Francisco Pacheco: Sus Obras Artísticas y Literarias.
Francisco Pacheco: Sus Obras Artísticas y Literarias.
Francisco Pacheco: Sus Obras Artísticas y Literarias.
FRANCISCO PACHECO:
SUS OBRAS ARTSTICAS Y LITERARIAS,
ESPECIALMENTE
APUNTES
QUR PODRAN SERVIR DE INTRODUCCIN ESTE LIBRO,
SI ALGUNA VEZ LLEGA PUBLICARSE.
POR
SEVILLA:
Imprenta: Litografa y Librera Espaola y Extrangera
de D. Jos Af.a Geofrin. Sierpes 35.
1867.
//.,
No se vende.
wm.
I.
INCONVENIENTES Y DIFICULTADES DE ESTE
TRABAJO.
6
no habria lugar donde no se tropezase
con alguna .
Cierto es en verdad. En Espaa mas
abundan las hazaas que los escritores ,
como decia el sabio jesuita. Ignranse
los hechos de muchos varones dignos de
eterna memoria, con ser tantos, que al
reunirlos, dejaramos muy atrs, en este
concepto, la historia de todas las na
ciones .
Y tan es as, que el autor de estos
apuntes ha tenido en mas de una oca
sion el pensamiento de recojer en un
libro cien aos de la historia de Espaa,
desde principios del siglo XVI iguales
aos del XVII ; perodo brillantsimo que
comenzaria en el cardenal Jimenez de
Cisneros y en Hernan Corts, y acaba
ria en Diego Velazquez de Silva ; y que
desde el Emperador Crlos V y el Gran
Capitan y con Leiva, y Pescara, y Die
go Garca de Paredes y el gran Duque
de Alba, encerraria miles de nombres
7
ilustres y de asombrosas hazaas , abra
zando en un magnfico cuadro los con
quistadores de un mundo nuevo, con el
creador del Ingenioso hidalgo D. Quijo
te, y con los poetas dramticos que hoy
son la admiracion del orbe literario.
Grandiosa poca aquella que pro
dujo al lado de un Hernan Corts un
Garcilaso; junto Gonzalo de Crdoba
y D. Juan de Austria, un Fernando de
Herrera , un Lope de Vega y un Cervan
tes; y con Calderon y Juan Martinez
Montaez Velazquez y Murillo ! No
creo tenga nada que envidiar los lla
mados siglos de Pericles , de Leon X
y de Luis XIV.
Terminando ya esta digresion, naci
da de la ndole misma de nuestro traba
jo, ocupmonos de la vida del sabio pin
tor FRANCISCO PACHECO.
Todas los dificultades que se han en
contrado para las biografas de nuestros
grandes hombres, las hemos tropezado
8
al investigar la de PACHECO. Por esta ra
zon no las referimos. Recuerden los lec
tores cuanto acerca del estado de nues
tros archivos , incuria de los antiguos,
y otros inconvenientes, hayan leido en
obras nacionales y estranjeras, y tngan
las por dichas en este lugar.
No hemos podido encontrar hasta
hoy la partida de bautismo de FRANCIS
CO PACHECO.
Hemos sospechado, y con algunos
fundamentos, que mas adelante van es
puestos, que el ilustre pintor no era hijo
de Sevilla, como se supone. Quiz por
esta razon hayan sido intiles nuestros
afanes.
Tampoco se han encontrado las de
su casamiento , ni la de bautismo de su
hija Doa Juana; ni aun la del entierro
del artista, que es mas estrao todavia,
habiendo fallecido despues de mediado
el siglo XVII, en el ao de 1654, al de
cir de sus bigrafos.
IO
11
.'
12
"MANUEL URIBE."
14
el tomo 71 de varios de la Biblioteca
colombina, que contiene opsculos in
ditos de PACHECO, y hasta las firmas
de sus cuadros, aprovechando las fe
chas que en alguno que otro dej es
tampadas.
No arrojan mucho de s los medios
indicados; pero tampoco hemos querido
seguir en nada lo dicho por los ante
riores bigrafos. El lector puede tener
la seguridad, de que en esta reducida
biografa no hay un solo dato, que no
haya sido minuciosamente comprobado
por el colector.
II.
PACHECO Y SU FAMILIA.
15
Ambos asertos necesitan alguna de
mostracion, cuando se ha venido repi
tiendo que PACHECO vi la primera luz
en Sevilla, en 1571.
En cuanto su edad, en pocas de
terminadas, tenemos un dato irrecusa
ble, sus propias palabras.
En el Libro de descripcion de verda
deros retratos, dice, en el Elojio de Fray
Juan Bernal, que estaba en lo mejor de
sus estudios, cuando este lo eliji para
pintar los cuadros del claustro de la Mer
ced. Estos cuadros se concluyeron el
ao de 16oo, segun la fecha de uno de
ellos y lo que l mismo asegura en el
Arte de la Pintura. Muy jven debia
ser en aquella poca.
En esta obra, publicada en Sevilla en
1649, dice (lib. 3. cap. u). Servirn
mis avisos de saludables consejos en 10
aos de edad. Por mucho que quiera es
tirarse la frase, esos eran los aos que
contaba PACHECO cuando la escribi'
.-
16
porque no dice ni mas de 70 aos, ni
cerca de 70 aos, sino llanamente en 10
aos de edad. La licencia del ordinario
para la impresion del Arte de la Pintura,
lleva la fecha de 24 de Diciembre de
1641; y de aqu han deducido la edad
del autor sus bigrafos; pero no es crei
ble que PACHECO dejase sin revisar y cor
regir ese captulo y otros , cuando llev
cabo la impresion, ocho aos despues
de la licencia.
Otro dato existe tambien en el men
cionado Libro de retratos. Cuenta PA
CHECO, que en 14 de Abril de i58j, mu
ri el P. Rodrigo lvarez, de la com
paa de Jesus. ''Acudi su entierro,
(donde me hall) innumerable gente"....
dice el pintor; y luego aade: " cuyo
retrato
hize entonces estos versos ju
veniles atendiendo mas la devocion
que la elegancia."
Nacido en 1573 574, segun mi opi
nion, contaba solo 14 aos en el de 1587.
'7
En cuanto al lugar de su nacimiento
no har mas que algunas observaciones.
Son pruebas negativas, pero, mi ver,
de mucha fuerza.
Por FRANCISCO PACHECO, vecino de
Sevilla, dice en la portada el Arte de la
Pintura, publicado, segun hemos dicho,
en 1649. En la comision, que el Tribu
nal de la Inquisicion le despach, para
que cuidase del decoro de las pinturas
sagradas , su fecha 7 de Marzo de 1 6 1 8,
se le dice "vecino desta ciudad, pintor
"escelente i Ermano de Juan Perez Pa"checo, Familiar de este Santo Oficio."
Segun testimonios no contradichos
hasta hoy, el cannigo Francisco Pa
checo, tio carnal del Pintor, era natural
de Jerez de la Frontera. Hago esta in
dicacion, porque me parece que tal cir
cunstancia unida la de hablarse con
repeticion de su vecindad, y nunca de
su naturaleza , concurre demostrar que
no vino al mundo en la ciudad de Sevilla.
18
Podemos aadir otra prueba, aunque
tambin negativa. En el Libro de retra
tos se contienen cuarenta y cuatro Elojios, y entre estos veintisiete se refieren
hijos insignes de la ciudad de Sevilla.
Todos principian diciendo, en sustancia,
que aquel hombre ilustre naci para hon
rar la ciudad donde vi la luz primera,
y en ninguno dice el autor que l tam
bien vino al mundo en ella. En un hom
bre como PACHECO es muy significativo
este silencio.
A favor de su nacimiento en Sevilla
nada hay tan directo como un soneto
de D. Francisco de Medrano, y una
silva ArilfUUti, $D. Francisco de Quevedo.
El soneto, en alabanza del retrato
del Dr. Luciano de Negron, Arcedia
no de Sevilla, pintado por PACHECO, em
pieza as:
"Este breve retrato, los mayores
"Dos varones, que al mundo di Sevilla
21
22
23
Diego Velazquez
24
25
26
27
28
3o
DA JUANA PACHECO
Cuadro pintado por Veazquez
se cree retrato de su r
31
gura por constante tradicion, que es el
de la esposa del artista Doa Juana Pa
checo.
La doctrina, el juicio de FRANCISCO
PACHECO, y la slida piedad que tales
dotes unia , fueron parte que el celoso
Tribunal de la Inquisicion, queriendo
ejercer alguna vijilancia sobre los abu
sos, que artistas adocenados se permi
tian al pintar las imgenes de los santos ,
le diese comision en 7 de Marzo de
1618, para que mirase y visitase los cua
dros de asuntos sagrados que se esponian
en lugares pblicos.
PACHECO transcribe en el Arte de la
pintura parte de esa cdula de comision,
y creemos un dato curioso el consignarla:
"Por tanto por la satisfaccion que te
jemos de la persona de FRANCISCO PA"CHECO, vecino desta ciudad, pintor exe"lente, i Ermano de Juan Perez Pache"co Familiar deste Santo Oficio: i tenien
do atencion su cordura i prudencia,
32
33
entonces cuestionable, hoy artculo de
fe; al lado contrario militaban con las
dems rdenes Relijiosas, el pueblo con
sus poetas y los hombres piadosos, da
dos antes al sentimiento que la discu
sion.
Si Miguel Cid, poeta sin letras hu
manas, y que al coro de las Musas pone
espanto, segun la espresion entre agra
dable y zumbona de Miguel de Cervan
tes, se hacia popular con sus sentidas y
fciles redondillas; la pluma de PACHE
CO tampoco podia permanecer muda, y
en terreno mas elevado que el de Mi
guel Cid, terciaba tambien el pintor en
tan acalorada contienda.
Su Conversacion entre un Tomista y
un congregado acerca del misterio de la
Pursima Concepcion, no se ha impreso
nunca, que sepamos. Lleva Dedicatoria,
la venerable hermandad de la Santa
Cruz en Jerusalen, en San Antonio Abad,
fecha 1. de Enero de 162o: y aproba
34
cion del Padre Pascual Ruiz, de la Com
paa de Jesus, del 17 de Marzo.
Obligado se vi nuestro PACHECO, en
el ao de 1622 salir la liza en com
bate bien diferente.
Tratbase de un litijio con el famoso
escultor Juan Martinez Montaez, que
habiendo cobrado una crecida suma por
ciertas esculturas, di escasa remunera
cion al pintor que se las estof y pint.
Parece que hubo acaloradas cuestiones,
y PACHECO escribi un erudito papel, en
careciendo y demostrando la superiori
dad de la Pintura sobre la Escultura. De
dicle los Profesores de su arte , y no
ha llegado publicarse hasta hoy.
Otra cuestion, tambien de cierta, gra
vedad, aunque de ndole muy diferen
te, movi PACHECO tomar la pluma ,
nada menos que contra el docto Don
Francisco de Quevedo y Villegas.
Desde tiempos muy antiguos , remon
tndose hasta la primera predicacion de
35
la divina palabra en Espaa, y despues
la sobre-natural aparicion en Compostela ( Campus Apostoli) era tenido San
tiago por especial patrono y defensor de
las Espaas. Nuestros piadosos abuelos,
debieron su ayuda y amparo sealadas
victorias, y la inolvidable de Clavijo. El
nombre del Santo Apstol era el grito de
guerra de nuestros ejrcitos.
Canonizada la reformadora del r
den del Crmen, Doa Teresa de Cepeda
y Ahumada, y puesta en los altares con
la advocacion dulcsima de Teresa de
Jesus, se la di el compatronato, motivo
entonces, y mucho tiempo despues de
graves altercados.
Quevedo, valiente y arrogante, lleno
del espritu de los antiguos espaoles,
escribi primero un docto Memorial, y
ofreci luego Su espada por Santiago;
PACHECO, piadoso y entusiasta le contes
t, moderada y ljeramente en un papel
que tampoco se ha impreso nunca.
--
36
3?
III.
CUESTIONES GRAVES.
-
38
Eres umana i frg1l hermosura
la mesclada rosa semejante,
que alegre se levanta en la luz pura,
Pero, buelta la vista, en un instante
cunto cambia el azul el puro cielo,
las hojas trueca en plido semblante.
Yaze sin onra en el umilde suelo;
quin no v en esta flor el desengao?
que abre, cae, seca el Sol, el viento, elyelo . "
Supnese al leer esto que PACHECO es
taba en Roma, cuando envi la epstola
D. Juan de Juregui: y creemos que el
prrafo transcrito, aunque de sentido un
tanto anfibolgico, dice precisamente lo
contrario: PACHECO, estando en Sevilla,
envi esa epstola su amigo que se halla
ba en Roma.
No hemos visto hasta ahora, ni creemos
que la haya, prueba justificativa de que
FRANCISCO PACHECO saliese de Espaa
perfeccionar su educacion.
Dos viajes hizo Madrid; y de ambos
dej abundantes noticias en su libro ci
39
tado del Arte de la pintura.
Fu el primero de ellos en el ao de
1611, y son dignas de saberse las cir
cunstancias de este viaje artstico, por
que seala una profunda variacion en el
estilo de PACHECO, un gran adelanto en
su carrera.
Conoci en Madrid y trat Vicente
Carducho, pintor escelente y erudito. El
mismo Carducho dej un recuerdo de
su amistad en la obra que intitul Di
logos de la Pintura, impresos en Madrid
por Francisco Martinez en 1633.
Alflio 55 vuelto dice:
"Disc: Con un amigo que lo era de
"Bartolom Carducho, tanto, que
"siempre que me v, refiere la poca
"suerte que tuvo; y dxome de unos
"versos que hizo su retrato FRAN
CISCO PACHECO, sugeto mui cono"cido por ingenioso y erudito Pintor,
" quien los profesores destas Artes
"deben mostrarse agradecidos, pues
40
42
4?
Sevilla y hoy conservan sus sobrinos, he^
rederos de su apellido y fortuna, as co
mo de su esquisito gusto artstico.
Es una tabla como de tres pies escasos
de alto por dos de ancho; representa la
calle de la Amargura, y tiene esta fe
cha y firma: FRANCISCO PACHECO FECIT.
AO 1 5 8.9-,
Para calificacion de su mrito y estilo
nicamente diremos, que el Sr. Cepero
tuvo cubierta con una tarjeta, durante
mucho tiempo la firma del precioso cua
dro,, y as lo mostraba los muchos estranjeros intelijentes que visitaban su co
leccion. Hubo quien lo estim la mas
perfecta pintura de Luis de Vrgas; quien
lo juzg obra de Julio Romano; algunos
hasta llegaron creerlo del mismo Ra
fael. Tal es la correccion de su dibujo,
lo perfecto de su ejecucion.
PACHECO en 158g, tenia quince aos
poco mas. Conocemos obras suyas fe
chadas y firmadas en 15gg, en 16o0, en
>-
44
16n, cuando la edad y los estudios ha
bian perfeccionado su injenio, cuando su
mano estaba mas segura y ejercitada.
Ninguno de sus lienzos llega, ni aun de
lejos, competir con esa calle de la
Amargura fechada en 158g.
Es esto posible? Y si no lo es quin
fu el autor de ese cuadro? Por qu lle
va el nombre de FRANCISCO PACHECO?
Mil conjeturas se han formado, y todas
ha sido preciso desecharlas, unas en pos
de otras.
Apuntaremos una solamente, que re
siste algo mas el anlisis; pero sin preten
der ni aun remotamente, darla viso al
guno de certeza.
Hombre muy docto, de educacion es
meradsima, de talento nada comun, y
de esquisito gusto, era el cannigo Fran
cisco Pacheco, tio carnal del pintor, que
se form su lado, segun dejamos dicho.
Pintaba tal vez el cannigo desde su ju
ventud, aunque solamente lo hiciera por
45
aficion y recreo? Recibiria lecciones y
consejos del eminente Luis de Vrgas,
cuando este regres Sevilla, despues de
haber estudiado profundamente en Italia
con Perin del Vaga, y en las obras de
el mismo Rafael de Urbino? Empren
derla entonces esa calle de la Amargura
bajo la direccion de Vrgas? Concluiria
este y perfeccionaria el cuadro?
De este modo se esplicaria la firma
que dice Francisco Pacheco, en castella
no, cosa que jams hizo nuestro pintor;
y se esplicaria tambien esa fecha, que
convendria mejor la edad avanzada
del cannigo, que la juvenil de su so
brino.
No aspiramos decidir la cuestion. La
hemos planteado, y hacemos votos por
que otros mas felices con mejores da
tos, nos den la palabra que sirva para
descifrar ese, que para nosotros es un
enigma.
46
IV.
NOTICIAS DE LA ECSISTENCIA Y OBJETO DEL
LIBRO DE RETRATOS.
47
dre Valderrama, se escuch en aquella
artstica sociedad la lectura de Rinconete
y Cortadillo , de alguno de los Descan
sos del Escudero Mrcos de Obregon;
tras de una oda de Fernando de Herrera,
se leeriian all algunos picarescos refranes
glosados por el Maestro Mal-Lara, al
guna zumbona letrilla de Baltasar del
Alcazar de D. Juan Salinas y Castro.
FRANCISCO PACHECO al ver llegar su
reunin tantos varones notables, tuvo la
feliz idea de irlos retratando unos des
pues de otros; y la delicada atencion de
aadir cada imjen un resmen elojio, en el que daba noticia de la vida y
de las obras del personaje.
De este pensamiento que comenz
poner en ejecucion siendo todavia muy
joven, en el ao 15gg, y que prosigui
constantemente por mas de cincuenta
aos, dej noticia bastante clara y cir
cunstanciada en su citado libro del Arte
de la pintura. Habla en l doctamente
48
de las cualidades de los retratos, cita c
lebres artistas y valientes cuadros, y aa
de, (pg. 437.) "Har memoria de los
"mios, de lpiz negro i roxo (si es per''mitido) tomando por principal intento
"entresacar de todos hasta ciento, emi"nentes en todas facultades; hurtando
"para esto el tiempo que otros dan re"creaciones: peleando por vencer las di"ficultades de luces i perfiles, como en
tretenimiento libre de obligacion: bien
"pasaran de ciento i setenta los de hasta
"aqu, atrevindome hazer algunos de
"mugeres. De su calidad podrn hablar
"otros cuando desaparezcan estas vana"s
Asombras."
Por comentario estas palabras del
autor, debemos hacer algunas lijeras in
dicaciones.
Era el Libro de descripcion de verda
deros retratos, la obra predilecta del doc
to y concienzudo PACHECO: l destina
ba los retratos mas sobresalientes, los.
49
de personajes mas notables. Peleaba el
autor por vencer en sus dibujos dos
lpices las graves dificultades de la luz y
las sombras: y convencido y satisfecho,
as del mrito artstico de su trabajo, co
mo de la gran importancia que alcanzaria andando los tiempos, se sometia al
fallo imparcial inapelable de la poste
ridad.
Con cunta modestia y sencillez se
queja el eminente artista de las injustas
censuras con que le abrumaban sus con
temporneos! Tal decia, que mal podria
PACHECO haber enseado Velazquez,
valiendo tanto el discpulo y tan poco el
maestro; tal otro le criticaba su escesiva
severidad en el dibujo, y la poca riqueza
de colorido, escribiendo los pies de un
crucifijo pintado de su mano, aquella
conocida redondilla:
Quin os ha puesto, Seor,
Tan descarnado y tan seco?
5o
Vos me direis que el amor,
Y yo digo que PACHECO.
51
distinguido lugar) segun lo dicen clara
mente las palabras con que comienza el
Elogio. Dicen as:
"Aviendo de dar principio esta obra,
"fu necesario para la calificacion, auto"ridad, i conservacion della (pues avia
"de ser una general descripcion de me^'morables varones) que empezase por el
"gran Monarca Don Felipe de Austria
"segundo deste nombre, felicissimo Rei
"de Espaa, i Seor nuestro, que la
"sazon reinava."
Animado con esta idea, traz la por
tada de su obra al ao siguiente de la
muerte del Monarca, y le di ttulo.
Figura un elegante medallon, sobre el
cual tiende sus alas la Fama: los la
dos Hrcules y Csar, reputados funda
dores de Sevilla: en la parte inferior, un
anciano apoyado sobre la urna, y al otro
lado una matrona hermosa coronada de
torres, con un perro (signo de fidelidad)
echado sus pies, y algunos nios. El an
52
FRANCISCO PACHECO.
EN SEVILLA
53
dicador agustiniano Frai Pedro de Valderrama, que entre otras obras escribi
unos Ejercicios espirituales para todos
los das de la Quaresma, que se publica
ron por primera vez en Sevilla en 16o2.
Multiplicronse las ediciones de esta obra,
acojida con estraordinaria aceptacion, re
pitindose en Barcelona, Zaragoza y Lis
boa, y ya en el ao 1 6 1 1 , se prepar por
Juan Garca, mercader de libros de Sa
lamanca, una buena edicion en flio, que
se estamp en las prensas de Francisco
de Cea Tessa. A esta edicion acompa
por primera vez (y nica que sepamos)
el retrato del eminente orador, dibujado
por FRANCISCO PACHECO y grabado por
Francisco Heylan, copiado exactamente
del que aquel habia hecho para su Libro.
D. Juan A. Cean Bermudez vi este
grabado fuera de su lugar, y habl de
l en su Diccionario de los profesores de
bellas artes, en la vida de Heylan, como
retrato de un relijioso agustino sin nom
4
54
bre, porque en efecto no lo tiene en la
lmina.
Amigo y admirador de Fernando de
Herrera, verdadero Maestro de la escue
la sevillana, y astro brillante cuya luz se
difundia por toda Espaa, quiso PACHE
CO honrar su memoria reuniendo en un
cuerpo sus mejores composiciones; que
no le satisfacia por lo diminuto, el vol
men que en vida de Herrera (1582) se
public, y en el que tal vez por buenos
respetos,, por escrpulos del autor se
habian omitido muchas poesas, que es
taban punto de perderse, corriendo en
psimas copias entre los aficionados.
Public PACHECO su edicion en Sevi
lla, impresa por Gabriel Ramos Vexarano, en el ao 1619; y la ilustr con un
lijero prlogo y un precioso soneto, y
con el retrato del celebrado vate andaluz.
Hoy que, por fortuna, podrn cono
cer los eruditos una gran parte del Li
bro de retratos, entre los que se conser
55
van el de Frai Pedro de Valderrama y
el de Fernando de Herrera, se puede
asegurar que PACHECO tom de aquel
Libro ambos retratos, reducindolos la
escala que necesitaban las ediciones
que habian de acompaar.
Vehementes sospechas tengo, de que
tambien se publicase en vida de PACHECO
el retrato del Padre Luis del Alcazar,
docto jesuita, tio del festivo poeta Balta
sar, y me induce creerlo as la ob
servacion de que los retratos que de l
he visto, tanto en la Biblioteca colombi
na, como en otros lugares, tienen indu
dable parecido con el que se conserva
en el Libro, siendo iguales la posicion
del cuerpo y la de la cabeza. Pero es
sospecha que no he podido convertir en
certeza.
V.
EL LIBRO DESPUS DE LA MUERTE DE SU AUTOR.
La tertulia de PACHECO se deshizo
56
la muerte del reputado artista. Pero
qued imperecedero recuerdo de aque
lla reunion, en aquel Libro de des
cripcion de verdaderos retratos de ilus
tres y memorables varones. El Libro, sin
embargo, no estaba concluido. PACHECO
se habla ocupado de l con singular
afecto hasta sus ltimos dias; pero no
habia podido darle fin. Abundan las ra
zones para demostrarlo.
En primer lugar, porque hay varios
retratos, unos sin nombre, otros sin orla;
y otros con nombre y orla, y sin Elogio,
aunque conservan continuacin la hoja
en blanco destinada contenerlo. Hasta
puede sealarse el Elogio en que se ocu
p el autor poco tiempo antes de morir,
que es el de D. Manuel Sarmiento de
Mendoza, el cual est sin concluir, que
dando suspendido el perodo y sin ter
minar ni aun la frase.
Pero cul fue la suerte de aquel pre
cioso manuscrito, tan estimado por su
5?
autor, despues del fallecimiento de este?
Para indagarla, se lanzaron los erudi
tos rejistrar los mas clebres historia
dores de la ciudad de Sevilla. Pero con
qu criterio!
Rodrigo Caro, el docto anticuario, de
j manuscrito y sin concluir un Libro
que habia intitulado "Claros varones en
"letras, naturales de la ciudad de Sevilla,''1
en el cual hizo propsito de reunir, co
mo lo dice en el Prlogo, "una breve
"sinopsis catlogo, de aquellos cuyos
"injenios fabricaron para s, con ilustres
"obras, monumentos mas firmes y dura
bles que la dureza del bronze."
A este libro indito acudieron los in
vestigadores, despreciando otros que an
daban impresos, y de l sacaron esta
noticia :
'Tint (PACHECO) las imjenes de los
"varones ilustres que l habia conocido,
"4o cual alcanz con su larga edad, po
diendo cada uno un Elojio, las cuales
58
"pintadas y encuadernadas en un vol"men remiti al Conde-Duque de Oliva"res, D. Gaspar de Guzman, que lo puso
"en su librera.1'
Ya est manifiesta la suerte del Librot
que refiri PACHECO en su Arte de la pin
tura iba formando con los retratos; dije
ron los eruditos , y la noticia del regalo
hecho al Conde-Duque, como dada por
un autor contemporneo y tan amigo de
PACHECO como lo era Rodrigo Caro, vol
sin contradiccion.
Y es , en verdad , estrao que ningu
no de los doctos que citan el pasaje de
Caro , haya conocido que ni es, ni puede
ser suyo , y por lo tanto no merece el
crdito que ha querido drsele.
Por el contesto se conoce desde luego,
que ese prrafo est escrito despues de
la muerte de PACHECO, y por eso se dice,
usando los verbos en tiempo pasado, que
pint las imgenes de los varones ilus
tres que l haba conocido, declarando
59
con claridad que ya entonces no ecsista,
y corroborndolo despues al aadir, lo
cual alcanz con su larga edad.
Ahora bien, Rodrigo Caro falleci el
1o de Agosto de 1647, y PACHECO en 1654;
luego el prrafo que se escribi despues
de la muerte del segundo no puede ser
obra del primero.
Y para que de esto no quede duda al
guna hay otras pruebas.
Es la primera, que antes de ese pr
rafo , que por desgracia ha logrado tanto
crdito entre nuestros eruditos , est otro
en el que se dice:
"Escribi :
"Arte de la pintura, su antigedad y
''grandezas. Imprimise en Sevilla, ao
vde 1649, en 4. por Simon Faxardo."
Mal podriia escribir esto Rodrigo Ca
ro, muerto en 1647.
La segunda prueba no es menos de
cisiva. Por el pasaje que antes copiamos,
tomndolo del Arte de la pintura, vemos
6o
que PACHECO en aquella poca todava
iba haciendo sus retratos , tomando por
principal intento entresacar de todos has
ta ciento ; es decir, que en 1 649 todava
estaba en intento aquella obra, que no
se habia concluido, y que se ocupaba el
autor en llevarla su trmino.
El Conde-Duque cay de su valimien
to en 23 de Enero de 1648, y falleci en
22 de Julio del ao 1645; luego no pudo
PACHECO hacerle obsequio con su Libro.
Hubo, pues, un autor que escribi
en efecto la noticia, de que PACHECO ha
bia reunido sus Retratos y Elogios y los
habia regalado D. Gaspar de Guzman,
pero conste que ni fu Rodrigo Caro
quien lo dijo, ni autor contemporneo
del suceso quien tal asegur.
Ese soado regalo debi ser la prime
ra conjetura, que formaron los curiosos
acerca del paradero del Libro de retratos,
que desapareci desde el punto en que
la muerte arrebat PACHECO. D. Ni
6!
02
63
64
D. Obregon excud.En Madrid, ao
1658.Pero hay mas todavia. Al f. 6. cap.
4. de esa obra, se habla del Padre Ro
drigo Alvarez, de la Compaia de Jesus,
y se inserta copiado la letra el Elojio
escrito por PACHECO, diciendo:
"Trasladar por mas breve, el Elojio
"en que epilog su vida y virtudes en
''su Libro de varones insignes, Francisco
"Pacheco, Apeles de nuestro siglo, tan
"conocido por su pincel como por su
"piedad, que por largo tiempo trat al
"Padre.1'
Al fin del Elojio, dice:
"Hasta aqu este varon pio, y buen
"poeta y escelentisimo pintor."
Mas adelante, al f. 1o4, cap. 16 l
timo del libro 3. delos cuatro en que
se divide la obra, principia as:
"Elojio en que FRANCISCO PACHECO
"pintor insigne, epilog la vida, virtudes
"y dones del venerable y apostlico va
65
"ron el Padre Hernando de Mata."
"Tan conocido en toda Espaa fu
''FRANCISCO PACHECO por su raro pincel,
"como en su patria Sevilla por su aven
tajado injenio y virtud. Remat este es"celente pintor los aos de su vida sa"cando luz un insigne libro de la Pin
tura, y otro de varones insignes de
''aquella gran ciudad, en que con el di
bujo de su imjen retrato, d una
"breve noticia de su dueo, formando en
"cifra un Elojio de sus alabanzas. El que
"compuso del venerable Padre Hernando
"de Mata (inmediato al de su maestro el
''Padre Rodrigo Alvarez) es el siguiente:"
Y se copia tambien testualmente. Mas
ni en el uno ni en el otro se habla del
poseedor del orijinal que se copiaba, ni
se dice donde existia este la sazon.
Por estas circunstancias, no creo que
seria aventurado el asegurar, que este
fragmento de 56 retratos, entre los que
se encuentran los del Padre Rodrigo Al
66
VI.
NOTICIAS Y DUDAS.
68
69
NOTICIAS DE LOS ARQUITECTOS
Y DE LA ARQUITECTURA EN ESPAA
DESDE SU RESTAURACION,
POR EL EXCMO. SR.
7o
que este puso continuacion del retrato
del ilustre arquitecto.
Ya vimos que D. Juan A. Cean Bermudez, en su Diccionario, apenas habl
de los retratos dibujados por PACHECO,
y nada dijo del Libro de retratos y bio
grafas, Dnde adquiri despues el Elojio de Juan de Oviedo? Quin poseia
aquel Libro en el ao de 1 829? Ni una
palabra se dice sobre esto en toda la
obra de Llaguno y Amirola.
A pesar de ese silencio tenemos un
dato seguro para afirmar que en el ao
1829, habia ya dos, por lo menos, que
el Libro de retratos se encontraba en
poder de D. Vicente Avils, hombre muy
aficionado curiosidades y mdico que
habia fijado su residencia en la villa de
Fuentes de Andaluca. " ,
El dato que aludimos es, que el
dicho D. Vicente habia presentado la
Real Academia Sevillana de Buenas Le
tras una Memoria biogrfica del poeta
71
Baltasar del Alcazar, copiando casi en
su totalidad el Elojio que escribi FRAN
CISCO PACHECO.
Dnde habia adquirido el D. Vicen
te Avils el Libro de descripcion de ver
daderos retratos de ilustres y memora
bles varones? Habia mucho tiempo que
lo poseia, cuando present su Memoria
la Academia de Buenas letras?
No podremos decirlo con esactitud;
el D. Vicente cuando present la Academia su biografa de Alczar, que
tiene fecha 4 de Diciembre de 1827, nada
dijo del manuscrito de donde habia co
piado sus noticias, y solamente habl de
l, aunque siempre de un modo vago
incompleto, despues de ver censurado
su trabajo por el docto D. Justino Matute
y Gavina. Una noticia vaga, aunque
comunicada por persona que trat mu
cho Avils, nos indica que lo habia
recojidoen el ao de 182o, de otro ami
go suyo que lo posea desde que los
73
El retrato orijinal estuvo en Madrid,
fu litografiado por C. Rodrguez, y es
tampado en el Real Establecimiento litogrfico. Despues volvi poder de su
dueo, y cortado estaba cuando adqui
ri el Libro el autor de estos apuntes.
Y es digno de llamar la atencion, el
concepto que la ilustre corporacion es
tamp en el Resumen de las actas desde
el ao de 182 hasta concluido el de 4831,
que se inserta al principio del mencio
nado tomo 7. de las Memorias.
"Por otro conducto muy diverso, (se
"dice ) ha adquirido la Academia la no"ticia de que el maestro Leon (Frai Luis)
"cultiv tambien el arte de la pintura.
"As lo espres el famoso pintor sevi
llano FRANCISCO PACHECO en el Elojio
"que puso al pi de su retrato, entre
"otros que dibuj y existen en la colec"cion que present al Conde-Duque de
"Olivares, y conserva orijinal nuestro
"individuo correspondiente D. Vicente
74
"Aviles, mdico de la villa de Fuentes en
"la provincia de Sevilla."
Cuando tan esplcita se muestra la
Academia al dar la noticia de que Frai
Luis de Leon habia sido aficionado al
arte divino de Apeles y de Murillo, se
hace mas estrao el silencio que se guar
da acerca del orijen y procedencia del
retrato de Arias Montano, que v inclui
do en el mismo tomo. .........
76
tas manos pas, tuvo por ltima desgra
cia la de aparecer en el Semanario en
un malsimo grabado. Su publicacion
proporcion, pesar de todo, la noticia
de ese otro cuaderno del Libro de PA
CHECO, que tuvo en su poder D. Mar
tin Fernandez de Navarrete.
Quiz de ese mismo cuaderno, hoy
estraviado perdido, proceder tambien
el retrato del Doctor Bernardo de Valbuena, que acompa la edicion del
Siglo de oro y la grandeza Mejicana, pu
blicada por la Academia espaola en el
ao 1821. El retrato tiene todo el ca
rcter de los dibujados por PACHECO.
Est representado el poeta jven y en
traje seglar; y Valbuena toc en Sevilla
vuelta de su primer viaje Amrica
por los aos de 15go i5gi,ypudo ser
entonces retratado.
De este cuaderno ninguna otra no
ticia hemos podido adquirir. Tal vez
proceda de l un retrato que posee el
.
EL W BERNARDO DE VALBUEN
77
Sr. D. Valentin Carderera, del cual ha
blaremos despues.
Mucho se hablaba del Libro de retra
tos en esta poca, mientras lo posey
D. Vicente Avils. Pero muchas perso
nas no creian que fuera el orijinal, sino
una copia; otros dudaban y solamente
los que alcanzaron verlo, (bien es ver
dad que fueron muy pocos, porque Avi
ls no lo mostraba fcilmente) pudieron
convencerse de que se habia salvado esta
inapreciable alhaja.
Avils facilit copia de varios Elojios
D. Martin Fernandez de Navarrete,
los cuales fueron publicados despues de
la muerte de este por D. Luis Villanueva
en los aos de 1844 y 1845 en el Se
manario pintoresco bajo el ttulo de El
lbum de FRANCISCO PACHECO. Los Elo
jios publicados por Villanueva fueron:
Frai Luis de Leon. (Noviembre de
I&44-)
Pedro Meja. (Diciembre de id.)
78
Juan de Mal-Lara. (Febrero de 1845.)
Juan de Oviedo. (Julio de id.)
Y en Setiembre del mismo ao de
1845, public un fragmento del Elogio
de Fernando de Herrera, diciendo: "este
"es el ltimo fragmento que podemos
"ofrecer nuestros lectores de la inte"resante obra de FRANCISCO PACHECO,
"porque si bien es verdad que aun po"seemos el Elojio de Arias Montano, co"mo ya nos hemos ocupado de su bio
grafa lo creemos de todo punto intil."
Tambien di D. Vicente Avils, el
Elojio de Pablo de Cspedes, la Memo
ria biogrfica de Baltasar del Alcazar, y
otra escrita por l del Jurado Juan de
Oviedo, en la Floresta Andaluza, peri
dico literario que empez publicarse
en Sevilla el 1. de Abril de 1848.
De Elojios fu prdigo Avils y per
miti la publicacion de muchos, segun
hemos visto; de retratos no sabemos que
diera copia mas que del de Benito Arias
79
Montano. En cuanto mostrar el orijinal de PACHECO los aficionados, nos
dicen que fu muy circunspecto. nica
mente sabemos de D. Serafn Estvanez
Calderon, que viniendo de gefe poltico
Sevilla, se detuvo en Fuentes, y de
D. Francisco Iribarren, distinguido ju
risconsulto de Sevilla, y natural de aquel
pueblo, que puedan dar noticia de haber
visto el Libro de retratos, mientras lo po
sey el D. Vicente.
En el ao de 183g, y sin que se sepa
con que objeto, aunque se sospecha, hi
zo Avils que el Profesor de instruccion
primaria de Fuentes de Andaluca, le sa
case una copia esacta de 3.m Elojios es
critos por PACHECO; y poco tiempo des
pues desapareci el orijinal, y se perdi
su huella tan completamente, que mu
chos dudaban de que hubiera existido
nunca.
8o
VIL
HALLAZGO Y COMPRA EN 1864.
81
la narr con su espresiva naturalidad
en el nmero correspondiente al mes
de Agosto del ao 1866.
Digno por mas de un concepto el ar
tculo del Sr. Latour de figurar en este
trabajo, lo trasladaremos ntegro, aun
riesgo de repetir algo de lo que llevamos
dicho, aprovechando la fcil y esacta tra1
ducion hecha por el reputado novelista
D. Joaquin E. Guichot, que apareci en
el Porvenir de Sevilla de 28 y 24 de Oc
tubre del mismo ao, y fu reproducida
por otros peridicos.
"Recordais ese libro inapreciable que
se creia perdido para siempre, y que, sin
embargo, fu encontrado, en buen hora,
por el Seor D. Jos Mara Asensio,
quien poco tiempo antes nos habia sor
prendido con el feliz hallazgo del verdade
ro retrato de CERVANTES? Pues bien,
quiero hablaros de esta preciosa colec
cion de retratos y noticias histricas per
82
83
consigo mismo y con la memoria de PA
CHECO, darlo la estampa. Pero se
servir del grabado de la fotografa?
Esto es lo que Asensio no ha resuelto
todavia.
"El libro tiene el tamao de flio es
paol, y est modestamente encuaderna
do. Continense en l unos cincuenta y
seis retratos y cuarenta y cuatro noticias
biogrficas, escritas del puo y letra de
PACHECO, con una perfeccion tal, que
nos recuerda los grandes calgrafos del
siglo dcimo stimo. Puede decirse que
es una obra admirablemente pintada, ya
se considere bajo el punto de vista lite
rario, ya bajo el punto de vista artstico.
La coleccion debi ser mas numerosa,
y es presumible que una parte se ha
perdido, si no en vida del autor y por
su voluntad, acaso poco despues de su
muerte. Es notorio que PACHECO sehabia propuesto elegir en su coleccion de
retratos y biografas los personages de
84
mayor celebridad para darles cabida en
el libro; y, sin embargo, faltan unas ve
ces el retrato, otras la noticia histrica.
Contentmonos con lo que ha quedado,
que ya es mucho.
"Son los retratos bustos de unas ocho
pulgadas de altura, de las que correspon
den dos la cabeza; cada uno est en
cerrado en un cuadro delineado y en
riquecido con adornos dibujados la
pluma, habiendo cuidado PACHECO de
que estos adornos fueran alegricos al
talento al carcter del personaje re
tratado. Los de los poetas, en particular,
ostentan una corona de laurel. Encima
de cada retrato se lee un versculo de
la Escritura, que viene ser un res
men de la vida del modelo, y frecuen
temente un juicio acerca del mismo. Las
figuras estn dibujadas dos lpices, ro
jo y negro, con una delicadeza que se
acerca la miniatura, y con una viva
cidad tal de.espresion, que, pesar del
85
tiempo trascurrido, conservan todas ellas
los rasgos del gnio que las anim. Aque
llos ojos hablan todava, pesar de los
tres siglos que han trascurrido ; y de los
lbios de QUEVEDO, por ejemplo, se espe
ra ver salir sus agudos epigramas una
stira mordaz. Dirase que FR. Lu1s DE
GRANADA v leernos una pgina de sus
obras inmortales, y que la profunda mi
rada de FR. Lu1s DE LEON se anima ins
pirada con los primeros versos de su
magnfica oda :
"Qu descansada vida
La del que huye el mundanal ruido!"
porque los retratos de estos tres clebres
ingenios se encuentran en la coleccion , y
en ellos se ven los verdaderos rasgos de
aquellas fisonomas, que solo conociamos
por las defectuosas copias que han llega
do hasta nosotros, por mas que en su
origen fuesen, quizs, tomadas en el li
bro de PACHECO.
"Cuando aconteci la muerte de PA
6
86
87
ser un cuadro de las verdaderas cos
tumbres espaolas.
''Sabase que un D. Vicente Avils
poseia el libro de PACHECO, y que este
D. Vicente habitaba en un pueblecillo de
Andaluca, situado al pi de Sierra Mo
rena, lugar de cuyo nombre, al menos
por ahora, no quiero acordarme, ya sea
para interesar mi relacion con un poquito
de misterio, mas bien para que la ma
licia humana no venga en tentacion de le
vantar una punt'i del velo que la caridad
nos manda echar sobre la memoria de los
muertos. De qu manera habia llegado
este tesoro manos de D. Vicente Avi
ls? Se pora; pero es lo mas probable
que lo adquiriera por herencia. D. Vi
cente conocia el valor de la alhaja que
posea, y en diferentes ocasiones habia
estado en tratos con estranjeros para
enajenarla. Pocos instantes antes de su
muerte , que fu casi repentina , hubo de
decir sus herederos (solo tenia sobri
88
89
sern para nosotros y el libro para vos
otros. Aquellas buenas gentes ignoraban
que la parte mas valiosa del tesoro oculto
era, sin disputa, el libro.
"Como los buscadores de oro en la
California, as nuestros dos aficionados
sudaron agua y sangre para descubrir el
codiciado placer. Reconocieron las pare
des de la casa, levantaron las soleras,
pusieron en desorden los tejados, des
armaron las cmodas, mesas y alace
nas; hubieran, en fin, de buen grado
vaciado las botas de vino y las tinajas
de aceite no haberles ido la mano.
Rinconete y Cortadillo entrados durante
la noche en una casa, en ausencia de
todos sus moradores, no la hubieran
puesto saco con mas gentil desemba
razo. Trabajo intil: y todo cuanto ob
tuvieron de l los aficionados sevillanos,
fu el permiso para sacar una copia de
la copia del libro hecha por D. Vicente
Avils. De esta copia, que el Sr. Bueno
9
me di leer en 1849, es de la que he
hablado en mis primeros Estudios so
bre Espaa.
"El Sr. D. Jos Mara Asensio tuvo
la franqueza de decirme, que la lectura
de lo que yo habia escrito acerca de esta
copia despert en l el deseo de probar
fortuna, intentando la empresa en que
D. Juan Jos Bueno y su amigo habian
naufragado. Os ruego no olvideis este
detalle , que me proporciona la ntima sa
tisfaccion de haber tenido una pequea
parte en el mrito del descubrimiento. No
es grande, si quereis, el motivo que ten
go para envanecerme; empero modesto
y todo como es mi papel , me doy por
satisfecho.
"Asensio tuvo una idea feliz ; esto es,
que el manuscrito no habia sido hallado
en la casa, por la sencilla razn de que
nunca estuvo oculto en ella ; en tal virtud
supuso fundadamente, que fu deposita
do en manos de algun amigo de D. Vi-
g3
que tienen la gracia particular de apun
tar la izquierda cuando quieren tirar
sobre la derecha. Su vida es nmada,
aparecen desaparecen all mismo donde
menos se les espera. Viajeros incansa
bles, recorren los pueblos y lugares, ins
peccionndolo todo, trabando conversa
cion con todo el mundo, y siempre fija
la mirada en la alhaja que lleva encima
su interlocutor. Tienen un don particu
lar para adquirir de la viuda los objetos
que conserva como preciado recuerdo,
y si esta se resiste demasiado, se arregla
rn de manera que dejan sumerjido el
anzuelo en trminos de hacer desear su
regreso. Siembran hurtadillas, pero se
presentan resueltamente cuando la mis
est madura. Cuntas veces el mismo
que los rechaz con indignacion, los re
cibe mas tarde con alegra, imajinndose
que llegan para hacerle un beneficio! Cier
tamente que se encuentran en todos los
paises esta clase de hombres; pero los
94
de Andaluca tienen una gracia particu
lar que los hace verdaderos personajes
de comedia; son hombres de negocios
y buhoneros por mitad, teniendo de los
primeros esa prctica sutil Je las leyes
y de los asuntos que embaraza al cliente,
y de los segundos el arte de sorprender
y enlazar la vctima para despojarla
sus anchas. Os prevengo que no es un
retrato el que acabo de hacer, sino que
he intentado poner en evidencia un tipo
sealando sus principales caractres.
"Ignoro de quin se vali Asensio en
esta ocasion; mas, fuera quien fuere, es
lo cierto que debi ser un hombre dotado
de todo cuanto era indispensable para
llevar la aventura feliz trmino. Ofre
cile una buena recompensa, y el emi
sario fu establecerse sin ruido y con
un pretesto cualquiera en la posada nica
del pueblecillo que indiqu anteriormen
te. En l, y en tanto que aparentaba ocu
parse con asiduidad de sus particulares
95
negocios,, trababa conversacion con todo
el mundo. Sin embargo, dej trascurrir
algunos dias antes de fijarla sobre el di
funto don Vicente Avils. Ya puesto en
este camino, un dia hablaba de este se
or, y otro de sus sobrinos, cuidando
de hacer hablar sus interlocutores, y
provocando digresiones que eran muy
de su agracio, sobre todo cuando con tal
motivo, alguno de los contemporneos
de Avils hablaba de las relaciones que
este habia tenido en la ltima poca de
su vida. En estas ocasiones, el encar
gado de negocios de Asensio se hacia
todo oidos; y en una de ellas supo que
aquel de los mas ntimos amigos que so
brevivi don Vicente, le habia seguido
de cerca al sepulcro. Esta noticia lo dej
completamente desconcertado; sin em
bargo, no quiso renunciar del todo sus
investigaciones antes de hacer una nueva
tentativa cerca de los herederos de don
Vicente, para inquirir noticias del estra
96
viado manuscrito. Estos le dieron cuenta
detallada de todas las diligencias que se
habian hecho en la casa para descubrirlo;
y deduciendo de tantas idas y venidas
que el perdido tesoro debia ser de gran
vala, los sobrinos de Avils le ofrecieron
en venta la copia del manuscrito por el
precio de seis mil reales vellon. El co
misionado risele en las barbas, y regre
s su posada. Ya en ella, y despues
de maduras reflexiones, de las cuales de
dujo que debia perderse toda esperanza,
escribi Asensio, anuncindole su prcsimo regreso Sevilla.
"Psose con negro humor hacer sus
baules, y el posadero que lo advirti le
pregunt el motivo. El fiel diplomtico,
que no estimaba ya necesaria la reserva
que se impusiera, respondi que habia
venido un negocio que se habia vuelto
agua de cerrajas. Qu negocio es ese? in
sisti el posadero. Notad que el posadero
en Espaa, y sobre todo en los pueblos
97
pequeos, es hoy en dia el mismo que
era en los tiempos de D. Quijote. Tiene
su tanto de importancia en la localidad,
y se entromete con buena voluntad en
los asuntos de los viajeros que aloja. Sen
tado la caida de la tarde en la puerta
de su posada, donde se detiene un mo
mento todo el que pasa por la calle, presta
oido atento muchas especies que guarda
en su memoria, las cuales enlaza entre
s, y de las que se acuerda en tiempo y
lugar oportuno.
"El comisionado contest la pregun
ta de su husped: Busco un renegrido
libro....! Un manuscrito?Eso es, s
seor, un manuscrito de PACHECO; y pro
nunci este nombre con voz apenas intelijible. Sabia acaso el posadero sihabia ecsistido un PACHECO en el mundo?
S que lo sabia, y tanto, que contest:
Por qu no ha hablado usted desde luego
con franqueza? yo le hubiera dicho donde
se encuentra. . . . Quien lo tiene es el seor
99
el conflicto en que se encontraba. De
todos cuantos peligros amenazaron la
existencia de este precioso manuscrito,
el mas grave, sin duda, fu el pensa
miento que se le ocurri al poco escru
puloso depositario. La muerte resolvi
todas sus dudas. Pero tenia una mujer,
que al verse sola cargada con tan pesa
da responsabilidad , tuvo miedo y quisoaliviar su conciencia entregando el libro
su confesor con encargo de restituirlo.
Las restituciones por medio del confeso
nario son muy frecuentes en Espaa. El
sacerdote se encontr bastante embara
zado y perplejo, temiendo que los here
deros de Avils, al recibir de sus manos
el manuscrito, le pidieran cuenta de las
alhajas depositadas con l, y dud mu
cho tiempo acerca del destino que le con
venia dar al libro. Nuevos riesgos ame
nazaron al asendereado manuscrito; ries
go que no debi correr en esta ocasion,
puesto que el sacerdote debi compren
IOO
IOI
IO2
1o3
con tan primorosa joya alguna biblioteca
de sus respectivos paises.
Stirling estuvo repetidas veces y por
largas temporadas en Fuentes; pero nos
aseguran que ni el uno ni el otro logra
ron siquiera ver el Libro objeto de su
artstica codicia.
VIII.
LO QUE SE HA PERDIDO Y LO QUE SE CONSERVA.
1o5
Publicle en 1 6o9 al frente de la edi
cion primera de la Jerusalen conquista
da de LOPE DE VEGA, Baltasar Elisio de
Medinilla, diciendo los aficionados
los escritos de su maestro :
"Aviendo llegado mis manos este
"Elogio, sacado del Libro de retratos que
"haze FRANCISCO PACHECO en Sevilla , de
"los hombres en nuestra edad insignes,
15quise comunicarle los aficionados
"los escritos de LOPE, sin voluntad y
"consentimiento suyo, aviendo quedado
'' corregir la impression de su Jerusa"len en ausencia suya."
Advirtese despues los lectores, que
el diminuto retrato que acompa al poe
ma no es el dibujado por PACHECO; y en
verdad, que no est de sobra tal adver
tencia, porque el retrato es harto infeliz.
LOPE DE VEGA residi en Sevilla al
principiar el siglo XVII; en esta ciudad
public El peregrino en su patria ( que
se imprimi en 16o3, aunque no sali
1o6
luz hasta el ao siguiente). Es natural
que concurriera al taller de PACHECO, y
que all fuera retratado por ste, siendo
su imjen de las primeras que se desti
naran al Libro por la fama que acom
paaba ya al Fnix de los injenios.
De cinco Elojios nicamente hizo espresion nominal y sealada el mismo
FRANCISCO PACHECO en su Arte de la
pintura. Y no sabemos que nadie haya
reparado en ellos. Son los que siguen:
A la pjina 92 cita Pedro Campaa,
y se remite su Elogio; y la pajina 1 18
hace una referencia igual al Elojio de
Luis de Vargas. Estos dos estn con
tenidos en el fragmento que hoy se con
serva, y van en su lugar respectivo, con
el retrato que les corresponde.
Habla de los famosos retratistas, y
dice la pjina 1o1 :
"Diego de Silva Velazquez ( 1 ) mi yer(1) Obsrvese que PACHECO conserva eu su orden
natural los apellidos de Velazquez.
1o7
"no, ocupa (con razon) el tercer lugar;;
" quien despues de cinco aos de edu"cacion y enseanza cas con mi hija,
"movido de su virtud, limpieza i buenas
"partes: i de las esperanzas de su grande
"i natural injenio. Y porque es mayora
"onra de Maestro que la de Suegro,
"sido justo estorbar el atrevimiento de
"alguno (1) que se quiere atribuir esta
"gloria: quitndome la corona de mis
"postreros aos. No tengo por men"gua aventajarse el Discpulo al Maestro
"(aviendo dicho la VERDAD que no es ma"yor) ni perdi Leonardo de Vinci en
"tener Rafael por discpulo, ni Jorge
''de Castelfranco Tiziano, ni Platon
"Aristteles, pues no le quit el nombre
"de Divino
r>
1o8
En su Elogio, "gar) cuanto por la grandeza del arte de
"la Pintura."
A la pg. 164 se espresa as:
"Gernimo Fernandez, maestro ar"quitecto, i escultor famoso, vimos que
"en todas las dificultades de artfices,
"que se le ofrecian, as de Arquitectura
"como de Escultura i Pintura, con un l"piz (de que siempre andaba prevenido)
"haca facilsima demostracion de la ver"dad de lo que trataba, allanando i difi"niendo las dudas i dificultades, con gran
"prontitud, que es una singular ventaja.1'
Por ltimo, en la pj. 8o2 (que por
errata lleva el nmero 13a, pero est en
pos de la 3o 1 y ntes de la 3o3) dice lo
siguiente :
"Y aun tambien podemos poner en este
"numero Dominico Greco, porque aun"que escribimos en algunas partes contra
"algunas opiniones y paradoxas suyas,
"no le podemos excluir del nmero de los
"grandes Pintores, viendo algunas cosas
log
"de su mano tan relevadas i tan vivas
"(en aquella su manera) que igualan
"las de los mayores hombres (como se
"dice en otro lugar.)"
' EnsuEiogo.
De estos tres Elogios que cita su mis
mo autor, y de los retratos que iban
unidos, no se conserva otra noticia, que
la que dejamos trascrita.
Un retrato posee el Sr. D. Valentin
Carderera, cuya coleccion es bien cono
cida y apreciada tanto en Espaa como
en el estranjero, que tambien parece de
mano de FRANCISCO PACHECO, y destina
do, como lo indica su tamao, al Libro
cuyo fragmento mas considerable se pu
blica hoy. Representa un hombre de
edad madura, poeta, porque est coro
nado de laurel; pero no ecsiste indicio
alguno para conjeturar su nombre. Ecsamnelo el lector: quin sabe si inopina
damente tendremos ante los ojos la m
jen de D. Francisco de Rojas y Zorrilla,
la de Moreto , algun otro de los insignes
IIO
RETRATO DE UN POETADESCONOCIDO
111
No estrenariamos, que tanto este re
trato de Rioja, como el del anciano poeta
que ntes nos ocupaba, procedan, como
el de Valbuena y el de Lopez de Zrate,
de aquel cuaderno del Libro de PACHECO
que habia tenido en su poder D. Martin
Fernandez de Navarrete, y que no se
saba dnde habia ido parar por los
aos de 1845.
El retrato del poeta desconocido pudo
formar parte de aquel perdido cuaderno;
y los otros proceder de sus orijinales,
copiado el de Zrate por D. Francisco
Goya, el de Valbuena por Ribelles, y el
de Rioj a por Carmona.
Vaga noticia, que no he podido com
probar hasta hoy , y que no ha sido por
falta de dilijencia, me comunic D. Ni
cols Diaz de Benjumea, el docto co
mentador, el demasiado injenioso comen
tador del QUIXOTE (segun la feliz espresion del Sr. D. Antonio de Latour). Me
asegur aquel apasionado cervantista ha
I 12
n3
Francisco Lopez de Zarate.
Un poeta desconocido.
Y otros tres cuya ecsistencia no es
del todo indudable.
Diez Retratos y Elojios, en todo, que
con los cincuenta y seis que publicamos
formariian un total de sesenta y seis, el
resto hasta ciento, si es que PACHECO lle
g reunirlos, se han perdido, proba
blemente para no parecer jams.
IX.
OTROS RETRATOS PINTADOS POR PACHECO.
"1
M&UEL CID
L
n6
Antigua. De all lo hemos tomado tam
bien, para que lo gocen nuestros lectores.
Por escritura de 3o de Agosto de
1624, D. Francisco Gutierrez de Moli-na
y Doa Jernima Zamudio, fundaron
una capellana en la capilla del respal
do lateral del coro, en la nave del lado
de la Epstola, y la dedicaron la Pu
rsima Concepcion. La escultura, obra
de Juan Martinez Montas (y una de
las mejores que su mano y su piedad
produjeron) se coloc en el altar el 8
de Diciembre de 1641, y los lados se
pusieron los retratos de los fundadores,
hechos por FRANCISCO PACHECO. De ellos
son copias los que acompaan.
En 1 63o pas por Sevilla la clebre
Monja Alfrez, Doa Catalina deAraujo
Erauso, heroina de dramas y novelas,
cuya vida aventurera llamaba la aten
cion en todas partes. PACHECO aprove
ch su permanencia en Sevilla para ha
cer un retrato, cuyo orijinal, vendido,
,co
D.FBAN'HJTIfMZ DE MOLINA
DA
.- "Natural ce Sn Sebastian,
setas su 52 anno. Annol63(
117
segun parece, por un comisario de guer
ra sevillano,, al coronel B. Shepeler, en
cargado de negocios de Prusia en Ma
drid, vino parar poder de D. Joaquin
Mara Ferrer, quien lo public en la his
toria de aquella mujer estraordinaria, en
la edicion que hizo en Paris, por Didot,
ao de 1829.
No habiendo logrado ver el orijinal
de PACHECO, se ha tomado la fotografa
de aquella lmina, delicadamente graba
da por Fauchery.
En el Museo Provincial de Sevilla se
conservan dos tablas con cuatro retratos,
de personas desconocidas. Parece debie
ron formar parte de algun retablo, y con
tiene cada cuadro un caballero y una
seora, perfectamente pintados, siendo
en estremo curiosos los tocados de las
damas.
Otras dos tablas se conservan en la
numerosa y escojida coleccion que reu
ni el Escmo. Sr. D. Manuel Lopez Ce
8
MIGUEL DE
Grupo de un cuadro de Pacheco
I2O
APNDICE.
ELOJIO BIOGRFICO
DE LOPE DE VEGA CARPI. (*)
124
125
1 26
que de Italia han impreso he leido (aun
que con mal conocimiento) pero en sus
bellssimos escritos no se leen mas apreta
dos sentimientos, mas dulces quejas, mas
puros concetos, mas nuevos pensamien
tos, mas tiernos afectos que en las obras
de LOPE DE VEGA. El ha reducido en Es
paa mtodo, rden y polica las come
dias, y puedo asegurar que en dos dias
acabava algunas vezes las que admiravan
despues al mundo, y enriquezian los au
tores, y no solo la Poesa ha perficionado, pero la msica le debe igual agrade
cimiento, pues la variedad de sus versos,
y la blandura de sus pensamientos le ha
dado materia en que con felicssimo efeto, y abundancia se sustente, y ocassion
justssima los artfices de los tonos para
ossar ygualar el artificio y dulzura dellos
la dulzura, y artificio de sus letras. Las
cosas dignas de ponderacion hazen parezer apassionados dellas los que las escriven, y si yo lo pareciere de LOPE DE
VEGA, de manera que se me pueda poner
por obiecion, remtome las obras que
se conocen suyas: remtome al Poema
heryco de su Jerusalen, que pienso que
127
tres, quatro que ay en Espaa deste
gnero, no se ofendern de que se le con
ceda el primer lugar. Remtome su Ar
cadia, donde consigui con felicidad lo
que pretendi, que fu escribir aquellas
verdaderas fbulas gusto de las partes.
Sea buen testigo la Dragontea, (el mas
ignorado de sus libros, que como hazienda de grande rico, lo olvidado y acessorio fuera principal riqueza en otros) El
Peregrino en su patria, es el quinto libro.
Otro intitulado Rimas, mina riqussima
de diamantes y ricas piedras, no en bru
to, no, sino labradas, y engastadas con
maravillosa disposicion y artificio. El
poema de la Hermosura de Anglica en
sea bien la del ingenio de su autor, que
alcanz mas diferentes ideas de hermosu
ra que la misma naturaleza. Y por l
timo (aunque segundo de los que escrivi)
dej el poema castellano Isidro, que co
mo refiere en l lo llam ass, por serlo
los versos, y el sujeto, cuyo alto con
ecto deve nuestra nacion perptuo agra
decimiento, y loores, pues no sin mucho
acuerdo, y amor de su patria eligi para
tratar la vida beata de aquel santo, las
128
12g
ingenio se han juntado mas felizmente
que en el suyo: facilidad, abundancia, y
bondad. Y ass no dudo que la antige
dad le llamara oy hijo de las Musas, me
jor que al Poeta de Venusia, por quien
las ciudades de Espaa pudieran compe
tir con Madrid (dichosa ptria suya) co
mo los Argivos, Rodios, Atenienses, Salaminos, y Smirneos, por aquistar el ttu
lo de la de Hornero. Sirvi LOPE DE VEGA
en los primeros aos de su juventud al
ilustrissimo Inquisidor General, y Obispo
de Avila, don Gernimo Manrique
quien confiessa en sus obras, que deve
el ser que tiene. Despues al Excelentssimo Duque de Alva, de Gentilhombre, y
en oficio de Secretario, y aos despues
lo fu del Excelentssimo Marqus de
Sarria, oy Conde de Lemos, de los quales fu amado, y estimado justamente su
ingenio y partes, por las cuales fu codi
ciado con aventajados gages y mercedes
de muchos Grandes de Espaa para la
misma ocupacion, que tenia su ingenio
una correspondencia admirable. Y por
que como he dicho, sus obras son el ver
dadero elogio de su vida, yo devo dar fin
13o
este con esta estancia, que su retrato
escrivi don loan Antonio de Vera, y
Zfiiga.
Los que el original no aveys gozado,
Gozad del fiel traslado los despojos,
Dad gracias por tal bien vuestros ojos,
Y PACHECO las dad por tal traslado:
Ser el uno y el otro celebrado
Del Negro adusto los Flamencos rojos,
Causando ambas noticias ygual gusto,
Desde el rojo Flamenco al Negro adusto.
NDICE.
Pginas.
5.
14.
37.
44.
55.
67.
80.
103.
113.
123.
>
MOVOllJgq
FlMf
obra.