El Relato Policial
El Relato Policial
El Relato Policial
El enigma
“En el lenguaje cotidiano, un enigma es un misterio que requiere ser develado. Plantear un
enigma es proponer una incógnita acerca de algún hecho cuya explicación no se conoce o acerca
de una persona que oculta un secreto. Generalmente los enigmas pueden resumirse en algunas de
estas preguntas:
¿Quién fue?
¿Cuál es la verdad?
Para responder estos interrogantes, resulta necesario que la persona que quiere
descubrirlos recaude toda la información posible acerca de los hechos y de quienes intervinieron
en ellos. Recién entonces estará en condiciones de rearmar la historia como si fuera un
rompecabezas, orientando su investigación con la ayuda de indicios o pistas. Casi siempre, el
descubrimiento de la pieza faltante, gracias al ingenio, la lógica o el azar, permite construir el
rompecabezas completo, posibilitando de ese modo, que se produzca la revelación. Precisamente,
develar un enigma es revelar aquello que hasta el momento se encontraba oculto o carecía de
explicación.
La función del enigma en los relatos y la actitud que provoca en los receptores lo han
convertido en uno de los motores más atractivos de las historias ficticias que inventan los
escritores. Tanto es así que, a partir del planteo de enigmas y de la investigación que requiere su
develamiento, se ha establecido un género literario particular: el relato policial. De todos modos,
no hay que olvidar que los enigmas no solo aparecen en los relatos policiales donde un
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investigador o detective se encarga de resolverlos. De hecho, ya en los tiempos antiguos fue
reconocida la capacidad del enigma para crear historias y provocar la atención del
público.”(Lengua y literatura I: 1999. Pp. 106)
Peripecia y Reconocimiento
El los relatos policiales el enigma gira alrededor de un delito, el lector se pregunta ¿quién
ha asesinado a la víctima?, ¿Quién ha realizado el robo?, ¿Quién ha cometido el delito?, entre
otras posibles preguntas.
“El relato policial tanto en forma de cuento o de novela, tuvo su mayor desarrollo en las
primeras décadas del siglo XX, conformando un público que les exigía a los escritores enigmas
cada vez más sofisticados.
A medida que pasaron los años, el género policial fue sufriendo modificaciones
importantes: llegó a hacer detectives que eran culpables del crimen o delincuentes que contaban
su historia en primera persona. En muchos relatos policiales, el enigma perdía importancia e
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interesaba más la personalidad del culpable o el contexto social en el que se desarrollaba la
historia” (Lengua y literatura I: 1999. Pp.116)
En todo relato policial debe haber un investigador que reúna los indicios y las
huellas que se necesitan para llegar a la justa develación del culpable.
El culpable debe ser descubierto por medio de una serie de deducciones, no
accidentales ni producto de la casualidad o la confesión.
El culpable debe ser uno de los personajes centrales del relato.
Para la solución del enigma es indispensable apelar a recursos verosímiles.
Los indicios o las pistas que conducen a la develación del enigma deben estar a la
vista, pues el valor del juego reside en la lealtad del autor para con el lector, a cuya
perspicacia debe apelar en todo momento.
Los móviles del crimen, es decir las causas que tiene el culpable para cometerlo,
deben ser personales y verosímiles. (Lengua y literatura I: 1999. Pp. 116-117)
El investigador
En los relatos policiales, el personaje que cumple la función de realizar la investigación es
generalmente un policía o un detective que se caracteriza por su inteligencia y por su capacidad de
observación, análisis y deducción. En algunos casos aparecen ambos, es decir, el policía y el
detective, ellos compiten en la resolución del caso, casi siempre es el detective quien logra
alcanzar la verdad. Frecuentemente con el detective colabora un amigo o ayudante que es testigo
del modo en que aquel devela el enigma y que se sorprende de sus habilidades y de sus
deducciones.
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Rodolfo Walsh creó un personaje que se reitera en más de una historia: el comisario
Laurenzi, quien aparece en varios relatos policiales del autor.
La víctima
En los relatos policiales puede haber una o más víctimas. En el cuento “En defensa propia”,
hay en realidad dos víctimas. La primera es el hombre que yace sin vida en la casa del Juez. La otra
es el propio Juez, como lo descubre el lector cuando el comisario explica los verdaderos móviles
del hecho. Es decir, en la situación de chantaje que antecede al crimen, es el Juez quien cumple la
función de víctima; en cambio, en la situación enigmática propiamente dicha, el juez se convierte
en culpable y el chantajista en víctima.
En el caso del cuento “En defensa propia”, no hay sospechosos porque el culpable revela
desde el comienzo su identidad. Por eso mismo, no presenta ninguna coartada, pero introduce
pistas falsas para desorientar al comisario Laurenzi acerca de los móviles del crimen.
El enigma
En los relatos policiales parecen formulados dos enigmas fundamentales: ¿Quién cometió
el crimen? Y ¿cómo lo hizo? Para poder resolverlos, el investigador reconoce la escena del hecho,
interroga a los sospechosos, sigue las pistas y busca indicios o huellas que lo orienten en su tarea.
Además es preciso que utilice su capacidad de deducción, su inteligencia y los saberes que posee
para llegar a la resolución. Por último se produce la reconstrucción del hecho, que finaliza con el
develamiento del enigma.
El enigma del relato “En defensa propia” presenta algunas variaciones con respecto a las
características mencionadas. El investigador saber de antemano quién es el culpable del crimen,
pero debe averiguar si este fue cometido en defensa propia o por motivos personales. Además de
la importancia que tiene la deducción, en este cuento es fundamental la experiencia del comisario
como investigador y la ayuda que le otorga su memoria para reconocer la identidad de los
distintos personajes que intervienen en la historia. Todos esos elementos contribuyen a plantear
el verdadero enigma del cuento, que no es ¿quién cometió el crimen?, sino ¿por qué lo hizo? Y
¿cómo lo hizo?
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Peripecia
En el cuento en cuestión, la peripecia, es decir el cambio de situación de un estado a otro,
se puede observar en los dos personajes principales: el comisario Laurenzi y el Juez. Para Laurenzi
el hecho de comprobar que el juez Reynal era el asesino y el hecho de tener que llevarlo ante la
justicia le provocó una situación de duda moral y lo hizo decidir tomar distancia de su profesión.
Para el juez Reynal el hecho de haber asesinado a quien le quitó el amor de su hija le cambia de
modo radical su vida intachable como hombre de la justicia a delincuente.
Reconocimiento
En el cuento “En defensa propia”, el reconocimiento se produce cuando el comisario
Laurenzi reconoce que el Juez Reynal es el asesino y que realmente no ha actuado en defensa
propia, sino que había preparado la situación para matar a quien le había arrebatado a su querida
hija.
La segunda historia es la historia del crimen. Generalmente, esta aparece al final, cuando
el investigador reconstruye los hechos hasta exponer la resolución del enigma. La historia del
crimen es anterior a la de la investigación, pero su relato aparece una vez finalizada esta última.
La presencia de estas dos historias significa que en los relatos policiales se produce una
alteración en la sucesión temporal de los hechos, es decir en la cronología, ya que sólo así es
posible que exista un enigma. La resolución del mismo hace posible el restablecimiento de la
cronología.