Luis Geronimo Lucero - Segunda Parte
Luis Geronimo Lucero - Segunda Parte
Luis Geronimo Lucero - Segunda Parte
SU APORTE A LA INVESTIGACION
FOLKLORICA DE SAN LUIS
SEGUNDA PARTE
PALABRAS PRELIMINARES......................................................... 4
LA ENCUESTA NACIONAL DE 1921 ............................................ 4
INTRODUCCION.......................................................................... 4
ARGENTINA ................................................................................ 5
FUSOR DE TRADICIONES ......................................................... 5
EL PROYECTO DE 1921............................................................. 5
NACE LA ENCUESTA................................................................. 6
UN PROYECTO ANTERIOR........................................................ 7
PRIMER PREMIO ........................................................................ 7
A UN INFORME EJEMPLAR....................................................... 7
MUCHO ENTUSIASMO ............................................................. 10
Y ALGUNA DESILUSION .......................................................... 10
MAS VALE TARDE QUE NUNCA ............................................. 11
LUIS GERONIMO LUCERO ......................................................... 12
Y SU APORTE .............................................................................. 12
COMO INVESTIGADOR ............................................................... 12
A TRAVS DE SU INFORME ....................................................... 12
INTRODUCCION........................................................................ 12
I- CREENCIAS Y COSTUMBRES................................................. 14
CREENCIAS Y PRCTICAS SUPERSTICIOSAS ..................... 14
SUPERSTICIONES RELATIVAS............................................ 15
A FENMENOS NATURALES ............................................... 15
SUPERSTICIONES RELATIVAS............................................ 16
A PLANTAS Y RBOLES ...................................................... 16
SUPERSTICIONES RELATIVAS A ANIMALES..................... 16
SUPERTICIONES RELATIVAS .............................................. 17
A FAENAS RURALES............................................................ 17
Testimonio de Honor............................................................. 70
Premio Copa Estmulo Escolar ............................................ 70
Diploma de Honor.................................................................. 70
4- OTROS RECONOCIMIENTOS .............................................. 70
Nota N 265 de la Inspeccin Nacional de Escuelas........... 70
Nota N 396 de la Inspeccin Nacional de Escuelas........... 70
Nota N 5 de Inspeccin Nacional de Escuelas................... 71
Nota N 2358 de la Inspeccin Nacional de Escuelas......... 71
Nota enviada por la Comisin Pro-Centenario.................... 72
Nota enviada por la Sociedad de Beneficencia................... 72
Telegrama enviado desde San Luis con fecha 23/11/27..... 73
5- COMENTARIO DE LA DRA. BATTINI................................... 73
6- LUIS G. LUCERO EN EL RECUERDO.................................. 74
7- LUIS LUCERO EN LA OBRA ................................................ 74
DE ALGUNOS ESCRITORES ................................................... 74
PALABRAS FINALES .................................................................. 74
PALABRAS PRELIMINARES
La primera parte de esta obra trata de la vida de Luis Gernimo Lucero,
admirable maestro del departamento Belgrano, provincia de San Luis, cuya relevante
figura es injustamente desconocida por la mayora de sus comprovincianos.
En esas pginas, luego de ordenar los datos obtenidos de diversos documentos
y de testimonios brindados por familiares y memoriosos pobladores de Nogol, he
intentado esbozar su biografa y delinear su perfil como ser humano, como
ciudadano, como docente y como amante de las expresiones artsticas.
En la segunda parte procuro comentar y valorar la obra escrita que nos legara
este notable docente que es, adems, un investigador nato y que con su meritoria
labor realiza un aporte substancial a la investigacin folklrica de la provincia.
Quiera Dios que los valiosos papeles que Luis G. Lucero escribiera hace casi
un siglo, alejado de los centros urbanos, en su humilde escuela, en sus escasas horas
de maestro rural, tal vez por las noches y a la luz de una vela, cobren vida a travs de
estas pginas y se arraiguen en la mente y en el corazn de los puntanos del nuevo
milenio.
ARGENTINA
FUSOR DE TRADICIONES
Una inmensa legin de inmigrantes arrib a nuestro pas para
dispersarse luego hacia los cuatro rumbos de esta patria magnnima y solidaria
que, fiel a los enunciados de su Constitucin, estaba dispuesta a dar asilo a
todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino.
Esta importante corriente inmigratoria de la segunda dcada del siglo XX
se sum a la de fines del siglo XIX promovida por Nicols Avellaneda con la
Ley General de Inmigracin de 1876.
Es as como Argentina se convirti en un crisol de razas y en un fusor de
tradiciones.
Se vivi entonces un momento de transculturacin en el que da a da el
rbol de la tradicin argentina sufri el dolor lacerante de una poda con la
inevitable incrustacin de un injerto.
Era necesario, pues, salvar del olvido los tesoros ancestrales que
dormitaban en la memoria popular; resultaba imperiosa la recopilacin de todo
el material del folklore argentino que se hallaba disperso y que corra el riesgo
de perderse ante el avance gradual e inexorable del cosmopolitismo.
EL PROYECTO DE 1921
En este marco social y cultural el 1 de marzo de 1921 el Dr. Juan P.
Ramos, por ese tiempo vocal del Consejo Nacional de Educacin, present un
interesante proyecto ante esta institucin, por entonces presidida por el Dr.
Angel Gallardo.
Ciertas disciplinas cientficas contemporneas -expresaba Ramos en su
fundamentacin- han profundizado, especialmente en las naciones europeas,
el estudio del folklore y de la poesa popular con un xito tal que se han
constituido asociaciones de sabios, se han editado revistas especiales y se han
formado museos que sirven de centro donde se resume el trabajo de todos los
que participan en la tarea comn de desentraar y esclarecer, a la luz de la
ciencia, las tradiciones populares y poticas de una colectividad determinada.
Y continuaba diciendo:
NACE LA ENCUESTA
La respuesta del Consejo Nacional de Educacin no se hizo esperar.
En sesin del 16 de marzo de 1921 resolvi recoger por intermedio de
las escuelas de la Ley Linez todo el material disperso de folklore, de poesa y
de msica a cuyo fin cada maestro transcribir lo ms fielmente posible todo
aquello que pueda referirse a los siguientes enunciados.
En dicha Resolucin, extendida a lo largo de siete puntos, se deleg a
los directores de escuela la tarea de recoger ordenadamente el material
recopilado por los maestros y de remitirlo al inspector nacional de escuelas de
la seccin antes del 1 de agosto de 1921; se establecieron cinco premios
consistentes en medallas de oro para los cinco mejores informes del pas; se
proyect la publicacin de una seleccin de los trabajos ms meritorios y se
estipul el registro de conceptos en la foja de servicios de cada maestro.
En el ltimo punto de la Resolucin se contempl la formacin de un
jurado para pronunciarse sobre el mrito de los trabajos y la adjudicacin de los
premios.
Para integrar el mismo fueron designadas las siguientes personas:
Dr. Juan P. Ramos, Vocal del Consejo Nacional de Educacin.
Sr. Pablo A. Crdoba, Pro-Secretario de dicha institucin.
Sr. Leopoldo Lugones, Director de la Biblioteca Nacional de Maestros.
Sr. Luis M. Jordn, Director del Museo Escolar Sarmiento.
Sr. Enrique Banchs, Administrador de El Monitor.
A partir de entonces comenz a funcionar un enorme mecanismo cuyos
engranajes eran los maestros de las escuelas Linez.
El mismo estaba destinado a trabajar con ahnco para salvar del olvido
las voces agonizantes del pasado y dejarlas impresas en papeles que pudieran
proclamar a las generaciones futuras la grandeza de la tradicin argentina.
Miles de maestros de la patria, los de las ciudades y los afincados en los
ambientes rurales ms alejados, recibieron, unos tempranamente y otros ms
tarde, las instrucciones para realizar la encuesta.
Tal vez el tiempo otorgado a los maestros, no ms de cuatro meses,
haya sido escaso para colaborar eficazmente en un proyecto de tal
envergadura.
Y si pensamos en las distancias y, en muchos casos, en la escasez o
carencia de comunicaciones en aquellos tiempos, no nos equivocamos al
suponer que el maestro de campo estuvo en desventaja respecto al de las
grandes ciudades en cuanto al tiempo disponible para concretar la labor.
UN PROYECTO ANTERIOR
La publicacin del primer tomo del Catlogo fue acompaado por
palabras preliminares que con el ttulo de Advertencia escribi Ricardo Rojas,
director del Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofa y Letras
de la Universidad de Buenos Aires.
En una nota de pie de pgina dice:
Esta iniciativa del Consejo me fue personalmente muy grata, porque ella
realizara lo que desde quince aos atrs vena pregonando en la prensa y en
los libros. Vase al respecto en mi libro Cosmpolis (Pars, 1905), los
artculos titulados Nuestro folklore y Romances tradicionales en Amrica y en
La restauracin nacionalista (1909), pginas 433, 480 y 504, se proyecta la
recoleccin integral del folklore argentino y la edicin de una antologa de
tradiciones populares, como parte de un plan educacional propuesto por m al
Ministerio de Justicia e Instruccin Pblica.
Ms adelante, refirindose a la Encuesta de 1921, expresa:
La excelente iniciativa tom de sorpresa a los maestros que no se
hallaban tcnicamente preparados para dichos trabajos; y esto mismo torna
ms digna de consideracin la buena voluntad y la intuicin con que realizaron
su tarea, llegando algunos de ellos a encomiables extremos de diligencia y
prolijidad.
PRIMER PREMIO
A UN INFORME EJEMPLAR
Luis Lucero R.
En cierto prrafo del Prefacio Lucero Riera pone de manifiesto la
modestia propia del maestro rural de una provincia pequea que debe elevar
un informe para ser ledo por personalidades de gran lustre cultural, all, en el
lejano Buenos Aires.
Imaginamos que al pensar en ello senta empequeecer el mrito de sus
pginas porque expresa:
Acepto que una vez ledo mi trabajo, pesado y contrapesado con los
dems, si tiene la suerte de algn valor esta contribucin, pido me sea
devuelto, si as se lo estimase conveniente, para sacarlo en limpio y a mano,
con todo cuidado, () depurndolo de los errores que encuentre y atendiendo
a las observaciones que se me hagan.
La lectura minuciosa del informe nos permite descubrir el perfil de un
hombre generoso y servicial, de un maestro responsable y capaz, estudioso y
apasionado.
En otro segmento del prlogo comenta:
En un momento vacil al agregar cierto gnero de poesa grosera y an
dichos y palabrotas comunes en la gente de corte inferior y cuando me
convenca el hecho de que el material folklrico debe comprender de todo y al
pensar en el objeto para lo cual es, sus fines, etc., pensaba que era
indispensable incluirlas.
Sin embargo vacilaba, por lo cual hice una consulta al Dr. Juan P.
Ramos, la que me fue contestada telegrficamente y afirmativamente. ()
Ahora pienso: Si no los hubiera incluido, no llegara a ser una falta notable
este material que hubiese quedado?
Ms adelante, al completar este pensamiento, el maestro Lucero
demuestra que ha comprendido cabalmente el objetivo de la encuesta y la
importancia de la fidelidad de la recopilacin cuando expresa:
Se trata de presentar todo lo que se ha encontrado para que el
tcnico saque de ah lo que realmente necesite y desprecie lo intil, es
presentarles el mineral en bruto para que al fundirlo en el crisol d el porcentaje
de materia buscada.
A medida que recorro las pginas adquiero la certeza de estar frente a
un sagaz observador del universo que le rodea y de un autntico investigador
de la tradicin y de otras disciplinas, muchas de ellas no incluidas en la
Encuesta Nacional.
Soy poseedor de bien poca cosa en materia de arqueologa y
numismtica -manifiesta- pero con el tiempo aumentar estas colecciones las
que pondr a disposicin del tcnico o interesado estudioso.
Me ofrezco igualmente a contribuir con mi corto estudio de arqueologa,
que se reduce a simples observaciones, cuando sea el caso de estudiar en
esta provincia, porque indicar algunos puntos que creo puede ms o menos
encontrarse algn vestigio de algo.
Me ofrezco igualmente a contestar cualquier pregunta que se haga
referente a mi trabajo y en cualquier forma.
Lucero Riera organiza su trabajo cuidadosa y metdicamente,
enriqueciendo los datos compilados con valiosos juicios y reflexiones propias,
con interesantes observaciones y deducciones personales.
MUCHO ENTUSIASMO
Y ALGUNA DESILUSION
Al redactar su informe Lucero Riera no lo hace tan slo para cumplir con
el deber de un docente argentino ante los requerimientos de la Encuesta
Nacional.
El confecciona su trabajo a conciencia, con esmero, con pasin y hasta
con sacrificio, tal vez privndose de horas de descanso.
A qu hora escribe?
Tal vez por las noches, robndole horas al sueo?
A la luz de una vela?
Buscando el calor de un brasero que entibiara el rigor de aquel invierno
de 1921, all, en el lejano Barrialitos, departamento Belgrano?
Sus escritos, henchidos de entusiasmo y apasionamiento, a veces se
tien con un dejo de tristeza.
As, en un segmento del informe en el que se refiere a la fundacin de
San Luis, expresa con pena:
En un cuaderno que present a la Inspeccin de San Luis, en tiempos
de Abraham J. Jofr y que lo pasaba por intermedio suyo al H. Consejo,
titulado Flor de Poleo (lecturitas para nios - historia) va mi pequeo juicio
acerca de esto, es decir, de cmo fueron los diferentes cambios de la Ciudad y
sus causas. () No he sido feliz porque mi cuaderno s que no sali de manos
del Sr. Jofr.
Y en otro prrafo manifiesta:
CLASIFICACION
A.
Creencias
y prcticas
supersticiosas
1
Creencias
y
costumbres
B.
Costumbres
tradicionales
2
Narraciones
y
refranes
A.
Poesas
y canciones
3
Arte
B.
Danzas
4
Conocimientos
populares
Conocimientos
populares en las
diversas ramas de la
ciencia (medicina,
botnica, zoologa,
astronoma,
geografa, etc.).
I- CREENCIAS Y COSTUMBRES
El primer captulo del Cuadro de Clasificacin proporcionado por el
Consejo de Educacin, titulado Creencias y Costumbres, abarcaba dos
grandes temas:
Creencias y prcticas supersticiosas.
Costumbres tradicionales.
SUPERSTICIONES RELATIVAS
A FENMENOS NATURALES
El informe referente a este tema ocupa quince carillas y es realmente
copioso e interesante, por lo que se hace difcil la eleccin de los puntos a
comentar en este libro.
De los numerosos datos que Luis Gernimo aporta sobre las
supersticiones relativas a los fenmenos naturales, muchos refieren a la forma
de aplacar las manifestaciones perjudiciales de la naturaleza (rayos, truenos,
tormentas, piedra, granizo, centellas, etc.) o de captar los avisos de algunos
fenmenos atmosfricos respecto a hechos de la vida cotidiana (mensajes de
las fases de la luna, nubes que anuncian nacimientos, manchas en las
constelaciones que auguran riqueza, aureolas de la luna que pronostican
viento, arco iris que seala un tesoro, remolinos que transportan al maligno,
pestes que traslada el viento, puestas del sol que anuncian lluvia, etc.).
De todos estos datos me parecieron cautivantes los que guardan
relacin con la religiosidad popular del puntano, razn por la que transcribo
algunos de ellos:
Entre la gente cristiana es corriente decir que en los pejes, planta de
esta regin que tiene hojas simples y de forma de rombo con espinas en sus
ngulos y formando el tronco de sta con los otros tres ngulos con espinas
una cruz, dicen que nunca cae un rayo por el hecho de terminar en cruz.
He odo decir tambin que en las iglesias tampoco caen los rayos por
tener cruz en las partes altas.
Cuando una tormenta parece traer piedra y amenaza descargar, hay
quienes aseguran contrarrestar la cada diciendo cortar la tormenta haciendo
en el suelo una cruz con ceniza, hincndose y rezando un Creo en cruz.
En cruz se llama prosternarse con los brazos abiertos y cruzando el
dedo pulgar con el ndice en forma de cruz y mirar fijamente la tormenta.
Las mujeres acostumbran contrarrestarlas quemando palma bendita y
rezando el Trisagio o bien encendiendo una vela bendita y rezando.
La palma bendita la guardan en tiempo de Domingo de Ramos y las
velas las hacen consagrar a propsito y con tal objeto.
Los creyentes cristianos tienen la precaucin de levantarse antes que
salga el sol en da Viernes Santo y cortar hierbas que tienen virtudes
medicinales y guardarlas colgadas de los techos, porque les atribuyen virtudes
curativas en su ms alto grado por ser arrancadas en Viernes Santo. Tambin
SUPERSTICIONES RELATIVAS
A PLANTAS Y RBOLES
Tambin es abundante la informacin que Luis Lucero brinda acerca de
este tema.
En la misma adquieren protagonismo la cortadera, el peje, los
caaverales, la ruda (macho y hembra), el molle dulce, la higuera, el mirasol de
campo, el palque o palqui, la albahaquilla, el ajo y la cebolla por ser causantes
de curaciones y por brindar proteccin a los humanos ante los peligros
naturales y sobrenaturales.
Transcribo slo algunos de los datos compilados:
Cuando ocurre la desfoliacin en los rboles, creen que es la poca
cuando se mueren las viejas.
Dicen que la planta de ruda est dividida en dos individuos: ruda macho
y ruda hembra. El que pueda tener una planta de ruda macho en su casa,
posee la contra de las brujas y no pueden hacerle mal.
Que las vboras huelen muy mal al ajo y que para que no se alleguen
hay que moler ajo para que despida olor o quemar asta de venado o un pedazo
de cuero.
En los rboles resinosos dicen que no caen los rayos.
Se cree que la sombra de la higuera es mala, por eso no se ha de dormir
siesta debajo de ella.
La cortadera, una especie de junco que por lo general se encuentra en la
sierra, dicen que sale en el bajo o en el llano, donde hay agua cerca del suelo.
SUPERTICIONES RELATIVAS
A FAENAS RURALES
El hombre de campo se siente atrado por creencias y supersticiones
populares que le llegan por obra de la tradicin y que pone en prctica
buscando proteccin y ayuda para sus trabajos cotidianos.
Por ser un hombre de campo, tanto las faenas rurales como las
creencias populares ligadas a ellas son bien conocidas por el maestro Lucero
Riera.
Por eso alude con total solvencia tareas como aventar el maz, carnear,
pisar el queso o arar, informando algunas prcticas supersticiosas que la
mayora de la gente de su comarca conoce.
Segn lo informado, algunas de estas supersticiones favorecen la
realizacin del trabajo; otras, anuncian futuros sucesos:
Las mujeres que quieren aventar el maz y que por falta de una brisa no
pueden separar el grano de la paja, suelen llamar al viento con el nombre de
Luis y dicen Luis, Luis, Luis, muchas veces y no tarda el vientecito en llegar.
El que al carnear un animal, ste no muere y pena mucho, dicen que
esta persona debe durar muchos aos.
Cuando buscan una mujer para que pise quesos buenos, de buena
masa, tienen la precaucin de buscar aqulla que por naturaleza tenga las
manos fras.
Cuando se anda arando y el buey sacude las patas, son seas de que
luego va a llover.
SUPERSTICIONES RELATIVAS A
LA MUERTE, EL JUICIO FINAL, ETC.
La creencia de una nueva vida ms all de la muerte ya era propiedad
de nuestros aborgenes: los Incas por ejemplo, a los cuales obedecan los
habitantes del antiguo Cuyum, acostumbraban enterrar sus muertos con todas
sus quenas, seguros de que en el ms all agradaran a los dioses con sus
sones.
Con la llegada del cristianismo en pocas de la Conquista y
Colonizacin, aparecieron nuevas creencias apoyadas en la confianza en Dios,
el temor al diablo, el cielo como premio a los buenos, el infierno como castigo a
los malos, el purgatorio, el juicio final, la resurreccin de la carne y la vida
eterna.
Debido a la paciente labor de los sacerdotes enviados por Espaa estas
imgenes se enraizaron en tierra americana, pero en cierto modo se
mestizaron con las ya existentes dando lugar a una religiosidad popular que, en
algunos casos por falta de un serio conocimiento de la doctrina cristiana, dio
lugar a fantasas y supersticiones que pasaron de generacin en generacin
por obra de la tradicin.
A continuacin transcribimos algunas de las que ha recogido Lucero
Riera:
Cuando zumban los odos acostumbran decir que es la muerte que
pasa y suelen gritar: Jess me ayude!, Jess de ampare!.
Se cree que los chicos que mueren sin bautismo son ngeles que no van
a la Gloria a servir a Dios sino que van al Limbo, una caverna en que reina la
tiniebla para nunca ver la luz; nicamente los das sbados alcanzaron a ver
una luz muy pequeita.
Al infierno lo conciben como un fuego eterno adonde van las almas con
pecados imperdonables y aqullas que el diablo ha logrado tentar al mal, pues
ste anda por el mundo en formas diversas y puede presentarse en forma de
animal o de humano.
El estornudo o bostezo es saludado por los oyentes con un Salud! y
con un Jess! por parte del que estornuda, temiendo que en aqul momento
puede cortarse el hilo de la vida.
SUPERSTICIONES RELATIVAS A
FANTASMAS, ESPRITUS Y DUENDES
En algunos lugares apartados del ambiente rural subsiste la creencia de
que por las noches suelen andar las nimas penando por el campo.
Los comentarios sobre estos temas, realizados en reuniones familiares o
en mateada de los galpones, tienen lugar generalmente por las noches,
momentos que parecieran agigantar la imaginacin del narrador y el asombro
de los oyentes.
As se arraigaron en los pueblos fantasas y mitos que luego fueron
recreados en gran cantidad de narraciones y cuentos que hoy enriquecen
nuestro folklore literario.
Cuentos de aparecidos y fantasmas -escribe el maestro Lucero- hay un
sinnmero, pero que no tienen ms que la fantasa de armar el cuento de tal o
cual aparecido para armarse con el dinero o caballo ensillado o prendas.
Muchos hubieron que, haciendo coraje, descubrieron una falsa visin o
audicin y que realmente era un viviente amortajado y no obstante sigue la
credulidad en la vagancia de los espritus.
Para el hombre folk, las nimas son bultos blancos que, sin causar
ofensa alguna (tal vez un desmayo por el miedo) se mueven sin ruido aunque a
Los duendes
Los nios que mueren sin ser bautizados y no son recibidos en los
cementerios de los pueblos o villas por no haber sido enrolados en la fe
cristiana, son enterrados por sus padres en las huertas o patios de sus casas,
plantando en muchos casos un rbol en el lugar para que sus restos no sean
pisoteados.
Es creencia popular que donde yacen estos nios sin nombres, sin
bautismo y sin fe, suelen haber aparecidos a los que llaman duendes.
Las salamancas
Son cuevas o cavernas debajo de la tierra cuyas entradas estn bien
disimuladas para esconderlas a la luz del da.
Hay quienes aseguran que por las noches all se rene el maligno con
las brujas y que pocos son los corajudos que dicen haberse acercado a esos
lugares atrado por el canto, las risas y las guitarreadas.
Algunos afirman haberse sentido fascinados por esa msica que duraba
hasta el amanecer.
Esto informaba el maestro Lucero all por la segunda dcada del siglo
pasado:
Me contaba un tal por una cual que una vez, borrachos l y otros
compaeros suyos, se invitaron a ir a una salamanca cercana. Se dispusieron
a ir en medios de sus borracheras; pero una vez enfrentados a la salamanca no
se animaron porque vean cosas muy feas, lo que les hizo quitar la borrachera
como por encanto y desistir del intento.
En la actualidad, con la construccin de numerosas iglesias y la llegada
de sacerdotes hasta lugares apartados de las provincias, se ha difundido la
doctrina cristiana en los medios rurales y se halla profundamente arraigada la
devocin de la Virgen Mara en todas las comarcas, por lo que las apariciones
de duendes y salamancas han quedado grabadas en la memoria popular como
quimricas histricas del pasado que son escuchadas con curiosidad o
asombro.
BRUJERIAS
Desde tiempos inmemoriales y a travs de la historia de la mayora de
las culturas del mundo, la brujera ha sido motivo de misterio, temor,
persecucin y muerte.
En todos los casos se la ha considerado como un conjunto de prcticas
realizadas por personas llamadas brujos o brujas, a las que se supone dotadas
de poderes sobrenaturales y que, mediante ritos mgicos, en general causan
un perjuicio.
El maestro Lucero Riera dedica doce pginas de su informe a este tema
cautivante que procurar comentar brevemente.
Segn su investigacin y la creencia popular en los lugares que conoce,
las brujas o hechiceras por lo general son mujeres que tienen trato directo
con el diablo, quien les dan poderes mgicos que puedan realizar sus
maldades sin ser sospechadas.
Tienen poder para volar, siempre de noche, y hasta que cante el gallo.
Para adoptar la forma de pjaro (generalmente se aparecen como cndores),
es indispensable que dejen en tierra sus ropas.
Cuando Dios manda el da pierden el poder de volar y caen en cualquier
lugar, buscando una fronda para esconderse y no ser reconocidas.
Luis Lucero narra lo vivido por el finado Plcido Fernndez que una vez,
yendo a la sierra, vio una mujer desnuda contra una piedra, que se cubra la
cara con su cabello para que no la conocieran; l la reconoci por ser una
vecina suya y le prest el poncho para que se tapara.
El familiar
Muy unido al tema de las brujeras est la creencia en el familiar,
animal que, luego de celebrarse un pacto entre una persona y el diablo, es
criado como mascota por su dueo, al que le proporcionar grandes riquezas.
El animal debe ser atendido slo por su amo y si por cualquier causa
llegara a morirse, la persona se empobrece de la noche a la maana,
perdiendo todo lo conseguido a travs del pecaminoso trato.
El familiar puede ser una vbora, un toro o cualquier otro animal.
De las historias recogidas por Luis Gernimo elegiremos una que dice
as:
Cuenta que un fulano de tal tena un familiar, que era un toro. Que ste
era muy rico. Que una vez llegado el toro al redil, balaba y las haciendas
empezaban a llegar de a cientos. Una vez por un descuido se le muri y desde
ese da, no supo cmo ni cundo, desapareci todo su haber.
Todas las historias que giran alrededor de este tema tienen un final
anlogo.
Al leerlas descubrimos que llevan implcita una impensada moraleja: slo
el bien adquirido con el esfuerzo, como Dios manda, es el que perdura como
ejemplo vlido y como herencia digna.
CURANDERISMO
El curanderismo, considerado dentro del estudio de nuestro folklore
como medicina popular, se basa en la creencia de que ciertas personas poseen
virtudes para recuperar la salud fsica o mental de otras.
Desde tiempos remotos los curanderos han gozado de gran fama y
reconocida autoridad entre las gentes.
Sin mucha estridencia pero con credulidad y agradecimiento, los
pacientes favorecidos por sus curaciones los recomendaban a otros,
divulgando sus poderes sobrenaturales para curar y su sabidura respecto a los
remedios que administraban.
Lucero Riera hace un gran aporte a la investigacin folklrica al
ocuparse del curanderismo ofreciendo, a lo largo de 23 pginas de su trabajo,
una valiosa y abundante informacin en la que no consigna nombres de
curanderos pero s detalla los elementos usados y los procedimientos llevados
a cabo en las diferentes curaciones.
En un vasto informe el maestro hace referencia a los remedios utilizados
en la medicina popular dando nombres de elementos de curacin que abarcan
un amplio abanico, desde los que brinda en abundancia la naturaleza hasta
aqullos que se han logrado con procedimientos qumicos.
As, para la curacin de la cincuentena de enfermedades que figuran en
el informe, los remedios aplicados son muy variados: hierbas, semillas, hojas,
races, flores, frutos, miel, agua fra o cocida, grasa fra o caliente, sebo de
vela, polvo o humo de tabaco, orines de humanos y de animales, excrementos,
huevos de aves o de insectos, sortijas de cola de iguana, leja, panales de
avispas, azufre o alcanfor.
Muchas son las dolencias a las que refiere el docente y mayor el nmero
de recetas que anota, pues para algunas enfermedades transcribe dos o ms
formas de tratarlas.
Las curaciones registradas en su informe son aplicables en caso de
orzuelos, nubes en los ojos, romadizos, reuma en la nariz, dolor de muelas,
constipado, dolor de odos, nariz cerrada en los nios, basuras en los ojos,
micrneas (migraa), dolor de cabeza, corrimiento en las uas, cordn
umbilical que no se corta, nios tardos en caminar, para que los nios sean
precoces en hablar, ptico, gusanillo, indigestiones, alfarera, hemorragia
por la nariz, purgacin en el hombre (enfermedades venreas), callos,
verrugas, picaduras, mordeduras, tos, viruela, vmitos, para hacer fecundas a
las mujeres, para volverlas estriles, ganglios hinchados, reumatismo,
pulmona, tiricia (ictericia), granos ciegos, difteria, hora, culebrilla, calambres,
clicos, estreimiento, amigdalitis (paperas) y canchas de sol.
La cura de palabra
En el segmento destinado a Curanderismo, el docente tambin hace
referencia a la cura de palabra, prctica en la que por lo general el curandero
acta a distancia, previo pedido del nombre y otros datos del enfermo.
En este caso el mdico logra aliviar las dolencias del enfermo con
oraciones o frases destinadas a conjurar el mal.
Asombrosas recetas de t
Las personas que habitan en las zonas rurales son muy conocedoras de
las propiedades curativas de muchas hierbas.
Habitualmente las consumen preparadas en forma de t buscando alivio
a sus dolencias.
De las recetas que transcribe en su trabajo el maestro Lucero escojo
algunas que son realmente asombrosas:
Para las indigestiones de los nios dar un t de bosta de perro o de
cerdo.
Para la ictericia tomar un t de piojos humanos.
Para la picadura de vbora dar un t de excremento humano.
Para la picadura de cien pies hacer un t mixto de cien hierbas
medicinales.
En veintitrs cautivantes pginas Lucero Riera registra ordenadamente
todo cuanto conoce sobre curanderismo, haciendo la siguiente aclaracin:
Los datos se dan en orden disperso, pues la premura del tiempo no me
permite ir a donde puedo sacar mejor partido de esto. Conozco personas que
pueden manifestarme mucho de esto pero las estrechas relaciones que
sostengo con mi puesto y mi deber, no me lo permiten.
Despus de leer su copioso informe me pregunto:
Cunto ms habra logrado investigar de haber contado con el tiempo
necesario?
MITOS
Segn afirma el maestro Lucero Riera, todos los mitos que existen en la
zona provienen del cristianismo.
Puedo asegurar -expresa- que el ciento por ciento de la poblacin es
creyente cristiana; prospera esta religin y se considera como creador del
mundo a un Dios, quien es el supremo hacedor de todo lo creado.
Considera que estn totalmente refundidas la antigua y la nueva raza,
imperando las creencias e ideas catlicas llegadas con la colonizacin.
COSMOGONIA
El trmino Cosmogona hace referencia a un conjunto de teoras de
diverso orden relativo al origen del mundo.
La informacin que Luis Lucero brinda al especto es muy escueta:
Como en el punto anterior -manifiesta- no hay en este sentido qu
agregar a las generales que ha desparramado el cristianismo en sus fantasas
y slo s algunas muy pocas ideas vagas que han sido dichas en otros puntos
en el carcter de supersticiones.
COSTUMBRES TRADICIONALES
Siguiendo el plan de trabajo propuesto por las autoridades
educacionales, en este segmento el maestro Lucero aporta datos sobre
Ceremonias con que se solemnizan algunos acontecimientos y brinda una
informacin muy completa sobre los Juegos populares.
CEREMONIAS
La informacin que Lucero Riera ofrece referente a las ceremonias con
que se solemnizan algunos acontecimientos, tales como nacimientos,
matrimonios y muertes, es sucinta.
Slo expresa que con estas ceremonias sucede en idntica forma que
con los puntos anteriores porque la civilizacin entr en todos los lugares
dejando con firmeza sus costumbres, sustituyendo a las antiguas, que han
desaparecido por completo. (Hace referencia a la llegada de los espaoles y
su cultura)
Y contina diciendo ms adelante:
JUEGOS POPULARES
As como lo hace en otras reas del folklore, al escribir un amplio
informe sobre los juegos populares, que abarca unas ciento setenta pginas, el
maestro Lucero realiza un aporte valioso a la investigacin folklrica de la
provincia.
Cada juego es descripto didcticamente aadiendo, en algunos casos,
diagramas y planos a fin de completar la explicacin.
En este captulo pone de manifiesto no slo un conocimiento profundo
de los temas que trata sino tambin una notable capacidad docente y un
ferviente deseo de difundir las tradiciones recogidas en el medio que le rodea.
En un largo y detallado escrito nos acerca abundante informacin sobre
los juegos infantiles, los juegos de adultos, los juegos de sociedad, el pago de
prendas y las locuciones propias de cada juego.
JUEGOS INFANTILES
Juegos como las muecas, la rayuela, el tejo, el gato y el ratn, el gallo
ciego, el ngel y el diablo, la payana, la mancha, la gata parida, el rescate, el
mosquito, el tercero est de ms, las bolitas (hoyito, troya, cuarta y ensocada),
los trompos y el volantn o cometa, son algunos de los treinta y dos
entretenimientos para nios que minuciosamente describe el maestro Lucero.
Al leer este informe se advierte que el docente conoce bien estos juegos
y que los ha jugado con sus alumnos o los ha dirigido.
En algunos casos les ha enseado a fabricar los elementos necesarios
para jugarlos, hecho ste que seguramente motiv un acercamiento amistoso y
cordial entre el maestro y los educandos.
Los trompos
Al hablar de los trompos Luis Lucero los clasifica, segn la forma que
tengan, en peras y en chatos.
Los formas de pera -cuenta- son comprados o los hace cualquier
tornero y los chatos los hacen los nios, cortando por el medio un carrete vaco
de hilo y con un palito pasado por el agujero, sirve para hacerlo bailar en la
mano.
Y aade ms adelante:
Los trompos a pioln divierten a los nios al hacerlos bailar y al alzarlos
en la mano juegan carreras de durabilidad. Algunos son tan diestros que los
hacen bailar en la ua del dedo pulgar, en una piola cualquiera o en el mismo
pioln.
Los volantines o cometas
Las rondas
Un lugar especial destina Luis Lucero a las rondas y otros juegos
cantados, por lo general destinados a las nias, en los cuales se entonan
versos que guardan las formas de los romancillos espaoles.
En las rondas las participantes se disponen generalmente en rueda y,
tomadas de la mano, comienzan a girar mientras cantan estrofas plenas de
ingenuidad y fantasa:
Arroz con leche
me quiero casar,
con una seorita
de San Nicols.
Que sepa tejer
que sepa bordar,
que sepa abrir la puerta
para ir a jugar.
En algunas de las rondas se alterna el canto con diversos movimientos
que casi convierten en realidad la fantasa.
As, en la versin que el maestro transcribe de La rueda de Avelln
(conocido en mi infancia como Puente de Avignn), se suceden actitudes con
que las participantes imitan los diferentes oficios que va nombrando el canto:
A la rueda de Avelln
todos juegan, todos juegan,
a la rueda de Avelln
todos juegan alrededor.
Hacen as,
as las planchadoras,
hacen as,
as me gusta a m.
Y la ronda va envolviendo distintos oficios (costureras, bailarinas,
cocineras, jardineras) que, unidos a la fantasa, proporcionan momentos de
felicidad a las nias.
Y advierto que Luis Lucero, docente formal y juicioso, llega a contagiarse
con la ingenuidad y la alegra del juego de sus pequeas alumnas cuando
expresa:
Cuando dicen: hacen as, as las presumidas, todas hacen el ademn
de mirarse al espejo o pintarse. Cuando dicen: hacen as, as las coquetonas,
todas menean el cuerpo como coqueteando.
Estos juegos cantados que Lucero Riera anota en 1921, como Muy
buen da seora, Pasar, pasar, Hilo de oro, hilo de plata o Al pin
pirulero, siguieron poblando por muchsimos aos los patios de las escuelas y
de las casas familiares de la provincia por obra de la tradicin oral.
Desde la nostalgia que provoca en m el recuerdo de estas sencillas y
lmpidas canciones surge la pregunta:
En qu rincn del pasado quedaron dormidas las viejas rondas que
colmaron de alegra nuestra infancia?
Tal vez haya una maestra que quiera despertarlas y hacer que sus
nias, compartiendo el juego y el calor de sus manos, giren y canten poblando
de alegra la escuela y sus propios corazones!
Las muecas
Como qued dicho anteriormente, en este segmento el maestro Lucero
describe juegos en los que ha participado o que ha organizado con sus
alumnos.
A travs de sus palabras resulta fcil imaginar su entusiasmo e ingenio
como jugador y su capacidad y juicio como supervisor.
Tal vez el comentario que mejor muestra su perfil humano es el que
hace refirindose al juego de las muecas:
Este juego -dice- es propio de las chicas y despierta aptitudes manuales
en la mujer y es muy propio para estudiar las condiciones de madre innata en
ellas.
El juego de las muecas, en el que las nias edifican un mundo ideal de
charlas y rezongos, de vestidos y comidas, de enfermedades y medicinas, de
reproches y caricias, es perfectamente definido por Luis Lucero con estas
pocas palabras:
Es el cuadro del hogar en miniatura.
Hoy, ya comenzado el nuevo milenio, una recndita pena nos invade al
observar que nuestros jvenes y nuestros nios son esclavos de un
consumismo extranjerizante.
JUEGOS DE ADULTOS
En esta seccin estn presentes juegos como la taba, la carrera de
embolsados, las bochas, juegos de a caballo como la sortija y la aguja, juegos
de naipes que tambin brindaron momentos de entretenimiento y alegra a los
nios y tambin la pelota, la sartn, el palo jabonado, el tres, el tres de cuatro
tantos, el tres de nueve y de doce y la leona, entre otros.
Por la riqueza de los datos que el informe contiene y por la excelente
metodologa con que Lucero Riera los expone, dedicaremos algunos prrafos a
dos de los juegos que describe: los juegos de naipes y la taba.
El truco
En cuanto a la entusiasta explicacin que ofrece sobre el truco, del que
da a conocer las reglas de juego y algunas formas de engatusar al
contrincante, sta habla a las claras de su habilidad para jugarlo.
Este juego se presta para la risa y el buen humor -comenta- porque
tiene miles de variedades, resortes, leyes y seas. Se presta a dicharachos y
refranes que a cada paso dicen para no hacer nada. () Ms bien se presta
para embusteros y maosos.
Y finaliza diciendo que el truco es el juego que ms gusta al paisanaje
por lo distrado y chistoso de figuras que hacen los jugadores, ya de ridculo o
de viveza.
La taba
Al describir la taba como elemento de juego, no cabe duda que conoce
muy bien su fabricacin, la que explica de esta manera:
La taba es un hueso que acostumbran sacar de las patas de los bueyes
o vacunos y eligen la derecha para el juego. Una vez sacadas algunas partes
desparejas que tiene, como para que tenga buen asiento de un lado y de otro,
se puede jugar con ellas. Se secan y se pulen. Algunos acostumbran ponerle
unas chapas de hierro para que duren ms o se claven en el suelo.
De la explicacin que brinda sobre el juego transcribo el segmento ms
significativo:
Se juega entre dos, a la suerte o al culo. () Uno tira la taba
despus de haberse fijado las distancias y si echa culo pierde, si echa
suerte gana la parada, que puede ser cinco centavos o cien pesos, un buey o
dos mulas.
Los comentarios que Lucero Riera realiza sobre la taba y sus
reglamentos evidencian que conoce bien este juego y que seguramente ha
participado de l en ms de una justa dominguera.
El tira y afloja
El maestro describe el juego de esta manera:
Reunidos todos los que han de jugar, el director del juego toma un
pauelo grande. () El director toma una punta y otra persona, la otra.
Al estar as tomados el director del juego dice:
Al tira y afloja
perd mi caudal.
Al tira y afloja
lo volv a ganar.
Tira, afloja,
tira, afloja
El jugador debe obedecer cada orden, por lo que el juego se torna
gracioso con los cambios de rdenes que haga el que dirige: tire, afloje, afloje,
tire, hasta hacer caer al contrincante.
El xito depende de la habilidad del director para acompaar la orden
con una mmica contraria intentando confundir a su adversario, es decir que
hace el movimiento de tirar pero ordena aflojar y viceversa.
Y finaliza diciendo:
As contina el juego hasta que todos han cado, los que debern pagar
una prenda o penitencia.
El cochero
En este juego el director elige entre los presentes las personas y
elementos que participarn en una ceremonia de casamiento: el novio, la novia,
el padrino, la madrina, el sacristn, los padres del novio, los padres de la novia,
los invitados, etc.
Todas estas personas debern viajar en un coche imaginario, por lo
tanto elige al cochero, los caballos que tiran el coche, etc.
Todos deben estar sentados en sus sillas respectivas.
Seguidamente, el director del juego comienza a improvisar un cuento en
el que va nombrando los distintos personajes y elementos.
Cada vez que los nombra la persona que los representa debe ponerse
de pie, dar la vuelta y volverse a sentar; en caso de equivocarse, debe pagar
una prenda.
Todo est en la habilidad y astucia del que maneja el juego -comenta
animadamente el maestro-.
EL PAGO DE PRENDAS
Un prrafo especial dedica Luis Lucero al pago de prendas que tiene
lugar una vez finalizado el juego.
Las prendas son una especie de penitencias que deben pagar los
perdedores.
Generalmente consisten en producir exclamaciones o movimientos que
colocan en situacin ridcula al que los realiza, lo que provoca la risa de los
presentes.
En algunas ocasiones las prendas se anotaban en diferentes papeles,
los que se extraan al azar de una caja o de una bolsita.
Para que haya equidad -comenta Luis Gernimo- deben sacarse las
prendas sin que nadie sepa cul debe salir, a fin de que la suerte sea quien
decida y quedarse fuera de todo pasionismo; por eso, previamente se da la
penitencia que debe sufrir aquella persona duea de la prenda que saldr al
entrar la mano en un lugar escondido donde estn las prendas.
Las siguientes son algunas de las penitencias que, segn el informe, se
pagaban al finalizar los juegos de saln:
Cantar como gallo: imitar el canto de este animal.
Rebuznar como asno: lo mismo.
Servir de mostrador: El penitenciado debe colocarse en cuatro pies
mientras dos de los dems jugadores hacen uno de almacenero y otro de
borracho. El mostrador debe soportar pesos, golpes, empujones y mil
ocurrencias mientras se desarrolla la escena.
Servir de espejo: El que hace de espejo debe ubicarse donde le indican
mientras los otros se le acercan haciendo morisquetas y cabriolas. El espejo
debe repararlas en idntica forma.
Decir que s o decir que no: La persona debe colocarse a cierta
distancia para no or lo que en voz baja dicen los dems. Cuando le preguntan
si es cierto lo que han dicho, el debe contestar si o no. Las preguntas
formuladas son ridculas o graciosas y ms gracia causan las respuestas
desacertadas.
Decir S, como trigal: Se debe contestar como trigal a todo lo que se
le pregunte. Si la pregunta es Usted tiene muchos pelos?, la persona debe
responder S, como trigal; si se pregunta Usted tiene muchas maas?,
debe contestar S, como trigal.
Orinar como perro: El que cumple la penitencia debe imitar al perro en
su modo de orinar. Se forma un cuadro muy gracioso al tener que ponerse en
cuatro patas y andar entre los participantes, olerse las piernas, levantar una
pata y hacerse el que las orina.
Besar la sombra: El condenado a esta penitencia debe tratar de besar la
sombra de quien se interpone entre la luz y una pared y perseguirla cuando se
mueve.
Besar la cruz donde la haga: Si hacen la cruz en la frente de una mujer,
en el borde de una mesa, en el suelo o en la rodilla de una anciana, ah debe
besar el que paga la prenda.
Apagar la vela con la nariz: La persona debe taparse con un dedo una
ventanilla de la nariz, y con la otra soplar una vela ardiendo hasta apagarla.
TRADICIONES POPULARES
En este segmento Lucero Riera transcribe historias que llegan a l por
va oral en los aos de su infancia.
Muchas de ellas son recuerdos y vivencias que escuch de labios de su
abuela, doa Teresa Decena, nacida alrededor de 1810 y en un tiempo cautiva
de los indios.
Otras le fueron narrados por una ta suya, nica sobreviviente de sus
ancestros.
Estos relatos contienen interesantes episodios y ancdotas que cautivan
al lector por su contenido y por el marco referencial en que los inserta.
El Seor de la Quebrada
El maestro comienza diciendo:
De la ciudad de San Luis al norte hay una villa llamada La Quebrada.
No dir nada del pasado de ella respecto a su fundacin ni de su porvenir y
slo me determino a anotar el nombre que tiene entre el pueblo puntano y an
ms all, alcanzada esta popularidad y renombre por los milagros de un Santo
que all patrona la villa, llamado Seor de la Quebrada.
Dicho Seor es un Cristo o crucifijo, el cual fue encontrado en la cima o
falda de una serrezuela del lugar.
Sin hacer referencia a las circunstancias en que fue hallado ni al milagro
sucedido en ese momento, el maestro contina diciendo:
Atribuyndole los milagros propios de una imagen como sta y en su
creencia cristiana, aquel hombre, Toms Alcaraz, no menos distante de estos
aos que 60, hzole una capilla. Tal vez parti la popularidad de su nombre
desde la casa de ste y el Santo empez a hacer adeptos a la creencia suya,
que hoy su capilla se ve concurrida por gente que viene hasta de Chile
ofrecindole presentes, cumpliendo su promesa por lo que el Santo ha
concedido en milagros patentes.
El relato contina y llega a un punto en que Luis Lucero comenta
apenado:
Hoy veo que el acto religioso ha decado un tanto y se ha convertido
casi ms bien en un lugar de reunin y la llegada del 3 de mayo de cada ao es
ansiada por los promesantes (que al fin son pocos) y ms por aqullos que
quieren divertirse una vuelta, como aqu se dice.
Todo es llegar el primer da del novenario a seguir y empiezan, mejor
dicho, empezaban a llegar los promesantes de todo gnero de colores, sexos,
edades, condiciones de sociedad y fortuna.
Y una vez agotadas las habitaciones pedidas de antemano, pedan
permiso en los sitios baldos y levantaban sus carpas, tiendas o cotorros.
Luego que no caban, debajo de los rboles ms vecinos y por fin a lo largo de
los caminos que dan acceso a la villa. ()
De tan tirada que es esta poblacin en e resto del ao, aquellos das se
convierte en una apiada ciudadela donde el bullicio de la gente que arremolina
da y noche, ansiosa de divertirse con todo el entusiasmo que ha prometido,
unos por verse librados del peso de su promesa al Santo, otros porque han
hecho su conquista, otros por dar una serenata o curiosear el paisaje. Si
alguien pasa a lo largo de una callejuela ve todas las modalidades de un
mundo entero y es objeto de admiracin el ver que unos se han improvisado
ranchos, otros bailan, aquellos chancean, estos retozan; unos pelean, otros
cantan, estos blasfeman como aquellos duermen.
De noche el aspecto es como el de un gran ejrcito que vivaquea en la
gran confianza de que el enemigo est a cien leguas de distancia y l con la
victoria ganada.
Todo el da llega y va gente, de ida y vuelta a sus respectivas casas.
Nuevas caras distintos trajes. Es motivo de encontrarse con conocidos que
hacen diez aos que no se ven y motivo de saludar caritas que se vern una
vez en la vida o hacerse de nuevos buenos amigos.
Mercachifles de todas banderas ofrecen sus artculos de todos gneros
de cosas, comestibles, vestir. Nada falta en aquellos das.
Pasado el ltimo da, la villa queda un desierto y slo el piso remolido,
con todo el desperdicio de papeles, cscaras de naranja, cohetes quemados,
cpsulas de balas, flores secas, hojas y huesos de carne asada, quedan de
recuerdo, dando la triste idea de un santo que se le ha pasado el da.
Despus de este magnfico relato, las palabras de Luis Lucero se cubren
de nostlgicos matices al recordar otros tiempos en los que reinaban la fe y el
respeto:
En los tiempos de su mayor apogeo, en los das de su ms fuerte creer
religioso, cuando vena el cura, quedaba en un silencio sepulcral la villa; slo
uno que otro quedaba a la triste luz de una candela o tizn, cuidando el apero
de todos sus compaeros, o el almacenero bostezaba a falta de clientes, o la
pastelera haca chirrear los pasteles para satisfacer a un borracho impertinente
que no quera ir a la iglesia.
Divisar de lejos la capillita, que pareca arder en luces, era observar una
colmena cuando el cambio de reina. Todo un murmullo sordo arrancaba en
conjunto despus de la voz sonora del cura ().
LEYENDAS
Las leyendas son narraciones tradicionales referidas a ellas, en partes
reales y en partes imaginarias.
Seguidamente reproducimos la leyenda del Crespn, tan arraigada en el
interior de la provincia de San Luis donde se la conoce con diferentes
versiones.
Luis Gernimo la relata de esta manera:
Llaman as a una avecita del orden de los pjaros que cantan en la
primavera y dicen que se oyen su canto el da de nimas, su primer da. Y
concierta esta porque, a eso del 2 de noviembre, en estos lugares empiezan a
anidar la mayor parte de los pjaros y por lo tanto la avecita principia a cantar a
la hembra.
FABULAS
Las fbulas son relatos cuyos personajes son generalmente animales y
que contienen un consejo o moraleja que se sintetiza al final de la narracin.
El maestro Lucero ha recopilado varios relatos en los que los
protagonistas son animales: El avestruz y la liebre, La quirquincho, Los
perros, La Zorra, El chingolo, La vbora y la higuera, La mula, El Burro,
El sapo, el carnero y el chivato, El tigre, el zorro y el carancho, El burro y el
carancho, La mula y el gato, La zorra y la cigea y El cerdo y el burro.
Sin embargo, la estructura de estas narraciones carentes de moraleja,
hace que se asemejen ms al cuento que a la fbula.
A continuacin transcribo una de las numerosas narraciones recopiladas
por el maestro Lucero en las que los personajes son animales:
La zorra y la cigea
La zorra, queriendo burlar a la cigea, un da la invita a almorzar en su
casa. La zorra le sirve sus manjares en una piedra lisa como una pizarra (laja).
La zorra por supuesto, como ese animal que lame, lamiendo con su
lengua hasta lo untado en la piedra.
La cigea, por el contrario, con su pico tan largo y puntiagudo, no
alcanzaba a pescar un arroz y se fue con el mismo hambre que traa.
Para vengarse, un da la cigea invita a la zorra a almorzar a su casa
dicindole:
Comadre, ahora quiero que usted vaya a comer tal da.
La cigea prepar su comida y se la sirve en cambuches (especie de
botella de barro de cuello muy ajustado). Por supuesto, la cigea comi muy
bien porque ella meta su pico largo y angosto hasta el fondo, mientras que la
zorra se entretena lamiendo la boca del cambuche por fuera.
Se fue la zorra con un hambre estpido.
Y finaliza el relato diciendo:
Esta fbula ha dado origen a un dicho popular. Aludiendo a una persona
que invita a otra y la engaa, se dice: Me hizo el convite de la zorra.
CUENTOS
Los cuentos, formas muy antiguas del folklore literario, son narraciones
breves que nos llegan a travs de la tradicin oral.
Ellos han sido un entretenimiento en lejanas noches de fogones o en
amenas tertulias y, segn su contenido y la gracia del narrador, captaron la
atencin de los oyentes que luego los repiten y popularizan.
REFRANES
Los refranes son afirmaciones sentenciosas de uso popular que
encierran juicios y enseanzas nacidos de la experiencia y la reflexin.
Se transmiten por va oral y se arraigan en el lenguaje de los pueblos.
En algunos casos los refranes han sido perpetuados en grandes obras
literarias como stas que da ttulo a una comedia de Caldern de la Barca:
Casa con dos puertas mala es de guardar.
O como ste que Cervantes pone en boca de Sancho Panza en un
prrafo de El Quijote.
El que compra y miente en su bolsa lo siente.
Prolijamente anotados, el maestro Lucero remite trescientos veintisis
refranes en su informe.
Transcribimos slo algunos de ellos:
Deje la bola rodar, que sola se ha de parar.
Respeta la cabeza cana para que te honren maana.
ADIVINANZAS
Las adivinanzas son entretenimientos que han estado presentes en
todas las culturas a lo largo de la historia.
Tienen origen remoto; probablemente surgieron con el lenguaje humano
y abundan en documentos antiguos como la Biblia y el Corn.
Consisten en dar una respuesta correcta al acertijo que hbilmente se
propone.
En algunas adivinanzas la solucin est contenida en un juego de
palabras y muchas de ellas tienen forma de rimas, tal vez para facilitar su
memorizacin.
Como en las leyendas, fbulas, cuentos y refranes, en ellas tambin
intervienen expresiones orales por lo que estn consideradas como parte del
folklore literario.
El maestro Lucero ha recopilado ciento noventa y cuatro adivinanzas y
de ellas ha seleccionado algunas cuyas respuestas guardan relacin con temas
tratados por l a lo largo de su informe:
Saltaba y aqu estaba
y el dinero le quitaba.
La taba
Negro angola
fortacho en la cola.
El peludo
Cul ser aquella hierba
que esta un ciego la conoce?
La ortiga
Palo de bronce, hoja de plata,
fruta de oro.
El chaar
Trancos palancos,
calzoncillos blancos.
El avestruz
Quilla, quilla,
tiene tetas y no cra.
La mula
En aquel alto pelado
est un indio enterrado.
El mataco
Un viejo de santa teologa
No tiene ms que la cama que dorma.
El zorrino
Ancho y bola,
fortacho en la cola.
El quirquincho
Un animalito con alas
pero no vuela,
pero dispara
ms que tu abuela.
El avestruz
III- ARTE
La tercera seccin del cuadro propuesto por el Consejo de Educacin
con motivo de la Encuesta de 1921 est dedicada al Arte y contempla dos
grandes temas:
Poesas y canciones
Danzas.
En el informe, ambos contienen copiosa informacin que procuraremos
comentar seguidamente.
POESIAS Y CANCIONES
En este segmento el maestro Lucero nos ofrece un considerable nmero
de datos sobre canciones arraigadas en el ambiente que le rodea.
En realidad no sabemos si todas son canciones o algunas de ellas slo
son poesas que recita el pueblo.
En el caso de las canciones, es de lamentar que en la recopilacin
realizada por el maestro slo llegue a nosotros la letra de las mismas quedando
en el olvido la msica con que fueron entonadas, debido a la imposibilidad de
plasmar sus melodas en el pentagrama o en un sistema de grabacin.
En cierto prrafo del informe de Lucero Riera manifiesta que su aporte
sobre canciones populares hubiera sido ms completo de haber contado con
un gramfono y as preservar las melodas.
Respecto a esta carencia, no sabemos si fue comentada por el maestro
al inspector de su escuela, porque de ser as ste tena el deber de brindarle el
elemento necesario ya que en el punto 6 de las Instrucciones que el Consejo
Nacional de Educacin enviara a las provincias con motivo de la Encuesta, se
adverta:
Cuando un Inspector considere necesario la remisin de un gramfono
a determinada zona de una provincia para recoger la msica, lo har saber
asimismo al citado vocal, hacindose referencia al Dr. Juan P. Ramos.
Canciones o tonadas
Algunas estrofas que el maestro Lucero transcribe con el simple nombre
de canciones responden, sin duda, a la estructura y caractersticas de la
tonada: hondura temtica, dos o tres estrofas, versos octoslabos y el agregado
de un cogollo.
Recordemos que la tonada, especie lrica que representa al canto
cuyano, en el pasado fue llamada cancin por nuestros paisanos.
Cuando estas trovas de autor annimo recorrieron largos caminos
llegando al disco y luego a las radios (recordemos que el do Gardel-Razzano
grab algunas de ellas), entonces fueron conocidas como tonadas.
Por lo expuesto hoy consideramos tonada a esta cancin que anotaba
el maestro Lucero en el ao 1921:
Yo he sembrado una pasin,
he cosechado un olvido,
he regado una esperanza.
Un mal pago ha producido.
Me hieren todos los males
y yo no encuentro bonanza;
Dcimas
Algunas de las letras que transcribe tienen estructura de dcimas por lo
que suponemos que fueron entonadas con ritmo de estilo.
Estas canciones poseen un alto contenido moral y pareciera que el autor
annimo, al crearlas, se sinti embargado por el deseo de transmitir los
consejos que le fue dictando de la vida misma.
As, La amistad, La piedad filial, La ingratitud, El amor propio,
Saber agradecer, El presumir y No seas codicioso son dcimas que nos
entregan mensajes aleccionadores y ejemplares.
Como los que ofrecen los versos de Saber agradecer:
Por rico, por agraciado,
por entendido que seas
o encumbrado que te veas
siempre habrs necesitado
la mano que te ha guiado,
colocado, enriquecido
o quiz te ha contenido.
Besa humilde y con llaneza!
Que es prueba de gran nobleza
ser el hombre agradecido.
Y en La piedad filial, otra vez una leccin moral es transmitida en
forma de dcimas:
Es un precepto divino
amar a quien la existencia
debemos, y gran prudencia;
hacer feliz su destino.
Si sigues este camino,
El que as lo estableci
te dar, cual prometi,
vida feliz, ya se sabe.
Hijo sin padre es cual nave
que vela y timn perdi.
Serenatas
La serenata es una costumbre heredada del pueblo espaol afincado en
nuestro territorio luego de la Conquista y que ha tenido vigencia hasta hace
poco aos, tanto en el ambiente rural como en el ciudadano.
La misma consiste en una visita nocturna y musical en la que el cantor
obsequia su trova al pie de la ventana de la mujer amada, generalmente con
ritmo de vals.
La serenata tambin puede estar destinada a un amigo y en este caso
tendr ritmo de tonada, zamba, estilo o cueca.
Milongas
La milonga campera es una forma lrica propia de la llanura pampeana
pero que tambin tuvo arraigo en San Luis.
El maestro Lucero nos entrega algunas cuartetas que en el pasado han
sido entonadas en esta provincia con ritmo de milonga.
Dos de ellas dicen as:
La milonga se ha perdido,
la salieron a buscar
entre cinco granaderos,
un cabo y un oficial.
La milonga no me quiere
porque no tengo calzones,
pero ya me estn haciendo
de cuerito de ratones.
Canciones infantiles
Cantares histricos
El maestro Lucero aporta varios fragmentos de cantares que aluden a
hechos del pasado.
Uno de ellos dice:
Que dirn, que dirn los chilenos
si a Chile lo vieran llegar
defendiendo la patria argentina
que Chile pretende ultrajar.
El canto de la danza
Lucero Riera tambin aporta letras con que se cantan algunos bailes
populares tales como el gato, la cueca, el triunfo, la resbalosa, la media caa,
la huella, la chacarera, el gauchito, el correntino y la remesura, todos ellos de
gran arraigo en la provincia de San Luis.
Elegimos slo algunas estrofas con que se cantaban el gato y la cueca,
por reconocer en ellos algunos versos que actualmente se escuchaban con
frecuencia en reuniones de neto corte tradicional.
Para el gato:
Para bailar el gato
han de ser cuatro
dos muchachas bonitas,
dos mozos guapos.
Para bailar el gato
DANZAS
EL GATO
Refirindose al gato transcribe una letra bien ilustrativa e ingeniosa que
va guiando los pasos de los bailarines e indica las figuras a realizar:
Cuando yo est cantando
hagan castaetas.
Cuando deje de cantar,
denle chancleta.
zapateo
Pasate al otro lado,
de flor ramita.
zapateo
Ah date otra vueltita
que yo la acabo.
Como ya qued dicho, los cantores suelen animar la danza recitando los
dichos del gato en los punteos. Pero tambin suelen dar nimo a los
bailarines en medio de la danza.
El docente nos acerca un dicho para los zapateos:
Yo s que te gusta el ajo,
zapati noms carajo!
El gato con relaciones forma parte de nuestro folklore musical.
Consiste en alternar el baile con el recitado de relaciones, que son
cuartetas que dicen los bailarines en una pausa que se efecta al finalizar la
primera parte de la danza.
El varn dice su relacin expresando generalmente galantera y la mujer
contesta con amor correspondido o con picaresco desprecio.
A continuacin anoto algunas de las relaciones consignadas en el
informe del maestro Lucero:
El
En San Juan tengo una rosa
y en Mendoza un clavel.
En Villa de la Quebrada
tengo todo mi querer.
Ella
Tengo que hacer un barquito
de cal y piedra y hondura
para embarcar estos mozos
que pintan y no maduran.
El
En la puerta de mi casa
tengo un paraso florido.
No vaya a decir a nadie
que los dos somos queridos.
Ella
Si quieres que yo te quiera
te has de sahumar con romero.
Que se te vaya el contagio
de quien te quiso primero.
En la provincia de San Luis, el gato con relaciones ha sido bailado
desde antao y en la actualidad pertenece al folklore vigente.
LA CUECA
Como en el caso del gato, la letra que transcribe para la cueca tambin
ayuda a recordar las figuras de esta danza:
Principia con una vuelta
a la redonda
y balseadas en la alfombra
para la cueca.
Pasate al otro lado,
no volvers.
Ah no ms balseando
Te quedars.
Se repite
Se repite
IV - CONOCIMIENTOS POPULARES
En este frondoso captulo referido a conocimientos populares en las
diversas ramas de la ciencia, que ocupa alrededor de cien pginas, el maestro
Lucero vierte todas sus investigaciones, observaciones, experiencias y
deducciones relacionadas con el tema.
Los asuntos tratados son:
Algunas recetas para curar animales.
Nombres con que se designan vulgarmente los cuadrpedos y otros
animales.
Nombres vulgares de los rboles y plantas y lo que se sabe de ellos.
Nombres vulgares de los planetas, estrellas y constelaciones y lo que
se sabe de ellos.
Nombres de sitios, pueblos, lugares, montaas, sierras, cerros,
llanuras, desiertos, travesas, etc. de la regin y lo que se sabe de
ellos.
Nombres de minas, salinas, caleras, etc. de la regin y lo que se
sabe de ellas.
Nombres de ros, riachuelos, arroyos, torrentes, manantiales, etc. de
la regin y lo que se sabe de ellos.
Nombres de caminos antiguos, veredas, pasos, vados, atajos,
puentes, etc. y lo que se sabe de ellos.
Lenguas indgenas, apuntes de gramtica, vocabularios, frases
sueltas.
Tribus indgenas de la regin, religin, usos, costumbres, etc.
Locuciones, giros, trabalenguas, chistes, motes, apodos, etc.
ALGUNAS RECETAS PARA CURAR ANIMALES
En este segmento el maestro anota algunos procedimientos nacidos de
la experiencia del hombre de campo que le permiten curar algunas
enfermedades de los animales.
Estas curaciones estn referidas a dolencias tales como renguera en los
caballos, manquera del pecho, detencin de orn, gusanos en las heridas,
nubes en los ojos, paricin de las cabras y basadura en los caballos.
Muchas de ellas han llegado hasta nuestros das y pertenecen al rea de
la medicina popular.
Seguidamente se registran dos de las recetas consignadas en el
informe:
Para curar la renguera en los caballos
Cuando un caballo renguea de la pata derecha, se le ata una cerda en la
pata izquierda, bien fuerte. Por supuesto, no tiene que ser una cerda sino un
manojo de cerdas como equivalente a una trenza o cordn.
Tiene una resina que mana en muy pequea cantidad. Las propiedades
de esta resina son idnticas al incienso y dificulto que alguien supiese notar la
diferencia al tomar su fragancia siendo quemada. Es soluble en agua ras.
Luego de describir la planta de jarilla expresa:
Tomando un manojo de hojas y oprimindolas un rato, stas se pegan
unas con otras debido a una gran cantidad de barniz que las recubre. Debe ser
resina.
Y luego de ofrecer otros datos de esta planta, comenta una experiencia
personal:
Con esta resina he preparado un barniz que no tiene nada que envidiar
a la goma laca, para lustrar muebles, fuera de que es muy fragante y despide
continuamente un suave olor a vainilla.
De este tambin tengo muestra para la exposicin de fin de ao en San
Luis.
celestes hayan despertado curiosidad a los pueblos que, por otra parte,
siempre encontraron en la luna y en las estrellas una preciada compaa y un
motivo para inspirarse en el canto.
Sin duda las constelaciones adquieren nombres propios en el lenguaje
de cada regin, denominaciones populares que permanecieron vigentes a
travs de los aos gracias a la tradicin oral.
Al referirse a este punto el maestro Lucero lo hace lamentando que con
el transcurrir del tiempo esos antiguos nombres hayan cado en el olvido.
Se los conoce con los nombres cientficos -manifiesta- pero por aquellas
personas de algn estudio.
Todo lo dems -agrega apenado- desapareci con la antigua raza.
CHISTES
Los chistes son relatos muy breves y graciosos que encierran en su
contenido una broma o una ocurrencia.
El maestro Lucero consigna una veintena de chistes de los cuales
extraemos slo dos:
Un viejo viene del trabajo y llega a la casa y pide a la vieja tomar mate y
le dice:
-No tens agua vieja caliente?
La vieja contesta:
-Si no hay ms que un palo viejo podrido.
-Pero entonces, no te dej lea vieja rajada?
MOTES
Son sobrenombres o apodos que le pueblo da a ciertas personas.
Al asignar un mote al autor, que con el tiempo pasa a ser annimo, pone
de manifiesto un gran poder de observacin y de sntesis, como as tambin
ingenio y gracia para establecer las comparaciones.
Luis Lucero registra en su informe ciento ochenta y seis motes, todos
ellos mus ocurrentes.
A continuacin se transcriben algunos de ellos:
Ojos de botn patria
Boca de estribo
Jeta de rin
Cara de sopaipilla
Orejas de guardamonte
Garganta de sapo
Piernas de longaniza
Taln de escofina
FRASES HECHAS
Son locuciones elaboradas por el pueblo y que se han mantenido
intactas a travs del tiempo por obra de la tradicin oral.
De las sesenta y tantas frases hechas registradas por el maestro Lucero,
muchas de las cuales an tienen vigencia, se ofrecen slo algunas de ellas:
Lo sacaron como rata por tirante.
Por bonito y bien peinado.
Antes que se seque esta escupida.
Lo pusieron como trapo de la cocina.
Qued con dos cuartas de narices.
En un abrir y cerrar de ojos.
OTROS CONOCIMIENTOS
JEROGLIFICOS
Los jeroglficos, que algunos estudiosos consideran adivinanzas o
pasatiempos, constituyen un sistema de escritura en el que los signos son
figuras que representan objetos reconocibles.
El maestro Lucero grafica algunos jeroglficos populares en la poca en
los que, con un poco de ingenio, se completan las frases.
Por ejemplo, la primera de ellas dice:
Ramas de un rbol cado, juguetes del viento son;
ramas que se desprenden del rbol del amor.
MIS OBSERVACIONES
Lucero Riera, a diferencia de algunos de sus colegas, no se limita a
cumplir con la Encuesta por imposicin de sus superiores sino que trabaja
como un genuino investigador que ama lo que hace y que est dispuesto a
colaborar con un proyecto que considera patritico, comunicando todo cuanto
sabe de manera didctica y generosa.
En honor a la pasin y al esfuerzo que denota su magnfico informe se
transcribe ntegramente este apndice, pues su contenido atesora la
indagacin sagaz y la experimentacin provechosa de un maestro observador y
deductivo.
Dice en su escrito anexo:
Para las cabras es veneno activsimo el orn humano.
Darles maz a las vacas que estn por parir o recin paridas, mueren
en el acto o pasado muy poco rato.
La semilla de algarroba, una vez que ha sido comida por los caballos
y despedida, a los primeros soles fuertes despus de llover, sale un
algarrobal lindsimo.
La cabra come el chaar con carozo y todo. Como es un rumiante,
necesita rumiar los alimentos en la noche. Al volverlos a la boca,
ellas recin tiran el carozo que se han tragado en el da, limpio y
blanco. El carozo, que es dursimo, cae en el corral. Cuando llueve,
el guano del corral es esponjoso y retiene la humedad por mucho
tiempo. El calor del sol y ayudado el terreno por aquel vapor, hace
germinar la semilla. Salen los chaarcitos en cantidad. No es difcil
maliciar que, donde hay ruedas de chaarales, han sido antiguos
rodeos de hacienda.
El tala y el peje, como cuando pequeos son muy dbiles, salen
donde quiera por supuesto; pero slo se cran en su primera edad a
la segunda aquellos que nacen bajo las ramas, pues se libran de que
las haciendas los coman.
Como los cercos de ramas duran aos sealando los dominios de uno y
otro dueo, el cerco sirve de proteccin todos los que salen dentro de l.
Andando por el campo en lugares donde no hay rastros de rancho ni de otra
cosa, le sorprende al caminante, si se fija, un tala, otro tala, un peje, otro peje
en lnea; y si se sigue fijando y levanta la vista, siguen los talas a la hilera.
Fcil es descubrir por este medio dnde fueron antiguos rastrojos,
huertas, potrerillos o lneas divisorias de un campo a otro.
Por estos lugares hay muchas clases de hormigas. No conozco la
vida de cada una de ellas, pero s puedo decir que mediante una
cierta clase de hormigas inofensivas, que hacen un agujerito muy
pequeo en el suelo y sacan afuera el material que les estorba para
hacer el hueco, puede conocerse la clase de terreno que hay unos
metros bajo del nivel del suelo. No digo que a dos, pero a uno y ms
de uno.
Fijndose en la tierra que ellas sacan afuera, se notar en unas, tierra
arcillosa; no muy lejos, arenitas blancas; en otras, amarillas o coloradas.
Cosa idntica sucede con las vizcachas y tulduques.
Cuando un algarrobo negro o blanco destila goma, la clase de goma
que parece alquitrn cae al suelo y se penetra impermeabilizando y
endureciendo el terreno tanto, que pasan meses y aunque llueva, no
deshace los terrenos donde ha cado la goma aquella.
Cosa igual pasa que acostumbran colgar las reses y gotea la sangre de
los animales.
No podra pensarse en sus causas y deducir algn afirmado a base de
algn compuesto o sugerido por ellos?
El afrecho de maz con sal es veneno para los pavos.
La carne con sal es veneno para los zorzales overos, los benteveos,
calandrias, etc.
El chie es un animal de finsimo olfato.
Andando por el campo, sobre las arenas de un ro seco, tan limpias y
parejas como si fuese un ro helado, donde despus que corri el agua no pas
animal ninguno, pude observar el rastro de un chie que, segn ste, iba al
trotecito. Casi en lnea recta sigui mucho trecho, tal vez con su varicita
escrutadora buscando algo que desenterrar o hallar. Anduvo como ciento
cincuenta metros y en medio del arroyo se detuvo de improviso; cav y sac un
pedazo de asta de ternero que estaba casi podrida con la poca humedad que
haba en la arena casi seca.
Deduzco: Que el chie es un animal de muy buen olfato. Porque al ir al
trote pudo apreciar las emanaciones de un asta enterrada en la arena casi
seca, como a treinta centmetros de la superficie.
Qu emanacin o efluvio fuerte puede despedir un asta seca y esto,
enterrada a esa profundidad?
Tom el asta, la ol y escasamente pude alcanzar a apreciar el olor a
humedad de la arena.
Pruebas: Que el animal iba al trote, lo conozco por el rastro dejado. Que
el animal se detuvo de improviso, igual. Pues no vi rastro alguno como que
retrocedi o busc. Iba, se detuvo y cav, sac el asta, la mascull o se
desenga que no era lo que buscaba y sigui su rastro ininterrumpido sin
dejar otro.
Los caranchos, al volar por alto, miran hacia abajo buscando presa,
creo que ms se guan por su vista que por el olfato. Suelen
equivocarse con su vista.
Haba unos terneritos echados, descansando en una chacra. Observ
que dos caranchos pasaron mirando. Luego volvieron; por fin una revoloteada,
tal vez para desengaarse de que si el terreno estaba muerto o vivo.
Creo que les llam la atencin esto porque el terreno pas unas cuantas
horas sin levantarse. Se baj un carancho y fue caminando hacia el ternero. En
esto, toca la casualidad de que el ternero levanta la cabeza. Luego que esto vio
aqul, emprendi su vuelo a otra parte.
Los loros nunca bajan a comer rosetas sin dejar un atalaya. El
vigilante est continuamente gritando: ca!, ca! cuando hay peligro
ste grita y da sus ca!, ca! ms seguidos y con un timbre ms
Flor de poleo
Se trata de un libro de lectura con sabores telricos que escribi antes
de 1921 y que me ha sido imposible encontrar.
Refirindose a la Fundacin de la Ciudad de San Luis y a los posteriores
traslados de la misma hasta llegar a su actual ubicacin, el maestro Lucero
comenta en su informe:
En un cuaderno que present a la Inspeccin San Luis en tiempo de
Abraham J. Jofr y que lo pasaba por intermedio suyo al H. Consejo, titulado
Flor de Poleo, lecturitas para nios, historias, va mi pequeo juicio acerca de
esto.
Y aade:
No he sido feliz porque mi cuaderno s que no sali de manos del Sr.
Jofr.
A los estudiosos
Se trata de un trabajo de cuatro pginas publicado en la Revista Linez
N 48, de mayo de 1926, donde Luis Lucero realiza un prolijo estudio de las
enseanzas contenidas en los cuentos genuinamente criollos como El mono y
el zorro, El len, El quirquincho, La zorra y el jote, To tigre, ente otros.
Como que ha vivido siempre en el campo, l sabe de cuentos de nios y
tambin de los de fogn.
Cuntos hay -comienza diciendo- que no se han dormido con el arrullo
de ese contar lento, lleno de fantasa oriental, montono, cuando en noches de
plcida niez, en el campo, desvelados por un plenilunio hermoso gustbamos
decirle a nuestros ayos, abuelos o en rueda de peones: cuente un cuento?
Haciendo referencia al cuento criollo aconseja:
No confes mucho en lo que toca a cuentos para sacar por el hilo lo
pasado porque entre ellos hay muchos que, como moneda falsa, andan como
hoy en da la gringada, mezclando la sangre pura de nuestra tierra.
Con esta advertencia, comienza a analizar To tigre, un cuento
pintoresco y netamente criollo cuyos protagonistas, el tigre, el zorro, la liebre y
el carancho, son hbilmente comparados con personajes reales del ambiente
campesino.
Para Luis Lucero los protagonistas parecieran haberse encarnado en el
comandante, el gaucho prfugo, el pingo sin domar o el agente de polica de la
campaa, formando parte de un cuadro netamente criollo de tiempos pasados.
Y finaliza el trabajo expresando:
Con que, seores: en esos cuentos de fogn hay historia argentina,
netamente argentina.
ubicacin del algarrobo que salv la vida del Tigre de los Llanos, rbol que
Sarmiento menciona como algarrobillo en su inmortal obra Facundo o
Civilizacin y Barbarie.
Estos datos, que llegan a l por tradicin oral, unidos a sus deducciones,
le permiten enunciar que el histrico rbol puede ser un caldn y que se
encuentra situado muy cerca de la represa de El Caldn, prxima a la localidad
de San Gernimo, provincia de San Luis.
3- PREMIOS RECIBIDOS
Primer Premio - Medalla de Oro
Otorgado por el H. Consejo Nacional de Educacin con motivo de la
Encuesta Nacional del Magisterio, Buenos Aires, 1921.
Testimonio de Honor
Otorgado por la Sociedad de Beneficencia, Primera Exposicin de
Labores, Tejidos y Arte Decorativo, San Luis, noviembre de 1927, presidente
del Jurado Dn. Dalmiro S. Adaro, director de la Exposicin Dn. E. Astudillo.
Premio Copa Estmulo Escolar
Otorgado por Caja Nacional de Ahorro Postal a la Escuela Nacional N
176 de Nogol (Pcia. de San Luis), Buenos Aires, enero de 1930.
Diploma de Honor
Por los trabajos de Tomera y Tinta de Algarrobillo presentados en la
Primera Exposicin Forestal Argentina 1942-1943, Buenos Aires, agosto de
1943.
4- OTROS RECONOCIMIENTOS
A travs de algunos escritos podemos conocer el concepto del que
gozaba Luis Lucero en su poca.
Diversas notas enviadas por la Inspeccin Nacional de Escuelas de San
Luis como as tambin las enviadas por otras instituciones, ponen de manifiesto
la capacidad y el talento de este admirable maestro.
A continuacin transcribo algunas de ellas:
Nota N 265 de la Inspeccin Nacional de Escuelas
San Luis, 8 de marzo de 1916
Sr. Luis Lucero
Director Escuela Nal. N 176
Nogol
Acuso recibo de su nota de fecha 1 de marzo y manifistole que esta
Inspeccin ha resuelto autorizarlo para que fije en el frente del edificio ocupado
por esa escuela el escudo nacional que Ud. ha confeccionado con ese objeto,
felicitndolo a ms por su feliz iniciativa.
Saludo a Ud. atte.
Abraham J. Jofr
Nota N 396 de la Inspeccin Nacional de Escuelas
San Luis, Marzo 29 de 1918
PALABRAS FINALES