Gianni Rodari - La Imaginacion en La Literatura Infantil
Gianni Rodari - La Imaginacion en La Literatura Infantil
Gianni Rodari - La Imaginacion en La Literatura Infantil
Hay dos clases de nios que leen: los que lo hacen para la escuela,
porque leer es su ejercicio, su deber, su trabajo (agradable o no, eso
es igual); y los que leen para ellos mismos, por gusto, para satisfacer
una necesidad personal de informacin (qu son las estrellas, cmo
funcionan los grifos) o para poner en accin su imaginacin. Para
"jugar a": sentirse un hurfano perdido en el bosque, pirata y
aventurero, indio o cowboy, explorador o jefe de una banda. Para jugar
con las palabras. Para nadar en el mar de las palabras segn su
capricho.
La literatura infantil, en sus inicios, sierva de la pedagoga y de la
didctica, se diriga al nio escolar que ya es un nio artificial,
de uniforme, mesurable segn criterios meramente escolares basados en
el rendimiento, en la conducta, en la capacidad de adecuarse al modelo
escolar. Entre los siglos XVII y XVIII nacen la primeras escuelas
populares, fruto ltimo de las revoluciones democrticas y de la
industrializacin. Hacen falta libros para esas escuelas; libros para
"los hijos del pueblo". Les ensearn las virtudes indispensables para
las clases subordinadas; la obediencia, la laboriosidad, la frugalidad,
el ahorro. La literatura infantil es uno de los vehculos de la
ideologa de las clases dominantes.
El nio-que-juega se defiende como puede de esa literatura edificante.
Se encarama al estante del adulto y le roba las obras maestras de la
imaginacin, a las que en cierta manera consigue adecuar a sus propias
exigencias: el Quijote, Robinson Crusoe, Gulliver, Orlando el Furioso.
Se apodera de las fbulas populares que generaciones de folkloristas y
de estudiosos de genio han ido transcribiendo de las tradiciones
orales, sin sospechar, por lo menos inicialmente, que estaban regalando
al incipiente nio lector patrimonios de fantasa. El nio recorta as,
de los acontecimientos del mundo adulto, sus propios espacios, la
expansin planetaria de la raza blanca, la conquista del oeste
americano, la fundacin de los imperios coloniales europeos en Africa y
Asia, se convierten para l en materia prima de aventuras exticas. No
advierte que a travs de esos libros pasa la ideologa de la raza que
se cree destinada al dominio del mundo, que los impregnan los
enfrentamientos entre las potencias coloniales, que sostienen siglos de
sufrimientos para millones de hombres; le es suficiente con identificar
unos espacios elegidos por la fantasa, imaginarias patrias para su
relaciones en el mundo.
Definir el libro como "un juguete" no significa en absoluto faltarle el
respeto, sino sacarlo de la biblioteca para lanzarlo en medio de la
vida, para que sea un objeto de vida, un instrumento de vida. Ni tan
slo significa fijarle unos lmites. El mundo de los juguetes no tiene
lmites, en l se refleja y se interfiere el mundo entero de los
adultos, con su realidad cambiante. Hasta figuran los tanques, por
desgracia...
Mucho se ha escrito sobre la importancia del juego en la formacin
humana. Pero quizs no creemos en aquello que escribimos y decimos,
porque en la realidad cotidiana el juego y los juguetes an son
considerados como parte de lo que es superfluo y no como elementos de
lo que es necesario: as se comportan, en la prctica, arquitectos y
urbanistas, pero tambin la escuela, en la que para el juego existe la
"hora de recreo", bien diferente de la hora de "clase", es decir de las
"cosas serias". Es una equivocacin. En la escuela tendra que haber
una "ludoteca", como existe una biblioteca. El juego es tan importante
como la historia o la matemtica (las matemticas juegan con los
nmeros; basta dar una ojeada a las revistas de matemticas para
descubrir
los
juegos
que
se
inventan
para
la
calculadora
electrnica...).
Imaginacin-juego-libro
Para una literatura infantil que no caiga sobre los nios como un peso
externo o como una tarea aburrida, sino que salga de ellos, viva con
ellos, para ayudarlos a crecer y a vivir ms arriba, tendramos que
conseguir relacionar ntimamente estos tres sustantivos: imaginacinjuego-libro.
El papel de la imaginacin
Para ello es indispensable una valoracin distinta de la imaginacin.
Es imprescindible, en primer lugar, rechazar esa tradicional oposicin
entre fantasa y realidad, en la que realidad significa lo que existe y
fantasa aquello que no existe. Esa oposicin no tiene sentido. No
existen acaso los sueos? No existen los sentimientos por el hecho de
no tener cuerpo? De dnde sacara la fantasa los materiales para sus
construcciones si no los tomara, como de hecho hace, de los datos de la
experiencia, ya que no entran en la mente ms datos que los de la
experiencia?
La fantasa es un instrumento para conocer la realidad (Hago servir
indistintamente como sinnimos las palabras "fantasa" e "imaginacin",
porque ya estn lejos aquellos tiempos en que los filsofos, teorizando
a posteriori sobre la divisin del trabajo, los distinguan, para luego
adjudicar la "fantasa" creadora a los artistas y la "imaginacin"
prctica a los trabajadores manuales). Otros instrumentos son los
sentidos. Otros, el pensamiento crtico, la ciencia, etc. La mano tiene
cinco dedos: por qu la mente slo ha de tener uno? Por el contrario,
tiene muchsimos.