Mujeres Que Cuentan
Mujeres Que Cuentan
Mujeres Que Cuentan
guatemaltecas o no, la crtica ha sido exigua.' As, despus del esbozo de este primer
horizonte se esperara un enriquecimiento de la bibliografa sobre el tema.
simpaticen o se adscriban a corrientes varias de liberacin femenina. Las mujeres actualmente gozan ya de una mayor y relativa igualdad de derechos con el hombre,
fruto en gran parte de los movimientos feministas que se inician en Guatemala en los
crculos intelectuales, alrededor de finales de los sesenta. Pero tambin, como efecto
del conflicto blico ysus consecuencias que vinieron a alterar brutalmente los patrones
familiares.
La produccin narrativa de parte de mujeres guatemaltecas -como sucede
con otros gneros como la novela, el teatro, el ensayo, la autobiografa- ha sido ms
escasa si se compara con la produccin potica, que cuenta con una larga tradicin y
posee corrientes definidas. Probablemente, desde un principio y hasta la primera mitad del siglo XX aproximadamente, la poesa constituy para el conservador ambiente
guatemalteco, un recinto privilegiado o idneo para la confesin intimista de tipo
lrico, espacio concedido a la "sensibilidad -o sensiblera- estereotipada de las mujeres."
Por supuesto que hubo excepciones de notable calidad esttica y tambin quedan
registrados elusivamente en los intersticios del tipo de discurso intimista temas como
el erotismo y la opresin femenina y menos frecuentemente, la denuncia social, que
irrumpiran abiertamente en la dcada de los setenta.
Por el contrario, la narrativa breve escrita por mujeres constituye un fenmeno reciente, que puede explicarse tanto por razones histricas como sociales yculturales. Particularmente, en la historia guatemalteca contempornea, los factores de
tipo poltico han condicionado la vida de todos los habitantes, directa o indirectamente. No se vive una guerra sin sufrir sus consecuencias -sea dentro de las fronteras o el
exilio-, y las heridas profundas dejan largas secuelas. As, al hablar de la literatura
guatemalteca, es imposible no hacer referencia al fenmeno de la guerra civil que
lacer el pas durante aproximadamente 36 aos, desde 1960 hasta 1996, as como al
de la posguerra. Yque conden a muchos escritores que permanecieron en tierra
guatemalteca al silencio, la evasin, la alusin o bien, la temerariedad. En cuanto al
tipo de gnero y registro, la narrativa desde esa perspectiva conservadora, estaba considerada como una escritura menos "femenina", es decir ms propia de la mentalidad
racional tradicionalmente atribuida al hombre -el sujeto pico por excelencia de acuerdo
1950) YArbenz 0951-1954)- se derrumb por una invasin financiada por los Estados Unidos en 1954.
Posteriormente, Guatemala va cayendo en una guerra cruenta y sorda,
pero sobre todo no declarada, entre la insurgencia armada y el gobierno, que desemboc en represivos gobiernos militares. Es slo a mediados de los ochenta, con el regreso de los civiles al gobierno cuando el pas inicia la lenta recuperacin del sistema
democrtico. El conflicto armado terican1ente finaliza con la Firma de los Acuerdos
de Paz en 1996, aunque las causas que dieron origen a dicha contienda no hayan sido
solucionadas adecuadamente hasta la fecha. Por otro lado, se ha conformado en Guatemala una particular posrnodernidad que abarca horizontalmente sujetos y tiempos
dismiles, pero que innegablemente se refleja en la vida catica urbana, un pseudoneo liberalismo, el colapso de los proyectos utpicos y la insercin -aunque tercermundista-en la aldea global ysu mercado por medio de tecnologas que contrastan con la
persistente miseria y el atraso.
Desde los inicios, como hemos ido explicando, la situacin de la mujer
guatemalteca ha sido particularn1ente marginalizada -o hipennarginalizada como
en el caso de la mujer indgena- por razones histricas y culturales, muy largas de
enumerar, que han conformado una estructura patriarcal ultraconselVadora, enrazada
en un poder central autoritario yesclertico, que bajo diferentes ropzjes ha resultado
casi siempre ser igualmente opresivo hacia la mujer. Limitndonos a la historia reciente, ni siquiera durante las administraciones de los gobiernos revolucionarios de
mediados del siglo pasado, la mujer goz realmente de una situacin igualitaria a la
del hombre. Aunque gan espacios en reas como el magisterio, el liderazgo sindical,
la proteccin a la maternidad yla infancia, e inici a insertarse en el campo del trabajo,
estudio y diferentes oficios y profesiones, los estereotipos eran difciles de extirpar.
La Revolucin innegablemente principi a propiciar estos cambios mediante leyes e
del Pensativo, muy ligada a los movimientos feministas. Las revistas donde pueden
encontrarse textos de narrativa de mujeres son principalmente: Revista de la
Universidad de San Carlos, ltl Ermita y Magna Terra.
Archipilago de escrituras
Guatemala no escapa del peligro que la gIobalizacin imprime al fenmeno esttico: en el fondo, es el mercado quien decide y generalmente la extensin yel
acceso a los textos no siempre va en proporcin a la profundidad de los mismos. Esto
vale para la literatura escrita por mujeres que corre el peligro de ser condicionada por
el gusto masivo ligbt, al que muchas editoriales responden con narrativa epidrmica,
avalada por un tipo de crtica dem en algunos suplementos, revistas, academia y
grupos de opinin.
No es posible hablar todava de corrientes y lneas definidas ydefinitivas en
10
muerte. La visin casi en todos los textos, sea el tipo de universo simblico que sea,
usualmente es pesimista, tenebrosa, sobre todo en algunas de las ms jvenes. Dems
est decir que la figura del hombre es, como mnimo, inquietante. Entre el anhelo yel
exorcismo.
De la justa agresin a la jubilosa transgresin
La narradora guatemalteca ha sufrido un proceso que va de ser agredida a
agresora. De la opresin y la represin, a la expresin de esta condicin marginal. La
revelacin que el condicionamiento de gnero le ha sido impuesto con alevosa yventaja frecuentemente ha implicado para muchos personajes de estos textos narativos
intemalizar la propia opresin y, eventualmente, apoderarse del discurso masculino
para fracturarlo. Durante el proceso de liberacin para alcanzar la auto realizacin la
escritora ha ido demoliendo estereotipos irreales e irrealizables en el momento histrico actual. El ataque se ha dado frontalmente en dos campos fundamentales: el cuerpo y la voz. Estas autoras han textualizado su cuerpo, liberndolo de prejuicios para
convertirlo en territorio ertico regido por sus propias leyes. Yexpresado libremente
rompiendo los cnones estrechos a los cuales tradicionalmente haba reducido la
centralidad a la escritura femenina. Desconstruyendo. Yconstruyendo a partir de la
mudez, revelando la densidad de las precedentes elusiones, eufemismos, ydando sentido a los vacos ysigilos.
Estas narradoras, entonces, han asumido una tarea iconoclasta en sentido
paradjicamente constructivo. Nombran, dan voz a su experiencia ya su grupo. Como
sucede al principio, son voces extraas, discordantes, pero tienen la fuerza de la justa
transgresin. Desbrozan su propia imagen ysta les revela que nunca va a estar concluida, sino siempre transformndose. Es una escritura inaugural yde resistencia simultneamente. Requiere coraje e imaginacin para evitar erigirse en nuevos
paradigmas didactizantes, para transmitir una visin indita y lcida -pesimista,
pero tambin irnica- que ofrece perspectivas sobre futuras formas de ver, registrar y
expresar el universo. La transgresin es jubilosa porque no finaliza en la destruccin
anrquica del canon, sino que se reapropia de l y lo refuncionaliza asu sabor yantojo
11
para develar zonas ocultas. Trata de ir ms all del legtimo dolor ydel casi inevitable
victimismo.
As, la escritura de las narradoras guatemaltecas no es monocorde, sino
mltiple, ambigua, heterognea. Revela polifnicamente la presencia de las ausencias y los sonidos del silencio.
12