocido Dios!
(Los Nocturnos del Fuego)
348
Soledad, soledad!
Y o t.'r la piedrezuela del recuerdo al ro de la vida.
Y o tambin tir
los follajes claros de los sueos
antes que las gacelas del otoo los arrebataran.
Soledad, soledad . ..
Mi dolor ya no era mo;
como un astro,
derram su abrasada cabellera de oro y sombra
sobre el mundo
donde cada ser cultiva su viedo
de desesperanza.
Mi dolor ya no era mo.
Era de todos los que aman.
En la noche solitaria y honda
yo lo recog.
Hoy lo miro
reclinado sobre mi hombro,
l, mi hennano hasta la muerte.
Y o, su hermana.
S oledad, soledad!
Y o tir la piedrezue 1a del recuerdo 'al ro de la vida.
Mi do'lor ya no era mo.
Ahora nunca, nunca ms se perder.
(Los Noctrnos del Fuego)
Balada de la Lucirnaga
Prende tu peque1ia lmpara,
Lucirnaga,
prende tu pequeia lmpara
sobre nzi lbrega puerta.
Soy un alma abandonada . ..
Lucirnaga,
soy un dlma abandonada
en la tenebrosa selva.
Hebra de luna perdida!
Lucirnaga,
hebra de luna, perdida
por la nocturna hilandera;
prende tu pequeia lmpara
sobre mi lbrega puerta.
(Dilogos de las luces perdidas)
350
Ausencia de la Luna
1
la . sensacin de un peligro;
rne acompailaba el recuerdo
clavado como un cuchillo;
17W acomp'aaba la im.agen
de un anwr ahora perdido,
hundido en el cora.zn
como en el surco est el trigo.
3
Cielo)
351
Cancin de lo Esperado
Canto misterioso
brota del suelo.
N_o oigo sus palabras,
szento su vuelo.
Vivo de lo presentido,
lo que algn da ser.
4
Sueo que padezco,
Tocan el cielo
pero de su anhelo
no soy el dueo.
(Tierra y Cielo)
Deseada Muerte
IV
muerte, no sereno;
acgeme piadosa,
acgeme, te ruego.
En roco de llanto
ardiendo mi destino
V ay sola en la vida
hacia la muerte;
fuente escondida.
'353
(Ciprrs de Prpura)
Balada de la Transfiguracin
Callada noche perdida;
tu rostro junto a mi rostro;
noche de .Za pena mia;
tu dulzur'a es mi reposo.
Amor vigilado y puro;
no sabe si es miel o bronce;
ensueo de soledad;
aire fino de reproches.
355
Ejercicio de esperanza;
todo t libre de sombras;
vida con vida, sigu~endo
el cauce de la memoria.
El Encuentro
Lo perdido estJ perdido
y no se vuelve a encontrar.
As dicen muchos, pero
palabras son, nada ms.
Te perdiste en los caminos
que v,an del aqu al all.
Te perdiste r sin embargo
en mi corazn ests.
A 1ll ests cofrw t eras,
victoriosa y sin disfraz;no muda, yerta, postrada,
con cenizas en la faz.
All ests con tu sonrisa,
con tu mirada de paz,
con tu callada dulzura,
con tu infinita piedad.
Cuando te pierdo de nuevo,
lo pasado al recordar;
entro en mi alma r te hallo
donde siempre vivirs.
Lo perdido est perdido
y no se vuelve a encontrar.
Mentira. Tu voz me dice
en secreto la verdad.
Me esperas leos del mundo
r .all el encuentro ser.
Esta vida es el camino
que lleva a la eternidad.
Lo perdido en este mundo
de nuevo se nos dar.
La belleza va a la erra,
del limo nace el rosal.
(Espirituales)
358
360
361
Un Pjaro Blanco en la
Maana del Mar
En la soledad a.zul del cielo
nace el pjaro blanco.
Y juega su alegrra
en la. maana del mar!
Quiero esas caricias
de las dlas trmulas de victorias
para dejarlas en una siembra ardiente
sobre el cuerpo
de todas estas mujeres
que pasan
en una luz de frescura frutal!
Oh, cmo se llevan a mi juventud
ese blanco vagabundo del cielo
y estas mujeres del mar
que florecen carnes tmnblorosas de lejanas/
Suavidades de sueos
ha trado el pjaro blanco
junto a los ojos de horizontes vrgenes
de sombras nocturnas.
(Mi esperanza de hombre fuerte
busca las desnudeces de la maiiana
perdida en el abrazo de fuego
que el sol tiende en la playa).
1
Canto al Durazno
'Cmo tiemblo de' gozo
preciosa fruta madura
al abrir tu caja pura
que encierra
los ugos ms profundos
de la tierra!
Tu frescura spera y dulce
me da ganas de saltar,
rer, cantar y caminar.
h el riego de tus mieles potentes
afinan a mis nervios calientes/
~ue
de sabor vivo
entre mis labios trmulos de mieles/
(La trompeta de las voces a?egres)
Fu un nio salvaje
con el gozo puestO
en los hechizos de las ubres.
Leche pura y tibia
que me llenaste con el mpetu
de una sangre ardiente:
aqu tienes el saludo
de mi canto libre.
Tibia 'leche de cabras
sueltas en la pureza
de los campos vivos
con flores silvestres
y aromticas hierbas!
Por ti llevo en mi vida
la alegra de los montes
y la p_asin del sol.
Qu bien me has hecho
leche que yo absorb
de unos duros pezones
cordiales en su abundancia!
As,
con tus alegras
y con mi grito
voy saltando
todos 'los obstculos
del mundo
cual si fuera
un travieso cabrito . ..
(Las Trompetas de las Voces Alegres)
364
365
Qu
Terca Cancin
Ola que vas en el mar perdida
como sobre esta dura tierra
1narcha solitaria mi vida
con la terca cancin que el pecho encierra
en nacimiento y muerte confUndida.
366
Y despus ...
-oh amor con todos los carninoslibamos con los flancos custodiados:
('adis blancas velas rle los navios!)
por mares cercanos
y lejanas de voces nwrineras.
Suban paralelos nuestros cue:rpos
-races en vida y muerte- cOnfundidas-en fuga bajo la encendida .noche de los claveles
por caminos sin desiertos.
367
Ms tarde ...
hacia
amanecer la carne creci en rosas
r las abnas nacan! temblorosas
entre el rocio virgen del alba.
Caan las alas de fuego!
ez
Amanecer
Los gallos abrieron la nueva virginidad
de l;:;.' caminos
que bajo el ruido de las estrellas
se quedaron donnidos
en el silenc~o nocturno.
Y despus ...
otra vez en el aire la soledad de tu voz
frente a mi nueva soledad.
(Presencia de Cancin)
V ano Intento
En 'la noche
y en un ro de soledad,
intento acercarme a ti
oh, muerte!
que creces en m
como nica verdad.
Vano intento de acercamiento/
Vuelve la luz del da
y me aleja de tu eternidad.
(Presencia de Cancin)
ignorada simiente
Tan oculta y tan bella!
, .
.
(No Toda l Noche Cs de la Luna)
''368
369
1naduros
rd sol de los campos
y tus juegos aleteaban
entre los corderillos.
Fiestas azules
de los instintos limpios!
Un di a sentiste
el anhelo de un hiio
y 1ne lanzaste al 1nundo,
riendo
baio 'la luz de los rboles
temblorosos de frutos.
Al aire libre escuchaste
el fino latido naciente
de la risueia siJniente
que iba abriendo caricias
en tu carne,_ serena/
(La Trompeta de las Voces Alegres)
370
reproche. Pero nosotros podemos sentirlo como tal. Porque deseamos considerar la primera dificultad que
ofrece esta poesa. Quin que sea justo puede negar
a Clara Silva sinceridad, intensidad, y relmpagos
grandes veisos en sus fuegos sombros? Pero si decimos
que es una poesa intelectualizada a veces; previamente ambiciosa, en donde el tema y el vocablo son dictados
por una necesidad contempornea de la poesa, y nO
de su poesa, creemos que pecaramos de exagerados
y de injustos slo en el caso de generalizarlo para toda
la obra de esta autora.
Nosotros vemos ms timidez que vanidad en dicha
sumisin. Clara Silva es admirable cuando poetiza sobre algo concreto: el patio de dameros, voces de antiguas quintas, el cuerpo, Lzaro que vuelve de la muerte, las llamadas, el tango, etc. Pero tambin cuando
poetiza estados interiores intensos y concretos como se
muestran en algunos sonetos de '"Los Delirios". En
cambio. cuando el tema es ms general, sentimos que
se extiende en exceso, se hipertrofia; y la palabra se
descie.
Queremos ahora discutir "ese tremendo egocentrismo" que es al mismo tiempo "su fuerza", segn Idea
Vilario "Marcha" (NQ 778) en su comentario de '~Los
Delirios", (En realidad, puede haber tanto egocentrismo en aqul que se siente por encima de todo como en
aqul que se siente por debajo de teda. En el primer
caso se es verdugo y en el segundo, suicida).
No es lo que ocurre con Clara Silva. La preocupacin obsesiva de s en dicha obra es la del nufrago
o la de quien est a punto de ser martirizado. Lo que le
espanta es la crucifixin que se le exige, su muerte de
Glgota, para renacer en nueva criatura. Cosa sta
-"terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo"que ha sido !='.apaz de espantar a los santos. Y como
Clara Silva vive en este libro su ms grande agona
religiosa -llega hasta un lenguaje casi blasfematorio,
que no ignoruron por otla parte ni Job ni Jeremases natural que, falta de esa fe que r'esucita, se prenda
con sus dos manos a todo lo suyo que, al mismo tiempo,
quiere abandonar. Por lo tanto -y otra vez- su egocentrismo tiene para nosotros ms raz en el miedo
-aqu, espanto- que en su soberbia.
372
y nlal. A Isabel Gilbert le gusta por su riqueza imaginativa y potica un verso como ste: "un soborno de
hojas"; pero a Lber Falca, no. Para l no ensambla
en la lnea austera que el libro, en general, arquitectura y sostiene". (Asir N'1 18, al comentar Memoria
de la Nada").
Finalmente, Fryda Schultz de Mantovani (Ficcin
N 9 5) en agudo juicio sobre "Los Delirios" encuentra
"dejos barrocos" en "estos sonetos que parecen volver
de los infiernos", de los que suele surgir "un intento ele
angeologa diablica".
Pero nos deja profundamente pensativos cuando l'esumiendo esta bsqueda de Dios de Clara Silva dice:
"Tal bsqueda no sera verdadera si no cayese, en
nuestro tiempo y existencia, en la rebelda vital". Pero
cmo? Es condicin sine qua non de la modernidad
buscar a Dios en la rebelda, y no en la entrega, como
se ha hecho en todos los tiempos y sin la cual no ha
habido nunca alma ninguna capaz de hallarlo?
Obras: La Cabellera Oscura (1945); Memor'ia de la
Nadu (1948); Las Bodas (1960); Preludio Indiano y
otros poemas (1960); Guitarra en Sombra (1964).
o73
Alma en Pena
A la orilla de mi cuerpo
sentada
miro hacia atrs
pensando si todo ha sido
o si fu sin ser
noms.
Si fueron o no invenciones
Hoy somos
si nos oimos
est por verse mana
nwana
si ests despierto.
Pero quin pone su oido
entre la Tierra y el cielo
para saber si est vwo ..
(Guitarra en Sombra)
Guitarra en Sombra
De pie
febril inventada
por ruidos radios papeles
exzge cuerpos maanas ..
exige brazos
urgente
de sus noches
bocas puentes
entre ayer
y hoy casi atrs
la pareja que la ensancha
en sbanas abrazados
en horas
que son relojes
de arena
seis ctanpanadas
campanas sobre el cemento
campanas duras
376
cerradas
cwnpanas de nafta al viento
avisos timbres motores
cuidado que el roio pisa
el verde est de costado
ste es un asalto
quietos
nadie rnire para atrs
si mira, ay,
quin encuentra
lo que perdi sin llorar
un nmero para el suml.o
seores
hagan lugar
para esta guitarra en sombra
cantar de aquella ciudad
de madreselva y amor
de candor y de arrabal
ciudad que me va delante
ciudadana de su andar
cunto y nada
transcurriendo
entre su andar y mt andar.
(Guitarra en Sombra)
Las Llamadas
Ay, que vienen las llamadas
oscuras
de corazones
calienta negro la lonj,a
atiza el aire caliente
de braseros cor.no bocas
de hechizos que van subiendo
en redobles de tambores
tam-tam sobre el parche loco
tan~tam por la esquina vienede infierno zambo
377
cader,as
de terror y exaltacin
tanz-tam
se despierta et barrio
de azufres
'liquidas sueos
crece en calambres de sombra
en vilo azuza el comps
rle tobillos que se mecen
ardiendo en las tamboriles
vientres coJna negras olas
baj.an y suben
qu mar
de sudores encrespados
bao los agrios colores
cunto rojo
cunto verde
encienden la soledad
trepidante de retumbos
de candombe
estremecida
por sangre de amor distante
llamadas
almas errantes
de la carne vocinglera
ay negro qu solo ests
la lbnia bate agorera
bao la noche ancestral
calienta el parche
mandinga
rnanocorde sin parar
brillan los dientes
los oos
salt,a rnalarnbo gambeta
el escobillero audaz
entre espeios y cd/lares
en el fondo rle su noche
a un dios quiere conjurar.
(Guitarra en Sombra)
378
La Cabellera Oscura
Con un lento ademn
-de rito antiguola mujer desanuda sus cabellos
y a la copa de plata de la noche
ofrece sus peinetas.
se derrama impetuoso
como un caliente vino
de la tierra.
Y fu en la adolescente,
recorrida por hmedos reflejos,
como la viel de raso
de un n~rvioso caballo
de carrera.
Despus se arm de fuerza en la batalla.
Rebelde o sometida
es el negro cordaje que sostiene
el orden de "los vientos.
Gime a veces con llanto de paloma
o ya el mar la devuelve
en un nudo de sierpes transformada.
381.
Apretada y jugosa
-racimos de vendinala carne del esto la toc de misterio,
la hizo triste_ y profunda' como un bosque
anocheciendo.
De las celestes bodas desterrada
-dnde se oculta el ngel
de cabelera oscura? . .. ella tiene color de vaticinio.
Aguafuerte, goyesca encruci~ada,
los duendes del delirio
al borde de su rnanto
cmnnwn.
Sepamda del cuerpo por el ro mstico
de la frente,
hacia .ella sube el canto de la sangre,
panal de amargas neles.
Raz de 'la tiniebla,
altas estrellas
eternizan la noche de su cielo
Su posicin intacta
en el po'lvo sin a:'re,
-la raya dividiendo los dos rgidos ramos--~
ms all de la muerte,
ella sabe . ..
(La Cabellera Oscura)
11 erdes retratos,
ya borrndose en ca!les del pasado;
tumbas ligeras
de las huyentes gracias .abolidas,
cqu queda de vosotras,
ohf nostlgicas? . ..
Una, a veces, bajo su sueo amenazado,
intacta todava
entre la arquitectura de la hiedra,
se sostiene profunda y solitaria,
en el brillo apagado de sus cocheras.
Rumores de las hojas~
duendes de terciopelo,
habitan la viudez de sus celosas.
E.l aire recogido en las cenefas
guarda una voz callada;
las rut.as de un 1noar desvanecido
se pierden en las pHdas alfoml?ras;
el ncar de sus bodas envejece
en un lbwn cerrado;
y una fbula ajada sobrevive
en el paisaje absorto de un espeo.
De los caducos ocios, 'los emblemas)
abren el quitasol del emparrado;
se ocultan en sus ntimos senderos
los bancos olvidados
donde eternos wnantes (lgon:'zan soi'ulndose.
La luz es su ene1niga. Poderosa
en el wnbral incierto de dos horas,
sobre un tallo de cenizas, vive apenas
Serafines de plata, su elega
alzan entre los rboles y e'l c:'clo.
El Cuerpo
Sobre un tallo de medroso siglo
el cuerpo abri su flor enamorada.
De los lechos profundos de la muerte
en las resurrecciones de su sangre,
se 'levant transfigurado
en dimensin de cielo;
hostia de los manjares, de su harina
se alimentaba el sueo.
384
385
Por ms Perdida
Por ms perd;da cuanto ms hallada,
si hallada estoy en mi crcel de afanes,
por qu tu fuego se resuelve en nada,
amor, aunque me pierdas o me ganes?
Hecha de t
. de que'?...
D ws
389
390
Decimos esto porque Lber Falco concedia grandsima importancia a este ltimo - segn nos dijo, Obser~
vemos cualquiera de sus poemas. No hay nada de
acuerdo a reglas en ninguno de ellos: ni metro, ni
rima, ni estrofa. Son al mismo tiempo todos distintos
entte s. Pero la discusin mayor se har siempre sobre el ritmo. Qu ritmo es ste, que parece tan
~feliz, quebradizo, cambiante, prueba n~s bien de impericia, mantenido mediante palabras reiteradas, en un
vocabulario que llama la atencin por lo escaso? Ninguna mayor desemejanza con los ritm.os estables. Qu
acentuacin y metro rigen estos versos?: "A veces
quisiera uno - sin das que lo nombren - perderse,
camino hacia el olvido. - Porque para qu alumbra
el d:a".
Y bien: es la fidelidad absoluta a las palabras que
han nacido para una conversacin posible, solemne y
definitiva; y al il' y venir de las mismas. Hay necesidad de hacer durar ciertas voces y de interponer pausas variadas en ciertos versos. (Escchese el disco donde
Lber Falco lee sus poemas), El relleno hubiera sido
fcil, pero se hahda perdido para siempre 1n resonancia
de esta desnudez desconcertante.
Al cabo de los aos, versos como los citados, os persigllen. Os encontnis en plena calle, dicindoos, casi
sin daros cuenta: "Qu me dio Dios para gastar qu?, que no entiendo"; o esto otro: "Cuando voy_ pof
las calles - -sul)e y baja- - lle esta Montevideo,
nw.drc cruel".
Los c'ontenidos de la poesa ,de Falca pueden estar
resumidos en estas cuatro palabras: triste, solo, pobre,
amigo. Nadie ha elevado como l, a un .Pl~no potico
tan verdadero como emocionante, el. senhmlento de l,a
amistad. Pero lo fundamental consiste en que 'aquel
que ha logrado sentir profundamente esta poesa, encuentra como retrica gran parte de la restante. Rara
vez se ha dado en la historia de la poesa espaola y
cmwricana, este caso de desnudez final en la emocin
y en el lenguaje este S.O.S. del espritu, ms all de
todo aquello que 'el hombre -imaginacin, sensibilidad,
.cultura, lucidez, idioma- conoce como sus recursos y
sns facultades.
Obras: Cometa sobre los muros (1MO); Equis Andacalles (1942); Das y Noches ("1946); Tiempo y Tiem
po (1956),
391
Solo
La Moneda
A Carlos Denis M o 1ina
Mira cmo los niios,
en un aire y tiempo de otro tiempo,
ren.
Cmo en su inocencia,
la Tierra es inocente
y es inocente el hombre.
Miralos cmo al descubrir la muerte
mueren, y ya definitivamente
ya sus ojos y dientes
cornienza a crecer junto a las horas.
Dea que ellos guarden sin saber'lo,
el secreto ltimo de su inocencia
nuestro ltirno suefo, ya olvidado.
Cuando todo tr:rmine,
deja que un nio lleve
nuestra nica y ltima
m.oned,a.
Para Vivir
Porque se est slo ahi,
porque en la locura y la muerte
se est solo,
porque hay un oio fiio,
incambiado, que acecha sin SE!ntido,
yo quiero ahora abrazaros;
r siquiera no ms'
hablar de cmo cambia el delo.
392
Un da tuve el nwr
sobre mi corazn.
Como una lengua fria,
el mar
sobre mi corazn.
Y estaba leos de t, madre ma.
Y t leios de m,
navegando .en un viento sin banderas.
No haba races que esperan
debaio de la tierra.
Ni rboles haba sobre la tierra.
Y el mar lamia mi corazn,
como una lengua fria.
Ah S6lo mis oios.
En rbitas de hielo
y sin tener dnde mzrar~
girando.
Biografa
Yo nac en .Jacinto Vera.
Qu barrio Jacinto Vera.
Ranchos de lata por fuera
y por dentro de madera.
De noche blanca corra;
blanca corra la luna,
y yo corra tras ella.
De repente la perda,
de repente apareca,
entre los ranchos de lata
y por dentro de madera.
Ah luna, mi luna blanca,
luna de Jacinto V era/
393
V
A Luis A. Larriera
Volv a mi casa
baio la niebla de la tarde triste.
Pas por calles
junto a muros viejos.
Nadie lo vi
y mi corazn lloraba.
1\lli corazn a veces de desviste.
Hermano,
baio la niebla de la tarde triste,
desnudad vuestra alma;
que el corazn es viejo y sab:'o.
Y el corazn existe.
Final
N a die te esperaba, nadie.
Tan1poco ahora
nadie te esperar.
Detrs de la ltima puerta
t slo, y nada
y nadie.
VII
Aquel miedo, aquella idea:
HLos locos no descansan.
A y mi madre, yo no duermo".
Aquella idea era locura.
Locura fue gran parte de mi vida.
Luna
Tan perfecta y blanca.
Tan alta!
Tan leiana y blanca.
Leios de 'la muerte,
y de la vida leios.
Leios de los llantos.
De las risas, lejos.
Tanto!
N o sabe esta luna
cmo todo es triste.
Cmo es bello el mundo
y la nsma muerte acaso~
acaso, es volver sin irse.
395
Sola
Tan
Tan
Tan
arriba, sola.
perfecta y blanca.
alta!
'lejos de 'todo!
Lo que fue
Extraa Compaa
Regreso
A J\!1 ario Arregui
All golpea lejos sobre el mar la lluvia.
Desde siempre y siempre.
Desde quin sabe qu obscuro designio,
dlli golpea y golpea la lluvia sobre el mar.
Oh! imnemorial paisaje,
Montruo paciente y solitario,
nzar anwrgo., agua ltilna
donde un hombre y su miedo
huyen, beben y vuelven
en secreto y solos.
397
Ultima Cita
Y a por el aire navega tu memoria
y todo viene a mi corno fu entonces.
Oh! sueo., ensueio., tiempo y tiempo
para siempre y siempre detenido
398
Desgracia
Monstruosamente mltip'le
se alza
se alzaba el mar sobre los malecones
mordiendo los costados de la tierra.
Y t tuviste miedo, fria, mnor tuviste.
Y anwr hubo, miedo, amor, en nuestros corazones.
Recuerdo
c:Cmo dir ahora qe te amaba
si pas tanto tiempo?
Si apenas lo sabia entonces.
Si t tenas y yo tena quince afws.
A travs de aquel cerco de cinacina
yo te veo m.uchacha.
Tu andar de pjaro,
tus gorjeos, saludando la maFana.
Qu milagro el da.
Y cada da qu milagro.
Final Radiografa
Muerto he de verme
caminar detrs mo,
pulsndome los pasos
que no he dado.
Muerto ya
y con olvidada boca
llamndome yo rnismo
-triste hwnor de la tierra~
y pen,;lguindome.
que yo te vi,
y que otros te n1iraron?
(Tiempo
Tiempo)
26
401
402
Afnica de herrumbre,
una campana carraspe el suCesO..
Y despert la fra muchedumbre
con un sisino de hueso:-
404
405
Y en la tarde esteparia,
oh primavera de viciada brisa,
cundi la muchedumbre solitaria
de una sola sonrisa.
407
El Retorno
Con un nio, con una golondrina
los relojes insomnes aJlacaba
y en un lugar del sueo los borraba.
Soliloquio de la Desconocida
-Hacia una soledad que no lastime
desando con mis lgrimas el viento. ~
Inocente y odiada, me prohibo
la pequea alegria de un jilguero
o el rumor de una abeja distrada
ya nunca ms abeja entre mis dedos.
Un caballo .me. mira para siempre.
Lacra en mzs p;es su !engua un perro ciego.
M e ve una hoa y pzensa en el otoo
y deshabita el suspendido reino.
'
Me ve una fuente y piensa en el verano
y es slo u.~ remolino polvoriento.
'
Ay, si' un
lzio
se
acerca
temblorosa
.
- '
en mznzma corola me convierto.
(Y no, puedo impedir que eZi:a y toque
la mas secreta flor del campo inmenso!
408
409
La Gaviota Muerta
Apenas carne, casi toda vuelo,
en intemperies ntimas oas
el llamamiento de las lejanas
cuando. sentiste inhabitable el cielo.
Y abdic tu plumaje contra el suelo,
ave libre del sur que en ebrios das
a los ahogados nmades seguas
para aliviar con_ alas su desvelo.
Ay, inmvil gaviota sobre el csped
donde en silencio tu blancura exhalas,
husped del bosque, inesperado husped!
Qu remota la unninw sonrisa
del mar bajo tu pecho abierto en ,alas,
ascua de espuma que puli la brisa!
La Frontera
Eurdice
a quien
perderse
entre en
Eurdice (a Orfeo)
-Vela tu -sangre y confisame
como tu herida con alas,
y ;i en ptpados te ex~dlas,
nurame, nombrpme, besame.
411
412
como inspiracwn todava sin forma, como tmido anuncio de vida total. Y 'slo existe cuando se hace palabra,
es decir cuando traspasa la trgica frontera entre el
no ser ~ el se1, cuando el fantasma entra en el ciclo
de la flor. S:, el poema transcurre en el instante que
precede al nacimiento de la poesa, cuando la poesa,
repito, es representada como criatura en ,cierne que
habla desde su lejana al poeta -as Eurdice a Orfeo
- y tiembla ante el riesgo de la frustracin o del
fracaso. Por eso el poeta, en su responsable agon:a,
slo en sueos ha de mirar, nombrds y besar a su cra:
tura, para instalarla definitivamente en la luz y para
fijar el prodigio ambicionado. Slo en sueos. Porque
con ella l se salvar o se perder. Y, para merecerla,
ha de velarse la sangre y .exhalarse en prpados (o
volver la mirada hacia adentro) y sentii: a la que lle
ga como un desgarramiento o una "herida con alas''.
Y para no malograr la delicadsima asuncin, distanciar a la vez los "vivos ojos", la "humana voz", la
"sed en ascuas" (porque la poesa no resiste el desnudo contacto de la realidad cotidiana). Y advi1tase,
an, la gradacin delineada en las tres dcimas: Eur{lice, inmvil pTimero ~'"'en uu xtasis de oro"-, de
pronto se estl'emece indecisa y, por fin, "el t.mido
JlaSO atreve 1 desde el fantasma a la flor" (desde lo
que es -no siendo todava-- u lo que quiere ser).
Hay asi en La Frontera -de cuya estructura inmediata no hablarC---- distintas magnitudes: vale simultneamente, acaso, como confesin y como profesin ...
(De una respuesta del autor a Franz Rauhut
que trudujo al alenin los versos aqu glosados):
El Prisionero
''Que por mayo era, por mayo.
"
413
Vestal Marina
En donde aprenden a nacer las olas,
oh candeal, oh corprea 1nelodia,
la vi encendiedo en su secreto dia
la dulce llama de sus caracolas . ...
Qu argentinas, qu mrbidas corolas
rozaba un pez en la profunda umbra!
Y qu intactas blancuras presidia
la invicta perla de su vientre a so'las.'
Mi 1nano intil naufrag en el m:en~o . ..
Mi corazn sinti su frente fra,
luz de marfil que hasta en el sueo ofusca.
Sobre las olas me lleg su aliento
como una derrotada lejana.
Y hoy mi cadver, por el mar, la busca.
El Payaso
Idos. Ya fue la fiesta. Bril'l el raso.
Vol de pie la clara caballista,
Reverenci a la muerte el trapecista.
Jade con rostro annimo el payaso.
Idos. Pero alguien torna, paso a paso,
con secos tumbos, rida la vista,
y en la almizclada noche de la pista .
---'Yo era ese nio~ oh ,si.. .. ,- dic;e' af'.acdsd.
414
415
II
Y tu perdida lmpara, Aladino,
dci'l joya del tacto, mer;dwno
del vuelo y horizonte de l~ ma.no,
de dcil resonancia
en los tomos tibios oigo 'la voz paterna
Un Rostro
No el Dios ...
Otoo
I
Era el da en el canto
y en el aire sdlobre
dulce estatua del trnsito.
Esperando la noche,
me empinaba en el viento
paladeando tu nombre.
Si costumbre de cieJos,
era el beso en tus labios
cada noche .el. primero,.
Y el jazmn un orculo
la msica,
junto al mar desvelado.
r una torre
Y o en tu sueo, en tu sangre,
fui el alegre ascendiente
de sonrisas distantes.
Oh, memorias celestes!
Beatitud del otoo.
Vacaciones del verde.
Vocaciones del oro.
41S
.
1 ll nto es "harina de las flores"- No es
y, en fm~~mosa entender absolutamente nad,a; con un
que no p
1 t d y estirando los simbolos se
.
( 1 aeta) est mopoco de buena vo un fl
1
a la vista
:~ Ya Pf~adecuacin de las imgenes y la tortura mental que suponen.
ha logrado su mejor poesa cuando aconteJ uvena1
.
, did de una de sus
arrancan a
cimientos dolorosos, como 1a per a ,
h"
la
muerte
del
hijo
de
un
am~go,
,
.
0
S ailanto y soledad esas notJ:r q~: ~:;~~ k~r e~to:~~
ma:s y tornan vano e1 apren
.
]
_
libera de esos inflUJOS entre as que pe
cuando se
_
desma ada persistencia.
regrin tantos anos con n? . dy
' "Cuadernos
Fue director de las edicloncs e poeslfl
d
1
' sta que se esenvo . . ,
Julio Herrera y ReiSSig ' poesw
lacable Una
n un mbito receptivo muy poco P
" d
TI! e (M cha N9 728) llega a decir que es to o
ectora
ar .
,
l " L respuesta de Incompletamente Imposible de eer . : l "Cuadernos"
venal adun al hero~m,o yrosecu:~~rn~ CObras Palacio
una serenidad eLn~re Ir~nrAibap (1931)- Flor- Cerrada
Salvo (1927);
mea ~
j
Do Nias
(1939)- La Rama Ardiente (1942); .as
S e t
.(1943): Canto a Roosevelt (1945); Retrato)s ~ ar ~s
,de la Montaa (1952); Poesa Fiel (1953 ; orre e
Otoo (1957); Dcce Poemas (1960).
423
Marisa y Silvia
4e
Piedra
Las tristes lgrimas mias
en piedras hacen seal.
Gaspar Gil Polo
En la piedra de un rio tu rubor enterrado.
Alli donde tu frente qued como la lluvia
r apenas una hoja le hace compaa.
Piedra sola, p'edra ma.
En la Muerte de un Joven
A la memoria del hiio del pceta
R. Alvarez Alonso.
Te deiamos en la tierra, oven de la luz verde
de los olivos,
.
entre tumbas sin duelo, descwdadas.
El sol qued enterrado en l?s ard~res
de tus pies peregrinos de veznte anos.
425
424
Te deiamos en la tierra,
en la tierra que apaga los vinos,
las nias las guitarras.
All, quieto como una piOdra, pequea 'luz cada,
te dejamos all, tibio capullo.
1 N D 1 CE
Te dejamos all,
.
bajo la tierra -madre sin gemidosoh medalla perdida en 'la memoria!
(Las dos Nios)
426
7
10
H
14o
1~
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......
50
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................ .
...........................
. ..... .
El buey ........................................ .
Los montoneros .................................. .
Romance de los hermanos Valiente , ............ , .. .
El mate dulce .... , .... , .. , .............. , ..
Timba
....................... ....
El clarn ........................................ .
La flecha
......... , .................. , .......... .
La taba , ..... , ......... , ... , . , ............ ,
Paisaje al ponerse el sol
.. , ......... _..
El indio
48
49
69
La joven de la fruta
XIII Los adioses
XIV Los adioses
XVII Los adioses
XXXIX Los adioses
LIII Los adioses
Alegra del mar ..
La joven del hijo
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140
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14()
El guitarrero correntino
Las noches de "Villa Sauce". Luna
El guardapuente
Los potros ..
Las lavanderas
El lazo
La higuera
_Los yuyos
; ---~ '' .- .' -
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nl-qcion~s
114o
!50
150
~-
'. J '/'e'_,_
151
151
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!53
!54
155
Elremate ....................
. ....... .
La carga de Arbolito ............. , .... , .... .
Hasta el domingo mam . , . , ....... , ..
La cifra ............................ , .
Toque de Oracin , . , .
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164166
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179
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181
Quin?
184
185
La luz defendida
Llamado incesante
V anidad de lo variable . , .... .
La granada sin madurar .... .
Canto de las pequeas piedras de los ros
Los desconocidos ..
Leonardo de Vinci .. , . . . . ...... , ..
Los Cndores ciegos ... , .
Sonetos Sacros ... , ................ , , .
''
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257
257
258
258
.260
l
"Columbarium" ........ , .. , .... , .... , . , . , , ..... , ..
Cancin ronca del amor perdido , ... ,
.. , , , , , .. .
Tres sonetos a una lgrima . , .... , ... , , ... , ... , ... .
Canto de amor- , .. , , . , ... : ... , ......... .
262
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j
'
l
1
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324
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332
334,
336
338
340
341
342
344,
346
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34,9
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350
351
352
352
353
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358
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SILVA (1905)
Cenizas del mar . .
. ......... , . , . , , , , , , , ..
Alma en pena,,..
. ...................... .
Guitarra en sombra , . , .
. ......... , , , . , , , , , , .
Las llamadas , , . , , .. , ....... , , , , , , , ............... .
T que volviste de la muerte
...... , , , . , , , .... , , , .
La cabellera oscura
Voces de antiguas quintas .. .
El cuerpo , ,
........... , , , ..
Hecha de ti ....
Por ms Perdida ....... .
Dios de qu, , . ?
Hasta cundo, en el ser ........................... .
Luna ........
Extraa compaa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. , , , .. , .
Lo que fue ....................................... .
Regreso ......................................... .
Ultima cita....
. .......... .
Desgracia .......................................
Recuerdo
.............................. .
Pensando en Luis A---Cuesta ;.. -. ... : ;'-.-. ;: _-'.':--..... ;--.. .
Final-Radiografa
......................... .
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