Revista Ardal 09
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ARDAL
N 9
Diciembre 2012
Contenido
2-18
- HISTORIA
- NATURALEZA
19-23
- DE PASEO
24-31
- COSTUMBRES Y TRADICIONES
32-33
- LA COCINA DE LA ABUELA
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EL
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tiende que el individuo en cuestin dormir hasta que llegue el Da de la Resurreccin. Debido a esta mentalidad los
cristianos empiezan a llamar a los lugares de enterramiento como cementerios,
palabra que procede del griego koimeterion que es el lugar de reposo, algo as
como el dormitorio. Visto as los cuerpos
que estn en los cementerios no estn
muertos, sino que estn durmiendo, descansando por la dura vida que les toc
vivir, estn esperando el inicio de la vida
eterna. De esta manera empezamos a
hablar de cementerios en Luzaga, aunque
tambin se les denomina como campo
santo en alusin a que la tierra que hay
all est bendecida.
Los cementerios cristianos han practicado tradicionalmente el ritual de la inhumacin y no el de la incineracin, siguiendo
prescripciones contenidas en la Biblia.
Estos cementerios cristianos de Luzaga
han sido tambin varios:
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Cada familia tena su propia sepultura
por la que pagaba unos derechos al cura
prroco. Pasado el tiempo se meta a otro
familiar en el mismo recinto. Durante el
primer ao tras el fallecimiento los familiares ponan velas sobre esa sepultura
como smbolo de esa luz que representa
a Cristo, la luz que ver el difunto cuando
resucite. A este acto se le conoca como
llevar el aal (poner las velas durante un
ao en la sepultura de un familiar tuyo).
Las mujeres siempre se ponan en reclinatorios que estaban colocados en el
espacio de la sepultura de sus familiares.
En los aos 50 del siglo XX (alrededor de
1957) por orden del sacerdote don Juan
Moreno Ochaita al cambiar el suelo de la
Parroquia se destrozaron estas tumbas,
se arrancaron las viejas lpidas, se eliminaron las antiguas baldosas de barro del
suelo, se quitaron los felpudos de cada lpida, se oblig a las familias a llevarse o
tirar los viejos reclinatorios, las sillas, as
como los antiguos instrumentos para colocar las velas del aal.
3.- Enterramientos en la Edad Moderna:
en este perodo los enterramientos cristianos siguen el mismo ritual basado en
la inhumacin, el aal sobre las antiguas
lpidas dentro de la Iglesia. Lo nico que
cambia es que ahora no solo se entierra
dentro de la Parroquia, sino tambin en
los terrenos colindantes propiedad de la
Iglesia: todo el actual patio antes cementerio, el espacio del cementerio viejo, las
eras cercanas y otros solares hoy de propiedad privada fruto de la desamortizacin de Mendizbal que supuso incautar
bienes a la Iglesia en base a la ley de
1836, inscribirlos a nombre del Estado y
despus ofrecerlos en subasta pblica al
mejor postor.
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parecer tras la victoria hispana se hizo por inhumacin o por incineracin.
una gran fosa comn en la que se depositaron los cadveres de los soldados
franceses difuntos.
6.- Cementerio de la Iglesia Parroquial:
se encuentra junto al edificio romnico de
la Iglesia de Nuestra Seora de la Asuncin. Como ya he indicado anteriormente
en el pasado fue ms grande. A este recinto es al que dedico el presente artculo
por lo que ahora me limito a mencionarlo
y ms adelante lo analizar con ms detenimiento.
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Reconozco que estos espacios de enterramiento o incineracin, tres no cristianos y siete vinculados al cristianismo,
merecen un estudio individualizado, pero
ahora tratar solamente el caso del ce-
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menterio antiguo que hay junto a la Pa- junto a la Iglesia. Yo tengo mi propia derroquia de Luzaga.
cisin y en base a ella he dado ttulo a
este artculo, evidentemente mi decisin
Diversas denominaciones de este ce- no es ni la nica ni la vlida. Cada uno
menterio
puede pensar como quiera y puede denominar como desee a este espacio. Lo imEl cementerio que encontramos junto a portante es que nos entendamos cuando
la Iglesia Parroquial de Luzaga ha recibido hablemos sobre l. A continuacin exdiferentes nombres a lo largo de la histo- pongo lo que opino sobre cada uno de los
ria:
trminos desde un punto de vista estrictamente histrico y por qu me decanto
-Campo santo de Luzaga: as se deno- por una opcin y no por las otras. El nommina en varios tomos de difuntos del Re- bre de campo santo me parece demagistro Civil de Luzaga. Evidentemente siado genrico, todos los cementerios,
este nombre hace alusin al carcter re- excepto los civiles, tienen un carcter saligioso, sagrado del recinto.
grado. Si hablamos de campo santo po-Cementerio de Nuestra Seora de la dran entrar en esta denominacin varios
Asuncin: con esta denominacin figura cementerios luzagueos. Ms evidente es
tambin en varios tomos de difuntos del el caso de la denominacin cementerio
Registro Civil de Luzaga.
de Luzaga, todos los lugares de enterra-Cementerio de Luzaga: aparece en el miento o de incineracin sealados antemismo documento con este nombre.
riormente podran entrar dentro de ese
-Cementerio Viejo: los luzagueos em- trmino. Es excesivamente general y no
pezaron a llamarle as desde el momento detalla nada. En cuanto al trmino ceen que se empez a enterrar en el ce- menterio viejo reconozco que es muy
menterio construido en Los Centenares a atractivo por aquello de que diferencia
partir de 1923. Era la manera de distin- entre los dos cementerios que ltimaguir los dos cementerios: a uno se le lla- mente se han utilizado en Luzaga, ademara nuevo y a otro viejo. Desde ms es el nombre con el que le conoce la
entonces son muchos los luzagueos que mayora de los luzagueos. El problema
hablan de los dos cementerios con esos que ofrece esta denominacin es que no
calificativos.
tiene en cuenta que ha habido otros ce-Cementerio de la Iglesia: es un trmino menterios viejos (el de la ermita de San
ms reciente y hace alusin a que este Jorge, las necrpolis celtibrica, romana,
espacio es propiedad de la Iglesia, ade- visigoda, islmica). Por tanto es cierto
ms est junto a ella y el otro cemente- que hay un cementerio nuevo (el actual
rio (el nuevo) queda lejos de la Iglesia y construido en el paraje de Los Centenaes propiedad del Ayuntamiento. Visto as res), pero no hay un solo cementerio
habra dos cementerios: el de la Iglesia y viejo, sino varios. La denominacin Cementerio de la Iglesia creo que es coel Municipal.
rrecta, sobre todo teniendo en cuenta que
Llegados a este punto es el momento en no hay otra Iglesia, y como forma de opoque cada uno de los lectores debe esco- sicin al Cementerio Municipal (el nuevo).
ger el nombre que ms le guste para re- Sin embargo, me parece ms exacta la
ferirse al lugar de enterramiento que hay denominacin Cementerio de Nuestra
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Seora de la Asuncin, pues hace referencia a que el titular del cementerio es la
Iglesia Parroquial, sealando adems el
nombre de ella. En definitiva me decanto
por el nombre de Cementerio de Nuestra
Seora de la Asuncin debido a que me
parece el ms concreto de todas las denominaciones con las que se ha conocido
por va oral o escrita este cementerio que
est junto a la Iglesia Parroquial de Nuestra Seora de la Asuncin. Por todas
estas razones expuestas en adelante me
referir a este lugar de enterramiento con
la denominacin indicada que coincide
con la del ttulo del presente artculo.
Evolucin histrica y funcionamiento
del Cementerio de Nuestra Seora de
la Asuncin
En diferentes libros del Archivo Parroquial de Luzaga figuran datos sobre obras
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-Libro de Fbrica y de Visitas (15681641): se cita la reparacin del cementerio costeando la madera para arreglar el
tejado de la portada del cementerio en
1623.
-Libro de Cuentas de Fbrica de la Iglesia (1650-1669): constan los gastos por
revocos en 1665.
-Libro de Cuentas (1674-1720): figuran
los gastos por arreglar los portillos del cementerio en 1696. Esta obra y las dos anteriores de 1623 y de 1665 pueden ser
referidas al cementerio de la Ermita de
San Jorge, por ciertas alusiones que figuran.
-Libro de Fbrica que empieza en 1723:
se incluyen muchos gastos relacionados
con obras efectuadas en el cementerio de
la Iglesia Parroquial: cruz de piedra encima de la puerta del cementerio en
1731-1732 (es la actual puerta de acceso
al patio, entonces todo el patio era cementerio), cruces del cementerio en
1740-1741, hacer pared de la barbacana
del cementerio en 1758-1760, componer
el huesario (osario) en 1784-1786, de
nuevo componer el huesario con teja,
madera y cal en 1788-1790, compra de
cal para cementerio, abrir cimiento del
cementerio y colocar albardillas de sillera
para el cementerio en 1790-1792, gastos
por repaso de cementerio en 1818-1820,
levantar la puerta que est a poniente en
1828-1830 (esta puerta se cerr en
1957), diversas obras en 1832-1835.
-Libro de Cuentas (1836-1887): se paga
por obras en el campo santo al maestro
albail, peones, materiales, puerta, cerraja en 1836-1837, compra de nueva
cerraja para el campo santo en 18381839, puertas nuevas para el cementerio
en 1840-1841. En 1853 el obispo pide al
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mayordomo de la Iglesia que cuando
tenga fondos realce con igualdad la pared
de este recinto a la altura de dos varas
(una vara en Castilla equivala a 0,8356
metros). As mismo entre los ingresos de
la Parroquia figura el cobro de sepulcros,
excepto los correspondientes a los pobres
de solemnidad que no pagan.
-Libro de Cuentas y Razn de la Iglesia
Parroquial (1861-1883): dando respuesta
a la orden del obispo en 1861 se compra
cal para las obras. En 1864 se hacen
pagos por reparar con cal los cementerios
interior (el actual patio) y exterior (el actual cementerio viejo). En 1866 siguen
los gastos en cal. En 1875 el cura don Miguel Lpez Matamala hace la ltima gran
obra: reforma las albardillas y cierra el
campo santo actual (cementerio viejo)
y el cementerio antiguo que circunda la
Iglesia (patio actual).
Durante los siglos XIX y XX est constatado el uso de este cementerio a travs
del Registro Civil de Luzaga y de los Libros de Difuntos de la Parroquia de Luzaga.
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A este cementerio se acceda por una estrecha puerta que se abra en el muro del
patio cerca de la torre campanario en el
lado este de la pared del cementerio.
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-1894: 9 difuntos.
-1895: 5 difuntos.
-1896: 5 difuntos.
-1897: 4 difuntos. Sorprenden estos tres
aos (1895-1897) con un menor nmero
de defunciones de lo habitual, debido a la
inexistencia de brotes de enfermedades
contagiosas que impliquen una elevacin
de la mortalidad llegando a niveles catastrficos.
-1898: 10 difuntos.
-1899: 3 difuntos.
-1900: 9 difuntos.
-1901: 15 difuntos.
-1902: 8 difuntos.
-1903: 7 difuntos.
-1904: 9 difuntos.
-1905: 8 difuntos.
-1906: 17 difuntos.
-1907: 8 difuntos.
-1908: 6 difuntos.
-1909: 5 difuntos.
-1910: 6 difuntos.
-1911 y 1912: 7 difuntos en cada ao.
-1913: 9 difuntos.
-1914: 10 difuntos.
-1915: 14 difuntos.
-1916: 11 difuntos.
-1917: 6 difuntos.
-1918: 36 difuntos. Este es el ao de la
gripe espaola. En el caso concreto de
Luzaga la epidemia se declara de forma
evidente con una muerte en agosto de
1918, aunque ya desde marzo se estaban
dando casos de pulmonas y fiebres infecciosas. Las defunciones por gripe aumentan de modo espectacular con la
llegada del fro: as en el mes de octubre
hubo 13 defunciones y en noviembre
otras diez ms. Los peores das en esta
enfermedad fueron los comprendidos
dentro de la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre: 19 de octubre un fallecido, 20 de octubre otro, 25
de octubre otro ms, as sigue en los das
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26, 28 y 29. Entonces llegamos al peor
da, el 31 de octubre con cuatro defunciones, entonces se da orden de enterrar
lo antes posible, sin respetar el tiempo
mnimo de 24 horas desde el fallecimiento al entierro, a causa de la epidemia reinante. Lo importante era enterrar
rpidamente, liberarse del cuerpo que
poda transmitir la enfermedad a cualquiera, especialmente a los ms dbiles
(nios, ancianos, enfermos del aparato
respiratorio). En estos duros episodios
de epidemias el Ayuntamiento activaba la
obligacin de que los familiares de los enfermos y difuntos deban lavar las ropas
que estuvieron en contacto con ellos en
un lavadero especial: el Lavadero de los
enfermos que hbilmente estaba ms
abajo del lavadero general para evitar
contagiar a los sanos. Los restos de ese
lavadero quedan debajo del Camino de La
Fuente entre el Lavadero general y el
Puente Grande. Durante estos das de enfermedad contagiosa se convirti en costumbre enterrar los cadveres sin tocar
las campanas de la Parroquia, se trataba
de hacer las gestiones del entierro lo ms
rpidamente posible. Pero las desgracias
no acaban el ltimo da de octubre, el da
1 de noviembre se producen otras dos
defunciones, que es el mismo nmero
que el del da 2 de noviembre. El da 3
solo hay una defuncin, pero el da 4 volvemos a tener otras dos. Desde ese da
no hay ms fallecimientos hasta el da 9
con otro ms. En esa fecha se levanta la
obligacin de enterrar lo antes posible,
pero todava falleceran otros dos luzagueos ms en lo que restaba del mes de
noviembre. La tradicin marca que ese
mes es el de los difuntos, en el caso de la
gripe espaola en Luzaga se cumpli con
creces.
Tras la epidemia de gripe de 1918 se volvi a enterrar dentro del recinto del cementerio y no en el patio de la Iglesia. El
problema es que se vea como una necesidad construir un nuevo cementerio ms
grande y alejado del casco urbano por
motivos higinico-sanitarios. As el Ayuntamiento fue fraguando ese proyecto y en
1923 aprueba su ejecucin bajo la presidencia del alcalde Lzaro Daz Heredia. El
Est claro que esta epidemia trajo con- primer enterrado fue Catalina Morales
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Salmern que fue sepultada el da 22 de
octubre de 1923. Sin embargo todos los
asuntos relativos al nuevo cementerio
municipal de Luzaga los dejo para tratar
en otra ocasin. Sobre el ltimo enterrado en este viejo cementerio tratar en
el apartado siguiente.
En conclusin, podemos afirmar que en
general las tasas de mortalidad eran elevadas, especialmente altas eran las tasas
de mortalidad infantil debido a la alimentacin escasa y poco variada, carente en
vitaminas, as como la inexistencia generalizada de medicamentos eficaces para
combatir diversas enfermedades. En
cuanto a los servicios sanitarios pblicos
eran buenos para la poca: Luzaga dispona de mdico, pero no de avances en
medicina. Era la situacin propia de la Espaa de finales del siglo XIX y comienzos
del XX que traa como resultado una abultada mortalidad que llegaba a ser
abultadsima en casos de difusin de enfermedades contagiosas. La consecuencia
de todo ello era la baja esperanza de
vida, no ms de 50 aos como media.
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rrados en este cementerio con el cura don
Dmaso Jos Gutirrez, prroco de Luzaga durante casi 40 aos, siendo el sacerdote que vivi todo el proceso de la
desamortizacin eclesistica de Mendizbal en Luzaga, viendo como su Parroquia
pasaba de tener multitud de tierras a perderlas casi todas en beneficio del Estado
que luego las fue sacando a pblica subasta. Falleci en 1870, era natural de Torija y fue enterrado en un nicho en el
campo santo que era propiedad de doa
Jesusa Ochano.
2.- Juliana Prez Cambronero: falleci en
1879 y era la madre de Leoncio, Nicols,
Concepcin y Facundo Morales Prez.
3.- Eusebia del Molino Dez: falleci en
1881 y era la madre de Teodora, Vctor,
Mara ngela y Lorenzo Muoz del Molino.
4.- Genaro Daz Molinero, cuyos padres
eran de El Sotillo, sus hijos fueron Bonifacio, Juana y Sebastin Daz Atance. Falleci en 1881.
5.- Bruna Rojo Salmern: falleci con 58
aos en 1882. Era la madre de Josefa y
Felisa Hernando Rojo.
6.- Mara del Molino Lpez: falleci en
1882 en las eras fruto de un rayo. Es la
madre de Milln y Amalia Martnez, as
como de Mara Cruz Langa.
7.- Blasa Vadillo Melo: falleci en 1883,
sus padres eran de Burgos y fue la madre
de Len, Inocente y Mara Ambrona Vadillo.
8.- Evaristo Lpez Huerta: natural de Villaverde, falleci en 1883 y era la madre
de Ciriaco Langa Lpez y de Luca Mayo
Lpez.
9.- Santiago Gonzalo Garca: falleci en
1883. Es el padre de Eugenio Gonzalo,
del que descienden todos los Gonzalo de
Luzaga.
10.- Antonio Luzano Bartolom: falleci
en 1884, es el padre de Fernando, Maximina y Mara Luzano.
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51.- Valentn Ladrn Portillo: falleci en
1901 y era to de Mauricia Ladrn Moreno.
52.- Baltasara Mayo Salmern: falleci
en 1901 y era la esposa de Agustn Cabra
Casado.
53.- Balbina Oter Calvo: falleci en 1902
y era la madre de Isidoro, Mariano y Josefa Rueda Oter.
54.- Francisco Zenn Langa Lpez: falleci en 1903 y fue el padre de Mara de la
Cruz Langa del Molino.
55.- Damin Mayo Salmern: falleci en
1904 y era el padre de Leandra, Hilario,
Simona y Toms Mayo Salmern.
56.- Valeriana Gallego Snchez: falleci
en 1904 y fue la madre de Luciana, Eustasio, Felipa, Manuel y Valentina Morales
Gallego.
57.- Rafael Luengo Jimnez: falleci en
1905, sus padres procedan de Ataquines
(Valladolid) y es el padre de Manuel
Luengo San Sebastin, de l descienden
todos los luzagueos que llevan este apellido.
58.- Petra de Mingo Perales: falleci en
1905 y fue la madre de Tiburcia Calvo de
Mingo.
59.- Elas Martnez Gallego: falleci en
1906 y fue el padre de Sotero Mariano
Martnez Ambrona.
60.- Telesforo Muoz Portillo: falleci en
1906 y fue el padre de Juan Francisco, Hiplito y Antonina Muoz La Fuente.
61.- Damin Snchez Marco: falleci en
1906 y fue el padre de Romn, Felipe,
Inocente, ngela, Perpetua Francisca y
Elas Jernimo Snchez Salmern.
62.- Hilario Muoz Portillo: falleci en
1907 y fue el padre de Paulina, Mariano y
Mamerto Muoz Oter.
63.- Jernimo Cacho Ruiz: falleci en
1908 y fue el padre de Francisco Cacho
de Len.
64.- ngel Gordo Campos: falleci en
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Saelices, falleci en 1922 y fue el padre
de Felipa, Luciana, Manuel y Valentina
Morales Gallego.
106.- Bernardino Oter Arnau: falleci en
1922 y fue el padre de Mara e Isabel Oter
Herranz y de Raimundo Oter Luzano.
107.- Raimundo Moreno Ruiz: falleci en
1923 y fue el padre de Genaro, Isabel,
Juan y Fabriciana Moreno Muoz.
108.- Mara Ambrona Vadillo: natural de
Villaverde, viuda de ngel Gordo Campos,
comerciante, falleci en 1923.
109.- Julin Rodrigo de La Hoz: natural
de Hortezuela, su padre era pastor, falleci en 1923 a la edad de 9 aos al enviarle una cuba de resina a un pozo con
agua en Nava de Las Fuentes donde se
ahog. Fue el ltimo cadver enterrado
en el Cementerio de Nuestra Seora de la
Asuncin de Luzaga, a partir de entonces
se empez a utilizar el nuevo Cementerio
Municipal.
Detrs de todos estos personajes hay
historias relativas a sus familias, a sus
oficios, al Ayuntamiento, a la Sociedad de
Baldos (aqu estn enterrados la mayora de los compradores de los baldos del
trmino de Luzaga), a la Parroquia, a diversas Cofradas de Luzaga. Pero estos
asuntos los dejaremos para otra ocasin.
Ahora mi nico objetivo con esta relacin
es despertar el inters de sus familiares
por ellos y por el espacio donde estn enterrados. A partir de esta relacin de personajes inhumados en este cementerio
sus familiares podrn reconstruir parte de
sus correspondientes rboles genealgicos.
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A pesar de todo algunos vecinos siguie- sus familiares.
ron visitando y cuidando las tumbas de
sus abuelos, padres, hermanos, hijos
Para entrar all se vean obligados a pasar
por las eras de los herederos de Saturnino Gonzalo y Mara Batanero, aunque
esos terrenos eran privados y por tanto
no accedan a su cementerio por un paso
pblico, sino privado y sin el consentimiento de sus legtimos dueos.
Con el paso del tiempo ante la situacin
de abandono a que se ve sometido este
cementerio se hunden parte de sus tapias
de piedra. En concreto se vienen abajo
tramos concretos de las caras norte,
oeste y sur. En el muro norte y oeste se
abren huecos que lindan con las mencionadas eras y en el muro sur se ha hundido un fragmento que comunica con el
edificio propiedad del Ayuntamiento de
Luzaga donde se guardaban los machos
de las cabras. La pared este se encuentra
en buen estado debido a que ha sido
mantenida por la Iglesia, pues sirve para
delimitar su actual patio.
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fragmento de muro completamente inclinado hacia dentro con peligro de hundimiento inminente.
3.- Reconstruir el tramo hundido de la
pared sur que comunica con el casillo
hundido del Ayuntamiento. El resto de
este muro no requiere grandes obras,
salvo colocar algunas piedras que se
estn cayendo, a pesar de ser de escasa
altura, pues linda con el tejado del
gallinero de Jess Gonzalo y Julia Batanero.
4.- Abrir un hueco en el muro este a
modo de puerta en el mismo espacio
donde estuvo antes hasta que se cerr.
5.- Acondicionar de alguna manera el
antiguo osario para evitar que afloren
huesos humanos por estar a muy escasa
profundidad. La solucin podra ser eliminar piedras, extender e igualar dejndolo
un poco ms alto que el nivel del resto del
cementerio y colocar encima algn tipo
de losa o piedra que sirva para cerrarlo
definitivamente.
6.- Encargar y colocar una puerta de hierro para poner en ese hueco del muro
este dando acceso al cementerio desde el
patio de la Iglesia.
7.- Limpiar el interior del cementerio de
hierbas, piedras
8.- Efectuar anualmente una labor de
mantenimiento para evitar el crecimiento
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El enebro comn (Juniperus communis) es la especie ms extendida en nuestro territorio, ya que lo podemos encontrar en prcticamente todos los parajes del municipio y en todo tipo de ambientes: en el pinar, en el monte, en las lastras, en las
navas del pinar Se desarrolla bien sobre todo tipo de suelos, salvo los que son muy
arcillosos o con sales. En Luzaga suele presentarse como un arbusto de 1 a 3 m de
altura que en ocasiones es completamente rastrero. Acostumbra a tener varios troncos desde prcticamente la base y a menudo las ramas son retorcidas. En las praderas del Pinar no son raros los individuos que tienen un aspecto ms propio de rbol,
con porte columnar y una mayor altura.
Naturaleza
Las principales caractersticas que utilizaremos para identificarlo son las que vamos
a describir a continuacin. Las hojas son agujas con una nica banda blanca en su
cara superior.
En ocasiones esta banda estomtica clara tiene un entrante verde, pero que en
ningn caso la divide en dos. Las otras caractersticas que nos ayudan a identificarlo
son el color y el tamao de los frutos, que en este enebro son de color azulado-violceo en la madurez y menores que los de nuestro otro enebro. En realidad los
cucos del enebro no son frutos desde el punto de vista botnico sino pias en las
cuales las escamas han sido dotadas por la evolucin de una envuelta carnosa que
les permite dispersar las semillas mediante pjaros u otros animales. El nombre que
encontraris en libros especializados para los cucos es el de arcstidas o glbulos.
Slo los ejemplares femeninos tienen frutos. Estos cucos son los que se emplean
en la elaboracin de la ginebra.
Nuestra otra especie de enebro es Juniperus oxycedrus, para el cual he escuchado
a nuestros mayores el nombre de enebro albar. En otras regiones espaolas le llaman enebro de la miera. En nuestro pueblo se trata de un arbusto que puede alcanzar unos 4-5 m de altura y que no es, con mucho, tan abundante como el enebro
comn. En otras zonas ibricas es un rbol que puede alcanzar con cierta facilidad los
10 m de altura. Se encuentra mejor adaptado que el enebro comn a condiciones
secas y clidas, aunque tambin soporta el fro intenso y buena prueba de ello es que
lo podemos encontrar en nuestra comarca. En Luzaga los solemos encontrar en parajes con suelos poco profundos y pedregosos que retienen poca humedad donde reciban una notable insolacin. Los mejores ejemplares de esta especie los podemos
localizar en La Cuerda. En el Monte tambin podemos encontrarlos en las partes altas,
muy raramente en el fondo de los valles.
Las hojas de este enebro, a diferencia de las del enebro comn, presentan dos bandas blancas perfectamente separadas en la parte superior de las hojas. Adems los
pies femeninos presentan frutos de gran tamao y de color rojizo en la madurez.
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Naturaleza
Fig. 3. Hojas aciculares de enebro albar donde se pueden ver las dos bandas blancas caractersticas de esta
especie.
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Naturaleza
En Luzaga las sabinas no dominan sobre amplias extensiones sino que se pueden encontrar salpicadas entre encinas y robles, en zonas ocupadas por tomillos, cambrones o aliagas e incluso en los bordes de parcelas o en majanos. En su forma natural
cuenta con ramas hasta la base pero a menudo se pueden encontrar ejemplares que
han sido podados (se suele decir escamondados en pueblos prximos) para ofrecer sus ramas como alimento al ganado (no he podido confirmar este punto an en
el pueblo) o utilizarlas como lea.
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Naturaleza
Por ltimo, la sabina negral o mora (Juniperus phoenicea) es un arbusto bastante
inusual en nuestro territorio, al requerir condiciones ambientales ms secas y clidas
que las que se dan por Luzaga. El paraje donde es ms fcil verla es La Cuerda,
donde crece sobre suelos pedregosos o incluso sobre la propia roca. En estos sitios,
el escaso desarrollo del suelo genera unas condiciones de sequa al no ser capaz de
retener la humedad procedente de las precipitaciones. Esta especie es la nica de
nuestros Juniperus en las que un nico ejemplar presenta flores masculinas y femeninas. Por tanto, en todos los ejemplares adultos podemos encontrar frutos, rojizos
en su madurez.
Las diferencias entre esta especie y la anterior sin tener en cuenta los frutos son
algo ms sutiles, y hay que fijarse que las hojas van perfectamente situadas unas a
continuacin de otras (imbricadas) de forma que el tacto que dan las ramillas es muy
suave, a diferencia de la sabina albar que cuenta con ramillas de tacto ms aspero.
ArdAl: HistoriAs y relAtos de luzAgA
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LOS
SALOBRALES DE LUZAGA
por Julio Gonzalo Hernando
Introduccin
El trmino Salobral deriva del latn salis que hace referencia a sal y por extensin a un terreno salino. Por tanto un salobre o salobral es un terreno donde abunda
la sal. Estos espacios cuando se encharcan fruto de las lluvias o de manantiales prximos quedan cubiertos por una capa de agua salada, despus con el sol del verano
parte de ese lquido o todo se evapora y se queda el suelo de color blanco fruto de la
sal que se ha solidificado en el terreno. En estos lugares se asienta desde la antigedad el ser humano porque son ideales para varios aprovechamientos, entre ellos:
-Obtencin de sal utilizada para conservar alimentos, tales como carnes y pescados.
-Uso de la sal como moneda de cambio debido a su gran valor como conservante alimenticio.
-Lugar de pastoreo, pues esos terrenos son muy adecuados para llevar los ganados
a pastar, dado que muchos animales incluyen la sal en su dieta. Por este motivo a
ovejas, cabras, vacas, mulas les gusta tanto lamer la sal que queda en estos suelos.
En nuestra comarca hay muchos salobres o salobrales, algunos de ellos convertidos
en salinas para la obtencin de sal (Salinas de Medinaceli, Saelices de la Sal, Imn)
y otros sin esa infraestructura (Aguilar de Anguita, Cortes de Tajua). En Luzaga tenemos cuatro topnimos que hacen referencia a lugares donde abunda la sal, son los
Salobrales de Luzaga que enumero a continuacin:
-El Salobral.
-El Salobral Cabezo: alude a un espacio elevado que hay cerca de El Salobral (el
anterior). Por tanto si somos estrictos en Luzaga hay tres Salobrales, pues este hace
referencia al mencionado en primer lugar.
-El Salobral de Nava del Tiemblo.
-El Salobralillo del Val.
El Salobral
Ya he sealado la procedencia y significado de esta palabra. En el pasado, en la documentacin escrita sobre Luzaga de los siglos XVIII y XIX, figura indistintamente
como El Salobral o El Salobre. Durante el siglo XX se impone a nivel escrito y oral el
trmino Salobral y desaparece el de Salobre. En la actualidad es un nombre de uso
absolutamente generalizado entre todos los luzagueos de manera que se mantiene
y parece que lo seguir haciendo en el futuro ms prximo.
El Salobral es una llanura a modo de prado que se extiende desde la Primera Aguan-
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En la documentacin del siglo XIX figura como Salobral de Navaltiemblo. En la actualidad todos los luzagueos siguen hablando del paraje de Navaltiemblo, pero se
tiende a perder el topnimo de Salobral de Navaltiemblo.
Es interesante sealar que en el pasado este espacio era frecuentado por los pastores que llevaban all sus ganados. Estos luzagueos acostumbraban a decir que el
ganado (ovejas, cabras, mulas, vacas) se iba all sin que lo guiara el ganadero, est
claro que los animales eran listos y recordaban lo que all haba: pastos del pinar,
agua y sal. Relacionado con este detalle he de sealar que hasta el siglo XIX cruzaba
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LAS
En el invierno, cuando las grandes nevadas, nos daban mucho trabajo. Por ejemplo, los que tenamos en La Lastra
conocida como La Casa del Rey, como
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Costumbres y Tradiciones
haba nieve de un metro de altura, nos
juntbamos todos los que tenamos ovejas en dicha lastra y para que pudieran
beber agua en el Arroyo tenamos que
hacer un camino quitando la nieve con
palas. Eran impresionantes aquellas nevadas. Estaban las ovejas varios das sin
poder salir de las parideras nada ms que
a beber agua en el Arroyo. As es que se
alimentaban los animales de todo lo que
preparbamos para el invierno: piensos,
paja, alfalfa, veza y hierba seca. Cuando
llegaba finales de marzo ya habamos
acabado con todas las existencias. Todos
los inviernos se moran ovejas y sobre
todo corderos, se moran de hambre.
En el Monte, como est ms retirado del
pueblo, haba parideras que no estaban
ocupadas en el invierno y como estaban
las puertas abiertas con las nevadas se
metan las perdices. Despus cerraban las
puertas y las cogan vivas. Yo recuerdo
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URRN
Eva Murillo Sanz
Pocas cosas hay tan tpicas de la Navidad como el turrn. Aqu os ofrecemos la receta por si os atrevis a fabricar vuestro propio turrn casero. Que lo disfrutis!
INgREDIENTES:
-
ELABORACIN:
1. Calentar a fuego lento la miel en un cazo hasta que se evapore todo el agua.
Aadir el azcar y mezclar con una cuchara de madera.
2. Batir la clara del huevo a punto de nieve y aadir la mezcla de miel y azcar.
Mezclar sin parar durante 8-12 minutos y luego poner sobre un fuego lento hasta
que la mezcla empiece a caramelizarse (el color se hace marrn).
3. Aadir las almendras a la mezcla con la piel rallada de un limn. Mezclar bien y
dejar enfriarse durante unos minutos.
4. Verter la mezcla en moldes de madera o metal forrados con papel de cocina.
5. Despus de 2 horas y media el turrn est listo. Una vez que est completamente frio, hay que colocar los trozos en un contenedor hermtico.
Puedes Encontrar la receta original en:
http://www.euroresidentes.com/Recetas/navidad/turron.htm
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No te lo pienses, participa!
Esperamos que disfrutis de este nuevo nmero y que os animis a
participar con vuestros relatos sobre historia, naturaleza, excursiones,
recetas de cocina, etc... Os deseamos un Feliz 2013 lleno de salud,
de amor, de colaboracin y de resistencia ciudadana.
Si quieres, t tambin tienes mucho que aportar. Si tienes algo que contar, alguna
idea o sugerencia, ponte en contacto con nosotros o escrbenos a:
gracias totales
Como en ediciones anteriores, este nmero no habra sido posible sin
vuestra ayuda, una vez muchas gracias por dedicarnos vuestro tiempo y
conocimiento.
Gracias totales a:
Julio Gonzalo que nos muestra, siempre
incondicional, la historia de todos los rincones
de Luzaga, a Csar Morales, que no ensea a
reconocer y valorar nuestros tesoros naturales,
a Gabriel Daz Gallego, que nos cuenta,
siempre en primera persona, la forma de vida
en el pueblo, y a David Sedeo que, como
siempre, le da vida y color a esta revista.
FeLiz
ao
Nuevo!
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