Analecta 109
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Analecta Calasanctiana
PUBLICACIN SEMESTRAL
RELIGIOSO CULTURAL Y DE INVESTIGACIN HISTRICA
SUPLEMENTO DE REVISTA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIN
NM. 109
ENERO-JUNIO 2013
MADRID
NDICE
OBSERVATORIO CALASANZ - PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL
DE LA INFANCIA Y LA JUVENTUD. VERACRUZ, 17-20 DE OCTUBRE DE 2012
PRESENTACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Cambio de hbitos para una mejor calidad de vida, un reto para todos
Luz Irene Moreno Landa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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ESTUDIOS CALASANCIOS
PRESENTACIN
CON LOS NIOS Y JVENES EN EL CENTRO
DEL CORAZN Y LA VIDA
Primer Encuentro Internacional Calasanz
de la infancia y la juventud
Del 17 al 19 de octubre de 2012 tuvo lugar en Veracruz (Mxico) el Primer Encuentro Internacional Calasanz de la infancia y la juventud. Cont con ms de 250
participantes de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua,
Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos, Espaa y Mxico, para una iniciativa que puso en
evidencia el estado de invisibilidad y de no significatividad en que se encuentran nios
y jvenes, incluso en nuestros das.
Organizado por la Orden de los Padres Escolapios, la iniciativa del Encuentro
parti del P. General de la Orden, P. Pedro Aguado, quien en su momento solicit a la
Universidad Cristbal Coln su realizacin para poner en marcha el Observatorio Calasanz, como instrumento permanente donde nios y jvenes estuvieran en el centro
de la atencin de educadores escolapios y quienes compartieran en el mundo y en la
Iglesia su preocupacin hacia ellos.
Las lneas temticas que vertebraban el Encuentro eran ciertamente variadas
y complejas. Incluan, por ejemplo, cuestiones relativas al rea de la salud, como la
nutricin y la actividad fsica, o el proceso salud-enfermedad, o el desarrollo psicolgico y la salud mental. Otras lneas hacan referencia a la escuela, su desempeo y
las necesidades educativas. Otras, finalmente, incluan la familia, los grupos sociales,
la legalidad, la historia o la espiritualidad. Un panorama muy amplio e interdisciplinar,
reflejo de la situacin tan compleja que viven nios y jvenes.
La primera voz autorizada que se escuch en el Auditorio, despus de la ceremonia de apertura, fue la de la Doctora M Luisa Aspe, Presidente del Instituto Mexicano
Presentacin
de Doctrina Social Cristiana, quien situ el horizonte cultural en que nos encontramos
y los valores que ha de encarnar especialmente el proceso de calidad de la educacin
para responder eficazmente a la demanda de la sociedad. Con clara identidad catlica,
centr en la esperanza la necesidad ms urgente de hoy.
Dios s, Religin no, fue el tema que desarroll el Rector de la Universidad, el
P. Juan Jaime Escobar Valencia, escolapio, procurando situar el mundo religioso de
nuestros jvenes. Partiendo de su amplia experiencia en la pastoral juvenil y en el
acompaamiento personal de los jvenes, fue repasando todas las ofertas religiosas
de hoy y la evolucin social ms reciente del tema. El tema se complet con la mesa
redonda en la que particip junto con la Dra. Aspe y el Mtro. Arturo Araiza.
El Dr. Miguel Carbonell Snchez centr su exposicin en la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos de la Infancia. El cambio operado en la Carta
Magna de Mxico tiene su reflejo tambin en la situacin de la infancia, y el marco legal
que protege sus derechos necesita ser bien conocido para su aplicacin. Su postura
fue todava ms desarrollada por la Mtra. Martha Elena Len Garca, al aplicarla a la
educacin de los nios en Mxico, y por la catedrtica Mara Socorro Aguayo Ceballos.
En ese mismo contexto, el Mtro. Miguel ngel Cordova plante la situacin del abuso
que sufren los nios y la experiencia de su deteccin en las escuelas.
El Dr. Jess Galindo Cceres plante el tema de la arquitectura social y los usos y
abusos de las redes sociales por los jvenes. Plante las caractersticas de la ingeniera social, con amplias referencias a todo lo que ha supuesto y significa la implantacin
de redes como Facebook. La mesa redondo reuni tambin al director de noticias de
TV Azteca, Lic. Guillermo Muoz Hernndez, al Ing. Aldo Rodrguez Flores, webmaster
de grupo PAZOS y XEU, y al catedrtico Mtro. Manuel Mora Pineda.
Este primer Encuentro fue el marco en que se present el documental De tres,
uno, presentado por Francisco Javier Bautista de la Cruz, Director de fotografa, sobre la respuesta educativa que encuentran los jvenes de Campeche. El documental
est dirigido por el escolapio P. Elo Chvez.
El Dr. ngel I. Prez Gmez plante la necesidad de que evolucione la institucin
escolar al plantear las necesidades que surgen de educarse en la edad digital. Es autor
de un libro con este mismo ttulo, publicado por ediciones Morata, que fue presentado
por el Mtro. Alfonso Ortz Quezada. En la mesa redonda que atendi la atencin a la
diversidad para construir una sociedad inclusiva, participaron el Dr. Carlos Campos Almeida, el Mtro. David Sosa Lpez, y la Profesora Rosara Mara Hernndez Detro, todos
ellos con experiencia en el mbito de la educacin pblica.
La exposicin magistral de la Dra. Luz de Lourdes Eguiluz Romo sobre la buena
vida en pareja y sus efectos en la salud, dio paso a la mesa redonda en la que se compartieron experiencias sobre la situacin que viven nios y adolescentes, en diferentes
Presentacin
DIOS S, RELIGIN NO
Acercamiento a la realidad religiosa de la Juventud Actual
Juan Jaime Escobar Valencia, Sch. P.
Al alba del nuevo milenio se va afianzando una desafeccin, tanto por lo que
respecta al atesmo militante, como a la fe tradicional en las culturas del Occidente secularizado, presa del rechazo, o ms simplemente, del abandono de las creencias tradicionales, ya sea en lo que concierne a la prctica religiosa, como en la adhesin a los contenidos doctrinales y morales. El hombre que hemos denominado homo indifferens, no
deja por ello de ser homo religiosus en busca de una nueva religiosidad perpetuamente
cambiante. El anlisis de este fenmeno descubre una situacin caleidoscpica, donde
se da a la vez todo y lo contrario de todo: por una parte, los que creen sin pertenecer y,
por otra, los que pertenecen sin por ello creer ntegramente el contenido de la fe y sobre
todo los que no tienen intencin de asumir la dimensin tica de la fe. Verdaderamente,
slo Dios conoce el fondo de los corazones, donde su gracia trabaja en lo escondido.
(Documento Dnde est tu Dios?, Consejo Pontificio de la Cultura, N 7).
INTRODUCCIN
Escuch en una ocasin al Cardenal scar Andrs Rodrguez Maradiaga hacer el siguiente anlisis sobre la realidad de un aparente resurgir espiritual en el comienzo del siglo,
coincidente con un enfriamiento creciente de la participacin religiosa o eclesial. Deca:
Algunos estudios sealan que un aumento de espiritualidad no es incompatible con un descenso de eclesialidad ni con un impacto decreciente de la religin
en la propia vida. Hoy se saluda con gozo ingenuo el que la bsqueda de espiritualidad de nuestros das trascienda iglesias y religiones. Dada la exacerbacin del
sentimiento individual, la mayor parte de las veces sera ms justo decir que esta
bsqueda no es que trascienda, sino que no llega ni a la Iglesia ni a la religin, pues
se asla en la soledad del propio corazn.
Hace unos aos hizo fortuna la siguiente escala: en los 60 se deca Iglesia
no, Cristo s; en los 70, Cristo no, Dios s; en los 80, Dios no, religin s; y en los
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No son pocas las personas que sealan con entusiasmo el decrecimiento de las
posiciones ateas, especialmente de las fundadas en sistemas filosficos, y el creciente inters de los hombres y mujeres de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI por realidades y experiencias espirituales. Sin embargo, como bien lo dice el Cardenal Rodrguez
y como lo seala el documento citado como umbral de esta intervencin, tal inquietud
por lo espiritual no puede ocultar la realidad de una falta de sentido religioso y eclesial y,
aadira yo, de experiencia real de Dios y seguimiento de Cristo. Hace treinta o cuarenta
aos Dios era un tema que suscitaba apasionadas defensas de la postura de fe o de las
diversas posturas no creyentes. Hoy, a pesar del inters de muchas personas por descubrir sus ngeles, sus buenas energas, o estar en armona con el cosmos, y an a pesar
de la simpata que como ejemplo de humanidad pueda despertar Jesucristo, lo cierto es
que prevalecen las posiciones indiferentes, agnsticas y claramente no religiosas.
Cmo viven esta situacin los jvenes de hoy? Comencemos por aclarar que al
decir los jvenes de hoy, incurrimos en el riesgo de las generalizaciones inadecuadas
que nos llevan a juzgar la posible postura de la mayora, fundndonos en lo que nos
parece la postura de algunos, quiz de muchos. Con todo, con miras a poder realizar
un acercamiento al problema religioso en la juventud actual, no tenemos ms remedio
que atrevernos a postular una cierta generalidad en las posiciones y sentimientos de
los jvenes, sin por ello negar que deben existir, tienen que existir, muchos casos
particulares que cuestionan o contradicen lo que vamos a plantear. Asumiendo esta
advertencia, habra que sealar que los jvenes, como exponentes destacadsimos
de la cultura predominante, viven especialmente estas posiciones de cierta inquietud
espiritual que convive con una indiferencia religiosa y, a veces no slo con una indiferencia, sino con una negacin de la participacin en una experiencia religiosa concreta.
Esta realidad es la que explica el ttulo asumido para esta charla: Dios s, religin no;
aunque, si afinamos nuestro acercamiento a las circunstancias de la juventud actual,
habra que decir ms bien: Inquietud por lo espiritual, s; Dios, tal vez; religin, no.
Desarrollaremos esta reflexin en dos momentos: En primer lugar, haremos un
acercamiento fenomnico a la postura que tienen los jvenes ante lo espiritual, Dios
y la religin; y en segundo lugar nos plantearemos algunas causas que explican el por
qu de la realidad anterior.
1.
Dios s, Religin no
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Inquietud espiritual, s: Los jvenes de hoy no son los jvenes con posiciones radicales de increencia de otros tiempos. Por lo pronto, no lo son, porque
difcilmente tienen posiciones radicales sobre algo. De otra parte, su apata
y abulia para los temas filosficos densos, su desinters por la lectura de los
grandes autores y su tendencia a fundamentar sus posiciones existenciales
nicamente sobre sus opiniones, muchas de ellas emotivas y sentimentales,
no favorecen la aparicin de posturas no creyentes slidamente articuladas
en argumentos. Por eso, no tienden a ser ateos. Ahora bien, lo anterior no
implica sin ms que tiendan a ser lo contrario, es decir, creyentes, pues, por
las mismas razones por las cuales les cuesta la radicalidad para no creer, les
cuesta igualmente ser radicales para creer. Sin embargo, a pesar de no ser
claramente creyentes ni ser claramente no-creyentes, es verdad que manifiestan una cierta inquietud espiritual en forma de preguntas o necesidades
existenciales. El mundo que les rodea, tan obsesivamente centrado en la satisfaccin de anhelos de posesin material y de placeres sensibles, suele dejar
abierta en los jvenes la herida de un algo que falta. Ya en los aos 60,
los jvenes de los movimientos underground comenzaron una bsqueda por
hallar un sentido espiritual a la vida. El consumo de substancias como el LSD,
la psicodelia y hasta la peregrinacin de los Beatles a la India, dan fe de un
proceso de bsqueda de algo que la sociedad de consumo no poda ofrecer.
Algo similar sucede entre los jvenes de hoy. La inquietud espiritual se manifiesta como un malestar o resaca que deja en la juventud la vida social actual.
Las familias en crisis, la soledad creciente, las tendencias depresivas, la frustracin interior que genera tener bienes o placeres y no tener un sentimiento
claro de dicha, se convierten en una pregunta por si hay algo ms, alguien
ms, algunos valores ms en una dimensin espiritual. Tal pregunta no es
otra cosa que la expresin de una necesidad planteada por anhelos a los que
el mundo del consumo no responde y que, peor an, son exacerbados por las
deprivaciones, soledades y tristezas que muchos jvenes de hoy sufren.
Dios, tal vez: La inquietud espiritual de los jvenes es lo suficientemente
difusa para no ser necesariamente una opcin por Dios. No lo es, porque en
principio puede ser simplemente un anhelo y no necesariamente una bsqueda. La falta de radicalidad de la juventud actual, hace que desee algo; pero
no necesariamente hace que busque con ilusin e intensidad eso que desea.
De otra parte, la inquietud espiritual puede ser satisfecha sin necesidad de
plantearse un encuentro personal con un Dios personal. Basta con buscar
armonas, niveles de energas, limpiezas del aura, encontrar los nmeros
adecuados, ubicar la cama de acuerdo a las normas de fengshui o hallar el
ngel asignado en el momento del nacimiento. Nada de lo anterior implica
realmente una fe en un Dios personal. Incluso, al plantear la posibilidad de
una creencia en Dios, ste puede ser una idea csmica, una energa primordial, un sumo bien pseudoplatnico, o una especie de duende familiar que me
escucha o me protege. Ni siquiera hay que creer ingenuamente que el Dios
por el que optan algunos jvenes, es el procedente del raciocinio sistemtico al estilo de causa de todo lo que existe u ordenador que explica el orden
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2.
Dios s, Religin no
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que fue la predominante en nuestros pases, tambin ha colaborado causalmente en la actitud que la juventud actual tiene hacia Dios y hacia la experiencia religiosa. Algunos puntos para poner de relieve:
La religin de cristiandad con su postura triunfalista, con su convencimiento de ser religin de masas y religin transmitida culturalmente de
generacin en generacin, descuid gravemente los procesos evangelizadores y catequticos, especialmente los dirigidos a los nios y jvenes.
Todava hoy en da, cuando muchsimas familias ya no forman en la fe, la
Iglesia sigue creyendo que los rudimentos de la experiencia cristiana han
de aprenderse en casa. Y, claro est, en muchsimas casas ya no se ensean los elementos bsicos de la experiencia de fe. Esto deja a los nios sin
ni siquiera plantearse como realidad fundamental de su vida la fe. Cuando
en la poca escolar aparece con alguna fuerza o coherencia el discurso religioso, ste resulta tan extrao, que termina siendo incomprensible para
muchos nios y jvenes.
Los procesos de cuestionamiento de las posiciones filosficas y teolgicas
tradicionales (anteriores al Vaticano II), aunque para los iniciados en la religin e incluso en la reflexin teolgica han sido motivo de crecimiento en
la fe y de profunda alegra, han tenido sin embargo efectos colaterales. La
doctrina por todos conocida y por todos sabida que era fcil de transmitir
a los hijos, dio paso a una nueva doctrina menos clara, ms dependiente
de la orientacin del catequista de turno o de la escuela teolgica del
momento. Esto ha hecho difcil que las personas sin formacin teolgica,
(padres, madres, abuelos y abuelas) siguieran transmitiendo competentemente la experiencia religiosa a los hijos. Al mismo tiempo, los cambios
en la reflexin teolgica, si bien son comprendidos y valorados por quienes
conocen la teologa, han resultado desconcertantes para los cristianos
de a pie, quienes han sentido que su fe ha perdido el piso seguro que
tuvo en otro tiempo. Tal inseguridad ha llevado a poner una sordina a la
experiencia religiosa y a contagiar tal zozobra creyente a las nuevas generaciones (no saber en qu creer). Por ltimo, el proceso desmitificador de
las nuevas reflexiones teolgicas, tan gozoso y bello para muchos de nosotros, ha supuesto para otras personas la prdida de majestad de Dios,
la vulgarizacin del Misterio y, por ende, una menor fascinacin y atractivo
por lo religioso.
La experiencia religiosa estuvo muy centrada alrededor de lo cultual, litrgico y sacramental, lo simblico y lo ritual. Sin embargo, los cambios
iniciados en los 60 y que incluyeron una creciente postura iconoclasta,
llevaron a un empobrecimiento de la experiencia religiosa. El sentimiento
fervoroso que exista hacia las personas con un oficio ritual o hacia los
lugares y objetos sagrados, dio paso a una visin casi profana de los espacios, los objetos y las personas. Curiosamente las experiencias religiosas
que ms atraen hoy en da a los jvenes, suelen hacer muchsimo nfasis
en los iconos, los signos, los espacios celebrativos hermosos y sugeren-
Dios s, Religin no
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tes. Todo esto que hoy algunos procuran recuperar, fue diezmado durante
dcadas por una postura que hizo excesivo nfasis en la presentacin
racional y discursiva de la fe y descuid lo litrgico, ritual y simblico.
De otra parte, aquel anuncio de fe que convoc a tantos jvenes de los 60
y 70 alrededor de la construccin de un mundo ms justo y de un compromiso con los pobres de la tierra, no se adapt a los nuevos tiempos
con suficiente rapidez y por eso, se qued como una propuesta que emociona a los que tenemos ms de cuarenta aos; pero que no necesariamente convoca a esta juventud individualista y poco utpica de comienzos
del siglo XXI. Es verdad, hay jvenes con deseos de prestar algn servicio
social; pero para prestarlo no es necesario confesar en comunidad una
misma fe ni participar de una experiencia religiosa ni creer en un Dios.
Basta con apuntarse a una ONG. Para colmo, tales jvenes con inquietudes solidarias no son la mayora. La mayora estn ms preocupados por
su propia soledad y su propia tristeza y poco, muy poco les dice la realidad
de que a la puerta del mundo estn los que sufren.
Por ltimo, hay que reconocer que el antitestimonio de las instituciones
religiosas, particularmente de la Iglesia y en concreto de miembros destacados de su estructura jerrquica, y la falta de coherencia entre lo anunciado y lo practicado, han justificado una postura de plantearse tal vez la
fe en un Dios, pero no necesariamente la participacin en una experiencia
religiosa institucional concreta. En este sentido hay que tener en cuenta
que los jvenes, aunque en su vida personal no sean necesariamente coherentes, s exigen coherencia en quienes pretenden formarlos y ganarse
su admiracin. Por eso, los casos de inmoralidades, pederastia o enriquecimiento de miembros de la Iglesia, aunque fueran aislados o minoritarios,
han erosionado la confianza de la juventud en la institucin religiosa y en
lo que sta pretende representar.
Unido a todo lo anterior, estn esas otras causas que subyacen a las particularidades de una regin, de una familia y de una persona. Porque lo cierto es que la tendencia a dejar a Dios ms o menos entre parntesis y tender a prescindir de la experiencia
institucionalizada de la religin, es una cuestin compleja que no slo se explica en
virtud del entorno, sino que suele estar relacionada tambin con fondos profundos de
la vida personal, con vivencias afortunadas o desafortunadas de lo religioso e incluso
con realidades que tienen que ver con el conocimiento y la aceptacin de s.
Y sin embargo, todos los que trabajamos con jvenes, sabemos que a travs de
las marcas con las que lesionan algunos sus brazos, de las modas oscuras con las
que protestan contra un mundo que no los colma, de la bsqueda frentica en drogas,
fiestas, antros o placeres de algo que les d sentido, estn preguntando, buscando,
aguardando una Presencia que haga de sus vidas algo que valga la pena celebrar. Porque no slo son jvenes empoderados, tambin son jvenes dolorosamente vulnerables y dramticamente solitarios. Y no son slo jvenes desconcertados ticamente,
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tambin son jvenes que cargan pesados fardos de culpa y de dificultad para aceptar
lo que son. Tal vez no lo saben o no han hecho conciencia de ello; pero buscan a
Alguien que creen encontrar por un instante en un beso o en un instante de placer
y a quien vuelven a perder al amanecer con la resaca que deja una noche de fiesta.
Porque lo cierto es que conscientemente no se les nota mucha urgencia por Dios ni
grandes deseos por hallarlo y celebrarlo en una experiencia religiosa; pero internamente, all en los adentros donde anhelan lo que anhelan sin saber cunto lo anhelan,
necesitan urgentemente la presencia de Dios. Y a Dios, aunque la era acuario quiera
hacerlo presente a travs de energas, se le sigue hallando con los otros, a travs de
su testimonio y en la experiencia fascinante de hacer unidad en la diversidad, eso que
llamamos religin.
Termino narrando una ancdota de algo que me sucedi hace algunos meses con
un grupo de chicos a los que estaba acompaando en un retiro. Quines son esos?,
me preguntaron unos alumnos de Preparatoria viendo el icono de la Trinidad de Rublev
en el cual el Dios Uno y Trino est representado como tres bellos arcngeles sentados
alrededor de una mesa fraterna signo del amor ntimo y total. Les dije que eran el
Padre, el Hijo y el Espritu Santo y les expliqu el sentido del icono. Y aquellos jvenes
que usan iPod, que ya no reciben instruccin de fe de parte de sus familias, que no
suelen asistir a la Eucarista, se quedaron maravillados viendo aquella pintura. Les aad que si uno se colocaba delante del cuadro, poda ver que haba un puesto libre en
la mesa. Les dije que ese puesto era para cada uno de ellos. Una chica se me acerc
despus y me dijo que ella deseaba estar sentada ah, en ese puesto, para sentir que
despus de tanta soledad, al fin tena una casa y al fin era amada de verdad.
S, son jvenes empoderados y son los jvenes de este mundo posmoderno,
consumista e indiferente. Pero tambin son los jvenes que guardan el deseo de tener
casa, sentarse a la mesa y ser amados de verdad por alguien que no sea slo una idea
o una energa csmica, sino por Alguien que tenga el sabor de una familia y pueda
ofrecer el amor de un hogar al cual pertenecer.
El presente documento es una breve sntesis de la ponencia desarrollada en el Primer Encuentro Internacional Calasanz de la Infancia y de la Juventud, Veracruz, 18 de noviembre del 2012, basada en el
libro del mismo autor: Educarse en la era digital. Madrid, Editorial Morata, 2012.
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rales. No es fcil que las nuevas generaciones encuentren, en este escenario global,
acelerado, lleno de estmulos y posibilidades, annimo, diversificado y catico, una
manera racional y autnoma de gobernar sus sentimientos y sus conductas conforme
a valores debatidos, contrastados y elegidos.
LA ESCUELA DESBORDADA
Por lo general, y salvando excepciones bien relevantes, la escuela actual no responde satisfactoriamente a estos retos de la era digital. La escuela academicista actual, aunque en un estadio ms elaborado y sofisticado, sigue el mismo esquema de la escuela
industrial, por ello difcilmente puede responder a las exigencias de un mundo ya no mecanizado por las cadenas de montaje, sino abierto, flexible, cambiante, creativo e incierto. La escuela convencional que hemos heredado enfatiza la uniformidad, la repeticin, el
agrupamiento rgido por edades, la divisin y el encasillamiento disciplinar, la separacin
de la mente y el cuerpo, la razn y las emociones, los hechos de las interpretaciones, el
trabajo intelectual y el trabajo corporal, la lgica de la imaginacin, la racionalidad de la
creatividad y el trabajo del ocio. Con estos mimbres difcilmente puede responder a los
desafos de la era digital, al desarrollo de las capacidades de orden superior.
Por otra parte, conviene recordar que los nios contemporneos, en su mayora, no
fracasan en la escuela por el nivel de dificultad de una exigencia escolar dura, sino por
aburrimiento, por ausencia de inters. Ocupamos nuestro tiempo escolar en el aprendizaje
de datos, en la apropiacin memorstica de informaciones y tareas rutinarias de bajo nivel
(la lista de las proposiciones, las partes de la estructura gramatical, el listado de valencias
qumicas, los nombres y fechas de los reyes, frmulas matemticas) y se nos escapa la
tarea de ayudar a formar el pensamiento crtico y creativo, el desarrollo armnico de sus
emociones, la bsqueda de su identidad y sentido, la formacin de conocimientos, habilidades y actitudes que permitan el compromiso tico y poltico, la formulacin y reformulacin sensata y racional de sus modos habituales de conducta y comportamiento.
La escuela convencional tiene serias dificultades, como demuestran los estudios,
informes y evaluaciones nacionales e internacionales, para responder a este reto, para
fomentar el pensamiento aplicado, crtico y creativo, as como para ensear a desarrollar
y gestionar educativamente las emociones, actitudes y valores. Es lamentable, como demuestran algunas investigaciones (Wagner, 2010, 2011; Willingham, 2009), que cuanto
ms tiempo pasan los nios y las nias en el sistema educativo, menos curiosidad manifiestan, especialmente aquellos procedentes de los sectores desfavorecidos o marginados, cuyo ndice de fracaso y abandono en la escuela actual es claramente escandaloso.
Las aportaciones actuales de la neurociencia cognitiva
Por otra parte, los recientes y relevantes descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro (Damasio, 2010, Sousa, 2010, Immordino-Yang, 2011, Lakoff, 2011)
exigen repensar seriamente el sentido y naturaleza de los procesos de enseanza y
aprendizaje. Tres aspectos me parecen esenciales en estos descubrimientos:
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de la racionalidad moderna. El modelo de racionalidad cartesiana que alimenta el pensamiento ilustrado en el que hemos crecido los ciudadanos y docentes al dominar la cultura
y la concepcin de la educacin en los ltimos siglos se tambalea irremediablemente.
El modelo de racionalidad cartesiana caracterizado por la contumaz separacin de
las emociones y la razn, la mente y el cuerpo; la identificacin de la mente con la conciencia; la consideracin de la racionalidad como una instancia universal, consciente, lgica,
descontaminada, neutral, objetiva, sin contradicciones y alejada de las pasiones humanas;
la consideracin de la prctica como aplicacin mecnica y directa de la teora, y la infravaloracin de la experiencia, no describe cmo las personas piensan y construyen sus
significados, toman sus decisiones y actan en circunstancias concretas, en el mejor de
los casos definen una forma particular de entender cmo creemos que deberan pensar.
Restringir la preocupacin educativa al desarrollo y formacin de la conciencia,
obviando la poderosa y decisiva participacin de los mecanismos inconscientes supone a mi entender una miopa pedaggica responsable en gran medida de los reiterados
fracasos educativos. En las escuelas convencionales, por lo general, las emociones se
consideran componentes subsidiarios que hay que controlar para que no aparezcan ni
interrumpan la actividad de aprendizaje, antagonistas de la buena y objetiva cognicin.
Sin embargo, en la vida real y en el aprendizaje relevante, por el contrario, las emociones forman siempre una parte integral y esencial del aprendizaje.
Lo que es ciertamente relevante es que no tomamos una sola decisin que no est
influenciada por las emociones que hierven en el subconsciente. Si queremos influir en
el comportamiento prctico, propio o ajeno, debemos aprender a valorar las emociones
tanto como la conciencia. Para Damasio (2010), las emociones son programas complejos de acciones a los que subyace un programa cognitivo Como afirma InmordinoYnag, (2011), las evidencias neurocientficas sugieren que ya no podemos por ms tiempo justificar teoras de aprendizaje, ni prcticas pedaggicas que disocien la mente y el
cuerpo, el yo y los otros, en todo caso proponen la primaca de las emociones sobre los
conocimientos, de modo que en lugar de hablar de los conocimientos contaminados por
las emociones, sera ms correcto hablar de las emociones informadas cognitivamente.
El cerebro humano no es una mquina de calcular desapasionada, objetiva y
neutral que toma decisiones razonadas basadas en el anlisis fro de los hechos correspondientes, es ms bien, y ante todo, una instancia emocional, preocupada por la
supervivencia, que busca la satisfaccin y evita el dolor y el sufrimiento. La razn y la
emocin no son dos fuerzas enfrentadas, conviven y trabajan generalmente unidas con
el propsito de lograr la supervivencia ms satisfactoria. Abrazamos o rechazamos
ideas, situaciones o personas en virtud de las emociones que nos despiertan.
Se necesita, por tanto, una nueva racionalidad, una nueva ilustracin para la
escuela, ms profunda, que pueda dar cuenta y aprovechar los nuevos conocimientos
sobre el funcionamiento del cerebro como instancia en gran parte inconsciente, emocional, in-corporada, que se mueve principalmente por empata, con representaciones no objetivas y universales sino metafricas, analgicas y narrativas, que funciona,
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En otras palabras, las finalidades de la escuela contempornea han de concentrarse en el propsito de ayudar a cada individuo a construir su propio proyecto vital
(personal, social y profesional) a transitar su propio camino desde la informacin al
conocimiento y desde el conocimiento a la sabidura.
Tres son a mi entender las capacidades, cualidades o competencias humanas
fundamentales que requiere el escenario contemporneo y que debemos ayudar a desarrollar en la escuela2. Las tres con la misma intensidad, relevancia y prioridad:
1. Capacidad de utilizar y comunicar de manera disciplinada, crtica y creativa
las herramientas simblicas que ha elaborado la humanidad a lo largo de su
historia. No significa acumular datos, informaciones, para ser reproducidos,
sino aprender a observar, indagar, contrastar, experimentar, argumentar, decidir y actuar. Capacidad de utilizar el conocimiento distribuido entre las personas, las instituciones, y sobre todo en la nube y las redes telemticas, de
manera rigurosa y crtica, siendo conscientes de su caducidad, parcialidad y
contingencia, y de manera creativa, imaginando y proyectando nuevos modos
de interpretacin y actuacin.
Vergnaud, (2007) alude a esta capacidad crtica como aprendizaje significativo
subversivo, aquel que permitir al sujeto formar parte de su cultura y, al mismo
tiempo, estar fuera de ella; manejar la informacin crticamente, sin sentirse
impotente frente a la misma; disfrutar de la tecnologa sin idolatrarla; cambiar
sin ser dominado por el cambio; convivir con la incertidumbre, la relatividad, la
causalidad mltiple, la construccin metafrica del conocimiento; evitar el dualismo maniqueo; rechazar las verdades fijas, las certezas incuestionables, las definiciones absolutas, las entidades aisladas, los estereotipos y la fragmentacin.
2. Capacidad para vivir y convivir en grupos humanos cada vez ms heterogneos
en lenguas, costumbres, religiones e ideologas. Capacidad para comprender
al otro, celebrar las diferencias y respetar las discrepancias, para afrontar
los inevitables conflictos sociales de forma pacfica, mediante el dilogo, el
consenso y el debate democrticos, con actitud de respeto, escucha y colaboracin. Esta cualidad humana requiere preocupacin, compromiso crtico y
participacin activa en la construccin y mantenimiento de las reglas de juego
que regulan la convivencia poltica, social y econmica de los ciudadanos, con
la redefinicin permanente de lo que entendemos por justicia social, solidaridad, compromiso y responsabilidad. Ser por tanto una finalidad fundamental
de la escuela contempornea ayudar a formar en cada ciudadano el espritu
solidario y comprometido que requiere una personalidad tica e inteligente capaz de comprender la complejidad de la vida econmica, poltica y social actual
y de comprometerse con su reformulacin y reconstruccin democrtica.
Suponen una reformulacin importante y singular de las tres competencias llave establecidas en el
conocido documento DeSeCo, elaborado por una comisin de expertos para la OCDE.
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27
La pieza angular de este nuevo edificio ha de ser a mi entender una nueva manera de entender la funcin docente como tutora cercana y comprometida. Ayudar
a educarse es el propsito y la tarea central del cometido docente en la era digital.
Ms que ensear contenidos disciplinares, los docentes ensean, ayudan, a personas
a educarse, a construirse como sujetos autnomos singulares, utilizando las mejores
herramientas que ofrece el saber y el hacer acumulados por la humanidad.
La funcin tutorial del docente, centrada en ayudar a aprender, en ayudar a educarse requiere evidentemente nuevas y complejas competencias profesionales que
pueden sintetizarse en las siguientes:
Competencia para disear, planificar, desarrollar y evaluar la enseanza personalizada que pretende fomentar el desarrollo de las cualidades humanas
deseables en cada uno de los estudiantes.
Competencia para crear y mantener contextos de aprendizaje abiertos, flexibles, democrticos y ricos culturalmente, donde se estimule un clima positivo
de aprendizaje personalizado.
Competencia para promover el propio desarrollo profesional y la formacin
de comunidades de aprendizaje con los colegas y con el resto de los agentes
implicados en la educacin.
La competencia pedaggica del docente se expresa principalmente en su capacidad y su deseo de crear una atmsfera, un clima de crecimiento, de optimismo, de
apertura de posibilidades, de creacin compartida y solidaria, con expectativas positivas y con esperanza para cada aprendiz.
Los docentes deben ensear mediante su testimonio explcito los procesos de
construccin y aplicacin del conocimiento de manera disciplinada, crtica y creativa.
Han de manifestarse como expertos en el desarrollo y ejecucin de competencias
fundamentales en contextos nuevos y ante situaciones inciertas, expertos estratgicos
que conocen lo que saben, que perciben e identifican lo que falta, que utilizan heursticos y estrategias de indagacin y que dominan los mtodos de integracin y experimentacin del conocimiento ante problemas y situaciones complejas que requieren
mltiples miradas y perspectivas crticas y creativas. Expertos que saben aprender en
cualquier circunstancia y contexto. En definitiva, los docentes somos testimonio vivo
de las mismas competencias que nos proponemos que desarrollen los aprendices.
Estas competencias se sustentan, a mi entender, en dos pilares bsicos: pasin
por el saber y pasin por ayudar a aprender.
Pasin por el saber. Toda vez que de uno u otro modo el docente siempre se encuentra en el centro de los procesos de construccin de significados. La pasin por el
saber, por la construccin y reconstruccin permanente, disciplinada, crtica y creativa
del conocimiento ha de ser su sea de identidad.
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Pasin por ayudar a aprender. Pues lo que realmente le constituye como docente, lo
que le diferencia de un investigador en un campo disciplinar cualquiera es su pasin por
educar, por ayudar a aprender, a educarse, a cada aprendiz que tiene encomendado. Esta
singular pasin pedaggica requiere tener la sensibilidad para discernir qu es lo mejor
para cada nio, comprender la vida de cada uno de ellos, sus intereses, expectativas,
temores y preocupaciones. La pasin pedaggica supone la sensibilidad y el compromiso
para disfrutar viendo como crecen y nos sorprenden los aprendices, y la paciencia y la generosidad para mantener la apuesta, la esperanza, el cario y el cuidado en los momentos
en que nada parece florecer en un individuo o en un grupo. Compromiso para ayudar a que
cada aprendiz vaya construyendo su propio y singular proyecto vital, especialmente con
aquellos que por diversas circunstancias no pueden, no quieren o no saben construirlo.
REFERENCIAS
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Norton & Company.
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Nueva York: Harper Collins Publisher. Trad. cast. El error de Descartes. Madrid:
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Theory. 43 (1):98-103.
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WILLINGHAM, D. (2009). Why doesnt Student like Schools. Nueva York: Wiley. (traduccin castellana en Editorial GRAO).
30
1.
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33
cas. Para Sosenski1 y Albarrn (2012: 13) hoy ya no es posible pensar la infancia una
categora homognea ni nica, tampoco como un concepto en evolucin lineal en el
mundo de los sentimientos y las emociones ni como una construccin propia de la
modernidad. La infancia es entendida en su diversidad, pero ello no es obstculo para
considerar, asimismo, una cierta homogeneidad en el trato que han recibido los nios
y las nias ms all de las pocas histricas y de las civilizaciones o culturas a las que
pertenecen.Ser nio tiene aspectos comunes en todo el mundo, pero la condicin de
nio depende de otras variables como la clase social, la etnia o la religin. En el caso
de las nias, hay que aadir, adems, su condicin sexual. En este sentido, hay que
estudiar y comprender la historia de los nios en un contexto social y familiar concreto
ya que su vida y su desarrollo dependan de ellos.
Cada vez la historiografa otorga ms importancia al nio actor, al nio agente
que a las representaciones que emanan de los discursos sobre los nios, discursos
que, sin embargo, se contrastan con las acciones protagonizadas por stos. De esta
manera se ha intentado evitar que la historia de la infancia sea bsicamente la historia
de los nios vista desde la mirada de los adultos.
Esta mirada ha sido particularmente importante a partir de la construccin de los
estados nacionales y, en particular desde finales del XIX y principios del siglo XX. La
idea del nio ciudadano permiti a los estados dibujar una imagen utpica del futuro
de la nacin. Como sealan Sosenski y Albarrn (2012: 20): En todos los casos, la
idea de la ciudadana se vincula con la de la utopa. Los nios son medidos, o se miden
ellos mismos, contra el ideal o la representacin de lo que significa ser miembro de un
grupo colectivo. El proceso de socializacin se define muchas veces desde los poderes
polticos oficiales, desde la prensa o desde los padres de los nios. Pero () los nios
no siempre absorban los mandatos de la ciudadana o de la socializacin tal cual y
como se esperaba, sino que actuaban segn sus circunstancias particulares, segn
sus gustos o de acuerdo con las barreras sociales que los limitaban.
Cmo se ha investigado la historia de la infancia?
Los nios y las nias han dejado pocos testimonios directos de sus experiencias
infantiles. No han tenido voz en la historia. Su historia ha tenido que reconstruirse durante mucho tiempo a travs de fuentes muy diversas (en funcin de las temticas se
han priorizado unas u otras) y de los recuerdos que los adultos conservan de su niez.
Estos recuerdos pueden ser variados y amplios en funcin de sus experiencias y de las
razones por las que se ha decidido conservar unas experiencias y olvidar otras.
Rojas (2001: 23) afirma que frente a la tendencia historiogrfica que ha reconstruido la historia de la infancia desde fuera, es decir, a partir de las instituciones y los
Agradecemos a Susana Sosenski los materiales y las sugerencias que nos ha hecho llegar para poder
realizar este texto.
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adultos, en las ltimas dcadas se ha levantado un creciente inters por recuperar las
vivencias especficas de los nios. Por ello se han empezado a utilizar testimonios
directos tales como dibujos, declaraciones realizadas en los tribunales, cartas y otros
textos escritos por nios, diarios y revistas infantiles elaborados por nios, etc.
Las fuentes para la reconstruccin del pasado de los nios han sido variadas. Y
han cambiado a lo largo de la historia. Unos testimonios proceden de los recuerdos de
aquellas personas que, ya adultas, deciden relatar su experiencia infantil, narrar sus
recuerdos a travs de autobiografas o de entrevistas y de relatos etnogrficos o de
historias de vida. Deciden recuperar sus voces infantiles. La historia oral ha tenido un
papel importante en la obtencin de datos de la niez de muchas personas.
La mayora de fuentes utilizadas han sido seleccionadas en funcin de los temas a
investigar. As, por ejemplo, para averiguar la estructura y la evolucin de la poblacin
infantil se han utilizado los libros parroquiales con registros de bautismos, defunciones y matrimonios, los padrones y otros registros de poblacin y ms recientemente
los cementerios para estudiar la mortalidad infantil a travs de los datos ofrecidos en
las lpidas.
Las fuentes ms utilizadas han sido las fuentes escritas de todo tipo. Por supuesto, stas han cambiado a lo largo del tiempo. Se ha pasado de los registros judiciales
para averiguar la violencia ejercida sobre los nios por parte de sus familiares, de otras
personas o de otros nios a la prensa escrita, y a la audiovisual, de mucha mayor repercusin social. Se ha utilizado la prensa infantil para averiguar qu modelo de nio
se quera educar. Tambin se han utilizado textos y cuadernos escolares para conocer
qu imgenes se divulgaban de los nios y qu se les peda que hicieran y aprendieran
en las escuelas. La literatura ha tenido un destacado papel para documentar todo tipo
de situaciones y problemas. En particular la literatura infantil tambin ha dado pistas
sobre el tipo de nio que haba que educar a travs de otros medios distintos a los
clsicos medios escolares. Pero tambin sobre la vida cotidiana. Los discursos mdicos, pedaggicos o religiosos han permitido a los historiadores conocer y analizar los
estereotipos infantiles que se construyeron en distintos momentos.
Las fuentes visuales o iconogrficas pinturas, esculturas, lminas, dibujos, fotografas, el cine- han permitido describir e interpretar todo tipo de situaciones y en
particular las relacionadas con el cuerpo y su representacin, con las actividades de la
vida cotidiana y con las relaciones nios y adultos.
Finalmente, las fuentes materiales se han reducido bsicamente a los juguetes
aunque tambin, en algunos casos, se han centrado en los vestidos para comparar su
evolucin. De manera excepcional tambin han permitido conocer directamente algunos edificios vinculados a la infancia como escuelas, hospicios y otros lugares en los
que los nios y las nias jugaban, trabajaban, se relacionaban o sufran. El desarrollo
urbanstico de nuestras ciudades y pueblos, sin embargo, ha impedido poder utilizar
exhaustivamente estos edificios pues o han sido derruidos o se han modificado para
adecuarlos a los tiempos actuales.
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Los nios y las nias han sido una excelente mano de obra tanto en el mundo
rural como en el mundo industrial. En el mundo rural eran una mano de obra gratuita.
En el industrial una mano de obra barata. Muchas familias pobres se vean obligadas a
enviar a sus hijos a otros hogares para que pudieran sobrevivir. En ellos encontraban
cobijo y alimentacin pero a costa de trabajar duramente durante muchas horas. Las
nias de muy jvenes entraban a trabajar en el servicio domstico de aquellas familias
que se lo podan permitir. Estas situaciones condujeron a menudo a todo tipo de agresiones contra la dignidad de los nios y de las nias hasta que, ya muy entrado el siglo
XX, no se regul su situacin laboral y no se les reconocieron sus derechos.
Como consecuencia de estas situaciones muchos nios huan y vivan en las
calles. Eran los nios delincuentes que fueron perseguidos y represaliados yendo a
parar a un sistema carcelario incapaz de volver a reinsertarlos en la sociedad. Y mucho
menos de educarlos.
Esta funcin se dej a la escuela. La historia de la educacin ha narrado en profundidad la creacin y la evolucin del sistema pblico de enseanza y la importancia
de las escuelas religiosas en la educacin de los nios y de las nias en muchos pases
del mundo. No vamos a profundizar en este aspecto porque es un aspecto suficientemente conocido entre quienes nos dedicamos a la enseanza. La fuerza socializadora
de la escuela, junto con la familia, ayuda a entender los principios bsicos de la educacin de los nios y de las nias que han permanecido, y an permanecen, a salvo
de los cambios y de las transformaciones sociales y culturales que han sucedido en la
historia reciente: la obediencia, el control de s mismos y de la afectividad, la discrecin y la interiorizacin de todo tipo de comportamientos (Salinas, 2001).
Esta lnea va acompaada a menudo de otra sobre la historia de los derechos del
nio. Sin duda, las mejoras en las condiciones de vida de los nios han corrido paralelas
a las condiciones de mejora de la vida de los adultos de la misma manera que sus derechos han sido reconocidos tambin casi de manera paralela a los derechos humanos.
Finalmente, nos parece importante sealar la existencia de una lnea de investigacin poco desarrollada pero muy importante que se ha centrado en indagar el pensamiento de los nios ante todo tipo de situaciones pero, en particular, ante hechos
traumticos y ante situaciones problemticas vividas por ellos (represiones polticas,
conflictos de todo tipo, catstrofes naturales, guerras, etc.). Para Rojas (2001, 33):
La forma en que los nios han percibido el mundo que les rodea es el otro aspecto
que busca estar presente en la reconstruccin de su historia, no obstante las complicaciones que existen para lograrlo. Difcilmente hay acontecimientos que no afecten y
no sean percibidos y digeridos de algn modo por los nios. Son clsicos los estudios
sobre las vivencias infantiles de la crisis de 1929, varias guerras civiles o momentos de
cruda represin poltica. Tal vez los trabajos que hoy se realizan en muchas escuelas
sobre la indagacin de las representaciones sociales de cualquier contenido escolar o
de cualquier problema o situacin social o natural permitan a los futuros historiadores
de la infancia disponer de unas fuentes ricas y variadas para poder reconstruir su historia utilizando directamente las voces y los testimonios infantiles.
2.
37
Los nios y las nias difcilmente aparecen en los currculos y en los textos de
historia. Ni siquiera en aquellos currculos y aquellos textos pensados desde la lgica
de la escuela activa y de un enfoque de enseanza centrado en el nio.
La aparicin de los nios en los currculos y en los programas de estudio de historia es bsicamente anecdtica y suele ubicarse en los primeros cursos de la escuela
primaria o elemental. Luego desaparece para dejar paso a la historia verdadera, a la
historia adulta, a la historia pensada no tanto para saber sino para ser socializado en
unos valores determinados, los de la nacin, los del mundo adulto. En los relatos de
las historias nacionales slo aparecen los nios para ejemplificar alguna situacin que
sea potencialmente socializadora.
Un ejemplo de ello es el texto editado en Francia Des enfants sans Histoire, Le
libre blanch de lenseignement de lHistoire (Fayard, 1984). Este libro es una reivindicacin de la historia, de su enseanza, frente a aquellos enfoques pedaggicos ms
paidocntricos que subordinaban el saber, en este caso histrico, a los intereses y al
aprendizaje de los nios. El presidente de la Repblica francesa, a la sazn Franois
Mitterrand, descubri a travs de los medios de comunicacin, que los nios y nias
francesas desconocan quines fueron Napolen Bonaparte, Juana de Arco y otros
importantes protagonistas de la historia francesa, de la Grandeur, y propuso un
cambio radical en el currculum escolar que abandon el enfoque ms centrado en el
veil y en la historia diacrnica o temtica e impuso una vuelta a la clsica historia
poltica de Francia. El ttulo del libro -Los nios sin historia- no supone, en absoluto,
una reflexin sobre el lugar que han de tener los nios en la historia, sino simplemente una apuesta para que la historia sea la disciplina de referencia para construir su
identidad francesa. Lo curioso de este libro es que nadie reivindica que la historia que
deben estudiar los nios franceses incluya a los nios. Es ms, su propuesta supone
desmantelar lo poco que haba hasta le fecha dedicado a la historia de los nios en la
enseanza primaria. Simplemente se reivindica la historia de siempre con los protagonistas de siempre. Recordemos que Philipe Aris public su estudio sobre la historia
de la infancia en 1960.
Con el objetivo de analizar la presencia de nios y nias en los planes de estudio
vinculados a la Historia y las Ciencias Sociales revisamos algunos currculos de distintos pases (Mxico, Chile, Argentina, Espaa y Francia). Para llevar a cabo el anlisis
hemos buscado la presencia de los siguientes conceptos: NIOS, NIEZ, INFANCIA,
INFANTIL en los objetivos y contenidos de los currculos de cada pas para el rea de
Historia y Ciencias Sociales.
A continuacin damos cuenta en primer lugar de los resultados de esta bsqueda
para cada uno de los pases seleccionados. Y, en segundo lugar, presentamos algunas
conclusiones sobre la presencia de los nios y nias en el currculo de Historia.
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El currculum chileno
Del currculum chileno hemos revisado las Bases Curriculares para la Educacin
Bsica (2012), el Marco Curricular (2009) y Material Complementario: Historia, Geografa y Ciencias Sociales y Ciencias Naturales para los cursos de 1 a 3 bsico (2012).
En las nuevas Bases Curriculares para la educacin bsica en Chile (cursos de
1 a 6 bsico) los nios aparecen considerados en los algunos cursos de Historia,
Geografa y Ciencias Sociales:
En el primer ao bsico, el objetivo de aprendizaje n 12 del eje temtico de
Geografa dice lo siguiente:
12. Conocer cmo viven otros nios en diferentes partes del mundo por medio de imgenes y relatos, ubicando en un globo terrqueo o mapamundi los pases
donde habitan y comparando su idioma, vestimenta, comida, fiestas, costumbres y
principales tareas con las de nios chilenos.
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Tambin se desarrolla, vinculada a la geografa, una actividad de evaluacin centrada en conocer la vida de nios y nias de otros lugares del mundo. Su objetivo es
Conocer cmo viven otros nios en diferentes partes del mundo por medio de imgenes y relatos, ubicando en un globo terrqueo o mapamundi los pases donde habitan,
y comparando su idioma, vestimenta, comida, fiestas, costumbres y principales tareas
con las de nios chilenos. (OA 12). Para averiguar si este objetivo se ha alcanzado se
proponen los indicadores siguientes:
Ubican en un planisferio o globo terrqueo los pases en estudio.
Recrean viviendas de nios de pases de otro continente.
Recrean la vida escolar de nios de otras partes del mundo.
Ilustran celebraciones, diferentes a las propias, que se dan en otros pases.
Comparan un da en sus vidas con la de un nio de otro pas.
Identifican responsabilidades semejantes a las de nios de otros continentes.
Comparan su idioma con el de otros lugares del mundo.
Recrean vestimenta de un nio de otro pas.
La unidad n 2 del curso de 2 Bsico se centra en el conocimiento de los pueblos
aborgenes de Chile. La propuesta del Ministerio toma en consideracin nuevamente a
los nios y nias dentro de las actividades que propone para que los profesores trabajen
en el aula. Para el objetivo de aprendizaje n 1: Describir los modos de vida de algunos
pueblos originarios de Chile en el periodo precolombino, incluyendo ubicacin geogrfica, medio natural en que habitaban, vida nmada o sedentaria, roles de hombres y mujeres, herramientas y tecnologa, principales actividades, vivienda, costumbres, idioma,
creencias, alimentacin y fiestas, entre otros. (OA 1), se propone la siguiente actividad:
Los estudiantes observan y recorren el recurso en lnea Nios: los Precolombinos del sitio web http://www.losprecolombinos.cl del Museo de Arte Precolombino, analizando caractersticas de la sociedad, como creencias, viviendas,
actividades, alimentacin, vestuario, etc. En parejas, responden un cuestionario con
las siguientes preguntas:
Cmo eran los nios?
Cmo hablaban?
Cmo eran sus casas?
Cmo se vestan y se adornaban?
Cmo curaban las enfermedades?
Tenan algn sistema de escritura?
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En la asignatura de Formacin Cvica y tica del primer grado, los nios aparecen
en el contenido del bloque I, Me conozco y me cuido: Cmo es mi familia. Quines la
conforman. Qu nos gusta hacer juntos. Cmo son las familias de otros nios del lugar
donde vivo. Qu diferencias fsicas y culturales puede haber entre las familias. Por qu
es importante tratar a todas las personas con respeto.
En el mismo curso siguen apareciendo referencia a los nios que, en general,
siguen la lnea descrita anteriormente de hacerlos participes de su socializacin. As se
propone explicarles por qu los nios tienen ciertos derechos, se les invita a observar
que elementos en comn tienen con otros nios, etc.
En el programa del curso de Exploracin de la Naturaleza y la Sociedad del segundo grado los nios y nias no aparecen como un contenido especfico, pero s el
programa contina centrndose en el desarrollo de su socializacin a partir de las
actividades propuestas.
En el curso de Formacin Cvica y tica los nios aparecen vinculados al contenido del Bloque IV -Reglas para la convivencia armnica- en el que se plantea el
desarrollo del siguiente contenido: Los derechos de las nias y los nios. Cules son
mis derechos. Qu responsabilidades tengo. Qu responsabilidad tienen los adultos
con quienes convivo frente a mis derechos: derecho a la salud, a la educacin, a la
alimentacin, a la vivienda, a una familia.
En el tercer grado encontramos la presencia de los nios y las nias en los
objetivos del bloque I del curso Formacin Cvica y tica: Nias y nios cuidadosos,
prevenidos y protegidos donde se desarrollan los contenidos sobre ser nico e inigualable y sobre
Los derechos de la niez en la comunidad: Cules son las principales actividades que realizan los nios en el lugar donde vivo. Cules son algunos de sus de-
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beres. En el lugar donde vivo hay nios que trabajan para contribuir a sus ingresos
familiares. Por qu los nios no deben trabajar. De qu manera deben respetarse
los derechos de los nios.
En fin, como si la historia de la infancia no permitiese la reflexin y no representaran situaciones tanto o ms complejas que las de la historia que se propone
ensear.
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El currculum espaol
En Espaa, la enseanza de la historia, de la geografa y de las ciencias sociales
de Educacin primaria (1 a 6) forma parte del currculo de Conocimiento del Medio
Natural, Social y Cultural. Tambin existe el rea de Educacin para la Ciudadana que, en
primaria, slo se plantea para el tercer ciclo (cursos 5 y 6). En la presentacin de los
contenidos del Conocimiento del Medio se afirma que El medio se ha de entender como
el conjunto de elementos, sucesos, factores y procesos diversos que tienen lugar en el
entorno de las personas y donde, a su vez, su vida y actuacin adquieren significado. El
entorno se refiere a aquello que el nio o la nia puede conocer mejor porque es fruto
de sus experiencias sensoriales, directas o indirectas, porque le es familiar y porque est
prximo en el tiempo o en el espacio (). Se aade que su propsito es contribuir
a una mejor comprensin y explicacin del conjunto de aspectos y dimensiones que
constituyen el entorno humano. En la organizacin del currculo se destacan diversas
interacciones entre las que destaca la de individuo/sociedad, medio fsico/medio social
y naturaleza y cultura en sus dimensiones espacial y temporal. Los contenidos seleccionados se justifican en funcin del desarrollo de la autonoma personal y la participacin
social, la capacidad de interpretar el medio y de intervenir en l de forma activa, crtica
e independiente, el desarrollo de las capacidades de indagacin, de exploracin y la
bsqueda de soluciones a problemas relacionados con la experiencia cotidiana o la adquisicin de actitudes y valores para un desarrollo personal equilibrado y solidario. Los
contenidos se organizan en siete bloques y se presentan secuenciados en tres ciclos.
De los siete bloques, dos son claramente sociales e histricos el bloque 4, Personas,
culturas y organizacin social y el bloque 5 Cambios en el tiempo. El bloque 1 -El entorno
y su conservacin- est a mitad de camino de un enfoque geofsico y de un enfoque natural, de un enfoque medioambiental. El resto son bloques ms naturales que sociales o
culturales (bloque 2. La diversidad de los seres vivos, bloque 3. La salud y el desarrollo
personal, bloque 6. Materia y energa, bloque 7. Objetos, mquinas y tecnologas) a pesar
de que en la introduccin se habla de la posibilidad de un enfoque interdisciplinar y de la
importancia del rea porque contribuye de manera esencial a la socializacin de nios y
nias, al aprendizaje de hbitos democrticos y al desarrollo de la convivencia.
Tambin se explicitan las aportaciones del rea al desarrollo de las competencias
bsicas. De las ocho competencias bsicas que vertebran el currculo de la enseanza
obligatoria en Espaa la que ms se relaciona con la componente social y cultural del
rea es, sin duda, la competencia social y ciudadana. Se afirma que dos mbitos de realizacin personal ataen directamente al rea. Por una parte, el de las relaciones prximas
(la familia, los amigos, los compaeros, etc.) que supone el conocimiento de emociones
y sentimientos en relacin con los dems. () El otro mbito trasciende las relaciones
prximas para abrirse al barrio, al municipio, la Comunidad, el estado, la Unin Europea,
etc.. Se destaca que el rea contribuye a la comprensin de la realidad social en la que
se vive al proporcionar un conocimiento del funcionamiento y de los rasgos que la caracterizan as como de la diversidad existente en ella, a la vez que inicia en la comprensin
de los cambios que se han producido en el tiempo y de este modo se adquieren pautas
para ir acercndose a las races histricas de las sociedades actuales.
45
Tanto la introduccin como las aportaciones a las competencias bsicas y, en particular, a la competencia social y ciudadana inducen a pensar que el nio y la nia sern,
adems de los protagonistas del aprendizaje, el objeto de estudio al menos parcialmente de las situaciones sociales y culturales que se traten en el presente, en el pasado o en
el futuro. Sin embargo, no es as. De entrada, en los 10 objetivos del rea no existe ni
una sola referencia directa y explcita a los nios o las nias, a la niez o a la infancia.
Tampoco en la presentacin de los contenidos de los tres ciclos aparecen explcitamente las palabras nios o nias, niez o infancia aunque los contenidos de los dos
bloques relacionados con la competencia social y ciudadana inducen a pensar que es
posible hacerlo en la prctica. Veamos algunos ejemplos de los tres ciclos:
Bloques
Primer ciclo
Segundo ciclo
Tercer ciclo
Bloque 4.
Personas,
culturas y
organizacin
social
- La familia.
Relaciones entre sus
miembros ()
- Estructuras
familiares ()
- Comprensin del
funcionamiento
de la sociedad a
partir del anlisis
de situaciones
concretas en
organizaciones
prximas
- Principales tareas y
responsabilidades
de la comunidad
educativa ()
- Conciencia de los
derechos y deberes
de las personas en
el grupo ()
Bloque 5.
Cambios
en el tiempo
- Iniciacin a la
reconstruccin de la
memoria del pasado
prximo a partir de
fuentes familiares,
- Utilizacin de las
fuentes orales y
de la informacin
proporcionada por
objetos y recuerdos
familiares para
reconstruir el
pasado
- Organizacin de
la comunidad
educativa y
participacin en
las actividades del
centro
- Diferentes formas
de comunicacin
de los miembros de
una comunidad
- Rechazo de los
estereotipos y de
cualquier tipo de
discriminacin y
desarrollo de la
empata con los
dems
- Evolucin en un
tiempo largo de
algn aspecto de la
vida cotidiana ()
- Factores explicativos
de las acciones
humanas, de los
acontecimientos
histricos y de los
cambios sociales
- Identificacin
del papel de los
hombres y las
mujeres en la
historia ()
- Caracterizacin de
algunas sociedades
de pocas histricas
() a travs del
estudio de los
modos de vida
- Valoracin del papel
de los hombres y
las mujeres como
sujetos de la
historia.
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Los criterios de evaluacin de cada uno de los tres ciclos responden a la misma
lgica. Este currculum es, en relacin con la presencia de los nios y de las nias, en
el pasado y en el presente, un digno ejemplo de su invisibilidad.
La situacin cambia un poco en el currculo de Educacin para la ciudadana y los
derechos humanos como ocurre en los pases estudiados con anterioridad. Aunque la
palabras nios y nias, niez o infancia siguen sin aparecer o aparecen justo cuando es
imprescindible (por ejemplo, al hablar de la Convencin de los Derechos del nio o de
los derechos de la infancia) , la propuesta se basa en unos objetivos y unos contenidos
para la formacin democrtica de los futuros ciudadanos y ciudadanas. Los contenidos aparecen organizados en tres bloques Individuos y relaciones interpersonales y
sociales. La vida en comunidad y Vivir en sociedad- todos ellos referidos al presente
y a su proyeccin futura y en ningn caso a sus antecedentes ni a la evolucin de la
ciudadana y de los derechos de las personas, incluyendo a los nios y a las nias.
El panorama no vara en el currculum de Ciencias sociales, geografa e historia
de los cuatro cursos de la Enseanza Secundaria Obligatoria (ESO). Los nios y las nias siguen siendo invisibles. Ni los objetivos, ni los contenidos histricos, geogrficos
y sociales ni los criterios de evaluacin contemplan la existencia de nios y nias y
su historia tal como ocurre en los otros pases estudiados. Tal vez la excepcin se encuentre en las referencias ms tericas que prcticas que en el pasado y en el presente
han tenido los hombres y las mujeres. Y en la necesidad de una educacin democrtica
basada en la defensa de los derechos y de las libertades. Por ejemplo:
Objetivo 11
Bloque 1.
Contenidos
comunes.
Cuarto curso
Criterio de
evaluacin 11.
Tercer curso
Estas situaciones, sin embargo, aparecen mucho ms desarrolladas en la asignatura de Educacin para la ciudadana y los derechos humanos (a impartir en uno de
los cursos de 1 a 3) o en la Educacin tico-cvica de 4 con la misma intencionalidad,
pero mayor profundizacin, que en primaria.
47
El currculum francs
Para analizar el tratamiento que el currculo de historia, geografa y educacin
cvica francs otorga a la infancia, a los nios y nias, hemos consultado:
a) Le socle commun de connaissances et de competences (Decreto n 2006830 del 11 de julio de 2006), documento en el que se presentan los conocimientos y las competencias que al alumnado francs deber aprender en la
escuela obligatoria (al finalizar el collge), y
b) Los programas de Dcouverte du monde y de Instruction civique et morale
del ciclo de aprendizajes fundamentales (curso preparatorio y del 1er ao
del curso elemental) y de historia del ciclo de profundizacin (2 curso de
elemental y 1er y 2 curso de ciclo medio) y los programas de historia de 6,
5, 4 y 3 del collge (Bulletin officiel n 1 del 5 de enero de 2012 y Bulletin
officiel spcial n 6 del 8 de agosto de 2008, respectivamente).
Le socle (La base comn de conocimientos y competencias) presenta las competencias que deben haberse alcanzado al final del collge y para cada competencia
seala unos contenidos, unas capacidades y unas actitudes. Nos hemos centrado en
dos de ellas: la cultura humanista y las competencias sociales y cvicas.
La cultura humanista contribuye, segn el documento, a la formacin del juicio, del
gusto y de la sensibilidad y permite adquirir puntos de referencia en historia, en geografa
y en literatura y artes. Por su parte, las competencias sociales y cvicas han de preparar al
alumnado como individuo y como ciudadano en las reglas elementales de la vida en sociedad y ponerlas en accin en el marco de la escuela. Han de permitir a los alumnos y alumnas
tener referencias sobre los derechos y deberes del ciudadano, sobre las nociones de responsabilidad y de libertad y la relacin que existe entre ellas y sobre los principios del Estado de
derecho, el funcionamiento de las instituciones, del estado y de la Unin Europea.
No existe ninguna referencia explcita a la infancia, a los nios y a las nias en La
cultura humanista. Ni los conocimientos geogrficos e histricos ni en los conocimientos referidos a la cultura europea y al mundo se citan una sola vez la palabra nio, nia,
infancia o niez. Implcitamente se puede considerar que en los conocimientos de los
diferentes perodos de la historia de la humanidad podran incluirse los nios. Tambin
poda considerarse en otros conocimientos como los referidos a los derechos del hombre, la diversidad de civilizaciones, sociedades, religiones, o a las desigualdades e
interdependencias en el mundo. Y lo mismo ocurre en las capacidades y en las actitudes.
Tal vez las capacidades Tener una aproximacin sensible de la realidad y movilizar sus
conocimientos para dar sentido a la actualidad podran ilustrarse con situaciones protagonizadas por nios y nias, pero slo tal vez. Y lo mismo en relacin con las actitudes.
Las competencias sociales y cvicas estn integradas por valores, saberes, prcticas y comportamientos cuya finalidad es favorecer una participacin eficaz y constructiva a la vida social y profesional, ejercer su libertad con plena consciencia de
los derechos de los otros y rechazar la violencia. Los conocimientos, capacidades y
48
1er curso
49
50
la actualidad. Predominan, fundamentalmente, los hechos polticos aunque en la introduccin se habla de un equilibrio entre la historia econmica y social, la historia
poltica y la historia cultural.
El programa de sexto se inicia con un tema sobre una civilizacin del Antiguo
Oriente (Mesopotamia o Egipto), sigue con Grecia y Roma (para Grecia se explicita el
estudio de la democracia y de la ciudadana y se pide que el alumnado caracterice el
estatus de ciudadanos, mujeres y esclavos), los inicios del judasmo y del cristianismo,
los imperios cristianos de la Alta Edad Media, y concluye con una mirada a mundos
lejanos (China y la India). Ni entre los conocimientos ni entre las capacidades se cita
una sola vez a los nios.
El de quinto no es una excepcin. El primer bloque de contenidos se dedica a los
orgenes del Islam y al Islam medieval. A continuacin hay un bloque de contenidos
dedicado al Occidente feudal (siglos XI al XV) y otro dedicado a Miradas sobre frica.
El ltimo bloque est dedicado a la Edad Moderna (siglos XV a XVII). Tampoco en el
programa de este curso aparecen nios aunque en los temas dedicados a la vida de
los campesinos y de la aristocracia medieval, de hombres y mujeres, podra tratarse la
condicin de nio en esta etapa de la historia. Y tal vez, tambin, al tratar a los actores
y a las vctimas del trfico de esclavos en frica.
El programa de cuarto abarca del Siglo de las Luces a la Industrializacin. Las
revoluciones son el centro del programa hasta 1914. A pesar de la exhaustividad en
que se plantean tanto la Revolucin francesa como la Industrial, como la evolucin del
XIX los nios siguen sin tener historia.
Finalmente, el programa de tercero el ltimo curso del collge- est dedicado
al mundo a partir de 1914. Un primer bloque de contenidos est dedicado a las transformaciones cientficas, tecnolgicas, econmicas y sociales. Una de las capacidades
a desarrollar podra ser ejemplificada en los nios Describir la evolucin de la medicina y explicar su impacto sobre las sociedades. Un segundo bloque se centra en las
Guerras mundiales y en los regmenes totalitarios. Los nios podran estar presentes
como vctimas en alguno de los conflictos tratados (el genocidio de los Armenios, el
holocausto nazi, ) pero no lo estn. El tercer bloque est dedicado a una geopoltica
mundial (despus de 1945). Finalmente, un ltimo bloque est dedicado a estudiar La
vida poltica en Francia. La nica referencia a los nios se relaciona con la aprobacin
de la mayora de edad a los 18 aos. Y no hay ms!
La situacin es muy parecida en los programas de geografa de los cuatro cursos.
En cambio, en educacin cvica el nio protagoniza, directa o indirectamente, los contenidos que se ensean ya que su objetivo principal es preparar a los alumnos para
que se comporten como personas responsables en su vida cotidiana. Para ello han de
aprender las reglas que organizan la vida cotidiana, se han de formar como ciudadanos
autnomos, han de aprender las nociones claves de la ciudadana democrtica. Los
nios son objeto de un bloque temtico El nio- del programa de sexto y se citan explcitamente en otros contenidos como, por ejemplo, el que se refiere a las desigual-
51
52
3.
La finalidad socializadora es la razn fundamental que explica que los nios y las
nias no hayan estado del todo ausentes en los textos escolares ni en el pasado ni en
el presente. Junto a ella, y a partir de la dcada de los setenta del siglo pasado, hemos
comprobado que fueron apareciendo algunos nios y nias en aquellos enfoques ms
relacionados con el estudio del medio o de lveil en Francia, o con un intento de innovar la enseanza de la historia y de las ciencias sociales ejemplificando determinados
contenidos con la presencia de nios. Esta ltima situacin empez a cambiar a finales
de los ochenta del siglo pasado lo que explicara la situacin actual que hemos analizado en los currculos. Y la presencia secundaria de los nios en los textos escolares,
en particular en los textos de historia.
Nuestra intencin en este apartado es, simplemente, ilustrar la presencia de los
nios y de las nias en los dos enfoques mencionados. Los ejemplos se limitarn en
este caso a Espaa y no pretenden generalizar nuestra reflexin a otros pases.
Cmo se socializaba a los nios?
Ya hemos visto el importante papel que tiene la Educacin para la ciudadana o la
Educacin cvica en la socializacin de los nios y de las nias. No es ninguna novedad.
La escuela, desde sus orgenes, ha pretendido socializar a los nios, conducirlos por una
senda para que se hagan personas de bien. El problema es quin decide qu significa
ser una persona de bien, qu significa ser un buen ciudadano. Como es sabido, la
socializacin depende del contexto poltico y social en el que se gesta y se desarrolla.
Las Enciclopedias Escolares utilizadas por los nios y nias espaolas en la enseanza primaria durante buena parte del siglo XX reflejan las distintas situaciones polticas del pas aunque la tnica dominante la impusieron, primero, los conservadores y,
luego, los dos dictadores que gobernaron el pas durante ms de cincuenta aos (Primo
de Rivera y Franco). La excepcin la Segunda Repblica- fue muy densa pero tambin
muy corta. Los contenidos ms socializadores se hallaban en asignaturas como Urbani-
53
Tambin en este libro de lectura se apuesta por los deberes para con el prjimo
(la familia, los padres, la escuela o los maestros). Y tambin en esta ocasin se recurre
a la historia en la lectura titulada Los hijos del emperador Teodosio (p. 175-177) donde
se relata el trato que los hijos del emperador daban a su maestro y la reaccin de su
padre, el emperador, ante el mismo posicionndose claramente a favor del maestro.
Uno de los nios ms citados en los textos tanto de historia como de lectura
ha sido, sin duda, el hijo de Guzmn el Bueno. En el texto Guzmn el Bueno se relata
cmo ste sacrific a su hijo para defender la plaza de Tarifa en el ao 1294:
No recib de Dios un hijo para que fuera traidor a mi patria. Y arrojando al
inicuo infante [el infame Don Juan] el propio pual, aadi: Si en el campo no hay
acero, ah va el mo, que antes os diera yo cien hijos si los tuviera, que entregaros
una villa que tengo del rey mi seor. (p. 190).
La niez de los personajes histricos famosos sirvi muy a menudo como ejemplo
para socializar a las nuevas generaciones. En el libro de lecturas El libro de Espaa, edi-
54
tado tambin por F.T.D. (1928), podemos ver otros ejemplos. El libro presenta un recorrido por las provincias espaolas de las que se destacan sus principales caractersticas
sociales, culturales, econmicas e histricas. Los distintos relatos estn protagonizados
por dos nios hurfanos, Antonio de 14 aos, y Gonzalo de 9. En su paso por algunas
provincias, el autor aprovech en su relato la existencia de algn personaje famoso:
Fray Luis de Granada, naci en 1504. A los cinco aos perdi a su padre, y
se qued por decirlo as en la calle. Su madre era una lavandera. Un da el gobernador de Granada, don Iigo Hurtado de Mendoza, conde de Tendilla, habiendo visto
en la calle unos chicos que se pegaban, dirigise hacia ellos. Todos huyeron menos
uno: -Qu es esto, dijo el gobernador? Seor, respondi el muchacho, es que
estaban diciendo mal de mi madre porque es pobre, y yo la defenda. Admirado el
conde del carcter franco del nio y de su viveza, preguntle como se llamaba.- Me
llamo Luis, respondi l. Era el futuro Fray Luis de Granada, uno de los creadores
de la lengua castellana.
El conde se lo llev a su casa, y le di el encargo de acompaar a sus hijos al
colegio y llevarles los libros y Luis se aprovech de aquel ofici para aprender todas
las cosas que aprendan los hijos del conde (). (p. 183-184).
Otro ejemplo lo hallamos en uno de los primeros textos de la dictadura franquista escrito por Salaverra (1938), an en plena guerra civil y dedicado al muchacho
espaol. En l puede verse cmo la historia y el civismo estaban en funcin de la
patria y de unos determinados valores que, como en este caso, fueron impuestos por
la fuerza de las armas:
Somos hijos de una Patria que ha dado sublimes ejemplos de voluntad y de
obstinacin. Los espaoles de todos los tiempos se han distinguido por la tenaz resistencia: los sitios de Sagunto, Numancia, Gerona, Zaragoza y el Alczar de Toledo
son ejemplos inmortales de lo que puede el coraje cuando se asocia al sentimiento
del honor y a una voluntad inquebrantable (p. 38).
El civismo se propone la creacin de buenos ciudadanos. La verdadera ciudadana consiste en aceptar el imperativo del deber, pensando que la vida no nos ha
sido entregada para lograr nuestro exclusivo placer, sino para contribuir a la mejora
y la felicidad de la Patria (p. 47-48)
Francisco Pizarro era un muchacho humilde y pobre; se dice que cuidaba
cerdos en la ciudad de Trujillo, donde naci. Despus se hizo grande, conquist un
imperio, logr el ttulo de marqus y gobern el virreinato de Per. Todo esto lo
llev a cabo sin ayuda de nadie, con sus propias fuerzas y por la virtud de su valor
y su talento!
Cuando el pequeo Pizarro triscaba por entre rocas y matorrales de su ciudad natal, nadie poda imaginar que aquel chiquillo descalzo llenara al mundo de
asombro con sus hazaas. Pero en su alma infantil bulla seguramente la idea de un
porvenir glorioso; no faltaba ms que la oportunidad, y sta lleg providencialmente con el descubrimiento de Amrica. (p. 77)
Otros textos se centran en nios y nias annimos que se convierten en protagonistas de libros de lectura tanto por realizar acciones en su vida cotidiana de alto valor
moralizante como por ser protagonistas de actos heroicos. Un ejemplo de un manual
de historia y de lecturas histricas del ao 1944 (SM., 1944):
55
El nio hroe.
Es de noche. Hace un fro glacial. En un reducto espaol se halla un falangista, casi un nio an; cuenta con catorce aos escasos. Por su mente corren atropellados los trgicos sucesos de la jornada: el caoneo infernal, el derrumbamiento de
casas, las explosiones, los gritos de los asaltantes, los gemidos de los cados en la
refriega. Su querida ciudad de Teruel destruida, reducida a escombros, presa ya de
la horda salvaje de marxistas y comunistas. Es que no se ha podido resistir ms?
Es que algn traidor se ha vendido al enemigo?
El joven Vicente se rebelaba ante la sola idea de tener que vivir bajo el yugo
de los rojos. Pero, cmo y haca donde huir? A su lado estaba temblando de fro
el nico miembro de la familia que le queda: es un hermanito de cinco aos. Pero
antes que la ignominia de la dominacin roja, es preferible la muerte. Y sin ms
cavilar se decide a ir en busca de las lneas nacionales. () (p. 193)
Algunos textos tenan otros enfoques. Por ejemplo, el de Oss Larumbe (1918).
Este autor parte de una ancdota sobre Napolen I para introducir unos contenidos
dedicados a la alimentacin, a las fiestas relacionadas con la agricultura, a los cultivos
intensivos y al hambre en la historia de la humanidad:
Refierese que Napolen I, de quien la fama cuenta que fue un gran humorista, vio un da en el campo a un nio que mordisqueaba con afn un pedazo de
pan, mostrndose indiferente al desfile de aquellos brillantes batallones que iban a
la conquista, a la muerte y a la gloria.
Napolen se acerc al nio mirndole unos momentos complacido y, sonriendo, dile algunos suaves golpecitos en el vientre al tiempo que deca:
La tripita, eh? Esta es la verdadera seora del mundo. (p. 59-60)
El listado de ejemplos con situaciones parecidas es muy largo, rico y variado. Sirvan estas situaciones como ejemplos para ilustrar una determinada utilizacin de los
nios en los textos escolares espaoles durante buena parte del siglo XX. En algunos
momentos, estos textos convivieron con otros procedentes de aquellos maestros y
maestras, o de aquellos pedagogos, que se ubican en unas concepciones educativas
innovadoras como, por ejemplo, las procedentes de la Institucin Libre de la Enseanza, de la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia o de las escuelas activas que se crearon
en Espaa en el primer tercio del siglo XX y en la II Repblica.
Qu papel se otorga a los nios en textos escolares innovadores?
En esta segunda parte presentaremos algunos ejemplos del papel que se ha
otorgado a los nios desde la renovacin pedaggica existente en Espaa a partir de
la dcada de los aos setenta del siglo pasado. Nos centraremos en el movimiento de
renovacin Rosa Sensat al que perteneci, y pertenece, uno de los autores de este
trabajo. Nuestra intencin es ejemplificar otras maneras de hacer visibles a los nios
ms en consonancia con el ltimo texto presentado y, en particular, con lo que se est
investigando sobre los nios desde la historiografa. Presentaremos ejemplos extrados de materiales curriculares y de artculos sobre experiencias concretas. Tampoco
pretendemos hacer un anlisis exhaustivo ni generalizar lo que presentamos a otras
56
situaciones bien conscientes, sin embargo, que existieron otros ejemplos tan o ms
valiosos que los que presentamos a continuacin.
El movimiento de renovacin Rosa Sensat, ubicado en Barcelona, cont con un
importante grupo de maestros de ciencias sociales, geografa e historia que desarroll
dos programas alternativos a los programas aprobados en la ltima ley de educacin
franquista, la Ley General de Educacin, de 1970. La intencin de este grupo fue
democratizar el currculum y actualizar sus contenidos de acuerdo con las nuevas
concepciones cientficas y con la apuesta por una escuela catalana y democrtica. Se
elaboraron dos programas de Ciencias Sociales, uno para la primera etapa de EGB
(equivalente a la actual escuela primaria) (Casas, Janer y Masjuan, 1979) y otro para la
segunda etapa de EGB (primer ciclo de la actual secundaria) (Grup de Cincies Socials
de Rosa Sensat, 1981). Tambin se elabor un programa de Educacin cvica para
ambas etapas (Pags et al., 1981)
Los nios estn presentes en ambos programas si bien no como consecuencia
de los nuevos enfoques en la historia de la infancia. Su presencia se relaciona con los
nuevos enfoques geogrficos e histricos y con un planteamiento que iba ms all de
la concepcin positivista predominante en los programas oficiales. En la propuesta de
primaria los nios ocupaban un pequeo lugar en los temas dedicados preferentemente a la poblacin, a la estructura social, a los grupos e instituciones de parentesco
y a la escuela, cuatro de los ocho bloques conceptuales en los que se estructur el
programa. En el primer curso, su protagonismo era muy presente en los temas relacionados con la familia, el domicilio y la escuela. En segundo curso se reduca al tema de
la escuela. En tercero se subordinaba a los diferentes temas que trataban del trabajo
de los padres y de las profesiones en general. En cuarto se centraba de nuevo en la
familia y la escuela y en el quinto y ltimo curso slo en la poblacin, uno de los temas
del enfoque geogrfico regional en que se materializaba el programa de este curso. En
esta etapa no se enseaba historia pues se consideraba que era demasiado difcil para
el alumnado de estas edades (5/6-10/11 aos). El tema familia-escuela de cuarto curso, sin embargo, se iniciaba solicitando al alumnado que hiciera un rbol genealgico
donde se viese el nombre de sus abuelos maternos y paternos, en nmero de hijos
de los abuelos y de nietos y que indagase en el trabajo que se haca en la familia y en
los cambios producidos en l.
El programa de la segunda etapa de EGB combinaba dos enfoques. El primer
curso el 6- tena un planteamiento geogrfico regional y se iniciaba la enseanza de
la historia a travs de un enfoque cronolgico centrado en la prehistoria, la historia
antigua y la edad media. Los nios estaban presentes slo en el tema de poblacin.
Los curos de sptimo y octavo (el segundo y el tercero de la etapa) tenan un enfoque
geo-histrico. En sptimo estaban centrados en tres grandes temas: el pasado y el presente de la agricultura, de la industria y del comercio. En octavo se estudiaban cinco
temas centrados en la evolucin producida en nuestro mundo desde las revoluciones
burguesa e industrial: los cambios demogrficos, el crecimiento de la ciudad, la industrializacin, la sociedad industrial y la organizacin poltica contempornea. Los nios
57
58
Tambin se analizaban contratos laborales como, por ejemplo, un contrato laboral del ao 1848 entre un maestro carpintero y un nio que quiere aprender el oficio y
se comparaba con la actualidad. En el texto se detallan con mucha concrecin todos y
cada uno de los aspectos que afectan la vida cotidiana y laboral del futuro aprendiz.
Las topografas mdicas eran informes elaborados por los mdicos de las localidades en las que se
hacia un retrato exhaustivo de sus caractersticas y de las de sus habitantes. De alguna manera pueden
ser considerados informes que avalaban la necesidad de un mdico y hablaban de la bondad se sus
prescripciones. Es decir, servan para contextualizar su labor y la justificaban.
59
60
En estos ejemplos puede comprobarse un enfoque distinto del que hemos presentado en primer lugar del papel de los nios en la enseanza de las ciencias sociales
y de la historia. Aparecen nios pero ya no como pretexto o para socializar en determinados valores. Fue un intento que debe proseguir y que debe permitir acortar las
distancias entre la produccin historiogrfica y la enseanza escolar de la historia y de
las ciencias sociales.
4.
Concluiremos nuestro trabajo con algunos ideas sobre cmo podramos empezar
a avanzar en la lnea de incorporar a los nios y a la infancia en la enseanza de la historia y de las ciencias sociales. En primer lugar, deberamos democratizar el currculum.
Frente a unos currculos basados en los relatos histricos nacionales o en el eurocentrismo que selecciona a los personajes y a los cuasi-personajes por su relacin con la
nacin, con la patria, deberamos incorporar a todas aquellas personas y a todos aquellos grupos sociales y tnicos que han sido, son y sern, que forman parte de nuestra
sociedad, que han estado presentes en el pasado y lo seguirn estando en el futuro. En
pocas palabras, se tratara de estudiar en todas y cada una de las pocas histricas y en
todos y cada uno de los procesos sociales, de los problemas, conflictos o situaciones
pacficas el papel de las mujeres, de los pobres, de las minoras tnicas, de los marginados y tambin de los nios y de las nias. Se trata de hacer visible en los programas
y en los textos la realidad plural, la diversidad, de nuestras sociedades, de nuestros
pueblos. Y no slo en los primeros cursos de la escuela primaria ni slo en Ciudadana.
Los nios, como el resto de protagonistas invisibles del pasado y del presente, deben
tratarse de manera sistemtica en todos los cursos ciencias sociales, geografa e historia de primaria y secundaria y deben protagonizar el pasado y el presente de nuestros
pases, de nuestros continentes, de nuestras culturas y civilizaciones, del mundo.
En segundo lugar, deberamos presentar los contenidos referidos a los nios y
a los otros personajes invisibles ofreciendo recursos y fuentes, junto con pautas de
trabajo, para que los nios y las nias los interpreten y lleguen a sus propias conclusiones. Cuando el saber histrico o social se presenta como un saber objetivo, como lo
que ha sido o es, como un saber cerrado y ajeno a las preocupaciones, a los intereses,
las inquietudes de quienes aprenden, generalmente no se produce aprendizaje. Slo se
produce memorizacin repetitiva que no llega a generar pensamiento social o histrico
y, en consecuencia, no es utilizado para ubicarse en el mundo e intervenir en la vida.
Por otro lado, problematizar los contenidos del currculo e incorporar conocimientos
61
No podemos hacer nada por todos los menores asesinados, maltratados, violados, explotados y humillados que a lo largo de los siglos han vivido dolorosamente y
muerto prematuramente. En todos los continentes y culturas. Ya no podemos hacer
nada por ellos.
Pero s que podemos hacer alguna cosa por aquellos nios y nias que hoy siguen
viviendo en las condiciones ms precarias, sin que sus derechos ms elementales sean
respetados, vctimas de conflictos blicos, de maltratos, de explotacin laboral, etc..
Para poder hacer, para actuar, para cambiar, hay que conocer. Los nios y las
nias, pero tambin el profesorado y, en general, la sociedad adulta, una sociedad in-
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Cuarto Grado. (Ciudad de Mxico, 2011).
Programas de Estudio 2011. Gua para el Maestro. Educacin Bsica Primaria.
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Formacin Cvica y tica. (Ciudad de Mxico, 2011).
ARQUITECTURA E INGENIERA
EN COMUNICACIN SOCIAL DE FACEBOOK
Los jvenes, el servicio de redes sociales
en internet, y el futuro
Jess Galindo Cceres
1.
El fenmeno Facebook es quizs lo ms llamativo que ha sucedido en el ciberespacio en toda su historia. La lista de acontecimientos asombrosos es larga, pero la
aparicin de Google y de Facebook ha consolidado las dos formas bsicas de accin
en la vida y en la cibervida, la bsqueda de informacin y la bsqueda de interaccin
con los otros. Facebook en ese sentido es el gran fenmeno de la comunicacin social
en el cibermundo. Con antecedentes en el correo electrnico y el chat, ha llevado la
plataforma de las relaciones sociales presentes y futuras a un escenario impresionante
y eficaz. Sigue siendo hoy algo sorprendente el metabolismo con el cual la gente se
adhiere a su servicio de redes sociales, un espacio social que va articulando poco a
poco al espacio social preciberespacial en su seno, al mismo tiempo que se va convirtiendo en sinnimo de vida social ciberespacial, nueva vida social en general. Los
jvenes son slo una parte del fenmeno, pero han sido los primeros en acudir a su
convocatoria, sern los adultos que tendrn como hbito su articulacin social mediada por el servicio de redes.
Una nueva y sorprendente vida social aparece en la primera dcada del siglo
veintiuno. Emerge una nueva Internet a partir del correo electrnico y las listas de
correos, pasando por las salas de chat, el hipernews, hasta llegar a myspace, facebook, youtube, flickr y twitter. Se trata un fenmeno de colonizacin masiva de vida
social en el ciberespacio, redes educativas, redes profesionales, redes de innovacin,
redes de entretenimiento, redes ciudadanas, redes de socializacin. El movimiento por
ahora est an en expansin ocupando nuevos nichos de actividad a partir de diversos
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metabolismo emergente. En comparacin la situacin de la televisin abierta o la radiodifusin es un buen contraste. Ah la cobertura es casi universal, y aunque el fenmeno
contina mutando y transformndose, se encuentra en un momento de estabilidad estructural, ya forma parte de la sociedad mexicana en su conjunto. Internet y Facebook an
estn en fase emergente, ao con ao los datos se modifican en forma sorprendente. El
caso de los jvenes parece ser de los primeros elementos que tienden a una configuracin
estructural. Los jvenes e internet ya estn asociados en este momento, y el fenmeno
de las redes sociales, y de Facebook en particular, ya se pueden considerar como parte
de la vida juvenil contempornea urbana de Mxico. Lo que lleva a un tipo de observacin
distinta a la primera etapa, cuando an era un asunto emergente en su totalidad.
Internet y servicio de redes sociales ya es parte de la vida social urbana de los
jvenes mexicanos. No lo era hace diez aos, ese es el primer gran contraste, y en el
futuro prximo el fenmeno podra mutar hacia otra configuracin social en el ciberespacio. Llama la atencin en primer lugar que el tiempo en las llamadas redes sociales
ya es prcticamente equivalente al tiempo con la familia en contacto fsico preciberespacial. Esto es una configuracin tiempo-espacial que puede mutar la vida social en
su totalidad en un corto plazo, es la evidencia de un hipermundo en construccin. La
agenda de investigacin sobre los jvenes en su cibervida, y en su hipermundo es necesaria y urgente, sern los adultos y los viejos del futuro, los padres y los abuelos por
venir. Por tanto es importante observar, entender y acompaar los diversos comportamientos y sus respectivas actitudes y sentidos de la vida, en todo lo que implica el
hipermundo. Lo que est cambiando, est cambiando ah, en esa nueva configuracin
de la vida. Y afecta tanto los mbitos privados de la comunicacin social, como los
pblicos, en un sentido cultural, poltico y econmico. Una nueva vida social en emergencia. Sern por completo nuevos los patrones de comunicacin?, o ser slo un
cambio en el metabolismo, la velocidad, la intensidad, y temas afines? Como sea es
cambio, cambio que mutar la sociedad mexicana actual ms all de la superficie.
2.
Vivir una nueva posible nueva fase del proceso civilizatorio de la humanidad
no es algo simple. Por ahora no tenemos una adecuada perspectiva para observar y
evaluar los acontecimientos. Necesitamos hacer frente a nuestra compleja vida contempornea con nuestros escasos recursos actuales. Los escenarios extremos estn a
la vista. Por una parte los que no pueden o no quieren ver, y restan importancia a lo
que sucede. En el otro extremo estn los que s perciben un cambio, y se tensan entre
el entusiasmo y el terror. La incertidumbre es inmensa, pero tambin la ignorancia.
Slo la lucidez y la curiosidad atenta pueden permitir a la percepcin ir al ritmo de los
cambios de nuestro tiempo.
La cibersociedad est en emergencia. Su configuracin es por lo menos dual. Por
una parte recubre y por otra parte reorganiza a la sociedad del mundo que solamos
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fase del proceso general civilizatorio del cibermundo. Para ello necesita de nociones
y visiones emergentes de la percepcin conceptual del cibermundo y el hipermundo
en movimiento. Conceptos como hipermedia, hipermediacin, transmedia y transmediacin, cibercultura, ecologa de medios, e-cultura, mundo digital, virtualidad, y otros
muchos, son los nuevos parmetros conceptuales para ver y entender lo que sucede
en el nuevo mundo, y para hacer cosas en ese nuevo mundo. En el fondo est la posible emergencia de un nuevo proyecto humano, en donde la articulacin de lo socialcultural humano pre-ciberespacial se articula con las nuevas matrices para configurar
una nueva sociedad y cultura, que ser global, planetaria, algo nunca visto. Una configuracin de arquitectura e ingeniera social inditas.
Parece ser que el punto central de todo este movimiento es la integracin de lo
diverso, lo distinto, lo distante. La tecnologa est ante un nuevo captulo de la historia.
Las plataformas elctricas virtuales estn formando nuevos tipos de actores y de acciones. Los conceptos previos estn en revolucin, y las posibilidades constructivas de
lo social y lo cultural estn en un estallido de posibilidades creativas. La arquitectura
y la ingeniera de lo social se mueven en el lmite de su potencial, se encuentran en
una fase de formacin intensa y extensa. El futuro est en construccin en forma inmensa. Pero al mismo tiempo el pasado tambin hace su tarea, limitando, ordenando,
sujetando. El presente est ms tenso que nunca.
Para observar un fenmeno parecido a un estallido, un big bang social, es necesario preguntarse qu es lo que est detrs de lo fenomnico. Cul es el secreto? En
el caso de Facebook la hiptesis es que el secreto est en su arquitectura novedosa
en armona con las formas sociales no ciberculturales que se conectaron con ella.
La arquitectura como fenmeno de configuracin esttica y social hace tiempo que
tiene una certidumbre, afecta la vida social en la cual se plasma en forma material.
Por extensin la racionalidad del diseo en todas sus reas y fases de desarrollo tiene una configuracin constructiva similar. De ah que hablar de la importancia de la
arquitectura del ciberespacio sea similar a la observacin sobre el xito del diseo de
un parque pblico para reconfigurar las relaciones ciudadanas en un barrio urbano. La
arquitectura estructura la base de las posibilidades de la dinmica que pone en forma,
en ese sentido es una forma de la Ingeniera, en este caso de la Ingeniera Social.
El deporte ha sido considerado como una configuracin del proceso de la civilizacin occidental. El punto clave de esta evaluacin es el movimiento hacia la complejidad
que parte del control y el autocontrol, frente a la violencia y la agresividad espontnea,
visceral y accidental. El deporte civiliza, el ftbol y el bisbol son parte de una onda
general que mueve a la convivencia humana hacia un nicho superior de construccin
de las relaciones sociales y de los vnculos estructurales. Los ciudadanos pasan de ser
guerreros asesinos a parlamentarios dialogantes en la Inglaterra del ftbol. La cortesa
y las normas del dilogo van de la mano del deporte en aquel escenario del trnsito
del siglo XVIII al siglo XIX ingleses. Todas estas modificaciones de la Arquitectura de
lo social son promovidas por una Ingeniera Social, que promueve un tipo distinto de
vida social a travs de ellas.
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realista de una ficcin. Gente reunida por lo que ya tiene en comn. En principio no
se participan las diferencias. Hay seguidores, soles virtuales, pero tambin linkers
(propiamente participativos). Hay diversos roles en el nuevo entorno social virtual, el
conversador, el proveedor, el promotor, el recomendador, el crtico. El mundo social
de las redes en el ciberespacio se complejiza con el tiempo. Tambin se percibe un
aumento en las formas de socializacin y comunidad en el ciberespacio, a partir de las
formas comunitarias pre-existentes.
La red social en Facebook se configura en la forma del tipo social comunidad.
Desarrolla socializacin? Facebook es una agenda de conexiones sociales, frgiles,
mundanas, efmeras, por lo menos en principio y en apariencia. Los lazos parecen
dbiles y de paso son el centro de la configuracin comunitaria de la plataforma.
Los vnculos se generan y reproducen en superficie, pero existen, se multiplican, se
extienden, colonizan territorios, se van complejizando poco a poco, se desfiguran, se
vuelven a configurar. Lo que ah sucede se parece en principio a lo que pasa fuera del
ciberespacio, y en la comparacin para algunos parece perder, pero hay ms, mucho
ms, y en aumento. El mundo ya tena un movimiento hacia lo mltiple y diverso antes
del ciberespacio y de Facebook, conviviendo con formas muy tradicionales y conservadoras, lentas, reacias al cambio. Facebook rompe con la visin marginal de avanzado
o moderno que tena el primer ciberespacio, ahora incluye a todos, a vanguardistas,
a fundamentalistas tradicionales, y a televidentes y radioescuchas. Todos reunidos en
una nueva posibilidad de relacin y asociacin. Y el resultado es una continuacin del
metabolismo del movimiento de tolerancia y convivencia que viene desde la segunda
parte del siglo veinte. El ciberespacio incluye y relaciona, articula y comprende, conecta y comunica. La cibernacin es mltiple y diversa, de un altsimo metabolismo
de accin y reaccin. La vida social virtual entra en un proceso de aceleracin que
mueve datos y sentidos a una velocidad indita, los primeros colonos se sentan en
su jugo, los nuevos se adaptan con gran rapidez. La vida social del ciberespacio desborda poco a poco a su continente y se conecta con el llamado mundo en tomos. Ya
no hay vuelta atrs, y lo que sigue puede ser la continuacin de este movimiento. Lo
que sigue puede ser an ms incluyente y dialgico. Para que as suceda se requiere
una Arquitectura y una Ingeniera Sociales ms participativas, ms colaborativas, ms
estratgicamente comunitarias en lo diverso y lo distinto.
3.
Facebook es parte de un momento en el desarrollo del ciberespacio y la cibercultura, que a su vez son parte de un proceso civilizatorio mayor. Este es quizs el
momento ms interesante de todos los hasta ahora vividos en el cibermundo. El boom
de Internet viene de dos figuras claves. Por una parte la necesidad de informacin,
satisfecha en el acceso a sistemas de informacin antes cerrados, con la circulacin
de paquetes de informacin como nunca en la historia humana. Y por otro la aparicin
de las comunidades virtuales, que anuncian el potencial social de esta nueva ecologa
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horizontal entre grupos diversos inicia el vuelo hacia una nueva forma de socialidad. La
pluralidad y diversidad de sistemas de informacin permite la promocin espontnea
de sistemas de comunicacin tambin diversos. La sociedad del consumo es una de
las grandes impulsoras del fenmeno. La juventud urbana en ese sentido es el primer
bloque habitante de esa nueva posible sociedad, pero tiene enfrente a una sociedad
de informacin an hegemnica y dominante. Aqu aparecen sistemas de comunicacin interaccin-colaboracin, por lo menos en el techo hegemnico y elitista, que se
diversifica hasta cierto punto, el movimiento en la sociedad civil general es ms lento
pero incipiente.
Comunidad de Comunicacin en Mxico. La Internet es la gran promotora
de este tipo de forma social, y es global. Parece que no hay otra forma mejor para
impulsar esta emergente sociedad de las relaciones horizontales plurales, diversas
y colaborativas. Es prcticamente inexistente por ahora, pero est en proceso de
construccin. La presencia de la sociedad de informacin hegemnica es muy fuerte
y general. Pero la tensin hacia formas de relacin ms plurales y diversas existe y
aumenta. Tambin aparece la tensin hacia formas de relacin social ms dialgicas,
de construccin desde lo horizontal. Es posible que esta forma de vida social conviva
al mismo tiempo con los tres tipos anteriores en un futuro prximo, lo que cargar de
complejidad a la vida social mexicana. Aqu los sistemas de comunicacin interaccincolaboracin se generalizan y subordinan a los sistemas de comunicacin difusindominacin. Una gran sociedad horizontal compleja y colaborativa.
Observemos ahora a la historia de la Ingeniera en Comunicacin Social en Mxico a travs de esta mirada comunicolgica, con la ayuda de la tipologa social que la
propia Comunicologa nos proporciona.
Primera etapa. La difusin nacionalista (1920-1960). Durante estos primeros cuarenta aos de la poca contempornea de la vida social en Mxico, la Ingeniera
en Comunicacin Social es un movimiento de difusin del nacionalismo revolucionario.
La tarea no fue fcil, se trataba de construir una nacin a partir de ciertos referentes,
un pasado luminoso, un presente revolucionario glorioso. El proyecto convoc a todo
tipo de actores para crear la expresin de este gran objetivo de configuracin simblica. La educacin pblica y las bellas artes oficiales son los lugares institucionales de
este efecto de difusin primario, pero no slo ellas. El gobierno revolucionario construye un sistema de informacin cultural nacionalista a travs de historiadores, artistas, pedagogos, y acta sobre la poblacin a lo largo de estos cuarenta aos. El gran
sistema de informacin cultural popular decimonnico es impactado por esta tarea
de Estado, con gran eficiencia y consistencia. Tenemos a una sociedad de informacin
tpica, donde una elite ecosistmica impacta y pone en forma a una poblacin que se va
tornando urbana, laica, y moderna, pero no tanto. Hay que recordar que la Iglesia catlica es tambin una figura ecosistmica que ha impactado a la poblacin durante cuatro
siglos, ese sustrato queda ah, y se ve reforzado por la accin de difusin paralela al
rgimen revolucionario. Por tanto tenemos como resultado una sociedad de comunicacin, donde los sistemas de informacin difusin hegemnicos son el eclesistico y el
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Los jvenes son el pblico, el objeto de accin de las intenciones de los sistemas de comunicacin difusin-dominacin, articulados a los sistemas de informacin
del Estado, tanto en su forma pblica como privada. La relacin de estas intenciones
con los servicios de redes sociales ha sido muy peculiar. Los ensayos de articulacin
de las formas de difusin-dominacin con las plataformas con comportamientos de
interaccin-colaboracin no suelen tener xito. Los comportamientos de la difusindominacin buscan poner en su forma a las nuevas configuraciones de lo posible en
el ciberespacio, invierten energa y recursos para lograrlo. Pero al mismo tiempo las
nuevas plataformas promueven las figuras de la interaccin-colaboracin, y la tensin
resultante est presente, por el momento con configuraciones diversas, no homogneas ni propensas en automtico a la continuidad de las formas sociales del pasado. El
caso ms llamativo y ejemplar en los ltimos tiempos ha sido el movimiento de Yo soy
132, que articul en el ciberespacio a una comunidad que vio la posibilidad de moverse
y actuar fuera de la rbita de dominacin de los aparatos de Estado convencionales.
La tematizacin del Yo soy 132 permite un pequeo laboratorio de lo posible
en el sentido de las cosmologas de la dominacin y la colaboracin en conflicto. Lo
primero que resulta de un primer anlisis es que el movimiento manifiesta el principio
de algo que puede multiplicarse en el futuro, y que no tiene antecedentes directos en
la plataforma de los servicios de redes sociales en Mxico, en particular Facebook. Lo
cual lo convierte en un sntoma de algo que ya est aqu, o por lo menos en un fenmeno que propone un comportamiento que puede ser imitado. Las redes sociales en
el ciberespacio han manifestado en este movimiento la independencia de los procesos
de interaccin-colaboracin de los proceso de difusin-dominacin. Todo parece indicar
que la historia de este enfrentamiento cosmolgico no termina ah, sino recin inicia.
Los jvenes son los habitantes mayoritarios de los servicios de redes sociales,
al mismo tiempo son los nativos digitales, y por tanto los actores sociales ms susceptibles de ser articulados por alguna de las dos tendencias presentes en el cibermundo, la comunicacin dominacin o la comunicacin colaboracin. Ellos estn en
la primera lnea de la accin situacional de este enfrentamiento, en un alto porcentaje
responden al condicionamiento de la sociedad de informacin dominante actual, pero
al mismo tiempo son tambin la primera lnea de construccin hacia una comunidad
de comunicacin posible, emergente, y con una infraestructura en el ciberespacio que
la promueve y la puede sustentar. Lo que est en juego entonces es el encuentro entre
las dos Arquitecturas e Ingenieras en Comunicacin Social elementales. El movimiento
social enriquece la experiencia y el conocimiento de unas y otras. El proceso civilizatorio est en tensin, un vector indica una direccin, otro vector indica otra direccin.
BIBLIOGRAFA
AGUILAR Camn, Hctor (1982). Saldos de la revolucin, cultura y poltica de Mxico
1910-1980, Editorial Nueva Imagen, Mxico.
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DEUTSCH, Karl (1971). Los nervios del gobierno, Paids, Buenos Aires.
ELIAS, Norbert (1987). El proceso de la civilizacin. Investigaciones Sociogenticas y
Psicogenticas, Fondo de Cultura Econmica, Madrid.
FREIRE, Paulo (1976). Extensin o comunicacin?, Siglo XXI, Mxico.
GALINDO Cceres, Luis Jess (1994). Cultura mexicana en los ochenta, Apuntes de
Metodologa y Anlisis, Universidad de Colima, Colima.
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INTRODUCCIN
En esa bsqueda nacional de querer alcanzar apertura comercial, infraestructura, estabilidad econmica, etc., los avances tecnolgicos han sido una herramienta
definitiva e invaluable en el proceso mismo, que definen nuevos actores y una nueva
sociedad, La Sociedad del Conocimiento, que busca avanzar al ritmo vertiginoso de
los avances tecnolgicos desatando un deseo desenfrenado por poseer los recursos
materiales que exige este tipo de vida (computadoras, telfonos celulares, ipads, cobertura ilimitada del internet y redes sociales).
Los Adolescentes que se encuentran en la bsqueda de su propia identidad (Psicosocial y sexual), as como de su autonoma son los nuevos actores histricos y blanco
fcil de la vertiginosa evolucin tecnolgica manifestada por el uso de las TICs como
una herramienta de interaccin, de socializacin, de trabajo y de diversin situacin que
llevada al extremo desencadena adiccin a la tecnologa, mismo que implica la adquisicin
progresiva de aparatos y su consecuente enajenacin que le impide ser asertivo en sus
autodeterminaciones lo que le lleva a tener reacciones de hostilidad o de dependencia con
los cuales busca compensar sus sentimientos de impotencia, miedo y ansiedad; pero no
slo eso, sus familias lejos de ser acompaantes, proveedores de amor y estabilidad emocional suelen rendirse fcilmente ante la frustracin de comportamientos que manifiestan
y sus adicciones tecnolgicas convirtindose en tres posibilidades de familias: las familias
proveedoras materialistas -que olvidndose que su labor principal que es criar, formar,
desarrollar y fortalecer a un ser humano que saldr de su ncleo familiar para ser productivo, asertivo y adaptado socialmente, estas familias se manifiestan con falta de autoridad,
lmites, valores, comunicacin, amor y cohesin; otra alternativa es ser familias que ejerzan el autoritarismo- preocupados por cumplir con la encomienda de formar un individuo
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y sus resultados apegados al modelo impuesto, en este tipo slo importan las reglas mas
no los medios y los sentimientos, dejando de escuchar a los hijos y de brindarles amor
atencin al igual que la familia proveedora, por ltimo las familias donde los padres son los
mejores amigos de los hijos, en estas familias se experimenta la orfandad ya que no existe
la imagen de autoridad, seguridad y proteccin, por lo tanto no existen limites ni reglas,
pudindose observar que los hijos ponen las condiciones y le hacen el favor a los padres
de obedecer o escucharlos. Estas situaciones causan en los adolescentes sentimientos de
abandono, vaco existencial, no sentirse escuchados, no sentirse comprendidos, la falta
de desarrollo espiritual y de valores hace que se manifiesten con comportamientos tales
como no encontrarle sentido a la vida, aburrimiento, desinters, rebelda, apata, etc., comportamientos que en un futuro mediato desencadenar problemas sociales como: adiccin
a las nuevas tecnologas y sus consecuencias, trastornos alimenticios, trastornos sociales,
y/o hijos no deseados, etc. Ya que el desarrollo de su espiritualidad y del alma que les
permitir manifestar su vida a travs de fuerza, creatividad y libertad se ve perdida en el
proceso de crecimiento y desarrollo y de socializacin (Moore, T., y Antolinez, C. B.).
JUSTIFICACIN
La lnea temtica se selecciona a partir del modelo ecolgico que ha definido la
OMS, quien lo describe como el equilibrio Bio-Psico-Social proponiendo un abordaje
ms preventivo del enfoque multicausal incluyendo el medio ambiente interviniente
junto con el mbito familiar y comunitario. El concepto de multicausalidad hace referencia a que las alteraciones o enfermedades estn asociadas a factores diversos:
socioculturales, ambientales, fsicos, qumicos, etc.
El modelo ecolgico toma como referencia los conceptos de heterogeneidad y diversidad social, lo cual permite que el profesional de la salud incluya reflexiones sobre
conflictos propios de las relaciones humanas y sus consecuencias personales,familiares
y sociales; conceptos abarcados en la Psicologa Social de Pichon Riviere donde la
concepcin de la salud y la enfermedad slo son consecuencia de los procesos del
individuo en relacin con su ambiente y su desempeo en la sociedad.
Para Enrique Pichon Riviere la salud en este caso psicolgica y emocional es la
Adaptacin activa a la realidad en la realizacin de sus roles sociales, plantea que
el Vinculo y la Salud mental se ven atravesados por procesos comunicacionales y de
aprendizaje a travs de los cuales se producen modificaciones y transformaciones de la
conducta. Para lograr salud mental es importante establecer vnculos comunicativos y
de aprendizaje con los cuales interactuar con otros individuos y con el medio.
Por lo anterior y en mi experiencia que tengo como Docente, Enfermera y madre
me he dado cuenta del impacto que tiene sobre la identidad, la personalidad, el rol, la
concepcin de vida, en el desarrollo emocional y psicosexual en los adolescentes, la revolucin tecnolgica con todas sus implicaciones vertiginosas vs familias con falta de autoridad, falta de lmites, falta de valores, falta de comunicacin, falta de amor, cohesin y
El rescate del adolescente a travs de su ncleo familiar: desde una visin humanista
91
PROPUESTA
Fomentar en la Escuela, colegio o institutos educativos el trabajo colaborativo
entre profesionistas como Psiclogos, terapeutas, mdicos enfermeras, pedagogos,
maestros del plantel, etc. En el trabajo diario con los alumnos y en las llamadas Escuelas para padres, talleres para padres o grupos de padres con los que se trabaje no solo
temas de inters, sino situaciones reales y experiencias significativas.
Forma Preventiva
Trabajar con padres de familia en la definicin, concepcin, aprehensin de
sus roles parentales dentro de la sociedad del conocimiento (como autoridad,
como guas en el proceso de crecimiento y desarrollo Bio-Psico-Social y tecnolgico, como facilitadores de la comunicacin entre pares y como proveedores de amor y estabilidad emocional)
Trabajar con las Familias dinmicas grupales (para definicin de roles entre pares, para definir que hace falta en sus familias, las alteraciones ms frecuentes
que puedan ser corregidas de manera sencilla).
El Departamento mdico o de enfermera debe poseer los registros diagnsticos de los alumnos del plantel que permitan identificar probables alteraciones, patologas existentes, trastornos alimenticios o psicosociales, que
puedan atenderse de forma temprana.
Abordar temas de inters como adolescencia, cambios sexuales, de higiene,
cuidado corporal, posibles alteraciones de salud o comportamientos, manejo de
sentimientos, emociones, etc. de forma integral con enfoque humanista que le
permita al alumno apropiarse del conocimiento con aprendizajes significativos.
Forma Correctiva
Terapia individual y grupal a familias de adolescentes problemas, puede iniciarse en la escuela como grupos especiales manejado por psiclogos y terapeutas y recibir apoyo teraputico externo.
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CONCLUSIONES
A medida que todos los implicados padres, madres e hijos unidos como clula
social apoyados por la estructura educativa hagan frente a la vertiginosa revolucin
tecnolgica, a las exigencias de polticas econmicas, a las verdades sociales, a las
necesidades de los nios, adolescentes y jvenes; la sociedad podr estar en posibilidades de mejorar, de responder a las demandas actuales e histricas definidas por
el neoliberalismo poltico, mas no fundamentadas en el consumismo materialista, ni
en las modas de la poca, sino en valores, proyectos de vida, congruencia, fortaleza,
experiencia espiritual, conciencia y apertura.
Muchas veces basta una palabra, una mirada o un gesto de amor o aceptacin para llenar el corazn del que amamos
Madre Teresa de Calcuta
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
MOORE, T. El cuidado del Alma, bestseller internacional. Editorial Urano 2010.
MATURANA, R. H; Verden-Zoller, G. Amor y Juego, fundamentos olvidados de lo humano, desde el patriarcado a la democracia. Coleccin Experiencia Humana,
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MATURANA, R. H; SIMA, N. Formacin Humana y Capacitacin. Editorial Dolmen Ensayo. Santiago de Chile 1997.
DE LOURO, B. I. La familia en la determinacin de la salud, Revista Cubana de salud
pblica, v 29, No 1 ene-mar 2003.
HERRERO, Y.M.N. Adolescencia, grupos iguales, consumo de drogas y otras conductas
problemticas. Revista de estudios de juventud, No. 62 septiembre 2003.
INTRODUCCIN
El mundo universitario, inserto en las realidades locales y globales tiene como
necesario el conocer ms de cerca a los jvenes que ingresan a la Universidad Cristbal Coln de Veracruz, Ver. El trabajo plantea conocer el imaginario religioso en los
jvenes del primer semestre de la carrera de ciencias de la educacin en la Universidad
Cristbal Coln de la ciudad de Veracruz, Ver. Mxico y la posible relacin con la indiferencia o apata ante las materias humanistas, ofertadas por el Centro de Pastoral,
gestando as un replanteamiento de su objetivo y propuestas de formacin integral.
Como resultado del resquebrajamiento de los ideales forjados en el Iluminismo,
la posmodernidad sera la poca del desencanto, del fin de las utopas, de la ausencia
de los grandes proyectos que descansaban en la idea del progreso. No hay cabida para
las cosmovisiones totalizantes; estamos en la cosmovisin de bricolage1.
En la sociedad posmoderna todo es relativo y no hay lugar ni tiempo para lo que
requiere voluntad y compromiso. Es, segn Juan Gonzlez Anleo, la religin light: un
tipo de religiosidad caracterizada por su ausencia de dramatismo, su incoherencia doctrinal, su talante asistemtico2. Los seres humanos no podemos vivir sin significado,
Mardones J. M. (1985). Races sociales del atesmo, Madrid, Fundacin Santa Mara. El siglo xx ha
significado el fracaso de la optimista unificacin racional proyectada por el iluminismo y el positivismo
francs: La diferenciacin de la ciencia, la moralidad y el arte han llegado a significar la autonoma de
los segmentos tratados por el especialista y su separacin de la hermenutica de la comunicacin
cotidiana.
Gonzlez A. J. (1987). Los jvenes y la Religin Light. Madrid. Cuadernos de realidades sociales.
pp. 29-30.
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CONCLUSIONES
El 100% de los alumnos han recibido la iniciacin a la religin y sobre ellos
pesa una cultura religiosa suficiente como para tener un imaginario religioso
claro, suficiente y maduro.
Manifiestan una prctica religiosa baja 60% y nula 15%; indicando gran incoherencia entre la Fe recibida y la Fe vivida en la ritualidad religiosa; afirman
haber recibido una creencia que ignoran en su contenido, en el sentido ltimo
y su vivencia comunitaria.
Su compromiso social a partir de su vivencia religiosa, 15% alto y un 60%
regular. Se contrapone como incoherencia entre su prctica religiosa y el
uso mgico de los signos que manejan junto con su concepcin acerca del
cono.
Religiosidad y uso de imgenes en la vida cotidiana como objetos de valor
subjetivo con implicaciones muy fuertes de influencia en su diario vivir, el
78% afirma tenerlo; tienen un imaginario religioso inmaduro, construido en
la visin mgico-religiosa de la Fe que han recibido. Lo anterior, habla de la
manera como se integra a partir no de una experiencia religiosa fontal sino
de una prctica familiar y cultural sin fundamento objetivo.
Se tiene una relacin favorable entre el imaginario religioso y el inters que
manifiestan los alumnos hacia las materias humanistas, con lo cual se logra
afirmar la hiptesis de la relacin entre el imaginario y la actitud de inters
hacia las materias humanistas.
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SUGERENCIAS
Es necesario que se contine con el estudio y se aplique en todas las carreras
para corroborar lo encontrado y poder afirmar de manera ms generalizada la
percepcin de la comunidad estudiantil de la Universidad Cristbal Coln de
Ver. hacia las materias humanistas.
Es importante rescatar informacin de la percepcin que se tiene hacia las
materias humanistas a partir de la didctica, metodologa o estilo particular
del docente que imparten dichas materias; mbito no contemplado en este
estudio y que puede aportar mayores elementos que apoyen una re-estructuracin de la lnea curricular humanista.
FUENTES
MARDONES J. M. (1985). Races sociales del atesmo, Madrid, Fundacin Santa Mara.
GONZLEZ A. J. (1987). Los jvenes y la Religin Light. Madrid. Cuadernos de realidades sociales. pp. 29-30.
TOUS M. C. y AMORS M. M. (2007). Motivaciones para el estudio en universitarios.
Universidad de Murcia. Murcia (Espaa). Anales de psicologa. 2007, vol. 23, n
1 (junio), 17-24.
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98
INTRODUCCIN
El sobrepeso y la obesidad son definidas como una excesiva o anormal acumulacin de grasa que representa un riesgo para la salud (OMS, 2012a). La Organizacin
100
Mundial de la Salud (OMS) y el Grupo Internacional de Trabajo en Obesidad (IOTF)/Asociacin Internacional para el Estudio de la Obesidad (IASO) consideran que la obesidad
y el sobrepeso son una epidemia y con ello un grave problema de salud pblica a nivel
mundial. Estas afectan a pases de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el rea
urbana, observando un impacto en la morbimortalidad, en la calidad de vida y en el
gasto sanitario (OMS, 2012b; IASO/IOTF 2010).
La IASO/IOTF (2010) estima que a nivel mundial 200 millones de nios en edad
escolar tienen Obesidad o sobrepeso. En Mxico, la prevalencia combinada de obesidad
y sobrepeso en nios de 5-11 aos ha aumentado de forma alarmante durante los ltimos aos, desde 18.6% (1999) hasta 26% (2006) (Olaiz et al., 2006). Cabe sealar
que en algunas zonas urbanas de la Ciudad de Mxico dicha prevalencia podra llegar
hasta el 45% (Perichart et al., 2007). En Veracruz, la prevalencia sumada de sobrepeso y obesidad se ubic en un 25.5%, siendo mayor en las zonas urbanas (27.9%) que
en las zonas rurales (22%) (ENSANUT, 2006).
Lo anterior sugiere prestar atencin especial a esta situacin, ya que existe
una tendencia establecida de que los nios con sobrepeso u obesidad siguen siendo
obesos en la edad adulta y tienen mayor riesgo de padecer enfermedades crnicas en
edades tempranas como: Diabetes mellitus tipo 2 (DM2), enfermedades cardiovasculares, hipertensin, dislipidemias, intolerancia a la glucosa y cncer entre otras (Serdula
y cols., 1993, Dietz, 1998, Anderson, 2005, Barquera et al., 2007). Adems de los
daos a la salud, la obesidad tiene consecuencias psicolgicas, sociales y econmicas
como la estigmatizacin, discriminacin y elevados gastos de atencin mdica (Puhl y
Latner, 2007, Mclean et al., 2009, Geier, 2007, Suarez- Berenguela y Jacoby, 2006).
Dada la importancia de prevenir las consecuencias derivadas de la obesidad y el
sobrepeso infantil, en el siguiente estudio se determin la prevalencia de obesidad y
sobrepeso en los nios escolares de la primaria particular Colegio Cristbal Coln de
Veracruz, Mxico.
MATERIAL Y MTODOS
Se realiz un estudio transversal descriptivo en una muestra no probabilstica
por conveniencia en 914 escolares de ambos sexos en un rango de edad de 6 a12
aos, de la escuela primaria particular Cristbal Coln de Veracruz, Mxico. Se registraron datos personales y se midi el peso y la talla por personal capacitado y
estandarizado. Previo a la medicin antropomtrica el rea de psicologa trabaj con
dinmicas dirigidas a los nios.
Para la medicin del peso se utiliz una balanza electrnica de piso marca SECA
modelo 813. Se le pidi al escolar que se colocar en el centro de la balanza con los
pies ligeramente separados sin calzado, con la menor cantidad de ropa posible y sin
accesorios (OMS, 1995).
Prevalencia de obesidad y sobrepeso en nios escolares de una primaria particular de Veracruz, Mxico
101
RESULTADOS
En la presente investigacin participaron 914 escolares voluntarios de los cuales
se excluyeron 31 por falta de datos como la fecha de nacimiento, peso o talla. As, la
muestra fue de 883 escolares, en un rango de edad de 6 a 12 aos y una media de
8.93 1.87 aos. De los cules 445 (50.16%) fueron mujeres y 438 (49.60%) fueron
varones. La media de peso corporal fue de 37.57 13.29 kg y de talla 1.37 0.13 cm.
En el caso de las mujeres la media de edad fue de 8.93 1.83 aos, de peso corporal
36.89 13.17 kg y talla 1.36 0.12 cm. Para los varones la media de edad fue de
8.93 1.89 aos, de peso corporal 38.26 13.40 kg y de talla 1.36 0.12 cm, no se
102
n = 445
Mujeres
Media SD
n = 438
Varones
Media SD
Edad (aos)
8.93 1.87
8.93 1.83
8.93 1.89
0.99
Peso (kg)
3.57 13.2
36.8 13.1
38.2 13.4
0.08
Talla (cm)
1.37 0.13
1.36 0.12
1.36 0.12
0.97
IMC para la
edad (kg/m2)
19.5 4.19
19.2 4.25
19.9 4.10
0.01
Tabla 1. Media y desviacin estndar de la edad, peso, talla e IMC para la edad
de nios escolares de la primaria particular Colegio Cristbal Coln de Veracruz, Mxico.
Para comparar grupos se utilizo la prueba de U de Mann Whitney p < 0.05.
Los sujetos se clasificaron en dos grupos de edad (5-8 y 9-12 aos), el 44.28%
de los nios escolares tuvieron de 5-8 aos de edad, donde la media de la edad fue de
7.13 aos, del peso 29.02 8.30 kg, de la talla 1.25 0.7 y del IMC para la edad
18.13 3.64. El 55.71% de nios escolares tuvieron de 9-12 aos de edad, donde la
media de la edad fue de 10.36 1.05, del peso 44.36 12.50, de la talla 1.45 0.9
y del IMC para la edad 20. 69 4.25. Encontrando diferencias significativas en todas
las variables.
n = 391
5-8 aos
Media SD
n = 492
9-12 aos
Media SD
Edad (aos)
7.13 0.79
16.3 1.05
0.0001
Peso (kg)
29.0 8.30
44.3 12.50
0.0001
Talla (cm)
1.25 0.7
1.45 0.9
0.0001
IMC para la
edad (kg/m2)
18.1 3.64
20.6 4.25
0.001
Tabla 2. Media y desviacin estndar de la edad, peso, talla e IMC para la edad de nios escolares de la
primaria particular Colegio Cristbal Coln de Veracruz, Mxico, clasificados por grupos de edad. Para
comparar grupos se utilizo la prueba de U de Mann Whitney p < 0.05.
Prevalencia de obesidad y sobrepeso en nios escolares de una primaria particular de Veracruz, Mxico
103
104
Cuando la muestra se agrup por edad, la prevalencia de normopeso en el grupo de 5-8 aos fue de 48.85% y en el grupo de 9-12 aos fue de 43.50% y no hay
diferencias significativas. La prevalencia de sobrepeso en el grupo de 5-8 aos fue de
15.60% y en el grupo de 9-12 aos fue de 25% y encontramos diferencias significativas p<0.05. En cuanto a la prevalencia de obesidad se encontr que en el grupo de
5-8 aos fue de 29.67% y en el grupo de 9-12 aos fue de 29.49% y no hay diferencias significativas. La prevalencia sumada de obesidad y sobrepeso en mujeres fue de
45.27% y en varones de 54.47%.
DISCUSIN
En estudios previos se ha descrito que la prevalencia de obesidad y sobrepeso
infantil es de aproximadamente 20% (IASO/IOTF, 2010), especficamente en Mxico y
en el estado de Veracruz la prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad
en nios de 5-11 aos va de 25-26% para ambos sexos (Olaiz et al., 2006; ENSANUT,
2006). La muestra del presente estudio revela una prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad de 50.39%. Resultado que esta por encima de la media nacional y
estatal. Si bien los criterios diagnsticos utilizados en los estudios previos no son los
mismos que los empleados en este estudio, la prevalencia no deja de ser elevada.
Por otra parte, tambin se encontr que prevalencia sumada de obesidad y sobrepeso en mujeres 44.04% y en varones 35.39% es superior que la reportada a
Prevalencia de obesidad y sobrepeso en nios escolares de una primaria particular de Veracruz, Mxico
105
AGRADECIMIENTOS
Director General del Colegio Cristbal Coln
H. Gerardo V, Leyva Bohrquez Sch P.
Directora de nivel primaria, Colegio Cristbal Coln
Yolanda A. Guerrero Arciniega
Director de Investigacin y Posgrado de la Univ. Cristbal Coln
Dr. Daniel Vzquez Cotera
Coordinador de investigacin de la Univ. Cristbal Coln
Mtro Rodolfo Uscanga Hermida
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Los nmeros que aparecen detrs de algunos prrafos, no son notas, sino que se refieren a los nmeros de la bibliografa que se encuentra al final.
110
Cambio de hbitos para una mejor calidad de vida, un reto para todos
111
112
Cambio de hbitos para una mejor calidad de vida, un reto para todos
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18.
19.
ANTECEDENTES
No se puede pensar el desarrollo infantil, o la salud mental del nio y del joven
si no es en relacin con los padres y ambiente cercanos.
Los estilos de crianza pueden tener efectos tanto inmediatos como duraderos en
el funcionamiento social de los nios en reas del desarrollo moral, juegos con pares,
y desempeo acadmico.
Sin embargo, la forma de criar a un nio, y por lo tanto el actuar de los padres,
no siempre ha sido como la pensamos ahora. En los ltimos 100 aos, la familia ha
tenido transformaciones importantes, aunque estos cambios se venan dando ya desde un siglo antes. (Romero F. , 2007)
Estos han tenido a la vez un impacto en la forma en que los nios son criados,
as como en las expectativas que los padres tienen sobre ellos. Mientras que en las culturas agrcolas, tanto antiguas como actuales, la expectativa es tener numerosos hijos
para que contribuyan a la economa familiar, en la sociedad industrializada y citadina,
es todo lo contrario. Los nios tienen un valor social importante, y se espera que los
padres los atiendan sin esperar una retribucin a cambio. (LeVine, 1987)
Si bien en las culturas rurales de Mxico se sigue teniendo gran cantidad de hijos,
se ha ido transformando lo que se espera de ellos y la actitud de los padres. Debido
a que an en lugares muy remotos existen escuelas, los padres cada vez valoran ms
que sus hijos estudien, en especial los varones; y por otro lado, el fenmeno de emigracin constante en bsqueda de trabajo de los padres tambin ha ido transformando
el tipo de relacin de los padres con los hijos.
118
Sin embargo, no debe perderse de vista que la relacin padres-hijos vara segn
el contexto cultural. Segn LeVine (1987) esto depende de:
Las metas hacia las que se dirige la socializacin
Las prcticas parentales utilizadas por los padres para ayudar a los hijos a
obtener dichas metas.
El estilo parental, clima emocional en donde se lleva a cabo la socializacin
Consideramos que es importante seguir profundizando en el efecto de las prcticas parentales en el desarrollo del nio1, en especial en diferentes contextos culturales. (Darling N., 1993)
En los grupos sociales urbanos, en trminos generales se ha transformado la
familia en las ltimas dos generaciones. Las madres estn cada vez ms ausentes del
hogar, ya sea por un desarrollo profesional, o bien por necesidad econmica, lo que ha
llevado no slo a cambiar nuestra cultura: creencias religiosas, estructuras familiares,
tradiciones, hbitos alimenticios, nmero de nios en la familia o ingresos familiares,
sino que tambin transform la relacin madre-hijo, llevndola a una forma completamente nueva de apego (Rygaard, 2008)
El resultado que se vive es una transformacin en las relaciones. La distancia o a
veces hasta abandono que viven los nios, ms la sobre-estimulacin de los medios,
y mensajes agresivos de los mismos, ha hecho que los nios sean ms autnomos,
que generen sus propias ideas, una pseudo independencia temprana, y una conducta
oposicionista hacia los padres. A su vez los padres no saben ahora cmo tratar a sus
hijos. No quieren caer en el autoritarismo que ellos vivieron, lo que a veces les lleva
a la sobreproteccin, estimulan la independencia de sus hijos, pero luego no saben
qu hacer con ella. Los nios en muchas ocasiones, cada vez ms, son percibidos por
los padres como incontenibles. Es frecuente escuchar a madres de nios de tres aos
decir que no saben qu hacer con ellos. Los nios han tomado el control en la familia,
y esto va en su contra, pues en la medida en que ganan este control, pierden la contencin, el apoyo, la cercana. Ambos, nios y padres necesitan una nueva relacin,
pero han perdido el rumbo.
Finalmente, los resultados de este conflicto se dejan ver en nios con mltiples
problemas, as como adolescentes en donde cada vez hay ms adicciones y comportamientos hostiles, lo que puede resumirse como problemas de relacin.
Desde hace tres aos el Cesigue, tiene un proyecto para desarrollar los vnculos madres-hijos en una
comunidad rural de Ocotepec, Municipio de Ayahualulco. Inicialmente las madres respondan muy poco
a las demandas afectivas y de socializacin de sus hijos, por lo que los nios eran apticos, y presentaban un grave retraso en su desarrollo motriz, emocional y cognitivo. Con la intervencin se han
observado cambios importantes en estos aspectos.
119
120
121
padres, incluso tiene un apartado en su libro que denomina sesiones conjuntas, con
ello se refiere a las sesiones en que la terapeuta est hablando con la madre, el nio
juega en la misma habitacin, mientras que la terapeuta observa qu hace la madre
cuando el nio la aproxima. Propone as la evaluacin de la relacin parentofilial. Para
esta autora, algo fundamental en la entrevista es indagar sobre las representaciones y
motivaciones parentales en diferentes momentos: desde la concepcin, hasta el momento actual. Adems anota la importancia de ir ms all del relato verbal, pasando
a la observacin por la micro observacin sobre la interaccin cara a cara de la dada
madre-beb a travs de las representaciones de estar-con que requieren contextos
interactivos que permitan su activacin para hacerse presentes.
Adems de los autores ya citados, existen gran cantidad de artculos sobre la
parentalidad (Bersabe, 2001) (Romero, 2007) (Dencik, 1992) (LeVine R. , 1987) en los
que se discute desde la transformacin que ha tenido la relacin padres hijos en los
ltimos 50 aos, hasta las habilidades parentales que se requieren actualmente para
enfrentar este reto, as como formas de intervenir, generalmente basadas en grupos
de padres de tipo educativo.
Los artculos sobre parentalidad se pueden agrupar en cuanto a su enfoque en
los siguientes temas:
Teorizacin sobre el desarrollo del nio. La forma en que ha ido cambiando la
forma de ser y de pensar de los nios en las ltimas dos dcadas.
Teorizacin sobre la familia y los padres. Consecuente con el tema anterior,
hay artculos que se abocan a indagar la historia de la familia y de la parentalidad, as como la transformacin que ha tenido en especial desde la industrializacin y transformacin del campo.
Estilos parentales. Baumrind (1996) pone de relieve la forma en que pueden
actuar los padres, destacando cuatro formas o estilos parentales: autoritario,
indiferente, permisivo y democrtico. A partir de estos estudios sobre los
estilos de crianza, hay tambin infinidad de artculos dedicados a ver la forma
en que estos estilos influyen en la autoestima, en el rendimiento escolar, en
las relaciones sociales. Asimismo se han desarrollado instrumentos para determinar a qu estilo pertenecen los padres, mismos que han sido validados
en Mxico (Gaxiola & Fras, 2006)
Efectos de la parentalidad en el comportamiento adolescente, su escolaridad
y socializacin.
En especial hay autores que se abocan a la investigacin del efecto que tiene en
los nios que han tenido un estilo de apego o crianza de malos tratos, as como
la forma en que pueden variar cuando son puestos en ambientes bien-tratantes.
Se han desarrollado diferentes escalas para medir los estilos educativos,
como la Escala de Afecto-comunicacin y crtica-rechazo, o la Escala de Normas y Exigencia.
122
123
Dado que los padres son el origen de la forma en que el nio se manifiesta ahora,
con base en los buenos o malos tratos que le han dado, generando estilos de apego,
que se traducen no slo en comportamientos o conductas, sino en patrones de relacin, los cuales son el objetivo principal de la terapia.
A partir de la entrevista empezamos a darnos cuenta de la forma en que los
padres hablan del hijo, cmo se sitan frente a lo que les trae a la consulta. Si vienen
ambos, o slo uno de ellos, y si es esto ltimo, de qu manera se refieren a la ausencia
de quien no viene. Cada vez es ms frecuente que ni siquiera sean el padre o la madre
los que vienen, sino una ta o una abuela, ya que los padres se han ido a trabajar a otro
lado, o simplemente han abandonado al nio con la familia.
La segunda fase del proceso de evaluacin consiste en una a dos sesiones con
el nio. En estas sesiones nos interesa observar qu hace cuando se separa de los
padres, la forma en que inicia la relacin con nosotros, as como con los materiales y
lo que juega o dice. Su energa, si tiene juego simblico, lo que expresa, su forma de
decir las cosas, si sabe por qu viene y qu piensa l de estar aqu.
La tercera parte del proceso de evaluacin es la ms importante. A esta sesin
la denomino Evaluacin Conjunta. En esta sesin acuden los padres junto con el nio.
Les pedimos que vengan preparados con ropa cmoda para estar a nivel del piso, o
bien sentados en mesitas y sillas adecuadas al tamao del nio. Propiciamos un ambiente en el que se vayan sintiendo cmodos, y durante toda la hora iremos poniendo
diferentes dinmicas o juegos para que los lleven a cabo juntos. Lo que nos interesa
ver a travs de estos juegos es: cmo se ponen de acuerdo, su lenguaje no verbal, capacidad de referencia, la sintonizacin emocional, co-regulacin, variacin, transicin,
capacidad de reparacin, participacin en juegos simblicos, energa y en general la
dinmica y formas de relacionarse en la trada padres-hijo.
Esta sesin da una informacin muy rica, que el discurso de la entrevista siempre
omite, pues se da en un registro diferente. A travs del juego, los padres cambian muchos sentidos; dejan a un lado el control del intelecto, se manifiesta su forma habitual
de relacionarse con el nio, sus patrones de carcter, sus actitudes. No hay forma de
ocultarlo.
De estas tres sesiones surge el verdadero tema para la psicoterapia, no slo del
sntoma del nio, sino sobre todo de la forma de la relacin padres-hijo. En la cuarta
sesin, comentamos con los padres lo que hemos visto y lo que consideramos importante incluir en el proceso de la terapia. No se trata de interpretar, es suficiente
con que vean la sesin conjunta en un video, para que se den cuenta de lo que est
pasando, de lo que ellos hacen, de la forma de relacionarse. Muchas veces se empiezan a dar cuenta ya desde el momento mismo de la dinmica, y se refuerza al verse en
un video. No es necesario decir mucho. En caso de hacerlo es importante que se diga
sin interpretar (pues esto har surgir ms fcilmente las resistencias) sino solamente
como una descripcin.
124
La intervencin
Una vez que se tienen claros los temas de la terapia, tanto del nio como de los
padres, se llevan a cabo sesiones de tres tipos:
1. Sesiones individuales: nio-terapeuta
2. Sesiones conjuntas: nio y padres
3. Sesiones de orientacin: terapeuta y padres
Las sesiones individuales se llevan a cabo en la forma tradicional, trabajando
con el nio y el terapeuta. En estas sesiones ya se aplica el enfoque relacional en el
sentido de que nos centramos no slo en ver lo que el nio hace, sino en lo que se da
en el espacio entre el nio y nosotras como terapeutas.
En estas sesiones se da seguimiento al proceso de la terapia, orientndola hacia
los objetivos propuestos desde el principio, as como a los temas que vayan surgiendo
con el nio.
Las sesiones conjuntas constituyen la base de la propuesta del modelo de
Psicoterapia Infantil Relacional. Se llevan a cabo al menos una vez al mes. Los padres
vienen en ropa cmoda que les permita jugar con el nio, y dependiendo de su edad,
esto se puede llevar a cabo sentados en la mesita o en el suelo. La terapeuta tiene el
rol de facilitadora, interactuando lo menos posible. Se tienen las sesiones planeadas
con dinmicas que permitan a los padres desarrollar las habilidades parentales necesarias para tener una mejor relacin con sus hijos, apoyndolos en su desarrollo y en
el fondo de la formacin del sntoma.
Hay gran cantidad de artculos y libros dirigidos al trabajo con padres para desarrollar
habilidades. Desde hace muchos aos existen las Escuelas para Padres. En gran medida
stas ayudan de manera importante al desarrollo de las habilidades parentales. Estos talleres y cursos se realizan la mayor parte en un nivel intelectual, basados en una exposicin
verbal, en donde el facilitador expone las habilidades que considera importante que los padres adquieran, y stos escuchan. El impacto que se logra es muy reducido, ya que aunque
los padres estn de acuerdo en la importancia de lo que se dice no saben cmo cambiar.
En otros enfoques de trabajo con padres se realizan talleres vivenciales. En stos
los resultados pueden ser ms profundos y duraderos, ya que no solo pasan por el
registro intelectual, o memoria explcita, sino que se basan en practicar las habilidades
que se quieren trasmitir.
Dado que la mayor parte de las actitudes que se tienen como padres fueron
aprendidas en la propia infancia, por medio de la interaccin y observacin de los
propios padres, estas habilidades y formas de ser fueron interiorizadas en un nivel que
no es intelectual, que no pertenece solamente a la memoria explcita o verbal, sino en
mayor medida a la memoria implcita.
125
Por lo tanto, considero que la mayor parte de estas habilidades no las podrn
adquirir si se les ensean en forma de exposicin, donde ellos permanecen pasivos,
y adems en un contexto en donde solamente estn los padres, ya que estas habilidades se refieren especficamente a formas de ser-con-su-hijo. Pertenecen al espacio
relacional. Por ejemplo, demostrar ms afecto, jugar con su hijo, poner lmites en el
momento, tener exigencias adecuadas al nivel de su hijo. Adems, es verdaderamente
importante desarrollar estas competencias, ya que son las que aseguran el buen trato
infantil en la familia. (Barudy & Dantngan, 2005)
Barudy (ibid) seala entre algunas de las competencias importantes que deben
de tener los padres con sus hijos, la empata, que se entiende como la capacidad de
percibir las vivencias internas de los hijos a travs de la comprensin de sus manifestaciones emocionales y gestuales, o que en palabras de Stern (Stern, 1987) llama
la referencia y de sta se desprende la capacidad de entonar afectivamente, o sea de
adecuarse emocionalmente al nio.
La capacidad de demostrar el afecto, la cercana, la aceptacin del otro, la orientacin mediante contencin y no mediante la crtica, saber reconocer los aspectos positivos del nio, a diferencia de centrarse solamente en lo negativo, no imponer, saber
reconocer las seales del nio y satisfacer sus necesidades, entre otras, son ejemplo
de competencias parentales fundamentales para relacionarse afectivamente con el nio.
Pero es algo que los padres no desarrollan solamente en el nivel de razonamiento o de
memoria explcita, sino que es necesario internalizar en el nivel de la memoria implcita.
La memoria o conocimiento implcito comprende las emociones, los pensamientos, las
anticipaciones y la manera de ser con otro en todos los sentidos del trmino. De hecho,
en el mundo que nosotros conocemos, todo lo que utilizamos en todas nuestras relaciones, yo dira que en un 90% es un conocimiento implcito (Stern D., 2004).
Para que la psicoterapia acte en este nivel, se logra solamente cuando se unen
los siguientes componentes: darse cuenta (awareness) de lo que hacen o dejan de
hacer actualmente en la relacin con sus hijos, ser conscientes de la importancia que
tiene su cambio para el bienestar del nio y de la familia, y finalmente realizarlo una y
otra vez. Al hacerlo, en vez de slo decirle a los padres lo que deben hacer, estamos
interviniendo a nivel de la memoria de procedimiento, parte de la memoria implcita,
misma que lo grabar para reproducirlo en forma automtica en las relaciones con
los hijos. Stern (1987) dice que la terapia Gestalt conoce bien el conocimiento implcito y lo sabe utilizar
Las sesiones conjuntas en donde los padres y los nios desarrollan sus capacidades para relacionarse mediante el juego, llegan a ser las ms importantes y valoradas por los mismos padres y nios, pues estn descubriendo una forma diferente
de estar-con. Comentan que en realidad nunca antes haban jugado de esta manera
con su hijo, que se dan cuenta de lo que hacen y cmo esto ha afectado el comportamiento actual del nio, y sobre todo que van descubriendo y desarrollando nuevas
formas de ser padres.
126
Por ejemplo, el padre de Joel es un hombre bueno. Est cerca y preocupado por su
familia. Sin embargo en las sesiones conjuntas se da cuenta que es muy exigente e invasivo con Joel. Cuando estn jugando cartas (naipes), l puede darse cuenta claramente
que se los arrebata y que continuamente lo invade para decirle qu y cmo hacer el juego. O cuando estn haciendo una construccin de bloques en la que primero tendran
que haberse puesto de acuerdo, observa cmo es l quien dice lo que se va a hacer,
y que luego le quita al nio las piezas que ya ha colocado para hacerlo como l piensa
que queda mejor. Posteriormente, a travs de varias sesiones, al proponer otros juegos
similares, va aprendiendo (en el nivel de la memoria implcita) a preguntar la opinin a
su hijo, a no intervenir en su juego, sino aceptar las cosas que su hijo hace, aunque no
sean perfectas y reconocerlas. Pronto el padre es capaz de ir modificando la forma de
relacionarse con el nio, se siente muy satisfecho de ver que principalmente son l y su
esposa, quienes estn generando los cambios en el nio, y no la terapeuta.
En palabras de una pareja de padres: venir a estas sesiones de trabajo con nuestro hijo, nos ha enseado diferentes formas de cmo mejorar como padres, pero sobre
todo, lo seguimos haciendo en casa, y ahora ya no tenemos una casa, sino un hogar.
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RESUMEN
Cerca de 20,000 nios nacen en Mxico anualmente con una cardiopata congnita (CC). Fallece el 10%, la mayora en el primer ao de vida siendo la 2 causa
de mortalidad infantil. Los avances en el manejo mdico quirrgico de las CC en los
ltimos aos han logrado una sobrevivencia del 85% por lo que el nfasis actual es
el anlisis de la evolucin a largo plazo, especialmente en el neurodesarrollo y calidad
de vida. Mltiples factores intervienen en los resultados, incluyendo la complejidad
de la CC que puede ser desde clnicamente insignificante hasta rpidamente letal, la
asociacin a sndromes genticos en el 5 al 8% que imponen su propio pronstico, la
necesidad de ciruga y tcnica empleada y otros factores peri-operatorios.
La informacin acumulada sugiere que el 70% de los pacientes con CC supera
estos obstculos y es capaz de enfrentarse con xito a los desafos de la vida adolescente y adulta: sexualidad, escolaridad, matrimonio y embarazo y empleo; a complicaciones cardacas a largo plazo y a la necesidad de ms cirugas.
Sin embargo, los factores ambientales influyen de manera determinante en los
resultados finales. La reaccin de los padres, maestros, mdicos, ambiente sociocultural
y el reconocimiento y manejo de problemas del neurodesarrollo requiere de una amplia
informacin del grupo de trabajo, en especial acerca del impacto que este padecimiento
crnico pero curable tiene sobre la estabilidad emocional y calidad de vida del paciente.
En efecto, el nio con CC (y sus padres) requieren de apoyo sicosocial desde su
temprana edad. Los padres transitan por fases muy diversas: shock, negacin y duelo
130
al enterarse que su nio tiene CC; temor y dudas de la eficacia mdica; subsecuentemente, se tornan sobreprotectores, inseguros de poder afrontar un proceso largo y
caro, irascibles, culpables por descuidar el embarazo, de haber transmitido una lacra
gentica y pasar por alto los sntomas de su hijo, ambivalentes para atarse al problema por muchos aos y preocupados por la enfermedad del nio. En la pubertad y
adolescencia sufren por el impacto emocional de la enfermedad en su hijo, temen su
muerte, estn confusos y dudan de su potencial para afrontar los desafos sociosexuales, fsicos y mentales. Les preocupa lo qu ocurrir cuando se jubilen o mueran. Estn
fatigados y rendidos.
El paciente por su parte, reacciona a su enfermedad segn la fase de su desarrollo. Al nacimiento y lactancia el beb intuye el desconcierto de los padres que a
veces conduce al distanciamiento emocional y fsico. El tratamiento mdico-quirrgico
lo separa de ellos y de su mbito. Las hospitalizaciones son traumticas e inciden en
su desarrollo. De pre-escolar est ms conciente de la angustia y consecuente sobrevigilancia paterna, de la que trata de escapar. Ante los procedimientos diagnsticos
o quirrgicos tiene mayor ansiedad, temor y dolor. Se le dificulta adquirir habilidades
motoras. Se muestra iracundo y sin control. Como escolar empieza a sentir temor y
angustia en parte reflejando la actitud paterna. Al someterse a tratamiento tolera mal
su separacin. Contina con torpeza motora y se le dificulta asociarse con compaeros. Empieza a sentir temor a la muerte y su ira contina dominndolo. El puber/
adolescente tiene un ego especialmente vulnerable ante su diagnstico tardo o la
persistente cronicidad de su enfermedad. Se siente perdido, con tristeza, temor y
enojo. Se pregunta Por qu me toc a m?. Su identidad sexual se afecta y se siente
incapaz de funcionar a distintos niveles. Los sntomas y el tratamiento cruento lo
hacen alejarse del ambiente, se asla y tiene poca energa para funcionar, todo lo cual
puede conducir a tendencias suicidas.
Aunque el efecto de estas experiencias traumticas puede no ser manifiesto es
necesario reconocer, por profesionistas de la salud y por educandos, que son fuentes
potenciales de problemas de conducta, escolaridad, rendimiento y desarrollo interno.
En suma, el nio y el joven con CC requieren de una evaluacin continua no slo
de su enfermedad cardaca, sino de su desarrollo sicosocial. La intervencin informada
de padres, educandos y profesionistas es esencial para ofrecerle la comprensin, apoyo y tratamiento que les permita alcanzar la calidad de vida que merecen.
Estudios teolgicos
y filosficos
Sigo la obra de Daniel Marguerat / Yvan Bourquin Cmo leer los relatos bblicos. Iniciacin al anlisis
narrativo. Sal Terrae, 2000.
134
Jos P. Burgus
1.
PRIMERA APROXIMACIN
135
El agua es un elemento de gran poder simblico en toda la Biblia. Aparece al principio del Pentateuco,
cuando Un viento de Dios aleteaba sobre las aguas (Gen 1,2). El agua est presente en la creacin,
que consiste en parte en separar las aguas de encima y de debajo del firmamento (Gn 1,7), y poner
juntas las aguas de debajo en los mares (Gn 1, 9-10). Las aguas, que dan vida a la tierra (Gn 2,6.10),
pueden tambin destruir la vida como un castigo de Dios (Gn 6-8). El agua tiene una gran importancia
en la vida y obra de Moiss, el rescatado de las aguas (Ex 2, 1-10). Moiss, a su vez, gua a su pueblo a
travs de las aguas (Ex 14, 13-31), y les da a beber agua en el desierto (Ex 15, 22-25; 17, 1-7; Nm 20,
1-13). Su sucesor, Josu, atraviesa simblica y portentosamente las aguas del Jordn al comienzo de
la conquista de la tierra prometida (Jos 3).
Los profetas hacen abundante uso de la simbologa del agua. Elas anuncia la gran sequa como castigo
a las maldades de Ajab (1Re, 17-18), haciendo llover cuando el pueblo vuelve a Yahveh. Tambin l
puede dividir las aguas, como Moiss y Josu (2Re 2, 8), un prodigio que puede realizar su discpulo
Eliseo (2Re 2,14). Eliseo puede, como Moiss, sanar las aguas (2Re 2, 19-22). Eliseo sana a Naamn
con el simple recurso de baarse en las aguas del Jordn (2Re, 5).
Isaas menciona varias veces el agua como signo de bendicin (Is 12,3; 35,7; 41,18; 49, 10; 55, 1; 55,
10), y la inundacin (Is 8, 5-10) o la sequa (Is 19, 5-7) como signo de maldicin. Tambin Jeremas usa
el tema de la sequa como signo de las desgracias de Israel (Jer 14), y de manera semejante se sirven
de la imagen del agua los profetas menores (Jl 4,18; Am 7, 4; Os 14, 6; Mq 5,6; Zac 10,1). En Jons,
el agua es signo de muerte y de conversin (Jn 1-2). Pero nadie hace un uso ms hermoso del agua
vivificadora que Ezequiel, al describir el manantial de agua viva que nace en el Templo (Ez 47).
Por su parte Juan es el evangelista que ms uso hace del smbolo del agua, posiblemente asocindola
a las imgenes del Antiguo Testamento. De este modo indica que en Jess se recapitula todo el Antiguo Testamento. El agua aparece en el bautismo de Jess (Jn 1, 29-34), y luego en las bodas de Can,
que estamos estudiando. A Nicodemo le dice que el que no nazca de agua y de Espritu no puede
entrar en el Reino de Dios (Jn 3,5). Jess mismo bautiza en agua (Jn 3, 22-26). A la mujer samaritana
promete un agua que calma toda sed (Jn 4, 7-15). Junto a la piscina de Betesda cura a un enfermo
(Jn 5, 1-9), y luego enva al ciego de nacimiento a lavarse en la de Silo (Jn 9,7). Jess camina sobre
las aguas (Jn 6, 16-21), y se presenta a s mismo como una fuente de la que mana agua, que es el
Espritu (Jn 7, 37-39). Usa el agua como signo de servicio en el lavatorio de pies (Jn 13, 1-15). Es el
nico evangelista que habla del agua que brota del costado abierto de Jess en la cruz (Jn 19, 34). La
ltima aparicin de Jess a sus discpulos tiene lugar en el lago de Galilea (Jn 21).
No resulta difcil ver el paralelismo en los temas de creacin, de vida y muerte, de curacin y de gracia,
que aparecen en el Antiguo Testamento y en Juan. En el relato que estudiamos encontramos el eco de la
creacin (las 6 tinajas recuerdan los 6 das de la creacin), con el comienzo de los signos de Jess, nuevo
creador, y al mismo tiempo con los prodigios de Moiss dando a beber al pueblo, con la particularidad de
que Jess da a beber vino de buena calidad, en lugar de agua inspida. Una nueva era ha comenzado.
La Teologa Narrativa pone de relieve la importancia del relato para la transmisin del conocimiento.
Una de las caractersticas del Postmodernismo es el fin de los Grandes Relatos. Como creyentes, hemos de cuestionar esta afirmacin. Sociolgicamente es un hecho que mucha gente pasa de religin
en la sociedad postmoderna, pero el dato numrico o estadstico no quita validez a los grandes relatos
inspiradores, en el pasado y en nuestros das, para mucha gente. Por otro lado, no discutimos aqu el
valor sociolgico de los relatos grandes o pequeos, sino su validez gnoseolgica.
136
Jos P. Burgus
simplemente da instrucciones, y algo ocurre que consigue los efectos deseados: manifiesta su gloria y sus discpulos creyeron en l. En cierto modo, podramos decir que el
evangelio de Juan podra terminar aqu, pues el autor nos ha ofrecido ya lo esencial de
su testimonio. La fuerza del relato est no en las palabras, sino en las acciones, y en el
resultado obtenido. Si a esto aadimos la fuerza de los smbolos empleados, y las referencias a otros textos, podemos concluir diciendo que nos encontramos ante un relato
de gran intensidad y significado dentro del evangelio de Juan. Nos encontramos ante un
pequeo drama en el que cada elemento encaja: los lugares, los tiempos, los signos, los
personajes, la accin con sus contradicciones. Nada ha sido dejado al azar. Este relato
de la boda de Can es como un pequeo evangelio dentro del evangelio de Juan.
El narrador no aparece en la historia directamente, aunque se supone que es uno
de los discpulos que acompaan a Jess a la boda. Se supone que Juan es el discpulo
no mencionado, uno de los dos primeros que siguen a Jess (Jn 1, 39). Es, por tanto,
un narrador extradiegtico, homodiegtico. El narrador muestra, ms que dice. Los
discpulos descubren su gloria no por lo que Jess dice, sino por lo que hace. El autor
no evala, no elabora, simplemente relata.
2.
En el evangelio de Juan encontramos un relato largo (la Pasin: Jn 18-19), varios relatos cortos que
sirven para introducir catequesis: encuentro con Nicodemo, Jn 3, para explicar la nocin de nacer de
nuevo; encuentro con la mujer samaritana, Jn 4, en el que Jess se presenta como agua viva, vida
nueva; el episodio del enfermo de Betesda, Jn 5, catequesis sobre el Bautismo y la Obra del Hijo;
la multiplicacin de los panes y los peces, Jn 6, para introducir la idea de Jess como pan de vida,
anuncio de la Eucarista; la curacin del ciego de nacimiento, Jn 9, en la que Jess se presenta como
la luz; la resurreccin de Lzaro, Jn 11, donde Jess aparece como la vida. Est luego el conjunto de
relatos sobre las apariciones (Jn 20-21). Y tenemos adems siete relatos breves, cuidadosamente
construidos, con una estructura similar en algunos aspectos, y que tienen valor por s mismos. En ellos
la narracin y sus posibilidades aparecen en estado puro. Adems de la boda de Can, que estudiamos
en estas pginas, tenemos la purificacin del Templo (Jn 2, 13-25), conectado con el anterior por el
motivo de las tinajas de agua que servan para la purificacin; la curacin del hijo del funcionario real
(Jn 4, 46-54), que constituye la segunda seal y que tambin ocurre en Can; Jess camina sobre el
mar (Jn 6, 15-21); la mujer adltera (Jn 8, 1-11), la uncin de Betania (Jn 12, 1-11) y el lavatorio de
pies (Jn 13, 1-15). Tres de ellos ocurren en Jerusaln, y tienen carcter purificatorio; tres ocurren en
Galilea, y en ellos aparece el poder de Jess, y el sptimo, el de Betania, es un signo premonitorio de
la Pasin. Estos breves relatos seguramente seran utilizados aisladamente, con fines litrgicos o didcticos. Posiblemente como muchos otros. Pero el compilador del evangelio los encontr especialmente
significativos, y por eso los escogi y los intercal en el evangelio.
137
3.
LA TRAMA
Podemos identificar perfectamente las cinco fases de la estructura quinaria:
a) Situacin inicial: hay una boda, los invitados llegan.
b) Nudo: surge un problema. Se acaba el vino, y la madre de Jess le pide que
intervenga. La tensin dramtica aumenta cuando Jess se resiste a hacer lo
que le pide su madre. El quicio del relato est en el momento en que Mara
ordena a los sirvientes hacer lo que Jess les diga (pero, les dir algo, o
guardar silencio, negndose a actuar?)
c) Accin transformadora: Jess, tras protestar, hace lo que le pide su madre.
Con lo que logra un resultado en dos planos diferentes:
Pragmtico, pues el vino abunda (trama de resolucin).
Cognitivo, pues los discpulos descubren la gloria de Jess, y creen en l
(trama de revelacin).
d) Desenlace: el maestresala normaliza la situacin, al reconocer la calidad del
vino, que es, por otra parte, abundante.
e) Situacin final: Jess ha comenzado sus seales, y sus discpulos creen en l.
Todos regresan a Cafarnam.
Para analizar este relato, podemos usar tambin las modalidades del anlisis
estructural, segn la propuesta de A.J. Greimas.
I.
138
Jos P. Burgus
II.
Jess adquiere las competencias operacionales para llevar a cabo su primera seal. Con los medios a su disposicin, da rdenes a unos sirvientes para que le ayuden
(saber-hacer). l no hace nada con sus manos: su palabra es suficiente. Y el resultado
es positivo, puesto que el agua se transforma en vino (poder-hacer).
IV.
Performance (v. 8)
V.
4.
139
LOS PERSONAJES
Los protagonistas de la historia (los que tienen poder para hablar y decidir)
son Jess y su madre. Personajes secundarios son los discpulos, los sirvientes y el
maestresala. Figurantes son los novios, otros invitados (que no se mencionan, pero
se beben el vino), y los hermanos de Jess.
Veamos el esquema actancial en el texto, segn el mismo Greimas. Estn presentes todas las posiciones actanciales:
Sujeto: Jess. l es quien llevar a cabo la accin transformadora de la situacin inicial.
Objeto: el vino, que se ha terminado.
Segn la interpretacin cognitiva, la fe de los discpulos
Emisor: la madre de Jess, que es la que le informa de la carencia, y le mueve
a actuar4.
Destinatario: los esposos, e indirectamente, todos los invitados a la boda.
Destinatarios del milagro de la fe son los discpulos de Jess en la lectura
cognitiva.
Ayudantes: los sirvientes, que hacen lo que Jess les dice.
Oponente: En cierto modo, el maestresala, que no es capaz de darse cuenta
de lo que ha ocurrido, y reprende al esposo.
El narrador ofrece al lector un conocimiento privilegiado con respecto a algunos
de los personajes, concretamente con respecto al maestresala (que ignora el origen
del vino) y con respecto a los novios (que tal vez ni se haban enterado de que se haba
agotado el mismo). El narrador usa la focalizacin interna para dar a conocer al lector
parte del pensamiento de Jess: su reticencia a empezar a obrar seales.
La presencia de la madre de Jess en este texto tiene una particular importancia. Los evangelios de
Mateo y Lucas comienzan con una seccin llamada el evangelio de la Infancia. Leemos en Lc 2,6-7
que a Mara se le cumplieron los das del alumbramiento, y dio luz a su hijo primognito. Nadie como
una madre cundo ha llegado la hora para que nazca su hijo. El evangelio de Juan no hace referencia
al nacimiento fsico de Jess, ya que en el prlogo presenta a la Palabra de Dios como eterna, existente desde el principio. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros (Jn 1, 14). Sin
embargo, el episodio de las bodas de Can que estudiamos tiene un valor semejante al del nacimiento
de Jess en Mateo y Lucas. La madre est presente, y sabe que ha llegado la hora, aunque Jess se
resiste a nacer (Jn 2,4). El nacimiento a su vida pblica, con signos, es el resultado de la insistencia
de la madre. La importancia de Mara para Juan vuelve a aparecer durante la crucifixin. Aunque los
sinpticos mencionan que haba varias mujeres cerca de donde crucificaban a Jess, Juan es el nico
que menciona explcitamente a su madre, con la mutua entrega entre ella y el discpulo amado (Jn 19,
25-27). Por medio de Mara en el episodio de las bodas de Can vemos la relacin entre el nacimiento
y la muerte de Jess.
140
Jos P. Burgus
La madre de Jess despierta la simpata del lector, porque es ella quien est
atenta a las necesidades de los novios, y quiere librarles de una situacin embarazosa.
Todava ms porque cuando se encuentra con un obstculo (la oposicin de su hijo),
insiste. Jess nos sorprende al principio con su manera de hablar; primero por la
manera un tanto irrespetuosa de dirigirse a su madre, y luego porque parece que no
est dispuesto a hacer lo que ella le pide. Pero luego vemos que cambia de opinin, y
muestra su poder y generosidad haciendo lo que su madre le pide, e incluso ms5. El
maestresala despierta cierta antipata, por su manera de acusar al novio, que no sabe
nada de lo ocurrido. Y al mismo tiempo cierta compasin, porque l ignora algo que
el lector (y otros personajes de la historia) conoce.
5.
EL MARCO NARRATIVO
El relato comienza tres das despus del encuentro con Felipe y Natanael, que
ocurre al da siguiente del encuentro con Simn (Jn 1, 43), que a su vez ocurre al da
siguiente de que los dos discpulos se queden con Jess (Jn 1, 39), y esto ocurre al da
siguiente a cuando Jess es sealado por el Bautista como el Cordero de Dios (Jn 1,
35). Tenemos as una semana completa, el tiempo empleado por Dios para la creacin
del mundo en Gn 1. La cronologa tiene valor simblico, y nos remite a la creacin. De
la misma manera que Dios emple una semana para mostrar su esplendor al hombre,
tambin Jess emplea una semana para dar a conocer su gloria a sus discpulos.
Por otra parte, el comienzo Tres das despus nos remite a otro acontecimiento
de suma importancia en los evangelios: la resurreccin de Jess, tres das despus
de su muerte. Con lo cual todo el relato adquiere una dimensin interpretativa nueva.
La carencia de vino se compara con la muerte de Jess. Las tinajas de piedra son el
sepulcro donde otros sirvientes depositan el cuerpo de Jess, como agua que luego
se transformar en el vino de la resurreccin. Entonces haba llegado ya la hora para
que sea glorificado el Hijo (Jn 17, 1), algo que Jess ofrece como objecin cuando
su madre le pide que acte, Todava no ha llegado mi hora (Jn 2, 4). La madre y el
discpulo amado estn presentes en ambos episodios. Cuando los discpulos ven la
gloria de Jess resucitado, creen en l Juan quiere que el primer signo tenga lugar
en un ambiente de fiesta, en el que todo es perfecto. Diferente del signo definitivo de
la resurreccin, que ocurre en el contexto dramtico de su muerte.
El primer milagro de Jess ocurre en Galilea, lugar opuesto a Jerusaln. En Can,
donde tendr lugar tambin su segunda seal, la curacin del hijo de un funcionario
En esta tensin dramtica est el inters del relato, y el narrador la ha preparado cuidadosamente.
Con ella quiere decir que para Jess no es fcil asumir su papel. Encontramos una anticipacin de Jn
12,27-28: Ahora mi alma est turbada. Y, qu voy a decir? Padre, lbrame de esta hora! Pero si
he llegado a esta hora para esto! Padre, glorifica tu Nombre. Vino entonces una voz del cielo: Le he
glorificado y de nuevo le glorificar. Podemos ver la conexin entre la hora, la reticencia de Jess para
aceptarla, y la gloria dada.
141
6.
LA TEMPORALIDAD
El relato comienza con un sumario (v. 1-2), y concluye con otro (v 11-12). Entre
ambos tiene lugar la escena narrada, en la cual hay un ritmo normal, con dilogos en
los que la accin y el tiempo empleado son los mismos, y breves aceleraciones (los sirvientes llenan las tinajas de agua, luego llevan el vino al maestresala y ste lo prueba).
En medio de la escena hay una pausa descriptiva (v. 6), en la cual se mencionan
las seis tinajas. Con dos detalles importantes:
Eran seis, de dos o tres medidas cada una. Con lo cual se da a entender que
el milagro es realmente importante
Se destinaban a las purificaciones de los judos, con lo cual se da a entender
que la fiesta que Jess trae es ms importante que los ritos antiguos de purificacin. Que la Nueva Alianza supera a la Antigua6.
Se trata de un relato singulativo: se narra una sola vez lo que ocurri una sola vez.
7.
LA VOZ NARRATIVA
Algunos autores sealan que el Evangelio de Juan est estructurado segn las fiestas de la tradicin juda: la Pascua, la fiesta de las Tiendas, la fiesta de la Dedicacin, el Sbado Jess les da cumplimiento,
y con ello pone fin a las instituciones judas para inaugurar una era nueva. Desde este punto de vista,
la referencia al uso de las tinajas en este texto, usadas luego con otro fin, tiene gran importancia.
142
Jos P. Burgus
En el relato aparecen algunos efectos implcitos, por los que el narrador insina
sin nombrar otras realidades que l ha descubierto, y quiere que el lector descubra.
Algunos de ellos son:
Intertextualidad. Hemos mencionado anteriormente la alusin temporal a
la semana de la creacin, y a los tres das necesarios para la resurreccin.
Hemos aludido tambin a la importancia del agua, como hilo conductor en el
evangelio de Juan, y a la vez como elemento de conexin con algunos de los
temas ms importantes en el Antiguo Testamento. En la abundancia del vino
en la tinajas encontramos un eco de otros milagros atribuidos a personajes
del Antiguo Testamento: Elas, que multiplica el aceite y la harina de la viuda
de Sarepta mientras dure la sequa (1Re 17, 14), y Eliseo, que multiplica el
aceite en las vasijas de otra viuda para que lo venda y de este modo pague su
deuda (2Re 4, 1-7). Jess es tan poderoso como estos dos profetas7.
Paradoja. La pone de manifiesto el maestresala, cuando dice que normalmente el vino bueno se sirve antes y el menos bueno, despus. Pero esta
es la paradoja clave que los discpulos de Jess iban a encontrarse en su
proceso de conversin y seguimiento: el vino del judasmo era menos bueno
que el del cristianismo.
Malentendido. El maestresala cree que la decisin de sacar el vino bueno
al final pertenece al novio, por eso le dirige a l su comentario. No sabe que
es Jess quien ha hecho la transformacin. Los sirvientes s lo saben, pero
a ellos nadie les pregunta qu ha ocurrido. Aparentemente la fama de Jess
no se extiende por este signo, sino que es un signo destinado solamente a
sus discpulos. Es exactamente lo que el narrador del cuarto evangelio quiere
resaltar: mucha gente no se enter de que Jess era el Hijo de Dios. Slo los
discpulos entendieron el alcance de sus seales.
Simbolismo. El agua tiene un alto valor simblico en el evangelio de Juan.
El agua sirve para saciar la sed de los hombres, y Jess ofrece agua viva a
la mujer samaritana (Jn 4, 10-15). El agua del relato est asociada a las purificaciones de los judos, y al convertirse en vino el narrador expresa que el
mensaje que Jess trae es ms gozoso que el del judasmo.
Opacidad. El lector conoce algo que el maestresala, el director de la boda,
desconoce: el origen del vino. Es decir, que se ha producido un milagro. De
este modo, el narrador le hace partcipe de una sabidura reservada a unos
pocos. Le est invitando a unirse al grupo de los que han visto la gloria de
Jess, y han credo en l. Al grupo de sus discpulos.
En la multiplicacin de los panes y los peces, Jn 6, pensamos ms bien en Moiss, dando de comer a
su pueblo en el desierto con los milagros del man y las codornices Ex 16.
8.
143
El autor del evangelio ha compuesto un hermoso relato, pero el relato permanece dormido (o perezoso, como dice Umberto Eco) hasta que el lector le da vida con
su accin de leer. Por supuesto, cada lector le da una vida diferente, como deca al
principio. Diferente a otros lectores y diferente a s mismo cada vez que lo lee. Por lo
tanto, este ltimo apartado debera dejarlo a la iniciativa de cada lector.
Sin embargo, siendo yo mismo un lector que se aproxima al texto, me tomo la
libertad de compartir mi lectura, aadiendo a la vez unas ltimas consideraciones de
carcter ms impersonal.
En primer lugar, nos podemos preguntar por el lector implcito del evangelio. Es
decir, para quin fue escrito el texto, bien por el mismo apstol Juan, bien por algunos
discpulos suyos. No resulta fcil saber quin es el destinatario del evangelio. Parece
ser que se trata de un grupo de cristianos que son familiares con las costumbres judas, y con la manera de pensar de la comunidad de Qumrn: les preocupa mucho el
conocimiento (gnosis): luz y tinieblas, la verdad, la unidad, el amor fraterno Se trata
quizs de una comunidad o unas comunidades que estn en crisis, y que empiezan a
dudar sobre la divinidad de Cristo, por lo que el autor se ve obligado a testimoniar su
fe, dando pruebas, o al menos seales.
Pero s sabemos, por referencia intratextual, cul es la intencin del autor. En
Jn 20,30-31 (primera conclusin del libro) leemos: Jess realiz en presencia de los
discpulos otras muchas seales que no estn escritas en este libro. Estas han sido
escritas para que creis que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo
tengis vida en su nombre. Es obvio, pues, que la obra se presenta como un todo,
aunque slo se han elegido los materiales que el autor consider ms convenientes
para lograr su fin. Y el propsito de la obra es ofrecer un testimonio de fe de un creyente a otros creyentes, de modo que el lector crea y tenga vida.
Por lo tanto aqu se ofrece el pacto de lectura que todo lector establece con el autor
de un relato cuando decide leerlo. El autor propone la fe, en modo alguno la expone o la
impone. En el relato objeto de nuestro estudio, el autor advierte al lector, implcitamente:
yo estaba all y lo vi, y por eso cre en Jess, y conmigo los otros discpulos que estaban
presentes. Pero otros estaban tambin all, como el maestresala, no se enteraron. El autor ofrece una seal para que el lector crea. Una seal que es simple para el lector simple
(Jess es compasivo, y hace un favor a los novios para que no pasen vergenza), y muy
elaborada para el lector que tiene a sus espaldas una vasta enciclopedia de conocimientos bblicos, y puede descifrar el simbolismo del agua y del vino, las tinajas, la hora
Adems de la lectura del Jess compasivo, otras se ofrecen al lector: Jess
es una persona alegre, a quien le gusta participar en la fiesta, y que es generoso al
ofrecer vino, incluso si algunos invitados luego se emborracharan Personalmente,
y en el momento en que yo escribo estas pginas, estos son los ecos que su lectura
despierta en m.
144
Jos P. Burgus
145
Estudios calasancios
150
Manuel R. Espejo
M 10 (1645) Expo. a ee. cc. sobre que no hay que cambiar el Instituto
(pp. 72-79).
M 11 (1645) Expo. defendiendo el derecho de los pobres a la educacin
(pp. 79-82).
M 12 (1645) Memorial al cardenal Julio Roma (pp. 82-84).
M 13 (1645) Memorial al cardenal Bernardino Spada (pp. 84-85).
M 14 (1645) Memorial annimo contra las calumnias al Instituto (pp. 85-87).
M 15 (1646) Instancia de los escolapios de San Pantalen (pp. 88-90).
Documentos inspirados o autorizados por Calasanz:
M 16 (1606) Liber de Pia Educatione (pp. 91-101).
M 17 (1616) Proyecto de Juan de Sampedro (unin con luqueses) (pp. 101-104).
M 18 (1617) Bula de Pablo V al erigir la Congr. PaulinaEE.PP. (pp. 105-108).
M 19 (1631) Libro apologtico contra los impugnadores (pp. 108-126).
M 20 (1643) Defensa (de las EE.PP) del abogado Francisco Firmiani (pp.126-131).
M 21 (1645) Primer Memorial del Secr de Propaganda Fide (pp. 131-132).
M 22 (1645) Segundo Memorial a favor de la Orden de Prop. Fide (pp 133-135).
1.
Atender al ejercicio literario y al espiritual como es predicar a los alumnos, confesarlos, en las fiestas asistirlos en las reuniones o congregaciones y en todo aquello
que atae a la buena educacin de los jovencitos en servicio de Dios1.
Ministerio que consiste en la buena educacin de los muchachos2.
Gira en torno a la salvacin, conjuntamente, del alma y del cuerpo establece y pone en prctica, con plenitud de caridad en la Iglesia, un remedio eficaz,
preventivo y curativo del mal e inductor e iluminador para el bien, destinado a
todos los muchachos de cualquier condicin, mediante las letras y el espritu, las
buenas costumbres y maneras, la luz de Dios y del mundo; ayuda a todos en
todo sin ninguna acepcin de personas y, por tanto, suministrando lo necesario
1
2
M 2 (1615), n 1; cf tambin M 1, n 1.
M 3 (1621), n 5; cf tambin nn. 4; 6 a 18; y 24 a 26.
151
3
4
5
6
7
8
9
M 3 (1621), nn. 7-10. Esta idea de que nuestro ministerio es preventivo y curativo cf M 3, nn. 9 y 26;
M 6 prrafo nico; M 9, n 4; M 10, n 5; M 17, n 10.
M 3 (1621), nn. 24-26.
M 5, inicio y n 14.
M 8, nn. 8 y 10; ver tambin: M 6 inicio; M 9, nn. 3 y 4; y M 10, 5.
M 12, n 4. Cf tambin M 11, nn 1 y 7.
M 14, n 5.
M 16 De pia educatione, n 1; ver tambin M 17, n 6; M 21, n 3; y M 22, n 3.
152
2.
Manuel R. Espejo
10
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13
14
15
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M
M
M
M
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153
3.
Para que la Congregacin pueda dar satisfaccin a las muchas ciudades por las
que es buscada esta tarea de ensear con mucha insistencia19.
La Obra de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pas (tiene) un ministerio insustituible, en opinin comn a todos, eclesisticos y seglares, prncipes y
ciudadanos, y acaso el principal para la reforma de las corrompidas costumbres No
se puede dudar de que (las EE.PP.) sern favorecidas, (ya que lo han sido) otras tal vez
no tan tiles y necesarias, y sin tal vez menos solicitadas durante mucho tiempo en
comparacin con que viene siendo pedido nuestro ministerio en este breve periodo
(Nuestro ministerio es) el ms de agradecer, por parte de los hombres, que lo aplauden unnimes y lo desean en su patria, presagiando acaso el bien de la reforma universal La mayor parte de dichas rdenesensalzan y desean nuestra Obra, envan
a ella candidatos y le procuran fundaciones Si se trata de los obispos gran parte
de ellos hacen particular hincapi para introducirla en sus dicesis; motivo ste de
madura consideracin Si la Santa Iglesia ha concedido esta gracia (de ser Orden)
a tantos Institutos tal vez no tan necesarios y al menos no tan solicitados por qu
no a ste, necesarsimo y solicitadsimo?20.
16
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18
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20
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M
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20, nn 2, 8 y 16.
21, n 1.
22, n 3.
2, 7.
3, nn. 5,6,15,20,21,26.
154
Manuel R. Espejo
No siendo malo el Instituto de las Escuelas Pas, ya que ha sido confirmado y ampliado, con privilegios por muchos Sumos Pontfices, ni pernicioso para otros (Institutos), siendo utilsimo a todas las Naciones y lugares, y siendo por ello buscado y pedido
de todas partes con grandsimas instancias no parece que convenga suprimirlo Si
se suprimiera este Instituto se hara un grave dao a los pobres, que no tienen medios
para pagar al maestro y que por lo mismo no podrn aprender las letras, que junto con
la doctrina cristiana y las buenas costumbres se ensean en dicho Instituto21.
4.
FRUTO ABUNDANTE
No hara ms que confirmar el consentimiento universal respecto a la necesidad de la educacin como medio acaso nico para la reforma de costumbres22.
Los que mandan sus hijos a las Escuelas Pas los mandan porque han visto
por experiencia que en tales escuelas son sus hijos enseados en menos tiempo que
en las de los maestros seculares, que por inters entretienen a los que acuden a
ellos23.
El General conocedor del mucho fruto que ha producido y produce en el momento presente en todas partes donde est implantado (este instituto)24.
5.
21
22
23
24
25
M
M
M
M
M
10, nn 4 y 5.
3, n 23.
10, n 5.
12, n 1.
10, n 5.
155
26
27
28
29
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31
M
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M
M
M
M
10, 6.
12, n 4.
13, prrafos uno y dos. De Calasanz al cardenal Spada.
14, n 3.
9, n 5.
11, n 5.
156
Manuel R. Espejo
artes aprendiendo a leer y escribir y con aqullas pueden tener sus cuentas y negociar
con ausentes. Aprendiendo, adems, de cuentas pueden emplearse en bancos, almacenes, copisteras y otros oficios32.
6.
32
33
34
35
36
157
No obsta lo que se objeta, esto es, que dichos nios pobres, a quienes suele
ensear esta Orden religiosa, si aprenden la lengua latina, en manera alguna o difcilmente pueden despus dedicarse a los trabajos serviles (y tanto por la enseanza de
la Gramtica como por cualquier otra ciencia). ()Las escuelas de este Instituto son
otros tantos bazares en los que se compran diversos gneros de mercancas literarias,
segn la voluntad y posibilidad de los compradores, y no son obligados a comprar ms
que lo que pueden adquirir; pues quien puede comprar lengua latina, la compra; pero
quien no puede comprar dicha arte, compra, al menos, el arte de leer, de escribir, de
hacer cuentas y los rudimentos de la fe y buenas costumbres. A ninguno, pues, de
tales nios pobres se les obliga a aprender ms que hasta donde llegan la voluntad y
las fuerzas de sus padres. De donde se concluye que es a los padres de dichos nios a
los que perteneces mantenerlos tan largo tiempo en tales escuelas cuanto sus propias
fuerzas crean ser suficientes37
7.
En relacin con la vida de religiosos y con el fin de que la misin de las escuelas puedan fcilmente admitirla, no slo entre catlicos sino tambin entre infieles,
es conveniente que todos los Padres de esa Congregacin profesen suma pobreza,
contentndose solamente con lo necesario sin intentar querer bienes estables ni superfluos sino solamente la casa donde viven, las escuelas y la iglesia, y sta muy sencilla. As todo resultar de mayor ejemplo para el pueblo y para los padres con menos
preocupacin y trabajo38.
(La mendicidad) tampoco les perjudica a ellos mismos (los escolapios): porque,
adems de la confianza en Dios, poseen tantas garantas de poder atender a sus necesidades cuantos nios hay en sus escuelas, de manera que ms que ninguna otra
Orden se equivocarn al dejarse arrebatar de las manos la alegra de la santa pobreza
() Si (la gracia de ser Orden) ha sido concedida a los Padres Jesuitas para provecho de las ciudades grandes y personas nobles, por qu no a Pobres de la Madre de
Dios para ciudades pequeas y pobres y muy necesitadas de asistencia? hombres
de vida apostlica, muy pobres y muy sencillos39.
Si se suprimiese este Instituto se hara un grave dao a los pobres pero no se
sigue que no suprimindose, se deba ensear a los tales solamente a leer, escribir y
baco y no la gramticaahora, cuando las Escuelas Pas llevan ms de cuarenta aos
enseando las letras a los pobres, no es menor el nmero de artesanos que antes, sino
que se han perfeccionado en las artes, porque adems de aprender las antedichas artes
158
Manuel R. Espejo
40
41
42
43
44
M
M
M
M
M
10, n 5.
4, n 6B.
9, n2.
12, n 5.
13, prrafo 1.
159
esto es, el ser desinteresado ante el dinero, las comodidades y el honor () por qu
deben dejarse sin ayuda de la juventud a las ciudades y tierras pequeas y pobres, en
las que la Compaa de Jess, segn su forma de instituto no puede abrir Escuelas,
en que pueden los Pobres de la madre de Dios meter seguramente el pie en razn de
la suma Pobreza que profesan?45.
Los pobres, de los cuales han salido tambin eminencias en las ciencias y hombres utilsimos a la Repblica, estn particularmente recomendados a los prncipes ()
no faltan prncipes que han querido los Oratorios antes que otros religiosos, porque
donde otros no entran si no es con viviendas muy cmodas y con ingresos asimismo
abundantes y con facultad de alcanzar cada vez ms estos religiosos (escolapios)
se meten en cualquier casita, y se mantienen con poca cosa, no tienen capacidad de
poseer ni aun en comn, y hacen la caridad sin ningn inters46.
(Informamos) de la utilidad de la Orden (escolapia) en Germania y Polonia y de
los progresos que hacen los Padres en la conversin de los Herejes, especialsimamente con sus escuelas, por ser queridos y honrados por los mismos Herejes47.
Estos Padres de las Escuelas Pas han hecho muchas conversiones entre los herejes de Germania, hasta ciudades enteras. Son bien vistos por los herejes, de manera
que envan sus hijos a las Escuelas de los padres48.
8.
Resulta curioso en los Memoriales que estamos examinando que se cita dos
veces a Aristteles (9,5 y 14,4) y una a Platn (21,3) y a Sneca (21,4). Las dos veces
que se habla de Aristteles se usan casi las misma palabras: habiendo ya observado
Aristteles que entre los hombres, unos nacen para servir y otros para mandar49.
(La primera razn para mantener esta Orden) dice que con las letras se ensea a
los nios la piedad, que siempre obra despus con el progreso de la edad y, por eso, es
verdad lo propuesto por Platn de que la mayor preocupacin de la Repblica debe ser
hacer buenos ciudadanos y stos sin la buena educacin, no se hacen. Antiguamente, en
lugar de los religiosos, eran los filsofos quienes enseaban a la juventud, los cuales enseaban a moderar las pasiones, como puede verse en Sneca que reprenda a quienes iban
a escuchar a los filsofos por fines diferentes a los de mejorar las buenas costumbres50.
45
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M
M
M
M
M
M
14, nn. 2 y 7.
15, nn. 3 y prrafo final.
21, n 1.
22, n 6, 5.
9, n 5 y M 14, n 4.
21, nn 3 y 4,2.
160
9.
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M
M
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M
M
M
M
M
3, n 24 B.
6 prrafo nico.
12, n 1.
13 prrafo 1.
17, nn. 2 y 8.
7, prrafo final.
9, n 4.
10, n 5.
161
algunas modificaciones atemperantes que tienen intencin de proponerle personas sin duda muy poco afectas a este ministerio, no son sino ocultas maquinaciones
para derribarlo por tierra disimuladamente. () No preste odos a esas modificaciones
relajadoras, que proponen por razn sutilsima de Estado, quienes desean arrancar (la
pobreza) de cuajo59.
Viendo que el poder de algunos oprime manifiestamente esta obra de Dios
le suplica se sirva oponerse eficazmente a la violencia de quienes buscan echarla por
tierra directa e indirectamente, reduciendo la Orden que ejercita este ministerio a estado de simple Congregacin de Sacerdotes seculares, o restringiendo su enseanza
prohibindole ensear la lengua latina, o arrebatndole la Suma Pobreza60.
Y no se haga caso de aquel vano temor, que algunos inventan, de que para ensear lengua latina a los Pobres deban abandonarse las artes mecnicas61.
No ha faltado quien haya dicho que este Instituto es perjudicial a la Repblica62.
11.
59 M 12, nn. 2 y 6.
60 M 13, prrafo 1. En el M 15 se justifica el porqu la reduccin a simple Congregacin comportara la
muerte de las Escuelas Pas: vanse los cinco primeros prrafos.
61 M 14, n 4.
62 M 15, prrafo 7.
63 M 3, n 23. En el n 26 habla Calasanz de que nos dedicamos a ciudades y personas preferentemente
pequeas y pobres y muy necesitadas de asistencia. Insiste en este mismo pensamiento en M 9, nn.
2 y 6. Recurdese que Calasanz era consciente de que Dios ha escogido de entre los pobres muchos
que han resultado insignes: cf M 9, n 4; M 10, n 5; y M 15, n 3.
64 M 11, n 1. Vase tambin los nn. 2 y 8, adems de M 14, n 7.
162
Manuel R. Espejo
mantenerse se convierten en viciosos. Vase en Roma si los hombres, especialmente quienes han sido discpulos de las Escuelas Pas, se encuentran peor que los que
habitaron Roma antes65.
No se debe seguir la poltica, segn la cual, cuando hay un pobre que es apto
para estudiar latines, por no haber podido seguir los estudios, deja la escuela, y viviendo en el ocio se hace un vagabundo y criminal () Si se ha observado que la mayor
parte ha salido de las Escuelas Pas, ha sido una observacin demasiado apresurada
() Pudindose de ellos argumentar que si, a pesar de haber sido cuidados y de habrseles enseado la ley divina y aprendido el temor de Dios, han tenido tan psimo fin
por su malicia, qu cosa no hubieran hecho de no haber tenido estos estmulos?66.
Tampoco puede ser lo que algunos van imaginndose, que aquellos que han frecuentado las Escuelas Pas, hayan aprendido poco o mucho en ellas, por cualquier circunstancia, lleguen a ser peores que los dems hombres, siendo el fin de este instituto
instilar en el nimo de los jovencitos, junto a las buenas letras, el santo temor y amor
de Dios, ensendoles la doctrina cristiana, hacindoles frecuentar los Smos Sacramentos, la oracin y la palabra de Dios. Por qu lo dicen los que esto imaginan?, por
qu debe temerse ms en quienes aprenden la lengua latina en las Escuelas Pas que en
quienes la aprenden de los Maestros de los Barrios, asalariados por el Pueblo Romano
a favor de los pobres o por Maestros contratados por los ayuntamientos?67.
65
66
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M
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M
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9, n 4.
10, n 5.
14, n 5.
3, n 24.
4, n 1.
163
nobles ser instruidos por los padres de las Escuelas Pas antes que serlo por otras
rdenes religiosas70.
En las Escuelas Pas no slo se ensea a Pobres mendigos, sino tambin a quienes gozan de una cierta comodidad71.
No faltan nobles empobrecidos que por este medio de las Escuelas Pas se han
rehecho y vuelto a su antigua posicin, cuando, por otra parte, no se pueden colocar
en las artes mecnicas72.
A dichas escuelas suelen acudir muchos nios de mejor fortuna y as se mezclan
con los nios malolientes y pobres73.
70
71
72
73
M
M
M
M
10, nn. 3 y 5.
14, n 6.
15, n 3.
20, n 13.
164
Manuel R. Espejo
A.
La expresin fede aparece muchas veces en las cartas del santo, pero con empleos diversos que precisamos ahora distinguir.
1. En ocasiones el santo usa la palabra fede en sentido de atestado o simplemente fe de algo. En este sentido se refiere con frecuencia a la fe del bautismo de
una persona que quiere o necesita tenerla2, pidindola muchas veces a sus religiosos
o indicndoles que no la posee; lo mismo ocurre con la fe de la tonsura, escribiendo
a alguien que la ha recibido3 , o la fe de las rdenes sagradas4. En este mismo orden
1
2
3
4
Para este estudio nos hemos fijado en la lengua en que escribe Calasanz. Prcticamente casi todas sus
cartas estn escritas en italiano.
Cf. EP 193, 196, 265, 343,346, 442, 497, 639, 819, 922, 1000, 1013, 1049, 1557, 1928, 1932, 1948,
2248, 2943, 2747, 3194, 3496, 3570, 3749.
Cf. EP 33927.
Cf. EP 3942.
166
5
6
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8
9
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11
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15
16
17
18
19
20
21
Cf. EP 386.
Cf. EP 822.
Cf. EP 1147.
Cf. EP 1104.
Cf. EP3197.
Cf. EP 1167.
Cf. EP 1036.
Cf. EP 3534.
Cf. EP 4043.
Cf. EP 307.
EP 3817.
Cf. 7, 7.4.
EP 3852, 3876.
Cf. EP 446.
Cf. EP 964.
Cf. EP 2075.
Recordemos que en estos casos usa Calasanz la palabra fede traducida por nosotros de distintas
maneras, para que se vea que no es la fe teologal.
22 Cf. EP 2249, 3015, 3165.
167
que algunos paisanos suyos le haban dicho que un hermano suyo cura haba muerto,
y quedaba la madre con una hija, con gran peligro del honor, que por eso no poda
dejar de ir a ayudarlas. Y como ya ms veces haba dado muestras de querer salir,
yo enseguida lo licenci, y le di la indumentaria conveniente al estado de sacerdote,
aunque estaba un poco usada. Le di un certificado de cmo no haba cometido ningn
escndalo en nuestra Orden, en los pocos meses que en ella haba estado, para que
nadie se burle de l23.
Pide tambin el certificado de la muerte de una persona24. Manifiesta tener poca
confianza (fede) en los pintores25, y el mismo Calasanz testifica en varias ocasiones,
como vemos a continuacin: Con la presente, yo, infrascrito, doy fe cierta de que el
P. Juan Garca del Castillo ha sido agregado, con Breve particular de Nuestro Seor,
a nuestra Orden. Y por haber trabajado muchos aos en ella con gran ejemplo de virtud, y slo por caridad, fue ordenado a ttulo de nuestra mesa, con todos las rdenes,
obligndole a permanecer bajo completa obediencia, como verdaderamente ha estado siempre; y ha atendido a la confesin en nuestra iglesia de San Pantalen como
cualquier otro religioso de los nuestros. Por eso, deseo y suplico que sea confirmado
y admitido a la confesin en esa iglesia, con la misma facultad que se concede a
nuestros religiosos, pues por su virtud lo considero digno de todo favor26. Al pobre
Salamino le har un atestado, al no ser apstata porque no ha sido nunca profeso
en nuestra Religin por salir fuera durante el tiempo del noviciado, para que no dejen
de aceptarlo en otra Religin por este defecto. Creo que la necesidad le hace realizar
al pobrecillo algunas cosas no muy convenientes. Si puede ayudarle a entrar en otra
Religin, hgalo para que no vaya errante y con peligro de la condenacin eterna; y,
ya que lo vest, procure que entre en el estado religioso, que es cuanto se me ocurre
con la presente27. Procurar entregar al Sr. Panicola el certificado autntico mandado por usted al presente; y pedir que requiera la totalidad, ahora que tenemos las
escrituras a propsito28.
Se refiere tambin Calasanz en varias ocasiones a los herejes que se convierten
fcilmente a la fe en nuestras escuelas en pases protestantes al ver la educacin
que se les da29. Por otra parte no quiere que se d crdito (fede) a las deposiciones de los apasionados30, y habla de un jovencito que ha llegado a la fe en poco
tiempo31.
23
24
25
26
27
28
29
30
31
EP 2307.
Cf. EP 2075.
Cf. EP 475.
EP 948.1.
EP 1765.
EP 2023.
Cf. EP 2902, 4321.
Cf. EP 2962.
Cf. EP 3446.
168
32
33
34
35
36
37
38
39
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41
42
43
Cf. EP 1362.
Cf. EP 2385.
Cf. EP 2095.
Cf. EP 1686.
Cf. EP 2004.
EP 1786.
EP 1790.
EP 1856.
EP 3078.
EP 4099.
EP 4306.1.
Cf. EP 2070, 2075, 2091, 2096, 2132.1, 2133, 2174, 2359, 2369, 2383, 2430, 2477, 2589, 2601, 2740,
2769, 3027, 3193, 3378, 3383.
169
44
45
46
47
48
49
50
51
EP
EP
EP
EP
EP
EP
EP
EP
74.1.
7556.
1462.
1763.
1865.1.
3903.
3704.
2093.
170
hemos actuado de mutuo acuerdo, tanto del General respecto a lo que los Asistentes
han hecho, como de los Asistentes respecto a lo que ha hecho el General52.
De cara al ministerio propio de las Escuelas Pas, le dice al P. Alacchi, ante una peticin suya: Y [le] dijo que estaba con el pensamiento de mandar cuanto antes cuatro o
cinco individuos a aquellas tierras, donde los mismos herejes invitan a nuestros Padres
que les enseen la fe romana, y [donde] sacarn ms provecho que en Venecia53.
Su deseo de lo que se debe hacer en las escuelas est claro en el texto siguiente:
Deseo muchsimo que se atienda con mayor diligencia al ejercicio de ensear la doctrina cristiana a los nios en la iglesia pblica y que se haga aprender en las escuelas
a todos los alumnos los misterios de la Pasin de Cristo, editados en Roma, y tambin
aquel librito de ejercicios espirituales donde se encuentran los actos de fe, esperanza,
humildad y contricin, pues es bueno que los muchachos los aprendan desde nios;
pngase en esto todo cuidado54.
Todo esto porque el santo reconoce que en su tiempo existe muy poca fe en los
hombres55. Por eso cuida la fe de sus sacerdotes e insiste en un bello texto: Diga al P.
Jos que he recibido mucho consuelo por haber comenzado a celebrar la santa Misa y
que le ruego en cuanto pueda que haga ese oficio con mucha humildad y antes de comenzar la Misa piense que va de parte de toda la santa Iglesia a hacer una embajada al
Padre Eterno no slo por la exaltacin de la santa fe catlica y perdn de los pecadores,
sino tambin para socorro de las almas de los difuntos y para impetrar gracias semejantes se necesita mucha humildad e importa comenzar bien desde el principio56.
Emplea el santo tambin fede en sentido ms bien humano, como hemos visto
antes, aunque quizs en este texto el santo piense en lo que dijo el Seor: En cuanto
al hermano Toms, que tenga un poco de paciencia, que el buen aire ayudar a la salud
ms que los alimentos. Si tiene fe y cree, ver la prueba de ello57.
De todos los textos citados, vemos los distintos significados que da el santo a la
expresin fede.
B.
La expresin speranza aparece con relativa frecuencia en las cartas de Calasanz. Pero a menudo con distintos significados o con empleos distintos al menos en
diversos textos. Nos vamos a fijar en algunos de ellos.
52
53
54
55
56
57
EP 4173.1.
EP 1862.
EP 3920.
Cf. EP 1817.
EP 1350.
EP 1308.
171
1. Aspecto religioso. La esperanza ha de radicar en Dios, porque l es su fundamento: Habiendo reflexionado muchas veces sobre esas escuelas de Venecia, nos ha
parecido un asunto que debemos aceptar, si bien en dicha Ciudad y Estado hay que
vivir con grandsima cautela, y no dar ningn motivo para que puedan reprendernos
con razn; porque todos estn con los ojos abiertos y hacen bien para adivinar el
interior de cada uno. Por eso es necesario, a quien quiera hacer cosa agradable a Dios
y servicio til al prjimo, que desdee autnticamente todo lo terreno, y ponga la esperanza slo en Dios58. Tambin: El Sr. Cardenal Vicario no ha querido consolarnos,
tal como le he escrito a usted y a los Seores Ancianos, y el Sr. Secretario le habr
indicado. Pero no dejo ni dejar de intentarlo, hasta que nos abramos paso, pues tengo
firme esperanza en Dios, que puede ms que todo el infierno59. Y sigamos esperando
lo que resuelven, y de ello daremos aviso. Como nuestra esperanza est puesta en
Dios bendito, y no en los hombres, seguiremos haciendo oracin, para que las cosas
se salgan bien a mayor gloria suya60.
Por eso lo importante y suficiente es la esperanza de servir al Seor: En cuanto
a la respuesta que dice que han recibido los Padres que quieren vivir como los de la
iglesia junto a la Iglesia Nueva, yo que conozco nuestra miseria tengo poca o, mejor,
ninguna esperanza; me basta servir al Seor tan bajamente como lo hacemos que no
es poco favor para nosotros si sabemos hacerlo61. Nunca hay que perder la esperanza
de servir al Seor62, sino que hay que estar preparados para comparecer ante l: El
Seor nos conceda la gracia de estar siempre preparados para comparecer en su presencia, con firme esperanza de su santsima misericordia63.
Cita el santo la esperanza junto con las otras dos virtudes teologales, hablando
de san Juan Leonardi: Yo, infrascrito, afirmo haber conocido, y haber tenido especial amistad con el P. Juan Leonardi, de santa memoria, que fue, misteriosamente,
fundador de un Congregacin llamada de la Virgen de Corteorlandini, en la ciudad de
Lucca, aprobada por la autoridad Apostlica de Clemente VIII, de feliz memoria, la cual
despus la convirti en Orden con votos solemnes Gregorio XV, de feliz memoria,
bajo el ttulo de la Madre de Dios. Me parece que el Padre no poda realizar semejante
empresa sin ser muy iluminado por Dios, sobre todo siendo l hombre de cierta edad,
y de profesin diferente. Estoy seguro de que tuvo en muy alto grado las tres virtudes
teologales, fe, esperanza y Caridad64. La esperanza nos ha de ayudar a soportar fatigas y trabajos para as llegar a la paz y tranquilidad: Mientras tanto es necesario que
usted, junto con los dems, se ayuden lo mejor que sea posible, y tengan compasin
58
59
60
61
62
63
64
EP 1922.
EP 2046; Cf. 2192.
EP 4193.
EP 1700.
Cf. EP 1089.
EP 1655.
EP 3141.1.
172
de las fatigas y disgustos que aqu ahora soportamos, con esperanza de llegar a alguna tranquilidad en el futuro65.
Hay que tener esperanza de las cosas de nuestro Instituto: Tenemos alguna
esperanza sobre el buen xito de nuestras cosas, a favor de nuestro Instituto66. A
veces concluye el santo que puede faltar la esperanza en alguno aunque intervenga
el cardenal Barberini: No es necesario tratar con los Auditores de la Rota sobre el
traspaso del Colegio a Cesena, porque estn tercos en su idea, y dicen que, si no se
puede alimentar a ocho, tengan seis, o cuatro, antes que llevarlo a Cesena. Usted lo ha
publicado como su obligacin, buscando los [alumnos] internos. Si a usted no le parece buena razn, a ellos les parece lo contrario. En suma, tengo poqusima esperanza,
aunque lo hablemos con el Emmo. Barberini, o con otros67; sin embargo en otra
ocasin, tiene buena esperanza en el cardenal Cesarini68. Da esperanza a una seora
con la esperanza de que ir el obispo69.
Escribe a Mesina para que les den buena esperanza de que antes de que pasen algunos meses les podrn servir con mayor perfeccin70. Calasanz, siempre con espritu
de caridad, pide que hagan el bien por amor a Dios sin esperar ninguna recompensa,
pues es lo primero y no lo segundo lo que tiene que mover la accin del religioso71.
La oracin es el medio por el que se puede tener esperanza72, y desea que no se emprenda nada si no se tiene la esperanza de que algo no se puede hacer con perfeccin:
As que, por semejante esperanza, no se debe emprender lo que no se puede hacer
con perfeccin73.
En otra ocasin confiesa no tener esperanza de poder enviar una reliquia de san
Blas74 y de no poder tampoco enviar ayuda en una necesidad75. Hasta en lo humano
pone Calasanz la esperanza y as confiesa que tiene esperanza que la Repblica de
Venecia se ponga de acuerdo con el Emperador76
2. Las escuelas. La expresin speranza la refiere en otras ocasiones a las escuelas. Escribe a Frascati indicndoles lo que sigue: Sucede que por sus intereses y los
de otros quisieran que nos quedramos con la casa, en la esperanza de que la comuni-
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EP 3739.
EP 4178.
EP 2128.
Cf. EP 899.
Cf. 1323.
Cf. EP 380.
Cf. EP 591.
Cf. EP 1566, 1566.1.
EP 3130.
Cf. EP 1196.
Cf. EP 1494.
Cf. EP 1765.
173
dad nos dar los 200 escudos, siendo as que aunque esto fuese cierto, si no paga lo
principal, que son los 3.000 escudos, siempre estaremos con la misma inquietud77.
Tiene tambin deseo de responder a la esperanza que poseen los de la ciudad
de Saluzzo78. Respecto a Venecia, dice: En cuanto al Emmo. Seor Cardenal de Osma,
aunque quiere nuestra Obra, por ahora, o no tan pronto, no es posible darle gusto,
como tampoco al Cardenal de Savoya, del que tengo dos cartas para introducir nuestra Obra en el Piamonte. Porque es necesario dar ayuda a los nuestros que estn en
Venecia, donde aquellos excelentsimos esperan ver el fruto de la Obra, para aceptarla con decreto pblico; de ello tendra esperanza segura si pudiera mandar socorro
suficiente79. Y respecto a Ancona mantiene la esperanza de poder enviar maestros80.
Por otra parte, pide que los escolares hagan actos de esta virtud y de otras: Respecto a las hojas que quiere imprimir, hgalo cuanto antes y procure que en todas las
clases se aprendan, pues parece muy vergonzoso y es gran falta, el que los alumnos
mayores no sepan hacer actos de fe, esperanza y caridad, humildad y contricin tan
necesarios81; y les enva un libro para ayudarles: Deseo muchsimo que se atienda
con mayor diligencia al ejercicio de ensear la doctrina cristiana a los nios en la iglesia
pblica y que se haga aprender en las escuelas a todos los alumnos los misterios de la
Pasin de Cristo, editados en Roma, y tambin aquel librito de ejercicios espirituales
donde se encuentran los actos de fe, esperanza, humildad y contricin, pues es bueno
que los muchachos los aprendan desde nios; pngase en esto todo cuidado82.
Respecto al colegio Nazareno, he aqu esta secuencia de textos, con diferentes
sentimientos: En cuanto a las gestiones del Colegio [Nazareno] para ir a Cesena, hacemos bastante, y an no hemos perdido la esperanza de que el asunto salga bien83.
En cuanto a trasladar ah el Colegio [Nazareno], hasta ahora no hay esperanza. Aqu
nos veremos forzados a poner en alquiler el palacio, para remediar algn gasto84.
En cuanto al Colegio [Nazareno] pienso alquilar el Palacio para poder pagar aqu los
prstamos anuales; y acerca de mantener a los alumnos, cuando no pueda hacer otra
cosa, los mandar a comer al noviciado a expensas nuestras, hasta que podamos respirar un poco. No tengo esperanza de trasladarlo ah, ni hace falta escribir a nadie85.
Y, adems, lo que dice en esta otra ocasin: Creo que los monjes que primero podan
interesarse por los bienes del Colegio [Nazareno], han sufrido tanto dao por la inundacin de Rvena, que, para resarcirlo, tienen necesidad de gran cantidad de dinero;
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EP 362.
Cf. 1960.
EP 1984.
Cf. EP 2080.
EP 2835.
EP 3920.
EP 2133.
EP 2137.
EP 2174.
174
as que por esta parte no hay esperanza de vender nada de una vezEn cuanto a los
problemas del Colegio, mientras estn en manos del Auditor actual, no tengo ninguna
esperanza de que terminen bien alguna vez, no habiendo podido conseguir nada a favor del Colegio, en casi tres aos; en cambio, en contra s. Encuentra tantas meticulosidades y dificultades contra el Colegio, que los pleitos no se acabarn tan pronto86.
3. Los edificios. Respecto a los edificios, Calasanz muestra a veces su esperanza de
poder construir algunos y otras veces lo contrario. Por ejemplo tiene gran esperanza de
construir una iglesia87, o de acabar de construirla88 o de tener la iglesia89. Est dispuesto
a esperar todo lo necesario para tener agua90, y desea saber la esperanza que tienen en
Frascati sobre las cosas de la casa para que l pueda resolver los problemas91.
Respecto a la fundacin en Venecia pasa de un sentimiento a otro; de no tener
esperanza92 a tenerla93. En otras ocasiones y en otros lugares manifiesta su esperanza
de lograr una fundacin94, mientras que hablando de Bisignano dice tener poca esperanza de poder fundar (estamos en 1628)95.
4. Sobre la salud. El tema de la salud es tambin objeto de esperanza para Calasanz
en muchas ocasiones. Escribe a un seor con la esperanza de que salga de su enfermedad96. Confiesa que en la salud se encuentra la esperanza de todo remedio: Yo siento la
indisposicin de usted, porque en su salud reposa toda esperanza de remedio97, y espera que a una persona le pasar la presente tribulacin en la que se encuentra: V. R. debe
tener esperanza segura de que pasar pronto la tribulacin y que quedaremos con ms
crdito del que tenamos en el pasado, y no consienta en imaginaciones y tentaciones
que suelen venir en tales ocasiones98. Espera tambin que el P. Alacchi supere la mala
situacin por la que est atravesando: El P. Melchor est an indispuesto, pero con la
esperanza de recuperar la salud cuando caliente el tiempo99. A veces no tiene esperanza
en la salud de algn religioso100, y relaciona la esperanza de salud con los dolores101.
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EP 2572.
Cf. EP 27.
Cf. EP 246, 249.
Cf. EP 316, 822.
Cf. EP 74.
Cf. EP 745.
Cf. EP 1715.
Cf. EP 1925.
Cf. EP 694, 2123.
Cf. 848.
Cf. EP 1785.
EP 2197.
EP 3795.
EP 3971.
Cf. EP 59, 577.
Cf. 663.
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EP 3709.
EP 2367.
Cf. EP 3017.
EP 3902.
EP 3895.
EP 3905.
EP 4396.
EP 497.
Cf. EP 589.
Cf. EP 1617, 1768.
177
por el burrito del que dice: No me escribe si hay esperanza de conseguir el asnillo
que V. R. trajo aqu. Si lo tuviere el mes que viene ira tal vez a Moricone a ver aquellas
obras y despus ah, cuando est el Prelado124.
7. Sobre otros lugares. Tiene esperanza de que un padre vaya a otra casa125. Pregunta repetidas veces sobre la esperanza de que exista otro lugar para noviciado126, o
de fundar noviciado: Yo espero que traten este asunto de comn acuerdo por ser de
tanta importancia; y, sobre todo, la fundacin del noviciado, en la que radica el progreso de nuestro Instituto en esas tierras. As que, en este particular, usted procure
que todo salga conforme a la esperanza que me dice tiene127; o tambin de tenerlo:
De aqu, debe saber que el P. Francisco ha ido a Florencia para ayudar aquella casa;
y dentro de pocos das partir el P. Pedro [Casani] para ir a Lucca, con esperanza de
tener un noviciado fuera de la puerta [de la ciudad], como mejor solucin; porque hay
muchos importantes que, segn se dejan or, quieren ayudarlo128. Mientras que en
otras ocasiones no tiene esperanza de conseguir noviciado129. No tiene tampoco esperanza en ocasiones de poder fundar en tres o cuatro aos en Cesena130.
La estrategia de Calasanz se ve en estos pasajes: No me parece oportuno en
este momento entregar un memorial semejante; ms bien quiero esperar algunos
aos, ante la esperanza de tener ahora un rotundo no!, que, a lo mejor, no se cambiara nunca. Por eso, juzgo ms conveniente dejar esto para otra ocasin, cuando la
Obra tenga ms fama, y sea reconocida como necesaria, lo que ahora no es as131; y
en ste: He ledo el Memorial escrito para entregar al Serensimo Dux. Pero como los
tiempos son muy calamitosos, y en un momento, adems, en que, sin duda alguna, la
Repblica adoptar algn resentimiento contra Roma por lo sucedido a su Embajador,
lo que el Seor impida por su misericordia, no me parece este el momento oportuno
para entregar semejante Memorial; ms quiero esperar algunos aos, con esperanza,
que recibir ahora un gran no, que quiz no se cambie nunca. Por eso, creo conveniente dejar esto para otra ocasin en que la Obra goce de ms fama y sea conocida
como absolutamente necesaria; que ahora no es as132.
Por ltimo este hermoso texto: He permitido leer aquella parte de la carta, en la
que daba informacin del portento sucedido en Buda, en casa de Bassa. Muchos han
experimentado una satisfaccin especial. Si se confirma con algn otro portento, ser
de mucho consuelo, y esperanza en la misericordia divina, en aquellas tierras donde
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EP 676.
Cf. EP 280.
Cf. EP 1014, 1099, 1109.
EP 3813.
EP 2588.
Cf. EP 3689.
Cf. EP 2338, 2423 (Hay que tener en cuenta que estamos en 1635).
EP 1680.
EP 1680.1.
178
hay poco conocimiento de Dios, ya que por nuestros pecados todas esas tierras se
encuentran con no pocos sufrimientos por la guerra. Se dice que el Papa tiene ms
de veinticinco mil soldados en campaa contra el Duque de Parma, Mdena, y los venecianos. Pidamos todos al Seor por la paz universal, por la [cual] pedimos, para que
nos [la] conceda por su misericordia, y nos bendiga siempre133.
8. La Orden. El tema de la supresin de la Religin de lo que tanto se habl los
ltimos aos de la vida de Calasanz, lo fue siguiendo el santo, mostrando siempre su
esperanza, en un primer momento de que no sera reducida a Congregacin sin votos,
y una vez que esto ocurri, la esperanza de que volvera a su primer estado. Vamos
ahora indicando los textos que aparecen en sus cartas sobre este tema para ver cmo
va viviendo el santo este problema. Lo hacemos siguiendo la cronologa.
a) Antes de la reduccin a Congregacin sin votos. Escribiendo a Fanano el 11
de junio de 1644 les deca: Con ocasin del presente portador, me ha parecido
bien informarle de nuestras cosas, sobre las cuales no hay nada de nuevo, sino que
marchan como de ordinario. No sabemos cundo se tendr la Congregacin de estos
Eminentsimos delegados. Y si bien unos hablan de distinta manera que otros, yo, sin
embargo, tengo mucha esperanza, mientras no dejen de hacer oracin, sobre todo los
alumnos, por el buen xito de nuestras cosas134. El da 2 de julio, esta vez escribiendo
a Npoles: Tenemos, no obstante, esperanza de que el Instituto quede en pie, aunque
respecto al gobierno parece seguro que la Congregacin lo confirmar, pero no s si
Dios bendito lo aprobar en el cielo. No se sabe cundo tendrn Congregacin estos
Emmos Srs. De lo que resuelvan le dar noticias en seguida135. Y a Palermo el 17 de
septiembre: He visto cuanto me escribe en la suya de 29 del pasado, y le digo que
tenemos esperanza segura del remedio de nuestras cosas y nuestro Instituto, con la
eleccin del nuevo Pontfice, hecha en la persona del Seor Cardenal Panfilio, ahora
llamado Inocencio dcimo. Cuando se comience a dar audiencia y a negociar, trataremos nuestras cosas136.
El 24 de diciembre esta vez escribiendo a la Escuela de Nobles de Florencia:
Cuando pasen las fiestas, esperamos que estos Seores Cardenales delegados tengan Congregacin. De cuanto se resuelva, dar rpida informacin. Mientras tanto,
pidamos al Seor que todo suceda para mayor gloria suya y utilidad del prjimo, y
nos bendiga siempre137. De nuevo a Npoles el 11 de febrero de 1645: Y, aunque
nuestra causa es la de Dios, por lo que conviene dejar hacer a Su Divina Majestad, no
dejamos de ayudarnos tambin humanamente, para no faltar a nosotros mismos. Por
eso, pongamos nuestra mayor esperanza en las oraciones; as que vayan continuando,
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4245*.
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y Dios nos bendiga138. Escribe tambin fuera de Italia, esta vez a Nikolsburg: Aqu
no dejamos de hacer oracin por ellos, con la esperanza de que pronto se obtenga la
gracia de poder admitir al hbito139. El 12 de mayo a Npoles: He recibido la carta de
V.R. del 6 de mayo, y le respondo que nuestros asuntos caminan como de ordinario.
Y yo, cuando veo que van precisamente al contrario de lo que se desea, tengo ms
esperanza en el remedio, y con la gracia de Dios me persuado que todo resultar a
favor del Instituto140. De nuevo a Npoles el 3 de junio: Esperemos nosotros en la
ayuda divina, la cual haga que contra nuestra esperanza podamos llegar a vestir novicios para mantener en pie la Religin, pero de esto no se habla entre los que pueden
ayudar la Religin141. Escribe tambin a Gnova el 17 de junio de 1645: Pero respecto
a la facultad de poder dar el hbito a novicios no se habla por ahora. No obstante, yo
no pierdo la esperanza de conseguirla cuanto antes, confiado en Dios bendito y en la
proteccin de su pursima Madre142.
De nuevo a Nikolsburg el 8 de julio: Estoy muy contento de que usted mantenga
las escuelas en pie, y tenga firme confianza (speranza) en la devocin de S. Felipe Neri,
para que las tribulaciones se conviertan en consuelo. Nosotros aqu hacemos oracin
especial por la buena ampliacin de esas escuelas y del convento, al que, cuando
refresque el tiempo, quiz mandemos algunos individuos143. Y el 7 de octubre a Npoles: A la carta de V.R. del ltimo del pasado, respondo que la Santidad de Nuestro
Seor hasta ahora no ha querido declarar su intencin acerca de nuestras cosas, sino
que responde que las estudiar. As que parece que el asunto va un poco para largo.
Es necesario que nosotros alarguemos tambin la paciencia y la esperanza en Dios
bendito144. Y otra vez a la misma casa: No s nada que escribirle ahora de nuevo, porque nuestras cosas marchan como de ordinario. Cuando haya alguna novedad de que
poder informar, le escribir yo al Provincial y a usted. Slo le digo que Mons. Ravello
no ha conseguido nada de Su Santidad, y volver a su obispado durante toda la semana
prxima, con la esperanza de que Dios Bendito le ayude por otro camino145. Y el 18 de
noviembre de nuevo a Npoles: He recibido la carta de V. R. del 11 de los corrientes y
le digo que respecto a nuestras cosas le puedo decir que el Instituto no ser destruido,
pero estamos pendientes de la resolucin que tome S. S. Esta semana se le ha hecho
presentar un memorial, en el que se le pide un Protector y en la prxima le podr
decir la respuesta que d S. S. Pero yo, mientras aliento, no perder nunca el deseo
de ayudar al Instituto con la esperanza de verlo de nuevo restablecido, fundndome en
aquellas palabras de un profeta que dice: Constantes estote et videbitis auxilium Dei
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4364.2.
4365.
181
usted ltimamente dos o tras cartas seguidas. Creo que haya recibido un sumario en
un sobre de papel dentro de la carta, que contena el extracto del Breve; Breve con el
que nuestros adversarios han conseguido, mediante grandsimos apoyos, la ruina de
nuestra Orden. Sin embargo, aqu tenemos plena esperanza, in spem divinam contra
spem humanam, y estamos con nimo decidido a mantener el Instituto hasta que
Dios bendito nos mande el remedio154. Al da siguiente a Npoles: Respecto a las
Constituciones que se dice que se deben hacer, acomodndolas al primer Breve, no
sabemos todava si se hacen. El Emmo. Vicario nos exhorta siempre a la paciencia y a
estar unidos y a aplicarnos al Instituto, dndonos siempre esperanza de remedio155.
El 12 de mayo de nuevo a Npoles: As que, mantengamos la esperanza de que Dios
bendito mande ayuda oportuna a su tiempo156.
El 2 de junio, como lo hace constantemente, escribe a Npoles: Crame que
aqu no dejamos de hacer la gestin necesaria para obtener alguna gracia de Nuestro
Seor, pero tanto Su Santidad como los dems que son contrarios a nosotros, estn
fuertes en no conceder favor por ahora. Pero nos mantenemos en la esperanza de
que Dios bendito cambie el corazn de Su Santidad, y no permita en absoluto que
nuestro Instituto se pierda157. Y tambin el 16 de junio: He recibido la carta de V.R.
de 8 del corriente, y me parece que, en tiempo tan calamitoso, los que no son guiados
por la pasin deben manifestar su prudencia y espritu, soportando con paciencia las
desobediencias de los relajados, y ayudarlos, no slo con las oraciones, sino tambin,
cuando la ocasin lo demande, con exhortaciones caritativas, a huir de las discordias
y pretensiones vanas, y atender a la salvacin del alma propia. Yo no dejar de pedir
al Seor por la tranquilidad de esas dos casas. Aqu andamos con los sinsabores
acostumbrados, pero con la esperanza de que Dios bendito nos muestre pronto algn
remedio158. Y el 23 de junio: Infrmeme de aquel nuestro queridsimo Prelado, si est
bien. Para l, el tiempo presente es muy a propsito para manifestar su paciencia y
esperanza en Dios. No se entiende por qu las cosas de los seores Barberini estn en
el buen camino de solucin, segn el juicio humano; pero Dios bendito puede arreglar
todas las cosas de la manera que le parezca conveniente a Su Divina Majestad159. Y a
la semana siguiente: He visto lo que V. R. me escribe. Respecto a la casa de Aversa
dudo que tengan alguna orden de Roma del P. Esteban , el cual se glora de tener orden
de S. S. para hacer las nuevas Constituciones de nuestra Religin y se presume que
sea por orden de Mons. Asesor. Ahora bien, considere V. R. qu Constituciones podrn
salir por este medio; y se dice que saldrn con un Breve y tal vez antes de finales de
julio. Con todo ello, yo no pierdo la esperanza de remedio para este verano160.
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183
El 13 de abril escribe a Nikolsburg: Y aqu tenemos la esperanza de que, agotados todos los medios humanos, el Seor encontrar alguno para mantener nuestro
Instituto, pero antes quiere probar la constancia de algunos170. Y a Palermo el 26 de
abril: Tenemos todos la esperanza firme que Dios bendito saldr a favor de nuestro
Instituto el cual se funda nicamente en la caridad de ensear a los nios pobres particularmente, para que no pueda decirse que parvuli petierunt panem et non erat qui
frangeret eis (Lam 4, 4). Tenemos todos la voluntad grande de servir al Seor en sus
miembros que son los pobres, para que podamos or en el tiempo oportuno: quod uni
ex minimis meis fecistis, mihi fecistis (Mt 25, 40). Y si tenemos esta fe, Dios responder por nosotros cuando le parezca conveniente171. Otra vez a Nikolsburg el 27 de
abril: Pero es necesario mantener el nimo y fortificarlo con la esperanza del auxilio
divino, pues es un desdn de la bondad y providencia divinas el no esperar en ella
hasta lo ltimo. V. R. tenga la bondad de animar a los dems en esta verdadera fe y esperanza en Dios bendito, pues nuestras cosas irn como Dios permita que vayan172. A
Palermo el 11 de mayo: Aqu ahora no tenemos novedad acerca de nuestro Instituto,
y va cada vez aumentando nuestra esperanza en el remedio, fundada en la misericordia
del Seor, que en el tiempo oportuno encontrar los medios convenientes173.
A Pisa tambin les enva carta el 27 de julio: He recibido su carta del 1 de julio,
llegada hoy, da 27, y respondo que, hasta ahora han sido cartas de esperanza acerca
de nuestras casas174. Escribe a Nikolsburg el 31 de agosto: Tengo firme esperanza en
que usted mantenga la Obra en esas tierras, asegurndola, como he dicho, pues con el
tiempo ver cmo el Instituto vuelve a su estado primitivo175. El 4 de octubre escribe
a Fanano: Aqu hasta ahora no hay cosa o resolucin ninguna contraria a nuestro
Instituto, sino que todos unidos cuidan la observancia y, en particular, las escuelas. Si
no pueden hacerlo como de costumbre, hagan lo poco que puedan, con la esperanza
de que el Instituto volver a levantarse176.
Y de nuevo el 5 de octubre: He recibido su carta del 4 de septiembre por este
correo. Aunque hasta ahora no hemos sabido el efecto que han producido las cartas de
la Dieta de Polonia, no obstante, de unos das a esta parte tenemos algunos indicios de
nueva esperanza, de los que informaremos cuando los conozcamos con seguridad177. Y
a Nikolsburg les escribe a sus religiosos el 19 de octubre: Hasta ahora, acerca de las cosas de nuestro Instituto, no ha salido ninguna resolucin; pero, sin embargo, [tenemos]
con cierta esperanza, por una situacin extraordinaria que se ha presentado, de la que
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pienso informarles dentro de pocos das178. Y otra vez el 26 de octubre: Parece que se
ha despertado de nuevo una cierta esperanza sobre el remedio necesario para nuestro
Instituto179. Y de nuevo el 10 de enero, estamos ya en 1648: Debe saber adems V.
R. que el Sr. Roncaglia, Residente extraordinario del Rey de Polonia ha tomado el asunto
de tratar lo nuestro con S. S., por nueva orden de S. Majestad y todo aquel reino, y habiendo hablado hoy con N. Seor ha sacado la esperanza de consolar a aquel Rey y reino
y en la segunda audiencia que se tendr de aqu en ocho das se espera obtener algo
favorable para nuestra Religin, al menos para aquel reino180. El da 26 de abril de 1648
escribe a Florencia, a la Escuela de Nobles: Nosotros aqu seguimos con esperanza, ya
ms segura que en el pasado, del remedio de nuestras cosas. Me gustara tambin que
todos ah tengan nueva ilusin y fervor para levantar al Instituto a la mayor perfeccin
que sea posible; y esto, por puro celo de la ayuda del prjimo181. Y el 13 de junio escribe a Podolin: Respecto a dar nuestro hbito a los novicios, si bien pueden hacerlo
libremente, no obstante parece que no se pueda hacer por el mal nombre que los adversarios han esparcido por todas partes: que nuestra Religin est extinguida. Pero no
est extinguida an en nosotros la esperanza del remedio, que tal vez est ms cerca de
lo que algunos piensan182. El 27 de junio, el mes anterior a morir, escribe a Nikolsburg y
se ve an sus sentimientos y conviccin: Aqu, respecto de nuestro Instituto, estamos
con mayor esperanza que cuando viva el Serensimo Rey de Polonia, de feliz memoria,
por el cual en toda nuestra Orden debemos celebrar muchas misas, para demostrar
agradecimiento al cario con que dicho Rey introdujo nuestro Instituto en su Reino183.
Y la ltima carta en la que habla sobre el tema que estamos tratando es del 18 de julio,
dirigida a Nikolsburg: Aunque aqu no tenemos una persecucin pblica parecida, la
oculta es, sin embargo, muy grave, pero siempre con esperanza de superarla184.
C.
La expresin carit la usa con frecuencia el santo Fundador. En las pginas que
siguen nos proponemos, como lo hemos hecho con las expresiones fede y speranza, ver en qu sentidos la emplea Calasanz. As nos podemos acercar un poco ms
a su vocabulario; en el fondo este es el intento de todo el artculo en los diversos
momentos que hemos tratado y en los que siguen.
1. Sentido general. En primer lugar la caridad viene nombrada junto con las otras
dos virtudes teologales, aunque el santo no va a hablar de ellas: Estoy seguro de que
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4497.
4503
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4542.
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4564.
185
tuvo en muy alto grado las tres virtudes teologales, fe, esperanza y Caridad, habiendo
comenzado una empresa tan difcil, y tan perseguida, no slo por los particulares,
sino tambin por la misma Repblica185; cita las tres virtudes hablando de san Juan
Leonardi. Pero qu hay que hacer para conseguir la verdadera caridad? Y responde el
santo: As que procuren practicar la virtud de la Santa humildad, si quieren conseguir
la verdadera caridad y el santo amor de Dios, y comprender con verdadero fundamento
las cosas del espritu186.
Siendo tan importante esta virtud hay que unirse a Dios con la caridad y el amor:
Respecto a la renovacin de votos, yo, como Padre espiritual que deseo la perfeccin
de todos los hijos de la Religin, quisiera en todos un nimo grande para servir a Dios
y para unirse a l mediante la caridad y el amor, pues cuando hay verdadero amor no
hay modos particulares sino una gran sinceridad en el servicio de S. D. M. Yo considero todas las profesiones hechas en el pasado como buenas, vlidas y santas y quisiera
que todos las consideraran as187. Por eso, ms vale la caridad que todas las riquezas
humanas: Nuestras Constituciones disponen claramente que no podemos poseer
bienes inmuebles, ni tener un ingreso fijo bajo cualquier ttulo, ni tampoco suceder
a nadie como heredero; y todo esto porque profesamos suma pobreza, y el Instituto
nuestro busca paz y caridad con todos los hombres, en cuanto nosotros podemos,
segn el consejo de S. Pablo188.
Y puesto que la caridad nos une a Dios hay que responder bien por mal: Para
llegar a ser un vaso digno de estar en presencia de cualquier seor, primero es preciso
que el metal sea bien martilleado; as mismo en el servicio de Dios conviene soportar
todo con paciencia, y devolver con toda caridad y mansedumbre bien por mal de forma
que el prjimo quede edificado189. Con la caridad hay que inducir al arrepentimiento:
Sobre ese hermano, creo que haya ms [cosas] por las que no me escribe. Pero cuando el demonio se aduea de un corazn, hace stas y mayores locuras. Sin embargo,
conviene proceder con mucha caridad, intentando inducirlo al arrepentimiento, pues,
por ahora, no es capaz de reprensiones, ni de brusquedad de palabras190.
Por todo lo dicho hasta aqu no hay que romper la caridad con el prjimo191. El
santo por eso quiere, incluso lo pide, que se ayude con esta virtud a la conversin de
los herejes: y han determinado que dicha Congregacin escriba o mande escribir
una carta a nuestros Padres de Moravia, para que progresen en semejantes ejercicios,
y que dicha Congregacin los favorecer en todo lo que sea necesario; y que hagan
185
186
187
188
189
190
191
EP 3141.1.
EP 3761.
EP 4028.
EP 3997.
EP 86.
EP 2118.
Cf. EP 4082.
186
todo lo que puedan para la conversin de los herejes, no slo de los nios que vienen
a la escuela, sino tambin de los adultos con toda diligencia y caridad192.
2. Cmo nombra a las personas. Con mucha frecuencia el santo cuando escribe
a un religioso durante la carta usa la expresin la carit vostra193, en donde vemos
que la expresin carit tiene otro significado completamente distinto; y la misma
expresin usa en ocasiones cuando se refiere a otras personas194.
3. En Calasanz. El santo alecciona sobre la caridad: Se molestan por una pequea herramienta, o dos, que les ha quitado un compaero, y no tienen ms en cuenta
la caridad fraterna, que hace comunes todas las cosas195, y reconoce cuando tiene
alguna obligacin con la caridad que han mostrado con un hermano: En cuanto al
particular del P. Antonio, espero que se quede ah, y no cambie, mientras l no me lo
pida, o alguna necesidad me obligue, pues tengo mucho gusto en consolar a Su Seora en esto. Y si en otra cosa me considera capaz de servirla, dgamelo libremente,
pues yo s la obligacin que tengo hacia su caridad. El Seor le d vida prspera, y la
llene de su divina gracia196.
El corazn noble del santo agradece siempre la caridad que han tenido otras
personas por diversos motivos197, y pide que se tenga la caridad de ganar el alma de
un religioso que enva a Fanano: Al considerar que para la conversin de un alma al
verdadero camino del servicio de Dios, no hay casa ms tranquila ni ms apropiada
que esa de Fanano, hemos decidido mandar ah al P. Toms de Sto. Domingo, incluyendo la sentencia. Avseme si se porta bien y usaremos con l de cierta benignidad;
mas si por el contrario no observa silencio y da muestras de poca mortificacin, lo
mandaremos a donde sea castigado como conviene. Mientras tanto, si V. R. junto con
los otros, pueden tener la caridad de ganar esta alma, hganlo; y a menudo denme
informes sobre ello198. l, por su parte, ejercer la caridad con sus religiosos: Yo con
mucho gusto ejercitar la caridad con este Padre, ante el Emmo. Protector, si dicho
Padre se decide a humillarse y pedir perdn al Seor Cardenal Protector; y har cuanto
S.S. Ilma. quiera mandarme, a la que hago humildsima reverencia199. En cuanto al P.
Santiago, aunque no tenga salud para trabajar en servicio de la Orden, tiene al menos
caridad; yo deseo ayudarle en cuanto pueda200. Con el presente correo escribo una
192 EP 3061.
193 Cf. EP 2311, 2349.1, 2353, 2407, 2434, 2774, 2794, 2863, 3010, 3045, 3104, 3160, 3163, 3188, 3189,
3199, 3219, 3240, 3250, 3297, 3360, 3411, 3488, 3503, 3540, 3608, 3696.1, 3753, 4009, 4009.1,
4017, 4040, 4041, 4056, 4069, 4091, 4094, 4100, 4109, 4122, 4183, 4188, 4552, 4577.
194 Cf. EP 2402, 2438, 4152.
195 EP 2037.
196 EP 1945. Cf. EP 1527.
197 Cf. EP 2128, 2160.
198 EP 3178.
199 EP 3606.
200 EP 3864.
187
carta al P. Giovanni Luca, en la cual le manifiesto con afecto paterno cunto deseo comunicarle con caridad el espritu que el Seor me ha dado; y le exhorto, con el afecto
que puedo, que venga a Roma, y est junto a m un poco de tiempo, para aprender
el camino estrecho que conduce al Paraso, el cual, una vez aprendido, se hace fcil y
seguro201.
La caridad no slo ha de existir entre personas, sino tambin entre las casas, y
eso es tener caridad para con Dios: Quiero que haya buena relacin de esa casa con
la[s] de Florencia y de Fanano; que es seal de que hay caridad para con Dios, cuando
se tiene de verdad con el prjimo202. Y es que al santo le interesa ms la caridad y el
provecho del prjimo que el inters temporal203. Tanto es as que ofrece la misa por el
acrecentamiento de la caridad204 y exhorta a todos a vivir en unin y caridad: Exhorto
a todos a mantenerse con una santa caridad y unin, que es el nico camino para ir
al Paraso205.
Explica la caridad que hay que tener con un hermano, siendo viuda su madre y
teniendo slo hermanas, lo que es un peligro moral206.
Al santo le desagrada que existan oposiciones entre religiosos: siento muchsimo que entre sacerdotes y religiosos existan estas antipatas y chismorreos que
corren de una parte a otra (sic): todo esto apaga la caridad y engendra ciertas aversiones que son la peste de la Religin. V. R. por su parte haga cuanto pueda para
tranquilizar los nimos de todos207. As escribe a dos hijos suyos que tengan caridad
entre s: He visto cuanto Su Excelencia me escribe acerca de algn desacuerdo que ha
habido entre el P. Superior y el P. Jos de Santa Mara, Religiosos nuestros. Yo tengo
a ambos por buenos siervos de Dios, y escribo a uno y a otro para que se pongan de
acuerdo, haciendo la caridad y el servicio de Dios con paz. Espero que tenga efecto
cuanto desea Su Excelencia, para quien deseo el cumplimiento de sus santos deseos,
con continua felicidad208. Y se queja de la rivalidad que existe entre las dos casas de
Npoles: Escrib la semana pasada acerca de la liberacin de aquel novicio, y creo que
se habr realizado. Pero, como veo que an no se han terminado las discrepancias que
existen en esas dos casas, por culpa de alguno, para vergenza de todos, he nombrado
un Juez, que por caridad se interponga y pacifique las dos casas. Que con su autoridad,
como experimentado, y con la ma, como representante, haga la reparticin y reconcilie esas dos casas. Que una y otra tengan paciencia209.
201
202
203
204
205
206
207
208
209
EP 3913.
EP 3628.
Cf. EP 3755.
Cf. EP 4297.
EP 4570.
Cf. EP 4242.
EP 3114.
EP 3598.
EP 3140.
188
210
211
212
213
214
215
216
217
CF. EP 3151.
Cf. EP 4209.
EP 3131.
EP 3509.
EP 4114.
EP 3930.
Cf. EP 1473.
Cf. EP 3681.1.
189
rre notificarle en la presente218; y atenderlos tambin con esa caridad: En esas dos casas deben procurar trabajar en el Instituto con todo el entusiasmo, para que, estando
bajo la mano del Ordinario, vea que nuestros Padres le atienden con mucha caridad219.
Y es que el Instituto se apoya en la caridad de ensear220. Por eso el santo quiere que
el Seor acreciente en todos la caridad del Instituto: Espero que su constancia consiga
que el Instituto se mantenga en esas tierras; y que tambin aqu se consiga cuanto antes con claridad la forma como deba continuar este Instituto nuestro. Le informar de
ello, y pido al Seor acreciente en usted y en todos los dems de esas casas espritu y
entusiasmo, para mantener la caridad de dicho Instituto nuestro, tan perseguido en la
actualidad. El Seor castigue a los herejes y exalte a los catlicos en todas esas tierras.
Es cuanto por ahora recuerdo221. Me ha producido muchsimo consuelo su carta. Para
que aumente ms an, quiero que todos muestren amor hacia el Instituto222.
Por esa misma razn se muestra contento cuando encuentra quien quiere tener
en pie el Instituto: Con la presente, suplico a V.S. Ilma. tenga a bien reunir los pocos
religiosos nuestros que han quedado en ese convento de Campi, ordenando que los
que tienen el Breve de poder dejar nuestro hbito, lo dejen y no molesten a los dems,
que tienen la caridad de mantener el Instituto en pie, al que esperamos que Su Santidad se complazca dar en breve algn remedio oportuno; lo que recibir como gracia
particular, como cosa venida de Dios por mano de V.S. Ilma., a quien, pido al Seor
todo verdadero consuelo y felicidad223.
Pide que se atienda con caridad al Instituto en lo que se puede224, y es una obra
de caridad grande el afecto que se tiene a la Religin: Algunos de nuestros Padres
me informan del gran afecto que Su Seora ha mostrado hacia nuestra Orden, y
que siempre he conocido. Por ser obra de gran caridad, tendr Su Seora abundante
remuneracin de Dios, al que pedimos, no slo le conceda felicsimas estas prximas
fiestas de la Resurreccin, y muchas otras, sino que le d siempre continuo aumento
de la divina gracia.225.
La caridad pide que se cuide la Religin: Pero como la caridad busca que se
ayude a la Orden226; y nuestro Instituto busca la paz y caridad con todos: el Instituto
nuestro busca paz y caridad con todos los hombres, en cuanto nosotros podemos,
segn el consejo de S. Pablo227, por eso pide a un hijo suyo que no deje de hacer la
218
219
220
221
222
223
224
225
226
227
EP 4299.
EP 4348.
Cf. EP 4454.1.
EP 4469.
EP 4479.
EP 4526.
Cf. EP 3025.
EP 3358.
EP 3585.1.
EP 3997.
190
228
229
230
231
232
233
234
235
236
237
Cf. EP 3397.
Cf. EP 3814.
Cf. EP 2779.
Cf. EP 2853, 3264, 3599, 3693.
Cf. EP 2991, 3782.
EP 3113; Cf. EP 4064.
EP 3990.
Cf. EP 3119.
EP 3136.
EP 3150.
191
238
239
240
241
242
243
244
245
246
247
EP 3164.
Cf. EP 3166.
Cf. EP 3208.
EP 3365.
EP 3366.
Cf. EP 3410.
EP 3624.
EP 4391. Cf. EP 3695, 3930.
EP 4067.
EP 4377.
192
hasta ver en la prctica el gobierno del P. Mario, el cual me ha prometido que se portar con todos con mucha benignidad y caridad248. He visto lo que me escribe V. R.
y como la autoridad del P. Mario es tan grande con estos Srs. de la Sagrada Congregacin, no me parece que yo le deba contradecir en nada, sobre todo respecto a la
Provincia de Toscana. Dicho Padre me ha escrito que deje de mandar a V. R. la patente
de Ancona y que se la mande a l a Florencia, como lo he hecho, dejando en blanco el
lugar de la casa donde dicho Padre lo quiera mandar. A m se me ha intimado que en
manera alguna haga objecin respecto a los sujetos llamados por dicho P. Mario y V.
R. sabe muy bien con cunta puntualidad se debe obedecer a aquel Sagrado Tribunal,
as que yo no quiero entrometerme absolutamente en los asuntos de aquella Provincia,
sino que escribo a todas las casas que le obedezcan prontamente, esperando que con
su caridad tratar a todos como hijos en Cristo249.
6. Los religiosos. Calasanz quiere que todos sus religiosos estn unidos en santa
caridad: Aydense el uno al otro, y soportando las imperfecciones del compaero,
rivalicen en la paciencia, la humildad y la caridad. Espero en la benignidad del Seor
que vivirn como buenos y santos religiosos250, y que en el futuro se camine con
mucha caridad y unin251. Y es que si no existe caridad y acuerdo entre ellos no harn
nada importante252. Por eso la unin en perfecta caridad no har perder el mrito de
la vida religiosa: me parece conveniente recordarles algo para que lo observen con
toda diligencia, y es que teniendo el aceite y las dems entradas del Colegio todo junto
en casa, procuren ambos, unidos en perfecta caridad, no echar a perder los mritos
de la vida religiosa, aunque por obediencia vivan fuera del claustro. Y para evitar toda
ocasin de dar a los de fuera las cosas del Colegio, para lo cual no tiene la mnima
autorizacin ninguno de los nuestros, abstnganse conforme a las Constituciones de
comer en casa de otros, seglares o religiosos, a no ser en los viajes en cuyo caso se
puede recurrir a la caridad ajena253. Los religiosos deben soportarse mutuamente
con caridad: Y cuando el compaero comete algn error, la verdadera caridad nos
ensea a soportarnos uno a otro; y as, pasan las cosas ms fcilmente y con mucha
quietud254. Y hay que ayudar con caridad a quien tiene imperfecciones: Aunque el P.
Pedro no ha podido salir, por ahora ir otra ayuda, para la estabilidad de esa casa, en
la cual, los que tienen un poco de espritu deben ayudar con caridad y paciencia a los
que tienen imperfecciones y faltas, que as se cumple con el servicio de Dios255.
El santo est atento y repite varias veces lo que sigue: En cuanto al clrigo de
Sospello, siento mucho que haya llegado a semejante locura; pero es necesario usar
248
249
250
251
252
253
254
255
EP 3917.
EP 3966. Cf. EP 3856.
EP 1953. Cf. EP 1477, 4116, 4348, 4360.
Cf. EP 1480.
Cf. EP 1672.
EP 1951. Cf. EP 3711.
EP 2045.
EP 2538.
193
con l la caridad posible, para que vuelva a serenarse256. Usted preste toda la ayuda
que sea necesaria, siempre con grandsima caridad hacia todos, y siempre aconsejando,
para que nada se atribuya a ignorancia o pasin, tanto a usted como al Superior257.
Calasanz da su opinin en este tema para que se ayude a un hermano: Por el
correo he recibido noticia de la huida del H. Alejos. Me parece que debe estar mal
de la cabeza. Siendo esta falta suya por consentimiento voluntario a la tentacin del
demonio, me parece que el remedio que se podra emplear sera que un confesor que
tenga mucha caridad lo confiese un par de veces por semana y lo visite a menudo,
inducindolo a que descubra todos sus pensamientos y cavilaciones que siente interiormente, procurndole el necesario remedio. Si este caritativo ejercicio durase dos
o tres meses, estoy seguro de que se corregira y entrara en su corazn el dolor por
haber ofendido a Dios y el deseo de hacer penitencia por sus pecados258.
El santo tiene muchas expresiones de caridad: pide que tengan a un joven en una
casa: En cuanto a los jvenes que dice han tenido en casa nuestros Superiores, si
eran jvenes de bien parecidos, no estaba bien tenerlos. Pero cuando, en algn caso
que no sea grave, algn Benefactor recomienda si le puede hacer el favor, [hganlo],
mientras se trate alojamiento, y sin sospecha de cosas malas259; que se cuide a un
religioso que es sordo y se le provea de las medicinas necesarias260; que se ejerza la
caridad en el oficio que a cada uno le encomiendan261.
Se queja en otra ocasin diciendo que en la Religin se ha enfriado la caridad262,
y pide que no se permita que los religiosos dejen de hacer la caridad que estn haciendo: Me ha disgustado slo una palabra de la carta de VV. SS. segn la cual, podra
ser que una y otra casa (no) tuvieran ms limosnas. Y aunque nuestros Padres no la
tuvieran, no permitira que dejaran de hacer la caridad que estn haciendo ahora, pues
no les faltara el premio eterno, aunque les faltara el temporal263.
Un religioso escribe al santo lleno de alegra por haber recibido una carta del
santo llena de amor y caridad264. Respecto a los novicios el santo desea que vivan
separados y enseados con caridad: Dedique V.R. la diligencia necesaria sobre el oratorio del Noviciado, procurando que los Novicios con hbito, y los dems que lo van a
recibir, estn atendidos y formados con toda caridad265, y que en el noviciado hagan
256
257
258
259
260
261
262
263
264
265
EP 2748. Cf. EP 3216, 3230, 3335, 3374, 3498, 3510, 3553, 3566, 3599, 3850.
EP 3217.
EP 3655.
EP 3085. Cf. EP 3030.
Cf. EP 3413.
Cf. EP 3527.
Cf. EP 3673.
EP 3696.
Cf. EP 3659.
EP 3854.
194
obras de caridad: V.R. mire si ah en el noviciado queda algo de ropa de los que han
hecho la profesin, o busque algo entre algunas penitentes conocedoras. Estoy seguro
de que har una obra de grandsimo mrito y caridad266.
Finalmente oigamos este testimonio hermoso que da Calasanz de un religioso
difunto: He visto lo que me escribe V. R. Respecto a los cuatro religiosos muertos
en olor de santidad, le puedo decir que el P. Toms era de estatura ms bien grande
que pequea, de cara muy mortificada, de pelo negro, de muchsima modestia y celo
singular de caridad para con el prjimo, de edad de 40 aos ms o menos, y con su
caridad causaba admiracin no slo a los seglares, sino tambin a religiosos de otras
Religiones, y hay algunos ejemplos de su caridad, y hasta el da de hoy perdura su
memoria dondequiera que estuvo, no alabndolo bastante267.
7. Las escuelas. Los hijos de Calasanz ensean por pura caridad268; por eso hay
que tener la caridad de servir en el ejercicio de nuestras escuelas269. Por otra parte hay
que acoger por pura caridad haciendo bien por mal a los que llegan al Oratorio270.
El ejercicio de las escuelas es muy meritorio: Meritsimo, por establecer y ejercer, con amplitud de caridad, en la Iglesia un remedio eficacsimo, preventivo y curativo del mal, inductivo e iluminativo para el bien de todos los jovencitos de cualquier
condicin271.
No ha de faltar la caridad necesaria en las escuelas: Y si alguno intenta decir an
que est ya provista la necesidad de este Instituto con los seminarios, con los Padres jesuitas, o con maestros seglares, no hara ms que confirmar el consentimiento universal
en torno a la necesidad de la educacin, quiz como nico medio para la reforma de las
costumbres. Porque, en el supuesto de que a los maestros seglares no les falte la caridad necesaria, ni rehyan el trabajo, ni que, cuando no tengan necesidad, hagan lo que
dice el Evangelio, mercennarius fugit, quia mercennarius est, con lo que sucede que los
nios aprenden ms vicios que virtudes272. Es preciso, pues, usar de toda paciencia y
caridad con los jovencitos: Y en realidad conviene usar de toda paciencia y caridad con
los jvenes para llevarles por el buen camino273. Y en las escuelas hay que cumplir lo
que dice el santo: Respecto a las hojas que quiere imprimir, hgalo cuanto antes y procure que en todas las clases se aprendan, pues parece muy vergonzoso y es gran falta,
el que los alumnos mayores no sepan hacer actos de fe, esperanza y caridad, humildad y
266
267
268
269
270
271
272
273
EP 4137.
EP 4242.
Cf. EP 7, 7.4, 2066.
Cf. EP 23.
Cf. EP 29.
EP 74.1.
EP 74.1. Cf. EP 866.
EP 225.
195
contricin tan necesarios274. Hay que ensear tambin la doctrina cristiana: En cuanto
a ensear la Doctrina Cristiana a los pobrecitos, me parece una obra santa; y adquirir
gran mrito ante Dios quien la atienda con caridad275. Hay que instruir a los nios con
caridad en las letras276. Hay que ensear por pura caridad, sin pedir nada: Y advierta
que los maestros no pidan nada a los alumnos, para que sepan todos que se ensea por
pura caridad y al castigar a los alumnos sean mas bien benignos que severos277.
Quien se oponga a ensear las matemticas sencillas es seal de que tiene poca
caridad: Respecto a la escasez de maestros para las escuelas, habindose enfriado la caridad entre los nuestros, no es maravilla que haya tanta escasez de maestrosY cuando
no tengamos personal preparado entre los nuestros, nos serviremos de los seglares hasta que tengamos individuos con caridad y amor de Dios278. El visitar las escuelas es mejor
que procurar tener confesores: Insista mucho en que todos los alumnos estn bien
preparados, no slo en las letras, sino en el santo temor de Dios; y usted visite con frecuencia las clases y a los Maestros, que esto importa mucho ms, para impetrar de Dios
las cosas necesarias, que tener muchos confesores en nuestras iglesias; tenga por segura
esta verdad, y lo vern por experiencia, si con santa caridad ejercitan esta tarea279.
Por lo tanto, el hijo de Calasanz est obligado a hacer escuela con la debida
caridad280. El santo espera abrir escuelas en Cosenza y por caridad y diligencia deben
esforzarse en ellas: V.R. vaya y espere a los compaeros que mandar ah dentro de
pocas semanas para que abran escuelas en dicha ciudad; y con caridad, con diligencia y
con el ejemplo esfurcense en imprimir en el nimo de estos pueblos la buena opinin
de nuestra obra, porque la primera impresin de las cosas difcilmente se cambia281.
Y cuando se abran en Ancona se recibir en ellas por caridad a cuantos lo pidan: Si,
cuando se abran las escuelas en Ancona va all alguno por su cuenta, simplemente
para asistir a las clases, se le har ese favor con mucho gusto (con caridad), como a
los dems; pero no puedo aprobar el invitarles, u otra forma parecida282.
8. Otras personas. Escribe Calasanz sobre la elevacin del P. Bagnacavallo al
obispado de Padua: Pedir a muchos que oren, para que este asunto salga adelante,
como deseamos, porque es para mayor gloria de Su Divina Majestad, ante quien slo
me mueve la caridad. Por eso, no descuidaremos la gestin necesaria; adems, se lo
pediremos con oraciones a Dios bendito, para que lo gue a mayor gloria suya283.
274
275
276
277
278
279
280
281
282
283
EP 2835.
EP 3935.
Cf. EP 4122.
EP 4138.
EP 3673.
EP 2979.
Cf. EP 3244.2.
EP 1605.
EP 2044.1. Cf. EP 2046.
EP 1640.
196
D.
Se trata ahora de detenernos en la expresin amore: Pero al leer las cartas del
santo vemos que usa otras palabras que pueden tener el mismo significado, tienen la
284
285
286
287
288
289
Cf. EP 1994.3.
EP 2289.
EP 2308.
EP 970.
EP 3752.
EP 3754.
197
290 Estas expresiones se tendrn en cuenta cuando vengan a significar algo semejante a amor o equivalentes.
291 Cf. EP 57, 114, 164, 173, 1133, 1267.
292 Cf. EP 72, 380, 416, 496, 517, 683, 4436: Escrib la semana pasada hasta qu punto el embajador del
Rey de Polonia, nuestro gran amigo.
293 Cf. EP 100, 412, 1933*.
294 Cf. EP 763.
295 Cf. EP 799, 898, 907, 1468.
296 Cf. EP 25.4, 25.8, 27.1, 259.
297 EP 1313.
298 EP 561.
299 EP 1537.
300 EP 3733.
198
tantas obras de caridad en favor de nuestra Religin. Espero que por su gran piedad
no se olvidar de ello. Yo, por la penuria de sujetos en que me encuentro ahora, no
puedo prestar la ayuda que deseo a esa casa nuestra de la Duchesca, pero estoy
siempre dispuesto a mandar ah, cuando tenga facilidad, sujetos, no slo por ser sa
la primera casa que hemos tenido en Npoles, sino mucho ms por la amabilidad
grande que nuestros Padres, y yo en particular, hemos encontrado en todos esos Srs.
complatearios301.
Pese a las dificultades que nuestros padres encuentran con los jesuitas, el santo
quiere que se muestren afectuosos con ellos302, y muestra su agradecimiento por la
caridad y amor que se ha tenido con los religiosos llegados de Alemania303.
3. Dios. Hay que amar a Dios304 y obrar por puro amor a l: Oigo que el P. Juan
Bautista del Carmen ha renunciado al cargo de Superior, y se contenta, con mucho
gusto suyo, con llevar una clase de prvulos. Si lo hace, como yo creo, por puro amor
de Dios y por dar buen ejemplo de humildad de s mismo, ha encontrado el verdadero
camino para ir al Paraso305.
Tambin hay que sufrir algo por amor al Seor: Esta gracia exige de nosotros
una verdadera y profunda humildad, para que mediante este eficacsimo medio saquemos gran provecho en nosotros y tambin en el prjimo. Y para que podis padecer
por amor del Seor algunas molestias, que se ofrecen en los comienzos, consulte en
todas las cosas al Sr. Vicario, quien le ser de gran ayuda. Pero hay algunos que no
saben obrar por amor a Dios: Y mientras est retirado haciendo los ejercicios, no se
comunique si no es el domingo; y si estos ejercicios de doce o quince das no surten
efecto, avsenme, que yo suplir con lo dems que sea necesario, estando nosotros
obligados a usar semejantes trminos con los que, ciegos por la pasin, no saben
hacer por amor de Dios y con mrito grande las actividades que deben hacer en favor
de la Orden306.
Nuestra confianza tiene que estar puesta en Dios: En cuanto a esos que dice se
muestran afectos a nosotros, le digo que nuestra confianza est slo en Dios, que no
falta nunca en la necesidad307, y por eso hay que obrar por un Seor tan bueno: Para
que no tengamos escrpulo acerca las rdenes dadas en virtud de santa obediencia,
con la presente, si hay algunas, las anulo todas, confiando que en adelante lo hagan
todo por amor de un Seor tan bueno308. Y es que el conocimiento de Dios va beatifi-
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307
308
EP 790.
Cf. EP 4232.
Cf. EP 4271.
Cf. EP 15.1.
EP 2800.
EP 848.
EP 287.
EP 729.
199
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310
311
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313
314
315
316
EP 1339.
EP 2860.
Cf. EP 4251.
EP 4364.
EP 4028.
EP 4392.
Cf. EP 219, 581, 663, 727, 758, 799, 826, 1100, 2291.
EP 899. Cf. EP 1449.
200
amable, soporto con paciencia todas las cosas resuelto a morir antes que abandonar
la empresa y as rechazo toda afliccin y melancola317.
El superior ha de hacerse obedecer ms con amabilidad que con rigor: En cuanto
al catarro que dice tener procure algn remedio para tener el pecho caliente para que
se le vaya ms fcilmente; algunas veces junto con la fatiga suele venir la impaciencia
de la que debe huir en toda ocasin, pero sobre todo en pblico ya que la impaciencia
del Superior suele causar diversos efectos y no buenos en los sbditos. Procure ser
paciente siempre y hacerse obedecer ms con la amabilidad que con el rigor318. En
cuanto al P. Domingo me escribe que se ha tranquilizado del todo, pero si le parece
mejor para una escuela de latn que para la enfermera hgalo as y procure ocupar a
todos de modo que uno trabaje en aquello para lo que tiene talento, ya que en aquello
que uno no tiene talento no puede aplicarse tan fcilmente y conviene conocer las
inclinaciones de cada uno; cuando se puede obligar a uno con amor a ocuparse de un
oficio resulta mejor que cuando es con la fuerza, pero cuando uno es duro y no sirven
los buenos trminos se ha de llegar al castigo y se me ha de avisar de los obstinados
pues yo obrar sin que ellos se puedan lamentar de su propio Superior319. He odo
y con dolor que trata con demasiado rigor a esos jvenes clrigos y que en vez de
atraerles con amor les espanta con el rigor regandolos con cara de ira y disgusto,
cuando el Superior debe amonestar amorosamente como padre a los sbditos y ha de
procurar ms bien ser amado que temido320.
Como padre querido ha de guiar a la perfeccin: Quisiera que, como Padre espiritual y lleno de caridad, llevara a todos los Hermanos de esa casa a la observancia de
nuestras reglas y a la perfeccin, como suele guiar un padre amoroso a sus hijos321.
Y es que no ser padre amoroso es imperfeccin en el superior: En cuanto al P. Provincial, me desagrada mucho que haya estado violento al visitar e inspeccionar las clases;
y que no se haya portado como Padre amable; es un gran defecto en un Superior;
si no se enmienda tendr su castigo; dgaselo de parte ma322. Hace mayor efecto la
exhortacin por compasin que otras cosas323.
Por eso es obstinado quien no se rinde al amor del superior: Debe procurar
que los sbditos no vean jams que el Superior impone algn castigo con nimo de
vengarse, sino que deben ver que los castigos proceden de amor paterno y que mereceran mayores, cuando luego en particular se les muestra el error y se les recomienda
la enmienda, sera muy obstinado quien no se rindiera al amor del Superior324. De ah
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323
324
EP 1148.
EP 1191.
EP 1226.
EP 1148.
EP 152.
EP 2975.
Cf. EP 3039.
EP 1332.
201
que con algunos, junto con el amor sea necesario algo de severidad: Por eso, junto
con la amabilidad, alguna vez, con algunos, usen un poco de severidad325, de forma
que algunos aprendan por la fuerza lo que no lo hacen por el amor326. En cuanto al
hermano Pedro Antonio, le digo que hasta ahora no sabe ms de lo que saba en el
mundo en materia de espritu; y tiene tan poco juicio que me parece necesario hacer
que aprenda a la fuerza, porque no quiere por amor327.
En consecuencia el superior ha de tratar a todos con amabilidad: Aunque el P.
Esteban vaya a Npoles y con l todos juntos le sean contrarios, lo aplaudirn ms que
rechazarlo. Pero usted mustrese con todos amable, y dentro de pocos das le escribir mi pensamiento328. Me alegro de que el Seor nos d la gracia de conservar esa
casa en santa paz. Usted procure conservarla y mostrarse amable con todos, y huir de
la tentacin de sospechar del prjimo329. Por eso le exhorto a mostrarse amable con
todos; y procure, con suavidad y paciencia paterna, exhortar a todos a la santa observancia, de manera que desechen esa opinin, y le manifiesten amor de Padre, y no de
juez severo330. Usted trate con mucha caridad y amabilidad a los de aquella casa, para
que todos juntos, en santa paz, atiendan al Instituto, y vaya cuanto antes pueda331.
Obra con benignidad332 y se muestra paterno con los renuentes: Va, por orden
del Seor Cardenal Protector, el P. Juan Lucas, como Superior de ese nuestro convento de Gnova, con revocacin de los dems Superiores. l le referir a usted lo
que ha tratado con el Seor Cardenal; empleen toda diligencia, portndose con toda
amabilidad con los revoltosos, para que reconozcan su error y se humillen, que es el
camino ms seguro333.
El santo pide que en la provincia obre as un superior: Usted conoce por experiencia las tribulaciones a las que estn sometidos los Superiores; por eso es necesario que tenga mucho nimo, espere la ayuda divina y sepa valerse del talento de los
sbditos, tratando a los buenos con amabilidad, y a los obstinados con la mortificacin
necesaria334.
Se queja a un superior porque escucha que no atiende a sus sbditos con amor
de padre335, y a otro pide que el P. Miguel sea amable con todos: Procure tambin que
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EP 1396.
Cf. EP 1424.
EP 2035.
EP 3542.
EP 3614. Cf. EP 2223.1., 2539, 2669, 2797.
EP 3660.
EP 4064.
Cf. EP 1381.
EP 3238.
EP 3196.
Cf. EP 3931.
202
el P. Miguel sea amable con todos y tambin V. R., no permitiendo que los Hermanos
sean maltratados con palabras o con hechos, sino tratados con caridad para que cada
uno desempee su oficio con toda diligencia, pues tan necesarios son en nuestra
Religin los Hermanos como los Clrigos y Sacerdotes, dado que todos forman un
cuerpo y no debe decir uno a otro no tengo necesidad de tus obras (1 Cor 12, 21),
sino que en santa paz y con gran mrito trabaje cada uno segn sus talentos por puro
amor de Dios336.
Finalmente, el superior ha de tratar con caridad y amor las cosas de gobierno337.
5. El Instituto. La obra de las Escuelas Pas comenz con gran perseverancia y
amor: Por eso, le hago, para cautela y seguridad suya, la presente escritura y folio,
firmado por mi propia mano. Y puesto en l tambin el sello de nuestra Congregacin, quiero que valga como un documento formal de la Cmara Apostlica; porque
ha trabajado en este lugar desde el principio en que comenz esta bendita obra de
las Escuelas Pas, con grandsima perseverancia y amor338. Por eso Calasanz quiere
corresponder con amor a los que muestran afecto a la Religin339. A los que profesan
afecto a la Religin, hay que tratarles con caridad: Ah va el Sr. Mario Arconio para
trazar la planta de la iglesia y oratorio y ver dnde estar mejor. Procure que se le
trate con todo el cario posible, pues la caridad y amabilidad que muestra por nuestra
Religin merece mucho ms de lo que se le pueda hacer340.
El santo manifiesta alegra cuando alguien ama a la Religin341, y lo contrario a
quienes muestran poco amor a ella: Oigo tambin que mandan a Roma al H. Juan
Bautista de la Estrella, con lo cual muestran poca prudencia y poco amor a la Religin,
pues mandan a Roma a sujetos que les parecen inquietos o poco tiles para sus casas,
mientras que en Roma tendran que estar los sujetos de mayor virtud y prestancia de
toda la Religin342. Por eso pide que mantengan el Instituto por puro amor: Ser para
m una satisfaccin que V. R., con la prudencia y el crdito que tiene ante m, mantenga ah el Instituto por puro amor y gloria de Dios, y si de aqu se escribe algo contrario
al buen gobierno y observancia del Instituto con el fin de conturbar los nimos por ah,
no lo crea, pues si algo ocurriere de nuevo se lo comunicara343; y que tengan amor
y proteccin a la Obra: Sin embargo, habindome estos Padres, invitados por V.S. a
Roma, insistido en su deseo de que se contine por nuestra parte en el servicio de
esa Ciudad, y en la amabilidad y proteccin de usted hacia esta obra, le suplico humildemente se sirva pensar en el modo ms expedito y fcil que se pueda encontrar,
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340
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342
343
EP 3990.
Cf. EP 3208.
EP 25.5.
Cf. EP 56 a.
EP 407.
EP 1976.1.
EP 2798.
EP 4439.
203
para que se consiga cuanto arriba he indicado, como tambin nosotros procuraremos
hacer aqu, no slo con oraciones, sino tambin con deliberaciones entre nosotros,
y con el Emmo. Seor Protector, ante el que yo paralizar la renuncia, y prolongar la
dispensa344.
6. Religiosos. Respecto a los religiosos, Calasanz quiere que no se muestre a los
nios afecto especial, sino igual a todos345. Por otra parte hay que pasar por las dificultades con amor: Pero como todas las cosas estn gobernadas por Dios con suma
providencia y son entendidas por pocos, es necesario pasar por ellas por la fuerza o
por amor. Pero es mejor estar siempre dispuestos y tomar de la mano del Seor cuanto nos suceda, como lo mejor ordenado para nuestro bien346. Si uno es sacerdote y
se conoce, debe admitir que el superior corrige sus imperfecciones ms con amor que
con superioridad: El P. Diomedes demuestra no estar a gusto en esa casa de Crcare.
Puede ser que V. R. no use con l aquellos procedimientos que como padre y Superior
debera usar; pues aunque l tuviera alguna imperfeccin, siendo sacerdote, se le debe
advertir en privado ms con amor que con superioridad347.
El religioso se ha de mostrar amable con los seglares: Procure mostrarse amable con todos los seglares, para que vean que se les sirve a gusto348; obrar bien si
trata con amabilidad a los dems349, y ha de saber que el remedio en ciertas cosas se
logra ms con la pena que con el amor aunque parezca raro: A fin de que se ponga
remedio con la pena, ya que con la amabilidad no quieren corregirse, escribir ahora
sobre el particular a dicho P. Provincial350.
Con el conocimiento que tiene el santo de las cosas, pide a sus religiosos que no
reciban nada de nadie, porque luego hay que corresponder con amabilidad: Todava
me gusta menos que acepten regalos, porque despus surge el deseo de corresponder a las atenciones (amarevolezze) recibidas351. Ms bien hay que manifestar el amor
que se tiene a la pobreza352 y usar diligencia y amor en casa353.
Segn Calasanz el amor facilita soportar las fatigas354, y hay que volver al camino de
la observancia ya que no basta el amor: para volver al camino de la observancia, puesto
que no basta el camino del amor, es necesario probar este otro, que es tambin camino
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EP 3997.
Cf. EP 15.1.
EP 380.
EP 1084.
EP 92.
Cf. EP 763.
EP 1085.
EP 1951.
Cf. EP 2190.
Cf. EP 2828.
Cf. EP 2859.
204
de amor, porque se busca su bien355. Hay que ayudar con amor a los hermanos cuando
lo necesiten para tener mayor mrito356, y hay que corresponder con amor al amor que se
recibe: Son tan frecuentes y grandes los relatos que esos Padres mos, que han conocido
y tratado con Su Seora Ilustrsima, me hacen de los favores y gracias que de su benignidad, liberalidad y magnificencia reciben continuamente, y del afecto extraordinario que Su
Seora Ilma. muestra hacia nuestra mnima Orden, que me han puesto a m en la obligacin, que soy Superior de ella, de acudir con la presente a exteriorizar a Su Seora Ilma.
la reciprocidad que yo y toda mi Orden debemos hacia su Ilustrsima persona; porque, en
efecto, seramos con razn acusados de especial ingratitud para con Dios y los hombres,
si, mientras somos tan amados por l, no correspondiramos con el mismo amor357.
Los religiosos han de renovar el amor que tienen entre s358. Por otra parte, todos
los religiosos han de purificar la intencin y reducirla al gran amor de Dios: Mi deseo
es que usted procure, como creo que lo hace y har, purificar siempre su intencin, y
reducirla al puro amor del Seor, del cual continuamente recibir mayor luz359; la ordenacin sacerdotal ha de acrecentar el amor que se tiene a Dios: Por este correo he
recibido una carta suya, con la noticia de que se ha ordenado de sacerdote. Me alegra
mucho, porque con tal realidad crecer en el conocimiento del amor de las cosas espirituales y eternas, y se har ms idneo para ayudar al prjimo in utroque homine360.
La caridad del santo se manifiesta una vez ms en que pide que se le trate bien
al P. Cherubini, no obstante sabiendo l muy bien quin era Cherubini y cmo se ha
comportado: Estar ah el P. Esteban para visitar el estado de esas dos casas. V. R.
mustrese muy amable con l y aydele en lo que ocurra sobre la visita361.
7. Las escuelas. El santo quiere que los religiosos sean amables con los escolares: En cuanto al P. Octavio, espero que har cuanto V. R. le ordene y que ser
amable y diligente con sus alumnos y les tendr contentos362; enseen por amor de
Dios: Animen de parte ma al hermano Alejandro para que ensee con solicitud lo que
sabe; adems, que lo haga por amor de Dios, el cual, si tiene paciencia, le consolar
abundantemente363, y han de mostrar con todos los alumnos la misma amabilidad: y
pues las escuelas son nuestro Instituto atiendan todos con mucha caridad, y ms bien
se falte en otras cosas de casa que en la atencin a las escuelas y advierta a todos que
usen con todos igual amabilidad sin mostrar a nadie afecto particular364.
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EP 2960.
Cf. EP 3146.
EP 3727.1.
Cf. EP 3984.
EP 4445.
EP 4203.
EP 3534.
EP 362.
EP 1672.
EP 1713.
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EP 2119.
Cf. EP 154.
EP 1655.
EP 2858.
EP 4182.
EP 2467.